━Capítulo Siete
❝𝐄𝐑𝐄𝐒 𝐋𝐎 Ú𝐍𝐈𝐂𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐃𝐀 𝐃𝐄 𝐄𝐋𝐋𝐀❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟕☼︎༄.✰ 〙
–— flores —–
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ROWAN YA HABÍA PERDIDO LA CUENTA DE CUANTOS DÍAS HABÍAN ESTADO EN COSTANTE MOVIMIENTO. No había parado a menos que no fuera para descansar de vez en cuando o por alguna emergencia y las condiciones en las que estaban eran tediosas.
Además de que en todos esos días su mente no lo dejaba ni dormir tranquilo. No habia día en el que pensara en su hermana y aquello siempre lo hacía romperse en llanto por las noches.
En todos esos días tampoco había descuidado a Judith para nada. Era muy cuidadoso y por alguna extraña razón odiaba que Lizzie tuviera que agarrarla. Le daba mala espina la menor y la mayor parte del tiempo estaba con él.
Esa mañana se habíab detenido por
un poco para descansar en medio de las vias que ahora estaban siendo casi devoradas por la naturaleza.
Mientras Carol curaba las herida en
los brazos de Tyreese, Rowan estaba tranquilamente sentado en el borde de estas vías con Judith en su regazo y Mika a un lado suyo observando a la bebé.
La menor ya había comido hace rato y estaba limpia así que hasta el momento se veía bastante contenta jalando con sus manitas los botones de la camisa del rubio.
Esta niña si que es traviesa, pensó el chico.
—Eso no se come, Jude —musitó
Rowan con diversión intentando apartarla de los botones —. Jude...
No consiguió nada así que mejor rebuscó en su mochila esperando que hubiese algo que pudiera servir de juguete.
—¡Bingo! —exclamó pasandole una pelotita de goma que limpio —. Toma, entretente con ella.
—Eres muy bueno con los niños —musitó Mika agarrando la manita de la menor, quien soltó una risilla alegre —. Y un excelente niñero.
—Si, mi hermana me enseñó un
poco de lo que sabía —respondió
Rowan con un tono entristecido a
la vez que acomodaba a la niña en
sus piernas.
—Entonces te enseñó bien sobre bebés.
Sin querer Rowan sintió un pinchazo en el pecho, no era un dolor fisíco sino uno emocional. Entre más le mencionaran a su hermana más adolorido seguía y los pensamientos regresaban.
Borró esos malos pensamientos de su cabeza y centró su atención en Judith, quien le sonrió alegre y por un momento esa tristeza desapareció unos segundos.
Perdón hermana, debí haber estado ahí para protegerte.
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—¿Tom Sawyer tiene un final feliz? Nunca terminamos de leerlo.
—Bueno, Tom y Huck detienen al
indio Joe y a su colega y se terminan quedando con el oro —respondió Carol sin detener su andar a la niña.
—O sea que termina siendo rico.
—Ajá y la viuda Douglas adopta a Huck.
—¿Cómo tú nos adoptaste a nosotras? —preguntó Mika con entusiasmo yendo a un lado de la mujer.
—Sí, tal como la viuda Douglas.
El reducido grupo volvía a retomar su camino. No podían quedarse ahí por siempre así que continuaron en busca de más carteles, los cuales hasta la fecha no habían vuelto a ver más de ellos.
Y a pesar de que seguía en las vías no habían más carteles.
—Y yo soy Huck Finn.
—Creo que te pareces más a Tom Sawyer —comentó Lizzie unos pasos más atrás de Mika con una sonrisa.
—Sí, es cierto. Tú eres más como Huck Finn. Ni siquiera te espantan los conejos muertos.
—Olvide que les leías —soltó Tyreese con una suave risa dirigiendose a la mujer.
—Sí, así es.
Más tarde tuvieron que parar para conseguir algo de agua pues la que llevaban consigo se agotó y necesitarían hidratarse para poder continuar.
Carol solicitó la ayuda de Mika y ambas se adentraron al bosque con varias botellas y demás para llenar con agua en caso de que consiguieran.
