
━Capítulo Tres
𝚃𝙷𝙴 𝙶𝚁𝙴𝙰𝚃 𝚆𝙰𝚁
- ̗̀﹟𝟎𝟑. 𖥸 𓂅 𝓒hapter 𝓣three ! ও . . . ̖́-
N i n t h A c t
𓂃 ❀˖°◝ ❛ ⧣ Rick
UNA DESAPARICIÓN DE UN SALVADOR HABÍA ALERTADO AL LÍDER. Lo que parecieron días de descanso se vió arruinado cuando les informaron sobre la reciente muerte de uno de Los Salvadores. Fue así que Rick dijo ádios a su familia y volvió al campamento dónde encontraron una disputa que logeó detener.
Si no hubiese llegado a tiempo quizás se habrían matado entre todos.
Afortunadamente el Grimes supó
como manejar la situación y para que el resto del grupo se mantuviera en orden prometieron investigar la situación. Para esto irían en parejas y como si su desgracia no aumentará una salvadora, Arat había desaparecido, cosa que no hizó más que traerles problemas.
Por otra parte las cosas parecían ir bien en Alexandría. Mientras Rick estaba en el campamento haciendose cargo de los problemas ahí entre Carl y Rylie eran los responsables de cuidar de la comunidad.
Carl habría ido si su padre se lo hubiese permitido. Apesar de ya ser todo un hombre el mayor aún seguía velando por su seguridad y ahora que tenía una familia que cuidar prefirió dejarlo pasar un tiempo con Rylie y Charlie, después de todo apenas hace unos días habían llegado y no podían irse de repente. No si tenían un bebé al que cuidar.
El castaño simplemente se despidió de su padre como siempre lo hacía y Rick
le sonrió acomodando ese sombrero que lo caracterizaba con cariño. Vagamente le dijo varias palabras antes de irse que por alguna razón confundieron a Carl, aún así Carl abrazó a su padre y le juró que cuidaría bien del grupo.
La mañana siguiente de la partida de Rick al campamento los jóvenes padres se encontraban en el porche de la casa de los Grimes disfrutando del día.
Michonne seguía escribiendo su plan de nuevas leyes mientras Judith dibujaba sobre unas hojas de papel. Por otro lado Carl estaba sentado en una mecedora arrullando a Charlie, quien poco a poco caía en los brazos de Morfeo.
Rylie simplemente leía un libro sentada desde una esquina lanzandole miradas fugaces a su esposo e hijo.
—¿Y bien? —cuestionó Rylie a su pareja dejando el libro sobre sus piernas llamando su atención —. ¿Se durmió o solo finge hacerlo y se despierta apenas lo acostamos en su cuna?
Carl le dió una mirada al bebé en sus brazos y sonrió enternecido al ver el ligero puchero que hacía con los labios cuando estaba dormido.
—Pues parece que ya se durmió.
Rylie dejó el libro en la silla y se incorporó para ir por el menor. En eso estaba cuando de repente escuchó un par de toques en la puerta del frente.
Michonne y Rylie se dieron una mirada fugaz antes de que la rubia caminará detrás de la mayor hacia la puerta.
—Buen día, Nora —saludó Michonne al ver a la mujer antes de abrir la puerta y alejarse —. ¿Traes tus noticias?
—No lo digas así, no siempre son todas malas noticias —comentó Nora yendo unos pasos más atrás de ellas con una sonrisa amable.
—Lo lamento.
—¿Qué clase de día tendremos hoy? —preguntó Rylie después de Michonne con una sonrisa.
—Bastante malo.
Y no siempre eran malas noticias, eh.
—Perdimos como un cuarto de la cosecha de tonates por los cuervos.
—Hay que poner más palos y banderas —comentó Rylie pensativa.
—Podríamos, pero simplemente hay demasiados —respondió Nora logrando que la rubia frunciera el ceño alarmada —. Parece una de esas cosas en las que el mundo tiene ventaja sobre nosotros.
—Cuando el molino este funcionando ayudará y hablaré con Eugene cuando vuelva —intervinó Michonne con una sonrisa esperanzadora haciendo a ambas sonreir un poco.
—Bien.
—¿Qué más?
—Negan —soltó Nora de repente y
la rubia sintió una punzada en su estómago —. Scott le llevó comida
esta mañana, pero ni la tocó. Ayer támpoco comió. Iba a tratar en el almuerzo...
—Nosotros nos encargaremos, tranquila —comentó Michonne interrumpiendola de forma repentina.
—¿Estás segura? No me...
—Es nuestra responsabilidad, estoy segura, pero gracias —respondió Rylie con calma antes de dirigirse a la puerta.
—Es mi trabajo —informó Nora antes
de salir por la puerta de la casa dejando a ambas chicas reflexionando.
Negan realmente podía ser un dolor de ovarios cuando se lo proponía.
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Rylie se adentró a la prisión de la comunidad preocurando no hacer tanto ruido. La oscuridad reinaba en el lugar y parecía aterrador ese sitio, pero debía hacerlo porque eso es lo que hacía una verdadera líder: enfrentar problemas y ahora su problema era Negan Smith.
Con esfuerzo y varios minutos logró convencer a Michonne y Carl de que la dejarán ir a ver al hombre. Michonne no se opusó pues estaba ocupada, pero Carl temía por Negan. Jamás lo diría en voz alta, pero empezaba a agradarle un poco y no quería dañarlo más.
Aún así Rylie fue a verlo.
—Se acabó la huelga de hambre —exclamó Rylie una vez llegó a la celda dejando el plato de comida en el suelo.
—No es una huelga.
—¿Entonces qué es?
—No estoy de humor para comer, pero que gusto saber que te importo, Miley —respondió Negan incorporandose de la incómoda cama para verla mejor —. Me da gusto verte también, rubia. Aunque extraño las conversaciones con Carl.
—Te mantendremos con vida y los vivos comen —respondió Rylie algo enojada, ignorando sus palabras por completo —. Así que comé, Negan. Es un lindo día.
Negan soltó un suspiro con pesadez.
—Vuelvo en una hora, quiero el plato vacío.
—Wow, ¿sabes que no soy ese niño tuyo, cierto? —comentó Negan con un tono molesto, pero la rubia no le dió el gusto de responder y se dirigió a la salida —. ¿Es todo lo que tienes?
—Tengo mejores cosas que hacer —informó Rylie deteniendose a unos metros de la puerta.
—¿Quieres qué coma? Bueno, yo quiero que te quedes a hablar conmigo. Es decir, soy la prueba de la civilización que están creando, ¿no? O al menos tu suegro y esposo dicen eso. ¿Cómo podré ser esa prueba si muero de hambre?
—¿No dijiste que no era una huelga?
—No lo será si te quedas a hablar.
—Quedan unos veinte minutos para que el sol llegué a ese barrote —anunció Rylie segundos más tarde acercandose a las rejas —. Es todo lo que tienes y luego, te vas a comer hasta la última miga.
Con un movimiento rápido la rubia tomó una silla y la acercó para sentarse justo enfrente de las rejas viendolo fijamente.
—¿Quieres hablar? Te escucho.
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—Diablos, eso suena más aburrido que mi día. Tienes que quedarte aquí anclada con el equipo de ñoños mientras Rick y su banda de carpinteros están allá afuera... ¿Y por qué?
—¿Crees que estoy anclada?
—Creo que no estoy destinado a pudrirme en esta celda así como creo que la guerrera que hay en ti no está destinada a plantar lechuga y cuidar bebés.
—¿Crees que solo hacemos eso? —exclamó Rylie incorporandose de su asiento visiblemente furiosa —. Reordenamos el mundo, reconstruimos el gobierno y construimos leyes. Estamos en el comienzo de todo y nada nos está deteniendo mientras tú te pudres aquí sin nada.
La rubia volvió a su asiento tratando de relajarse mientras Negan se acercaba un poco más a las rejas.
—La verdad agradezco que mi esposa no tuviera que verme así.
—¿Así como? A diferencia del idiota que eras antes de esto.
—Dios, ella era.. era un ángel. No se merecía ese final.
Rylie bajó la mirada apenada y no supó exactamente como continuar con la dichosa conversación hasta que de su boca brotaron palabras.
—¿Qué fue lo que le pasó?
—Lo que solía pasar, cáncer —respondió Negan en voz baja recargandose en la pared con tristeza —. Nos hubiera encantado tener un hijo o varios. Sobre todo un hijo como Rowan o como tú. Apuesto a que sus padres tuvieron suerte con ustedes como hijos.
—No pasa un día sin que piense en ellos, ya pasó tiempo, pero su ausencia aún duele —musitó Rylie jugando nerviosa con un hilillo de su chaqueta —. Aunque se que ellos estaría orgullosos de todo lo que hemos echo para progresar y de sus hijos.
—¿Crees que estarían orgullosos de saber lo que su hijita hizó para vivir?
—Te quedan solo diez minutos para comer luego me voy —anunció Rylie mirandolo con rencor.
—¿Cómo murieron? Algo me dice que eres una copia de tu madre.
—Se llamaban Vincent y Emmeline Everson, murieron antes de todo esto —respondió Rylie interrumpiendolo de mala manera mientras sentía un dolor en el pecho —. Él fue mordido y mamá simplemente no lo soportó más. Rowan la remató. Hizó todo para protegerme. Ojála ella hubiese luchado por nosotros.
—Lo lamento...
—Ya hice las pases con eso.
—¿Sabes? En mi opinión es mejor así.
—¿Y por qué carajos lo sería?
—Mi esposa no estaba echa para esto, cuando murió estaba débil. Una parte de mi se sintió aliviada —relató Negan con pesar sentado en el suelo —. Y ahora se que ella me impidió ser débil y en su caso... en su caso es igual.
—No somos iguales.
—Fuimos echos para más. Sigue siendo así, Rylie. Detrás de muros y barrotes morimos, pero estar allá afuera es como una adicción.
Rylie no pudó soportar más sus absurdas palabras así que sin más se pusó de pie tratando de no abrir la reja y golpearlo.
—Se que sabes a que me refiero y por eso ustedes también lo agradecen.
—¿Qué cosa agradecemos?
—Que Emmeline se haya ido, el amor nos hace débiles y ella los haría igual de débiles —musitó Negan desde su lugar, causandole una punzada en el pecho.
Sin decir absolutamente la chica empujó la silla a su lado y le lanzó una mirada llena de odio antes de salir del lugar con una punzada en el pecho que no hacía más que aumentar con los segundos.
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La menor de los Everson permanecía sentada en las escaleras de su casa. No quería pensar en lo que Negan había dicho sobre su madre, pero la manera tan cruel en que lo dijo dolía.
¿Y si él tenía razón? Una persona con tan buen corazón no sobreviviría a un mundo tan cruel y despiadado. Uno se tenía que adaptar a lo que ahora era del mundo. Un mundo lleno de maldad y muy poca bondad.
¿Apesar de eso quería a su familia
con ella? Lo anhelaba desde que todo sucedió. Todos tenían a alguien, pero ella solo tenía a su hermano y aunque las posibilidades de tenerlo con ella por más años eran altas tenía miedo de que en cualquier momento él se fuera.
Solo era una niña cuando se enteró de que ahora solo eran dos en la familia.
Tuvó que aferrarse a este nuevo estilo de vida a la mala y eso hizó. Todo lo hizó para llegar aquí, bueno o malo contaba y no se arrepentía. Ahora una mini vida dependía de ella y no iba a derrumbarse solo porque un idiota le recalcaba que había sido una mala persona.
Carl dormía en el sofá bastante cansado con Charlie sobre su pecho.
Les dió una mirada rápida y salió de nueva cuenta a la prisión no sin antes preparar con cuidado de no despertar a sus chicos una porción de comida. Esto no se iba a quedar así. Eso era seguro.
Una vez estuvó frente a Negan dejó el plato con comida nuevamente en el piso.
—¿Por qué dijiste esas cosas?
—No intentaba hacerte enojar, quiero que lo sepas —musitó Negan desde una esquina ante el tono maduro de ella.
—¿Por qué te importa lo que pienso?
—Porque nunca vienes aquí, siempre es Rick, Carl o algún otro.
—¿Y por qué te importa eso?
—No debí hablar de tus padres, no estabas lista para oirlo.
—¿Oír qué?
—Que somos iguales, todo o nada. Estás atrapada como yo, conectada a los muertos como yo. Somos iguales y no soportas que seamos iguales.
—No, no es cierto. Si, los dos hacemos lo que sea sin dudar, pero tú lo disfrutas —empezó a decirle Rylie a Negan con ese tono furioso y decidido tan suyo —. ¿Yo? Cada día intento mejorar las cosas, trato de aprender de mis errores, pienso en como unir a las personas no en como enfrentarlas, sacrifico y comprometo con mi familia. Y sí, los muertos me fortalecen, pero vivo para los vivos y no pido disculpas por eso. Puede que mis seres queridos se hayan ido, pero este mundo va a ser mejor para mi hijo y para cualquier otro niño que veamos nacer.
—Ah, no te asusta ser como yo te asusta saber que terminarás como yo —susurró Negan con una pequeña sonrisa justo al momento en que se acercaba a ella —. Perdiendo a todos y a todo lo que amas.
—¿Estás desesperado por conectar conmigo?
—Porque no hay nada peor que la nada.
—En tanto sigas con vida no es nada —respondió Rylie con firmeza retomando su postura seria —. Se acabó el tiempo. Come, Negan. Sea como sea tienes que hacerlo.
El hombre soltó un suspiro con pesadez y sin muchas opciones tomó el sandwich que había en el plato para comenzar a comer mientras la chica se dirigía a la salida dispuesta a retirarse del lugar.
—Espera.
—¿Qué?
Negan dejó el sandwich en el plato con apenas una mordida al mismo tiempo que Rylie se giraba con cansancio a él.
—Antes de que te vayas quiero pedirte algo —comenzó a decir apoyandose en un barrote siendo escuchado por la chica —. Hay cosas en este mundo a las que nos aferramos desesperadamente cuando ya no queda nada.
—¿Todo este tiempo creiste que yo era tu última oportunidad? —cuestionó Rylie algo sorprendida soltando una risilla.
—Yo... quiero verla. Necesito verla.
—No.
—Por favor.
—Negan, no tenemos tu bate.
—¿Dónde está? ¿Qué hicieron con ella?
—Sigue allá afuera.
—No. No...
—Come, Negan. Hasta mi hijo de ocho meses hace más caso que tú —soltó Rylie ignorando su voz quebrada antes de darse la vuelta —. Está rico.
Y con eso se fue dejandolo solo. Al
salir notó que Michonne leía un cuento en el porche para Judith y obviamente la saludó mientras la menor euforica le mandaba besos en el aire. A lo lejos vió a su esposo jugar en el cesped con Charlie y sonrió embelesada.
Vivía por ellos.
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Rylie acomodaba varios papeles para disminuir la carga de trabajo de su suegra. La pobre se veía cansada y ella también estaba algo cansada después de lo de Negan, pero nadie sabía lo que habían conversado hace horas.
Carl permanecía en el sofá de la sala vigilando a Charlie, quien luego de una larga siesta y después de que su madre le diera su biberón había estado un poco activo y se estaba comportando como un bebé agresivo según Judith.
La mini Grimes por otro lado jugaba con varios caracoles y conchas que su padre le había conseguido en una de sus visitas a Oceanside.
—¿Qué haces, cielo?
—Un brazalete —respondió Jude con una sonrisa enorme mostrandole dicho objeto a la rubia mayor.
—Ah, ¿con caracoles?
—Sip.
—Quedará muy bonito.
—¿Un bicho vivía dentro de este? —informó Judith señalando el dichoso caracol en sus manos.
—Sí, en todos.
—¿Y de este? —preguntó tomando un nuevo caracol de los que tenía.
—Sí.
—¿Quieres un brazalete, mami?
—Eso sería un gesto muy lindo de tu parte —respondió Rylie enternecida al mismo tiempo que le sonreía.
—Hice uno para Carl y lo perdió.
—Vaya, vaya, que mal por él.
—¿Charlie quiere uno?
—Podría ser, pero es pequeño y puede comer los caracoles por accidente, ¿recuerdas? —comentó Rylie con un tono suave y la niña asintió rápidamente —. Tal vez cuando sea más grande como tú puedes darle un brazalete.
Judith asintió volviendo su atención
a su brazalete cuando de repente varios toques a su puerta los alertaron. Unos segundos después un alexandrinos se adentraba al interior de la sala.
—Hola, espero no...
—No, no, ven pasa —anunció Michonne levantandose de su asiento —. ¿Qué ocurré?
—Maggie está aquí.
Rylie frunció un poco el ceño al igual que Carl.
—¡La tía Maggie! —exclamó Judith desde su asiento con felicidad.
—Un sujeto en la puerta me dijo que había llegado.
—¿Qué?
Las cosas se van a complicar, pensó Rylie.
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—¿Maggie?
La mencionada observó sin saber que decir a Michonne y Rylie. No contaba con que intervendrían en sus planes y por ende se veía algo confundida.
Sin embargo, bajó las escaleras que daban al sotáno lentamente sin soltar el agarre en su varilla de metal.
—Apartense.
—¿Convertiras esto en algo diferente? —cuestionó Rylie incredula, mirando a la mayor con firmeza —. ¿Por él?
—No por él, por mi, por los demás, por Glenn —respondió Maggie alzando un poco la voz debido a lo molesta que estaba —. Aquel día Negan debió morir.
—Pero no lo hizó, Maggie. Ya está —interrumpió Michonne.
—¿Por qué Rick así lo decidió? —soltó Maggie con furia dando un paso al frente para ver a la morena a los ojos.
—No puedes pasar.
—Estuviste ahí, Michonne y tú también Rylie. Ustedes vieron lo que hizó.
—¿Crees que Glenn querría esto? —cuestionó Michonne en susurros con algunas lágrinas en los ojos —. ¿Qué pasarás sobre nosotras con tal de matarlo?
—No sé que querría. No lo sé, porque no me pude despedir.
—Él no querría esto, Maggie —intervinó Rylie tratando de hacerla entrar en razón —. Y sabes que Hershel támpoco lo haría.
—Todo lo que tenía, lo único que tenía era saber vería morir al asesino de Glenn y me lo quitaron.
—¿Y si lo recuperarás? ¿En qué ayudará eso?
—Nos dará un nuevo comienzo.
—¡No, iniciará algo diferente!
—Si hubiera masacrado a Rick o Carl en vez de Glenn frente a sus ojos...
—Maggie...
—¡Si tuvieran que criar a un hijo solas por su culpa habría muerto hace mucho tiempo y lo saben! —exclamó la ojiverde con furia, logrando hacer retroceder a Rylie pensativa —. ¡Así que dejan de actuar como si tuviera elección, como si pudiera tan solo olvidarlo porque ya ha pasado un año y medio y no puedo!
—Bueno, tendrás que buscar la manera —musitó Michonne limpiando una lágrima.
—¿Dime cómo? —pidió Maggie al borde de las lágrimas viendo a ambas mujeres —. ¿Dime que más puedo hacer, Michonne? Porque ya no puedo seguir así.
—Lo siento, no puedo.
Rylie solo escuchaba sin saber que
decir, pero sin proponerselo ya estaba limpiando un par de lágrimas.
—No hay nada que puedan decir. Ahora solo queda hacer.
—¿Y podrás vivir con las consecuencias?
—Debo hacerlo porque así no puedo.
Maggie extendió su mano hacía Rylie y ella miró a Michonne antes de darle las llaves a la ojiverde y la dejaron pasar sin problema.
Espero no se arrepienta después.
Pasados unos minutos que parecieron una eternidad Maggie salió de la prisión y cerró la puerta con llave nuevamente. Su arma eataba limpia y cuando vieron a la mujer notaron que al final no había echo nada en contra de Negan.
¿El motivo? Solo ella lo sabría.
—Rylie, Michonne, Maggie, tenemos problemas —anunció una guardia llegando rápudamente a las escaleras.
Las tres chicas no dudaron en correr a ver que sucedía.
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En cuanto la noticia de que Rick
estaba en peligro llegó a los oidos de la familia Grimes tanto Rylie como Carl y Michonne junto al resto fueron en su ayuda.
La rubia no sabía exactamente en que momento de su vida había corrido tanto, pero en esa ocasión sus piernas dolían y ese último momento compartido con Rick se reproducía una y otra vez en su cabeza logrando incitarla a correr.
Finalmente llegaron al pequeño bosque que estaba a un lado del río y cerca del puente y lo vieron ahí arriba. Llevaba una herida en su estómago, sus manos estaban llenas de sangre y caminaba con díficultad.
Lo que los alarmaba más era la inmensa horda que venía a un par de metros del hombre.
En ese preciso momento el ex sheriff
se giró hacia átras justo cuando un caminante estaba a nada de abalanzarse sobre él y una flecha lanzada por el Everson mayor cruzó la cabeza de dicho caminante llamando la atención de Rick.
Su familia había venido en su auxilio.
—¿¡Qué está haciendo!?
—Está herido —comentó Rowan disparando otra flecha después de oír a su hermana asustada.
—Esa horda va directo a Hilltop —informó Daryl viendo el perímetro —. Intenta derribar el puente.
—No, es mi papá —musitó Carl con lágrimas en los ojos viendo asustado la escena antes de salir corriendo.
Rápidamente Michonne salió tras del muchacho con su katana en mano.
—Hay que hacer que vuelva —pidió Rylie al borde de la desesperación a sus compañeros desenfundando su espada —. Vámos a pelear.
—¡Abran fuego, traten de desviarlos!
La rubia corrió sin importarle que
las ramas lastimaran sus brazos. Ella solo quería salvar a Rick aún si eso significaba ponerse en peligro. Ya había perdido a sus padres, a Lori, a Morgan, no iba a perder a otro padre. Aún no.
Todos hicieron de todo con tal de salvar a Rick. Dispararon a los caminantes desde puntos diferentes, pero la horda era inmensa y no afectaba en nada.
Desde su posición Daryl junto a Rowan disparaban con sus respectivas, pero no hacían más que intentar detener lo que no podía aplazarse. Ya las flechas se les acababan incluso.
Por otro lado Carl corrió como si no hubiese un mañana queriendo subir al puente y acabar con los caminantes. No podía perderlo no a él, no a su papá. No quería perderlo como perdió a Lori.
Rylie iba unos metros más adelante que Michonne sintiendo una cortada en un brazo a la que no le dió importancia.
Desde su posición Rick miró a Daryl y Rowan con una mirada indescifrable a la que ellos atribuyeron como despedida y Rowan no pudó evitar sentir que le arrancaban parte del corazón.
Carl casi llegaba a la subida y no pudó evitar mirar los caminantes que no dejaban de moverse.
—¡Papá!
Un estallido hizó retroceder al ojiazul asustado y solo vieron atónitos como el puente se veía envuelto en una nube negra acompañado por llamas y fuego.
Los ojos de Daryl se cristalizaron, había perdido a su hermano y solo pudó observar desde la lejanía. Rowan no podía estar más destrozado. Había perdido a una gran figura paternal y en medio de su llanto solo pudó buscar consuelo en los brazos de su papá Daryl, quien igual de adolorido correspondió dejando liberar unas lágrimas.
Carl estaba de rodillas en el piso llorando como un niño desconsolado y gritando a todo pulmón al mismo tiempo que Rylie se aferraba a él abrazandolo por la espalda para que no fuese a ir a meterse entre las llamas. Estaba igual de adolorida por el suceso, pero le dolían aún más los gritos de su esposo.
A un lado suyo Michonne gritaba y sollozoba al mismo tiempo que Carol y Maggie la retenían para que no fuese a las llamas.
Rick Grimes, merecías más.
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