Capítulo tres.
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Til Death Do Us Whole
Por weirdraccoon
Traducido por Hills-Hilla.
—Es un regalo de bodas —explicó Harry, tímidamente, empujando una caja hacia los brazos de Tom. —Espero de verdad que te guste, pero si me he pasado de la raya, te pido disculpas.
Tom sonrió satisfecho ante la repentina timidez de su Omega y abrió la caja en cuanto la recibió. En la caja descansaban varios huesos. Tom miró a Harry, confundido.
—Eh, gracias —dijo, sacando un hueso para inspeccionarlo de cerca.
Harry rió ante su confusión. Tom le devolvió la mirada. La caja sonó y los huesos saltaron fuera de ella, formando un círculo a sus pies antes de disponerse formando el esqueleto de una serpiente.
Harry se mordía el labio con expectación. Tom miró dos veces a la serpiente cuando se deslizó cerca de él y le frotó el cráneo en la pierna, como un gato.
—¿Qué es...? Espera, ¿Nagini? —Llamó, recibiendo un siseo feliz a cambio. —¡Nagini!
La serpiente saltó sobre su regazo y envolvió su cuerpo alrededor de sus hombros. Tom reía libremente, acariciándola y devolviéndole el abrazo. Harry los observaba con ojos cálidos.
—Entonces, ¿supongo que te ha gustado?
—¡Me ha encantado, Harry! —respondió Tom, sonriendo. —Gracias, de verdad —dijo.
Harry le devolvió la sonrisa y asintió una vez.
—Me alegro de que nos hayamos conocido, Tom —dijo Harry, jugando con el anillo que llevaba en el dedo.
—Yo también, Harry —respondió Tom en voz baja, pero al mirar el anillo le recordó a Draco.
Se suponía que aquel anillo era para Draco. ¿Qué estaba haciendo el rubio Omega? ¿Se avergonzaba de haber sido abandonado por su prometido arreglado? Seguramente sus padres no permitirían que nadie se burlara de ellos. Era guapo y parecía buena persona, tendría más pretendientes haciendo cola para casarse con él, aunque sólo fuera por su fortuna.
A menos que... ¿seguía esperando a que Tom volviera y se casara con él?
Tal vez Tom no pudiera hacerlo, después de todo, ya estaba casado, pero al menos debería hacerle saber que era libre de casarse con otra persona. Alguien que conociera, tal vez, alguien que le gustara.
También debería decírselo a sus padres. Debían estar preocupados por él.
—Ojalá nos hubiéramos conocido antes —decía Harry. —Estoy seguro de que mis padres te habrían aprobado. O tal vez no —se encogió de hombros y soltó una risita. —Apuesto a que, para ellos, cualquiera habría sido mejor que el-que-no-debe-ser-nombrado.
Tom se animó, aprovechando la oportunidad de volver al mundo de los vivos. Sólo tenía que convencer a su esposo...
—¿Sabes qué? —empezó. —Creo que mis padres también te aprobarían. Les encantarías. ¿Por qué no vamos a visitarlos?
—¡Oh! ¡Me encantaría!—Harry juntó las manos. —¿Tuvieron una muerte horrible? Sólo así seguirían por aquí, ¿sabes?
Tom se echó hacia atrás y le miró fijamente durante un segundo.
—No, no —negó con la cabeza. —Están muy vivos.
—Oh... —los hombros de Harry bajaron y su expresión se volvió pensativa. —Bueno, yo rompí mi vínculo con el mundo de los vivos cuando nos casamos —canturreó. —¡Pero creo que conozco a alguien que puede ayudar! Vamos.
El Omega se levantó de un salto y salió corriendo. Tom se apresuró a seguirlo, acomodándose los huesos de Nagini sobre los hombros como una bufanda.
—¡Espera! ¡Harry!
