❝Caja❞

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  NARRADOR:

  —¿Estás consciente de que hay toque de queda, verdad? —preguntó Selena, abriendo la puerta principal del hospital. Dejó que su hermano pasara antes de ella y luego la cerró detrás. Bajó la mirada a la comida que el menor le llevaba a su madre entre sus manos—. Mamá ama la comida, pero no accederá.

  Scott volteó los ojos al instante como era habitual cada vez que Selena le tiraba sus planes abajo. Incluso si ella tenía razón, no podía rendirse y no salir con Allison. Aunque hubiese esperado que no fuera una cita doble y menos con el arrogante de Jackson.

  Selena soltó una pequeña risa mientras esquivaba algunos enfermeros que tenían la vista pegada en papeles.

  —Si el año anterior me hubieses dicho que en algún punto de tu vida ibas a tener una cita doble me hubiese reído en tu cara. Ahora solo queda reírme de Stiles.

  Ambos se detuvieron enfrente de la recepción donde al igual que los demás enfermeros su madre estaba haciendo papeleos dándole la espalda a ambos.

  —Yo me reiré en tu cara cuando termines saliendo con Stiles —dijo el trigueño, colocando la comida en el mostrador sin quitarle la mirada divertida a su hermana un poco más alta que él—. Tal vez, al final, le acabes dando una oportunidad. Muack, Muack —se burló.

  —Es lindo, pero créeme, mi plan "A" es casarme con un hombre con dinero —contó Selena, orgullosa de su plan.

  —¿Y el plan "B"?

  —Nunca tuve uno.

  —Suerte buscando a un hombre que tenga dinero aquí, en este pueblo.

  Selena se le quedó viendo indignada mientras Scott llamaba a su madre para que se diera la vuelta. Cuando los vio a ambos sonrió, pero sus labios se estiraron más cuando vio la comida en las manos de su hijo menor.

  —¡Mis bellos hijos! —habló emocionada—. Son tan generosos que me sorprenden.

  —¿Sorprenderte? Tal vez no te apetecía ir a la cafetería —dijo Scott juntando sus manos en el mostrador.

  Selena hizo lo mismo.

  —Siempre hacemos esto.

  —Siempre que quieren pedirme algo. —Melissa juntó sus manos y alzó la vista al techo—. Por favor, no me pidan el auto.

  —Mamá —prununció Scott fingiendo ofenderse.

  —¿Qué? Hay toque de queda, no le daré el auto a ninguno de los ojos, pero... —quitó la comida del mostrador con una sonrisa—, me quedo con esto. Los amo.

  Selena la saludó con una sonrisa mientras su madre se iba. Scott le devolvió las palabras, pero dejó caer sus brazos al costado del cuerpo decepcionado. Selena le acarició la espalda.

  —Al menos lo intentaste —dijo.

  Selena se dio la vuelta y comenzó a caminar hasta la salida, pero cuando notó que su hermano se había detenido a observar un pasillo a un lado de ellos, se detuvo confundida.

  —¿Qué sucede?

  —Enseguida te alcanzo. —Se volteó hacia ella con una diminuta sonrisa—. Iré al baño.

  Selena asintió extrañada, pero cuando él se fue escuchó la voz de su madre pronunciando su nombre. Se dio la vuelta y la vio sosteniendo una pequeña caja. Al acercarse a su madre y ver con claridad lo que decía, se emociono demasiado.

  —Hace años no tenía de esto —recordó Selena tomando la caja entre sus delgados dedos.

  Melissa tampoco se contuvo.

  —Es el regalo por tu cumpleaños, no es lo mejor y sé que aún falta mucho, pero tómalo como adelantado.

  —Mamá, no puedes decirme que una caja de insulinas no es el mejor regalo cuando es lo que me mantiene con vida —negó Selena tomando la mano de su madre—. Gracias.

  Melissa rodeó el mostrador y le dio un abrazo a la chica.

  [...]

  Derek se mantuvo en silencio mientras volvía a sentarse en medio de las escaleras de su casa. La madera crujía debajo de él y la excesiva ceniza que había en el lugar se mezclaba con la tela de su pantalón, aunque no era muy notorio tampoco, él vestía de negro como era de costumbre.

  Sus ojos se llenaron de lágrimas por unos segundos, pero no se permitió sentir —como la mayor parte del tiempo— y se las quitó con la piel seca de una de sus manos. Scott podía tenerlo como un tipo serio, alguien que ni siquiera era capaz de sentir, incluso como un monstruo, pero la realidad era muy diferente. A Derek podía solo importarle una persona, pero cuando se preocupaba por alguien, hacia lo que sea por mantenerla a salvo.

  Como era con ella... como era con Selena.

  «No puedo olvidarte» dijo entre el lío de sus recuerdos y pensamientos.

  —Tampoco quiero hacerlo —murmuró con la mirada fija en el suelo.

  Su cabeza estaba llena de grietas, llena de recuerdos destructivos. Derek sabía que podía morir en cualquier momento, sin embargo, a él no parecía importarle del todo. Consideraba que tal vez, si moría más joven, jamás tendría la oportunidad de acercarse de nuevo a Selena y terminar por hacerle daño con la verdad. Aunque el sabía que más que oportunidad, sería una pesadilla para ella.

  Y Derek estaba cansado de serlo. Él había deseado ser el causante de sus sonrisas y de sus mejores momentos de vida. Pero lamentablemente, el día que la conoció, se convirtió en el detonante de sus desgracias.

  Escuchó un motor acercarse y se puso de pie inmediatamente.

  Sabía que se trataba de una patrulla y también era consciente de que no debía estar ahí, pero no podía alejarse de ese lugar. Era lo único que tenía para recordar.

N.A:

Lo sé, he tardado mucho en actualizar y encima les vengo con un capítulo corto, pero les juro que he estado muy desanimada. Creo que la mayoría sabe que todos tenemos vida fuera de esta plataforma y muchas veces problemas te estancan en la escritura, pero sólo quiero recordarles que actualizo cada vez que me es posible, esta historia jamas voy a abandonarla.

Besos 😘