━Capítulo Cuatro
❝¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔É 𝐒𝐈𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐃𝐄𝐌𝐎𝐒 𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐌𝐀𝐌𝐎𝐒? ❞
╔════ 𓏲✮⊰ •˙❅✾❅ ᭕𖤐⊱ ════╗
〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟒☼︎༄.✰ 〙
–— muertos —–
╚═══════════════════╝
EL GRUPO RESTANTE TUVÓ QUE HACER SU MAYOR ESFUERZO PARA VOLVER LA IGLESIA un lugar seguro y para eso tuvieron incluso que modificar el lugar, rompiendo y poniendo tablas en puertas y ventanas con las bancas.
En esos días encontraron a un chico
que decía conocer a Beth y que podía guiarlos hasta el lugar dónde estaba ella y la nueva paciente Carol. Apesar de la insistencia por ir, Rick le dijo a Rowan que lo mejor sería no arriesgarse tanto y le prometió que volverían con ellas.
Rick, Sasha, Tyreese, Daryl y Noah salieron con un par de armas guiados por este último al dichoso hospital en el que se suponía las tenían prisioneras.
Fue así como entre Carl, Rowan y Michonne usaron un par de tablas para sellar la puerta principal de la iglesia por dentro.
Mientras tanto Rylie mecía a Judith, quien estaba algo inquieta y la rubia la mecía sentada en sus piernas y cuando se cansaba le enseñaba el lugar.
Al cabo de un rato andando por el lugar a Carl se le ocurrió la grandiosa idea de ir con Gabriel e instruirlo en cuanto a armas. Lo curioso de esto es que cuando lo encontraron estaba de rodillas en el suelo rascando con fuerza el piso sin importarle si se encajaba una astilla.
Carl le tendió todo un artesanal de cuchillo y machetes enfrente para que empezaran con las lecciones de uso.
—Elige —habló el chico terminando
de acomodar en la manta una pistola
—. Debes aprender a defenderte. Te enseñaremos.
Desde una de las bancas restantes
Rylie miraba atenta antes de volver
a su lectura mientras Rowan jugaba
con la bebé.
—¿Defenderme de qué? —preguntó Gabriel alzando la mirada al muchacho con cierta tristeza —. Me suplicaron.
—Eran ladrones y asesinos —interrumpió Carl alzando un poco el tono con algo de incredulidad.
—Como nosotros.
—Nos protegiamos. Iban a asesinarnos —respondió Carl ganandose pronto la atención de los presentes —. Es raro que tu iglesia durará tanto. Ya no se puede estar a salvo, no en un mismo lugar y cuando estás afuera no puedes ocultarte del peligro. Tienes que aprender a pelear.
Carl cada vez maduraba más rápido, es decir sus palabras cada vez tenían más razón y fue imposible no hacer que la adulta junto a los rubios empezará a reflexionar sus palabras.
Rápudamente sin mucha elección Gabriel se acercó para tomar un machete de las armas que estaban en el artesanal.
—Buena elección, pero lo estás agarrando mal —empezó a decir Carl al ver al padre tomar dicha arma —. Debes empuñarlo hacia abajo porque a veces el cráneo está más duro y tienes que hacer fuerza para...
—Perdón, no puedo —interrumpió Gabriel asustado al ver la imitación del chico al explicarle y pronto se pusó de pie —. No... iré a descansar.
Tal como dijo, el hombre tomó el machete y se lo llevó consigo a su oficina dejandolos ahí solos.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Gran parte de la mediodía el lugar
había estado en silencio a no ser por
el llanto de Judith cada que sentía que algo no le terminaba de agradar o simplemente porque necesitaba comer
o un cambio de pañal.
Extrañamente ni ruidos o rezos de oían en la dichosa oficina de Gabriel lo que en parte le pareció sospechoso a cierta mujer que vigilaba a los menores.
—Y vuelves a comer cartas —anunció Carl con una sonrisa victoriosa a Rylie lanzandole la carta de +4 como tres veces —. Anda, se una buena perdedora.
