━Capítulo Ocho
❝𝐋𝐀𝐒 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐒 𝐒𝐎𝐍 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐉𝐄𝐑𝐀𝐒❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟖☼︎༄.✰ 〙
–— miedo —–
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LA MAÑANA HABÍA COMENZANDO BASTANTE TRANQUILA. Rowan fue a despedir a Tara, Glenn, Noah y Eugene. Por lo visto uno de los paneles solares estaba fallando y tenían pensado salir en un grupo a ir por una bateria que solo Eugene sabría cual era y por su puesto que Aiden y Nicholas irían.
—Oh, no. Gracias.
—Llevala —insistió Noah pasandole una pistola a Eugene.
—Sabes que debes protegerte —respondió Rowan señalando el arma e insistiendo para que la tomará.
—No si no voy.
—No conduciremos hasta allá para volver con cualquier porqueria —comentó Aiden acercandose.
—Una docena de estos son similares
en su aparencia en cada fabricante —señaló Eugene enseñandoles una gran bateria mientras los chicos cambian sus armas —. La porquería va a estar bien y yo voy a instalar la porquería y la red eléctrica va a funcionar bien.
Noah lo miró ya cansado de tanta palabreria como excusa y le pusó el arma en el pecho que Eugene con manos temblorosas terminó aceptando.
El moreno recibió su mochila antes de dirigirse a la camioneta con Tara tras de él hablando entre ellos.
Rowan solamente los veía desde
su sitio con una sonrisa ya casi estaban listos ahora solamente se estaban despidiendo.
—¿Seguro que no quieren mi ayuda? Saben que puedo...
—Ro, así estamos bien. Se que eres fuerte y hábil para pelear, pero creo
que mejor te quedes aquí —comentó Glenn poniendose enfrente de él e interrumpiendo —. No iremos tan lejos, pero aún así quedate aquí. Estaría más comodo si lo hicieras. Alguien tiene que vigilar este lugar y a esa niña chiflada que tienes por hermana.
Rowan soltó una risilla y asintió antes de que Glenn despeinará su cabellera con duversión para después ir a despedirse con un beso de su esposa.
—La red eléctrica era un prototipo —comentó el esposo de Deanna mirando a los chicos —. Me sorprende que tardará tanto en fallar.
—Lo arreglaremos.
—¡Se hace tarde, vámos! —exclamó Aiden antes de subir a la camioneta de piloto.
—Se que ya te lo había dicho, pero gracias —comentó Deanna a Glenn
y él simplemente asintió antes de subir
a la camioneta.
—Vuelvan sanos y salvos —pidió
Rowan una vez estuvieron todos en la camioneta antes de dirigirse a Noah —. Y tú tienes una conversación pendiente conmigo sobre una tal Holly, ¿cierto?
Noah rodó los ojos al oir a su amigo insistir al igual que Tara con eso, pero no le negó nada. Las puertas se cerraron y se prepararon para irse.
Cuando Rowan creyó haber visto
todo de la nada escuchó sonar música electronica de adentro de la camioneta.
Quizas en el camino tengan una pelea de baile con los caminantes, pensó Rowan con diversión viendolos alejarse del resto de los que se quedaron.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Rylie se sentía algo extraña desde que despertó. Durmió un buen rato y apenas se despertó notó que llevaba una camisa de Carl, estaba en ropa interior y esa ni siquiera era su habitación.
Dios mio, ¿qué sucedió anoche? ¿Y dónde diablos se metió Carl?
Negandose a creer que llegó a hacer
algo borracha, porque si recordó haber estado bebiendo tragos de lo que resulto ser alcohol y no agua, tomó sus cosas y con cuidado se dirigió a su habitación.
Se sentía como una tremenda idiota por no fijarse bien en lo que bebió.
De todos modos con la cabeza a nada
de reventarsele se dirigió al armario y buscó ropa limpia para después ir a tomar una ducha rápida.
Apenas el agua tocó su piel sintió sus musculos tensos relajarse y el sudor fue desaparecer. Ahora si se sentía bien.
Una vez limpia y arreglada bajó las escaleras hasta la cocina dónde por supuesto encontró a Carl tratando de darle su papilla a su hermanita y por lo visto no le iba muy bien en ello.
—¿Necesitas ayuda con eso?
El chico dejó de prestarle atención a la bebé para alzar la vista y encontrarse con cierta rubia apoyada en el marco de la puerta viendose radiante.
—No, casi lo logro.
Rylie negó divertida para después acercarse y quitarle la cuchara de las manos y acercarla a Judith.
—Vámos, Jude. Abre grande para
Ry —pidió Rylie con una sonrisa y un tono de voz infantil logrando que la bebé abriera la boca —. Eso, que buena niña eres. Uno más, ¿sí?
La bebé siguió comiendo embarrandose de papilla en el proceso, pero lo hizó. Carl no podía estar más asombrado y algo indignado de que su hermana le hiciera más caso a ella que a él. Solo hacía falta que Rylie apareciera para que Judith saltará de felicidad.
—Que no se note la preferencia,
Judith —musitó Carl mirando a la bebé sonriente mientras quitaba con el babero el resto de papilla en su boca.
La chica rió divertida.
—No es mi culpa que a mi me ame más.
—Te robaste mi corazón, mis padres
y ahora a mi hermana —soltó Carl enumerando con sus dedos dirigiendose a la rubia —. ¿Qué más me robaras?
—Un beso —respondió encogiendose
de hombros antes de besar su mejilla con rápidez —. Carl, quiero que me digas algo porque no podre estar tranquila hasta no saberlo.
—¿Qué pasa?
—Tú y yo anoche, ¿sucedió algo?
—Estabas ebria jamás me aprovecharía de una chica en ese estado —respondió en voz baja yendo por un magitel para limpiar la mesa sucia —. Y para que no quedes con la duda tú fuiste la que quisó robarse mi pureza, sucia pervertida.
Las mejillas de Rylie se pusieron algo rojas luego de escucharla y enfocó su mirada en algo que no fueran los ojos fijos de Carl sobre ella. Por segunda vez en la vida le daba pena estar con él.
—Lamento eso, no se ni que dije —musitó Rylie con la mirada en el piso y sus mejillas ligeramente coloradas —. Iré a dar una vuelta, quiero despejar un poco mi mente. Solo una cosa más, ¿dónde está ese idiota de mi hermano?
—Leyendo arriba, no se irá a ninguna parte creo.
Rylie asintió antes de acercarse para besar su mejilla y la de Judith para después salir por la puerta principal.
Salió a recorrer las calles con bastante tranquilidad intentando despejar su mente de todo lo que sucedió la noche anterior y cruzando por entre las calles se encontró a Ron Anderson sentado en un tronco frente al laguna del lugar.
El chico no tardó en percatarse de la presencia de la rubia puesto que se escuchó sus pisadas sobre el césped fresco y rápidamente se giró a verla.
Ella sonrió amigable antes de sentarse en un tronco cercano y soltar por lo bajo un sútil "hola". Se veía concentrado en el agua frente a ellos y le daba miedo decir algo que lo pusiera incómodo pues aún no se acostumbrara a convivir con otros chicos de su edad que no fueran Carl y Rowan.
—Es un lindo lugar, ¿no?
—Sí, suelo venir aquí cuando siento que las cosas van mal o solo para distraerme —respondió Ron girandose un poco para ver a los ojos a la chica a su lado —. No me queda de otra que compartirte mi lugar preferido.
—Gracias, supongo.
—¿Tienes un lugar preferido hasta ahora, Ry?
—¿Mi nueva cama cuenta? —preguntó confusa a lo que el chico soltó una risa que la contagió —. Ey, no te burles tonto.
—Perdón, supongo que la cama es el lugar preferido de la mayoría —comentó Ron recomponiendo su postura sin dejar de lado una sonrisa amigable para ella —. ¿Qué tal tu resaca de anoche, eh?
—Oh, genial. Todo mundo se enteró de eso menos yo —musitó Rylie pasando las manos por su cara con cierta vergüenza —. Que iba a saber yo que no era agua. De todos modos no vuelvo a beber esa porquería. Amanecí con un dolor de cabeza tremendo. Fue horrible.
Y de nueva cuenta Ron estaba intentando contener la risa y ella
por supuesto le dió un empujoncito amistoso en el brazo con el suyo cosa que terminó sacandole un quejido,
uno que realmente parecía de dolor.
Al ver la cara de dolor de Ron ella se acomodó mejor en el tronco e intentó disculparse, pero antes de eso notó unas marcas extrañas en sus muñecas pues se removió y sus mangas se alzaron.
—Perdón, ¿he sido demasiado brusca? No quise...
—No es tu culpa, de echo me caí —respondió Ron sobando un poco su hombro con una débil sonrisa —. No soy muy cuidadoso.
—¿Támbien te golpeaste las muñecas o por qué se ven moradas?
Rápidamente la sonrisa de Ron se borró de su cara y tapó sus muñecas con las mangas de su camisa intentando que no quedaran a la vista.
—No se de que hables.
—¿Qué te sucede, Ron? Puedes contarme si quieres.
El chico simplemente se pusó de pie mirando a todos lados asustado como si tuviera miedo de que alguien los viera hablar o parecido.
—¿Ron?
La rubia se pusó de pie e intentó tranquilizarlo tomandolo de las manos, pero antes de que siquiera pudiera rozar sus manos Ron la apartó bruscamente de él logrando confundirla por aquella reacción poco usual de él.
—Solo quiero ayudarte.
—No necesito tu ayuda —exclamó Ron de mala gana dando un paso atrás sin quitar su vista de ella —. No quiero tu lastima, ¿me oiste? Dejáme tranquilo.
Y después de eso el rubio se dió la vuelta avanzando a pasos rápidos lejos de ahí dejandola sola y con su mente echa toda un lío. Quizás un golpe en el hombro era creible, pero, ¿en las muñecas? No se iba a quedar tranquila hasta averigüarlo.
Ella simplemente se disponía a
regresar a su casa cuando vió a Sam Anderson salir de la casa de Carol en
la misma dirección en la que se fue
su hermano mayor. ¿Qué se suponía que hacía en casa de Carol para empezar?
Confundida regresó a la casa y encontró a Carol hablando con Rick, quien estaba parado justo en la ventana estático.
—Pete golpea a Sam y creo que también a Jessie —informó la mujer a un par de metros visiblemente alarmada por lo sucedido en su casa hace poco.
—Ron tenía varios moretones en
las muñecas y dijo que se "golpeó" el hombro porque era muy "distraido"
—comentó Rylie acercandose a los adultos recordando el caracter agresivo del chico —. Yo no sabía que ellos...
—Carol, ¿cómo lo sabes? —preguntó Rick acercandose a ella bastante serio —. ¿Sam te lo dijo?
—No fue necesario.
El hombre estaba bastante confundido
y preocupado por la información que recibió de golpe, aunque él también tenía ligeras sospechas de Pete.
—Rick, yo se como estas cosas acaban —musitó Carol manteniendose unos metros más atrás del hombre con los ojos llorosos —. Solo hay una solución.
—Tendrás que matar a Pete —
completó Rylie con un tono neutro haciendo al hombre girarse.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Las cosas realmente se estaban saliendo de control para el grupo. En poco tiempo habían descubierto la violencia familiar que sufrían los Anderson, aunque eso era que solo sabían Rick, Carol y Rylie.
Anocheció y el grupo regresó o al
menos los que sobrevivieron a la misión. Tara estaba gravemente herida y era probable que tuviera que estar varios días en la enfermería recuperandose.
Aiden había muerto también y en
pleno ataque de nervios Nicholas hizó
lo imposible por sobrevivir sin saber el daño que ocasionaría en el proceso. Noah estaba muerto y era su culpa.
Rowan apenas se enteró de la muerte
de su reciente amigo estuvó a nada de irse en medio de la noche a golpear al desgraciado de Nicholas. Sin embargo, Rick lo detuvó antes de que hiciera que los echaran. Él también estaba furioso, pero no quería volver a afuera.
Todo se estaba yendo al carajo... de nuevo.
El chico no tuvó más opción que
apretar los puños con furia antes
de irse a su habitación y hacerse
un ovillo en la cama.
Rylie no tardó en irse a verlo para consolarlo esperando hacerle saber que ella también se sentía igual y que si quería desahogarse no estaba solo.
—Ro, ¿necesitas un abrazo?
El rubio asintió en medio de sollozos haciendole una seña y Rylie como si se tratará de un niño asustado se sentó a un lado de la cama abrazandolo cual madre sobreprotectora. Tantas veces la cuidó y protegió ahora ella lo ayudaría.
—Noah está muerto... y yo no sabía que esta mañana sería la última vez que lo vería... —informó Rowan aferrado a los brazos de su hermana menor intentando controlar sus sollozos —. Él era lo que me recordaba a mi Beth y ahora se fue igual que ella. Esyoy arto de perder a los que amo... cada vez... uno a uno se van...
—Ro, las personas son pasajeras —musitó Rylie con una débil sonrisa acariciando su cabellera rubia —. Por eso las valoramos lo que podemos. Todos moriran y no podemos remedirlo.
—No es justo.
—Yo se que no es justo nada de lo que nos pasa.
La rubia se quedó en silencio solo escuchando a su hermano sollozar por lo bajo en su regazo y pasados unos minutos pareció calmarse. No tardó
en darse cuenta que Rowan se había quedado dormido después de eso.
En serio estaba preocupandose por
las constantes y dolorosas perdidas por las que estaba pasando su hermano así como lo mucho que le afectaban. Tenía miedo de que Rowan dejará de ser ese chico valiente que la consolaba cada que se sentía mal, ahora era ella.
Lo arropó con una manta antes de salir de la habitación y adentrarse a la de Carl, que estaba enseguida de la suya.
Encontró a Carl dormido en la cama con Judith echa un ovillo a su lado.
Una sonrisa enternecida apareció en
su rostro y soltando un bostezo se acercó a la cama para después quitarse los zapatos y recostarse a un lado de ellos tapandose a los tres con una cobija.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Por la mañana temprano Rowan quisó salir a caminar solo para despejar su mente, se le ocurrió que lo mejor sería estar alejado de las personas. Si Enid lo hizó, ¿no pasaba nada si él también se escapaba un rato del interior?
Asegurandose de que nadie lo viera volvió a salir por la ventana con su cuchillo en el cinturón del pantalón y apenas se disponía a salir cuando vió a Enid cruzando los muros de nuevo.
Esta vez le dió igual y apenas cruzó los muros él salió de la casa por la ventana dirigiendose a las enormes rejas. Hizó tal cuál artimañas de Enid y salió de allí.
Se sentía raro volver a estar afuera,
pero sentía la necesidad de escapar un poco de todo lo que lo abrumaba. Quizás llorar un buen rato le haría bien, pero no quería causarle más preocupaciones a su hermana.
Estaré bien yo solo, pensó Rowan mientras caminaba a paso lento por entre los árboles preocurando ser lo
más silencioso posible.
Ya llevaba un buen rato caminando y sinceramente se arrepintió de fugarse al bosque sin conocerlo bien.
Su única guía se había perdido de su vista y ahora parecía un perrito sin su dueño asustado.
—¡Rowan!
El mencionado se giró en todas direcciones buscando a la chica, pero
no veía más que solo árboles. Debía de eatar cerca pues su voz provenía de alguna parte cercana, prro no laa veía.
—Se que me estás siguiendo otra vez y vas en dirección equivocada.
—¿Sabías?
—Haces mucho ruido.
Y apenas terminó de decir aquello, Rowan se dió cuenta que acababa de pisar una rama y esta crujió bajo sus pies. Hice una mueca maldiciendo en voz baja.
—¿Podrías volver? Para ser honesta me asustas.
—En primera no te estaba siguiendo,
al menos hoy no —respondió el rubio alzando la voz sin dejar de mirar a todos lados —. Solo quería salir a tomar aire afuera y creo que no deberías escaparte sola, ya tuvimos dos victimas.
—Que importa —soltó Enid con cansancio apareciendo de la nada de entre un árbol —. La gente siempre muere, lo sabes.
—Hay que volver —ordenó Rowan señalando vagamente el lugar por el que vinó —. Tú deberías volver.
—¿Por qué?
—¿Qué estás haciendo afuera?
—No lo sé, dimelo tú —respondió la castaña encogiendose de hombros antes de salir corriendo lejos del chico.
El rubio sonrió sin querer y de repente se encontraba corriendo tras la chica como si se tratará de un juego de niños.
No recordaba la última vez que sintió tanta calma y por alguna razón correr en el bosque detrás de la chica lo hizó volver a recobrar esa chispa de alegria.
Pronto se detuvieron al ver a un caminante entre los árboles venir hacia ellos. Fue en ese momento que Enid sacó de su mochila un reloj, prosiguió a activarlo y lanzarselo al caminante en otra dirección.
Rowan sonrió algo asombrado del ingenio de la chica y una vez el zombie estuvó distraido Enid fue la primera en salir corriendo en la dirección opuesta con el rubio pisandole los talones.
Unos minutos más tarde se detuvieron a descansar en un montón de troncos en el piso.
Enid se quitó la mochila que llevaba sobre su espalda y se sentó en el suelo recargando su espalda en el tronco. El rubio imitó su acción y segundos más tarde escuchó la suave risita de ella.
—Está bien estar aquí —musitó Enid mirando los árboles frente a ella —. Está bien sentirse así. No quiero olvidar... y correr me hace sentir mejor.
—No puedo olvidar —comentó Rowan girandose para encontrarse con la mirada curiosa de la chica —. A veces sueño que estoy en el bosque como uno de ellos.
—Igual que yo.
—Ron es un buen chico —soltó el rubio de repente jugando con una ramita en el suelo, nervioso.
—Lo sé.
—¿Él sabe que vienes aquí?
—No, él jamás lo entendería.
Rowan simplemente se quedó mirandola de perfil sin saber exactamente porque no podía apartar sus ojos de ella y Enid rápidamente rebuscó algo en su mochila.
—¿Vas a decirme por qué te asusto?
—No sé, es lo que siento —respondió Enid con una pequeña sonrisa antes de sacar un cuchillo y garabatear con él un tronco cercano.
—Es lindo —mencionó Rowan refiriendose al cuchillo.
—Era de mi mamá.
—¿Y qué te paso antes de llegar aquí?
—Que importa —musitó la castaña girandose a verlo con cierta tristeza.
—Importa, yo lo sé. Támbien pase por lo mismo.
Enid simplemente lo miró a los ojos
con su mirada entristecida antes de percatarse de unos gruñidos que venían del bosque y rápidamente ambos se pusieron de pie observando el área.
—Volvamos, parecen muchos.
Sin embargo, Enid no hizó caso omiso y corrió a esconderse en el tronco hueco de un árbol cercano. Rowan la siguió y con cuidado logró adentrarse al hueco.
Por un momento Rowan sintió que se asfixiaba dentro o solo era la cercanía con la chica. Estaban tan cerca que sus rostros estaban a escasos centimetros de tocarse si se movían demasiado.
—Es su mundo —musitó Enid al oído del rubio causandole una sensación extraña recorrer su cuerpo —. Nosotros vivimos en él.
Rowan simplemente veía una horda
de caminantes pasar justo a metros de ellos mientras un escalofrio recorrer su cuerpo.
Segundos después se giró lentamente
y se encontró con la mirada fija de Enid. Para este punto su respiración estaba igual de acelerada que su corazón.
Con cuidado descendió su mano buscando la de la chica sin saber el porque, pero lo hizó. Notó que tenía el cuchillo entre sus manos y la retiró como si de pronto quemará.
Sintió sus mejillas ligeramente calientes y al ver a Enid sonreirle apartó la mirada. ¿Por qué estaba comportandose tan raro últimamente? ¿Qué tenia Enid de especial para hacer que su estomágo se revolviera? ¿Qué fue todo eso?
Fue entonces que la chica se acercó un poco a su oido de nueva cuenta haciendo que el estómago de Rowan revolviera de la emoción y nervios y una nueva chispa recorriera su cuerpo ante la cercanía de sus labios a su oído.
—Genial, yo también te asusto.
Rowan bajó la mirada visiblemente sonrojado y no supó como reaccionar
así que solo se quedó en silencio con
una sonrisa en su rostro. Enid lo había dejado sin palabras literalmente y en
su vida se había sentido tan expuesto
y vulnerable como esa tarde.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Rylie jugaba tranquilamente con la bebé Grimes en la sala. Estaba recostada en un sofá amplio y alzaba una y otra vez a Judith, quien en lugar de llorar asustada solo reía bastante divertida por ello.
Fue inevitable para Rylie sonreír al escuchar su tierna risita de bebé. Pronto la bajó acomodandola en su pecho.
—Aquí está su leche —informó Carl pasandole un biberón a la rubia a la vez que tomaba asiento a su lado —. Se te está pasando tu siesta, Judith.
Rylie tomó el biberón no sin antes agradecer en voz baja para después dejae caer una gota de leche en su mano asegurandose de que no estuviera tan caliente para la niña.
Un truco que le enseñó Lori.
La temperatura estaba normal así
que acomodó a Judith en una posición cómoda y acercó el biberón. Judith lo sostuvó ella solita y comenzó a tomar
su leche tranquilamente.
Carl la miró embelesado con una sonrisa enternecida al ver como la menor poco
a poco iba cerrando sus ojitos dejando el biberón casi vacío. Si que tenía hambre.
Rylie retiró cuidadosamente el biberón de sus manitas y la acomodó mejor para que ambas estuvieran comodas.
Carl iba a decir algo cuando de repente se escucharon vidrios romperse y ambos se pusieron de pie asustados.
—¿Qué sucede?
—No, lo sé —respondió Carl realmente alarmado mirando a todos lados sin saber que hacer —. Ve a dejar a Judith a su cuna y veamos que sucede.
Rylie asintió subiendo las escaleras para ir a dejar a la menor en su cuna. Era algo alta así que dudaba que llegase a salirse y dormía como un tronco así que esperaba que el ruido no la despertará porquería sería horrible si despertaba y no veía a su mamá postiza con ella.
Rápidamente ambos adolescentes salieron de la casa con sus cuchillos y navajas en los bolsillos y cuál no fue su sorpresa al encontrar a Rick y Pete en medio de la calle matandose a golpes justo afuera de la casa de los Everson.
A unos metros estaba Jessie Anderson llorando desconsolada solo viendolos como se molían a golpes y en un intentó por seprarlos terminó recibiendo uno de su marido mandandola al suelo.
En un instante Rosita se acercó a ella para ayudarla.
De una maniobra habilidosa Rick terminó encima de Pete ahorcandolo con todas sus fuerzas mientras Pete intentaba alcanzar su cuello también sin mucho exito.
Rápudamente Carl corrió hacia su padre intentando apartarlo del hombre, pero el mayor le dió un golpe y lo mandó al suelo.
Rylie asustada se acercó a Carl para ayudarlo a pararse.
—¡Rick, para con un carajo!
Rick estaba demasiado ocupado intentando matar a Pete a como diera lugar como para razonar.
—¡Basta, ya basta! —exclamó Deanna con autoridad llegando agitada al lugar —. ¡Ahora!
—Vuelve a tocarla y te destrozo —musitó Rick con seguridad apretando más el agarre que tenía del hombre.
—¡Diablos, Rick! ¡Te dije basta!
—¿O qué? ¿Me van a echar? —exclamó Rick incado de rodillas con el rostro ensangretado apuntandoles con su arma.
—Baja esa arma, Rick —pidió Deanna con calma alzando las manos.
—¡No lo entienden, ninguno! —gritó Rick con frustración dirigiendose en si a todos los que lo rodeaban —. Sabemos lo que hay que hacer y lo hacemos. Somos los que sobrevivimos. ¡Ustedes se quedan sentados y planean y vacilan, y fingen que lo saben pero no! Desean que las cosas no fueran como son. ¿Quieren vivir? ¿Quieren que este lugar siga en pie? ¡No podrán hacerlo a su modo! Las cosas no se arreglan solo porque ustedes lo desean.
Rylie escuchaba atenta detrás de Carl, quien tenía en su mano un cuchillo y miraba asustado a su padre.
Aún en medio de todo eso, la chica
notó del otro extremo de las puertas a su hermano a un lado de Enid como en la otra ocasión anterior. Estaban bien.
—Desde este momento tenemos que vivir en el mundo real —explicó Rick aún de rodillas mirando a Deanna y su grupo con furia —. Debemos controlar quien vive aquí.
—Eso jamás había sido tan evidente como ahora —respondió Deanna con firmeza mirandolo.
—¿Por mí? ¿Te refieres a mí? —cuestionó Rick con una sonrisa cinica señalandose a si mismo —. Ustedes destruiran este lugar, haran que mueran personas. ¡Ya hicieron que mueran personas y no voy a quedarme parado a ver como pasa! ¡El que no pelea morira, no me quedaré al margen!
De repente Rick cayó al suelo inconciente y fue Michonne quien lo golpeó en el cuello. La mujer en traje de policia le quitó el arma antes de notar las miradas de los presentes sobre ella.
Eso debió doler.
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