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━Capítulo Ocho

❝ 𝐓𝐎𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐀𝐑𝐆𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐄𝐍 𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐌𝐀𝐍𝐎𝐒 ❞






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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟖☼︎༄.✰ 〙
–— terminus —–

╚═══════════════════╝






















RYLIE NO PUDÓ EVITAR HACER UNA MUECA ENOJADA al ver que Carl le sacaba la lengua de manera burla y solo pudó desearle que se cayera de una vez por todas.

El menor venía cargado de bolsas con cosas que habían encontrado tras varios saqueos con anterioridad que hicieron al pasar por ciertos lugares.

Ambos menores estaban cada uno sobre un riel a pocos centímetros de distancia y se mantenían en el borde de las vías.

Desde hace varios metros venían jugando entre ellos para ver quien tenía el mejor equilibro y ambos iban tan bien en ello. Solo que de vez en cuando Carl hacía o decía cosas para distraer a la rubia pues sabía lo mucho que lograba llamar su atención en todos los sentidos.

Habían apostado las últimas barras
de chocolate que Carl consiguió y un par de caramelos rancios de Rylie. El que resistiera más tiempo sobre en las vías sin caer se quedaba con el botín.

Y obviamente Rylie quería esas barras de chocolate a cualquier costo.

Rylie intentaba no prestarle tanta atención al chico, pero el castaño era muy bueno para distraerla sin si quiera hacer gran cosa.

—Veo tus sucias intenciones, Grimes —musitó Rylie en voz baja mirandolo de forma acusadora —. Dejá de diestrarme.

Carl siemplemente se encogió de hombros con una sonrisa coqueta antes de volver a centrarse en las vías.

—Tú solita te distraes.

Volvieron a lo suyo concentrados en pisar bien y no tambalearse cuando de la nada Carl se movió un poco y casi cae, pero movió sus brazos para volver a equilibrar su peso y casi hizó caer a la chica de los rieles.

—¡Lo hiciste adrede!

—¡No es cierto!

—¡Si lo es!

Unos metros más adelante iban Rick y Michonne escuchando atentos la mini discusión de los adolescentes. En todo el camino habían estado guardandose las ganas de reir de ellos dos.

Rylie avanzó por los rieles de nueva cuenta, pero su equilibrio no era del todo bueno y empezó a tambalearse y justo cuando estaba a punto de caerse tomó la mano de Carl haciendolo caer.

Si ella caía él también lo haría.

—¡Eso fue trampa!

—¡Hablo el tramposo mayor! —
exclamó Rylie con furia encarandolo
—. Todo el camino estuviste tratando
de hacerme caer y distrayendome. Así que no te quejes, cielito.

—De todos modos gané la apuesta —recalcó Carl con una sonrisa victoriosa extendiendo su mano —. Ahora paga.

Si supiera que esos caramelos me los comí hace horas.

Antes de que le diera tiempo de reclamar por los caramelos que Rylie no podría darle, la rubia se acercó al chico y le robó un beso con diversión.

—Esos caramelos me los comí hace rato, perdón.

Carl simplemente suspiró con pesadez aunque eso no le quitaba la tremenda sonrisa y el sonrojo que adornaba sus mejillas llenas de pecas.

A veces que Rylie tomará la iniciativa de ciertas cosas lo avergonzaba.

—Supongo que nos repartiremos las barritas por lo visto.

—Ese es mi chico —musitó la rubia
con una sonrisa que contagió al chico mientras tomaba su mano.

—¡Ustedes dos, tortolos! —exclamó
Rick en un tono duro girandose con una sonrisa hacia los menores —. ¿Quieren dejar su romanticismo y seguir? A este ritmo jamás llegaremos.

Michonne le dió un suave golpecito en el hombro y le hizó una seña para que los dejará tranquilos.

—Fue idea de Carl todo esto —acusó Rylie señalando al mencionado con su dedo acusatoriamente.

—¡Oye, traidora!

—Upsi.

Rick soltó una risilla y volvió a reanudar su andar al mismo tiempo que los dos chicos también lo hacían. Solo que esta vez iban jugueteando con sus manos  entrelazadas. Por lo visto susurraban cosas solo para ellos que de algún modo hacían que se rieran de la nada.

En el fondo Rick estaba alegre de poder oír de nuevo la risa de su hijo. Hace mucho se había puesto una coraza que ni él siendo su padre podía atravesar, pero Rylie sabía como bajar esos muros de hierro con los que Carl se cubría.

Y eso era que Rick amaba.

Rylie hacía sonreir a Carl si siquiera decir nada solo con tenerla a lado o con verla. Lo hacía reir aunque fuera con malos chistes o con cualquier cosa que pasaba por su mente.

No te equivocaste con ella, Lori. Pensó Rick mientras caminaba por en medio de las vías. Es perfecta.





































——— ✮✧☾✧✮ ———






























—¿Cuánta hambre tienen? Del uno al diez.

—Quince.

—Veinte.

—Veintiocho.

El reducido grupo había acompañado en medio del bosque solo por un par de días antes de volver con su camino por las vías.

Rick era el encargado de prender la fogata esa mañana ya que a todos comenzaba a darles hambre.

—Bueno, ha pasado mucho tiempo —comentó Rick dejando a un lado una lata que llevaba —. Iré a revisar las trampas.