—Van tres rondas en las que me echas como miles de más cuatros —informó Rylie achinando los ojos algo molesta a la vez que comía cartas —. Verás como mi te haré sufrir mi enorme venganza.
—Meh, llevas diciendo eso en las tres rondas y no veo que lo logres.
—Eso es porque me haces trampa.
—Aquí vamos de nuevo...
—No se que truco tengas bajo la manga, pero lo detesto —anunció la rubia intentando ver sus cartas sin éxito —. Pero está bien, sigue haciendo trampa. Como te aborrezo, maldito Carlos.
—Si, me aborreces tanto —musitó Carl con una media sonrisa mirando sus cartas.
Desde una banca Judith se hizó notar al soltar una risilla y balbucear quien sabe que, cosa que al final hizó sonreir a los dos adolescentes.
—Parece que ella está de acuerdo en que eres un enorme tramposo —comentó Rylie de repente girandose para hacerle una mueca chistosa a la bebé —. Ay, te adoro Jude.
Apenas estaban por volver a su partida cuando Carl escuchó gritos viniendo de afuera y rápudamente dejó todo ahí en el suelo para después correr a la puerta.
Rylie se pusó de pie siguiendolo de
prisa antes de tomar su espada y dirigirse hacia allá. Al estar más cerca escucharon la voz desesperada del padre Gabriel y después de hacerle una seña al del sombrero para que se apartará intentó romper la tabla con la espada, cosa que no sirvió de mucho pues la tabla estaba clavada.
—¡Atrás!
Rápidamente Michonne tomó un hacha que encontró en el arsenal y empezó a golpear la tabla repetidas veces lo más rápido que pudó para ayudar al padre.
Una vez logró romperla Carl abrió la puerta y le gritó al hombre, quien con miedo entró al interior del lugar solo que un par de caminantes también lo hicieron.
Carl y Gabriel retrocedieron mientras ambas mujeres se hacían cargo de los caminantes con ayuda de sus armas.
Entre ambas acabaron con varios, pero después notaron que eran demasiados para ellos solos y no tuvieron de otra más que correr a la oficina dónde estaban Rowan y Judith.
Gabriel sostenía la puerta asustado mientras Michonne atravesó una silla para evitar que los caminantes entraran, pero aún así sus manos se colaban por la puerta entrecerrada.
—¡Asi escape yo! —anunció el padre señalando un agujero en las tablas en el piso de madera mientras sostenía la puerta —. ¡Salgan todos ahora!
Acatando la orden la primera en salir por el agujero fue Rylie tomando a la bebé en brazos con su espada guardada en el portada espadas.
Después Carl siguió, pero antes de que tomará el cesto dónde traían a la niña Michonne lo detuvó.
—Ey, ey, esperáme.
El castaño asintió antes de bajar
por el hueco reuniendose con la chica y después Rowan bajó también.
Finalmente todos consiguieron salir afuera, aunque Gabriel fue el último en hacerlo y Michonne lo ayudó a ponerse de pie.
—No puedo correr más —anunció Gabriel con cansancio dirigiendose a la morena.
—No correras más.
Entre Carl, Rowan y Rylie se encargaron de acabar con los caminantes que estaban atascados en los picos que protegían la entrada de la iglesia y después Michonne cerrará la puerta con la ayuda de Rowan y Carl dejando a el resto de caminantes dentro.
Clavaron unas tablas y cerraron el candado de la puerta evitando que se salieran de ahí dentro, aunque eso no evitaba que por las rendijas los zombies asomaran sus caras y manos.
Con cansancio se alejaron un poco de la puerta pues lo que menos querían era que alborotaran a los caminantes si de por si querían tirar la puerta sellada.
—¿A dónde fuiste?
Gabriel se giró en dirección a la
mujer apenas oyó su voz y por el tono
de Michonne se oía molesta.
Rylie dejó de acariciar la cabezita rubia de Judith dormida en el improvisado saco del Grimes mayor para centrarse en la conversación de los mayores.
—A la escuela. Tenía que ir y verlo.
Apenas terminó de decir aquello se giraron en dirección a la entrada de
la iglesia al oír como los caminantes lograban tirar un poco la tabla y asomaban sus horripilantes caras.
Los adultos retrocedieron un poco mientras Carl cargaba su arma y los Everson sacaban las suyas listos para usarlas si era necesario.
—¿A dónde vámos?
Y justo cuando la tabla que mantenía
la puerta sellada cayó se escuchó el rumbido de un camión que como por arte de magia apareció en el lugar estacionandose justo enfrente de la puerta, impidiendo a los caminantes salir.
De repente bajaron varios de sus compañeros del camión y no tardaron en acercarse a saludarlos.
Rowan sintió un alivio tremendo al
ver volver a dos de sus amigos a salvo y esa sensación incrementó al abrazar a Glenn.
—Volvieron —anunció Michonne con alegría separandose de la mayor de los Greene.
—Nos engaño —respondió Glenn acercandose a ella con molestia —.
No tiene la cura. No hay nada en Washington. ¿Dónde están los demás?
Michonne sonrió antes de acercarse a Maggie para tomarla de las manos con suavidad.
—Beth está viva, está en un hospital en Atlanta. La secuestraron, pero fueron a salvarla.
—¿En un hospital?
—Grady Memorial.
Maggie pasó sus manos por su pelo sin saber exactamente que decir antes de acercarse con lágrimas en los ojos y un montón de sentimientos encontrados a su pareja para abrazarlo.
—Es un buen plan, salvar a tu hermana.
——— ✮✧☾✧✮ ———
El grupo había emprendido un viaje a Atlanta en el viejo camión de bomberos de Abraham. A decir verdad el ambiente se sentía alegre y Rylie sentía que volvía a esos viabes escolares que solían hacer cada que salían a algún lugar.
La rubia no había dejado de sonreir en todo el viaje y parlotear contagiando a la mayoría del grupo de su alegria.
A decir verdad eso ayudó a calmar los nervios de Maggie, quien estaba alegre y algo asustada por volver a ver a Beth. Su único miedo era perderla de nuevo.
Algo parecido sentía Rowan. El rubio miraba por la ventana ansioso de llegar al lugar dónde se suponía estaba aquella chica. Estaba nervioso y fue algo que su hermana no dejó pasar al ver la manera en la que movía su pierna y sus manos.
—Ey, calmate —pidió Rylie poniendo
su mano sobre la de él regalandole una sonrisa —. Tranquilo, veras que todo va a salir bien. Llegaremos y podrás ver a tu chica, así que relaja esos nervios.
Con una sonrisa no tan creible Rowan asintió intentando hacer que las palabras de su hermana menor lograran convencerlo de que todo estaría bien.
—Las ruedas del autobus girando van, girando van —cantaba Rylie en voz baja tomando las manitas de la bebé en brazos de cierto castaño —. Todo el día...
—¿En serio, Ry? ¿No hallaste otra canción mejor?
—Dejame, es la que solíamos cantar cada que ibamos de excursión en la primaria —informó la mencionada con diversión perdiendose en sus recuerdos —. Eran burnos tiempos así que no me los amargues con tu amargura, Grimes. Además, a ella le gusta. ¿Verdad, Jude?
La niña sonrió y ella lo interpretó
como un si a lo que Carl rodó los ojos.
Lo que tenían Rylie y Judith eran mucho más fuerte y unido que su relación de hermanos. Siempre Rylie iría un paso adelante. Sinceramente la rubia ya se había ganado a toda su familia.
Un par de horas después el momento llegó y el camión se detuvó. Los mayores iban enfrente con sus armas en alto una vez estuvierom todos abajo al mismo tiempo que avanzaban a la entrada.
El dichoso hospital era una porquería
de lugar; cuerpos por doquier, basura, sangre en el piso y algunas carpas estaban dispersas por el patio de las que salieron un par de caminantes que entre Michonne y Glenn lograron matar.
Conforme más se acercaban más
crecía una enorme sensación de temor en el estómago de Rowan.
Se sentía agitado y con ganas de
vomitar por alguna razón. Le atribuyó esto a los nervios y espectación que sintió al ver al líder del grupo salir del lugar con su arma en manos seguido de Sasha, Tyreese y Carol.
Más atrás venía Daryl y traía a cierta rubia consigo.
Maggie sintió sus ojos picar por las lágrimas acumulandose y dejó caer su arma para después derrumbarse al piso y romper en llanto.
Rowan soltó su arco y al contrario de Maggie corrió hacia la entrada casi como si lo necesitará. Su rostro también se lleno de lágrimas, pero no fueron de emoción como hubiera querido si no de agonizante dolor.
Lo que se suponía sería un bello momento de reencuentro se había vuelto todo lo contrario.
Casi a nada se detuvó frente a Daryl
y rompió a llorar al tomar a Beth en brazos para después caer al suelo de rodillas con la chica.
Como si le diera consuelo se aferró incado al cuerpo sin vida de la rubia y empezó a sollozar con más fuerte como si le hubieran arrancado algo.
Unos metros más atrás Rylie comenzó a llorar al ver a su hermano gritar de una manera que jamás creyo posible porque le dolía verlo así como también le dolía la partida de Beth. La bebé en sus brazos no tardó en sentir todo esto y la imitó.
Rápidamente Carl se acercó a ambas
y envolvió a la rubia en un abrazo dejando que llorará en su hombro antes de dejar un tierno beso en su frente.
—Beth, no... tú no —musitó Rowan entre sollozos tomando entre sus manos el rostro de ella antes de mirar al cielo —. ¡Maldita sea, eres una jodida mierda estúpido mundo! ¡Ya no quiero muertes! Ya no quiero muertes...
El grupo estaba devastado, sumido
en silencio y tristeza. Nadie decía nada solo se desahogaban, tres de los más afectados eran Rowan, Maggie y Daryl, quien alcanzó a compartir mimentos con la fallecida chica antes de que se la llevarán al maldito hospital.
Maggie lloraba desconsolada en el suelo gritando sintiendo que una parte suya se iba con su hermana.
¿Quién es el siguiente?
——— ✮✧☾✧✮ ———
Una suave brisa inundaba el lugar
en el que el grupo estaba, las ramas tintineaban meciendo de un lado a otro con suavidez. Todos formaban un extraño circulo alrededor de una tumba.
Después del último vieje liderado por Rick Grimes uno miembro del grupo desgraciadamente no había podido resistirlo. Alguien más se iba. El mundo no estaba listo para ver partir a una persona tan buena como lo era Tyreese.
En una esquina estaba Rowan sentado en una piedra con la mirada perdida de nuevo, sintiendo que le dolía el pecho y que sus ojos le dolían ligeramente.
Rylie no le había hablado mucho desde lo sucedido con Beth, después de todo no había ido todo bien con el chico. Una vez quizó acercarsele para acompañarlo en su dolor, pero Rowan estaba furioso con la vida y terminó gritandole sin querer y básicamente descargando su furia.
Y Rylie no tenía la culpa de nada, sin embargo no midió sus palabras y el tono en el que se dirigió. Por eso mejor le dió su espacio hasta que se controlará.
Ahora cada quien estaba en un extremo del círculo sobrellevando por solitario el dolor de las recientes perdidas.
La Everson menor sostenía a Judith
con fuerza abrazandola para sentir que no estaba tan solo al mismo tiempo que Carl sostenía su mano con firmeza pues notó que temblaba un poco.
Aunque no sirviera de mucho el castaño le sonrió con débilidad y limpió una lágrima que amenazaba con salir de sus bellos y enrocejidos ojos azulados.
—No miramos lo visible sino aquello
que es invisible porque lo visible es temporal —recitaba Gabriel frente a
la rumba al mismo tiempo que varios pasaban a echar tierra a esta misma
—. Pero lo invisible es eterno. Sabemos que si la tierra en la que vivimos es destruida nos queda la morada de Dios. Una casa no construida por el hombre, eterna en los cielos...
Finalmente Sasha tomó la pala con algo de tierra y la vacío sobre la improvisada lapida sintiendose algo desorientada.
Rápidamente se alejó pasandole la pala a la rubia, quien limpió sus lágrimas con brusqueda con el puño de su chaqueta.
Tomó tierra y la vació.
—Gracias por todo, Tyreese —musitó mirando la tierra caer a la lapida —.
Las mejores personas siempre son las primeras en dejarnos. Ahora puedes descansar en paz.
Rápidamente le pasó la pala a Rick y
el hombre se encargó de echar la tierra faltante con fuerza. Le dolía perder a un buen amigo, pero así eran las cosas.
Tal como dijo Rylie las personas
buenas, esas personas buenas con
alma pura y de buen corazón siempre eran las primeras en dejarnos y eso
era algo con lo que odiaban luchar.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Nada.
No había nada más que ramas secas, piedras y demás. No había nada que sirviera ni siquiera un charco de agua.
Si seguían a este ritmo morían de hambre antes de que los caminantes
o el cansancio pudieran con ellos.
Un pequeño grupo, entre ellos
los hermanos Everson se habían introducido al bosque con la esperanza de encontrar algo para comer. Sin embargo, hasta el momento no tenían nada y eso complicaba todo.
Rylie se movía entre los árboles con su espada en su espada y una pistola en su cinturón por si acaso. Era cuidadosa a la hora de moverse por el bosque pues no quería alertar a algún caminantes sobre su presencia en aquel lugar.
Exploraba con la esperanza de que algún animal pequeño saliera y nunca lo hizó ni los arbustos tenían bayas.
Dios, que salados estamos, pensó la rubia con cierto fastidio a nada de soltar un golpe a lo primero que viera.
Continuó buscando sin tener más esperanza y encontró a su hermano recargado en un tronco con su cabeza apoyada entre sus piernas.
Estaba llorando, otra vez.
Esta vez no quisó dejarlo solo, no.
Era su hermano y no uba a permitir que siguiera torturandose a si mismo por algo que había sucedido. Dolía si, pero estaba cansada de ver llorar a Rowan cada vez que estaba solo y por las noches mientras todos dormían.
Armandose de valor dejó sus cosas a un lado y se sentó a un lado suyo pasando su mano por su espalda, dandole un par de palmaditas que lo hicieron levantar la mirada.
—Vete, Ry...
—No, no me ire —exclamó Rylie con firmeza quitando un par de lágrimas de sus ojos con delicadeza —. Sabes, estoy arta de verte ocultar tu dolor. Se supone que soy tu hermana, nos apoyamos en lo que sea, cuando sea y me estás dejando a un lado. Maldita sea, odio verte así. Ya no soporto verte llorar cada que puedes. ¿Sabes lo mucho que me duele verte así?
El rubio solamente la escuchó atento mientras derramaba más lágrimas que solían por si solas y pronto notó como los ojos de la chica se cristalizaban y su barbilla se arrugaba, iba a llorar.
—Yo... yo lamento lo de Beth, también la extraño muchísimo —musitó con la voz quebrada mirandolo a los ojos —. Pero no puedo verte más así, derrotado y sin ganas de seguir. Me tienes aquí, idiota. Puedes desahogarte conmigo, hablame...
Y apenas terminó de decir aquello el muchacho buscó consuelo en los brazos de su hermana mayor dejando salir un par de sollozos desconsolados.
—Ella ya no está y yo... nunca
pude decirle que la amaba —musitó entre lágrimas mientras su hermana acariciaba su cabello suavemente —. Debí haberla buscado, debí...
—Ella lo sabía, siempre se lo hiciste saber con pequeñas acciones —respondió Rylie con una débil sonrisa recordando viejos tiempos —. Se que duele y tarda en sanar, pero vas a estar bien. Debes estar bien. Ro, esto no significa el final. Debes continuar, no te puedes dar por vencido. Beth odiaría verte así y lo sabes, hermano.
Hubó un pequeño silencio en el que Rowan dejó de llorar pues al parecer la presencia de su hermana logró hacer que se calmará un poco, pero su mente estaba algo perturbada.
—¿Por qué siempre perdemos a los que amamos?
—Es lo que llevo preguntandome desde que comenzo esta mierda...
Minutos después de reunieron con Sasha, Maggie y Daryl y para su mala suerte ninguno encontró nada así que con sus rostros entricetecidos volvieron a la desolada y agrietada carretera.
Desde la lejanía Rylie veía a varios miembros del grupo. La mayoría rodeaba la camioneta, algunos estaban sentados en el suelo y otros como Carl, Judith y Noah permanecían dentro de la misma.
Todos compartían el mismo cansancio, el hambre y el mismo sufrimiento por todo lo sucedido anteriormente.
Finalmente todos se pusieron de pie y entraron a la camioneta sin tantas ganas pues el cansancio los sobrepasaba.
——— ✮✧☾✧✮ ———
El camión se había quedado sin
gasolina como los anteriores vehículos así que no les quedó más opción que caminar por toda la carrera.
En pleno mediodía el grupo avanzaba como si se tratará de una manada. Todos tenían hambre, sed y estaban cansados, pero no se dieron el lujo de detenerse.
Rylie se movía casi por instinto, ya
ni siquiera sentía las piernas de lo adoloridas que estaban. De repente se giró hacia atrás y vió a su hermano
junto a Noah, ambos hablaban y por lo visto todo iba bien porque sonreían.
Al menos eso lo mantenía alejado del recuerdo de Beth.
No tardó en notar que a lo lejos venían siguiendolos un par de caminantes aunque no le tomó tanta importancia si había problemas Rick se haría cargo.
Más adelante iban Daryl y Rick, este último llevaba a Judith en brazos y por lo visto ambos entablaban una charla.
Minutos después Daryl y Carol se desvieron un poco de la carretera para introducirse al bosque en busca de algún animal para comer.
En medio del silencio, Carl rebuscó
entre la mochila que llevaba algo que había encontrado hace poco y quizás animaría a su chica. Así que lo tomó y pronto habló.
—Lo halle cuando buscaba agua —comentó Carl de repente llamando la atención de la rubia, pasandole algo.
—¿Qué es?
—Creo que hacía música —respondió con una sonrisa viendola abrir la cajita —. Intenté repararla, pero no funciona. Creí que podría gustarte.
—Me encanta, es una lástima que no funcione —comentó Rylie sonriente a la vez que inspeccionaba la caja musical —. Gracias, lindo vaquero.
Carl asintió sonriente al ver que el rostro de la chica volvía a tener en el una sonrisa y sin más se acercó para poder pasar su brazo por sus hombros atrayendola a él con suavidez.
—¿Cómo está Rowan?
—Un poco mejor —respondió Rylie caminando al mismo ritmo que el chico —. Hablamos un poco y ya parece que liberó toda esa frustración conmigo.
El muchacho solamente sonrió antes de inclinarse un poco y besar la cabellera de la rubia que llegaba a sus hombros.
—Me alegro que Ro este mejor, es deprimente verlo así.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Ya estaba atardeciendo y el grupo
no podía estar más cansado después
de haber estado gran parte del día caminando sin parar bajo el sol.
En algún punto del trayecto tuvieron que detenerse puesto que los zombies aún los seguían y fue al comienzo de un pequeño puente donde pararon.
Rylie junto a Carl y varios se mantenían en los barandales del puente viendo al resto del grupo poner en marcha el plan de Rick.
Se suponía que esperarían a que los caminantes los alcanzaran para así lograr tirarlos a los extremos del puente y de este modo acabarían con ellos sin tener que usar sus armas.
Uno tras otro caían por el precipicio
del puente, el grupo ni siquiera usaban la fuerza simplemente se acercaban al precipicio y atraían a los caminantes después los esquivaban y estos caían.
Todo iba bien hasta que Sasha decidió usar su cuchillo y acabar con uno, cosa que alarmó a los caminantes y los hizó abalanzarse sobre el resto del grupo.
Fue así como terminaron usando sus armas y la poca fuerza que tenían para acabar con los caminantes restantes.
Terminaron con ellos, pero Sasha parecía estar en una competencia de midadas con Michonne. Pues aunque ni siquiera supieran de que hablaban no se veían del todo amistosas ambas chicas.
Después de lo sucedido con Tyreese, Sasha se había puesto algo irritante y esto terminaba por traerles problemas.
Más tarde encontraron unos autos estacionados en medio de la carretera y empezaron a explorar mientras Daryl iba a explorar por tercera vez en el día.
Desgraciadamente no encontraron nada útil ni comestible y tuvieron que esperar sentados a un lado de la carretera a que Daryl regresará de la exploración.
Aunque a estas alturas Rylie ya veía imposible conseguir algo por la sequía en el bosque y quizás porque el mundo comenzaba a odiarlos de forma extrema.
La chica cansada dibujaba figuras
en el suelo con una ramita mientras su hermano leía el libro de la rubia para mantener su mente despejada un rato.
Carl por otro lado se entretenía borrando con su zapato los dibujos de la rubia a lo que la chica le hacía caras y de vez en cuando le daba un empujoncito preocurando no despertar a Judith.
Minutos después Daryl apareció de entre los arbustos y todos se giraron hacia él en busca de alimento, pero el ballestero con pesar negó.
Rápidamente Abraham sacó de una bolsa una botella mediana de alcohol y empezó a beberla.
—¿Solamente hallamos alcohol?
—Sí.
—No ayudara —comentó Tara con pesadez bajando la mirada.
—Él lo sabe —respondió Rosita refiriendose al hombre.
—Se pondrá peor...
—Así es.
—Es un adulto —interrumpió Eugene con cansancio a ambas chicas —. No creo que las cosas puedan estar peor.
Te equivocas Eugene, si pueden. Pensó Rylie alzando la mirada hacia ellos.
Y justo en ese momento se escucharon unos ruidos extraños provenir de los arbustos. Cuatro perros salieron y para su mala suerte empezaron a ladrarles.
Todos tomaron sus armas por si las cosas se ponían feas, pero antes de que pudieran hacer algo cuatro disparos los hicieron caer muertos.
Sasha los mató.
Rick pronto se pusó de pie y fue por unas ramas que partió en trozos. Ya tenían su cena.
Poco después todos estaban alrededor
de una fogata en la que habían varios trozos de carne de los animales asandose.
La mayoría del grupo había decidido comer aunque lo hacían porque querían seguir no porque quisieran y eso se veía en sus rostros.
A este punto habían llegado.
Rylie los veía desde un rincón sin animarse a imitar su acción apesar de que su hermano comía con pena la carne asada. No negaba a hacerlo.
—Tienes que comer —musitó Carl pasandole un trozo al que ella le hizó una mueca asqueada —. Rylie... vas a morir de hambre si no lo haces.
—Entonces que asi sea porque no pienso hacerlo.
—¿Quieres dejar de ser una caprichosa por cinco segundos? —pidió Carl con un tono más duro de lo esperado y al ver que no cedía sacó algo de su mochila —. No quería usarla a menos que fuera una emergencia y para alimentar a Judith, pero no quiero que mueras de hambre...
Carl le tendió una mini latita de chicharos que ella tomó dudosa. No quería quitarle el alimento a la bebé, pero Carl seguiría insistiendo.
Fue así como tomó la lata y con un cuchillo la abrió para empezar a comer los chicharos que si bien los llegó a
odiar de pequeña ahora se sentían
como gloria en su boca. Por si acaso dejaría un poco para Judith, aunque tendrían que molerlos para ella.
Al menos el hambre se había ido por un rato.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro