46. De vuelta al pasado [¹fin]
❝De vuelta al pasado❞
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NARRADOR:
Selena había recibido un mensaje de Derek cerca de las diez de la noche, pidiendo que se presentara en la preparatoria lo antes posible.
El pueblo se había sumido en una oscuridad inusual, anticipando la noche más angustiante para la pareja, aunque ninguno de ellos lo sabía en ese momento. Cuando Selena regresó a la escuela después de sus clases por la mañana, se sintió inquieta al ver lo sombrío que lucía el entorno. A pesar de esto, no le dio demasiada importancia, considerando las ideas alocadas que Derek solía tener de vez en cuando. Intentó convencerse de que tal vez pasarían tiempo juntos en la piscina de la escuela o tendrían una conversación profunda bajo la luz de la luna en el campo de Lacrosse.
A pesar de su incertidumbre, Selena estaba segura de que no se arrepentiría.
Sacó su teléfono del bolsillo una vez logró entrar por la puerta trasera. Sabía que Derek había quitado el seguro para que no se le dificultara entrar, el ambiente vacío y lleno de eco la llenó de temor. Recordando películas de terror, temía que alguien la acechara en la oscuridad.
Marcó el número de Derek y llevó el teléfono cerca de su oído, pero a pesar de la insistencia, nadie contestó. Guardó el aparato nuevamente, soltando un suspiro.
—¿Dónde estás? —se preguntó a si misma.
Caminó entre los casilleros, mezclándose con la oscuridad del lugar, mientras que lo único que alcanzaba a escuchar, eran sus pisadas resonando con cada paso que daba. Se acarició sus propios brazos, antes de resguardar sus manos del frío en el bolsillo de su chaqueta. Repitió el nombre de Derek varias veces por los siguientes minutos, hasta que se detuvo junto a las escaleras al oír un estruendo detrás de ella. Sintió el bombeo de su corazón hasta la cabeza, estaba completamente asustada.
Sacó su teléfono, una vez más, esperando que Derek ya le hubiese enviado un mensaje. Pero rebuscando entre sus notificaciones, escuchó otro ruido aún más cerca que el anterior y eso logró alterarla.
Decidió ser valiente por primera vez en su vida, y antes de salir corriendo como planeaba desde un principio, decidió caminar hasta la salida intentando ser sigilosa. Su mano apretaba con fuerza su teléfono, sintiendo que en cualquier momento se resbalaría de sus torpes y delgados dedos. No había pensamientos en su cabeza, estaba totalmente en blanco, lo único que se repetía sin parar era la duda de dónde se encontraba Derek en realidad. Por un momento, temió ante la posibilidad de que él muriera y alguien tomara su teléfono enviando el mensaje que la llevó a ese lugar.
Sus pasos se detuvieron. El ruido fuerte de un metal al golpear contra algo firme la obligó a girarse. El teléfono acabó al lado de sus zapatillas al ver la puerta de uno de los casilleros en el suelo, junto a las escaleras en las que ella había estado momentos atrás.
Ahogó un grito cuando al alzar la mirada, se encontró con un hombre de un tamaño para nada promedio. Aquella bestia que se encontraba frente a sus ojos, era la supuesta solución de Peter ante un problema que había previsto; un Alfa.
Selena se mantuvo estática por varios segundos al ver como, lo que ella llamaba monstruo, se acercaba a ella a paso lento. Su pecho subía y bajaba al ritmo de sus latidos. Estaba en shock, y aunque quería que su cuerpo reaccionara, aunque lo deseaba con todas sus fuerzas, sus pies no respondían ante las exigencias de su mente.
Cuando el alfa se detuvo frente a ella, demostrándole la evidente diferencia de altura, los ojos avellana de Selena se inundaron de lágrimas. Estaba convencida; esa noche su vida acabaría. Y a pesar de todo lo que podía perder, en su mente solo se presentaron los rostros de dos personas. Era lo que quería, que su madre y su hermano la acompañaran hasta el final.
Pero entonces, sucedió.
Primero fueron sus dedos, luego la mano y el brazo por completo. Cuando fue capaz de sentir su pies, no lo dudó. Giró antes de que el alfa alcanzara a morderla y, oyéndose solo su propio suspiro, corrió lejos de él. Estuvo a punto de caerse varias veces, pero se recomponía enseguida, negándose a morir en ese momento.
«Por sus amigos»
«Por su madre»
«Por Scott»
«Por su propia vida»
Selena no siempre estaba segura, pero esa noche, no sabía cómo, tenía que encontrar la forma de volver a su casa. Viva. Por todos ellos.
El alfa logró alcanzarla en poco tiempo, y aunque Selena hubiese sido la mejor corredora de todos los tiempos, jamás hubiese logrado escapar de sus garras. Un Alfa contra una completa humana, era exactamente lo que Peter temía. Y era el miedo que él le había transmitido a Derek.
Cuando Selena, con los ojos cerrados, sintió el filo de los colmillos cerca de su estómago, el peso del Alfa se quitó. Cuando abrió sus ojos, Derek estaba detrás; agitado; desalineado; luciendo asustado, mientras sus ojos brillaban de un dorado intenso. Clavó la mirada en ella al instante.
—Lo siento —susurró—. Lo siento, Lena.
La chica lo miró confundida, mientras era ayudada por el mismo a ponerse de pie.
—¿De qué estás hablando? ¿Dónde estabas, Derek?
—Es mi culpa, Selena —insistió, con la voz quebrada.
Ella estuvo a punto de preguntar otra vez la razón por sus repentinas disculpas, pero alguien más la tomó de la mano, alejándola del pasillo principal con rapidez y sobre todo, alejándola de Derek.
—¿Peter? —preguntó, aún más confundida al verlo en aquel lugar—. ¿Qué está pasando?
—¡Llévatela! —gritó Derek, detrás de ellos.
El alfa se levantó con molestia, sus ojos completamente rojos cuando se avalanzó hacia Derek. El menor intentó golpearlo, pero acabó chocando contra los casilleros. Selena gritó su nombre antes de desaparecer del pasillo a jalones de Peter.
—¡Vamos! —le gritó su amigo.
—¡¿Estás loco?! ¡Va a matarlo, Peter! —La chica luchaba por detenerse, pero no era lo suficientemente fuerte.
—¡Y en su lugar morirás tú! —La tomó por los hombros cuando llegaron al final—. ¡Escúchame! Derek estará bien, él no le hará daño, pero tenemos que irnos antes de que sea demasiado tarde. Tú no corres con la misma suerte.
Selena dio una última mirada detrás de ella y escuchó un estruendo antes de cerrar sus ojos para evitar llorar, luego salió corriendo junto a Peter. «Él estará bien» se repitió.
Derek se puso de pie una vez más y antes de que pudiera hablar, una voz femenina lo detuvo.
—¿Derek?
El chico volteó hacia ella en segundos, fue cuando vio a Paige de pie en medio del pasillo. Volvió la mirada hasta el alfa y cuando notó una sonrisa formándose en su rostro, no dudó en intentar avanzar hacia ella.
—¡Corre! —gritó, antes de que el hombre volviera a detener sus pasos con un fuerte golpe en la espalda. Derek terminó en el suelo.
Con la vista borrosa, alcanzó a distinguir la figura de Paige intentando escapar del Alfa. No lo logró. El chico cerró sus ojos ante el desgarrador grito de ella.
Derek apretó los puños al escuchar la historia en boca de Peter. Sabía que Scott lo observaba y no pudo evitar sentir el doble de culpa que había cargado durante todos esos años. Cerró los ojos al sentirlos arder, no quería mostrar su dolor delante de nadie, y mucho menos delante de él. ¿Qué pensaría Scott? "Estaba actuando, por supuesto".
—Esa mordida no era para Paige —prosiguió Peter, caminando por los vestuarios. Quería negarlo ante los ojos de su sobrino y beta, pero era difícil negarle a su propia mente lo doloroso que era recordar la mirada destruida de Selena aquella noche—. Supongo que el destino tampoco quiso cambiar, porque su cuerpo la rechazó de igual forma.