—¿Puedo ir contigo?

—¿De que otra forma aprenderías? —respondió Rick a su hijo con una sonrisa que contagió al menor.

Ambos se pusieron de pie y sin previo aviso el hombre empezó a lanzar tierra con su zapato apagando la fogata.

—¡Ey, aún no asaba mis malvaviscos! —exclamó Rylie mirandolo molesta a la vez que comía su malvavisco a medio quemar.

—También vendran ustedes dos.

Una vez todos estuvieron armados se pusieron en marcha detrás de Rick. Una sonrisa apareció en el rostro de la rubia, ayudar a Rick era una de sus actividades favoritas aunque luego Carl se quejaba que era roba papás por la preferencia.

—Nos quedaremos un día o dos —informó Rick con calma caminando más adelante de los tres —. Descansen un poco más.

—¿Ya sanaste? —preguntó Michonne dirigiendose al hombre.

—Un poco.

—Estamos cerca, ¿cierto?

—¿De Terminus?

—Si.

—Asi es.

—¿Cuando lleguemos vas a decirles?

—¿Decirles que? —preguntó Rylie confusa mirando a su chico caminar a un lado suyo —. No hables en clave.

—Me refiero a decirles todas las cosas que nos sucedieron, todas las que hicimos —respondió Carl girandose a su padre —. ¿Les diremos la verdad?

Los tres se quedaron en silencio. Solo Carl podía hacerlos reflexionar con sus palabras.

Aunque sinceramente Rylie con el estómago vacío no tenía cabeza para ponerse a pensar que diría si llegaba a Terminus y le preguntaban quien era o de dónde rayos venía.

—Les diremos quienes somos.

—Pero... ¿qué diremos? Es decir, ¿quienes somos?

—Sobrevivientes, eso es lo que somos —contestó Rylie en voz abaja haciendo que los adultos la miraran por un instante.

Apenas el castaño iba a decir algo
más cuando de la nada se escucharon unos gruñidos cercanos y no tardaron en percatarse de presencia de un caminante que vagaba solo por el bosque.

Los cuatro sacaron sus armas y se acercaron al zombie.

—Todo tuyo, Ry.

Rylie asintió al oír a Michonne decir
eso y con su espada en alto se encargó de cortar la cabeza del caminante y por si acaso atravesó la cabeza en el suelo con la espada.

Estuvieron vagando un rato por el bosque en busca de las dichosas trampas que pusó Rick hasta que dieron con ella.

Carl fue el primero en acercarse a la trampa junto a su padre, quien se incó para recoger lo que sea que se hubiera pescado en la trampa.

—Es pequeña, pero servirá —comentó Rick tomando a la liebre muera para echarla en su bolsa.

Después volvió su atención a la trampa que volvería a poner tal como estaba para atrapar después más animales.

—Es un nudo corredizo simple —anunció tomando los hilos entre sus manos bajo la mirada atenta de su hijo —. Amarra uno en ambos extremos luego ajusta uno lado a una rama. ¿Ves que aquí el suelo tiene una forma parecida a un embudo?

—¿Un sendero?

—Exacto. Ahí debes poner el lazo
y lo ocultas con hojas —explicó el mayor a la vez que hacía lo que le decía —. Luego rodealo con ramas para que los animales tengan que ir hacia allá. Directo a la trampa.

Después de decir eso Rick hizó un movimiento para explicarle la manera en que se atrapaban y su muñeca al estirar el lazo quedó atrapada.

Apenas terminó de decir aquello se oyó un grito pidiendo auxilio. No se lo pensó mucho y Carl salió corriendo.

—¡Carl!

Apesar de los gritos de su padre acompañados de las suplicas de Rylie para que volviera, el chico no se detuvó. Finalmente lo hizó al ver que era un hombre rodeado de caminantes.

Justo estaba por prepararse para disparar cuando su padre llegó a tiempo y lo obligó a ocultarse tras el tronco de un árbol. Segundos después las mujeres se acercaron igual de asustadas.

—No podemos ayudarlo.

El hombre entonces fue atacado por la enorme manada de caminantes y los dos menores enfocaron sus miradas en esa sangrienta escena siendo testigos de como los caminantes acaban con él.

Para su mala suerte un caminante de la manada notó su presencia y con rápidez se apresuró a encaminarse hacia ellos.

—Debemos irnos.

Michonne fue la primera en salir corriendo lejos del lugar seguida por Rylie y los Grimes antes de que el zombie pudiera darles alcance.

Fue así como salieron del bosque en dirección a las vías sin percatarse de que aquel pequeño grupo venía detras de ellos. Lo que si notaron fue que en un cruce de carriles estaban varios de ellos comiendose quien sabe que.

Entre Rick y Michonne acabaron con
los que bloqueaba su paso y una vez los quitaron de ahí siguieron su camino dejando atrás a la mánada que los seguía.

Si que tenían una habilidad
tremenda para que las cosas malas
los persiguieran.



























——— ✮✧☾✧✮ ———
























Vagando por la carretera desolada y
casi cubierta de vegetación no tuvieron más opción que quedarse a acampar en ese lugar pues oscureció y lo mejor era quedarse ahí para prevenir.

