
Capítulo 7: ¿Tengo una hermana?
¿Tengo una hermana?
Año 2017, Nueva York, Campamento Mestizo.
Percy Jackson, más conocido como el salvador del Olimpo, no una sino dos veces, se encontraba entrenando con su amigo Jason Grace. Era un entrenamiento intenso, ya que ambos estaban dando todo de sí mismos para no perder.
Los golpes de las espadas resonaban en el aire, mezclándose con el crujido de las hojas bajo sus pies. Percy, con su característico cabello negro y ojos verde mar, se movía con agilidad y precisión, mientras Jason, con su pelo rubio y ojos azul eléctrico, contraatacaba con igual destreza.
—¡Vamos, Percy! —dijo Jason entre jadeos—. ¿Eso es todo lo que tienes?
Percy sonrió, su rostro lleno de determinación.
—Ni lo sueñes, Grace —respondió, lanzándose hacia adelante con un ataque rápido.
El choque de las espadas emitió un destello de luz, y ambos jóvenes se separaron, respirando con dificultad pero sin rendirse. El sudor caía por sus frentes, pero la emoción del combate los mantenía enérgicos.
De repente, un centauro se acercó al campo de entrenamiento. Era Quirón, el director del Campamento Mestizo, con una expresión de urgencia en su rostro.
—Percy, —dijo con voz firme—. Necesito hablar con contigo, es urgente.
Percy y Jason se detuvieron de inmediato, dejando caer sus espadas y acercándose a Quirón.
—¿Qué sucede, Quirón? —preguntó Percy, preocupado.
Quirón lo miró con seriedad antes de hablar.
—Percy, necesito que vengas a la Casa Grande. Hay alguien que ha llegado y necesita verte. Dice que es urgente.
Percy intercambió una mirada rápida con Jason, y luego asintió, el rubio se quedó ahí, mientras que Percy seguía a Quirón.
Al llegar a la casa grande, Percy sintió una presencia conocida, y al entrar a la oficina del Señor D, el pelinegro vio a su padre ahi parado, con su fijura imprudente, y con su tridente en mano.
—¿Papá? — preguntó Percy mirando a su padre confundido.
—Hola Percy — saludo Poseidón mirando a su hijo con una leve sonrisa — Es un gusto verte.
El Jackson miro con los ojos entre errados a su padre, la última ves que vio a su padre fue hace un año y ahora esta ahí enfrente suyo con una sonrisa tranquila o eso aparenta.
—¿Pasó algo? — preguntó Percy mirando a los tres hombres presentes.
Poseidón soltó un suspiro mientras compartió una mirada con Dionisio y Quirón, los cuales simplemente asintieron.
—Tengo que contarte algo — dijo Poseidón mirando a su hijo — Tienes una hermana menor, en otro mundo — confesó.
Percy se quedo en shock, sus ojos se abrieron, su boca también, miraba a su padre como si no pudiera creer lo que el Dios acaba de revelar, ¿Una hermana?, ¿de otro mundo?.
—¿Como dices que dijiste? — preguntó Percy sin dejar de ver a su progenitor.
Poseidón soltó un suspiro mientras daba un paso adelante.
— Es la verdad Percy — dijo Poseidón mirando a los ojos de sus hijo.
Ojos verdosos chocando con otros ojos verdosos, creando un mar sin fin.
—¿Podrías explicarme como esque tengo una hermana, la cual es de otro mundo? - pidió el salvador del Olimpo.
Poseidón miró a Percy, sabiendo que la noticia sería difícil de asimilar.
—Este otro mundo del que hablo, es uno donde los dragones vuelan por los cielos y las casas nobles luchan por el poder. Es el mundo de Westeros, conocido como los Siete Reinos. En ese mundo, existe una familia noble llamada los Velaryon, descendientes de los antiguos Valyrios que tienen una conexión especial con el mar, al igual que yo.
—Hace un tiempo, Laenor Velaryon, un noble de ese mundo, estaba desesperado por tener un hijo. Escuché sus súplicas y decidí ayudarlo. Como resultado, nació una niña, tu hermana, Nerea Velaryon.
Percy permaneció en silencio, procesando toda la información. Era difícil de creer, pero el tono serio de su padre y la mirada de aprobación de Quirón y Dionisio no dejaban lugar a dudas.
—¿Así que tengo una hermana que vive en otro mundo... con dragones? — Percy todavía estaba tratando de entender.
—Sí, Percy, y hay más — continuó Poseidón. — He sentido que Nerea está en peligro. Por eso te he llamado aquí. Necesito que vayas a ese mundo, la conozcas y la protejas.
Percy asintió, todavía en shock, pero comprendiendo la gravedad de la situación.
—Lo haré. Iré y la protegeré, como tú me has protegido a mí.
Poseidón sonrió, satisfecho con la respuesta de su hijo.
—Gracias, Percy. Sabía que podía contar contigo. Quirón te preparará para el viaje y Dionisio se asegurará de que tengas todo lo que necesitas.
Los mencionados asintieron ante lo dicho por el Dios, el Jackson preguntó si podría llevar algunos de sus amigos, y los tres hombres asintieron, diciendo que era lo correcto.
Percy se encontraba sentado en el borde de su cama, mirando la maleta que estaba preparando. A su lado, su mochila contenía todas sus armas y un poco de ambrosía, preparada para cualquier emergencia. En la mesita de noche, la carta que había escrito a su madre aún estaba húmeda por la tinta fresca, describiendo la increíble revelación que Poseidón le había contado.
Las puertas de la cabaña se abrieron de par en par, y Percy levantó la vista para ver a sus amigos entrando uno tras otro. Will Solace, con su sonrisa brillante y la calma que siempre aportaba. Nico Di Angelo, con su aire misterioso y determinación férrea.
Thalia Grace, siempre lista para una batalla, con su reluciente armadura y su mirada desafiante. Grover Underwood, con su gorra característica y su siempre presente determinación por proteger la naturaleza.
Clarisse La Rue, con su actitud desafiante y su lanza a la mano, lista para enfrentar cualquier peligro. Jason Grace, el hijo de Júpiter, con su presencia autoritaria y su sentido del deber.
Y finalmente, Leo Valdez, con su chispa ingeniosa, traviesa y su habilidad para encontrar solución a cualquier problema.
—Yo tengo una pregunta para ti pringando — dijo Clarisse mientras dejaba su bolso de viaje en el suelo.
—Cuál es - Percy la miró.
—¿Por que Thalia y yo seremos la únicas mujeres en todo esto? — preguntó la morena.
Percy soltó un suspiro mientras cerraba su maleta.
— El mundo donde mi recién descubierta hermana vive, es un mundo donde las mujeres son solo objetos de los hombres, un mundo donde las mujeres son simplemente yeguas, donde no tienen voto ni voz — explicó Percy serio.
Thalia y Clarisse se miraron entre ellas, ahora más determinadas que nunca.
—Bueno, si eso es cierto, entonces nosotras tenemos un trabajo aún más importante que hacer allá —dijo Thalia con una chispa de desafío en sus ojos azules—. Nadie va a tratarme como un objeto y salirse con la suya.
—Exactamente —añadió Clarisse, agarrando su lanza con más fuerza—. Vamos a mostrarles lo que realmente puede hacer una mujer.
Percy sintió una oleada de alivio al ver la determinación en los ojos de sus amigas. Sabía que no iba a ser fácil, pero con Thalia y Clarisse a su lado, su hermana Nerea tendría a dos de las guerreras más fuertes y valientes que jamás hubiera conocido. Juntos, el grupo de héroes estaba listo para enfrentar cualquier desafío que Westeros les pudiera presentar.
—Entonces, estamos listos —dijo Percy, mirando a su equipo.
—Listos para lo que sea —respondió Jason, levantando su espada en señal de aprobación.
—Hora de ir a patear algunos traseros medievales —dijo Leo con una sonrisa mientras ajustaba su cinturón de herramientas.
Grover hizo sonar su gorra de travesura, señal de que estaba preparado para cualquier cosa.
—Estamos contigo, Percy —dijo Will, con su siempre presente aura de calma—. Vamos a conocer a tu hermana y asegurarnos de que esté a salvo.
Con el apoyo de sus amigos, Percy tomó un profundo respiro y lideró al grupo hacia la próxima fase de su misión. Estaban a punto de adentrarse en un nuevo mundo lleno de desafíos desconocidos, pero también de nuevas alianzas y oportunidades. Con el corazón lleno de determinación y la mente clara en su misión, Percy sabía que estaban listos para lo que fuera que Westeros tuviera preparado para ellos.
1340 palabras.
Espero y les guste.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro