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━Capítulo Cuatro












❝ RECUERDA, ANTE MIS OJOS ERES PERFECTO ❞














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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟒☼︎༄.✰ 〙
–— El Santuario —–

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MIEDO. ESA ERA LA PALABRA QUE DESCRIBÍA EXACTAMENTE COMO SE SENTÍA RYLIE después de escuchar el plan de Carl. Sonaba fácil, pero lo más difícil sería mantenerse ocultos para que los salvadores no los vieran ni nada asi.

Fue así como ambos adolescentes se infiltraron en uno de los camiones de los salvadores con el objetivo de ir a dónde se encontraba Negan y acabar con todo el sufrimiento que les provocó. Debían arrancar el problema de raíz y si Rick no lo hacía tendrían que hacerlo ellos.

Estaban ocultos entre un montón
de cajas tratando de pasar por desapercibidos para que no fuesen a encontrarles y arruinar sus planes.

—Carl, sabes que te amo, pero tus
planes siempre me dan mala espina —musitó Rylie soltando un suspiro con cansancio observando por una rendija de las cajas —. Bien podríamos seguirlos desde el bosque de todos modos no iban a notarnos.

—No, esta es la alternativa más fácil —respondió Carl en voz baja girandose a verla a los ojos —. Además, tardaríamos un siglo en llegar y no se ni porqué te quejas si claramente dijiste que vendrías sin importar qué.

—Pues si, pero no sabía que ibamos a infiltrarnos en un camión y escondernos entre un montón de cajas —comentó la rubia con fastidio cruzandose de brazos haciendolo reír en voz baja —. ¿Y si nos encuentran? ¿Qué haremos? Hola. Vinimos a matar a su líder...

La chica lo miró enojada y musitó una zarta de palabrotas al sentir la mano de Carl cubrir su boca callandola de forma repentina.

El castaño solo le hizó una seña con el dedo indice para que guardará silencio y al hacerlo escuchó como unas pisadas se hacían presente y después alguien subía al camión.

En ese momento Rylie sintió su estomágo revolverse de los nervios y
se quedó completamente quieta. Carl retiró lentamente su mano y después de hacerle una seña para que se quedará en su lugar salió lentamente de entre las cajas con su arma en sus manos para revisar que sucedía en el camión en pleno movimiento.

Una sonrisa se plasmó en su rostro al ver de quien se trataba, pero no ocultó también la sorpresa al verlo.

—Hola.

Jesús frunció el ceño y después sonrió amistosamente al ver a Carl metido entre las cajas y estuvó a punto de soltar una risilla al ver los ojos azules de la rubia asomarse por el rabillo de una de las cajas como un animalito asustado.

—¿Qué hacen aquí, niños?

—Lo que papá no ha podido hacer —respondió Carl en un susurro bajo la atenta mirada espectante del mayor.

—Jesús, ¿sabes si de casualidad Rowan y Enid están en Hilltop? —preguntó Rylie saliendo de su escondite con una cara de preocupación —. ¿Los viste o algo? Maggie, ¿cómo está ella y el bebé?

—Sí, llegaron poco antes de que los salvadores llegaran —respondió Jesús en voz baja acercandose un poco a ellos —. En cuanto a Maggie y el bebé están bien, solo necesita un tiempo en reposo.

Rylie asintió soltando un suspiro ya más tranquila al mismo tiempo que tomaba la mano del ojiazul a su lado como solía hacerlo en ocasiones para sentir que en cualquier situación no estaría sola.



































——— ✮✧☾✧✮ ———

























































Ya habían pasado varias horas desde que los tres alexandrinos se habían infiltrado al camión de los salvadores. Habían echo varias paradas durante el trayecto y Rylie ya estaba comenzando a desesperarse de estar metida entre un montón de cajas apiladas con Carl casi respirandole en la nuca.

Estar en cuclillas tampoco era muy comódo a decir verdad.

Después de hacer la última parada pudieron salir de su escondite pues
el camión iba en marcha y salir se
sintió como un tremendo alivio para
las pobres piernas de la rubia.

No tardaron en notar que Jesús cortaba algunas cajas de cartón cercanas y empezaba a tirar lo que parecía miel por la carretera que iban pasando.