Su cena fue esa liebre que encontraron en la trampa improvisada del ex sheriff y mientras los adultos descansaban a la interperie los adolescentes descansaban dentro de una camioneta estacionada a un mar dd metros de ellos.

—Carl —llamó Rylie de la nada
mirando el techo de la camioneta —. ¿Sigues despierto?

—Algo —respondió Carl con voz
cansada luchando con sus ojos que se estaban cerrando.

—Tengo frío.

—¿Y?

—¿Puedes abrazarme?

El chico pareció despertarse un poco y la acercó más a él, más a su pecho para así cobijarla contra su cuerpo. Si bien traían ropa abrigadora el frío de la noche se colaba por las ventanas semi rotas de la camioneta.

La rubia se hizó un ovillo contra
el pecho del chico y lo abrazó con delicadeza intentando calmar los temblores de su cuerpo presa del
clima fresco de afuera que le daba.

Carl entre dormido y despierto la sintió acurrucarse contra él y en medio de la oscuridad sonrió por la cercanía. Todo apuntaba a que dormiría de maravilla si la tendría toda la noche dormida con él.

Rylie apenas estaba quedandose dormida cuando escuchó como algo se estampaba en la ventana y se levantó asustada abrazando a Carl.

Por lo visto el chico también se levantó de golpe asustado por el ruido.

Había un hombre afuera, justo en la puerta que los miraba fijamente. La chica, quien estaba más cerca de la puerta se acercó más al chico buscando protección pues estaba asustada.

Aunque estaba asustada observó desde el vidrio que Rick y Michonne estaban fuera acorralados por varios extraños.

En medio de la oscuridad la rubia
pudó ver una figura conocida se acercaba al grupo de hombres, se trataba de Daryl Dixon.

—Carl, tengo miedo —musitó Rylie sintiendo su corazón ir a toda velocidad al ver que el hombre seguía ahí.

Carl simplemente la abrazó con fuerza acercandola a él para que no estuviera tan cerca de la ventana.

Ambos adolescentes veían desde el interior de la camioneta como el grupo de hombres se abalanzan sobre Daryl y empezaban a golpearlo sin compasión.

Rylie sentía una tremenda impotencia al ver al hombre en el suelo ser golpeado y quizó cortarles la cabeza a todos.

De repente estamparon a Daryl
contra la camioneta y antes de que les pudiera dar tiempo a lod chicos de asimilar lo que estaba pasando la puerta del vehículo fue abierta de la nada.

—Ven aquí.

Unas manos grandes y callosas tomaron a Rylie del brazo obligandola a bajar de la camioneta por ser la que más cerca de la puerta estaba.

—¡Carl, ayuda!

El chico intentó forcejear para que
no se la llevará, pero fue inútil porque a él también lo obligaron a bajar y una vez abajo intentó defenderla.

Sin embargo, Carl no contaba con que dos hombres más se acercaría para ayudar al hombre que tenía prisionera a su Rylie y empezarían a golpearlo.

—¡No, no le hagan daño! —exclamó Rylie entre llanto casi en el suelo aún agarrada de los brazos —. ¡Por favor!

No había cosa más dolorosa que ver como golpeaban a Carl sin piedad justo enfrente suyo y ella ni siquiera podía ayudar puesto que el desconocido la tenía agarrada con las manos en su espalda.

—¡Dejenlos en paz!

—¡Sueltame, grandisima mierda! —gritó Rylie forcejeando para que la soltara el desconocido —. ¡Rick, ayudame!

Rick estaba mientras tanto en el suelo incado con una pistola sobre su cabeza viendo directamente en dirección a la menor, quien se retorcía peleando para zafarse del hombre.

La chica se quedó quieta al sentir el filo de un frío cuchillo pasar cerca de su cuello y sin poderse contener empezó a sollozar por lo bajo asustada.

—Fui yo, fui yo solo —musitó Rick con furia sintiendo el cañon del arma en su cabeza.

—¿Ves? Eso esta bien. Tú no estás mientiendo. Podemos resolver esto, somos razonables.

Tan razonable que casi estaban matando a Daryl del otro lado de la camioneta y no era un solo hombre si no un grupito.

—Primero mataremos a Daryl a golpes, después iremos por la mujer y luego nos divertiremos con los pequeños... Por una mataremos a todos y estaremos a mano.

La risa macabra del hombre resonó
por todo el lugar mientras se mezclaba con el sonido de los demás golpeando a Daryl y a Carl, quien este último terminó en el suelo de rodillas igual que su padre y con un labio roto siendo sostenido por los otros hombres para que viera.

—¡Carl!

—Oh, ¿es tu noviecito? —soltó el
hombre gordo con burla mirando al chico —. No creo que le importe aue juguemos un poco contigo. Y tú, toma nota niño.

—¡Dejame, maldito pervertido!

—¡Ya me artaste, maldita gritona!

Sin mucho cuidado el hombre la dejó caer, más bien la aventó contra el suelo y cuando ella quería salir corriendo el desconocido la tomó del tobillo y tomó posición encima de ella.

De pronto Rylie se sintió como una presa a punto de ser devorada, porque así fue.

El hombre aprisionó sus pequeñas manos contra el suelo y aprovechando que estaba sobre ella empezó a alzar la prenda de la menor intentando tocar.