Mientras tanto Tyreese, Lizzie y Rowan se quedaron a esperar tranquilamente
a un lado de las vías a que volviera. El mayor no se sentía del todo bien así que se quedó con los dos menores, aunque en parte fue porque Carol lo obligó.
—Yo veo árboles y maleza —comentó Lizzie con calma observando a su alrededor antes de enfocarse en el mayor —. Tu turno.
Si, estaban jugando a veo veo con tal de matar el tiempo.
Tyreese estaba por responder cuando
a lo lejos le pareció ver algo. Aquel algo no era más que un caminante que venía por las vías caminando. Lo que más le preocupó fue que se acercaba a ellos.
Así que sin pensarlo mucho tomó su arma y se pusó de pie dispuesto a ir a revisar.
—Ustedes quedense aquí —pidió mientras subía de nuevo a las vías con su arma en mano.
Rowan lo observó alejarse de poco a poco hasta los árboles más alejados de dónde estaban descansando.
No dejó que su mente lo traicionará con esos malditos presentimientos y solo se concentró en Judith, quien reposaba en sus brazos placidamente dormida como lo haría un bebé con normalidad.
No quería despertarla porque después sería difícil dormila así que se quedó en su asiento sentado viendo a Tyreese irse cada vez más para allá hasta que por poco y se perdía en las ramas.
Rowan estaba tan en su mundo que para cuando se dió cuenta Lizzie ya iba entre las vías a un par de metros de él.
—¡Ey, vuelve aquí!
—No pasará nada, solo quiero decirle algo a Tyreese —respondió Lizzie antes de darse la vuelta y continuar su camino.
Definitivamente con todo lo sucedido odiaría tener que soportar más niños. No es que los odiara, solamente era como un milagro que le obedecieran y eso ya empezaba a cansarlo.
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Después de que Carol y Mika volvieran con agua de sobra el grupo se vió obligado a continuar, solo que está vez había buenas noticias y era que al andar por el bosque ambas mujeres encontraron una cabaña cercana.
No lo dudaron y rápidamente se pusieron en marcha siendo escoltados por la mujer Peletier.
Entre más se adentraban al bosque más bonito se veía el paisaje. Duraron un par de minutos vagando por el bosque hasta que llegaron a un terreno despejado.
—¿Qué es esto?
—Nueces.
Mika venía comiendo algo que Rowan encontró en el suelo y por lo visto quedó maravillada con el fruto seco.
—Oh, me encantan las nueces.
—Quizás debamos descansar aquí por un momento —propusó Carol al mismo tiempo que se acercaba a una puerta de alambre para abrirla.
—Aún iremos a Terminus, ¿verdad?
—Solo nos quedaremos un día o
dos —respondió ella girandose hacia la menor a la vez que abría la puerta —. Hay un pozo lleno de agua, rejas. No son grandes, pero son mejor que nada y vimos venados. Podríamos matar uno para comerlo y se de alguien que es muy bueno en estas cosas.
Rowan sonrió con algo de pena, pero aún así lo hizó. No era el mejor con el arco como el señor Dixon, pero al menos haría su mejor intento en ello.
—Y podemos comer nueces, ¿no?
—Puedes comer hasta artarte y luego más —soltó Tyreese sonriente al oír a Mika insistir con aquel fruto seco.
—Miren.
Todos se giraron a la dirección en la que Lizzie señalaba y notaron que había una enorme nube gris en el cielo producto de algún incendio o algo parecido.
—Apuesto que eso es lo que oliamos —comentó Carol girandose al hombre a su lado —. Se ve bastante lejos.
Si, antes de que llegaran al lugar ya en el camino se podía oler un olor a quemado bastante fuerte que los dejó con dudas.
Ahora dabían de dónde provenía.
—¿Cómo habra empezado?
—Tal vez un rayo, tal vez una fogata en un campamento —respondió el moreno antes de darse la vuelta y comenzar a adentrarse al sitio —. Podría arreglar esa reja.