—Dejo un rastro —informó Jesús girandose a ambos adolescentes con disimulo antes de volver su vista a la carretera —. Cteo que estamos cerca. Bajemonos, los seguiremos a pie, será mejor asi.

—Pero... ¿cómo?

—¿Eso es peligroso, no? —cuestionó Rylie mirando al mayor con claro miedo —. Podríamos lastimarnos algo o...

—Lo que lastima no es la caida sino tratar de evitarla, debes correr o rodar —explicó Jesús dandoles una mirada fugaz —. No vamos tan rápido. No podrán vernos, iremos detrás de uno de los autos.

—¿Y si no podemos hacerlo?

—Se que lo harán bien —comentó el hombre sonriendoles para tratar de tranquilizarlos —.  Hay que bajar ya.

Carl se giró a ver a Rylie y le dió una extraña mirada, aquella misma que solía usar cuando estaba mintiendo y Rylie entendió que quería dar a entender.

—Okey, tú primero.

Jesús asintió luego de oír a Carl y unos instantes después saltó a la carretera rodando en el proceso para que la caida no resultará tan dolorosa.

Se escondió tras un contenedor de metal para la basura y se quedó ahí esperando que los adolescentes imitaran su acción, pero nunca sucedio al contrario Carl se acercó y le hizó una seña de ádios y la rubia simplemente hizó un corazón con sus manos para que los disculpará.

Jesús sonrió y negó con la cabeza bastante divertido por lo sucedió. Esos chicos si que eran un desastre juntos.

—Dios, ahora me sentire culpable
por mentirle a Jesús —comentó Rylie apartando la mirada de la cerretera para centrarse en su novio —. Será tú culpa si no nos dejan entrar al cielo.

Carl soltó una risilla luego de atraerla hacia él y dejar un casto beso en una de sus sienes con cariño.

—No te preocupes por eso, ahora centremonos en el plan.

Ella asintió antes de que ambos volvieran a su escondite y entre los
dos apilaron varias cajas para que no
se fueran a ver al momento de que
los salvadores acercaran a la caja.

Ahora solo tenían que esperar.

Pasada un hora o tal vez memos unos ruidos extraños no tardaron en hacerse presentes. La rubia se asomó un poco por entre las cajas notando que solo se trataba de un montón de caminantes atados por cadenas y demás pidiendo ser liberados para darse un festín.

Por lo visto ya estaban a nada de llegar así que rápidamente Carl rebuscó entre las cajas algo que les ayudará cuando se tuviesen que bajar y encontró un par de armas cercanos a las cajas apiladas así que tomó una ametralladora.

Rylie por su parte ya traía su espada previamente afilada con un cuchillo que encontró hace horas y se encargó de que la espada diera unos buenos cortes pues pronto correría algo de sangre.

Era buena con las armas, pero ya se había acostumbrado a hacer uso de su espada. Le iban bien las armas blancas.

—Okey, muchachos. Descarguen todo y metanlo dentro —se escuchó a Negan decir desde afuera causando que los chicos miraran asustados a la entrada —. Quiero relajarme de una buena vez.

Rápidamente ambos adolescentes se escondieron tras la pila de cajas con la punta de sus armas en el borde de las cajas a la espera de que aparecieran.

Se escuchaba que platicaban entre
ellos, pero les daba igual solo quería acabar con Negan e irse.

Uno de los salvadores subió al camión
y se acercó a una caja. Sin embargo, cuando estaba por alzarla esta se rompió y el interior, que por lo visto erak bebidas terminaron cayendo al suelo y derramandose en sus pies.

—¡Maldición! ¿¡Qué rayos!?

En ese momento el hombre pareció percatarse de la presencia de ambos chicos, pero cuando se acercó a ver más de cerca Rylie salía de su escondite de repente y no tuvó piedad al cortarle la garganta de un solo movimiento.

Al notar la silueta de la chica y al ver
a uno de sus compañeros caer sin vida entre el montón de cajas algunos hombres se acercaron a ver que era lo que sucedía. Sin embargo, Carl acabó con uno que se acercaba con un par de tiros haciendo retroceder al resto.

—¡No se muevan! —exclamó
Carl saliendo un poco del interior
del vehículo apuntandoles con la ametralladora —. ¡Bajen las armas,
solo queremos a Negan! Mató a mis
amigos. No me interesa el resto.

Rylie bajó a pasos lentos del camión
sin soltar su arma blanca, la cual ahora derramaba sangre de la punta.

Y en eso se escuchó aquel silbido que escucharon ese fatidico día en el bosque, el día que el grupo se desintegro.

Negan silbaba mientras se acercaba a ellos lentamente y él esperaba que se asustaran, pero simplemente levantaron sus armas demostrando que miedo era algo que nunca le habían tenido.

—Diablos, si que son adorables —comentó Negan con una sonrisa paseandose por entre sus hombres
para protegerse —. ¿Esas armas las escogieron porqué lucen cool? ¿Lo hicieron por eso, no? Chicos, tengo que decir que ustedes me hacen cagar del miedo.

Apenas terminó de decir aquello uno
de los hombres hizó un sutil gesto para abalanzarse sobre Carl, pero el chico no dudó en comenzar a dispararle y unos segundos después Dwight se lanzó sobre el ojiazul logrando derribarlo al suelo.

El rubio forcejó con el menor hasta lograr quitarle el arma y con ella misma le apuntó directamente.

En aquel instante uno de los hombres
de Negan la aprisionó entre sus brazos e intentó quitarle su espada. Sin embargo, la rubia logró zafarse y le soltó un golpe a puño limpio directo a la nariz que lo hizó retroceder al ver sangre caer.

Instantaneamente la chica sostuvó firmemente su arma y la colocó justo en el cuello del hombre que tenía a su Carl en el suelo desarmado.

—Alejate de él, idiota y más te vale que sea rápido antes de que quedes como el jinete sin cabeza —soltó Rylie bastante agitada y reteniendo sus ganas de matar.

—¡Dwight, dejalo! —pidió Negan al hombre antes de centrar su atención a cierta rubia —. Tú, no haces más que meterte en problemas. Eres una niña mala y se nota. ¡Vaya, luces como una mini sicaria! Baja esa cosa, lindura y tranquilizate un momento.

Rylie soltó un bufido lleno de frustración y bajó su espada ensangretada con suma lentitud sin apartar su mirada molesta de Negan.

Fue así como Dwight se levantó un poco dandole una fugaz mirada llena de ira a la rubia no sin antes quitarle su cuchillo a Carl del cinturón.

—No es forma de tratar a un invitado —comentó Negan acercandose al ojiazul para alzar su mano, intentando ayudar —. Vengan chicos, les enseñaré el lugar.

Sin embargo, Carl no se movió y solo ladeó la cabeza espectante. Todo en él irradíaba todo menos miedo.

—Tienes la misma mirada de malote que tu papá salvo que la tuya es la mitad de buena porque... bueno, ya sabes te falta un ojo.

Rylie apretó con fuerza el mango de su espada mirando con furia a Negan, pero por otro lado Carl bajó la mirada algo entristecido a causa de su comentario.

Carl tenía inseguridad de su herida y oír ese tipo de comentario solo hacía que empeorara.

—¿En serio? ¿En serio no me quieres dar la mano? Porque es un milagro que aún tengas mano —soltó Negan al chico para después girarse a cierto hombre —. Igual que tu amiguito Daryl ahora que lo pienso. ¿Cómo va el trabajo, Daryl? ¿No es emocionante? Con un solo brazo sería difícil.

Daeyl solo lo veía del otro lado de una reja sin expresión alguna en su rostro intentando no ser mordido por varios caminantes cercanos.

Negan volvió a tenderlo la mano y unos segundos después Carl no tuvó de otra opción más que aceptar su ayuda y ponerse de pie.

—Asi me gusta. Ahora los dos vengan conmigo —informó Negan a ambos adolescentes para después dirigirse a uno de sus hombres —. Dwight, amigo, ¿por qué no te llevas a Daryl? Vayan a la cocina y preparen algo para comer. 

La rubia se agachó un poco solo para tomar el sombrero del suelo y sacudirlo antes de dejarlo sobre la cabeza de Carl.

—Recuerda, ante mis ojos eres perfecto —musitó Rylie a su oído dejando un beso fugaz en una de sus mejillas y él sonrió.

—Nuevo plan, muchachos. Quemen
a los muertos y luego descarguen todo
—explicó el mayor a sus hombres con rápidez —. Diablos, hoy no tendre tiempo para darle amor a ninguna de mis esposas o bueno, tal vez a una.

Rylie solo vió como Dwight se llevaba a Daryl con él y notó su cara de que ya no podía más. Necesitaba llevarselo de ahí.

—Vámos.

Sin embargo, ninguno de los chicos hizó un gesto por avanzar.

—¿Qué vas a hacernos?

Negan se giró lentamente para verlos directamente a los ojos.

—Número uno: no arruines la imagen que tengo de ustedes. Eres un machote, no te asusta nada y tú rubiecilla eres una hembra con ovarios de acero, nunca te quedas callada y sabes como pisotear a los más rudos. No me tengan miedo, sería decepcionante. Número dos: ¿En serio quieres que arruine la sorpresa? Púdranse, chicos. En serio, pú-dran-se.

Después de decir eso se interpusó entre ellos y pasó su brazo por los hombros de ambos para obligarlos a seguirlo.

Fue así como pronto entraron al lugar y apenas estuvieron dentro Negan cerró la puerta tras de ellos.

—Miren esto.

El hombre del bate se acercó al barandal y los menores imitaron lentamente su acción notando que las personas debajo rápidamente se arodillaron como si aquel loco fuese el mismisimo Dios.

—Los salvadores han salido al mundo y combatido a los muertos y han vuelto con mercancia de primera. Una parte de eso puede ser suya si trabajan y siempre siguen las reglas. Hoy todo el mundo tendra vegetales frescos para cenar sin importar los puntos.

Y apenas terminó Negan de hablar todo mundo aplaudió.

—¿Ya vieron? —musitó Negan
girandose sutilmente a verlos sonriente —. Respeto. Genial, ¿no? Siguen arrodilllados. ¡Descansen!

Rylie se quedó ahí antes de sostener la mano de Carl y mirarlo con tristeza. Esas personas mas que respeto tenían miedo.

















































——— ✮✧☾✧✮ ———




































—Chicas, ignoren a los niños.

Después de vagar por los oscuros pasillos del Santuario y estar soportando los malos chistes del líder, Negan los había llevado a una habitación y apenas estuvieron en ella notaron la presencia de varias mujeres, todas envuelvas en vestidos negros que acentuaban sus cuerpos.

Las mujeres dejaron de hacer lo que
sea que hacían para ponerle atención al hombre.

Rylie no pudó evitar mirarlas de arriba abajo admirando lo lindas que eran y por alguna razón sintió un pinchazo en el estómago. ¿Era envidia? No, miedo. Habiendo tantas chicas a su alrededor, ¿por qué prefería estar con ella?

Ni siquiera era tan linda, ni tenía un cuerpo tan esbelto como el de ellas. ¿Por qué ella y no otras?

El pinchazo se acentuó al escuchar
los murmuros de las mujeres sobre el ojiazul y apretó los puños bastante molesta. Era suyo, su hombre y no iba a dejar que ninguna mujer mayor se le insinuara de manera descarada.

—Ya lo sé, las mujeres en tu grupo se visten como bibliotecarias amargadas —susurró Negan discretamente aunque clramente le dió un leve repaso a la rubia en el proceso —. Querrás mirarles las tetas. Descuida, no me molesta y tampoco a ellas. Así que adelante.

Definitivamente el pinchazo escaló a algo mayor. Furia, eso sentía luego de
oír a Negan decir eso y mirarla como si fuese cualquier otra cosa. ¿Quién se creía que era para juzgar a sus amigas y querer pervertir a su Carl? Estúpido.

Tenía las palabras atoradas en la garganta queriendo gritarle un montón de palabrotas, pero se le pasó al sentir la mano de Carl buscar la suya y dejar un casto beso en una de sus sienes.

—Tú lo dijiste, eres perfecta y solo
tú me importas —musitó Carl a su oido haciendola sonreir satisfecha.

—¿Podríamos charlar un momento, querida esposa? —preguntó Negan a una de las mujeres sentadas en el sofá.

La castaña no tuvó más opción que obedecer y dejó a su amiga rubia en el sofá para ir con el hombre.

—Pueden ponerse cómodos chicos.

Rylie se removió inquieta en su lugar sin dejar de observar la habitación en la que se encontraban y a las mujeres en ella.