—¡No, dejame! —suplicó Rylie removiendose inquirta al sentir el frío tacto del hombre sobre su estomago —. ¡No quiero, sueltame! ¡Carl!

—Calmada perra, solo será un momento —soltó el gordo con malicia luchando por quitar algunas prendas —. Hace mucho que no me divertía así.

—¡Dije que no quiero!

Rowan, ayudame por favor...

Rowan...

Desde su sitio Rick veía lo que estaba sucediendo. Su hijo atrapado y casi al borde de desmayarse, su preciada niña siendo casi abusada, uno de sus amigos golpeado brutalmente y no pudó soportarlo más.

—Dejalos ir...

De repente se escuchó un disparo que dejó medio aturdido a Rick, pero no lo suficiente y en un instante se pusó de pie  arremetiendo contra el desconocido que lo tenía incado. Sin embargo, el hombre le devolvió el golpe mandandolo al suelo para comenzar a patearlo.

Mientras tanto Rylie forcejeaba para intentar quitarse a ese pervertido de encima, quien a como diera lugar quería quitarle la camiseta y tocar su cuerpo.

Sin embargo, el hombre era mucho más fuerte y le sacaba el doble de estatura así que logró romper parte de su camisa exponiendo parte de su vientre y su pecho.

Carl desde su sitio sentía una
enorme impotencia y repulsión hacia la perversidad del adulto. Quizó en serio poder liberarse y matarlos uno a uno hasta hacerlo suplicar.

—¡Dejala, estúpido gordo pervertido! —gritó Carl con rabia luchando para que los hombres lo liberararan —. ¡Aleja tus manos asquerosas de ella, cerdo!

Ni eso detuvó al gordo, quien con una sonrisa morbosa comenzó a tocar por encima el cuerpo al descubierto de la menor y ella solo podía retorcerse con asco sientiendo lágrimas brotar.

Y no satisfecho con eso comenzó a buscar la manera de desabrocharle los pantalones, pero en ese momento se detuvó al ver a Rick de pie.

Carl aprovechó el momento de distracción para golpear a un hombre que lo retenía en el estómago haciendo que se alejará adolorido y rebuscó entre las hojas cercanas un cuchillo con el que apuñaló a uno en el pecho y al otro justo en la cabeza.

No le importó que solamente quería vengarse de lo que le hicieron y acabar con aquel desgraciado que abusó de la chica, no del todo pero lo hizó.

Aprovechando este momento Michonne y Daryl acabaron con varios de los hombres que los atacaban hasta que solo quedó uno.

—¡La mataré, la voy a matar! —gritó el hombre tomando a la rubia del cuello contra su cuerpo poniendo una daga en su cuello.

—¡Deja ir a la chica!

—Él es mío...

Después de decir eso Rick dejó por la
paz en cuerpo sin vida de uno de los hombres y se acercó peligrosamente al hombre.

Asustado aventó a la chica a un lado y ella rápidamente corrió a los brazos de Michonne, dónde se escondió asustada y soltando hípidos y sollozos desconsolada.

—¡Retrocede! No lo haga, por favor...

No le dió oportunidad de decir nada
más clavó con todas sus fuerzas un cuchillo en el inicio de su estómago y lentamente fue abriendo su vientre con el cuchillo desgarrandolo hasta llegar a su garganta haciendolo ahogarse con su propia ssngre y no pudó contenerse así que una tras otra apuñalada.

Rylie veía todo desde su sitio y realmente sintió un enorme placer al ver la macrabra escena. Se merecía
eso e inclusó más, quería verlo sufrir, verlo gritar y suplicar que parará tal como ella lo hizó.



































——— ✮✧☾✧✮ ———





















El resto de la noche nadie pudó dormir agusto, no después de lo sucedido. Los adultos se quedaron afuera alrededor de la camioneta dónde descansaba Rylie y Carl, además de que Michonne estaba en otro asiento trasero vigilandolos.

La rubia a la mitad de la madrugada
casi amaneciendo se despertó asustada pues juraba que sentía que slguien quería ahorcarla y las pesadillas no terminaron hasta que amanecio y fue casi amaneciendo que pudó dormir más tranquila.

Michonne los cuidó el resto de la noche hasta que amaneció. Veía a ambos niños dormidos abrazados, pero también veía que estaban llenos de golpes o al menos Carl, quien llevaba un raspón en una mejilla y un labio roto.

Rylie en cambió tenía moretones en
las muñecas, una ligera cortada en la mejilla y varios rasguños en los brazos. Estaba tapada con una manta y se aferraba a Carl como si fuera una almohada.

Afortunadamente encontraron una camiseta para ella pues la que llevaba el desgraciado ese la rompió intentando tocarla de manera morbosa.

Michonne salió de la camioneta para ir a hablar con Rick sobre lo sucedido y unos minutos después Rylie despertó.

Lo primero que vió al abrir los ojos
fue a Carl, quien acariciaba su cabello medio enrredado con delicadeza al mismo tiempo que acariciaba su espalda, pues ella estaba encima de su pecho descansando tranquimamente.

—No digas nada —pidió Rylie con calma interrumpiendolo por si acaso iba a decir algo —. Solo necesito un abrazo.

Carl sintió una furia extrema corroerlo al recordar lo sucedido anoche, pero se contuvó y simplemente la acercó tanto como pudó a él abrazandola con amor.

