━Capítulo Ocho
❝ 𝐍𝐎 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐑𝐎 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐄𝐑𝐋𝐎, 𝐍𝐎 𝐀 É𝐋 ❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟖☼︎༄.✰ 〙
–— locura —–
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LAS DESPEDIDAS CADA VEZ DE SENTÍAN MENOS DOLOROSAS, O AL MENOS ESO PENSABA RYLIE. En menos de un año había presenciado tantas muertes que comenzaba a dejar de sentir el dolor emocional. Otra victima se sumaba a la lista y era Dale.
Rindieron tributo al hombre cavando una tumba para él justo dónde hace unos días enterraron a los caminantes Greene, debajo de un frondoso árbol.
Todo mundo lloraba y Rick decía unas palabras de aliento que a más de uno le llegaron al corazón, pero Rylie solo se mantenía recia escuchando distante su voz sumida en sus pensamientos.
¿Quien sería el siguiente?
Dos días después por la mañana
el pequeño campamento de Rick se mudaron finalmente a la casa de la familia Greene junto a Hershel y su familia. Así estarían más seguros.
Mientras el grupo empacaba sus cosas y las transportaba a la casa, Rick daba una pequeña explicación a sus compañeros explicando sobre el plan que tenía junto a Daryl para dejar a Randall lejos de ahí.
Aunque Shane se mostraba distante y con una actitud contradictoria a ciertas cosas que decía Rick. Cada vez se ponía incluso más irritante que de costumbre.
T-Dog ayudaba a Lori con un par de cajas bastante pesadas y los hermanos Everson hacían lo mismo. La pequeña rubia no podía quedarse con los brazos cruzados y buscaba en que ayudarles.
Finalmente llevaron todo a la casa y empezaron a acamodar con rápidez así mismo repartirse los lugares en dónde cada quien dormiría. Si bien iban a estar algo apretados era mejor que estar afuera desprotegidos con una mujer en estado de embarazo y tres niños.
—Los hombres irán allí —exclamó
Lori señalando una dirección mientras dejaba una caja en el suelo.
Carl junto a Rowan se dirigieron a una habitación en especifico para acomodar sus cosas y Rylie se acercó a Lori.
—Lori, ¿dónde dormiré yo? —preguntó ella con preocupación juguteando con los cordones de su mochila desgastada —. No quiero dormir con los chicos.
—Pues...
—¡Pequeña rubia! —exclamó Beth con una sonrisa amable apareciendo en medio de la sala —. Dormirás conmigo.
Una enorme sonrisa apareció en el rostro infantil y angelical de la niña. La mujer agredeció con la mirada a la más joven de la familia Greene. Pasar tiempo con Rylie empezó a alegrar a Beth y se encontraba ya más mejor.
—Anda vamos a dejar tus cosas a mi habitación —informó Beth tomandola de la mano para empezar a subir.
Rylie no podía sentirse más feliz de poder convivir con alguien más que
no fuera solo su hermano. Pues después de todo algo de compañía femenina no le vendría mal.
—Tu habitación es bonita —comentó Rylie viendo todo a su alrededor una vez dejó sus cosas en un rincón.
—Oh, sí —respondió Beth restandole importancia pues estaba concentrada rebuscando entre sus cosas —. Ya que estás por aquí tengo un par de cosas
que quizás te gusten y ropa para ti.
Genial, Beth es la típica adolescente loca por las cosas de chicas.
—¿No vas a maquillarme y hacer conmigo todas esas cosas que hacen las chicas, cierto?
Beth hizó una mueca realmente graciosa y disimuló una risita. Claramente lo negaba, pero Rylie sabía en el fondo que las próximas horas no iba a poder deshacerse de Beth y su buen humor.
—Dios mio, ¿en qué me metí?
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—¿Qué me hiciste, loca?
—Solo te arregle como una niña de tu edad —respondió Beth con una sonrisa orgullosa acercandola a un espejo.
De echo no hizó nada más que acomodar su cabello con una diadema y la obligó a ponerse un overol color cafe y debajo una blusa de manga corta de rayas blancas, amarillas y naranjas. Era una de las prendas favoritas de Beth en su niñez, pero ahora a Rylie le quedaba como anillo al dedo.
—Me veo...
—Bellisíma —interrumpió Beth acomodando un mechón rebelde
tras su oreja —. Ahora ve y comete
al mundo.
Con cierta vergüenza Rylie bajó
las escaleras recibiendo algunos comentarios por parte de su hermano, quien le dijo lo bonita que se veía. No sin antes preguntarle por el paradero del Grimes menor.
No recordaba haberla visto así vestida desde que estaba más pequeña puesto que su madre constantemente la vestía como debería hacerlo una niña, pero eso fue cuando ella tenía como 9 años.
Salió de la casa y se dirigió al granero cercano a la casa y como pensó encontro a Carl sentado en la parte de arriba de este. Por su rostro parecía pensativo.
—Ey, hola tú —saludó Rylie subiendo las escaleras un antes de llegar a la cima y sentarse a un lado suyo —. ¿Todo bien, Grimes?
—Te ves diferente —soltó Carl viendola embelesado desde su lugar y eso la hizó sonrojarse algo —. Te ves b-bonita...
—¿Insinuas que solo si me arreglo me veo bien?
Al instante Carl comenzó a balbucear incapaz de formar una oración que fuera coherente. De pronto la mirada fría y dura de Rylie lo hizó sonrojarse.
—No, lo que intento decir es que tú siempre eres linda con o sin vestidos...
—Aw, eso fue tierno —comentó Rylie dejando salir un sonidito enternecida al ver sus gestos antes de desacomodarle el sombrero —. Tú eres tierno, Carlitos.
Carl simplemente sonrió con las mejillas un poco sonrojadas y después volvió la mirada al paisaje a lo lejos desde las alturas. Su semblante volvió a ser uno de completa seriedad.
Rylie no tardó en comprender el porque de sju actitud.
—Oye lo de Dale no fue tu culpa —susurró Rylie llamando su atención mientras ponía una de sus manos en uno de sus hombros reconfortante —. No sabíamos que pasaría, ¿okey? A veces las cosas tienen que suceder y por más que alteres algo nada cambiará.
—Si tan solo yo...
—No tiene caso pensar en lo que pudo ser. Lamentablemente eso tenía que pasar y no pudimos evitarlo.
—¿Podrías dejarme solo un momento? —pidió Carl mientras jugaba con un hilo suelto de su chaqueta algo apenado —. Quiero pensar, ¿si? Espero comprendas.
—Claro, te dare tu espacio —musitó
ella poniendose de pie con una antes de abrazarlo y dejar un beso en una de sus mejillas —. Ya sabes dónde estaré.
Carl solo la vió bajar las escaleras y
unos minutos dirigirse a la casa pues el lugar era alto y se podía apreciar todo, como támbien descubrió que la rubia paró su caminata al toparse a su padre que por lo visto se dirigía al granero.
Más sermones y regaños, no más por favor.
Finalmente el hombre llegó al granero y con cuidado de no caer subió hasta que llegó a dónde estaba su hijo sentado. Su mirada concentrada en el lugar fuera.
—Tu madre y Rylie dijeron que estarías aquí —comentó Rick incandose justo a un lado de su hijo.
—Quería vigilar. Me canse de ayudar en la casa.
Rápidamente el hombre sacó una pistola y se la tendió al niño, esperando que este la tomará a la primera. Sin embargo, él no lo hizó y solo se mostro sorprendido.
—Lo que le pasó a Dale no tuvó nada que ver contigo.
—Él murió papá...
—Sí —musitó Rick asintiendo antes de mirar el paisaje a lo lejos y finalmente a su hijo —. Parece que hay mucha muerte rondando por eso te necesito. Ya no te hablaré como un niño. Ojalá tuvieses la niñez que tuvé yo, pero eso no sucederá.
Hubó una pequeña pausa en la que Rick se preparó para decir verdades que dolían y Carl mientras tanto empezó a sentir su pecho oprimiendose.
—La gente morirá... yo moriré, mamá... Nadie puede estar listo para eso. Yo trato de estarlo, pero no puedo. Lo mejor que podemos hacer es evitarlo mientras podamos, estar un paso adelantados...
Carl empezó a reflexionar las palabras de su padre. Digiriendo el hecho de que sus seres queridos morirían, ¿quien le aseguraba que ellos seguirían vivos? ¿Y si un día el mundo se los arrebataba?
—Ojalá tuviera algo mejor para decir, algo más profundo —susurró Rick con frustración mirando a otra dirección —. Mi padre era bueno para eso, pero estoy cansado hijo. Por favor, tomála.
Ante la insistencia de su padre y las palabras que tuvieron un significado profundo para ambos, Carl Grimes tomó la pistola dispuesto a defender a los suyos. Rick no pudó estar más orgulloso y pasó su mano por sus hombros como si fuera un intento de abrazo.
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Las horas pasaron hasta que el sol empezó a ocultarse, débiles rayos solares daban su última luz del día.
El grupo estaba listo para llevarse a Randall, los encargados de dejarlo por alguna parte eran Daryl y Rick. Aunque al abrir las puertas el adolescente ya no se encontraba ahí. Varios revisaron el lugar y no había rastro de él.
Los demás no tardaron en salir de la casa asustados.
—¿Qué sucede?
—Randall se fue...
En menos de un minutos preguntas
sin respuestas concretas vagaban por todo el lugar. Lo peor es que ni siquiera sabían como rayos se había escapado si la puerta estaba atrancada por fuera.
No había explicación lógica.
En ese momento todos empezaron a buscar por los alrededores, quizás no llegó tan lejos o quizás ya no estaba. Era imposible de saberlo.
Unos segundos después de entre los árboles cercanos del bosque salió Shane gritando el nombre de Rick con fuerza.
No tenía un buen aspecto. De hecho parecía que Randall y el ex policia habían tenidos una batalla a muerte en la que el chico había ganado, aunque al menos para Rylie resultaba extraño que alguien con tanta experiencia y fuerza resultará perdedor en una pelea con un chico de aproximadamente veinte años.
Le sangraba la nariz de manera horrible y su ropa estaba manchada con su misma sangre, ni hablar de sus heridas.
—¡Está armado! —exclamó Shane acercandose a pasos agigantados con una ligera cojera —. ¡Tiene mi arma!
—¿Estás bien?
—Estoy bien. El maldito me tomó por sorpresa y me golpeó en la cara.
—¡Muy bien, Hershel, T-Dog metan a todos a la casa! —exclamó Rick dandose la vuelta para ver a los mencionados —. ¡Glenn, Daryl vengan conmigo!
Rápidamente los mencionados no lo pensaron mucho pues Daryl cargó su ballesta al instante mientras que Glenn se despedía de su amada Maggie. No era seguro si podían volver en una pieza.
—Dejenlo ir. Ese era el plan, ¿no? —comentó Carol algo preocupada al ver a sus compañeros querer partir —. Dejarlo ir.
—El plan era soltarlo lejos de aquí, no a diez metros con un arma.
—No vayan, no saben lo que puede suceder —exclamó la mujer alarmada viendolos encaminarse lejos.
—Mete a todos a la casa, traven las puertas y quedense ahí.
Sin dudar de las palabras del líder, todo mundo se pusó en marcha con dirección a la casa de los Greene. Ahora solo una esperanza quedaba, que atraparan a ese loco y todo regresaría a la normalidad.
O quizás no...
—Lo ví meterse entre los árboles antes de desmayarme no se cuánto tiempo.
—No pudó haber ido muy lejos —anunció Rick convencido mientras se abría camino por entre los árboles
—. Está encadenado, cansado...
—Y armado.
—Nosotros támbien —comentó el sheriff antes de dirigirse a Daryl —. ¿Puedes seguirlo?
—No, no veo nada.
—Oigan no tiene sentido rastraer —exclamó Shane frustrado a la vez que señalaba una dirección vaga —. Fue hacia allá. Separemonos en parejas y persigamoslo, eso es todo.
—Ese idiota pesa treinta kilos mojado, ¿y tú dices qué pudó noquearte?
—Creo que una roca empareja las cosas—comentó Shane con algo de molestia luego de oír al de la ballesta —. ¿No te parece?
—Está bien, ya basta. Tú y Gleen vayan por la derecha —informó el hombre dirigiendose a sus compañeros —. Shane y yo iremos por la izquierda. Recuerden, Randall no es el único pelogro aquí afuera. Quedense entre ustedes.
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Anocheció.
El cielo nocturno era iluminado por unos cuantos rayos de luz de luna que se asomaban entre las nubles que en ese momento lo cubrían. Lo peos que aún no volvía ningun hombre que salió y no era una buena opción vagar por el bosque entre la oscuridad de la noche.
El grupo había acatado las ordenes de Rick al pie de la letra e inclusó cerraron con tablas las ventanas. Por otro lado se preparaban para acomodar las camas dónde dormirían cada uno.
La menor de los Everson se encontraba en la parte superior de la casa viendo en compañía de Carl el perímetro fuera de la casa con ayuda de unos binoculares.
Hasta el momento no había rastro de ellos y Rylie comenzaba a desesperarse de que no volvieran. Carl hizó todo lo que pudó para convencerla de que todos estaban bien, pero ella seguía sintiendo una presión horrible en su pecho.
Precisamente unos minutos más tarde
el sonido de un balazo rompió el silencio del lugar alertando a los menores. Tal como Rylie pensó algo andaba mal.
Siendo lo más sigilosos posibles salieron de la casa por una ventana y buscaron el origen del sonido con cuidado de no ser descubiertos en medio de la oscuridad.
A las afueras de la granja cerca del bosque se encontraron a Rick incado y con la mirada perdida. Detrás de él había algo que al menos Rylie no supó distinguir al menos por unos instantes.
—¿Papá?
Rick se giró encontrandose a sus niños parados a un par de metros con sus rostros llenos de emociones y confusión en ellos. Carl incluso hiperventilaba.
Rápidamente el hombre se pusó de
pie y con lagrimas en los ojos caminó de manera lenta hacia ellos. La rubia se aferraba a la muñeca de Carl asustada contemplando una escena horrible.
Lo entendió de pronto.
Rick mató a Shane. Era su mejor amigo y aún así acabó con él.
De repente Rylie sintió que quería
huir de ahí, tenía miedo y no por lo que veía sino por el hombre frente a ellos. ¿Y si arremetía contra ellos con tal de no dejar testigos? No, Rick no haría eso.
Los ojos de la rubia empezaron a sentirse llorosos. Quería llorar de lo asustada que se sentía.
—Rylie, Carl...
El niño complemente asustado alzó su arma contra él al mismo ritmo en el que el sheriff avanzaba hacia ambos.
—Saben, tendrían que volver a casa con Lori y Rowan.
Al ver que su hijo estaba dispuesto a dispararle sin algún remordimiento se sintió terrible. Lo que Rick no veía es que justo detrás de él se alzó la versión caminante de Shane, la cuál empezó a avanzar justo al hombre ftente a él.
—Bajala, solo... baja el arma...
Carl no obedeció. Agarró con fuerza el arma entre sus manos y aunque estas temblaban producto del miedo.
—Niños, no es lo que parece...
Jaló del gatillo con fuerza y un disparo rompió el silencio cargado de tensión. La niña a un lado de Carl no podía hacer un minímo movimiento. Seguía atónita.
El caminante cayó al suelo y pronto Rick se percató de esto.
Con lagrimas en los ojos y una terrible sensación recorriendoles ambos niños se abalanzaron sobre Rick asustados por lo sucedido. El sheriff los tomó con fuerza entre sus brazos sintiendo un millón de emociones indescriptibles.
Lo que no sabían es que a varios kilometros de distancia de la granja una horda entera oyó el disparo y pronto empezaron a movilizsrse en busca del origen de aquel estruendoso sonido.
Rick se acercó un poco al cuerpo
inerte del hombre que no solo decía ser su amigo si no que intentó matarlo, quitarle a su esposa y a sus hijos. Ahora si estaba muerto y tendría que aprender a vivir con aquel amargo recuerdo.
Shane estaba muerto.
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—¿Támbien te mordieron?
—No...
—A Shane sí.
—No era Shane —respondió Rick caminando codo a codo junto a ambos niños mirando a su hijo —. Y lo sabes.
—Solía serlo.
Los tres volvían a casa. Habían sucedido tantas cosas en menos de un día que lo único que deseaba Rick era volver.
Hubó un pequeño silencio por parte del mayor hasta que Carl decidió romper el silencio con una pregunta más
—¿Qué les pasó? ¿Los atacaron? —volvió a preguntar sin dejar de caminar a un lado suyo —. Porque oímos disparos, pero no había ningún caminante cerca. ¿Cómo murió Shane?
Oh, Carl. Eres demasido ingenuo e inocente para comprender.
Rick se detuvó frente a su hijo justo encarandolo dispuesto a decirle lo que quería oír cuando segundos después de fondo empezaron a oírse gruñidos que cada vez se hicieron más fuertes y al ver notaron una manada acercarse a ellos.
—Oh, dios —susurró Rick bastante alarmado antes de tomar a ambos niños e incitarlos a correr —. Vámos, ya, ya.
Tuvieron que detenerse en un árbol cercano al granero para ocultarse de la manada de zombies que pasaban por la granja. Para ese punto la rubia sentía su corazón quererse salir de su pecho.
—Tenemos que regresar a la casa y avisarle al resto.
—Jamás lograríamos pasarlos —respondió Rick mirando a sus niños y al mismo tiempo viendo el perímetro —. No podemos rodearlos. Vámos, quedense cerca.
Después de decir eso los tres salieron
de su escondite lanzandose al campo abierto. Rick iba un poco más atrás y de ese modo cuidaba a ambos niños. Con rápidez lograron esquivar unos pocos.
Mientras tanto en la casa Greene
el grupo empezaba a alterarse y no tardaron en notar la presencia de la manada de caminantes a las afueras.
—Patricia apaga las luces —ordenó Hershel viendo el perímetros a unos kilometros de la casa.
—Traere las armas —anunció Andrea decidida antes de darse la vuelta y entrar a la casa.
—Quizás estén de paso como los de la autopista. ¿Deberíamos entrar?
—No a no ser que haya un tunel que
no conozca —respondió Daryl con voz firme girandose a ver al coreano —. Esa manada destrozaría la casa.
Lo que quizás el grupo aún no sabía
es que Rick y los dos menores estaban
en serios problemas y ahora estaban practicamente acorralados. Llegaron al granero y cerraron la puerta, pero eran demasiados caminantes golpeando la puerta y en algún punto la tirarían.
Unos segundos bastaron para que Rowan Everson se volviera loco. Al ir por su hermana descubrió que no estaba dónde se supone que estaría con Carl,
lo más probable es que se hubiera escondido en alguna parte de la casa.
Lori támbien empezó a desesperarse
por no encontrar a su hijo y ambos junto a Carol iniciaron una busqueda en el interior de la casa. No se irían sin ellos.
Por otro lado los hombres Grimes junto a la Everson se alejaron de la puerta y fue Rick quien empezó a planear algo un poco loco que con suerte funcionaría.
Los tres buscaron por todos lados del granero hasta que dieron con un par de garrafas con gasolina y tiraron sobre todo el suelo cerca de la puerta hasta que la gasolina se les terminó.
—¡Aquí arriba, rápido! —exclamó Rick alterado señalando las escaleras, las cuales daban a la parte de arriba.
Rylie sin pensarselo mucho empezó a subirlas, pero Carl no. El castaño se quedó en su lugar asustado al ver que su padre no subiría con ellos todavía.
—¿Y qué hay de ti, papá?
—Estaré aquí, ¿sí? —susurró en respuesta intentando tranquilizarlo
un poco antes de pasarle un encendedor y mirarlo a los ojos decidido —. Deja caer el encendedor cuando te diga. Evitaremos que unos lleguen a la casa y distraeremos al resto así tendremos una oportunidad. Ey, oye miráme. Promete que cuidaras de Rylie, ¿sí? Puedes hacerlo y Carl... te amo hijo.
El pequeño se quedó algo pasmado por tanta información y sintió el peligro en su cuerpo al oír los gruñidos hacerse un poco más audibles.
Rick se dirigió a la puerta y Carl con rápidez empezó a subir las escaleras en dónde lo esperaba la rubia.
—¡Ey! ¿¡Quieren esto!? —gritó Rick con furia golpeando la puerta alterando a los caminanted para después abrirla —. ¡Vengan a buscarlo! ¡Vámos, por aquí!
Los guió a él hasta que trepó las escaleras dejandolos en la parte de abajo, pero eran demasidos y casi trepaban con tal de atraparlo.
—¡Carl, ahora!
Como le indicó su padre el ojiazul encendió la flama del encendedor y lo dejó caer incendiando a los caminantes. Una vez estuvieron los tres arriba vieron atentos como se quemaban.
Por otro lado en la casa el miedo y la desesperación se hacían presentes. La mayoría del grupo estaba peleando con los caminantes afuera matando a todos los que podían con armas y camionetas, pero el resto estaba refugiado en la casa.
Ya habían pasado un par de minutos
y Carl y Rylie no aparecían por ningún lado. Rowan intuyó que podría estar en algún lugar de afuera, cosa que era una completa locura y pronto empezó a regañarse a si mismo en su mente por ser un pesímo hermano.
Si no estuviera tan distraido quizás no abría perdido de vista a su hermana menor.
—Se incendía el granero —anunció Beth viendo por las ventanas.
—Van hacía el fuego. Quizás Rick lo incendió para atraerlos.
—No los encuentro por ningún lado
—informó Lori al borde de la locura bajando las escaleras en compañía de Rowan.
—Puede que se hayan escapado...
—¡¿Y ahora que hago!?
—Deben haber escapado quizás para buscar a Rick o atrapar a Randall —propusó Carol intentando calmarlos, pero no estaba funcionando en nada.
—Quizás comenzaron el fuego.
Mientras tanto de nuevo en el granero los tres sobrevivientes sacaron su armas y comenzaron a disparar a los zombies en la parte de enfrente del granero.
Aunque le temblaban las manos a la pobre de Rylie no dudó a la hora de tomar la pistola y jalar del gatillo un par de veces.
Justo en ese momento la autocaravana de Dale se acercó al granero y Rylie casi soltaba un grito lleno de emoción. Unos minutos después se estacionó justo en frente de modo que pudieran saltar.
Rick ayudó a los niños hasta que estuvieron arriba de la autocaravana.
El mayor bajó rápido con tal de despejar el camino para que ambos menores pudieran bajar a salvo del camión.
Quien no estuvó a salvo fue Jimmy
quien fue atacado por los caminantes que lograron entrar al camión. Solo se escuchaban sus gritos de terror.
Una victima más, pensó Rylie.
Eran demasidos caminantes para que
el grupo si quiera pudiera eliminar una parte. Mataban unos y salían otros.
Para los que andaban a pie como Rick las cosas se estaban complicando y más si traían consigo a dos niños. Aunque intentaban ser rápidos los caminantes támbien lo eran.
—¡Hacia el bosque! —exclamó Rick empujandolos un poco para que corrieran en dicha dirección —. ¡Lo
más rápido que puedan!
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No la encontro.
Buscó por todos lados y ella no estaba.
Sus sospechas eran ciertas, estaba fuera, sola y en medio de una manada.
Rowan se mentalizaba a si mismo que su hermana estaba a salvo con Rick o que alguien la habría encontrado, porque si no era así le daría algo.
Carol le insistió a ambos que tenían
que irse y aunque en un principio los dos se resistían a dejar a sus pequeños tuvieron que aceptar. Después de todo aquel lugar ya no era nada seguro.
Al estar en el porche notaron que Hershel se mantenía firme a abandonar su granja. Disparaba a distra y siniestra contra cada caminante que se acercaba.
Por más que Lori le gritó que tenían que irse él ni siquiera le prestó atención. Con dolor tuvieron que irse.
El grupo de mujeres iba respaldado
por Lori y Rowan quienes eran los
que llevaban un arma. Ambos abrían camino para el resto de las chicas.
Estaban a nada de llegar a la camioneta dónde se irían cuando de repente un caminante se abalanzó sobre Patricia y lo peor es que Beth sostenía su mano.
Al instante resonaron con fuerza los gritos de terror de la adolescente y los de la pobre mujer, quien no tenía fuerza para defenderse y se desangraría.
Rowan regresó por Beth y con fuerza la obligó a soltar la mano de Patricia. Era vivir o morir y no dejaría que esa noche alguien más muriera por ese desastre.
Justo en ese momento apareció T-Dog con una camioneta y rápidamente los adolescentes empezaron a entrar a esta mientras Andrea bajaba e iba por Carol, quien salió huyendo asustada.
Desde la ventana veían como los caminantes rodeaban a los mujeres y intuyeron que era su final. Querían ayudar, pero eso era un caso perdido.
—¡Las atraparon! ¡Tenemos que irnos!
La camioneta se pusó en marcha
apesar de la multitud que tenían encima, dejando a ambas mujeres.
Mientras tanto en la casa Greene, Hershel aún seguía firme disparando a cada caminante que aganzaba hacia él. Lastimosamente las balas se les estaban acabando y cada vez eran más zombies.
Finalmente lo hicieron retroceder.
Se distrajó recargando el arma y no se dió cuenta que justo detrás suyo estaba un caminante apunto de morderlo.
Un disparo pasó rozando a un lado suyo derriban asi al caminante. Al girarse se dió cuenta que eran Rick y los niños.
—¿Dónde está Lori? —preguntó Rick alterado acercandose un poco quedando frente a frente —. ¿La viste?
—No se qué paso, Rick. Son demasiados. Es una plaga. Están por todas partes...
—¡Lori! ¿¡La has visto!?
—¡No!
—Tenemos que irnos y encontrar a
Lori y a los demás —anunció Rick dirigiendose a los niños antes de soltar un disparo a un caminante cercano.
—¡Es mi granja!
—¡Ya no lo es! —exclamó el hombre
con furia tirando del anciano para que lo siguiera soltando otro disparo.
Entre Rick y Rylie despejaron el camino hasta que llegaron a una camioneta. Los niños ya estaban arriba, pero Hershel aún seguía golpeando a un zombie.
—¡Hershel, ven aquí!
El anciano no tuvó más opción que subir a la camioneta y una vez estuvieron todos arriba arrancaron lejos del lugar.
Unos minutos después se alejaban de
la granja. Carl iba de copiloto y por su rostro quería llorar. Por otro lado Rylie iba en la parte trasera junto con Hershel, quien veía como toda su vida se iba en llamas junto a su preciada granja.
La pequeña rubia se sintió melancolica al verlo con los ojos llenos de lagrimas y se acercó a abrazarlo en silencio. Fue en ese momento que sintió como si volviera a estar en casa de sus abuelos y fue peor.
Su hermano quien sabe dónde estaría y se negaba a pensar que estaba... Rowan era fuerte, sabía como sobrevivir. Tenía mentalizado que estaría bien, pero... ¿y si no lo estaba? ¿Qué seria de ella sin él?
No quiero perderlo, no a él.
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OCTAVO CAPÍTULO PUBLICADO
Hellou, cositas bellas del universo. Regrese porque se me dio la gana. Esta fue mi primera semana de clases y siento que me consumió, pero no podían dejar de lado actualizar asi que aqui lo tienen. El penultimo capítulo de la 2da temporada.
Definitivamente creo que Rowan
tiene que ponerle una correa a Rylie
o algo porque siempre se le pierde esa niña y siempre pasa algo malo. ¿Ustedes que opinan?
Ahora si la tranquilidad se nos
acabo y comienzan las epocas oscuras, primer avisooo ;)
Recuerden votar y comentar si que si para saber si les gusto. Ya saben es opcional agregar el fic a sus listas de lecturas para saber cada que hay actualización. Mis redes estan en mi bio por si quieren revisar no se. Eso seria todo por hoy, tqm <3
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