—Tal vez los venados venían de ahí, deberíamos dejarla y no arriesgarnos aquí.
Finalmente estuvieron justo en la entrada de la abandonada puerta y fueron los dos adultos quienes se encargarían de esto. Tocaron la puerta, pero por lo visto no había personas. No vivas al menos supusieron.
Los menores estaban justo debajo del porche en el patio delantero. Rowan se sentó en una silla
—Si hay uno adentro no se mueve mucho —informó Carol a su acompañante antes de entrar a la casa —. Mantegamosnos cerca. Vayamos. Lentamente. Niños, esperen aquí. No van a entrar hasta que nosotros salgamos. No importa lo que escuchen.
—De acuerdo —respondieron ambas hermanas al únisono algo cansadas.
Lizzie y Mika estaban a unos centímetros de Rowan sentadas en unos viejos asientos a la espera de poder entrar cuando les los adultos se hicieran cargo de todo ese desastre.
—Rowan asegurate de que Judith y las niñas esten bien —ordenó la mujer a lo que el chico asintió lentamente, después de dirigió a la menor —. Mika ayuda a Rowan si las cosas se salen de control y mantenganse vigilando.
—Quiero que seas fuerte, pequeña.
Mika asintió y con eso ambos adultos se adentraron al interior de la residencia dejando a los menores afuera vigilando.
Aunque de los tres que eran solo dos se veían en sus cinco sentidos. La mayor de los Samuels se veía completamente ida en su desgastada silla y eso lo asustaba.
—Ellos estaran bien —aseguró Mika girandose a su hermana al ver ese gesto tan desorientado suyo.
—No es eso...
—Es porque había un bebé, ¿no?
A un par de metros de ellos había
varias tumbas con unas cruces mal acomodadas y echas de palos, pero había una en particular que llamaba
su atención. Una mini tumba.
Desde su posición el rubio abrazó un poco más a Judith, quizás eso le ayudaría a recordar que ella seguía viva y que él la estaba cuidando.
—Van a encontrar uno ahí dentro y van a...
—¡Basta, no son personas!
Lizzie era rara.
Es decir, Rowan siempre oía a su hermana decir que Lizzie incitaba a los otros niños de la prisión a hablar con
los caminantes de las rejas e incluso a ponerles nombres. Sin embargo, Carl siempre los regañaba por ello.
Ahora lo estaba presenciando.
—Se equivocan todos ustedes...
—¡No son personas, solo están muertos!
Rowan eataba por intervenir en la pequeña discusión de las hermanas cuando de la nada se escuchó un gruñido y un caminante cayó de los barandales del porche al patio, justo a unos metros de dónde estaban ellos.
Lizzie estaba paralizada en el asiento y rápidamente Mika actuó en conjunto con Rowan. Ambos se pusieron de pie y sacaron sus armas.
La rubia asustada fue la que soltó el primer balazo sin mucho éxito y siendo lo más rápido posible fue el adolescente quien remató al caminante con una bala directo a la cabeza acabandolo.
—¡Basta, alto! ¡Alto!
Judith lloraba asustada entre la cangurera en la que iba y Rowan intentó calmarla, pero el llanto descontrolado de Lizzie no ayudaba mucho a ello.
La nila estaba sentada en el suelo completamente perdida en si viendo al caminante muerto en la tierra con sus ojos llorosos por lo sucedido.
¿En serio lloraba por un caminante?
Casi la mataba y lloraba por eso.
Apenas se escucharon sonidos de balas los adultos salieron corriendo al patio asustados y se acercaron a los tres.
—¿Están bien?
Carol ayudó a levantarse a Lizzie con delicadeza, pero la niña solamente se centraba en el caminante muerto.
Rowan simplemente se alejó de ellas
con la bebé llorando sin poder detenerse al porche de la casa junto a Tyreese.
—Calma, tranquila —musitó el rubio
con un tono calmado y amoroso dandole unas palmaditas en la espalda a la bebé —. No te fue nada. Ya paso, tranquila...
El rubio se movía de un lado a otro con delicsdeza arrullandola para así poder calmarla. Una tecnica que conforme la aplicaba le resultaba muy practica.
Mientras lo hacía vió unos metros
más adelante a Carol hablar con
ambas niñas, quienes al finalizar la conversación se acercaron a una parte de la jardinería dónde había una gran cantidad de flores.
Son algo extrañas, pensó Rowan a la vez que se adentraba a la casa con Judith un poco más calmada.
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La noche se hizó presente en el bosque y para su suerte ellos ya estaban dentro de la casa así que tenían de que alarmarse.
Rowan logró dormir a Judith y la acostó en una cuna que había por ahí en la sala para estar al pendiente si se despertaba.
Ahora podía leer tranquilamente un
par de libros polvorientos que encontró en un estatente frente al fuego de la chimenea. A sus pies estaba Mika jugando con una muñeca de trapo a la que llamaba Griselda Galderson.
Mientras tanto Carol y Lizzie rompían las cascaras de las nueces que encontraron. No había comida por ahora así que cenarían nueces por lo visto.
—Bueno, tenemos bastante agua —informó Tyreese apareciendo en la sala de repente —. Ahora lo que necesitamos es cazar uno de esos venados.
—Entonces iremos por uno —
respondió Carol con una sonrisa amigable al hombre.
—Claro.
Tyreese parecía alegre por la respuesta de su amiga, pero su sonrisa fue borrandose poco a poco y eso fue algo que Mika no dejó pasar en lo absoluto.
—¿Qué sucede?
—No estoy acostumbrado a esto.
—¿Acostumbrado a que? —preguntó Lizzie girandose a verlo.
—Estamos en la sala de una casa...
—Sí, relajáte —pidió Mika con una sonrisa amigable antes de volver a lo suyo.
Tyreese soltó un suspiro sin poder creer la tranquilidad que estaban viviendo y tomó asiento en un sofá cercano al de Rowan, quien seguía sumido en su libro.
Un pequeño silencio inundó la sala por unos minutos hasta que la vocesilla de Mika se hizó sonar.
—Vivamos aquí.
Rowan dejó su lectura al escucharla y se giró lentamente en dirección a donde estaba Carol quebrando cascaras de las nueces. Ella simplememte sonrió, pero no supó que decir y se quedó en silencio.
El chico no estaba del todo de acuerdo con Mika. Él no quería quedarse a vivir allí sin siquiera esforzarse en buscar si sus compañeros seguían vivos, quizás su hermana todavía estaba viva y él lloraba por cosas que ni sabía si eran ciertas.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Por la mañana temprano Carol y Rowan salieron en dirección al bosque para cazar un dichoso venado. Ambos venían con sus armas en mano y listos para llevar su almuerzo.
Mientras se adentraban por el enorme bosque vieron aún la nube gris de humo a lo lejos. Por lo visto aún no se apagaba lo que sea que se estuviese quemando.
—Haces un trabajo excelente con esa niña.
El chico se giró a verla al oír la mención de la pequeña Grimes, pero no detuvó su andar por el bosque.
—Estoy segura que Rick estaría orgulloso de ti, Ro.
Él simplemente asintió entristecido y antes de que pudiera avanzar mas la mujer pusó su mano en su pecho para detenerlo.
A un par de metros de ellos estaba un venado comiendo hierba y por lo visto aún no se percataba de su presencia si no habría salido corriendo.
—Es tu oportunidad.
Con esas palabras en mente, Rowan tomó su arco y una flecha que ajustó para que diera al blanco. Observó bien el objetivo, sostuvó con firmeza la flecha entre el delgado hilo y unos segundos después soltó un suspiro en conjunto con la flecha.
De cuestión de segundos el animal cayó al suelo herido por la flecha incrustada en su cuello.
Ambos se acercaron al animal desangrandose y el joven retiró la flecha tallandola con un trapo para volver a ponerla en su carcaj.
—Gran tiro, Ro —elogió Carol con una sonrisa amigable girandose al chico —. Nos durará por lo menos un par de días. Ahora ayudame a llevarmelo.