Rylie por otro lado se sentía mal tanto fisica como mentalmente. Aquella mala experiencia la seguiría para siempre y seguía reciente como para olvidarlo.

Solamente dejó que sus emociones contenidas flujeran y se acercó a Carl con los ojos algo llorosos para besarlo pues quería aliviar ese malestar mental con el que cargaba ahora mismo.

El castaño correspondió a su beso, aunque en el proceso soltó un ligero quejido ya que traía un labio roto por lo sucedido anoche y la herida dolía.

Rylie se alejó con cuidado de él asustada por haberlo lastimado más y enfocó su vista en esa parte especifica del joven.

—Dios, tu labio.

—No es nada...

Antes de que pudiera decir alguna otra cosa la rubia rebuscó entre su mochila algo que sirviera para curarle la herida. No llevaba nada parecido a un botiquín, pero un trapo limpio y agua ayudarían.

—No te muevas —pidió Rylie acercandose un poco para empezar a tallar la herida con cuidado.

—Auch, duele —se quejó Carl haciendo una mueca adolorifo al sentir el trapo tocar la zona herida —. Con cuidado.

—Perdón, pero deja de moverte.

Carl asintió e hizó todo lo posible por mantenerse quieto mientras su rubia se encargaba de limpiar la herida en las zonas malheridas. Al terminar la abrazó sin más sororendiendola un poco.

—No sé que decir —soltó Carl aún con
la rubia entre sus brazos y su voz a punto de quebrarse —. Debí haber echo algo para evitarlo, yo... lo siento tanto. Ninguna mujer debería pasar jamás por algo como esto... Perdoname...

Rylie se separó con los ojos algo rojos por las lágrimas y lo obligó a levantar la vista hacia ella, quien sonreía débil.

—No fue tu culpa, hiciste lo que pudiste. Estoy bien, no alcanzó a hacerme gran cosa.

—Rylie...

La chica no dijo nada más. Tal vez por dentro estaba llorando, pero por fuera sonreía débilmente mientras buscaba que un abrazo de Carl la consolará.






































——— ✮✧☾✧✮ ———




















El grupo reanudó su camino hacia Terminus, yendo por sobre las vías. Tanto Rick como Michonne iban más adelante que el resto y por lo visto hablaban entre ellos.

Daryl iba unos pasos más atrás a un lado de Carl, quien sostenía la mano de cierta rubia para que no de quedará atrás.

La chica se limitaba a seguir caminando algo cabizbaja mirando las piedrecillas bajo sus pies.

Unos metros más y se detuvieron al observar lo que parecía ser un cartel más de Terminus tirado en el suelo casi cubierto por hojas y más hojas.

—Estamos cerca —informó Daryl a los adultos frente a él luego de ver el cartel—. Creo que llegaremos de día.

—Ahora iremos por el bosque. No sabemos quienes son.

—De acuerdo.

Fue así como todos se desviaron de su camino por las vías para introducirse a la espesura del bosque.

Daryl era un rastreador genial por naturaleza y estar en el bosque no era impedimento para él, al contratio era básicamente su territorio.

Por ende fue él quien iba adelante guiando al pequeño grupo. Todos iban armados por si aparecía alguien de la nada y los atacaba o algo parecido.

Finalmente intentando ser lo más cuidadosos posibles se detuvieron frente a unas rejas cubiertas por maleza, eso hacía más sencillo su escondite.

Terminus era un lugar grande por lo visto.

—Separemonos —anunció Rick antes
de darle una última mirada al lugar a lo lejos —. Vigilemos un rato, veamos que hay y preparemonos. Mantenganse cerca.

Daryl cargó su ballesta y se fue en la dirección contraria dejando a los cuatro solos.

—¿Quieres venir conmigo?

Carl se giró disimuladamente hacia atrás, más especificamente buscando la mirada entristecida de cierta rubia y apenas la vió negó a la pregunta de su padre.

—No, gracias.

Después de eso el castaño se dió la vuela en dirección a la chica. Rick notó como su hijo susurraba algo a la chica para luego irse de aquel lugar con uno de sus brazos sobre los hombros de Rylie, quien solamente lo abrazaba por la cintura de una manera protectora.

El mayor soltó un suspiro entristecido
al verlos irse. Era comprensivo el motivo de porque su hijo actuaba de aquella manera, ahora solo quería hacer sentir a Rylie protegida.

Después de lo anoche era entendible porque ella actuaba de esa manera tan apagada.

—Estarán bien —aseguró Michonne regalandole una sonrisa algo apagada, a lo que él asintió no tan convencido —. Estaré cerca de ellos para cuidarlos.

Mientras tanto los dos jovenes pararon cerca del tronco de un árbol. Carl tomó asiento en el piso y Rylie se recostró de espalda contra su pecho sin importarle que debajo de ellos hubiera una gran montaña de hojas y ramas secas.

—¿Te sientes bien?

La chica se giró un poco hacía el muchacho del sombrero y sonrió, intentando no preocuparlo más.

—Si, solo pensaba.

—¿Exactamente en que?

—En lo que sea que nos espera en Terminus —respondió ella con un tono frío mirando a la nada perdida en sus pensamientos —. Siento que algo malo pasará, aunque tal vez estoy delirando.

—¿Por qué crees eso?

—No lo sé, es solo un presentimiento —continuó diciendo casi en susurros jugando con los mechones largos del chico —. Ya perdí todo lo que amaba, no se que más podría perder ahora y si te soy sincera ya me da igual...

—Ey, no todo lo has perdido —interrumpió Carl algo entristecido acercando su rostro al de ella —. Si te sirve de consuelo me tienes aquí contigo y te juro que daría mi vida para que nada malo te ocurriera nunca más.

—Carl, sientos que con cada día que pasa me pierdo a mi misma —soltó ella de la nada sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas —. Esto me está revasando y no se si está bien pero, ver como tu padre aniquilaba a ese malnacido fue como ver un espectaculo divino y macabro que me fascino. Tengo miedo de dejar atrás mi humanidad, no quiero ser un monstruo... no quiero...

—No eres nada de eso, Rylie —
musitó Carl tomandola del rostro con delicadeza para que lo mirará a los ojos —. Ese hombre lo merecía. Las personas no son lo que solían ser antes y es algo que debemos entender. Todos cargamos sangre en nuestras manos y nuestras conciencias no están limpias así que no eres la única con cosas que esconder. Hacemos lo que sea por sobrevivir. Yo mataría a cualquiera para mantenerte con vida.

Después de decir eso la tomó con cuidado entre sus brazos y dejó que nuevas lágrimas fueran derramadas si eso la ayudaba a sentirse mejor.












































































——— ✮✧☾✧✮ ———
















































Entrar a Terminus no fue tán difícil como imaginaron, al menos no desde otro sitio que no fuera la puerta principal.

Con cuidado todos saltaron desde
las rejas al reciento por la parte trasera y una vez todos estuvieron dentro con sus armas preparadas comenzaron a movilizarse yendo uno tras otro.

Llegaron a una puerta y Rick fue el primero en adentrarse al lugar seguido de Daryl y el resto.

Con cada paso que daban se hacía
más clara una voz femenina y pronto
se percataron de la presencia de una mujer que hablaba por un microfono, repitiendo lo mismo con aburrimiento hasta que se calló de repente.

—Hola —saludó Rick adentrandose a la enorme habitación junto al resto del grupo.

—Bien, apuesto a que Albert está vigilando el perímetro —soltó un hombre de la nada con clara irónia antes de avanzar hacia ellos —. ¿Vinieron a robarnos?

—No, queríamos verlos antes de que ustedes nos vieran —respondió Rick al mismo tiempo que avanzaba hacia el hombre con su arma en mano.

—Tiene sentido, solemos hacer esto en los cruces —comentó el desconocido con una sonrisa acercandose un poco a ellos, abriendo sus brazos —. Bienvenidos a Terminus. Soy Gareth.

Rylie mientras tanto observaba el lugar curiosa intentando descifrar que era lo que hacían antes de que ellos llegaran.

—Parece que están viajando hace mucho.

—Asi es. Soy Rick —comenzó a decir el ex sheriff antes de señalar con rápidez a sus acompañantes —. Ellos son Carl, Rylie, Daryl y Michonne.

El tal Gareth alzó su mano en forma de saludo, pero nadie respondió ni hizó nada.

—¡Están nerviosos, todos lo estamos! —exclamó Gareth con amabilidad dando unos pasos más cerca —. ¿Vinieron aquí por el santuario? Nosotros también.

—Si...

—Bien, lo encontraron —comentó de nueva cuenta antes de dirigirse a uno
de sus compañeros —. ¡Ey, Alex! Esto no es tan bonito como el frente. No tenemos nada que ocultar, pero el carro de bienvenida es mucho más bonito. Alex los llevará y les hará unas preguntas, pero primero necesitamos ver las armas. Por favor, coloquenlas al frente.

Rick se giró disimuladamente a sus compañeros y todos se miraron entre si sin saber que hacer.

—De acuerdo —comentó el líder arrodillandose para dejar sus armas sin apartar la vista de Gareth.

—Seguro lo entienden.

—Claro que si.

Seguido de eso el resto dejós sus armas en el suelo y pronto unos sujetos más se acercaron a revisar que no llevaran más.

Rylie se estremeció al sentir como palmeaban su cuerpo en busca de alguna arma más que no fuera su espada y la pistola que traía consigo.

Afortunadamente no dieron con la mini navaja que llevaba escondida entre su brasier. Nadie se atrevería a revisar ahí y era mejor prevenir que lamentar.

—Odiaría ver al otro sujeto —
comentó el tal Alex con diversión al
ver el ojo morado de Daryl.

—Lo odiarías.

—¿Se lo merecían? —preguntó ahora revisando por encima a Carl.

—Si...

—Para que lo sepan no somos esa clase de gente pero, támpoco somos estúpidos —comentó Gareth una vez terminaron de revisarlos con una pequeña sonrisa —. Y espero ustedes no hagan ninguna estúpidez. Mientras tengamos todo en claro no habra problemas si no soluciones.

Después de eso el lugar quedó de nuevo en silencio y Alex se acercó a ellos para darles sus armas pero, otros como Daryl y Rylie prefirieron tomarlas por su cuenta.

—Sigánme.

