Capítulo Dieciocho
—Te agradezco mucho que hayas venido, querido, significa mucho para mí.
Seungmin yacía sentado en un cómodo sofá frente a la madre de Felix. La mujer se veía pálida, unas enormes ojeras decoraban su rostro, había perdido algo de peso y su vestimenta no había cambiado de un pijama por días.
El chico se sentía mal, ya que si él ya la estaba pasando horrible por la pérdida de su mejor amigo, no se podía ni imaginar lo que ella estaba sufriendo.
—No me agradezca por eso, sabe que siempre puede contar conmigo. Después de todo, hasta puedo decir que usted básicamente me crió—Seungmin esbozó una sonrisa y la mujer se permitió sonreír también.
Mientras sus padres se encontraban demasiado ocupados exigiéndole estudiar, la madre de Felix, Sunhee, le decía que todavía era muy joven como para estar comiéndose la cabeza con los estudios.
Seungmin siempre se sentía feliz y libre cuando Sunhee aparecía por su casa junto a Felix invitándolo a ir a tomar un helado o a ir al parque a divertirse.
—No sé si usted lo recuerde, pero yo lo hice una promesa y la voy a cumplir—Añadió el adolescente.
Sunhee se quedó perpleja, su mente yéndose a un recuerdo borroso de una promesa que hizo con Seungmin hace un tiempo.
Flashback
—Y por eso pienso que las primeras tres películas de Transformers son las mejores de la saga.
Seungmin parpadeó varias veces tratando de procesar todo. Su mejor amigo acababa de hacerle un "resumen" de las tres primeras películas de Transformers y para ser honesto... No había entendido ni una sola palabra, ya que Felix no era realmente el mejor explicando.
—No lo sé, yo ahora estoy con esto...
Y al decir estas palabras, Seungmin agarró un libro que estaba sobre la cama. Se había vuelto una costumbre siempre estar portando un libro junto a él.
Felix se inclinó para leer.
—"Cementerio de animales" de Stephen King—Leyó la portada y luego se echó hacia atrás con una mueca—Suena a que da miedo, no me gusta.
Seungmin soltó una risita mientras soltaba el libro y se levantaba de la cama.
—Voy a buscar algo para beber—Comentó, a lo que Felix simplemente asintió.
La casa de Felix también se había convertido en la casa de Seungmin, él se podía pasear por todo el lugar y sacar cualquier cosa y nadie lo cuestionaba.
Seungmin bajó las escaleras y caminó hacia la cocina, pero se quedó de pie justo debajo del marco de la puerta al encontrarse con la madre de Felix llorando mientras apretaba un cuchillo entre sus manos.
—¡Sunhee!—El menor exclamó
Sus pies se movieron de inmediato y corrió hacia la mujer, quitándole el cuchillo de las manos—¡¿Qué sucedió?!
Sunhee lo observó con ojos muy abiertos y llenos de lágrimas, su cuerpo temblaba de forma brusca y buscaba soporte en algún lugar. Al notar esto, Seungmin acercó una silla hacia ella y la hizo tomar asiento, mientras que trataba de calmarla.
—S-Seungmin, cariño...—Comenzó diciendo con dificultad la mujer—Por f-favor no le digas a F-Felix...
Seungmin tuvo que tragar saliva al oír eso, se sintió nervioso... Primero, haber encontrado así a una mujer tan brillante y alegre lo espantó. Y segundo, sus palabras tampoco indicaban algo bueno.
—¿Qué fue lo que pasó?—Optó por preguntar con una voz baja y suave.
—Con mi esposo tuvimos un pequeño problema, pero no te preocupes... Siempre pasa algo así y luego volvemos a la normalidad, es normal—Sunhee expresó eso con una sonrisa, pero la falsedad en ella y sus ojos tristes la delataban.
—¿Pequeño problema?—Seungmin alzó una ceja—¿Está segura de eso?
—¡Sí! Es completamente normal, Felix ya está acostumbrado a eso... Pero por favor no le digas, esta sería la segunda vez en la semana que pasa y no quiero preocuparlo...
Seungmin no era tonto, podía ser algo normal para ellos, pero de todas formas eso era algo grave.
Hace unos meses hubo un incidente que involucraba a los Lee, sus vecinos comentaron que escucharon gritos y cosas rompiéndose, minutos después de eso Felix salió corriendo de la casa con una herida en el labio y llorando. Se le avisó a la policía sobre ese suceso, pero no se hizo nada ya que el señor Lee afirmó que había estado borracho en ese momento y que eso no solía suceder, y que tampoco solía beber así que fue un "desliz".
La policía le dio una advertencia, pero no hicieron nada más.
—Sunhee... Digo, señora Lee—Se corrigió al instante, se había acostumbrado a llamarla por su nombre cuando en realidad debería tratarla adecuadamente y con respeto—Se que soy muy joven, que sigo siendo considerado un niño... Bueno, un preadolescente, pero quiero que sepa que cualquier cosa que necesite yo estaré aquí para usted. Lo prometo. Usted siempre me ha apoyado en todo y se ha comportado como una madre para mí, así que yo quiero devolver ese favor y lo haré.
Seungmin vio como Sunhee se derrumbaba en sus brazos, repitiendo lo buen niño que era y lo agradecida que se encontraba con él.
Presente
—Yo... Sí, lo recuerdo. Lo recuerdo bien.
Sunhee respondió con voz ahogada, mientras que una pequeña sonrisa se asomaba en sus labios y sus ojos se ponían llorosos.
La mirada de Seungmin se dirigió hacia una linda decoración floral que se encontraba en el centro de la mesa.
—Que lindas flores, ¿usted las compró?—Comentó cambiando de tema, no quería que la mujer se sintiera más triste.
Sunhee observó en la dirección que el chico observaba y su sonrisa se agrandó al darse cuenta de lo que se trataba.
—No, no, yo no las compré. Una bella muchacha me las trajo como regalo, dijo que era amiga de Felix.
Seungmin se mostró curioso ante eso.
—¿Sí? ¿Quién era?
—Su nombre era Bae Haerin, es una chica realmente hermosa y encantadora... Su compañía me hizo sentir mejor—Sunhee relató sin borrar su sonrisa.
Al oír eso, Seungmin no pudo evitar sonreír.
Haerin era capaz de iluminar a todo el mundo, de eso estaba seguro.
☠︎︎
Seungmin estuvo en casa de Sunhee por unas cuantas horas más, estuvieron charlando y se encargó de tratar de animarla.
Una mujer así de buena no merecía sufrir tanto, pensaba él.
Ahora mismo se encontraba recostado sobre la cama de su habitación, Haerin estaba con él y sus padres no estaban en casa, así que no le preocupaba.
Siendo sincero, Seungmin no sabía en qué momento se había hecho tan cercano a Haerin... Se podría decir que las circunstancias los unió.
—¿Qué tienes en la mano?
Haerin volteó sujetando el marco de una foto y se la enseñó.
Era una de las tantas fotos que tenía con Felix, esa era de dos años atrás cuando hicieron un picnic improvisado... Estuvo todo horrible, claro, pero ambos estaban felices.
Seungmin sonrió nostálgico al ver la foto y Haerin se acercó hacia él, entregándosela, mientras que tomaba asiento en la orilla de la cama.
—Espero que seas consciente de que desde el momento en el que Felix desapareció por unos días ya no era el mismo...—Comenzó diciendo la chica—Así que espero que no te quedes con malos recuerdos de él. Según lo que me dijiste, casi todo lo que va de tu vida estuviste junto a él y fueron de lo más felices... No dejes que lo que pasó ahora último distorsione tu visión sobre él.
Estaba más que claro que eso nunca iba a pasar, Seungmin conocía a Felix más que nadie en el mundo y lo que había pasado no era culpa de su Felix.
—Lo sé...
Pero aún así, se sintió agradecido por las palabras de Haerin.
Agradecido, porque a pesar de que ellos en ningún momento fueron tan cercanos y que la chica al principio solo se había acercado a Felix, ella se encontraba a su lado apoyándolo y ayudándolo en todo.
Ruiqi, Yeonjun, Minho, Minju, Changbin... Todos los del grupo estaban de acuerdo en que Haerin era un ángel.
—¿Pudiste hablar con tus padres?—Seungmin cambió de tema mientras dejaba la foto a su lado. De inmediato se percató de como Haerin se tensó ante su pregunta.
Hubo un corto silencio.
—Sí, hablé con ellos...—Comenzó diciendo—Mi madre negó todo, diciendo que estoy loca y que al menos soy consciente de que ir al psicólogo es lo mejor para alguien como yo...
Seungmin sintió impotencia al oír eso.
—¿Y tu padre?
—Como siempre no dijo nada, solo trató de calmar a mi madre pero no dijo nada sobre el tema—Soltó una risa sin gracia—Puede que él no sea tan malo conmigo como mi madre, pero tampoco es mucho mejor que ella... Él sabe que lo que ella hace está mal y lo único que hace es tratar de detenerla con palabras vagas y vacías.
El chico dejó unas pequeñas caricias en la cabeza de Haerin para demostrar su apoyo, lo que hizo que ella soltara una pequeña risita. Seungmin también sonrió y Haerin se dejó caer sobre la cama a su lado mientras cerraba sus ojos.
—¿Sabes? Hay mucha gente que luego de una pérdida se encierra en su mundo y no quiere hablar con nadie... Y por eso te agradezco, Seungmin... Te agradezco por dejarme estar a tu lado para apoyarte.
Y así es como ambos cayeron dormidos.
☠︎︎
Minho dejó el libro de lado al oír que la puerta principal se abría. Unos segundos después su madre apareció ante sus ojos.
—Había un jovencito ahí afuera, ¿lo conoces?
El chico no respondió nada, se quedó en silencio observando a la mujer frente a él, su rostro no expresaba más que seriedad.
—¿Ocurre algo?—Su madre frunció el ceño al ver a su hijo así.
—Ya lo sé, madre... Ya sé lo que hiciste con detalle... Y me mentiste.
Su progenitora lo observó confundida.
—¿De qué estás hablando? ¿Cómo que te mentí?—Ella soltó una risa—No digas eso, Dios está escuchando y no quiero que me tome como una mentirosa sin razón alguna.
Minho suspiró mientras cerraba los ojos.
—Seré directo... Esa vez que me dijiste que le diste a una mujer estéril una niña que encontraste abandonada... Dijiste que era algo malo... Eso no suena del todo mal... Pero descubrí que cambiaste toda la historia—Minho apretó los dientes al decir lo último—Se que la niña que según... "encontraste abandonada" en realidad se la quitaste a otra mujer por ser una bruja.
Su madre se quedó congelada y con ojos muy abiertos.
—... ¿Qué?
—Esa mujer no tenía malas intenciones, pero después de todo lo que le hicieron la convirtieron en un monstruo... Tú fuiste una de las principales razones de eso.
—Minho, ¿qué estás diciendo?—Su madre lo miró incrédula—Retráctate ahora mismo.
—No lo haré—Respondió con voz firme—Porque es la verdad... Solo quería estar seguro...
—Tuve mis razones, ¡¿de acuerdo?! ¡No soy una mala persona!
—¡Esa mujer ni siquiera era una bruja! ¡Después de todo lo que vivió se convirtió en lo que es ahora!
La adulta guardó silencio, recién procesando algo.
—¿Por qué hablas como si la conocieras?—Preguntó en voz baja.
—Porque lo hago...—Respondió Minho—Pero no te preocupes, ya se esfumó y no sabemos hacia dónde fue.
—Mira hasta donde te llevó tu obsesión por esos mitos macabros...
El chico se levantó de golpe del asiento y observó a su madre con seriedad.
—Pues todo resultó siendo cierto. Como tú tienes tus creencias, yo tengo las mías... ¿No deberíamos respetar las creencias de cada uno? Eso es lo que siempre dicen, ¿no?
Y dejando a la mujer sin palabras, Minho salió su casa.
De inmediato la brisa chocó contra su rostro y se sintió aliviado, por fin pudo tomar el aire que tanto estuvo aguantando ahí dentro al enfrentar a su madre... Y sentía que se había quitado un peso de encima.
—¿Salió todo bien?—Una voz habló a su lado.
Ahí se encontraba Yeonjun, quien lo observaba con preocupación.
—Se podría decir que sí... Pudo haber sido peor.
Yeonjun soltó una risita ante la respuesta y Minho se contagió de esta.
☠︎︎
El ruido de un celular resonó por toda la habitación.
Seungmin y Haerin soltaron un quejido ante eso, removiéndose en la cama. Por un momento se detuvo, pero luego volvió a sonar, así que Haerin abrió los ojos al reconocer que era su tono de llamada y agarró su celular.
Contestó sin siquiera mirar quien era.
—¿Hola?
—Haerin, está pasando algo, pero no se qué—Dijo la voz del otro lado de la línea.
Haerin frunció el ceño.
Era Wooyoung.
—¿Qué? ¿A qué te refieres?—Se puso alerta de inmediato.
—Estoy aquí en el bar atendiendo como siempre y de la nada se empezó a escuchar mucho ruido afuera, me asomé a ver y habían muchas patrullas de policías. Creo que encontraron algo en el bosque, no estoy muy seguro...
Haerin sintió que se le iba el aire al oír eso.
—¡Seungmin! ¡Despierta!
☠︎︎
—Ustedes dos siempre andan juntos últimamente—Comentó Minju mirando a Minho y a Yeonjun.
Ruiqi soltó una risa mientras que Changbin solo observaba todo con ojos curiosos.
Los cinco se encontraban en la casa de Changbin, el chico les había escrito por mensaje de texto para invitarlos a todos, pero ni Seungmin ni Haerin han visto aquel mensaje.
—Sí, hasta llegaron juntos—Añadió Ruiqi con una sonrisa.
—¡Es que estaba preocupado por Minho y justo cuando estaba con él nos llegó el mensaje de texto de Changbin!—Exclamó Yeonjun a la defensiva, cosa que solo hizo reír a las chicas.
—¿Pasará algo con Seungmin y Haerin?
Todos guardaron silencio al escuchar la voz preocupada de Changbin.
—No han visto el mensaje, ¿estarán bien?
—Deben estar ocupados, no te preocupes—Ruiqi trató de calmarlo dedicándole una sonrisa.
—Uhmm, chicos...—Minho interrumpió, hablando con un tono angustiado.
—¿Uh? ¿Qué pasó?
—Deberían revisar el grupo, Haerin acaba de enviar un mensaje...
☠︎︎
—¡Haerin! ¡Seungmin!
Los dos mencionados voltearon a mirar, encontrándose con el resto del grupo corriendo hacia ellos.
Se encontraban junto a la policía al lado del bosque, la zona estaba cerrada por obvias razones y había más gente ahí observando lo que estaba pasando.
—¿Qué ocurre?—Preguntó Yeonjun al llegar hacia ellos.
—Según Wooyoung, creo que encontraron algo—Respondió Haerin.
—¿Quién era Wooyoung?—Preguntó Changbin con confusión—Lo lamento, soy malo con los nombres...
—El chico que trabaja en este bar—Lo señaló, estaba justo al lado—Intercambiamos números cuando le pedí revisar las cámaras de seguridad.
—Deberíamos alejarnos un poco de la multitud, no puedo escuchar casi nada—Sugirió Minho, a lo que todos asintieron.
Mientras trataban de alejarse un poco, Minju chocó contra otra persona y casi cae al suelo, pero de inmediato Ruiqi la ayudó.
—¡Lo lamento!—Minju se disculpó de inmediato con la persona con la que chocó.
—Justo quería hablar con ustedes.
Todos se quedaron quietos al oír eso. La persona con la que Minju había chocado era un policía y los estaba buscando a ellos.
—Soy el oficial Bang y me gustaría hablar con ustedes, chicos—Se dirigió hacia todo el grupo—Se trata de Lee Felix.
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