Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo cuatro.

💚

Til Death Do Us Whole
Por weirdraccoon

Traducido por Hills-Hilla.

Harry estaba acurrucado bajo el sauce cuando Hedwig aterrizó frente a él, mostrando una rata muerta que había cazado. Harry sonrió con tristeza y felicitó al ave por su captura. Hedwig ladeó la cabeza.

—¿Por qué estás triste, niño muerto?

—Por eso —sollozó Harry. —Yo estoy muerto. Él no lo está. Tom se merece a alguien vivo, alguien como él.

—Pero se casó contigo.

—Fue un accidente, él lo dijo.

—Eres tan bonito. Estoy segura de que le gustas. Te quiere por lo que eres, no porque estés vivo o muerto.

—No. Él está vivo. Debería estar con ese Omega. Respira, come y bebe —sollozó Harry, cubriéndose la cara con las manos. —Es capaz de ruborizarse y puede sentir el calor del fuego y el frío del invierno. Yo ni siquiera puedo oler a Tom.

—A mí no me importa —dijo la voz de Tom desde atrás, suave pero fuerte. —No me importa que estés muerto, Harry —respiró hondo. —Sí desearía que nos hubiéramos conocido antes, sin embargo, agradezco que nos hayamos conocido —tomó una de las manos de Harry y la apartó del rostro del Omega, encontrando unos ojos verdes hinchados. —Y para que conste, puedo olerte. Es el aroma más increíble que he tenido el privilegio de oler.

Harry olfateó con fuerza, dejándose arrastrar hacia los brazos de Tom. Apoyó la cabeza en el pecho de Tom, justo sobre su corazón, y decidió que tenía un nuevo sonido favorito.

—Pensé que te habías ido sin mí —murmuró Tom, pasando una mano por la espalda de Harry de forma reconfortante. —No estaba seguro de cómo volvería a encontrarte.

—Olvidé la palabra —dijo Harry, limpiándose las lágrimas de la cara.

Tom le agarró la mano y le limpió las lágrimas él mismo, riendo entre dientes.

—¿Todavía tienes la pluma? —Harry asintió y la sacó de su vestido. Tom la tomó entre sus manos y las de Harry, y susurró: "gota de limón", llevándolos de vuelta al mundo de los muertos.

Hedwig puso los ojos en blanco y se comió la cena.

Aterrizaron entre los libros de la torre de Albus, volcando sobre algunas pilas y, en el caso de Tom, estornudando cuando el polvo voló a su alrededor.

—Harry, una palabra —llamó Albus solemnemente desde un sillón.

Harry apretó con fuerza la mano de Tom. Aún parecía inseguro y perdido. Tom le besó la frente y le soltó la mano.

—Iré a buscar a Nagini —prometió Tom. —Te espero abajo.

Harry sólo pudo mirar cómo Tom salía por la puerta. Cuando se cerró, se volvió para mirar a Albus. El anciano no mencionó los ojos hinchados ni las huellas de lágrimas, simplemente le hizo una seña a Harry para que se uniera a él en el otro sillón.

Harry se tensó. Albus no parecía tener buenas noticias...

—Harry, Tom sigue muy vivo —empezó. —¿Recuerdas cómo funcionaban los matrimonios en el mundo de los vivos?

Harry frunció los labios y bajó la mirada.

—¿Hasta que la muerte nos separe? —murmuró.

—Bueno, la muerte ya los ha separado, querido muchacho —explicó Albus sin rodeos. —No pueden estar juntos hasta que Tom muera y se casen aquí —Harry volvió a lagrimear, manteniendo la cabeza gacha. —O, a menos que sufra un accidente mortal y se quede aquí.

Harry parpadeó mirándole, pero aún parecía triste y derrotado.

—No puedo hacerlo, y no dejaré que nadie más le haga daño —negó con la cabeza.

— ¿Y él?

—No —Harry se levantó y marchó hacia la puerta. —No puedo pedirle que lo haga. Le haré saber que es libre de irse -—sollozó. —Lo ayudarás a volver, ¿verdad?

Albus asintió solemnemente.

—Si eso es lo que quiere —aceptó.