Cuando Tom por fin lo alcanzó, Harry estaba llamando a la puerta de lo que parecía una torre abandonada. Las paredes estaban todas cubiertas de estanterías, e incluso el suelo estaba en su mayor parte oculto bajo montones de libros.
—Lo amarás, Albus es como una enciclopedia personificada —dijo Harry por lo bajo. —Apuesto a que conoce otra forma de ir al mundo de los vivos. Según él, la única razón por la que podía ir y venir era porque tenía 'asuntos pendientes' —se rió entre dientes, haciendo comillas aéreas mientras hablaba. —¡Supongo que me ayudaste a seguir adelante!
—¿Y quién es ese Albus? —preguntó Tom, siguiendo a Harry por las escaleras cerca de la parte de atrás.
—Soy yo —dijo una voz desde lo alto de las escaleras. —Hola, Harry. ¿Cómo estás?
—¡Albus! —Harry subió corriendo las escaleras y abrazó al anciano que los esperaba. —¡Estoy genial! Mira —enseñó su anillo y señaló a Tom por encima del hombro. —, ese es Tom, mi marido.
Tom inclinó la cabeza en señal de saludo. Albus entrecerró los ojos y miró entre Harry y Tom. Hizo pasar a Harry por otra puerta y Tom lo siguió. Esa habitación estaba tan llena de libros como el resto del lugar, y Tom se preguntó si el hombre había sido bibliotecario en vida. También se preguntó si el hombre había leído todos esos libros, pero supuso que, muerto, incluso él encontraría tiempo para leer tantos libros.
—Sabes que está vivo, ¿verdad, Harry? —preguntó Albus con gravedad.
—Síp —respondió Harry, reventando el p. —, Nick lo confirmó. Tom todavía tiene un corazón que late y pulmones que funcionan y puede comer y beber y- —Jadeó, volviendo los ojos preocupados hacia Tom. —¡No has comido nada aquí! ¿No tienes hambre? ¿Tienes sed? ¿Por qué no has dicho nada?
—Estoy bien —aplacó Tom, levantando las manos para detener la preocupada divagación. —Todavía no tengo hambre, ni sed. Podría comer algo si vamos a visitar a mis padres.
—Hazlo —asintió Harry con decisión y se volvió hacia Albus. — No siento la conexión que tenía antes con mi tumba, así que me preguntaba si conocías otra forma de visitar el mundo de los vivos —preguntó, poniendo ojitos de cachorro al anciano.
Albus suspiró y sacudió la cabeza, exasperado.
—No. No puede ser —dijo —Eso no es natural. Ni siquiera debería estar aquí.
—Por favor —hizo Harry un mohín. —Nunca antes me habías prohibido visitarte.
—Es diferente —Albus trató de ignorar la expresión de Harry, pero incluso Tom sabía que el anciano cedería. —Estabas rondando por tu tumba. Con el vínculo roto, ya ni siquiera puedes hacer eso.
—Sólo una vez — suplicó Harry. —Y seré bueno. Y no volveré a molestarte nunca más—se detuvo, frunciendo el ceño pensativo. —, durante al menos un siglo.
Albus le dirigió una mirada poco impresionada, luego miró a Tom y volvió a negar con la cabeza.
—Esta es la única vez que hago esto —advirtió, recibiendo una ovación de Harry. —Y antes me gustaría tener una charla con tu Alfa. A solas.
—Pero es mío — volvió a hacer pucheros Harry.
—Sí, Harry, es todo tuyo. —aceptó Albus con facilidad, como si le hablara a un niño de un juguete. —Sólo una palabra. No más de un minuto. Te lo prometo.
Harry se mordió el labio y asintió a regañadientes.
—Llevaré a Nagini abajo —dijo, quitándole la serpiente de los hombros a Tom y saliendo por la puerta. —Llámame cuando podamos irnos.
Tom asintió, enderezando la espalda cuando la puerta se cerró tras el Omega. Albus lo observaba con los ojos entrecerrados.
—¿Tiene olor?
—¿Qué? —Tom parpadeó, desconcertado. —¿Por qué es eso importante?
—Simplemente lo es —dijo Albus con calma.
—Bueno, sí, tiene olor, sé que es un Omega —Tom frunció el ceño, bajando la mirada. —, o bueno, lo era cuando estaba vivo.
—Hum.
—¿Y eso qué significa?
—Oh, no me hagas caso —Albus sonrió satisfecho, tomando un libro de un estante. —Sólo soy un viejo muerto con demasiado tiempo libre para los cuentos de hadas. Se rumorea que sólo los verdaderos compañeros pueden olerse incluso en la otra vida. Dime, ¿Harry ya intentó olfatearte?
—Bueno —Tom arrugó la nariz. —, no lo sé. Pero me ha marcado con su olor.
Albus resopló.
—Eso es sólo Harry siendo posesivo —se rió entre dientes. —Es la primera vez que te deja solo, ¿no? Ni siquiera se da cuenta de lo que hace.
—Espera —Tom sacudió la cabeza, acercándose al hombre. —, ¿has dicho 'verdaderos compañeros'? Creía que ya no existían. No ha habido verdaderos compañeros desde que los Peverell renunciaron a los suyos a cambio de oro.
—No, no —Albus señaló el libro y le ofreció a Tom una cálida sonrisa. —Sólo un hermano renunció a su pareja por oro. Otro lo hizo por magia. Trágico, que muriera poco después sin mostrar nunca pruebas de ese supuesto poder. El último hermano, sin embargo... —canturreó, peinándose la larga barba con los dedos. —No renunció a su verdadera pareja y, según la leyenda, sus descendientes directos son los únicos capaces de encontrar a sus verdaderas parejas".
Tom ladeó la cabeza, mirando los dibujos del libro. En su opinión, seguía pareciendo un libro infantil.
—Entonces... ¿Qué estás insinuando?
Albus cerró el libro con un chasquido.
—Nada, de verdad, no escuches las divagaciones de un viejo —dijo, dejando caer el libro en otra parte del suelo y cogiendo otro. —¡Entra, Harry!
Harry abrió la puerta tímidamente y entró.
—No estaba escuchando a escondidas —mintió. —¿Estamos listos para irnos?
—Sí, sí —dijo Albus arrastrando las palabras, abriendo el libro por una página concreta de la cual sacó una pluma blanca. Agitó la otra mano sobre la pluma, cantando: "portus" y se la entregó a Harry.
—Esto te llevará a la tumba, espero que sepas adónde ir desde allí —explicó Albus. —Sólo di "gota de limón" cuando quieras volver.
Harry tomó la mano de Tom y envió una sonrisa de agradecimiento hacia Albus.
—¡Gracias!
Tom y Harry desaparecieron de golpe. Tom sintió como si algo tirara de su ombligo y lo lanzara a través de diferentes planos del universo. Cuando sintió suficientes náuseas como para vomitar, sus pies golpearon el suelo, con fuerza, y dio una voltereta, llevándose a Harry con él al suelo.
—Ha sido divertido —dijo Harry debajo de él, sonriéndole cálidamente. —Ahora, ¿a dónde?
Tom se levantó y tiró de Harry para ponerlo en pie.
—Yo sólo... yo- —tartamudeó Tom. La primera parte de su plan se había logrado, pero ahora que estaban allí no estaba muy seguro de cómo hacer las cosas. No podía llevar a Harry con sus padres, ni cerca de un ser humano vivo. —Espera aquí —decidió, tirando de Harry hacia una roca cerca del sauce y sentándolo allí. —Primero tengo que explicarles algunas cosas a mis padres. Vendré a buscarte cuando lo entiendan todo y estén listos para conocerte.
