Celos de hermanos

Año 122 d.C, dos semanas después de la llegada de los semidioses.

Habían pasado dos semanas desde que Percy Jackson y sus amigos llegaron a Westeros. Al principio, su llegada causó un gran revuelo, especialmente entre los padres de Nerea. No era común ver a tu pequeña hija escaparse de su tío y padre para luego regresar con varios adolescentes, todos hijos de dioses.

Laenor fue el primero en notar que ellos eran hijos de un dios, ya que Percy tenía un parecido físico notable con Poseidón. Después de que los jóvenes se presentaron y revelaron sus padres divinos, no tardaron ni un segundo en ser acogidos en Rocadragón.

Afortunadamente, todos congeniaron bien, o casi todos. Lo importante era que Nerea estaba bien y todos parecían felices, bueno, casi todos, ya que Daemon fue mandado a dormir con Caraxes.

Los pequeños niños sintieron un poco de celos al ver a Percy, especialmente ahora que Nerea pasaba más tiempo con él que con ellos. Sin embargo, pronto entenderían que la llegada de los semidioses traía consigo grandes aventuras y desafíos.

Esa mimsa tarde , mientras el sol se ocultaba detrás de las montañas, Percy y Nerea caminaban por las playas de Rocadragón. La brisa salada del mar les revolvía el cabello y el sonido de las olas rompía el silencio.

—¿Alguna vez pensaste que terminarías aquí? —preguntó Nerea, rompiendo el silencio.

Percy sonrió y negó con la cabeza.

—Definitivamente no. Pero la vida de un semidiós siempre está llena de sorpresas.

-Y tener una hermana.. también estaba en tus planes? — preguntó Nerea.

Percy para de caminar, sus ojos verdosos miraron a los ojos verdosos de la pequeña qué estaba a su lado, esa pregunta lo había tomado desprevenido.

— La verdad es que jamás imagine te tendría una hermana de parte de Poseidón — comenzó hablar Percy mientras se arrodilló frente a ella.

-Por que.. acaso es mal padre, por que yo tengo como tres padres que nos quieren mucho a todos — Pregunto inocente, para ella tener hermanos era grandioso, aunque no vea mucho a Poseidón no se quejaba, tenía tres padres que la querían mucho, así como dos mamás, varios hermanos y sus abuelos.

— No es mal padre — dijo el Jackson — Pero ser hijo de un Dios no es fácil, casi nunca lo veo y la última vez que lo vi fue cuando me contó de ti — explicó.

-Oh.- dijo la niña mientras pensaba en que decir. -Mi papá Laenor siempre dice que si no fuera por el yo nunca hubiera nacido.. el le agradece mucho.

Percy quedo en silencio cuando Nerea dijo aquello, era verdad eso, pero al fin de cuentas ser hijo de un Dios no siempre es bueno, tantas muertes, tantas guerras, tantos moustros.

— Si, creo Poseidón hizo algo bueno — Percy susurró, para después ponerse de pie — Ven Nerea, hoy seguiremos practicando tus poderes.

-claro.- dijo la pequeña tomandole la mano.

El hijo de Poseidón tomó la mano de su pequeña hermanita y siguieron caminando por la playa.

Dentro del castillo

El ambiente en el castillo estaba cargado de celos y emociones.

—Es que no lo entiendes, Lucerys, es nuestra Nerea de quien hablamos... —dijo el príncipe Jacaerys, dejándose caer en la cama.

—Jace tiene razón, Nerea no pasa demasiado tiempo con nosotros últimamente... más se la pasa con Presyy —agregó Rhaena, cruzándose de brazos con molestia.

Baela, quien había estado en silencio escuchando las quejas de sus hermanos, tuvo una idea y se levantó de un salto.

—¡Tengo una idea! —gritó Baela con una sonrisa traviesa que no auguraba nada bueno.

—Tengo miedo —dijo Luke, escondiéndose detrás de su hermano—. Cuando Bae sonríe así, da mucho miedo. Se parece a papá Daemon.

—Habla —dijo Jacaerys, interesado.

—Hay que hacerle una broma a ese Percy —dijo Baela.

—Pero... eso nos metería en problemas —protestó Lucerys.

—Hay que hacerlo —dijeron Rhaena y Jacaerys a la vez, ignorando a Lucerys.

Lucerys hizo un puchero al ser ignorado por sus hermanos. Tenía un presentimiento de que todo esto saldría mal... muy mal.

—Vamos, chicos... piensen en las consecuencias. Además, ¿qué tienen en contra de Percy? —intentó razonar.

Los tres voltearon a mirar a Lucerys como si le hubiera salido otra cabeza.

—¿Qué tenemos contra él? —preguntó Rhaena.

—Tenemos muchas cosas —dijo Jacaerys.

—Y una de esas es —comenzó a decir Baela— ¡que nos quitó la atención de nuestra Nerea!

—Hablan como si Nerea nos hubiera dejado de lado por completo —replicó Lucerys.

Pese a los intentos de Lucerys por hacerles ver razón, el complot para gastarle una broma a Percy ya había comenzado. Los niños estaban decididos a recuperar la atención de su querida hermana Nerea, aunque eso significara meterse en líos.

Un rato después, los niños estaban en la gran sala de Rocadragón, cuchicheando mientras miraban a Percy por la ventana quien parecía relajado hablando con Nerea y practicando con sus poderes cerca de la playa.

—¡Lo tengo! —susurró Baela, emocionada—. Percy también hijo de Poseidón, ¿cierto? El agua es su elemento. Entonces... vamos a hacerle creer que perdió sus poderes.

—¿Cómo haremos eso? —preguntó Rhaena, arqueando una ceja.

—Muy fácil. Cuando esté dormido, pondremos un montón de sal alrededor de su cama y en su ropa. Le haremos creer que es porque alguien lo "desconectó" del mar. ¡Seguro entra en pánico! —explicó Baela con entusiasmo.

—Eso es... malvado. —Lucerys negó con la cabeza, pero no pudo evitar esbozar una sonrisa.

—No tanto. Sólo será temporal y al final será divertido. —Jacaerys ya estaba convencido.

Horas más tarde, con Percy profundamente dormido, los cuatro se pusieron manos a la obra.

Baela se aseguró de poner suficiente sal marina alrededor de Percy sin que se despertara, mientras Rhaena colocaba un poco en su ropa y Lucerys hacía guardia, murmurando que sería mejor detenerse antes de que la broma se saliera de control.

A la mañana siguiente, Percy se levantó, bostezando. Pero cuando bajó la mirada y vio la sal esparcida por todos lados, frunció el ceño, algo desconcertado.

—¿Qué...? ¿Qué es esto? —murmuró, sacudiendo los pies, para luego inspeccionar su ropa salada.

—¡Percy! —exclamó Baela desde la entrada, fingiendo una expresión preocupada—. ¡Según Clarisse que la sal puede desconectar a los hijos de Poseidón de sus poderes! ¡No te acerques al agua hoy!

Percy parpadeó, procesando lo que había dicho Baela. Aunque algo en su mente le decía que era una locura y una mentira, pero no pudo evitar sentirse un poco inquieto.

—¿Es... en serio? —preguntó, algo confundido, mientras Rhaena y Jacaerys intentaban no reír.

¿Logrará Percy descubrir la broma antes de entrar en pánico o los niños tendrán que confesarlo todo cuando Nerea intervenga? ¿Y qué pasará si los padres o incluso Poseidón se enteran de las travesuras de los niños?.

1123 palabras.

Volví.

Espero y les guste.

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