Harry asintió una última vez y cruzó la puerta. Encontró a Tom con Nagini, hojeando un libro sobre criaturas mitológicas. Tom le sonrió cuando Harry se puso a su lado y frunció el ceño al notar la mirada deprimida de Harry.

—¿Qué pasa?

—Siento haberte secuestrado —murmuró Harry —Tú estás vivo y yo estoy muerto. No perteneces a este mundo, igual que yo no pertenezco al mundo de los vivos. No puedes casarte con una persona muerta y yo no puedo casarme con una persona viva —se quitó el anillo y se lo devolvió—Así que puedes volver con tu Omega vivo —susurró Harry con un sollozo. —Y tal vez si tienes una muerte horrible y violenta, podamos volver a vernos algún día —bromeó torpemente, tragándose otro sollozo.

Tom cogió el anillo junto con la mano del Omega y lo estrechó firmemente entre las suyas. Con la otra mano, levantó la barbilla de Harry para mirarlo a los ojos.

—Pero quiero estar contigo —afirmó. —Tiene que haber algo que pueda hacer.

Harry negó con la cabeza.

—¿Y si tengo una muerte horrible y violenta ahora mismo?

—No puedo pedirte eso —dijo Harry, sacudiendo la cabeza con más fuerza.

—Entonces es bueno que no me lo pidas —susurró Tom, deslizando de nuevo el anillo en el dedo de Harry. —Porque, Harry, quiero pasar la eternidad contigo.

Harry soltó otro sollozo, saltando a los brazos de Tom y aferrándose a él. Tom se atragantó y dio un paso atrás para recuperar el equilibrio, riendo entre dientes y abrazando a su Omega contra su pecho.

—¡Esto tenemos que celebrarlo! —Animó Albus desde las escaleras. —Nunca he tenido una fiesta por mí muerte. No es algo que se pueda planear con antelación, después de todo. Así que, Tom, lo que quieras para el día de tu muerte, nos aseguraremos de que lo tengas.

Tom miró al Omega en sus brazos y respiró discretamente. Estaba a punto de decir que tenía todo lo que quería allí mismo, pero luego se lo pensó mejor. Como dijo Albus, uno no podía planear exactamente su muerte, pero lo haría. Él podría despedirse.

—¿Y si lo hacemos allí atrás? —preguntó mirando a Albus en busca de aprobación. —De esa manera mis padres estarán invitados a mi muerte y a mi boda. Podré explicarles lo que pasa.

Harry lo soltó y miró también a Albus, como pidiendo permiso.

—Oh, mis muchachos, como dije —sonrió Albus, levantando los brazos emocionado—: Lo que quieran. Rodeemos a los demás ya que estoy seguro que nos matarían si no los invitamos.

—Bella siempre quiso planear mi boda —comentó Harry—Le disgustó bastante que acabara casándome en mi tumba, supongo que ahora estará extasiada porque podrá hacerlo.

Tom besó la frente de Harry y, tras recoger a Nagini, siguieron a Albus hasta el bar.

Tenían que planear una muerte violenta y horrible.

Draco estaba sufriendo un ataque de pánico. Se despertó en su cama, pensando que tenía la más extraña de las pesadillas hasta que percibió el olor de Alfa que persistía en su habitación. El olor a Alfa de Tom.

Y justo debajo, el débil aroma de otro Omega.

Draco perdió el control cuando se dio cuenta de que todo había sido real.

—¡Tienen que creerme! —gritó a través de su puerta después de que sus padres lo encerraran sin contemplaciones en su habitación. —¡Tom Riddle se casó con un Omega muerto! ¡Era un cadáver! Estuvo aquí anoche. Tenemos que ayudar a Tom a destruirlo.

—Déjalo, Draco —gruñó Lucius cansado—Puede que los Omegas lo tengamos difícil, pero te prometo que Lord Voldemort cuidará de ti. No necesitas a Tom Riddle para ser feliz. Admito que es mucho mayor que tú pero... te casarás con Lord Voldemort esta noche y no tendrás que morirte de vergüenza o de hambre después.

Draco se tiró del pelo y cayó de bruces sobre su cama, amortiguando un grito entre las sábanas.

Los Riddle se enteraron de la boda aquella tarde, y Merope sólo pudo llorar en silencio mientras el resto del mundo se olvidaba de su bebé. Ella y Tom Sr. se quedaron en su casa, mirando por las ventanas por si su hijo decidía aparecer, ahora que el Omega se casaba con otro.

No hubo tanta suerte.

Tom estaba supervisando la elaboración de la tarta nupcial, que además contendría un veneno muy peligroso que prácticamente le quemaría las entrañas antes de morir del todo. Y, según Albus, el veneno era de acción rápida y lo mataría en menos de un minuto. Así que... ¿horrible y violento? Sí.

Al menos no le haría nada al resto de los invitados, y él también podría disfrutarlo una vez muerto. Sólo tenía que asegurarse de que sus padres entendieran que no podían tocar el pastel. Si es que aceptaban asistir...

Al cabo de un rato, Ron lo encontró y tiró de él hasta una casita.

—Harry se está preparando, pero tú estabas perdiendo el tiempo con la tarta —murmuró Ron—Tienes suerte de que fui yo quien te encontró, o Bella habría hecho el trabajo por todos nosotros. Toma, ponte esto —le puso una chaqueta a Tom en los brazos. Parecía más elegante que la suya, aunque un poco pasada de moda—Traeré una pajarita. ¿Verde o azul?

—Verde —dijo Tom inmediatamente, sacudiéndose la chaqueta para quitarle un par de arañas. —Cuanto más cerca de los ojos de Harry, mejor.

Ron resopló.

—Sólo por eso no te amenazaré con convertir la eternidad en un infierno si le haces daño —sonrió, entregándole la pajarita.

Una vez que estuvo listo y Ron aprobó su aspecto, salieron de la casa para caminar hasta la plaza. Albus utilizaría la fuente que había en el centro para crear una especie de portal que permitiría el paso de todos durante una noche. Una vez que saliera el sol, volverían al mundo de los muertos para continuar con la celebración.

—¿Listo, muchacho? —le preguntó Albus una vez que llegó a la fuente.

Tom asintió, enderezándose la chaqueta con un movimiento nervioso.

La gente jadeó a su alrededor y él sacudió la cabeza para mirar lo que todos miraban. Harry caminaba hacia él. Su vestido se había arreglado, en cierto modo, e incluso la puñalada que tenía en el pecho parecía limpia e inofensiva. Sus ojos verdes brillaban más de lo normal e incluso su sonrisa era más amplia de lo que Tom había visto hasta ahora.

Bella lloraba silenciosamente detrás de él.

—Oh, mi bebé —se lamentaba—Tan hermoso. Y ahora se va a casar. Parece que fue ayer cuando nos conocimos y no hace treinta años.

Tom parpadeó. Era información nueva para él. Sacudió la cabeza. De todos modos, no importaba. Puede que Harry hubiera muerto antes de que Tom naciera, pero, como decía Albus, todos éramos iguales en la muerte. Aunque Harry fuera técnicamente mayor que él, Tom pensaba que era mayor de lo que el Omega había sido cuando fue asesinado...

—Entonces, vayamos al mundo de los vivos y unamos a esta pareja en matrimonio eterno en la muerte —afirmó Albus, dejando caer algo en la fuente. Empezó a echar humo y el agua giró en su interior, y de repente había una puerta donde originalmente estaba la fuente.

Tom le ofreció el brazo a Harry, quién lo tomó con alegría, y condujo a su grupo al otro mundo.

Llegaron a la plaza del pueblo, siendo casi un reflejo del mundo de los muertos. La gente, los vivos, jadeaban cuando los veían y entraban en pánico en cuanto se daban cuenta de que estaban viendo muertos. Tom cogió a Harry de la mano y tiró de él a través del caos hacia la iglesia, manteniendo un brazo protector alrededor de su novio por si alguien intentaba algo.

Para su sorpresa, los vivos empezaron a darse cuenta de que los muertos eran viejos parientes y seres queridos, y casi todos en el pueblo formaron una fila para seguir a los novios a su boda.

—¿Tom?