No solo se sentía intimidada si no que no tenía un buen presentimiento al estar ahí y el odio al loco del bate incrementó.

—Debimos habernos quedado en
Hilltop —susurró Rylie al castaño, quien dejaba caricias en sus manos para así relajarla —. No me gusta este lugar y Negan es un maldito cínico e idiota.

—Tranquila, mi vida. Estaremos bien. Además, no podemos volver ahora.

Pasados unos minutos Negan regresó
y se acercó a ambos adolescentes no
sin tomar la mano de Carl y obligarlo
a sostener una cerveza para después dejar unas palmaditas en su espalda.

Después tomó asiento en el sillón cercano frente a una mujer rubia que por lo visto se veía entristecida o quizás solo era miedo a aquel hombre.

Los chicos solo miraron a la pobre chica querer llorar al escuchar como Negan la manipulaba para su conveniencia. Dejó un beso en la frente de la rubia antes de volver con la mujer castaña para así besarse justo enfrente de ellos.

Ese hombre si que es asqueroso y cínico en todo el sentido de la palabra, pensó Rylie apartando un poco la mirada.

Cualquier pensamiento se esfumó al notar la llegada de Dwight y Daryl, el úlitmo sostenía una charola con varios alimentos.

Negan sonrió a sus dos sirvientes luego de separarse de la castaña y se acercó a Daryl para pinchar con un palillo una de las aceitunas de la charola.

—Tú, niña...

—Me llamo Rylie, idiota —
interrumpió la rubia lanzandole una mirada llena de desprecio.

—Sí, como sea —respondió Negan restandole importancia al asunto
para señalarle la bandeja —. Miley,
lleva esta bandeja.

La rubia de mala gana se acercó y rápidamente Daryl le pasó la bandeja.

—¿Por qué los tienes aquí?

—Wow, lo que hablamos cuando
no estás aquí no es de tu incumbencia
—respondió el hombre luego de escuchar a Daryl para después darle una mirada rápida a cierta castaña y alzar el palillo —. No me hagas clavarle este escarbadientes en el único ojo que le queda al chico. Ve con Dwight, te dara un trapeador. Dwighty, ve encendiendo el horno. Bajaré en unos minutos. Tendremos un dejá vú. Vengan, chicos.

Rylie y Carl no tuvieron más opción que seguirlo no sin antes darle una última mirada a Daryl.

La rubia no se imaginaba como podía soportar toda esa tortura el hombre y no se hacía una idea de que podría haber pasado si Rowan siguiera ahí encerrado.













































——— ✮✧☾✧✮ ———



































Por alguna extraña razón el hombre
de bate terminó conduciendolos a lo
que parecía un dormitorio. Quizás su dormitorio, el cuál tenía una mesita y varios sillones.

—¿Todas esas mujeres son tus...

—¿Esposas? Sí. —respondió Negan
a Carl caminando por la habitación
con lentitud —. Siempre quisé tener muchas mujeres diferentes. ¿Por qué conformarse con una sola? ¿Por qué seguir las mismas viejas reglas? ¿Por qué no mejorar la vida? Hablando de eso sientense.

Dios, no hay comentario de Negan que no sea estúpido.

Rylie se acercó a uno de los asientos al igual que hizó Carl, no sin antes dejar la charola en la mesa frente a ellos. Fue así como quedaron frente al hombre.

—Comenzemos.

—¿Comenzar qué?

—Me gustaría conocerlos un poco más, chicos.

—¿Por qué? —cuestionó Rylie desde su lugar con desconfianza.

—Piensenlo, son capaces. Es más, voy a decirles que tan capaces son en caso de que aún no lo sepan —comentó Negan sin dejar de mirarlo ganandose una mirada confusa por parte de la rubia —. Yo esperaría que un chico de su edad anduviera deprimido sin hacer nada más que llorar por haberse perdido su baile de graduación, pero ustedes tienen una misión. Llegaron hasta mí, mataron a dos de mis hombres y esta preciosa jovencita aquí presente amenazó con cortarle el cuello a Dwight. Así que saben perfectamente que no pueden quedar sin castigo.

Carl tragó saliva algo nervioso mientras Rylie se removía inquirta en el sofá al mismo tiempo que repiqueteaba sus dedos contra sus rodillas desesperada.

—No puedo, así no puedo. Es como hablarle a un obsequio de cumpleaños —soltó Negan de repente señalando a Carl con una risa ronca —. Quitate esa porquería de tu cara, quiero ver que me trajó mi abuela.

—No.

—¡Dos muertos! Dos muertos. Vas a pagar. ¿En serio quieres verme enojado? —continuó diciendo Negan con un tono bajo, pero amenazador.

Carl bajó la mirada entristecido y se tomó unos segundos antes de quitarse el sombrero para ponerlo en la mesa y comenzar a desamarrar la venda de su herida lentamente.

Rylie sentía un nudo en la garganta
y su ira incrementó al escuchar la risa de Negan, quien parecía embelesado y permanecía a la espera.

Finalmente terminó de quitar la venda, pero Carl no podía alzar la mirada de lo avergonzado que se sentía.

—Quitate el pelo de la cara, dejame ver.

Carl apartó su cabello largo que cubría la herida en su ojo y levantó un poco el rostro aunque se notaba claramente que su labio temblaba presa del temor.

—¡Cielos, eso es asqueroso! Con razón siempre te lo cubres —exclamó Negan con diversión disfrutando del momento —. ¿Ya lo viste? ¿Te miraste al espejo? Esa cosa es vomitiva. Dios, ¿cómo es que Miley soporta ver eso? Me sorprende que no te haya dejado aún. Digo, puedo ver la cuenca. Quiero tocarlo. Por favor, ¿puedo tocarlo?

A este punto Carl ya estaba a nada de romper en llanto, pero hacía su mayor esfuerzo por no romperse ahí mismo y Rylie se abría levantado a abofetear a Negan si se hubiese dejado llevar por sus impulsos. Sin embargo, solo pusó una de sus manos sobre la rodilla de Carl para hacerle saber que estaba con él.

—¿Disfrutas dañar psicologicamente a una persona que diariamente se rechaza a si mismo? —cuestionó Rylie con visible molestia y un tono amargo al hombre frente a ella —. Eres un gran imbécil.

—Diablos. Lo siento, chico —musitó Negan en voz baja aparentemente apenado —. Oye, es que es fácil olvidar que eres solo un niño. No trataba de herir tus sentimientos ni nada. Solo estaba bromeando.

—Olvidalo.

Unos segundos después se escucharon unos toques en la puerta que lograron disipar un poco el momento.

—Adelante.

—Lamento interrumpir, señor, pero
dejó a Lucille junto a la camioneta —informó uno de sus hombres entrando como si nada a la habitación.

—¿En serio? Jámas hago eso. Supongo que dos chicos disparando una ametralladora y dando cortes a lo loco fue demasiada distracción —comentó Negan con diversión para después girarse hacia el muchacho frente a él —. Hablando en serio tú te ves fenomenal. Yo no me cubriría esa cosa. Tal vez no serás un rompecorazones, pero tienes a esta linda rubia tras de ti y eso parece bastarte. Te aseguro que nadie se meterá con alguien que luce asi. No, señor.

Carl no dijo nada solo escuchó con la cabeza algo cabizbaja.

—Gordo Joseph, ¿tú mismo trajiste a Lucille hasta aquí?

—Sí, señor.

—¿Fuiste dulce? ¿Delicado? —preguntó Negan mientras jugueteaba con el bate —. ¿La trataste como una dama?

—Eh... sí, señor.

—¿Le frotaste la vagina como le gusta?

Dios, este tipo está realmente mal.

A este punto Rylie ya quería arrancarse las orejas por tanto comentario sin sentido que salía de la boca de Negan o al menos tirarse por la ventana cercana.

—Solo es una broma, viejo —exclamó Negan riendo bastante divertido ante la mirada asustada del salvador —. Un bate de beísbol no tiene vagina.

El tipo comenzó a reír y en cuanto Negan lo echo de la habitación su risa se esfumó y salió casi corriendo de ahí.

—¿Ya viste? Justo a eso me refería, un poco de bromas entre machos —soltó el mayor dirigiendose al cabizbajo Carl —. Eso es lo que tu papá debería estar enseñandote. 

Silencio incómodo.

—¿Qué hacen para divertirse? Aparte
de manosearse y todo eso —comentó Negan con tranquilidad, pero ninguno dijo nada —. ¿Escuchan música? Quiero que me canten una canción.

—¿Qué?

—Ustedes mataron a dos de mis hombres con una espada y una ametralladora y ahora yo quiero algo a cambio de eso. Canten una canción.

—No... no se me acurre ninguna
canción —musitó Rylie desde su sofá mirando a su novio asustada.

—¡Mentira! ¿Tú mamá que te cantaba? ¿Qué escuchaba tu papá en el auto?

La rubia se quedó en silencio pensando en las posibles opciones, pero estaba un poco asustada y no podía pensar en que cantarle. Ahora se sentía humillada.

—Ya canten —ordenó el hombre acercando su bate a las cabezas de ambos chicos.

You are my sunshine, my only sunshine —tarareó Rylie con voz temblorosa recordando la melodía que alguna vez llegó a cantarle a Judith para dormirla.

—Ahora tú, Carl.

You make me happy when skies are grey —cantó el mencionado igual de asustado que la chica su lado y con la voz algo quebrada.

En eso Negan hizó un movimiento brusco con su bate que sin querer hizó que ambos se sobresaltaran.

—No dejes que te distraiga, jovencito.

You'll never know, dear, how much I love you —musitó Carl continuando su canto con voz más tenue y apagada, casi queriendo romperse —. Please, don't take my sunshine away.

—Estuvó muy bien. Lucille adora que le canten, es lo único que disfruta más que triturar cerebros. Raro, ¿no? —comentó Negan acercando un poco su bate a ellos antes de incarse frente a Carl —. ¿Tu madre cantaba eso? ¿Dónde está ahora?

Carl no respondió, pero soltó un suave sollozo que respondió a su pregunta.

—Diablos, ¿murió? ¿La viste morir?

—Le disparé antes de que...

—Con razón eres un pequeño asesino serial en potencia. Ese fue un ejemplo de broma entre machos por cierto —soltó Negan dandole una sonrisa antes de ponerse de pie —. Vámos, chicos. Ya debe estar lista.

—¿Qué debe estar lista?

—La plancha.

















——— ✮✧☾✧✮ ———



















Apenas se escuchó el sonido del bate golpeteando el barandal por el que Negan y los dos menores iban casi al instante la gente en la planta baja se arrodilló, incluido Daryl.

—Sostenla, por favor —pidió Negan a Carl pasandole el bate al instante y el ojiazul acató la orden mientras el adulto se recargaba en el barandal —. Conocen el juego. Lo que está a punto de pasar no va a ser agradable. Yo no quiero hacerlo, desearía poder ignorar las reglas y dejarlo pasar, pero no puedo porque...

Las reglas nos mantienen vivos —exclamaron todos al únisono.

—Eso es correcto —respondió Negan bajando un poco por las escaleras con los adolescentes unos escalones más arriba —. Sobrevivimos, proveemos seguridad a los demás, traemos devuelta la civilización a este mundo. Somos los salvadores, pero sin reglas no podemos. Las reglas hace que funcione todo esto. Se que no es sencillo, pero siempre hay trabajo y siempre hay un costo aquí. ¡Si alguien trata de evitarlas, si alguien trata de tomar un atajo entonces se gana la plancha! Todos de pie.

Rápidamrnte todo mundo se pusó de
p

ie al mismo tiempo que Negan y los menores bajaban las escaleras para así abrirse camino por entre los hombres hasta estar suficientente cerca de uno que permanecía atado en una silla.

—Dwight.

El mencionado se acercó al fuego y con unas pinzas sacó lo que parecía ser una plancha de metal que Negan tomó sin tantas vacilaciones apenas se pusó un guante para no quemarse.

—Mark, lo lamento, pero así son las cosas.

Y unos instantes después el líder se acercó al temeroso hombre para así colocar la plancha ardiendo sobre el rostro del tal Mark sin remordimiento.

Rylie apartó la mirada realmente asustada y buscó refugio en su novio, quien simplemente pasó su brazo por sus hombros atrayendola a su pecho para que no viera nada de eso, pero los gritos no dejaban de escucharse.

—No estuvó tan mal, ¿o si? —cuestionó el líder acercandose a Dwight para así pasarle la plancha —. Cielos, se hizó encima.

Con sutileza se acercó a un pasmado Daryl y susurró a su oído.

—Limpialo.

Sin mucho que reclamar, Daryl comenzó a hacerse cargo de lo que decía Negan con ayuda de un trapeador. Esto si que era una jodida humillación.

—Doc, termine. Haz lo tuyo.

Un hombre con bata blanca se acercó
al escuchar la petición del líder y se dispusó a revisar al hombre en el suelo.

—Bueno, el marica se desmayó, pero asunto arreglado, todo perdonado —comentó Negan con un tono relajado a sus hombres presentes —. Espero que su cara sirva para recordarle a él y a todos los demás que las reglas importan.

Rylie le prestó atención a Dwight con disimulo y no tardó en deducir que esa quemadura fue provocada por Negan e involucraba a cierta mujer castaña.

—Ojála todos hayamos aprendido algo hoy porque nunca más quiero tener que hacerlo —explicó el hombre al grupo para después acercarse lentamente a Rylie y susurrarle algo —. Fue una locura, ¿no? Debes pensar que soy un lunático. Vengan, vámos a decidir que hago con ustedes.

Y los tomó a ambos de los hombros obligandolos a seguirlo por el Santuario.

























——— ✮✧☾✧✮ ———




































A este punto Rylie ya estaba demasiado fastidiada de estar en el Santuario y su oido por Negan cada vez hacía más que incrementar. Era una mala persona, una muy cínica y desalmada para ser real y no tenía misericordia de nadie.

Ya habían pasado minutos desde que llegaron de nueva cuenta a la que se suponía era la habitación de Negan y al igual que Rylie, Carl se desesperó no solo por estar en ese lugar sino también por el hecho de que no traía su venda.

—¿Puedo volver a cubrirmelo?

—No, absolutamente no —respondió Negan con una sonrisa cínica alzando um poco la vista de sus escritos.

—¿¡Por qué no puedo!?

—Ahí está el cabroncito —exclamó el mayor mirandolo no sin antes soltar una risilla —. No puedes porque aún no termine contigo y además, me gusta ver ese ojo asquerosamente fabuloso asi que lo dejarás así. ¿Qué? ¿Alguno de los dos tiene algo que decir?

—¿Por qué no nos mataste? —soltó Rylie de repente con molestia encarandolo directamente —. ¿O a Rick? ¿O a Daryl? ¿O a Rowan? ¿Por qué lo dejaste ir así de fácil?

—Una pregunta a la vez, Miley —comentó con una sonrisa burlona a la rubia, quien solo esperaba su respuesta —. Daryl será un buen soldado en mis filas. Aún cree que puede resistirse,
pero ustedes lo vieron. Rick ya está trabajando para mi. Rowan me agrada. Es un buen chico algo hijo de puta, pero un tremendo futuro líder o soldado quizás. Además, tal vez si lo devolvía dejarías de odiarme un poco, pero veo que se necesita más que eso. Tampoco puedo ser tan cruel, ¿cierto? Y ustedes por otra parte, bueno ya lo veré. Es más productivo quebrarlos y más divertido. ¿Creen que es una estupidez?

—Creo que somos diferentes —respondió Carl.

—Ambos son muy listos. ¿Qué tendría que hacer? Saben que no puedo dejarlos ir —continuó diciendoles con extrema calma inclinandose para verlos más de cerca —. Entonces, ¿los liquidó? ¿Les planchó la cara? ¿Les cortó un brazo? Diganme, ¿qué opinan?

—Que deberías saltar por la ventana y ahorrarme la molestia de matarte —exclamó Carl poniendose de pie muy  molesto mientras señalaba la ventana.

—¡Sí, ese es el chico que me impresionó tanto aquella vez! —exclamó Negan luego de una risa satisfecha mientras sonreía y aplaudía con diversión.

—No quieres decirnos que nos haras porque no vas a hacernos nada —soltó el ojiazul sin temor mirandolo desde arriba con un tono amenazador —. Si nos conocieras, si supieras quienes somos nos matarías, pero no puedes.

—Tal vez no pueda, tal vez tengas razón —susurró en respuesta sin saber que más decir así que se pusó de pie al instante —. Demos un paseo, chicos. 







































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