
•◦ 𝗧𝗥𝗘𝗦 ◦•
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𝟱 𝗱𝗲 𝗠𝗮𝗿𝘇𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭
𝖬𝗂𝗅𝗍𝗈𝗇 𝖪𝖾𝗒𝗇𝖾𝗌, 𝖨𝗇𝗀𝗅𝖺𝗍𝖾𝗋𝗋𝖺
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La mañana de Sergio había comenzado de manera productiva, acababa de terminar su sesión de entrenamiento con Jocana, ambos habían decidido ir a desayunar a un pequeño restaurante en el centro de la ciudad, siendo sinceros fue lo primero que les arrojo Google Maps, tenía buenas valoraciones, no lo pudieron desaprovechar.
Ambos mexicanos ingresaron al lugar, sus fosas nasales fueron impregnadas por el delicioso aroma a café, Checo se ofreció a hacer el pedido en la barra, mientras Jo se encargaba de apartar una de las mesas junto al ventanal para apreciar la vista de la calle mientras ingerían su desayuno.
El de pecas espero pacientemente hasta que llego su turno, solicito dos órdenes de avocado toast acompañado de salmón y ensalada, al igual que un Flat White para su amigo y un Lungo para él, pago el monto correspondiente para terminar caminando al final de la barra donde esperaría su pedido.
Su celular vibró varias veces, al revisar la pantalla comprobó que era Carolina, el moreno tenía un par de eventos el fin de semana, para los cuales necesitaba ir hoy con ella a definir cuál sería la vestimenta que utilizaría en cada situación, ya le contestaría más tarde, una de las empleadas exclamo su nombre, tuvo que dejar de nuevo su teléfono en el bolsillo de su hoodie, la mujer dejo los cafés y su comida frente a él, Sergio estaba dispuesto a tomar todo de golpe para no dar doble viaje, pero decidió que ganara la coherencia y llevar primero las bebidas para luego regresar por sus alimentos.
Tomo ambos vasos de café, se giró sin levantar su rostro, lo cual fue un error que lo llevo a terminar estampándose con la persona que pasaba tras de él derramando la mayoría de ambas bebidas en su ropa.
— Verdorie — Checo apretó sus parpados con fuerza al escuchar tal exclamación del extraño.
Con prisa el mexicano regreso hacia la barra para dejar los vasos, tomo bastantes servilletas para llevarlas hacia la persona que había resultado afectada ante su descuido.
— Mis más sinceras disculpas, no me percate de que usted venía pasando por aquí — fue hasta que le extendió una de las servilletas que se percató de quién se trataba — ¿Max? — cuestiono con total sorpresa.
— Hola Checo — respondió en el mismo tono el neerlandés — Al parecer me acabas de regresar la que te hice hace un par de semanas — la mente del mexicano viajo hacia el festival de invierno de la fábrica, recordando lo acontecido.
— Hombre, pero qué suerte — el de pecas rio, con confianza limpió el pecho de su compañero, sin importarle que tal gesto estuviera alterando por completo los sentidos del menor.
— No es necesario — Max tomo con cautela y disimulo las manos de su compañero, dándole a entender que no tenía por qué limpiarlo, pero solo quería alejar el tacto de aquel moreno que estaba revolucionando sus sentidos.
— Permíteme, en serio puedo mínimo ayudarte a secarte — Checo trato de seguir, pero Max se lo impido.
— No hay nada que no se solucione quitándome la sudadera — el menor aprovecho y quito la sudadera de su torso, dejando a Sergio anonadado.
Max portaba una playera deportiva que se entallaba por completo a su torso y brazos, resaltando el excelente trabajo en sus músculos, algo que Checo no había podido apreciar con anterioridad, el mexicano trago saliva, sintiendo una ligera contracción muscular en la parte baja de su abdomen, sin entender a que se debía.
— Ay mi todo tibio — apareció Jocana interrumpiendo a ambos — Si me permiten tomare esto — paso entre ambos y tomo la charola con la comida — Anda Max, ya que estás aquí vamos a desayunar, y tú — señalo a Checo — Ve a reponer nuestro café, pídele uno a Max y encárgate otro toast — con un impulso en su hombro, Jo logro que Max avanzara junto con él.
Sergio despertó de su trance e hizo justo lo que su amigo le había indicado, de nuevo esperaba su pedido, mordió una de sus uñas mientras trataba de entender que había sucedido hace unos minutos, por el lado del rubio y el moreno, ambos tomaron asiento en la mesa que Jo había reservado desde el principio, el mexicano le tendió un toast a Max.
— No sé si está dentro de tu plan alimenticio, pero vamos, creo que es lo más sano que encontraremos aquí — ambos rieron — Que coincidencia que nos encontremos en este sitio — Max asintió.
— En mis días libres suelo salir a correr por estos rumbos con Bradley, quien ayer se fue de fiesta y por supuesto no me acompañó hoy — Jo rio — Este lugar es mi favorito para desayunar fuera de casa, decidí pasar por algo para llevar.
— Y vaya que te lo llevarás — Jo señaló la gran mancha de café que reposaba en la playera celeste del rubio, Max se sonrojó — Yo que tú, iba planeando la venganza.
— En realidad creo que esta fue la venganza de Checo — añadió Max.
— Touche — el de puebla dio un mordisco a su toast — Devuélvesela, te doy permiso — Jo hablo con la boca llena, el neerlandés alzó una de sus cejas con diversión al no entenderle nada.
Sergio apareció dejando su toast y su bebida en la mesa, regresando de nueva cuenta a la barra por los vasos restantes, dejo una de las bebidas frente a Jo, termino por tomar asiento en la silla libre al lado de Max mientras le tendía un café al rubio, mostrándole una sonrisa.
— Me tomé la libertad de pedirte un Flat White, ¿Lo has probado? — Max se limitó a negar con su cabeza — Entonces será otra primera vez juntos — Checo tomo su vaso y lo levanto, el rubio al entender con prisa tomo su bebida y la alzo para terminar brindando con el mexicano — Por más primeras veces juntos — añadió el de pecas.
— Que así sea — ambos se sonrieron, terminaron por llevar la bebida hacia sus labios sin dejar de mirarse.
Jo masticaba su comida mientras sonreía con malicia, había observado la escena con detenimiento, estaba entendiendo los ademanes del rubio, más tarde le pasaría el chisme a Carolina, esto sería una gran primicia.
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La tarde llegó acompañada de la lluvia, nada raro para el lugar, Checo y Jo habían logrado resguardarse en casa de Carolina, aprovechando que el de pecas tenía cita para ajuste de su vestuario decidieron pasar el rato en casa de la mexicana, Jo se aseguró de que Sergio estuviera en el baño cambiando sus ropas, se decidió por tomar a Carolina del brazo y arrastrarla hacia la cocina.
— ¿Qué te pasa baboso? — cuestionó la castaña sorprendida.
— Necesito soltarte una bomba — el rostro de Caro se iluminó al saber que se trataba de un chisme.
— Desembucha — ambos tomaron asiento en los taburetes de la barra.
— Como ya sabes fuimos a desayunar y nos encontramos a el güero — explico Jo, la chica solo asintió — Descubrí algo wey — ella movió sus manos indicándole que hablara más rápido — No sé si fue mi imaginación o que, pero te juro por esta —el de puebla hizo la señal de la cruz y la beso, Carolina rio al ver su gesto, podrías salir del rancho, pero el rancho jamás saldría de ti — Que Sergio y Max se traen ganas — el gesto de ella se tornó en total sorpresa.
— ¿De qué estás hablando? ¿Estás completamente seguro? — el asintió con prisa.
— Por supuesto, y si alguien sabe de estas cosas soy yo, no puedes desconfiar de mis instintos — para el grupo de amigos era bien sabida la orientación sexual de Jo.
— No lo sé, Sergio jamás se había interesado en un hombre, ¿No crees que solo sea una buena amistad? — el negó.
— Max se lo estaba tragando con la mirada, y creo que Checo lo sabe por qué en cualquier mínimo intento se ponía de coqueto, a menos que lo hiciera inconscientemente.
— ¿Será prudente hablar con él al respecto? — Jo negó ante las palabras de su amiga.
— Déjame tantear el terreno, ya se acerca el inicio de temporada y podre analizar más allá las interacciones entre esos dos antes de sacar conclusiones — ambos estuvieron de acuerdo cuando Sergio se unió a ellos de manera inesperada.
— ¿De qué hablan? — cuestiono mientras veía la pantalla de su teléfono, los amigos se miraron alarmados.
— De que aprovechando que bajo la lluvia, ya me tengo que ir por qué tengo una cita esta noche — Jo se puso de pie para despedirse de Carolina con un beso en la mejilla.
— ¿Me vas a llevar? Di que si — cuestiono Sergio con un puchero.
— Tú siempre de mal tercio — añadió su amiga — Llévalo para ver si por fin agarra algo, aunque sea un resfriado — Jo y Caro rieron — Ya te dije que Carlos y yo te invitaremos a la boda siempre y cuando lleves pareja.
— Por dios, soy el padrino de honor, lleve pareja o no, me tendrán ahí, y soporta panzona — Carolina se acercó a Sergio y lo pellizco en el abdomen.
— Piénsalo dos veces antes de volver a llamarme así, ya lárguense que Carlos no tarda en llegar y tenemos pendientes de la boda que hacer.
— Si a fornicar como conejos le llamas pendientes de boda, mejor huyamos — los dos hombres carcajearon y salieron de ahí antes de que la mujer pudiera atacarlos.
— ¿Entonces que güey? — cuestiono Checo una vez que estuvieron fuera del edificio de su amiga — ¿Vamos a salir o qué? — Jo rodó los ojos.
— Sergio, no voy a ir a un antro o bar si es lo que piensas — exclamo — Solo iremos a tomar un café mientras nos conocemos más — el moreno se sonrojó.
— Ya salió el peine, mi chiquito se está enamorando — Sergio llevo sus manos a las mejillas de su amigo y las pellizco, Jo atino a manotearlo para lograr que lo soltara — De ser así, paso, mejor me quedo descansando en mi hogar, pero, luego tienes que presentarme a la persona que te está robando suspiros — Jo solo asintió.
Si tan solo su amigo supiera que el encargado de robarle suspiros era conocido suyo desde hace varios años, ya lo estaría atacando con preguntas, trataría de no revelar su identidad hasta saber si lo que estaban intentando era algo formal o solamente algo pasajero.
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𝟮𝟱 𝗱𝗲 𝗠𝗮𝗿𝘇𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭
𝖲𝖺𝗄𝗁𝗂𝗋, 𝖡𝖺𝗋𝖾́𝗂𝗇
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El clima del lugar comenzaba a ser infernal, Max podía sentir como su playera se adhería a su torso gracias a que su piel comenzaba a transpirar, si algo odiaba era la sensación del sudor en su piel, a pesar de ser algo con lo que tenía que lidiar cada que subía a un monoplaza no lograba acostumbrase, levanto la gorra de su cabeza, con su antebrazo seco su frente y volvió a dejar la prenda en su lugar.
Alice apareció a su lado, la morena, también lucía bastante sonrojada gracias a la temperatura, con prisa le extendió a Max un termo que semejaba una lata de la escudería, el rubio no lo pensó y lo llevo con prisa hacía sus labios para tomar agua, deseaba con prisa que oscureciera para que el frío comenzara a predominar en el ecosistema.
— Me acabas de salvar la vida — exclamo Max al terminar de ingerir el líquido que necesitaba.
— Como siempre — rodó los ojos al escuchar las palabras de su amiga.
Max sabía que ella hacía un gran trabajo, y no la podía desmentir, Alice era la aliada perfecta para su estadía en Red Bull, siempre lo mantenía a raya respecto a su comportamiento y gracias a ella siempre cumplía con su agenda en tiempo y forma, ambos tomaron rumbo hacia la energy station, tenían una junta en un par de minutos, debían ser puntuales.
— ¡Ahí está mi león favorito! — exclamo Daniel, quién venía acompañado de Lando, tomando por sorpresa al neerlandés.
La pelirroja al escuchar la voz de Daniel, atinó a pedirle que no perdiera tanto tiempo con ellos, pues tenían pendientes que hacer, para terminar por retirarse, el australiano sin dudarlo se acercó y abrazo a Max, este último suspiró, con pesar correspondió el gesto de uno de sus mejores amigos a pesar de no ser nada fan de las muestras de afecto, mucho menos de los abrazos.
— ¿Cómo estás, Dan? — cuestionó Max al tiempo que sus amigos se emparejaban con él y caminaban en conjunto.
— Igual de guapo y asombroso como siempre — el australiano le brindó un guiño, Lando y Max rodaron los ojos.
Ricciardo era bien conocido por ser un hombre tan seguro de sí mismo, que siempre se encargaba de recordarle a los demás sus cualidades.— ¿Listos para la temporada? — de nuevo habló el rubio.
— Yo también me encuentro bien Max gracias por preguntar — soltó Lando con burla.
— No llores Norris, te ves bien, eso es suficiente para no preguntarte nada, no es necesario — se defendió Max.
— Estúpido — añadió el británico — Respondiendo a tu pregunta, por supuesto, es para lo que nacimos, ¿Cómo no estar listo?
«Es para lo que nacimos», la mente de Max se clavó en las palabras de su amigo comenzó a preguntarse "¿Acaso solo para eso nací y toda mi vida se basara en los autos y las carreras?", si bien era cierto, la mayoría de los que estaban en el mundo del automovilismo habían comenzado en el karting desde que eran muy pequeños, para Max en especial, era una etapa que había comenzado muy temprano, su piel se erizó cuando algunos recuerdos de lo que habían sido sus días de karting al lado de su padre invadieron sus pensamientos, sacudió su cabeza con euforia tratando de dispersarlos, no era el momento.
Max era consiente de que sus amigos parloteaban a su lado, pero no prestaba nada de atención enfocándose en que aquellas imágenes tormentosas salieran de su cabeza, no quería comenzar esta temporada de mala manera, fue hasta que escucho a Lando, pronunciar el apodo que desde hace días rondaba por su mente que pudo regresar a la realidad.
— Oigan, ¿Ese es Checo? — la mente del neerlandés quedo en blanco cuando su mirada se fijó en su compañero de equipo, el mexicano caminaba con tremenda soltura por el paddock, robando las miradas de la mayoría a su paso.
Sergio vestía la indumentaria del equipo con gran porte, una gorra en la que resaltaba el número 11 cubría su cabeza y como siempre, sus ojos eran cubiertos por sus gafas de sol, Max mordió su mejilla por dentro para evitar sonreír con sutileza, al reafirmar que no había día, que el de pecas no luciera bastante atractivo.
— Sin duda alguna el azul es su color — Lando mordió su labio inferior al momento que una sonrisa burlona predominaba en su boca, gesto que al de ojos azules no le agrado en absoluto.
Para sus más cercanos era bien conocida de bisexualidad de Norris, Lando trataba de andarse con cuidado al estar frente a la prensa, pero en compañía de sus amigos, no había que lo detuviera.
— Ni lo intentes — soltó Max con rudeza — A Checo no le van los hombres — agrego al tiempo que sentía como una presión se formaba en la boca de su estómago.
— Eso es cierto — añadió Daniel — Si alguien sale con una chica nueva en cada fiesta post carrera es el de pecas — concluyó, logrando que la presión en Max aumentara, Lando atinó a abrazar a ambos por los hombros mientras reía.
— Ay mis amigos — suspiro — Conmigo hasta el más hetero, se voltea — Lando salió del agarre riendo, contagiando a Daniel.
Pero esto no le había causado nada de gracia a Verstappen, quién no entendía el porqué, pero una voz dentro de él le decía a gritos que debía impedir a toda costa que Lando lograra acercarse a Sergio.
Daniel y Max intercambiaron un par de palabras, logrando acordar el cenar juntos por la noche aprovechando que sus respectivas escuderías estaban hospedadas en el mismo hotel, el australiano se despidió retomando su camino hacia el hospitality de McLaren.
El rubio por tu parte fue directo hacia el energy station, se detuvo un momento al percatarse que Checo se encontraba hablando por teléfono en la entrada del lugar, no estaba listo para interactuar con él, decidió por aprovechar que el mexicano se encontraba de espaldas y alejarse un par de pasos esperando que terminara su tarea, pero todo se fue a la basura, cuando Checo se giró, en cuanto se percató de que su compañero de equipo se encontraba ahí atinó a levantar su mano libre para saludarlo mostrándole una sonrisa sincera.
Al verse descubierto, Max correspondió el gesto mientras comenzaba a acercarse, subió los pequeños escalones y se posicionó al lado de su compañero.
— Te dejo Pao, tengo aquí a un individuo al que aún tengo que hacer mi amigo — Checo palmeo el hombro del menor logrando hacerlo sonreír al escucharlo hablar en su lengua natal a pesar de no entender — En un rato te marco — el mayor termino la llamada — Me alegra verte, siendo sincero me ponía algo nervioso ingresar a la junta sin tener un aliado a mi lado, pero ahora que estás aquí me siento más tranquilo, vamos — Sergio abrazo por los hombros obligándolo a caminar a la par.
«Ahora que estás aquí me siento más tranquilo» la mente de Max se perdió en un loop donde esas palabras iban y venían dentro de su pensamiento, le había agradado por completo escuchar eso, y saber que su nuevo compañero de equipo se sentía en confianza con él.
— ¿Qué opinas? — ambos se frenaron en seco — ¿Aceptas? — Max titubeo sin saber que ¿responder, pero Sergio no le propondría algo malo, ¿O sí?
— Si claro, por mí está bien — contesto Max para no quedar mal parado frente al mexicano.
— Ese es mi amigo — Sergio lo sacudió emocionado, logrando que Max riera.
De un momento a otro Checo se sobresaltó al sentir como su oreja era pellizcada de forma agresiva.
— Ya, ya, suelta — trato de salir del agarre de la mujer, pero fue imposible.
La característica risa de Max se dejó escuchar, no podía creer lo que estaba viendo, Sergio se quedó asombrado por la peculiar carcajada del rubio, esta misma se quedó plantada en sus oídos como un eco, llevándolo a sonreír e ignorar por completo el dolor que el acto de su amiga causaba.
— De verdad que contigo no se puede Sergio, es el primer día, y tú ya estás dando una mala impresión — la morena miro a Max — Tú no cantes victoria que Alice esta que hecha chispas, así que muévanse, entren — Cristina soltó a Sergio para tomar los hombros de ambos y adentrarlos a la sala de juntas, los únicos lugares libres se encontraban al lado de Horner, quien observaba a ambos pilotos con seriedad, Max y Checo saludaron a todos de manera rápida antes de tomar asiento.
— Que sea la última vez, que llegan tarde, ¿Entendido? — les susurró Horner entre dientes a ambos.
Sergio y Max se limitaron a asentir, el team principal regreso su atención hacia el tema que uno de sus colaboradores estaba tratando, Verstappen soltó todo el aire que había retenido en sus pulmones, esperaba una reprimenda más fuerte, pero no se arrepentía del tiempo que había compartido con su compañero, al instante sus ojos viajaron hacia Checo, este último en cuanto se percató de que Max lo observaba sonrió con diversión al recordar lo vivido con él en los últimos minutos, sin pena le brindo un guiño, logrando que Max bajara la mirada para fingir que observaba sus manos con el fin de esconder el sonrojo que ese acto le había causado, mientras suprimía una sonrisa y fingía escuchar el tema central de la reunión.
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Max se miró en el espejo, suspiró al ver su vestimenta, los jeans a tubo negros combinaban a la perfección con la playera de algodón del mismo color, unos tenis blancos vestían sus pies, y la chaqueta color arena le daba un estilo ¿elegante?, el rubio bufo, si Kelly se diera cuenta de que desordeno toda su maleta al buscar su cargador y ahora no sabía que prendas iban con las otras, probablemente lo mataría, pero poco le importaba.
Recordó que solo se trataba de una cena con Daniel, no necesitaba exagerar con su ropa, finalizo tomado algo de cera para pasarla por sus manos y terminar por acomodar su cabello evitando que luciera rebelde, estaba listo, regreso a hacia donde se encontraba su mochila para tomar su perfume, rocío un poco en su cuello y levanto su playera para rociar un par de veces su abdomen, al terminar la tarea su celular sonó indicando un mensaje, dejo la botella sobre su mesa de noche para al instante tomar el aparato, sonrió al percatarse que se trataba de Fleur dándole continuación a la conversación que tuvieron por la mañana.
"Soy la peor amiga del mundo lo sé, pero así me amas, suerte en este inicio de temporada Maxie, deslúmbralos a todos.Por cierto, te veo el día de la carrera. ;)"
La sonrisa de Max se ensanchó, saber que su mejor amiga lo acompañaría este día en que oficialmente comenzaría su búsqueda por el campeonato, lo hacía sentir respaldado y confiado, tenía la intención de responder, pero unos toques en su puerta lo sorprendieron, seguramente era Daniel.
El rubio tomo la llave de la habitación, en conjunto de su cartera y su celular, los guardo en el bolsillo de su chaqueta mientras se encaminaba a la puerta, abrió dispuesto a reprender a Daniel por su tardanza, pero se quedó inmóvil al reconocer la fragancia de la persona frente a él.
Sergio lucia imponente como siempre, Max lo miró sin disimulo de arriba abajo, su rostro estaba perfectamente rasurado a diferencia de esta mañana, su cabello peinado de forma prolija, portaba una playera blanca, acompañada de un pantalón a tubo de color arena y una chaqueta bómber con el mismo tono, finalizando con unos tenis blancos, una chispa de ¿emoción? Recorrió el cuerpo del rubio al darse cuenta de que ambos portaban el mismo color, como si se hubieran comunicado telepáticamente, Sergio rio al sentirse tan observado por su compañero, alimentando ligeramente su ego, él sabía lo que tenía, y era consiente de como el rubio llegaba a observarlo detenidamente cada vez que se veían.
— Una foto dura más — soltó el mexicano en su lengua madre mientras reía, Max alzo una ceja sin entender lo que había dicho, además de no saber por qué Sergio se encontraba ahí.
— Mm buenas noches — fue lo único que se le ocurrió decir, Verstappen se dio una bofetada mental — Me sorprende verte por aquí — confeso con sinceridad.
— Max, habíamos acordado ir a cenar — Sergio le mostró una sonrisa sincera.
La mente del ojiazul trato de recordar el momento en que se había comprometido con el de pecas, con prisa recordó el momento que compartieron por la tarde, donde él solo escuchó que Checo le cuestiono si estaba de acuerdo y por no quedar como un tonto acepto sin más.
— Sí, sí, lo sé, por la hora pensé que ya no vendrías — agrego con premura para no verse descubierto.
— Sé que llegue tarde, pero nunca dudes de mí, siempre cumplo lo que digo — ambos se miraron por un par de minutos de manera fija.
No eran consientes de que mutuamente tenían un imán que atraía la mirada del uno hacia el otro y viceversa, el momento lejos de tornarse incómodo se volvió intenso, causándoles una sensación que ambos aún no lograban descifrar, la atmosfera se rompió cuando el celular de Max sonó, lo tomo con prisa y observo la pantalla.
"Hermano, las juntas del equipo se extendieron más de lo esperado, no podre asistir a la cena, discúlpame, nos ponemos al día en otra ocasión."
Ahora estaba libre del compromiso con Daniel, se sintió afortunado, no tenía que negarse a salir con su compañero de equipo.
— Entonces vamos — ambos se brindaron una sonrisa.
Comenzaron a caminar hacia el elevador del piso con destino al restaurante del hotel, mientras se contaban lo que había ocurrido en su tarde luego de librarse de sus compromisos con la escudería.
Una vez que desaparecieron dentro de la caja metálica, de la esquina contraría del pasillo salió Daniel, había llegado por su amigo hace más de cinco minutos y fue consiente de toda la interacción de ambos compañeros de equipo, notando el aura tan diferente que desprendían ambos, nunca había visto a Max tan nervioso y enfocado en alguien.
«Ni lo intentes, a Checo no le van los hombres» las palabras que el rubio le recito a Lando cuando este se insinuó hacía Sergio llegaron a su mente, el australiano sonrió con malicia, esto era una primicia, el mexicano causaba algo que lograba agitar los sentidos del neerlandés, le constaría, pero de su cuenta corría el descubrir que era lo que realmente pasaba por la cabeza de Max.
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La noche transcurría de manera agradable para el dúo de Red Bull, tanto Checo como Max estaban disfrutando de la compañía del otro, para Max, Sergio era una persona demasiado divertida y ocurrente, siempre que llegaban a coincidir no había un momento en el que todo fueran risas y diversión, por el lado de Checo, Max era solo un chico que le costaba desenvolverse y ser el mismo con cualquiera, pero en el poco tiempo que llevaban conociéndose, sabía que en un principio debía ser insistente para lograr que articulara palabra, pero una vez en confianza podían tener conversaciones muy agradables.
Comenzaron a compartir tal confianza que ambos, decidieron contarse un par de cosas personales, Max sé confeso a medias con él, contándole ciertos momentos graciosos que llego a vivir en su infancia, Checo por su parte, como buen mexicano le contó todas las travesuras que llego a hacer en complicidad de sus hermanos, así como el lazo tan fuerte que lo unía a Jose, su preparador físico y su mejor amigo desde que eran unos niños.
— No es cierto — exclamo Max entre risas sin creer lo que escuchaba.
— Te juro que si — alego el mexicano — Jo y yo somos tan cercanos, que en el momento que mis padres se dieron cuenta de sus preferencias, en automático concluyeron por su cuenta que él y yo éramos pareja desde adolescentes — ambos estallaron en risas.
— ¿Ellos como lidiaron con eso? Tengo entendido que en México la mayoría de las familias aún son muy conservadoras para esos temas — Checo asintió.
— Para nuestra sorpresa, mis padres se había hecho ilusiones de que por fin tendría una pareja estable, Jo es como un hijo para ellos, incluso nos hacían casados y teniendo hijos — Pérez tomo un trago de su bebida.
— Entonces, crees que ellos, bueno, ¿No se molestarían si tú tuvieras una relación con un hombre? — cuestiono Max antes de procesar lo que había preguntado, no entendía de donde había salido ese impulso, pero sus ojos estaban fijos él el de pecas mostrándose extrañamente expectante de la respuesta.
Sergio abrió la boca dispuesto a hablar, pero ninguna palabra salió, una parte de él le incitaba a responder un simple «no, pero eso no va a pasar», pero no pudo, llevándolo a caer en cuenta que nunca se lo había preguntado en serio.
Tratando de procesar la pregunta pudo sentir como su mente comenzaba a divagar, escenas fugaces, nítidas y envolventes comenzaron a ocupar sus pensamientos, llevándolo a verse a sí mismo con Max en alguna cafetería compartiendo una bebida mientras sus rodillas se rozaban bajo la mesa; así mismo imagino la calidez de una mano entrelazándose con la suya en un cine oscuro; de un momento a otro sintió el peso de una cabeza recostándose sobre su hombro luego de un día largo de prácticas y entrevistas, por último, una escena más clara, sus rostros tan cerca que podía sentir la respiración del otro en su piel y admirar a detalle el azul de esos ojos que resplandecían como dos estrellas.
Pensó que eso era todo, pero su mente fue más lejos mandando una extraña descarga de electricidad erizo su piel al verse atrapado entre el cuerpo de Max, sintiendo su aliento cálido contra su cuello, sus grandes y lechosas manos explorando su piel con cierta familiaridad que no deberían tener, imaginando sus labios presionándose contra los del menor con una necesidad desesperada, rodeados por el simple sonido entrecortado de sus respiraciones en la penumbra de una habitación, fue consiente de que su estómago se tensó ante el desconcierto brindándole una sensación que no se atrevía a nombrar.
—Yo... — tragó saliva, desviando la mirada al serle imposible sostenerla luego de tantas cosas fugaces que pasaron por su mente.
Por primera vez en su vida, no tenía una respuesta a una pregunta, o tal vez sí, pero le asustaba pronunciarla en voz alta, Max arqueó una ceja, divertido, observando al mayor con atención, Verstappen pudo captar la vacilación en la voz de su compañero.
La forma en que sus ojos evitaban a toda costa los suyos logro que algo en su interior se tensara, para ser sincero no esperaba que el mexicano dudara al dar una respuesta, sin embargo, ahora lo tenía frente a él, luchando con algo que ni él mismo parecía entender.
Max se repetía una y otra vez que debería haber evitado el lanzar esa pregunta tan estúpida sin importar que tanta curiosidad lo inundara, pero no podía, no cuando desde el día uno que tuvo que compartir agenda con Checo, algo en él se revolvía de forma extraña. No cuando cada vez que estaba cerca sentía un hormigueo bajo la piel que por más que tratara era difícil de ignorar.
Y ahora, viendo a al de pecas tambalearse para darle una respuesta, por más que lo negara en su interior se encendió una chispa de esperanza absurda. "¿Esperanza de qué?", se replanteó en automático, pero no lo sabía, o más bien, se negaba a ponerle nombre, sin más solo sonrió, una sonrisa leve, casi casual, como si la respuesta no significara nada, aunque por dentro, sintiera todo lo contrario.
—¿Eso es un "sí, se molestarían" o un "no estoy seguro"? — su mente fue más lejos el rubio lo miro con duda, Checo solo atino a soltar una risa nerviosa y pasó una mano por su nuca.
— Creo que... es un "nunca lo había pensado" — y en cierto aspecto, no mentía.
Max sostuvo la mirada por unos segundos más, sintiendo como algo se agitaba dentro de el mientras una idea peligrosa comenzaba a crecer, luego, aparto la vista fingiendo desinterés, tomando un trago de su bebida como si la conversación no lo hubiera afectado.
—Bueno, como dices tú, siempre hay una primera vez para todo — dijo, tratado de ocultar su emoción con un tono más ligero de lo que realmente sentía y alzando su vaso hacía el mayor simulando un brindis.
Checo no respondió solo se limitó a imitar el gesto del menor, pero el rubor en su rostro le dejo claro a Max, que tal vez, solo tal vez, él no era el único con esas sensaciones raras.
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