—¡Tom!

Los padres de Tom estaban cerca de la iglesia, parecían preocupados y agotados. Tom se sintió un poco culpable.

—Madre, padre —los abrazó, soltando a Harry por un segundo antes de volverse a tomar de la mano, encarando a sus padres con lo que esperaba, fuera una sonrisa tranquilizadora—Este es Harry, mi Omega y futuro esposo.

Merope jadeó primero, llevándose una mano a la boca una vez que se percató de la verdad. Tom Sr. miraba por encima de la cabeza del Omega al resto del grupo. Muertos y vivos disfrutando de la noche y una gran tarta nupcial daban a entender la celebración.

—Tom, esto es...

—Madre, tienes que entenderlo —empezó Tom, cogiendo la mano de su madre—Harry es mi Omega. Puedo sentirlo. No lo dejaré ir ahora que lo encontré.

—Pero... Tom, él... él... él no pertenece aquí—dijo Merope lentamente—No hay forma que eso funcione.

—Sí la hay —sonrió Tom cálidamente, mirando entre su madre y su padre —No puedo traerlo de vuelta, pero puedo unirme a él en la eternidad.

Merope negó con la cabeza, pero Tom Sr. seguía observando. Volvió los ojos hacia su hijo y por fin encontró lo que siempre había querido ver en él. Su hijo era feliz. Su hijo... los dejaría, ¿no?

Puso las manos sobre los hombros de Tom y le dirigió una mirada.

—Me alegro por ti —dijo—Y te echaré de menos.

Merope tiró de su hijo en un abrazo y sollozó en su hombro.

—Puedo olerle, madre —le susurró Tom al oído —Es... mágico.

Merope asintió y dio un paso atrás, mirando al Omega al lado de su hijo. Se limpió las lágrimas y le ofreció una mano.

—Encantada de conocerte, querido —gimoteó—Cuídalo por mí.

Harry sonrió y le estrechó la mano.

—Lo haré —prometió, mirando cariñosamente a Tom.

—Me temo que tendrás que esperar a que termine la boda para poder entrar —dijo Tom Sr., señalando la iglesia por encima del hombro —Los Malfoy no perdieron el tiempo y encontraron otro pretendiente para su heredero.

—Oh, ¿quién es? —preguntó Tom con curiosidad.

—Lord Voldemort —suspiró Merope, cruzando los brazos sobre el pecho—El pobre Draco no parecía muy contento de casarse con alguien mayor que sus padres.

A su lado, Harry se había quedado helado de asombro.

Él conocía ese nombre. ¿Podría ser?

Corrió a la iglesia y abrió las puertas. El resto de sus invitados lo siguieron y Tom llegó primero a él con la preocupación escrita en su rostro.

—¡Tú!

Unos ojos rojos lo miraban furiosos desde el altar, donde Draco se cubría el costado del cuello mientras lloraba en silencio.

Tom miró con los ojos muy abiertos. No era común que los Alfas mordieran a sus Omegas durante la ceremonia. Se suponía que era sagrada y privada. Y Lord Voldemort ni siquiera olía a Alfa. Era un Beta. Estaba abusando de Draco desde el principio de su matrimonio y los padres de Draco sólo miraban desde sus asientos.

—¿Qué has hecho? —Gruñó Tom, parpadeando sorprendido cuando le hicieron eco desde su lado.

Harry también fulminaba con la mirada al hombre y gruñó tan bajo como Tom al exigir respuestas.

Grindelwald marchaba hacia ellos con mirada furiosa y un largo bastón como arma.

—¡Lárguense, monstruos! Esta es la casa de dios y no entrarán —gritó. —¡Vuelvan al lugar de donde vinieron, asquerosos!

Albus entró a empujones, mirando al salvaje Harry y al engreído hombre de ojos rojos antes de volverse hacia Grindelwald con aire tranquilo a su alrededor.

—¡Gellert! ¡Sigues vivo! —saludó jovialmente—¿Sigues envenenando a tu competencia?

Grindelwald se atragantó y balbuceó mientras Albus tiraba de él de vuelta al altar, guiando la tarta para colocarla cerca de él, todo el tiempo murmurando sobre oficiar una boda y lo feliz que estaba de ver a un viejo amigo.