El grupo no tuvó más opción que seguir al tal Alex y pronto ya estaban afuera de las instalaciones.

—¿Desde cuando existe este lugar?

—Casi desde el principio —respondió Alex a Daryl con amabilidad sin dejar de moverse —. Cuando los campamentos se saturaron la gente empezó a venir aquí. Creo que fue por instinto, ¿saben? Seguir un sendero. Algunos se dirigían a la costa, otros al Oeste o al Norte, pero todos terminaron aquí.

Finalmente se detuvieron.

—Hola —saludó una mujer que cocinaba tranquilamente en un asador —. ¿Entraron por la puerta trasera? Muy listos. Aquí encajaran bien.

—Ey, Marie, ¿podrías darle un plato a cada uno de estos nuevos amigos?

—¿Por qué lo hacen? —preguntó Michonne al hombre con desconfianza —. ¿Por qué nos dejan entrar?

—Cuanta más gante haya con nosotros más fuertes somos —respondió Alex al mismo tiempo que recogía un plato —. Por eso ponemos los letreros e invitamos a todos. Así sobrevivimos.

Sin embargo, dos personas del grupo miraban con disimulo a todos lados pues presentían que algo no estaba bien con esas personas.

Carl tomó su plato de comida y Alex le ofreció uno a Rick también, pero él lo tiró de su mano y agarró slgo de entre uno de los bolsillos del pantalón de Alex.

Al instante lo tomó del cuello poniendo su pistola en su cabeza al mismo tiempo que Daryl le apuntaba con su ballesta y los demás formaban un circulo alrededor.

—¿Dónde conseguiste este reloj?

















——— ✮✧☾✧✮ ———













Las cosas estaban a nada de explotar
y por lo visto así sería. Rylie Everson sujetaba con fuerza y determinación su arma muy cerca de su rostro dispuesta a disparar al primer desconocido que quisiera pasarse de listo con ellos.

—¿Dónde conseguiste este reloj?

—¿Quieres respuestas? ¿Quieres algo más? ¡Tendras todo cuando bajes el arma!

—Creo que tu hombre en el techo tiene un rifle —comentó Rick girandose hacia el mencionado sin soltar a Alex ni bajar su arma —. ¿Tiene buena puntería? ¿De dónde sacaste el reloj?

No hubó respuesta por parte de Alex
y eso alertó mucho más al ex sheriff, quien estaba a nada de soltarle un tiro.

—¿¡De dónde sacaste el reloj!?

—¡No hagas nada, yo lo tengo! —exclamó Alex al hombre armado en el techo —. ¡Solo baja el arma! Mejor hazme caso, somos muchos.

—¿De dónde sacaste el reloj?

—Se lo quité a un muerto —respondió Alex alzando sus manos para que no le hiciera daño —. Ya no lo necesitaba.

—¿Y el equipo antimotines y el poncho?

—El equipo antimotines de un policia muerto —comentó Gareth de la nada, haciendo que Rick se girará a verlo —. Y el poncho estaba secandose en una cuerda.

—Gareth podemos esperar...

—Cállate, Alex.

—Tú, sigue hablando —pidió Rick sin soltar a su compañero.

—¿Qué queda por decir? Ya no confías en nosotros.

—Gareth...

—Cierra la boca.

—Gareth, por favor...

—Está bien —soltó el mencionado con una mano en alto dirigiendose a Rick —. ¿Qué quieres Rick?

—¿Dónde están nuestros amigos?

—No respondiste la pregunta.

Apenas el hombre terminó de decir aquello el sonido de un disparo resonó por todo el lugar causando que todos se pusieron alerta.

Ahora el lugar era un campo de guerra en el que solo había matanza y muchos disparos.

Siguiendo a Rick se dirigieron a una especie de callejón, pero justo cuando estaban por entrar unos disparos que provenían del techo los obligaron a alejarse rápidamente y buscar otro sitio.

—¡Vámos!

Tuvieron cuidado y dispararon una que otra vez para que no les llegasé ningún disparo hasta que encontraron un lugar dónde refugiarse mientras tanto.

—¡Aquí!

Rylie no tenía ni la más mínima idea
de dónde estaban, pero habían llegado
a lo que parecía ser otro callejón lleno de cosas. Daryl y Rick revisaron que hubiera una salida, pero no la había asi que tuvieron que salir de ahí otra vez a la zona de los disparos.

Rick iba un poco más atrás que el grupo mientras Daryl los guiaba por entre la lluvia de disparos.

Llegaron a otro callejón en el que había varios vagones de tren y desde los cuales se podían oír gritos de personas dentro de estos pidiendo ayuda a quien fuera.

Sin embargo, el grupo no podía detenerse por ellos así que solamente siguieron corriendo sin detenerse hasta que se adentraron a lo que parecía ser una habitación.

Todo estaba en completa oscuridad.
Lo único que les permitía ver era la cantidad infinita de velas prendidas
por todos lados, cosa que realmente se veía extraña. Parecía un lugar de locos.

—¿Qué demonios es este lugar?

Y la locura incrementó más cuando notaron escritas en las paredes varias oraciones con pintura.

"Nunca más. Nunca confíes. Nosotros primero, siempre"

—Estas personas no intentaban matarnos.

—No, apuntaban a nuestros pies —respondió Rick sin dejar de mirar las palabras escritas en las paredes antes
de señalar una puerta —. Ahí.