—Entonces, esa era tu idea: convertir a Selena para evitar cualquier riesgo —habló Scott después de varios minutos de silencio—. Y para hacerlo, la pusieron en riesgo.
—Si lo dices de esa forma suena mal —dijo Peter, inclinando la cabeza.
—¡Porque lo está! —acusó—. Mi hermana casi muere esa noche.
Derek se puso de pie.
—No es tan así —murmuró.
—Pues es lo que escuché, porque, si esa mordida rechazó a Paige, ¿qué les aseguraba que el cuerpo de Selena lo aceptaría? —inquirió, acercándose a Derek.
—Estaba enamorado, Scott, fui egoísta. Creí que si se quedaba conmigo, debía protegerla y nos ahorraríamos muchos problemas si la convertían.
—Sí, pero tampoco se lo preguntaste, Derek. Su vida podría haber terminado arruinada de igual forma, y eso a ti no te importó.
—¡Tenía quince años!
—¡Bien! pero tú has pasado cada momento desde que me convertí, diciéndome que soy solo un niño que toma malas decisiones por una chica.
—¡No lo compares con esa mierda! —le gritó Derek, enfurecido.
Peter apareció junto a ellos, aliviando la atmósfera. Le dio una mirada a Scott.
—¿Quieres saber cómo terminó esa noche, Scott? O puedo sentarme en una de las bancas mientras los veo matarse con la mirada, porque los tres sabemos que no se golpearán.
Scott se mantuvo en silencio, y eso fue suficiente para que Peter continuara.
Peter y Selena descendieron rápidamente por las escaleras. A pesar de algunos tropezones, ella corrió directamente hacia el cuerpo aún con vida de Paige. Derek la sostenía entre sus brazos, tomándole la mano e intentando aliviar su dolor. Los ojos de Selena se llenaron de lágrimas al ver a su mejor amiga en ese estado. Peter se arrodilló detrás de ella y puso una mano en los hombros de la chica. En ese momento, lamentaba no poder aliviar su sufrimiento emocional con la misma facilidad que el físico.
Bajo el Nemetón, Selena acarició el desaliñado rostro de Paige. Sus manos se mancharon de sangre tan oscura como la noche misma, y temblaron al ver la gran cantidad que brotaba de su boca. Temía por la vida de su amiga.
—¿Se recuperará? —Selena le preguntó a Derek, sabiendo que él no mentiría.
La esperanza en la voz de ella, terminó de destruir a Derek por completo. La miró a los ojos mordiendo su labio inferior con tanta fuerza que logró lastimarse. Negó lentamente, en respuesta.
—Lo siento —ahi estaba, aquella disculpa de nuevo, con la diferencia de que Selena sabía por qué. Su voz se rompió—. Lo siento mucho.
—E-está bien —susurró Paige, forzando su garganta para hablar.
Selena se acercó aún más a su amiga y le sostuvo el rostro entre sus manos. Ambas conectaron sus ojos cristalizados y rotos en almas.
—Te amo ¿lo sabes, cierto? —preguntó Selena, con su corazón apretando contra su pecho.
Paige asintió con todas sus fuerzas.
—Lo sé —murmuró—. Lo sé, Lena.
Peter le dio una mirada a Derek, antes de volver la vista a ambas chicas.
Selena apoyó su frente en la de Paige y no dejó de sollozar. La clara respuesta de Derek atormentaba su mente. No podía soportar aquella realidad. Sabía que no aguantaría un mundo sin su mejor amiga. E incluso si podía, no era lo que quería.
—No mires, Lena —pidió Derek.
—No me iré a ningún lado —le dio una mirada como si estuviera pidiéndole una barbaridad. Meneó la cabeza de un lado a otro—. No, olvídalo.
—No te vayas, solo no mires —le suplicó—. Por favor, Lena.
—Okay —accedió finalmente—. Bien, no miraré. Pero, ¿qué harás?