—¿Harry? —preguntó Voldemort, ladeando la cabeza—Creí que habías muerto, querido.

Draco jadeó detrás de él.

—Claro que me creías muerto —gruñó Harry más fuerte, ignorando la intromisión de Gellert y Albus—¡Me mataste!

Todos jadearon ante aquello, y Lucius aprovechó para tirar de Draco y colocarse entre él y Narcissa.

—Mentiras —espetó Voldemort—¡Te esperé como habíamos acordado y me dejaste plantado! Robaste el dinero de tu familia y te fuiste.

—¿Ah, sí? —Harry dio un paso desafiante hacia delante —Entonces, ¿cómo es que tu cuchillo acabó en mi corazón?

—¿Cómo voy a saberlo? —Voldemort se encogió de hombros —Sólo soy otra de tus víctimas. Caí en tus mentiras.

—¡Guardaste el medallón de mi padre!

—Lo encontré en el bosque cuando te buscaba...

—¡Basta! —exclamó Tom y se paró frente a Harry, protegiéndolo del odio en esos ojos rojos —Puede que no podamos probarlo, pero creo que las palabras de Harry son más ciertas que las tuyas.

Lord Voldemort puso los ojos en blanco.

—¿Y qué harás tú? —se burló —Los muertos no son considerados testigos —sonrió satisfecho—Ahora, tomaré mi Omega, su dote, y te dejaré con ella. Por cierto, felicidades —le dijo a Harry por encima del hombro de Tom—Por fin eres el novio, querido Harry. Sin embargo, no olvides nunca quién partió en dos ese corazón tuyo... —bajó la voz a un tono suave —Siempre llevarás mi marca.

Se volvió hacia Lucius y Narcissa sólo para encontrarlos protegiendo a Draco.

—¿Qué significa esto? —preguntó—Ustedes fueron los que me vendieron a su hijo. ¡Su vida y su dote son ahora mi derecho!

—¿Dote? —preguntó Narcissa, entrecerrando los ojos —¿Era ése su plan, mi Señor? —espetó—Porque recuerdo que nos dijiste que tenías la fortuna de cuidar de mi hijo hasta el fin de tus días.

—¿Y qué si no la tengo? —murmuró, también entrecerrando los ojos —Eres lo suficientemente rico como para darme los medios para cuidar de mi novio.

—Eso no es cierto —murmuró Draco, sosteniendo aún la marca del mordisco en el cuello —Somos pobres. Por eso tenía que casarme cuanto antes —gritó.

Narcissa y Lucius bajaron la cabeza avergonzados, pero se interpusieron con firmeza entre Voldemort y su hijo. Voldemort gruñía peligrosamente.

—No importa, sigue siendo mi Omega —dijo—Seguro que se ganará lo que vale.

—¡Déjalo en paz, bastardo enfermo! —gritó Tom, abalanzándose sobre él y empujándolo lejos de los Malfoy.

No esperaba que Voldemort se defendiera, o que de repente tuviera un cuchillo en la mano que usó para atacar a Tom. Saltó hacia atrás y usó un candelabro para evitar ser apuñalado por el lunático que mató a su Omega. Draco, Lucius y Narcissa aprovecharon la oportunidad para huir, o más bien los Malfoy mayores sacaron a Draco de la iglesia, aunque el joven heredero aún parecía en estado de shock y al borde de otro ataque de pánico.

Bella, Ron, Nick y el resto de los muertos vivientes animaban desde la barrera, diciéndole a Tom que le demostrara a Voldemort quién era el jefe y que lo matara para poder divertirse en casa. Harry intentaba llegar hasta ellos, para detener a Voldemort y proteger a Tom, o para matar al propio Voldemort, quién sabía. Sin embargo, Tom no quería a su asesino cerca de su novio, así que tiraba, empujaba y daba puñetazos, alejándolos de Harry.

Hasta que, de repente, Tom sintió un dolor agudo en el pecho. Tom gruñó cuando el cuchillo empujó más profundamente y atravesó su corazón.

Harry gritó y corrió a su lado, arrodillándose y tirando de su cabeza sobre su regazo.

—Oh, lo siento —se rió Voldemort, acercándose para sacar el cuchillo, apartando las manos de Harry cuando intentó detenerlo. —¿Era tuyo? Ahora ni siquiera llegarás a ser el esposo, Harry. Y estuviste tan cerca esta vez.

Harry gimió y trató de atacar a Voldemort, pero Albus estaba allí en un instante, deteniéndolo y agarrándolo de las muñecas.

—No, Harry, recuerda las reglas —le decía—No podemos hacer daño a los vivos. Deja que gane, muchacho. Tendrás tu venganza cuando se reúna con nosotros en el más allá.

—¡Ja! No tengo tales planes —Voldemort limpió el cuchillo en la ropa de Nick, ignorando la mirada fulminante que el cadáver le envió.

—¿Tal vez, una rebanada de pastel para celebrar? —ofreció Albus, soltando a Harry cuando se quedó inerte en su agarre.

Harry volvió a llorar sobre el cuerpo de Tom, intentando, sin éxito, detener la hemorragia. Tom intentaba cogerle la mano, pero sus músculos no respondían su vista poco a poco se ennegrecía, e incluso su oído se volvía cada vez más sordo. No supo cuándo perdió el conocimiento, pero cuando abrió los ojos a continuación, vio a Voldemort comiendo de su tarta nupcial.

—Esto está realmente bueno —le decía a Harry—Casi quiero arrepentirme de haber matado a tu novio. Lástima que se lo perdiera.

—¿No dijiste que sería rápido? —le preguntó Tom a Albus, sobresaltando a Harry que había estado observando a Voldemort y ganándose una sonrisa traviesa por parte del anciano.

—No quería asustarte —se encogió de hombros Albus.

Justo entonces, Voldemort comenzó a ahogarse y a toser. La sangre le salpicaba de la boca y se agachó agarrándose el estómago y el pecho. Vomitó pastel, sangre y algo verde. Se agitó temeroso. Tom ciertamente disfrutaba del miedo puro que podía ver en sus ojos rojos.

—No, no, no.

—Si te gustó el pastel deberías hacérselo saber a Gellert —dijo Albus, señalando al viejo ministro encogido en una de las esquinas—Él me presentó el ingrediente secreto en el pasado.

Voldemort se desplomó y convulsionó durante un minuto antes de quedarse completamente inmóvil.

Volvió a levantarse, sacudiéndose el polvo de la ropa y mirando su cuerpo y el de Tom antes de volverse hacia el resto de los no muertos, palideciendo al notar sus expresiones.

—Tenemos un nuevo compañero de juegos —canturreó Bella, acercándose por un lado.

—Lástima que no se divertirá mucho —añadió Nick siniestramente, acercándose a su otro lado.

—A partir de ahora vivirá un infierno —prometió Ron, colocándose justo detrás de él.

Albus dio una palmada, llamando la atención de todos.

—¡Pero eso puede esperar! —declaró, haciendo una señal a Tom y Harry, que estaba hurgando en el cuerpo del Alfa. —¡Ahora tenemos una boda que celebrar!

Tom miró a Harry y le ofreció su mano, sonriendo ampliamente cuando Harry la tomó.

—¿Quieres casarte conmigo, Harry? —preguntó suavemente, mirando fijamente a los ojos más verdes que jamás había visto. —¿Pasarías el resto de la eternidad a mi lado?

—Sí, Tom —Harry le sonrió—No podrás librarte de mí. Jamás.

—Bien —susurró Tom, atrayéndolo hacia Albus para finalmente terminar su boda.

💚

Nota del autor.

este es el final TmT

siguiente: un epilogo. recomendado solo si quieres que draco tenga un final feliz, si no te importa, este es para ti.

es una boda, ¡a llorar!

(...)

Nota de la traductora.

YEI, TERMINÓ. personalmente, encontré esta historia cuando no sabía q leer, y fue como un soplo de aire fresco. lo amé, ya.

nos leemos otra vez, bai. (repito, si ven algún error gramatical, díganmelo  ♥)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro