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━Capítulo Nueve

𝚃𝙷𝙴 𝙶𝚁𝙴𝙰𝚃 𝚆𝙰𝚁

- ̗̀﹟𝟎𝟗. 𖥸 𓂅 𝓒hapter 𝓝ine! ও . .  .   ̖́-
Ni n t h   A c t


𓂃 ❀˖°◝ ❛ ⧣ recuerdos amargos



RYLIE SALIÓ DE SU CASA LUEGO DE HABER REVISADO UN PAR DE COSAS PENDIENTES. Carl, su amado esposo la llevaba tomada de la mano afuera.

Al salir de la casa no pudieron evitar sonreir al ver a los niños jugar. Charlie y Judith llevaban a RJ en bicicleta, aunque realmente lo querían ayudar, pero él era más bajo para poder subir al asiento.

Aún así los niños lucían divertidos.

—Charlie, Jude, quedense con RJ —
pidió Carl con un tono serio al ver a Aaron acercarse bastante enseriado.

Los mayores asintieron antes de que la pareja se acercará al hombre y los tres empezarán a movilizarse.

—¿Qué pasa?

—Daryl está en la entrada —informó Aaron al oír al líder.

—¿No lo dejaste entrar? —preguntó Rylie mirandolo confusa.

—No está solo.

Rápidamente llegaron a los muros y subieron a la plataforma para ver a los recién llegados, dónde se encontraron a Laura y Michonne. Fuera estaba Daryl con Henry, Connie y... ¿la chica? ¿Lydia?

—Henry está herido —anunció Daryl desde la entrada al verlos llegar —. Ustedes estaban más cerca. No hubiera venido, pero no tuvé opción.

Rylie estaba por hablar, pero la voz de Michonne se llevó la atención.

—¿Y qué hace ella acá?

Obviamente se refería a Lydia.

—Está con nosotros —respondió Henry seguro de sus palabras.

Daryl a su lado asintió dando a entender que el chico decía la verdad. 

—No podemos confiar...

—Pero confio en Daryl —informó Carl luego de escuchar a Aaron y pronto se giró a los guardias —. ¡Abrela!

Con eso el castaño bajó de la plataforma seguido de su esposa y su madre.









——— ✮✧☾✧✮ ———


























"Rylie y Carl miraron confusos las rejas ser abiertas por uno de los guardias justo enfrente de ellos.

Rosita y un hombre de la comunidad habían salido a explorar los alrededores y ahora regresaban con un mini grupo.

Un chico de unos trece años o más y una pequeña niña rubia.

—Los encontré caminando no muy lejos de aquí —informó el moreno al ver los ceños fruncidos de los jóvenes líderes —. Una está herida.

La rubia de diescinueve años se giró en busca de la desconocida herida y observó a una mujer de tez morena y rastras ser ayudada por Rosita y una rubia.

Rylie frunció en ceño ligeramente tratando de recordar algo pues ese
rostro se le hacia familiar y musitó una groseria al recordarlo.

—¿Tía Marianne?

La castaña de ojos verdes pareció observar cautelosamente a la hermosa jovencita frente a ella y soltó un sollozo al oirla. No tardó en soltar a su amiga para acercarse un poco a la rubia.

—Dios mio, es un milagro —exclamó Marianne sin poder contener la emoción y la abrazó —. Rylie, Dios. Estás viva. ¿Cómo es posible este suceso? No puedo creerlo. ¿Dónde está Vince y Em? ¿Y el chiflado de tu hermano?

La sonrisa de Rylie se esfumó por completo y simplemente bajó la mirada entristecida ante la mención de sus difuntos padres biólogicos.

Marinne entendió aquella mirada y sin saber que decir la volvió a abrazar. No pudó evitar soltar un sollozo y después de tantos años, Rylie sentía la cálidez de un abrazo de una madre.

Carl solo podía ver confuso la escena
sin saber exactamente de dónde había aparecido la dichosa tía de Rylie. Supusó que era algo que a Ry no le gustaba mencionar.

—Tía, no sabes lo que te extrañe.

—Y yo a ti, solecito."

 














——— ✮✧☾✧✮ ———


















La mayoría del grupo esperaba fuera
de la enfermería que Siddiq terminará de coser las heridas de Henry.

—¿A dónde irán ahora? —cuestionó Michonne a Daryl bajando las escaleras del porche cruzada de brazos —. ¿Directo al Reino?

—Bueno, probablemente no directo
al Reino, pero si —explicó Daryl a la mujer mientras limpiaba sus manos
con un trapo —. Carol debería saber.

Michonne asintió antes de que Connie
se acercará a mostrarle unas cosas que había escritó en una libreta.

Rylie soltó un suspiró exhausta y miró a la lejanía luego de escuchar un relincho de unos caballos y a varios hombres.

Connie le agradeció en lenguaje de señas a Michonne por dejarlos descansar ahí y Carl le pidió a Laura que vigilará a la chica antes de salir en busca de Aaron.

—Parece que no los siguieron —anunció el hombre al ver llegar hasta él al ojiazul —. Daryl cubrió sus huellas, pero si están buscando pronto nos encontrarán.

Carl se giró a ver a los recién llegados
en el porche y a su amada esposa que hablaba animadamente con Daryl.

—Y a ellos también.


















——— ✮✧☾✧✮ ———




















"—Jocelyn —exclamó el médico de la comunidad saliendo tras la mencionada —. Jocelyn, perdiste mucha sangre.