Harry accedió con facilidad, viéndole marchar con una suave sonrisa en el rostro. Ni siquiera sentarse cerca del lugar donde lo habían asesinado lo desanimó. No cuando Tom dijo que volvería a por él.
—Ese extraño chico —ululó una lechuza blanca cerca de él. —¿Por qué no vas a ver qué trama?
—Hola a ti también, Hedwig —dijo Harry sarcásticamente. —Y no lo haré porque me ha dicho que espere aquí, así que lo haré.
—¿Y desde cuándo eres tan obediente? —se burló Hedwig. —Seguro entenderá por qué no has podido esperar.
—Pero ha dicho que volverá —dijo Harry, menos confiado ahora.
—¿Y por qué le haces caminar con este clima? Puede que tú no lo sientas, pero él seguro que sí —Hedwig voló y se posó en su hombro. —Si vas con él, no tendrá que morir congelado aquí fuera sólo para llevarte de vuelta al pueblo.
Harry canturreó, acariciando distraídamente a la lechuza. Se levantó y llevó a la lechuza hasta el sauce, donde volvió volando a la copa del árbol.
—Quizá tengas razón —pensó Harry en voz alta. —Lo alcanzaré y no tendrá que venir a buscarme. Estaría calentito y sano en casa de sus padres, y ellos no tendrían motivos para odiarme. Gracias, Hedwig.
La lechuza volvió a ulular, confusa, y ladeó la cabeza, observando cómo el muerto se alejaba a cada segundo que pasaba. Los humanos eran tan raros, siempre hablando solos, vivos o muertos, estaban todos locos. Hedwig sacudió las alas y echó a volar.
Tom, por su parte, ya estaba trepado a un árbol cerca del balcón de Draco. O al menos esperaba que fuera el balcón de Draco. Estaba seguro de que Lucius lo mataría si se equivocaba de puerta.
Supo que había acertado cuando vio al rubio Omega sentado cerca del fuego. Golpeó el cristal, sobresaltándolo. Draco jadeó cuando lo vio y se apresuró a abrir la puerta.
—¿Tom? ¿Qué...? ¿Cómo es que estás aquí? ¿Dónde has estado?
—Draco, lo-lo siento —dijo Tom entre jadeos. —. Vine a disculparme. Sucedió algo extremadamente extraño y estoy seguro de que no me creerás. Apenas lo creo y estoy bastante seguro de que no fue un sueño ni nada".
—Tom, estás divagando —Draco frunció el ceño. —¿De qué se trata? ¿De verdad te escapaste porque no querías casarte conmigo? Pero entonces, ¿por qué estás aquí?
—No, Draco, sí... sí quería casarme contigo —explicó Tom. —Estaba... estaba en el bosque practicando mis votos cuando... bueno, me casé.
—¿Qué? —siseó Draco, alejándose de él. —¿Cómo? ¿En el bosque? No lo entiendo.
—Yo tampoco, para ser sincero —murmuró Tom. —Estaba diciendo mis votos y luego puse el anillo en una rama de este sauce. Y luego, luego estaba este Omega. Yo estaba seguro de que era sólo un árbol antes, pero luego fue este Omega y dijo que estábamos casados ahora.
—¿Es legal? —Draco arrugó la cara, frunciendo el ceño, confundido. —Uno no se casa así como así en el bosque, Tom.
—Lo sé, lo sé, pero yo lo hice, y bueno, lo más extraño es...
—¿No es la parte más extraña?
—La parte más extraña es que este Omega no está vivo —se apresuró a decir Tom.
Draco lo miró sin comprender.
—Ahora sé que me estás tomando el pelo —resopló. —Si no quieres casarte, sólo dilo, Riddle. No vayas por ahí inventando mentiras.
—¡No estoy mintiendo!
—Puedo vivir con el hecho de que el hijo de un mercader no me quiera —resopló Draco. —Mis padres encontrarán fácilmente otro pretendiente. Uno que lo merezca más
—Draco-
—Ahora, te pido amablemente que te vayas antes de que alerte a mis padres de tu presencia.
—¿Tom?
Draco cerró la boca cuando vio la fantasmal aparición de una novia de pie en su balcón. Era un cadáver que llevaba un vestido de novia y miraba a Tom con ojos verdes heridos.
—Harry... —llamó Tom, poniéndose delante de Draco como para ocultarlo. —Puedo explicártelo.
—¡Apuesto a que puedes! —espetó Harry, y Draco pensó que su habitación de repente se sentía helada, incluso con el fuego encendido. —¿Para esto querías venir al mundo de los vivos? ¿Para conocer a ese otro Omega? Creí que habías dicho que íbamos a visitar a tus padres.
—Y así es —trató de calmar Tom al Omega muerto. —Pero tuve que explicarle a Draco primero-
—Draco. ¿Y quién es este Draco para ti? ¿Qué es él para ti? —gruñó Harry, cruzando los brazos sobre el pecho. —Y no me mientas, Tom. Sabré si estás mintiendo.
Tom suspiró derrotado y bajó la cabeza.
—Era mi prometido —murmuró. —Estaba practicando mis votos cuando... cuando nos casamos.
Harry jadeó y Draco se estremeció. Se sentía congelado en el sitio y no sabía cómo Tom podía hablarle con tanta calma como lo estaba haciendo. ¡Había un muerto en su habitación! ¡Un muerto que llevaba el anillo de Tom! Tom estaba casado con un Omega muerto.
Había un Omega muerto en su habitación.
Draco se desmayó.
—Genial, mira lo que hiciste —Tom se arrodilló para revisar a Draco, pero una mano lo detuvo antes de que pudiera tomarle el pulso.
Harry lo miraba con el ceño fruncido, gruñendo al Omega inconsciente en el suelo. Tom se sacudió la mano y se levantó para mirar a Harry.
—Basta —siseó furioso. —Yo soy tu Alfa, tú eres mi Omega, deja de comportarte como un niño y déjame comprobar si no lo has matado.
—Puedes ver que respira, no necesitas tocarlo para comprobar si está vivo.
—Harry —advirtió Tom, gruñendo en voz baja. —, lo pondré en su cama y luego podremos irnos. Te llevaré a casa de mis padres y podremos volver al mundo de los muertos.
Harry no se acobardó y sostuvo con la suya la mirada furiosa de Tom.
—¡No me gruñas, mentiroso! —espetó, empujando el pecho de Tom con un dedo. —¡Vale! ¡Tócalo, llévalo, cásate con él si quieres! ¡A ver si encuentras el camino de regreso cuando hayas terminado de perder el tiempo!
Harry giró sobre sus talones y bajó por el balcón. Tom se pasó una mano por el pelo, frustrado, y se agachó junto a Draco. Sólo quería asegurarse de que el Omega no se golpeara la cabeza al caer. ¿Por qué Harry tenía que ser tan... inseguro?
Recordó lo que dijo Albus sobre que Harry era posesivo. Se dio cuenta de que el viejo había tenido razón. Era la segunda vez que Harry lo dejaba solo. Ni siquiera en el bar, cuando Harry estaba al piano, estuvo fuera de la vista del Omega. Gimió.
Llevó a Draco a su cama y salió al balcón, intentando encontrar a su caprichoso esposo entre los edificios. Suspiró y bajó. No había rastros de Harry, pero con un poco de suerte había vuelto a su- Tom se detuvo, sintiéndose agotado de repente.
Dejó a Harry esperando en su propia tumba. Con razón Harry había decidido seguirlo.
Tom corrió hacia el bosque, esperando encontrar a Harry antes de que éste decidiera irse sin él.
💚
Nota del autor.
alguien señaló que este era un buen fic para la temporada espeluznante y ahora me siento aún más orgulloso nn
un capítulo más y un epílogo, frens.
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