Derek apretó sus labios antes de responder:
—Ponerle fin a su sufrimiento.
La chica sintió el nudo de su garganta al tensarse aún más.
Tomó la mano de Paige al tiempo en que más lágrimas se deslizaran sobre sus mejillas con abundancia. Recogió las piernas hasta el pecho y apoyó la palma de la mano de ella en su mejilla, sintiendo lo fría que ya se encontraba mientras Paige apoyaba la cabeza en el hombro de Derek.
Todos cerraron sus ojos antes de escuchar algo quebrarse junto a las grietas del corazón de Selena.
En ese instante, Peter no dudó en arrodillarse junto a su mejor amiga y rodearla en un abrazo compasivo; Selena había roto en llanto.
[...]
Talia bajó las escaleras en silencio, apenas audibles sus pisadas, pero para Derek Hale, era como una bomba de tiempo. Apretó la mano de Selena con fuerza mientras la oía sollozar. Cada sonido parecía taladrar su mente. A pesar de querer abrazarla con todas sus fuerzas y asegurarle que todo estaría bien, tenía un nudo en la garganta que le impedía siquiera mirarla a los ojos. Y una vez más, Derek no podía mentirle.
Su madre se detuvo frente a ellos, pero ninguno quiso alzar la mirada. Selena estaba totalmente desconectada de la realidad, y Derek evitaba abrir los ojos. La mujer pronunció su nombre después de un largo silencio.
—Hice algo —dijo Derek—. Algo terrible.
Peter le había contado todo a su hermana, así que Talia no se sorprendió ante su repentina confesión.
—Lo sé —dijo la mujer, agachándose frente a ellos.
Derek tomó con más fuerza la mano de Selena, pero ella seguía sin reaccionar. Las lágrimas que había soltado se habían secado, dejando un rastro en sus mejillas.
—Mis ojos... —murmuró Derek—, son diferentes.
Talia sostuvo el rostro de su hijo con delicadeza. Le dio una mirada comprensiva, aunque él no la estuviera viendo.
—Diferentes, pero siguen siendo hermosos —dijo en un susurro, calmándolo con una pequeña sonrisa—, como el resto.
Derek abrió sus ojos revelando al fin su nuevo color: azul. El color que etiquetaba a quienes lo portaban como alguien que le había arrebatado la vida a un ser inocente. Y el color que años después, atravesaría los sueños y pensamientos de Selena sin que ella supiera a quien le pertenecía.
La mujer volteó hacia la niña y, sin dejar de acariciar el rostro de su hijo, notó el dolor en su mirada. Era la primera vez que la veía y pudo sentir que Derek no se había equivocado al describirla; hasta el más mínimo detalle era correcto, como cuando le habló sobre el brillo natural de sus ojos.
Talia tomó la mano de su hijo y la de Selena, evitando que el menor siguiera dañándola inconscientemente.
—Lena —pronunció, llamando la atención de la niña de inmediato. No respondió, pero su mirada le aseguraba que estaba escuchando—. Estarás bien, lo prometo —le dijo.
Selena siguió en silencio durante varios segundos, pero luego se esforzó por desviar su mirada hasta el chico junto a ella. Quitó su mano de la de Talia y la llevó lentamente y temblorosa hasta la de Derek. La calma volvió a su cuerpo en el instante en que tuvo contacto con su piel nuevamente.
—¿Él estará bien? —preguntó, su voz a punto de romperse, pero manteniendo la fuerza para que no sucediera.
Derek alzó su cabeza hasta ella y clavó su mirada en sus ojos, sorprendido por su pregunta. Talia entendió de inmediato qué tipo de niña era Selena McCall, y también en qué mujer se convertiría.
—Vamos —pidió la mujer con dulzura—. Iremos con alguien.
[...]
—Estuviste con nosotros desde siempre, Deaton. Eres nuestro consejero y es un consejo lo que necesito ahora.
Peter miró a Selena y a Derek, abrazados en un rincón. La niña apretó sus labios y le lanzó cortas miradas a su amigo, sintiendo que necesitaba el apoyo tanto de Derek como de Peter. Él apenas escuchaba lo que su madre y el hombre llamado Deaton hablaban. Eran palabras sueltas y oraciones casi sin sentido, pero una logró captar su atención de inmediato.
—¿Borrarle los recuerdos? —preguntó Peter, completamente confundido—. ¿Cómo llegamos a esa conclusión?
—Si fueras capaz de prestar más atención, lo entenderías —comentó su hermana, cruzándose de brazos—. Esto no se trata de "llegar a una conclusión", se trata de la vida de todos nosotros y la de ella.
—Derek no estará de acuerdo —musitó, acercándose a los mayores para que la pareja no los escuchara—. Yo no estoy de acuerdo.
—En lo que a mí respecta, Peter, tu opinión ya no tiene relevancia ni autoridad. Tú eres el principal culpable de que esto sucediera, tú te encargaste de detonar una bomba que no existía —le recordó Talia, dándole una mirada firme.
Deaton detuvo la intensa batalla de miradas chocando sus manos entre sí, ambos hermanos voltearon a verlo relajando sus expresiones faciales.
—Lamento si mis palabras están fuera de lugar, pero esto no se trata de ustedes o de lo que Derek quiere, se trata de lo que Selena necesita —opinó Deaton, señalándola a ella—. Si esa niña sale de aquí con sus recuerdos intactos de lo ocurrido esta noche, su vida cambiará por completo y, aunque es lo que estoy seguro que intentarán hacer, no podrán ayudarla. He visto a Selena, es un alma puramente descuidada, tuvo que pasar infiernos dejando rastros de amor en el camino. Ella pudo vivir bastantes cosas a su corta edad por lo que me has contado, Peter, pero jamás habrá maldad en su corazón y esa es tanto una cualidad como una maldición. Un alma tan frágil, logra destruirse con una sola grieta.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Peter.
—Déjame ponerlo de esta forma. —Deaton relamió sus labios antes de continuar—. ¿Qué tan importante era Paige para Lena?
—Era su mejor amiga —respondió, y bajó la mirada—... Y la amaba.
—Debemos entenderlo de esta forma: además de proteger su corazón, ahora, es una prioridad alejarla de este mundo por completo. No importa lo que hagan para evitarlo, Selena es humana y, como convertirla podría solucionarlo, tambien podría matarla. En pocas palabras, este no es un mundo para ella, no por ahora.
—Estoy de acuerdo.
Talia volteó junto a Peter y Deaton al oír la voz de Derek. Su madre le dio una mirada extrañada, mientras el menor mantenía sus ojos en el hombre frente a él.
—Quiero que se olvide de todo esto. Quiero que se olvide de mí —sentenció. Su madre quiso detenerlo, pero Derek no hizo caso—. Acabo de ver sus ojos, mamá, acabo de verla y me di cuenta de que al igual que los míos, su brillo cambió. Ni siquiera existe. No puedo verla así, ella no va a vivir de esa forma. Pasó por mucho, no es justo que yo, luego de jurarle protección, la dañara de esa forma.
—Estoy de acuerdo contigo, cariño. —Su madre acarició su frente—. Pero esto no es tu culpa, y al menos sabrás, que al final si te enamoraste de ella.
—Y es el amor que siento por ella lo que me alienta a tomar esta decisión.
Deaton se aclaró la garganta luego de darle un vistazo a Selena.
—Pero antes de darlo por hecho, necesito que escuchen el riesgo —habló, expresándose con sus manos—. Talia será quien le quite los recuerdos con sus garras. Eres lo suficientemente poderosa como para no hacerle daños colaterales y sobre todo, matarla. Pero hay riesgos, hay muchos riesgos. Es una decisión que no tiene regresión, el arrepentimiento no debe ser una opción futura. Créanme, es más fácil quitarle estos recuerdos, que regresárselos.
Derek miró a Selena y notó cómo su pecho subía y bajaba mientras cubría sus ojos con las manos; había empezado a llorar de nuevo.
—También es importante que alguien cercano a ella sepa todo esto, esa persona se encargará de mantenerla alejada de todo lo que represente esta noche. Lena no preguntará sobre Paige, pero los demás sí y por obvias razones, Selena se preguntará quién es ella, llegando a lo que tratamos de evitar desde un principio —continuó Deaton.
Talia soltó un suspiro y Derek se volvió para mirarla.
—Creo que su madre es la mejor opción, pero yo me encargaré de eso. Sé que nadie entenderá el dolor de ver sufrir a los hijos más que a otra madre —dijo.
Derek estaba completamente nauseabundo. Haber escuchado la historia nuevamente le había revuelto el estómago y los pensamientos. A pesar de la escasez en los detalles de Peter, con cada palabra, Derek volvía a experimentar aquellas emociones a flor de piel.
—Esperen, ¿quieren decir que Deaton lo sabía todo? —preguntó Scott, completamente atónito—. Pero, Derek, lo sacaste porque creíste que él era el alfa.
Peter le dio una mirada a su sobrino, dándole la razón al menor.
—Bueno, eso fue una confusión —se intentó defender.
Peter volteó los ojos de inmediato.
—Por dios, eres tan bueno como Lena intentando defenderte —comentó el hombre con ironía.
El menor se sentó junto a Derek en la misma banca y cruzó sus dedos entre sí.
—Entonces, ¿"Lena"? —cuestionó Scott, luego chistó—. Sabía que había una razón después de todo.
Derek alzó la mirada enseguida, intrigado por sus palabras.
—¿De qué hablas? —inquirió, dándole una mirada corta a su tío.
—Hace años, cuando tenía cerca de doce, mi madre me pidió que dejara de llamar de esa forma a Selena. —Meneó lentamente la cabeza de un lado a otro—. Nunca entendí por qué. Me costó un infierno evitar decir el apodo que yo le di desde que tenia tres años, pero lo hice. Ahora sé que fue debido a... todo esto.
—Bueno, nombrarla de esa forma no la hará recordar todo. No funciona así, sería estúpido —habló Peter, haciendo una mueca—. Lo que hará, será que se pregunte por qué alguien como nosotros la llamaríamos así. Y en caso de que ustedes hubiesen seguido con aquel apodo, habría sido peor preguntarse por qué la llamamos como solo su familia lo hace. De todos modos, no podemos descartar por completo que partes de sus recuerdos se encendieran por eso, lo cierto es que no entendíamos muy bien como funcionaba... Incluso ahora es algo que desconocemos.
—¿Y qué les asegura que Selena no recuerda absolutamente nada?
—Porque fue Talia, mi hermana y un Alfa completo, la que se encargó de eso —argumentó Peter—. Y déjame decirte, Scott, que ella no era nada parecida en mí.
—Eso me deja tranquilo, en realidad —dijo Scott.
Derek clavó sus ojos en Scott y lo escaneó con la mirada. Sus pensamientos y opiniones sobre si mismo podrían estar desorganizados, pero estaba seguro de que lo que seguía en la historia, debía escucharlo de su propia boca. La verdad solo se confirmaba a través de las emociones expresadas en sus propias palabras, y nadie estaba preparado para relatar lo que Derek había experimentado con Selena, nadie excepto él mismo.
—"Estaré para ti" —las palabras de Derek, lograron captar la atención de ambos—. Eso fue lo que le dije antes de que me olvidara.
El chico se arrodilló frente a ella, sosteniendo su rostro con ambas manos. Los ojos de ella estaban enrojecidos e hinchados, y sus labios temblaban sin cesar. Con su pulgar, acarició la comisura de estos y le dedicó una pequeña sonrisa.
—¿Qué están haciendo? —preguntó Selena, sin apartar la mirada de él. Había cierta seguridad que le brindaban los ojos de Derek, y sabía que si dejaba de verlo, acabaría llorando—. ¿Derek?
El chico volvió a sonreírle con el claro dolor reflejado en su rostro. Acarició el cabello de ella, apartando dos mechones detrás de su oreja. La observó como si fuera una maravilla, tratando de capturar cada detalle en sus facciones para guardarlos en su memoria por el resto de su vida.
—Te amo, Lena —soltó en un susurro. Selena movió sus ojos en cada rincón de su expresión, intentando encontrar una respuesta clara a sus palabras—. Vas a olvidarlo, y seré el único que sufra la ausencia de lo nuestro, pero estoy dispuesto a sostener el peso del universo con tal de que el brillo de tus ojos se mantenga. Tendré que romper todas nuestras promesas, menos la de amarte eternamente; ese sentimiento nunca desaparecerá.
—¿De qué...? Derek, ¿de qué ha...?
Derek la interrumpió, sin dejar de acariciar su rostro con sus fríos y ásperos dedos. Sentir la piel suave de Selena fue un completo consuelo para él. A pesar de lo dañado que estaba, el bienestar de ella le aseguraba su tranquilidad absoluta.
—Por siempre, será tu nombre el que provoque emociones profundas en mí —continuó—. Amarte fue un camino de ida y no pienso retroceder, aunque tú pierdas todo rastro de mi nombre.
Talia se detuvo detrás de Selena y acarició la espalda de la chica con amabilidad, demostrándole con esa acción que no tenía intenciones de dañarla.
—No quiero olvidarte —negó Selena, ahora sosteniendo el rostro de Derek. Se acercó a él y presionó sus labios contra los suyos con intensidad. Al separarse, ella notó las lágrimas que rodaban por la mejilla de él—. Nunca te respondí, pero ahora estoy segura de amarte, Derek, con cada detalle y acción que tuviste conmigo, con cada palabra que me has dicho, me has enamorado. No quiero olvidar eso. Eres parte de mi salvación.
Derek conectó con los ojos de ella. Apretó sus labios con ira y tristeza al mismo tiempo, antes de depositar un beso de despedida en la frente de ella.
—Y no puedo convertirme en tu destrucción.
Los ojos de Selena se abrieron de golpe cuando sintió unas garras clavarse detrás de su cuello. Sus ojos no soltaron la conexión con los de Derek, y mientras sentía que parte de su alma se desvanecía dentro de ella, un nombre permaneció con resistencia hasta el final: Derek Hale.
—Estaré para ti —le aseguró, y sabía que esas palabras eran más que una simple promesa y perdurarían en el tiempo, sin importar lo que sucediera.
Al poco tiempo, el corazón Derek acabaría ceñido en la oscuridad al escuchar: "¿Quién eres?".
Derek se detuvo frente a la casa de Selena. Salió de su auto y avanzó con determinación hasta la puerta. Tres golpes en la madera bastaron para que, minutos después, la luz en su abismo apareciera frente a sus ojos; Selena sonrió al verlo.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó, confundida pero al mismo tiempo contenta por su presencia.
—Estoy aquí para ti —respondió, antes de rodearla con sus brazos por la cintura.
Derek la besó y Selena correspondió aquel beso con más amor del que admitía en realidad.
Accidente
Coincidencia
Patrón.
Alfa
Beta
Omega.
El sol
La luna
Y ¿la verdad?
Nota de autora .ᐟ :
Al fin!!!! Llegamos al final del primer libro, estoy súper emocionada por la continuación.
Estaré subiendo el segundo libro llamado "Through you", por favor, estén atentxs así lo guardan en sus listas y votan.
¡Por supuesto que hay más! Esto no es todo y tendrán más momentos de Selena y Derek jóvenes, de la amistad con Peter y sobre todo, en el segundo libro se mostrará más la amistad de Paige y Selena. No quise integrarlo en este porque quiero que ustedes recuerden esa amistad junto a Selena, asi que sí, la intriga es mi especialidad.
Como sea, sé que este capítulo pudo ser mejor, pero creo que es todo lo que necesitan saber... por ahora.
PD: para el final ya estaba escuchando "Enchanted" de Taylor Swift y mi corazón no daba más. 😭
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༝༚༝༚
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(+) EXTRA
Tiktok: gimeverlark.
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Recuerden:
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