Entre los dos se llevaron al animal muerto a la casa y Tyreese se hizó cargo del resto. Como dijo Carol tendrían comida por unos días más y aunque en su vida había comido venado ahora no le importaba eso solo comer algo.
Más tarde los adultos fueron por
agua al pozo cercano al terreno dejando a los menores en la casa. El Everson mayor subió a la habitación que reclamó como suya pues estaba seguro que las niñas estarían bien, después de todo estaban en la sala jugando y leyendo.
Por otro lado le costó un poco, pero Rowan logró bañar a la pequela Judith con agua tibia que previamente calentó y ahora la terminaba de arreglar.
—Aw, eres la cosita más tierna que vi en mi vida —comentó el mayor terminando de abrochar su mameluco para después dejar besitos en sus mejillas —. ¿Verdad que eres una cosita hermosa, Jude?
La niña simplemente agitó sus manitas desde dónde estaba sentada en la cama y soltó una risilla.
—Ven Jude —musitó Rowan envolviendola en una manta no sin antes ponerla contra su pecho y comenzar a arrullarla —. Eres lo
único que me queda de ella...
Sin poderse contener terminó durmiendose con la niña sobre su
pecho pues el silencio y los suaves balbuceos de la menor lo arrullaron
y por lo visto a la niña también.
Unos ruidos del exterior lo despertaron de repente. Lo curioso es que no eran ruidos si no gritos que venían de afuera.
Con cuidado dejó a la niña en la cama rodeada de almohadas para que no se fuera a caer y corrió escaleras abajo a la vez que recargaba su pistola.
Al salir al patio encontró a Lizzie y
Mika afuera de las rejas y detrás de ellas un montón de caminantes quemados. Ambas corrían lo más rápido que daban sus piernas, pero al intentar cruzar las rejas de alambre Mika cayó y se enrredó la pierna entre los alambres.
Su hermana mayor volvió por ella e intentó alejar al caminante que tomaba a la menor de la pierna.
—¡Niñas!
El primer balazo rompió el aire por parte de Rowan y con habilidad le dió justo en la cabeza al caminante que intentaba dañar a la niña.
En menos de un santíamen apareció Carol junto a Tyreese también armados y por sus rostros se veían alarmados.
—¡Ponganse detrás de nosotros!
Las niñas obedecieron al instante y los adultos junto al chico comenzaron a dispararle a los caminantes que querían transpasar la barrera de alambres.
Se dividieron el lugar y desde diferentes ángulos les dispararon a los caminantes. Uno tras uno cayeron al suelo muertos.
Incluso las menores se sumaron a los disparos hasta que no quedó ni uno solo de pie.
—Está bien —musitó Carol abrazando a Lizzie, quien sollozaba por alguna razón —. Lo hiciste.
Después de eso los cinco se dieron la vuelta dirigiendose de nuevo a la casa con las niñas algo espantadas por todo lo sucedido con los caminantes.
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Al día siguiente por la mañana Carol, Tyreese y Rowan salieron de nueva cuenta a explorar a ver si quizáz ese día podían conseguir algo más para comer que no fuera venado.
Aunque horas después terminaron volviendo a la casa con las manos vacias. Ni siquiera enconcontraron algo parecido a más frutas silvestres u otro animal.
—Ya encontraremos algo después.
—Mi esposo solía cazar —comentó
Carol caminando a un lado del moreno —. Todos los años hacía el mismo chiste estúpido.
—¿Nos lo vas a contar?
—Bueno, ahora no tengo opción —respondió la mujer y ambos soltaron
un suave "si" —. De acuerdo, ¿en que
se parecen un árbol y un ebrio?
Los dos hombres se quedaron en silencio a la espera de que ella terminará de darles la respuesta.
—En que el árbol empieza en el suelo y termina en la copa y el ebrio empieza en la copa y termina en el piso.
—Vaya, eso si que es estúpido —soltó Rowan divertido caminando con su arco en la espalda a un lado de la mujer.
—Se los dije. Tengo más de dónde vinó ese.
Sin embargo, la diversión se esfumó al acercarse más a los terrenos de la casa pues se encontraron con una imagen que los lleno de terror.
Lizzie estaba a un par de metros sonriendoles, pero sus manos estaban llenas de sangre y traía un cuchillo
en una de ellas. Como si eso no fuera aterrador Judith estaba sobre una manta en el suelo sentada a nada de Lizzie.
Rápidamente corrieron alarmados hacia ella y se detuvieron justo a unos metros de la niña.
Lo primero que notó Rowan al llegar fue el cuerpo sin vida y algo ensangretado de Mika. Su propia hermana la había matado.
—No te preocupes, volverá —informó Lizzie sonriente emcogiendose de hombros a la mujer —. No le dañe el cerebro.
Los tres miraban asustados la escena
sin poder creer la atrocidad que había cometido una niña. Mika estaba muerta, las manos y el cuchillo de Lizzie estaban escurriendo sangre fresca y la menor de los Grimes estaba en el piso cerca de ella.
—No, tenemos que esperar —exclamó Lizzie apuntandole con su arma cuando vió a Carol intentar quitarle el cuchillo —. Tengo que mostrarte algo. Ya lo entenderás. Tenemos que esperar.
—Lizzie, baja el arma —pidió Tyreese realmente serio sin quitarle la mirada de encima.
—Solo quiero que esperemos —respondió ella con desesperación ignorando la petición el mayor.
—Podemos esperar —soltó Carol de la nada antes de hacerle una seña —. Solo dame el arma. Podemos esperar. Lo juro.
La rubia pareció pensarlo por unos segundos y bajó el arma poco a poco. Carol aprovechó esto y la tomó con cuidado para no asustarla.
—Tú, Rowan y Tyreese deberían
tomar a Judith —comentó Carol mirando a la bebé con los ojos algo llorosos, intentando calmarse —. No es seguro para ella.
—Pero Judith también puede cambiar —respondió Lizzie en voz baja girandose hacia la niña —. Estaba a punto de...
Rowan apretó con ligereza los puños y
si no fuera porque no quería armar un escandalo abría arremetido contra ella. Era una maldita loca. ¿Cómo pudó haber dejado a la bebé con esa niña loca? ¿Y si no hubiesen llegado a tiempo?
—Ni siquiera puede caminar.
—Sí, es cierto.
—Entonces ustedes llevense a Judith
a la casa y vámos a almorzar —comentó Carol con aparente tranquilidad antes de señalar el cuerpo sin vida de Mika —. Y yo... yo voy a atar a Mika así no se va a ninguna parte.
—¿Prometes que harás eso?
Carol asintió intentando reprimir un sollozo y solamente se esforzó por sonreirle.
—Te lo prometo. Usaré sus agujetas.
Después de eso la mujer se giró con cuidado a ambos hombres y aunque ninguno sabía porque decía tales cosas continuaron siguiendole el juego.
Unos segundos después Rowan se acercó a la bebé en el suelo y la tomó entre sus brazos con cuidado pues no tardó en comenzar a llorar por lo bajo asustada.
—Vámos —pidió Tyreese incitandola a que caminara junto a él y ella comenzó a hacerlo —. Andando Lizzie.
——— ✮✧☾✧✮ ———
—Le llevé algo de comer. Revisé su cuarto, me aseguré de que no tenga ningún cuchillo ni nada de eso —informó Tyreese en voz baja recargado en un estante cercano a la cocina.
Tanto Carol como Rowan solo escuchaban atentos y perdidos en
sus pensamientos mientras yacían sentados en las sillas de la cocina.
El chico tenía a Judith en brazos tapada con una manta blanca puesto que la menor estaba dormida y si antes no se separaba de ella ahora menos lo haría.
—Tenía una caja llena de ratones. Le pregunté si era ella la que alimentaba a los caminantes en la prisión —continuó contandoles el hombre con calma con los ojos llorosos —. Era ella. Y en las tumbas encontramos un... un conejo clavado en una tabla. Eso también lo hizó ella. Dijo que solo se divertía.
La mujer soltó un suspiro lleno de frustración lamentandose todo lo que escuchaba del hombre.
Rowan simplemente se preguntaba como era posible que una niña tuviera esa mentalidad y suposó que debía estar demasido desquiciada como para acabar sin piedad con la vida de su hermana.
—Estuvé pensando, quizás ella mató a Karen y David, pero no se como pudó arrastrarlos.
Carol rápidamente negó.
—Hubiera dejado que se transformaran. No fue ella.
La cocina volvió a quedarse en silencio
y los adultos parecían estar sumidos en sus propios pensamientos, en especial Carol.
—¿Entonces que hacemos?
—Podría irme con ella...
—¿Qué?
—No podemos vivir con ella y Judith bajo el mismo techo —respondió la mujer apartando un poco la mirada.
—No lo lograrías, no tú sola.
—No puede estar con otras personas.
—Podríamos intentar ayudarla —sugirió Tyreese con calma acercandose un poco a la mujer —. Convencerla de alguna manera.
—Ella es asi —sentenció Carol girandose hacia el hombre con los ojos llorosos —. Ya era de esta manera. No me dí cuenta.
—¿Cómo podrías?
—¡Debí haberlo sabido!
Más silencio.
—Tal vez debería irme —propusó Tyreese igual de entristecido girandose hacia el rubio —. Me iré con Judith y Rowan lejos de aquí.
—Tampoco lo lograrían...
Carol guardó silencio y solo se quedó
en su lugar pasando una mano por su rostro con frustración sin ssber que iba a hacer con tal de mantenerlos a salvo.
Finalmente horas más tarde Carol tomó un adolorosa decisión que la marcaría después por la profundidad de esta.
Dejó a Rowan y Judith en la casa al cuidado de Tyreese y les suplicó que no salieran hasta que ella volviera.
Tyreese desde una ventana de la parte de arriba vió el momento exacto en el que Carol salía de la casa en compañía de Lizzie como también vió el momento en el que la mujer alzaba su pistola y no hizó falta que se lo dijeran para saberlo.
Carol mató a Lizzie.
Y sinceramente a Rowan no le afectaba en nada. Si, sintió algo de pena por ella al momento en que oyó el disparo a lo lejos, pero creía que era lo correcto.
El apocalipsis había cambiado la mentalidad de Rowan. Lo había echo incluso madurar más temprano y por supuesto a decidir que era lo correcto e incorrecto para él.
Aquello aunque era doloroso creía que era lo mejor para ellos.
Lizzie estaba demasiado afectada mentalmente y no iba a permitir llevarla con ellos y que en cualquier momento llegará a dañar a Judith.
Para cuando Carol regresó ya estaba atardeciendo y aprovecharon los últimos rayos de luz solar cavar dos tumbas para las hermanas Samuels cerca del porche, dónde estaban otras dos tumbas más.
Rowan solamente los veía desde una
de las ventanas de la habitación en la que se estaba quedando. La menor de los Grimes por otro lado estaba en la cama durmiendo pacificamente.
No cabía duda que el apocalipsis los había vuelto personas diferentes con mentalidades diferentes.
A veces tenías que tomar decisiones difíciles, pero seguras.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Por la mañana decidieron irse de ese lugar. No era un sitio en el que quisieran seguir. De algún modo estar ahí sirvió para ayudarles a ver las cosas de una manera realista.
Nunca lograrían vivir una vida en paz. Ahora todo era diferente y el concepeto de tranquilidad no existía para ellos.
Fue así con sentimientos en su interior
y desesperanza a un futuro apacible que se pusieron en marcha por el bosque, dejando atrás no solo una casa sino el recuerdos de las hermanas Samuels en ella.
Aunque la más afectado con esto era Carol, quien se algún modo les había tomado un cariño de madre e hija a las dos menores y al igual que sucedió con su hija biológica las perdió para siempre.
Ahora su único objetivo era sobrevivir a como diera lugar y llegar a aquel lugar que les prometía seguridad.
Oh, que equivocados estaban.
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