Rápidamente todos se dirigieron hacia
la puerta que indicó el líder, pero apenas pusieron un pie afuera los disparos volvieron a resonar. Afortunadamente ninguno llegó a hacerles daño.

Justo cuando estaban por dirigirse a
las rejas por las que habían llegado en un principio sus planes se fueron a la mierda al ver a un montón de hombres apuntarles con sus armas por detrás de aquellas rejas.

—Estamos rodeados —musitó Rylie ganandose la mirada de todos los que la acompañaban —. No podemos salir...

No pudieron irse tal como lo planearon pues como dijo Rylie los tenían rodeados y si no quería una bonita bala en el pecho lo mejor era permanecer dónde estaban parados.

—¡Arrojen sus armas, ahora!

Rylie se quedó muy quieta a un lado de Carl pues sintió que alguien estaba a lo lejos apuntandole a la espalda.

Con cuidados todos se agacharon y dejaron todas las armas que llevaban en sus manos intentando no hacer ningún movimiento brusco en el proceso.

—¡Cabecilla a tu izquierda! —gritó Gareth desde arriba de un edificio dirigiendose a Rick —. ¡Vagón del tren, adelante! Si haces lo que te digo los chicos iran contigo y si no ellos dos morirán y ustedes acabaran ahí dentro.

Rick asintió dandole una última mirada a sus niños algo asustados antes de darse la vuelta y dirigirse al vagón.

—¡Ahora el arquero!

Daryl no dijo nada, tampoco actuó con brusqueda solamente acató la ordén del chico y se encaminó también al vagón.

—¡Ahora tú, samurai!

Finalmente Michonne los siguió, dejando a los menores en medio de la nada.

—Carl, tengo miedo —musitó Rylie algo asustada tomando con cuidado la mano del chico.

Los tres se acercaron al vagón rojo, pero no apartaron la mirada del hombre y mucho menos de los dos menores.

—¡Parensen en la puerta! —ordenó Gareth con determinación a los más mayores —. ¡Cabecilla, arquero y samurái! ¡En ese orden!

Los tres mayores se alinearon tal como pidió Gareth, en una perfecta fila. Sin embargo, Rick no entraría a ese maldito vagón sin antes llevar consigo a ambos niños.

—¡Mis hijos!

—Vayan, chicos —ordenó Gareth desde su posición.

Carl y Rylie comenzaron a avanzar
hacia el vagón tomados de la mano de manera lenta. Para este punto la rubia sentía su corazón querer salirse de su caja toracica y más si sabía que detrás suyo había un montón de hombres a nada de dispararles.

—¡Cabecilla abre la puerta y entra!

—¡Solo entraré con ellos!

—¡No nos obligues a matarlos ahora!

Rick no tuvó otra opción y abrió la puerta de un tirón para después entrar lentamente al interior del oscuro vagón. Después Daryl se adentró también y por último Michonne lo hizó despacio.

Mientras tanto afuera Carl y Rylie se encaminaban al vagón abierto al que habían obligado a meterse a los más grandes. Ambos entraron al vagón y apenas estuvieron dentro Rick les dió un abrazo lleno de preocupación.

De repente el vagón quedó sumido
en la infinita oscuridad cuando la puerta de este fue cerrada abruptamente.

Ahora si estaban atrapados.

Aún entre la oscuridad una silueta empezó a ponerse de pie junto a otra y el primer instinto de la rubia fue ocultarse trás el mayor algo asustada.

—¿Rick?

Esa voz era conocida.

¿Cómo era posible si ellos habían dicho que sus amigos estaban muertos? ¿Si estaba la mayoría sería posible que su hermano también? Tal vez estaba vivo y ella siempre lo creyó muerto, pero ella encontró su ropa ensangrentada y...

—Están aquí —musitó Rick dando un paso al frente para verlos mejor —. Están aquí...

De pronto diversos rostros un tanto desconocidos para ellos aparecieron entre la oscuridad sorprendiendo un poco al reducido grupo.

Había una mujer de coletas, una
chica de cabello lacio junto a un hombre de peinado raro y cabello castaño y por último un hombre enorme de bigote,
que si su vista no fallaba era pelirroja.

Por otro lado solo había cuatro personas conocidas para el grupo de Rick y eran; Maggie, Glenn, Sasha y Bob.

—Son nuestros amigos —respondió Maggie con rápidez señalando a los nuevos integrantes —. Ayudaron a  salvarnos.

—Si, ahora somos amigos...

—Solo mientras estemos con vida —
soltó un hombre fortachón y pelirroja desde el fondo del vagón.

—No...

Todo el grupo se quedó mirando a Rick luego de decir eso. ¿Exactamente que tenía en mente que ayudará a escapar y por qué estaba tan seguro de lograrlo?

Al menos ya no estarían solos del todo. Ahora tenían más integrantes en su grupo y eso era una tremenda ventaja.

—Van a sentirse bastante estúpidos cuando lo sepan —comentó Rick con furia mirando por una rendija del vagón.

—¿Cuando sepan qué?

En ese momento todos se quedaron
a la espera de saber que diría el líder hasta que unos segundos después de agonizante silencio habló:

—Que se metieron con las personas equivocadas...






















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