—Joss, regresa aquí ahora mismo —pidió Marianne detrás de Siddiq con una venda en un brazo —. Amiga, detente.

Al oír los gritos, los líderes no tardaron en llegar visiblemente asustados por todo el alboroto en la enfermeria.

—Michonne... ey...

—¿Qué haces? —preguntó una embarazada Michonne acercandose asustada a su amiga.

—Tengo que volver.

—Claro que no, no puede viajar —informó Siddiq algo molesto por su insistencia en irse.

—Debo hacerlo, hay otros.

—¿Qué otros? —preguntó Carl confuso a la mujer.

La mujer no pudó responderle a Carl
al instante pues de la nada se tambaleo
y antes de que fuera a parar al suelo, Rosita y Marianne se apresuraron a sostenerla.

—Joss, no puedes irte así —insistió Mariane dandole una mirada firme.

—Debo encontrarlos...

—¿A quienes, Joss? —preguntó Michonne con desesperación yendo detrás de ella —. Espera.

—No, no lo entienden.

—Oye, oye —exclamó la morena poniendose enfrente de su amiga y sostuvó sus manos —. Soy yo, soy yo. Hablame. Dime que necesitas.

—Mich, ayudame.

Y la ayuda que tanto pedía terminó haciendo al grupo adentrarse en un lugar que parecía un escenario de película de terror.

—Cada nuevo lugar huele aún peor —musitó Rylie con molestia, mientras se movía por el oscuro pasillo.

Carl Grimes iba a un lado de su
esposa iluminando con una linterna cada paso que daban. No la hubiera dejado venir eso era obvio. Con un embarazo de cuatro meses lo que menos quería era dejarla ir a las expediciones pues no todas resultaban sencillas.

Trató de convencer a su madre de quedarse en Alexandria por su muy avanzado estado de embarazo, pero ella desistió y luego de una reñida charla, Carl no tuvó de otra que dejarla ir.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Rosita al chico que los guiaba por el pasillo.

—Sí, Joss y Marianne siempre nos ocultaban aquí —respondió —. Seguramente algunos volvieron.

Gabriel no tardó en acercarse a la puerta y empezó a mover la perilla tratando de abrirla sin mucho éxito.

—Bueno, si queremos entrar tendremos que dar la...

Un pecular ruido detrás de ellos los hizó girarse e iluminar. Solamente se veía un par de piernas adentrandose por lo que parecía ser una ventana arriba.

Rylie parecía sorprendida por como había llegado el menor hasta allá arriba aunque sabía que ella en su infancia fue igual de curiosa e incluso trepó un árbol con tal de que su hermano no fuese a encontrarla y casi fue el almuerzo de un caminante. Un recuerdo amargo.

—Maniobra hábil, puntos por destreza —comentó Eugene con su usual tono de cerebrito antes de girarse al chico —. Tú, compadre, ¿planeas salir a pasear con ella otra vez?

—Sí, ella... pasárea...

Pronto la puerta se abrió desde el otro lado revelando a la niña rubia que iba con ellos. La primera en avanzar fue Michonne, seguida de Carl y Rylie, quien acarició la cabellera de la menor con una sonrisa de agradecimiento.

Ninguno bajó la guardia y avanzaron
por el pasillo observando los carteles en las paredes hasta que llegaron a una habitación.

El chico rápidamente silvó y casi al instante el resto de los niños salieron de sus escondites revelando su presencia frente a los adultos."





























——— ✮✧☾✧✮ ———

















"Todo iba de maravilla esa noche. Los alexandrinos se encontraban sentados frente a una fogata junto a los niños de la comunidad y los recién llegados.

Todos los menores reían divertidos con las historias que Gabriel les contaba.

La rubia simplemente observaba desde
el marco de la puerta la avivada fogata y a los alexandrinos alrededor de ella. Carl   llevaba a Charlie en sus piernas y el niño de un año y medio parecía reir divertido.

Ese día la mayoría de los niños iban vestidos de algo por la celebración de Halloween. Sí, aún mantendrían algunas tradiciones para hacer esto más ameno y que los niños vivieran una vida normal.

Charlie iba vestido de vaquero y Carl se le unió disfrazandose de sheriff. Rylie no pudó evitar reir y enamorarse más de sus dos hombres al verlos bajar vestidos así.

—No me daba cuenta de cuanto lo necesitabamos —comentó Aaron justo al lado de la rubia con voz serena.

—Ojála todos nuestros amigos pudieran verlo —musitó Rylie soltando un suspiro.

—Y pueden, estén dónde estén seguro que lo saben —respondió Aaron rápidamente notando la meláncolia en la chica —. Ry, lo siento. No quise decir eso.

—Está bien —comentó Rylie tallando
sus ojos antes de darse la vuelta e irse a la cocina —. Con permiso.

La chica suspiró apoyandose brevemente en el lavabo cerca de la estufa.

—Ey, ¿todo bien, cielo?

—Sí, tía. Todo en orden —respondió
Rylie girandose a verla con una sonrisa grande —. Estoy perfecta.

—Jamás creí que volvería a verte,
hija. Nos volvemos a encontrar y cual no es mi sorpresa al ver todo esto —soltó Marianne completamente euforica al mismo tiempo que señalaba el lugar —. Tienes todo aquí; una comunidad segura, eres líder, estás casada y tienes un niño precioso. Sin mencionar que esperas otro bebé. Estoy orgullosa de ti, mi niña. Y se qué tus padres también lo estarían.

—Se que todo luce genial, pero... llegar hasta aquí no fue fácil, tía —mencionó la rubia bajando la mirada entristecida —. Perdimos amigos en el camino, hicimos cosas malas para sobrevivir...

—Pero aquí estás, sana y salva —
musitó Marianne tomandola de las manos para que la mirará —. Lamento no haber ido por ustedes... creí que estaban bien... Todo era un desastre en ese momento. Fuí a casa de mis papás creyendo que estarían con ellos, pero solo encontré sus cuerpos... fue horrible. Después de que me echaran de casa los odie, pero aún así lamento mucho que murieran de esa forma. Para cuando fuí a casa de tus papás fue lo mismo y mis niños... ustedes ya no estaban ahí...

—Ro hizó lo mejor para nosotros y personas buenas nos ayudaron —musitó Rylie algo sentimental —. Dios, no quiero llorar, pero este embarazo me hace así.

—No quise recordarte todo eso. Mejor hablemos de Ro, ¿cómo está?

—Oh, Ro. Adoptó a una pequeñita
junto a su novia, Enid. Y es líder de otra comunidad —informó Rylie sonriente, perdida en sus recuerdos —. Después de mucho podría decir que Rowan está feliz por la familia que tiene. Merece todo eso.

—Tú no te quedas atrás, eh —comentó Marianne con picardía señalando al ojiazul a unos metros —. Además de ser atractivo es excelente con los niños. Mi niña si que supó elegir partido.

Una sonrojada Rylie soltó una risilla al oirla decir aquello y tomó asiento en una silla cerca, acariciando sutilmente esa linda barriguita de cuatro meses.

—Sí, Carl es todo lo que desee siempre en un hombre.

Marianne sonrió para si misma.

Recordaba haber tenido un novio así,
un hombre al que amó con toda su alma y que creyó era perfecto, pero cuando le dijo que esperaba un hijo suyo huyó para evitar esa responsabilidad dejandola sola en ese periodo de tiempo. Sus padres eran demasiado conservadores y al enterarse de que su hija adolescente tendría un bebé la echaron de casa decepcionados.

Marianne perdió a su bebé antes de que este naciera, pero visitaba a sus dos sobrinos cada que podía aunque ya no se hablará con sus padres después de eso.

Al ver a Carl y Charlie sintió que su corazón se hacía pequeñito en su pecho. Al menos su sobrina era feliz... ¿Por qué ella no pudó tener esa felicidad?

La llegada de Winnie la hizó volver a la realidad.

La rubia dejó un plato de carne y verduras justo enfrente de la chica embarazada y se fue sin más.

—Vaya, cuando dijo que sus niños cazaban yo pensé que cazaban unas ardillitas con una onda y ya —soltó Rylie a la mayor apenas estuvieron solas.

—Linus y Winnie estuvieron bien —respondió Marianne sonriente y a la vez oegullosa —. Como de costumbre.

—No se como hacen Jocelyn y usted
con tantos niños —comentó la rubia conteniendo una risilla mientras su mano acariciaba su estómago —. Amo a Charlie, pero a veces me vuelvo loca y aún así viene otro chiquitin en camino. Solo espero no quedar aún más loca con otro.

—Ellos cuidan de nosotras —respondió Marianne sonriente a su sobrina, quien frunció el ceño —. Ningún adulto del grupo sobrevivió, a excepción de Jocelyn y yo. Ellos... quebraron, pero los niños ellos crecen, aprenden. Son capaces de todo. Nos trajiste a nuestros niños y eso es algo que les agradecemos demasiado."


















































——— ✮✧☾✧✮ ———



















































"Los tenues rayos del sol se colaban por las rendijas de las cortinas.

La luz pronto empezó a calarle en los ojos a cierta rubia y no tardó en abrir los ojos algo molesta por la interrumpción.

A su lado, Carl también se removió inquieto entre las cobijas buscando a su esposa a su lado.

Rápidamente pasó sus manos por la cintura de ella haciendo círculos en su mini barriga que hicieron sonreír a la muchacha y como si el bebé también estuviera despierto se hizó notar.

Rylie sonrió y Carl simplemente parecía sorprendido al sentir a su hijo moverse bajo la palma de su mano.

Tan temprano y alguien ya se
desperto —musitó Rylie sonriendo a su esposo girandose a verlo de frente.

—Nuestro bebé nos da los buenos días, cielo.

Rylie asintió recibiendo un casto beso
en una mejilla por parte de su esposo justo antes de que ella se incorporará de la cama y comenzará a vestirse.

—¿No podemos quedarnos un momento más acá?

—Sabes que tenemos mucho que hacer —respondió la ojiazul acercandose a la cama con una camisa a medio abrochar —. Y tú tienes que encargarte de que todo marche bien en Alexandria, ¿recuerdas?

—Sí, lo se, esposa mía —musitó Carl incorporandose un poco antes de mirarla con picardía —. ¿Te he dicho lo sexy que te ves como esa camisa semi abierta y esa barriga?

—No, pero gracias por el alago, esposo mío.

Carl sonrió y se pusó de pie, listo para vestirse mientras su esposa salía de la habitación para ir a la habitación a lado dónde usualmente dormía Charlie.

—Buenos días, bebé —musitó Rylie con una sonrisa acercandose a la cuna lista para tomarlo en brazos —. Charlie...

La rubia soltó un grito al ver solo un montón de mantas y la cuna vacía.

—Ry, amor, ¿qué pasó?

—Carl, Charlie no está —respondió la mencionada señalando la cuna vacía y un biberón en el suelo —. Mi bebé... Carl...

—Calmate, seguro está con mamá.

Rylie asintió no tan segura, pero lo hizó y ambos salieron de la casa unos minutos después para ir por su bebé.

Cuál no fue su sorpresa al ver en la calle a varios papás, entre ellos Michonne, llamando a sus niños. Rylie frunció el ceño confusa. ¿Qué no se suponía que los niños estaban en casa de Joss y Marianne para una pijamada?

—¡Judith!

—Mamá, ¿qué sucede? —preguntó Carl acercandose a la mujer preocupado —. ¿Charlie no está contigo?

—No, cielo, Charlie no estaba conmigo y
Judith no está en casa de Joss, ni siquiera hay nadie ahí.

—¿Cómo es posible?

Rylie sintió que se tambaleó por un momento y su respiración se agitó más. Carl a su lado la sostuvó asustado.

—¡Carl!

El mencionado volvió en sí y junto a las embarazadas se apresuró a moverse.

Cual no fue su sorpresa al ver el cuerpo sin vida del hombre que cuidaba del almacén y los estantes con comida vacíos. Alguien saqueó todo.

—Dios mio...

—Algo pasó, saquearon la enfermeria —anunció una mujer a los líderes.

Rylie no tardó en notar un rastro de lo que parecían ser pisadas ensangretadas que guiaban a la alcantarilla cercana.

Michonne siguió las huellas pensando lo peor mientras Rylie buscaba consuelo en el pecho de su esposo. Ahora mismo la pobre estaba devastada pensando en que ahora su bebé había sido secuestrado y ya ni siquiera se había dado cuenta.

—Mi bebé, Carl, mi niño..."




























——— ✮✧☾✧✮ ———























—¿Puedo comer más tomates por favor?

—Claro que sí, cariño —respondió Carl pasandole a su hija el plato con ensalada que ella tomó gustosa —. Aquí tienes.

Apenas anocheció Daryl junto a
Henry, Connie y Lydia partieron de la comunidad. Obviamente los líderes de Alexandria le desearon suerte y fueron a despedirlos, aunque Charlie lucía algo triste por la partida de Daryl.

Al igual que Rowan, Charlie se
había encariñado con Daryl y cada vez que venía a la comunidad Judith y él
no dudaban en pasar tiempo con el hombre.

Esa actitud no pasó por desaparcibida en la mesa y Rylie lo notó en el momento en que la familia Grimes Everson estaba disfrutando de una cena familiar.

—Charlie, come —pidió Rylie a su hijo algo seria al ver que revolvía sus verduras en el plato —. No juegues con la comida.

—Lo siento, mamá. No tengo mucha hambre —musitó Charlie a la mayor dejando el tenedor a un lado del plato —. Comí un dulce antes así que... ¿puedo ir a mi habitación?

—De acuerdo —respondió la rubia soltando un suspiro señalando el refrigerador —. Solo envuelve tu comida y guardala antes, ¿okey?

—Sip —comentó Charlie poniendose de pie con la comida para ir a la cocina —. Gracias, mamá.

—En un momento iremos mamá y yo por tu beso de buenas noches —anunció Carl al ver al menor apenas subiendo las escaleras, él asintió y subió al otro piso.

—Papi, ¿puedo dejar el brocoli a un lado?

—Malory Grimes, ¿qué dijimos sobre comer brócoli?

Comer brócoli es bueno —repitió Malory imitando el tono de su madre y se giró a su padre —. Papá...

—Oh, no. Tu papá no siempre va a salvarte, jovencita —interrumpió Rylie con diversión señalando el plato con su comida —. Come algo de brócoli y podrás comer un dulce.

—¡Sí, dulces!

Rylie sonrió y Carl a su lado también viendo a su hija devorar hasta el último brócoli con tal de comer un chocolate, un gusto que Rylie le heredó sin querer.

Por la mañana antes de que Carl se despertará, Rylie algo preocupada fue
a ver a su hijo. Ultimamente se sentía mala madre por prestarle poca atención a su hijo y solo llamarle la atención.

—Charlie —llamó Rylie en voz baja tocando la puerta frente a ella sin tener respuesta —. Oye, mi amor, se que estás enojado. Tenemos que hablar, hay algo que quiero decirte.

Rylie soltó un suspiró y sin más abrió la puerta decidida.

La habitación estaba vacía. Todo estaba como debería. La cama recogida, pero su niño no estaba dormido y tal como una vez sucedió empezó a alarmarse.

Fue así como la rubia pronto se encontraba vestida y cruzada de brazos frente a la celda de Negan.

—¿Charlie estuvó aquí hoy?

—¿Es por curiosidad o...

—Responde la maldita pregunta —exclamó Rylie perdiendo la paciencia.

—No lo he visto, no desde ayer.

—¿Y de qué rayos habla contigo?

—Ah, eres curiosa —soltó Negan desde su asiento en el suelo divertido.

—Sabes, para ser alguien que quiere ayudar no estás ayudando en lo más mínimo.

—De nada en especial, de tonterías.

—Se especifico.

—A veces hablamos de la tarea, aunque Charlie prefiere ayudarles antes que hacerla —respondió Negan sonriente al recordar los momentos con el menor —.  Otras de cuanto extraña a su tío Rowan o a Daryl. Le gusta que le cuente sobre su abuelo o de sus papás...

—Entonces le dices mentiras.

—Se daría cuenta si le mintiera, lo
sabes. Charlie podrá ser pequeño, pero es muy inteligente y madura rápido —soltó el mayor reposando sus manos en sus rodillas sonriente —. Le digo que él es igual de rudo que lo que eran sus padres, como ambos se metieron en El Santuario y mataron a un montón de mis hombres o como su abuelo al estilo ninja me cortó la yugular. Son anécdotas viejas, Miley, pero nuevas para él.

—¿Y por qué le cuentas todas esas cosas? —reclamó Rylie acercandose molesta a las rejas frente a ella, Negan sonrió —. ¿Por qué sabes que ni a él ni a Malory se las he contado o por qué estás intentando ganarte la confianza de mi hijo para poder usarla a tu favor?

—Solo le gusta oírme hablar...

—¡A ti te gusta oírte hablar!

—Tenemos eso en común —señaló Negan retomando el asunto —. El punto es que viene aquí a hablarme porque le cuento la verdad. Si hicieras lo mismo ahora le estarías hablando a él y no a mi.

—¿Tú le cuentas la verdad, en serio? —soltó Rylie fingiendo una risa que pronto se desvaneció —. ¿Le contaste lo que le hiciste a Glenn? ¿A Abraham? Sí... no creo que lo hayas echo.

—Siempre fuí honesto con él. Él me pregunta y yo le respondo. Así que sí, le conté eso también.

Rylie soltó un suspiró lleno de frustración y se disponía a irse de la prisión cuando la voz de Negan sonó a sus espaldas y se detuvó.

—Detesta que su abuela o Carl y tú no dejen entrar gente nueva tan fácilmente —comentó Negan mirando a la jóven volteada de eapaldas —. Piensa que las cosas deberían ser como su abuelo quería.

—¡Tú no tienes derecho de hablarme
de Rick! —exclamó la ojiazul encarandolo enfurecida tras esas rejas —. ¡Y definitivamente no puedes decirme lo que él quiere o siente o quiere porque él es mi hijo!

—Y tienes toda la razón, él es tu hijo y tiene sus propias ideas sobre como deberían ser las cosas —respondió Negan poniendose de pie para mirarla de igual forma —. Tú no viniste aquí solo por curiosidad, viniste aquí porque no tienes idea de dónde está. Quizás está acariciando un caballo, desde que su papá le enseñó a montar los ama o quizás es igual que su madre y no acepta que le impongan una mierda.

—Bien, lo acepto. No se dónde carajos se metió, ¿okey? —soltó Rylie visiblemente alterada golpeando las rejas exasperada —. Pasa tanto tiempo contigo que mi hijo ni siquiera me prefiere antes que a ti. ¡Y si no quieres tener otra garganta cortada será mejor que me digas dónde está!

—Lo siento, Miley, pero no se dónde
está y no lo he visto —respondió Negan con calma antes de volver a su cojin y señalar su libro —. ¿Te importaría? Ya casi pasó de la página cien.

Rylie simplemente le sacó el dedo corazón y salió casi corriendo de la prisión directo a su casa dónde subió las escaleras lo más rápido posible.

Al llegar a la habitación de su hijo encontró a su esposo con una nota entre sus manos y una expresión llena de miedo en su pecoso rostro.

—Se fue.

—Maldita sea, no puede ser —exclamó Rylie bastante alarmada arrebatandole la nota mal escrita —. ¿A dónde se fue?

—No dice nada en la nota, pero no
debe estar muy lejos. Mandaré a un grupo a buscarlo —anunció Carl acercandose a su esposa al verla sollozar —. Ey, tranquilizate. Charlie está bien, eso lo sé.

—No, no está bien nada. Nuestro hijo huyó por mi culpa —musitó la rubia abrazando al castaño con necesidad sin poder detener sus sollozos —. Si tan solo dejará de ser una maldita idiota por un segundo hubiera sabido de esto. Si tan solo dejará la desconfianza a un lado y aceptará que Charlie tenía razón y que Negan cambió, él... él estaría sano y salvo jugando con Malory... Maldita sea, ¿por qué son una pésima madre?

Carl no supó que decir y simplemente la abrazó con fuerza susurrando palabras dd aliento mientras besaba su coronilla tratando de calmar sus lamentos.

Eres una gran madre, amor. Ojála dejarás de menospreciarte.

















































——— ✮✧☾✧✮ ———
























































"Apesar del dolor en sus piernas y espalda, Rylie no estaba dispuesta a detenerse solo porque le dolía algo.
No, no era momento para quejarse.

—Descansemos —pidió Daryl a ambos chicos señalando a unos metros unos   juegos de patio.

Rylie miró los juegos no tan segura, pero no tuvó opción y los siguió hasta unos columpios, dónde se sentó a descansar mientras Daryl vigilaba el perímetro a un par de metros.

—Rylie, mi amor, se que quieres estar aquí, pero estás embarazada —soltó Carl  arrodillandose frente a ella para tomarla de las manos —. Fue el motivo por el que le prohibí a mamá venir y a ti te dió igual. Se que es tu derecho, pero no quiero arriesgarte a ti o al bebé.

—Nuestro hijo, mi Judith y varios niños inocentes están secuestrados, ¿y tú me pides que no haga nada? —exclamó Rylie con un tono molesto incredula de sus palabras —. Estás loco si crees que no iba a venir. Mis niños están en problemas.

—Los hallaremos, así será.

—No puedo creerlo, ellas era... se veían como buenas mujeres. Demonios, solo mi tía tenía la llave a nuestra casa —soltó la ojiazul al borde del llanto acariciando su vientre sin querer —. Ella... ella me cuidó cuando mis papás estaban trabajando. Nos llevaba a Rowan y a mi por helado los fines de semana, veíamos películas los viernes con pizza. La consideré como una segunda madre y ahora ella... ella se llevó a mi niño. Ella se robó a mi Charlie y todo porque baje la guardia un momento creyendo que volvía a tener una madre.

—Cielo, no es tu culpa —musitó Carl dejando un beso en sus nudillo luego de oír su voz quebrada —. Ni siquiera un poco. No sabíamos que esto pasaría.

—Pero tendría que haberlo, tendría que haberlo presentido, Carl.

—No lo hiciste porque no eres como ellas —interrumpió su esposo acariciando sus nudillos con amor —. Ciertas personas son muy malas de corazón ya sea porque están dañadas o solo porque sí y lo esconden como si usarán una mascára o un disfraz. Esto es su culpa y te prometó que lo pagarán. Los encontraremos, así será.

—Debemos seguir."





































——— ✮✧☾✧✮ ———





































"Después de estar caminando un buen rato; Carl, Rylie y Daryl llegaron a lo que parecía ser una escuela primaria. Los tres se dividieron para abarcar algo de terreno y la rubia no tardó en notar a uno de los niños de Marianne y Jocelyn.

—¡DJ!

La mencionada simplemente sacó su cuchillo asustada y miró a la chica frente a ella a un par de metros justo antes de salir corriendo lejos de la entrada.

—¡Espera! —gritó Rylie corriendo
tras ella con su espada en la mano sin lograr alcanzarla —. ¡Espera!

Por otro lado Carl y Daryl rápidamente se adentraron al lugar al oír gritos de mujer y cuál no fue su sorpresa al ver a Rylie en medio de un pasillo con varios niños apuntandole por el frente.

—Rylie...

—¿Y mis niños? —cuestionó Rylie algo agitada al grupo de menores.

—Sueltala —exijió Marcus a la mujer refiriendose a su espada.

—Solo dime que están a salvo.

Apenas Rylie terminó de hablar, Winnie soltó dos flechas que terminaron impactandose contra los dos hombres que acompañaban a la rubia.

—Dije suéltala.

La rubia musitó por lo bajo un "sí" y lentamemte fue bajando su espada hasta dejar esta en el suelo siendo amenazada por cientos de diferentes armas.

Los gemidos de dolor detrás suyo ya estaban preocupandola. Estaban heridos y no podía hacer nada para ayudar.

Se giró lentamente y ese fue su peor error.

Lo siguiente que vió fue oscuridad y sintió como su cabeza impactaba contra algo duro antes de caer al suelo.

—Bien, Linus, bien...

Para cuando abrió los ojos notó que
sus pies no tocaban el suelo. Intentó gritar, pero llevaba una mordaza. Y como si eso nl fuese peor, sus brazos y manos dolían demasiado.

A su lado, Carl y Daryl estaban atados de manos a una especie de tubo con cuerdas y también estaban amordazados.

Esto era malo.

Lentamente Rylie logró girarse un poco apesar de que sus manos estaban atadas a un tubo y vió el momento exacto en el que uno de los niños se giraba a verla.

—Está despierta...

Marianne asintió ante las palabras del menor y solo observó a su sobrina con atención.

Rylie parpadeó confundida y su respiración se volvió irregular al ver a uno de los menores acercarse a ellos
con una yerra para marcar ganado.

La rubia comenzó a moverse con desesperación sin éxito al ver que se acercaba. Sin embargo, pasó de largo y finalmente se acercó a Carl.

—Hazlo, Linus —mencionó Marianne al ver al niño detenerse un momento —. Se fuerte.

Carl empezó a hiperventilar asustado
al sentir el calor que desprendía aquel fierro en forma de X cerca de su piel. Buscó la mirada de su esposa, quien ya estaba al borde de las lágrimas.

El castaño soltó un grito ahogado removiendose con fuerza apenas sintió el metal hirviendo sobre la palida piel de su espalda baja.

A un par de metros, Rylie forcejó con
las ataduras en sus manos al ver a su Carl gritar con desesperación aún con la mordaza.

Rápidamente Marianne se pusó de pie acercandose al niño rubio.

—Bien echo, Linus.

—Los fuertes sobreviven.

—Y prosperan.

—Agradece que a ti no te tocará,
solecito —musitó Marianne a su oido una vez estuvó cerca de Rylie y ella se removió un poco —. Ya veremos si tu amado Carl es perfecto ahora. No hay amor en este mundo. Además, te dije que los niños eran capaces de todo.

—Les enseñamos a convertirse en lo que somos porque no pueden ser débiles —agregó Jocelyn posicionandose a un lado de su amiga —. No ahora, no como eramos las dos.

—¡¿Dónde está?! —exijió saber Rylie
con desesperación mirandolas con odio —. ¡Diganmelo ahora!

Ninguna respondió solo observaron a Winnie acercarse con el fierro caliente está vez pasando hacia Daryl.

—Controlala, Winnie. No dejes que te controle.

La niña asintió y sin piedad incrustó el fierro hirviendo en la espalda baja de Daryl, quien al igual que el chico a su lado gritó con todas sus fuerzas y no dejó de moverse forcejeando sin exito.

Estamos perdidos."

































——— ✮✧☾✧✮ ———

















"Con esfuerzo Daryl logró deshacerse de los guardias que los vigilaban dejandolos completamente inconcientes y una vez no hubó más de ellos se encargó de desatar a los chicos que iban con él.

Rylie corrió a abrazar a su esposo y lo escuchó soltar un quejido en el proceso.

—Cuanto lo siento, mi amor. Esas malditas locas...

—No importa ahora —musitó Carl acariciando una de sus mejillas apesar de la sangra que caía por una —. Hay que separarnos, ¿sí?

La rubia asintió y ambos se separaron un poco antes de que la rubia saliera de la habitación mientras ellos se encargaban de atar a los guardias.

Con esfuerzo y cansancio subió las escaleras sosteniendo con firmeza un pedazo de tuberia oxidada.

—Se salga otra patrulla, podría haber más de ellos —ordenó Marianne.

—¡Se escaparon!

—Alerten a los otros, cargen a los otros y nos vámos.

Rylie no tardó en encontrarse con la mujer a la que consideró su tía frente a frente. Claramente iba con Jocelyn y un par de niños.

Apenas la vió, Winnie sopló su silvato y salió corriendo del lugar.

Rápidamente Jocelyn hizó una seña y pronto una adolescente apuntaba a Rylie con su propia espada.

—¡¿Dónde están mis niños?! —exclamó Rylie con firmeza alzando su pedazo de tubo hacia ellas —. ¡¿Dónde están Judith y Charlie?! ¡Digánme, par de locas!

—¿Por qué? Ahora están mejor.

—Persigues a un fantasma mientras
ellos están con nosotras —respondió Marianne con una sonrisa calmada —. No te preocupes, cielo. Yo seré la madre fuerte que Charlie merece, lo prometo.

—¡No tienes derecho, es mío! —gritó Rylie furiosa viendo a los niños llevarse a los capturados —. ¡Judith! ¡Charlie!

—Sabes lo que sigue, Linus —anunció Jocelyn mirando de reojo al niño.

—Marcar nuestra presa y matarla.

—¡Ayudalo! —pidió Marianne a la adolescentes antes de girarse a su amiga y el resto —. ¡Vámonos!

La chica rápudamente se abalanzó sobre la embarazada, pero ella la esquivó y sin mucho cuidado la lanzó a la pared.

—¡No quiero lastimarlos, pero me obligan a hacerlo! —informó Rylie con las manos en alto a ambos menores.

Sin embargo, pronto la chica volvió a lanzar otro golpe y la rubia no tuvó de otra más que golpearla directo a la cabeza con el tubo dejandola en el suelo e inconciente.

Linus y Rylie se miraron al instante al ver la eapada en el suelo. Ella intentó tomarla, pero el niño fue más rápido y lanzó un golpe que ella esquivó sin éxito.

Ahora la sangre teñía su camiseta justo en su brazo.

Rylie alzó el tubo dispuesta a golpearlo sin dudar, pero el niño retrocedió y solo así ella pudó tomar su espada de nuevo.

El niño salió corriendo lejos de ahí y pronto la rubia con su espada en alto corrió a la puerta notando que estaba cerrada así que no tuvó de otra más que buscar una salida.

Pronto llegó a un patio de recreo con
una puerta. Al abrirla fue recibida con un golpe en el cuello que la hizó caer al suelo.

Pronto Jocelyn estaba golpeandola con un pedazo de madera en la espada viendo desde el suelo a los niños de Alexandria adentrarse a una casa rodante.

—¡Jude! ¡Charlie!

Jocelyn detuvó sus ataques por un segundo para burlarse y Rylie aprovechó su descuido para tomar su espada a unos centimetros antes de girarse y clavarla en su pierna para después acercarse a ella a gatas y cortarle la cabeza.

Marianne observó la escena aterrorizada y no dudó en acercarse a su sobrina dispuesta a atacarla con un cuchillo, pero Rylie logró esquivarla a tiempo.

—En serio lamento que tuviera que ser así, solecito. Era el destino...

—Pudrete, traidora de mierda —musitó Rylie antes de soltar un golpe directo a su brazo —. Dale mis saludos a los abuelos, perra desquiziada.

Marianne observó la herida y Rylie aprovechó esto para lanzar un último golpe que literalmente la mató.

La cabeza de Marianne fue a parar a
los pies de los niños y estos observaron a una sangrienta Rylie aterrorizados.

—Todos pueden volver a Alexandria —anunció Rylie caminando adolorida hacia ellos —. Cuidaremos de ustedes.

—Mata a sus niños, ustedes vienen conmigo —indicó Marcus a los menores antes de correr hacia Rylie.

Ella le metió el pie haciendolo tropezar.

—¡Winnie, sueltalo!

La rubia no bajó su arma y Rylie actuó
al instante cuando Marcus trató de golpearla con su arma. Ella solo hizó lo que la obligaron a hacer.

La sangre empezaba a gotear de su espada.

—No, basta. Por favor —musitó Rylie deteniendo al niño con una mano que quería apuñalarla con su cuchillo en el vientre —. ¡Por favor! ¡No, basta!

—¡Vámos, matalos!

—¡Winnie, no! —exclamó la rubia forcejeando con el niño antes de alejarlo de una patada —. ¡Basta, por favor!

Pronto los mayores se acercaron dispuestos a atacarla y Rylie sin muchas opciones se defendió. Cortó y degolló a chicos y grandes apesar de que no era algo que la enorgulleciera.

Finalmente no quedó nadie más que Winnie, quien pronto se acercó con su cuchillo en alto a la casa rodante.

—¡Winnie! —llamó Rylie acercandose cansada fisíca y mentalmente a ella —. Winnie, por favor... basta...

Detrás de ella se oyó el sonido de una puerta, pero eso no importó.

La niña pareció reflexionarlo y a los pocos segundos salió corriendo lejos dejando a Rylie sola sollozando por lo mal que se sentía en ese momento.

—Judith —musitó la ojiazul mirando la casa rodante entre lágrimas —. ¡Judith! ¡Charlie!

Su amada rubiecita salió de la casa rodante al oír su nombre caminando a paso lento con un bebé de un año y medio tomado de la mano.

Ambos la miraron desde la puerta, parecían asustados. Sin embargo, solo pasaron segundos para que Judith junto a Charlie corrieran hacia ella.

—¡Mami, volviste!

Charlie balbuceó repetidas veces "Má" y Rylie no pudó evitar romper a llorar al oír los llamados de sus hijos.

—Sí, mis amores. Mamá está aquí...

Pronto los otros niños salieron y ella los abrazó revisando que estuvieran bien antes de que sus niños salieron corriendo a abrazar a Carl.

El ojiazul sonrió con la mirada algo llorosa y dejó un beso en la coronilla de su hijo antes de hacer lo mismo con su pequeña hermanita."














































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Rylie bajó asustada del caballo al
ver una bicicleta varada en medio del camino y no dudó en gritar el nombre de su hijo atrayendo a varios caminantes que estaban a unos metros.

El miedo y desesperación la envolvía, pero se armó de valor y no dudó en acabar con un par de caminantes que se acercaban a ella sin detenerse hasta que a un par de metros notó a alguien.

—¡Charlie!

El niño cortó la pierna de un caminante con maestría logrando hacerlo caer y pronto disparó a su cabeza acabandolo.

Ambos se miraron por un momento.

Rylie sintió que su alma volvía a su cuerpo al verlo sano y salvo, aunque no muy limpio.

El momento se vió interrumpido cuando un caminante cercano en el piso logró agarrar a Charlie de su camisa de cuadros y él forcejó asustado.

—¡Mami, ayuda! ¡Mami!

Rylie corrió a auxiliarlo y sin dudarlo cortó su mano haciendo que soltará a su hijo para después incrustar su espada justo en el cráneo del muerto.

Charlie instantaneamente corrió a los brazos de su madre algo asustado por lo sucedido logrando hacer sollozar a la mayor en el proceso.

—¿Estás bien? —preguntó Rylie separandose para verlo de pies a cabeza —. Charlie...

—Estoy bien, mamá.

—Escucha, cielo, tenemos que hablar.

El ojiazul asintió y pronto madre e hijo salieron de ahí yendo a sentarse en unas rocas.

Rylie limpiaba sutilmente una
pequeña cortada que Charlie llevaba
en una rodilla al miamo tiempo que le contaba entre sollozos como casi lo perdía cuando era aún un bebé. 

—Gracias a Dios logramos salvarlos apesar de todo y aquí estás conmigo —finalizó Rylie más calmada enrredando un pedazo de su camiseta en su rodilla —. Odiaría que algo te pasará, amor. No quise hacerlo, pero no los iba a perder.

—Yo támpoco quiero perderte, mamá —musitó Charlie mirandola entristecido —. Entiendo tus razones y no tienes de que disculparte. No tenías opción y lo sé.

—Charlie, lamento haberme enojado por lo de Negan —soltó ella limpiando una lágrima de su mejilla —. Yo solo estaba asustada de que él pudiera hacer algo en nuestra contra o lastimarte a ti. Tomar tu confianza y actuar en nuestra contra. No quería que te dañará como hizó en el pasado.

—Él cambió, mamá...

—Lo sé, cielo. Lamento no haber actuado como era debido. Lamento no haber confiado en tus palabras. Él ya ha cambiado, pero me negaba a verlo así. Y aunque intenté alejarte de él no puedo...

—Mami, solo quiero ayudar a los amigos y eso incluye a Negan.

—Amor, no es tan simple...

—Si lo es —interrumpió Charlie tomando las manos de su madre —.
Eres mi mamá y es por algo, porque
me quieres y yo a ti. Y querer a alguien significa hacer lo que sea para protegerlo, ¿no?

Rylie simplemente lo escuchó hablar limpiando las lágrimas que descendían por sus mejillas.

—¿Pero cuando dejamos de querer al tío Rowan, al tío Daryl, la tía Enid, Carol o el Rey?

—No... no dejamos.

—¿Entonces por qué siento que si?

Rylie abrazó a su hijo contra su pecho sintiendo un dolor en el mismo luego de oírlo hablar de aquella manera.

Tal vez era hora de actuar diferente.

—Te prometo que está vez las cosas van a cambiar para bien, cielo.






























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