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𝟮𝟳 𝗱𝗲 𝗠𝗮𝗿𝘇𝗼 𝟮𝟬𝟮𝟭
𝖲𝖺𝗄𝗁𝗂𝗋, 𝖡𝖺𝗋𝖾́𝗂𝗇

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—Mierda —exclamo Checo con molestia—. Puta Madre —la mayoría de sus ingenieros se asombraron al escuchar el tono que mostraba su voz.

Y como no, si gracias a los tiempos de Lando Norris había logrado ser relegado hasta la décima posición, evitando su pase hacia la Q3, en cuanto el monoplaza estuvo dentro de su box, el mexicano desmantelo el volante con prisa, permitiéndole salir.

—Lo siento chicos, mañana recuperaremos terreno, lo prometo —hablo hacia su equipo de mecánicos una vez que estuvo abajo del auto.

La mayoría se limitó a asentir, el resto se acercó y le brindo un par de palabras de aliento mientras palmeaban su hombro en un gesto de comprensión, no era fácil llegar a Red Bull y mucho menos manejar en el segundo asiento, la mayoría trataban de ser comprensivos.

Luego de cruzar un par de comentarios con Bird y quedar de acuerdo en la hora de la junta postqualy, Checo se retiró hacía su room, al estar dentro a puerta cerrada se sintió seguro, decidió quitar su casco y lanzarlo hacia la esquina de la habitación, había logrado guardar su frustración mientras todos lo observaban, pero claramente estaba tenso, mucho más luego de que Huge le comento que Max, había logrado avanzar.

Un ligero sentimiento de envidia invadió su pecho por unos momentos, pero decidió sacudir su cabeza para olvidarse de eso, sus padres no le habían enseñado a ser egoísta ni a desmeritar los logros de las personas, se limitaría a calmarse y mentalizarse en que mañana tenía un gran trabajo que hacer para afianzar algunos puntos que combinados con los de su compañero les ayudarían a comenzar a avanzar en el campeonato de constructores.

Pero no todo era malo, para su buena fortuna por esta carrera no se realizarían entrevistas post qualy a excepción del primero, segundo y tercer lugar, decidió darse una ducha rápida para quitar la capa de sudor que había cubierto su cuerpo por la acción de la clasificación logrando que junto con este se fuera la tensión que acumulo por tal resultando, salió como nuevo del baño, cambiándose de forma rápida vistiendo un short y la playera correspondiente a la escudería.

Sabía que Jo se encontraba por ahí aún en su box, pues la mochila que cargaba con su pertenecías seguía ahí, se limitó a enviarle un mensaje pidiéndole que le avisara cuando se retirara del circuito para que él también regresara por sus cosas, sin mas, salió a caminar por el paddock, decidido a matar el tiempo mientras la clasificación terminaba.

En su camino encontró un par de fanáticos que le pidieron fotografías, con prisa accedió, para Sergio nada era más importante que los fanáticos, al final del día ellos eran parte vital de su carrera, sin su apoyo no habría llegado tan lejos.

—¿A mí también me regalas una foto? Soy tu fan número uno —rodó los ojos con diversión al escuchar la voz en sus espaldas, a pesar de que trato de imitar un tono más chillón sin duda conocía.

—Imbécil —Sergio se giró y dejo un golpe en la cabeza del menor.

—Huy tampoco es para que me golpees, más respeto a los menores anciano —el mexicano alzo su mano, haciendo el amago de golpear de nuevo al británico, este último se encogió en su lugar logrando que Checo riera.

—Ay Jorgito, jamás te golpearía mi niño —se acercó a él y lo abrazo por los hombros para ambos comenzar a caminar.

—Tremenda noche, ¿Cierto? —cuestiono George al momento que también abrazaba al mexicano por los hombros.

—Ni que me digas —suspiro el mayor—. Tenía buenas expectativas de esta qualy, pero bien dicen que las cosas no siempre salen como uno lo planea.

—Dímelo a mí que manejo un Williams —ambos carcajearon—. Creo que estoy hundido en la mierda, pero no me quejo, al final de cuentas estoy cumpliendo mi sueño, y estoy seguro de que vendrán mejores oportunidades pronto —Sergio sonrió al escuchar a su amigo tan positivo.

La amistad entre estos dos no era algo de lo que muchos estuvieran enterados, cuando el británico ingreso a la máxima categoría, Sergio fue de los únicos en brindarle sus felicitaciones y reiterarle que él estaba ahí si llegaba a necesitar ayuda, un consejo o simplemente alguien que lo escuchara, para Russell eso fue totalmente extraño, era la primera vez que coincidía con el mexicano, aun así él estaba dispuesto a tratarlo con amabilidad y brindarle su apoyo, por supuesto, su palabra fue puesta en duda por el menor, nadie en ese mundo podría ser tan amable y amistoso, mucho menos cuando competían por el mismo fin.

El punto de inflexión que solidifico su amistad fue el momento cuando en una de sus primeras carreras, gracias al escrutinio público y la presión social, un ataque de ansiedad invadió al menor en pleno paddock, llevándolo a terminar yaciendo en el piso en posición fetal, siendo ignorado por cualquiera que paso a su alrededor menos por Sergio, quién en cuanto se percató de la situación le pidió a Jo que fuera corriendo por Claire y le avisara de la situación mientras él se encargaba de levantar al menor así como de tranquilizarlo para llevarlo su propio room, sin importarle el recibir una llamada de atención de su equipo, evitaría a toda costa que siguieran viendo a George en esa situación.

A partir de ese momento, ambos se volvieron muy cercanos, Sergio acogió a George como el hermano menor que nunca tuvo, el lazo al instante se vio correspondido por Russell, que lo veía como un hermano mayor más, tanto así, que la familia Russell lo había acogido como a un hijo, Sergio había pasado varias festividades con ellos, al igual que George con los Pérez que veían al menor como un miembro más.

—¿Asistirás a la fiesta de este fin de semana? —cuestiono George con curiosidad mientras amos seguían su camino de forma despreocupada.

—No estoy muy seguro —añadió el mexicano—. ¿Qué me ofreces? —Sergio alzo sus cejas con diversión.

—Será organizada por Daniel, sabes que después de ti, él es el master de los eventos —ellos asintieron.

—Yo voy siempre y cuando me garantices buena música, buenos tragos, y que haya morras chidas —ambos carcajearon.

George entendía el significado de esta frase, pues Jo y Sergio se habían encargado de explicársela de tal forma que con todo y deficiente español, él pudiera aplicarla en las conversaciones que tenían entre los tres.

Del lado contrario un Max muy feliz seguía su camino, había ganado su primera pole de la temporada, logrando comenzar con pie derecho el que decía era su año, a lo lejos, frente a el noto venir a Sergio acompañado de Russell, los nervios lograron erizar su piel luego de que los recuerdos de la cena que compartieron en días pasados inundaron su mente.

Cuando salieron del restaurante del hotel, ambos seguían sumidos en sus pensamientos, sobre todo Sergio, pero no quiso demostrarlo, los dos se limitaron a acceder al elevador, Max tuvo que bajar primero, solo se despidieron con un apretón de manos y él siguió su camino hacia su habitación, pero desde ese momento, el contacto entre ambos compañeros de equipo había sido nulo.

No les había tocado compartir en las entrevistas antes de las prácticas, ni grabar contenido para la marca, y las pocas veces que se encontraron en el energy station su saludo solo se limitó a un asentimiento de cabezas, no había ni rastro de la efusividad que Sergio antes mostraba al verlo, algo que comenzaba a carcomer a Max por dentro, haciéndole sentir que gracias a su estúpida pregunta había arruinado lo que sea que hubiera entre los dos.

Pero su mente lo animaba a mantenerse positivo, indicándole que era el primer fin de semana de Sergio en la escudería, tal vez solo quería concentrarse para dar lo mejor de sí, suspiró fuertemente dándose el valor de seguir su camino, estaba seguro de que luego de su gran logro Sergio lo felicitaría, una leve sonrisa por parte de Max de a poco se formaba en sus labios al darse cuenta de que la distancia entre su compañero de equipo y él comenzaba a acortarse, paso saliva y preparo sus palabras «Hey ¿Qué tal todo?», "Es muy casual" pensó, «Russell, Checo, ¿Día difícil?», "No seas estúpido ambos clasificaron pésimo tienen suficiente con sus propios pensamientos", se regañó.

El tiempo de planear sus palabras se acabó, Checo y el británico se encontraban a solo un par de pasos, Max alentó su paso para no verse tan preparado para el momento, pero todo dentro de él se desconectó al momento que Sergio paso por su lado sin siquiera mirarlo, simplemente riendo a la par de Russell e ignorándolo por completo, para Max eso había sido un gran golpe en su ego.

Siguió caminando trato de disimular la mala jugada que había recibido por parte de su compañero de equipo, comenzó a mirar a todos lados con la intención de asegurarse si alguien había sido testigo de que había quedado como un estúpido esperando reacción alguna por parte del de pecas, al parecer no había ningún testigo de tal humillación, en su camino se atravesó Charles, quién no se imaginó el mal momento que era para su amigo.

—¡Max! Hiciste un excelente trabajo amigo, muchas felicidades por — Verstappen se acercó a él y estampo el neumático que constaba su pole entre las manos y estómago de su amigo, logrando sofocarlo, Charles por instinto tomo el premio.

No entendió que fue lo que dijo para que su mejor amigo actuara así, pero estaba acostumbrado a tales arrebatos de Max desde que estaban en el karting, solo observo como se alejaba mientras comenzaba a respirar constantemente para lograr normalizar su ritmo cardiaco, más tarde se encargaría de regresarle el reconocimiento que Max había ganado a pulso.

El neerlandés por su parte, no entendía por qué sentía tanto coraje dentro de sí, era consiente de que su rostro se encontraba bastante enrojecido gracias a la molestia que manejaba, no podía permitirse que lo vieran así, con prisa fue a esconderse a su room, evitando a toda costa entrevistas al mismo tiempo que trataba de contactar a Kelly, necesitaba desahogarse y que mejor que con su amiga, quien siempre estaba dispuesta a escucharlo sin juzgarlo.

—Más te vale que sea algo relevante porque acabas de interrumpir la siesta de Penélope — cuestiono la mayor con molestia, el rubio olvido por completo que Kelly se encontraba de visita con su familia en Brasil solo podía escuchar de fondo el llanto de la menor.

—Define relevante —se atrevió a bromear escuchando un bufido por parte de Kelly—. Checo me ignoro —soltó él sin más.

—Aja, ¿Y a mí qué? —respondió con irritación Piquet, tratando de calmar a su hija, Max suspiró.

No le había relatado a su amiga lo sucedido la noche anterior, sabia que si lo hacía ella probablemente comenzaría con una conversación rara que terminaría llevándola a sacar conclusiones apresuradas, pero si quería que ella comprendiera su sentir, tenía que ser sincero.

Comenzó a hablar, contándole todo, desde el momento en que Checo apareció en su puerta hasta el momento en que regreso a su habitación a dormir con cierta emoción en su pecho, durante el transcurso de su narración, fue consiente como su amiga le cantaba una canción de cuna a su hija, al tiempo que lo escuchaba con atención, al terminar su relato ella respondió.

—Dame un segundo —un simple susurro que logro poner sus pelos de punta gracias a la desesperación que sentía por no estar tranquilo luego del desplante de su compañero de equipo.

Un par de ruidos aparecieron en el teléfono, escucho como una puerta se cerraba y un suspiro de alivio.

—¿Sigues ahí? —pregunto el mientras mordía con nervio la uña de uno de sus pulgares.

— Por supuesto —de un momento a otro la llamada se cortó.

Max retiró su teléfono de la oreja y lo observo, no entendía por qué su amiga había terminado la llamada, hasta que en la pantalla se dibujó el aviso de que una llamada por FaceTime estaba entrando, era Kelly, sin chistar él respondió, apareció el rostro de la mayor, lucía relajada y despreocupada.

—Entonces, ¿Tu berrinche es gracias a que la noche de ayer Sergio y tú salieron a cenar, te le aventaste encima como gata en celo con esa pregunta y luego de obtener una ligera esperanza de que lo puedas besar ya te indignaste por qué no te saludo? —Max abrió la boca por sorpresa al escuchar las palabras de su amiga.

—¿Amiga o Hater? —respondió el rubio con molestia.

—Ambos cariño —Kelly le lanzo un beso para terminar carcajeando, Max frunció el ceño.

—Estás completamente equivocada, simplemente me molesto que me ignorara por qué —el menor se quedó mudo.

No encontraba palabra alguna que justificara el porqué se estaba sintiendo de esa manera, a través de la pantalla Kelly lo observo con ternura, sabía que lo que Max comenzaba a sentir por Sergio era algo completamente nuevo para él, jamás había experimentado tal afinidad hacía uno de sus compañeros de equipo, mucho menos sabría manejar la atracción que de poco notaba que crecía en el menor, aunque él se negara a aceptarlo.

—Sigo esperando tu respuesta —Kelly insistió, tratando de que él aceptara la realidad.

—Me dolió que me ignorara por qué luego de conversar tales cosas, cualquiera pensaría que nuestra amistad está creciendo ¿No es así? —cuestionó más para el mismo—. Entonces, obviamente, como cualquier buen amigo, debería de saludarme.

Kelly rodó los ojos, Max sonaba patético, le costaría, pero ella se encargaría de guiar al muchacho por el camino que le permitiera darse la oportunidad de sentir y experimentar las nuevas sensaciones que le provocaba su compañero de equipo. 



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La carrera transcurría de forma habitual, sin tantos contratiempos, todos los espectadores se encontraban eufóricos animando a sus pilotos favoritos, en el box de Red Bull, una visita especial resaltaba, la mujer era enfocada cada tanto por las cámaras, pues como siempre, ver dentro de la escudería de la bebida, a la hija de uno de los mayores inversionistas de Ferrari, era algo que causaba mucho revuelo, además de que su belleza era algo que llamaba la atención en cualquier lugar al que fuera, y eso Fleur lo sabía bien, simplemente se dedicaba a disfrutar de la atención que llegaba a recibir.

Mientras el camarógrafo la enfocaba, ella solo mantuvo su vista sobre la pantalla que le mostraba el recorrido de su mejor amigo, mismo, que seguí liderando la carrera, pero en unos segundos todo cambio cuando Max tuvo que entrar a boxes, su mala parada ocasiono que Lewis Hamilton lo rebasara, pasando delante de el justo cuando el rubio salía del pit lane.

Fleur mordió su mejilla por dentro ante el descontento, aunque se mentalizó con que aún faltaban un par de vueltas, y más le valía a Verstappen que eso sucediera porque de lo contrario ella estaría muy arrepentida de haber desperdiciado un fin de semana en los Alpes con su familia por venir a apoyarlo luego de tanta insistencia de su amigo.

Pasados los minutos la vuelta cincuenta y seis llego, por más que Max accionaba el DRS no lograba adelantar al británico, la rubia suspiró resignada, los últimos instantes de la carrera decidió dedicarlos a revisar sus redes sociales, gracias a la pasada campaña en la que colaboro con Yves Saint Laurent sus seguidores habían aumentado de forma considerable, levantando aún más su ego y presentando un buen augurio sobre su carrera en el mundo de la moda.

Su atención regreso a su entorno cuando un par de celebraciones se dejaron escuchar, la carrera había terminado, Max había ganado el segundo lugar, ella rasco su barbilla, tendría que presentarse en la premiación, algo que no le agradaba, por que además de que su amigo no era el triunfador simplemente lo consideraba innecesario todo el protocolo de los himnos y sus derivados, se mentalizo en que solo le hacía por cumplir el capricho de su mejor amigo, y pronto todo acabaría.

Ella no tardó más de cinco minutos en llegar al área donde se posicionaban los monoplazas de los primeros lugares, la mayoría del equipo ahora se encontraba ahí, Fleur se posicionó al lado de Alice esperando la llegada del Neerlandés.

El rubio estacionó su auto frente al letrero del segundo lugar, sentía bastante molestia en su interior, la primera posición había sido arrebatada de sus manos en tan solo un par de vueltas, no era una buena forma de comenzar la temporada, quito las protecciones y después de desmontar el volante salió de su monoplaza, bajo con rapidez quitando sus guantes, los ingenieros que se acercaban a asistir el auto lo felicitaron, a Max no le quedo más que agradecer.

Con prisa se dirigió hacia donde se encontraba su equipo, saludo a cada uno de los miembros de su equipo que se encontraban tras la valla de metal, por último se posicionó frente a Gianpiero.

—Excelente resultado muchacho —el mayor palmeo sus hombros, Max lo miro con molestia, iba a responder, pero fue interrumpido por GP—. No es momento, la temporada apenas comienza, disfruta el podio y hablaremos en la junta post carrera —el rubio asintió.

Suspiro, finalmente sus ojos se encontraron con los de su mejor amiga, le fue inevitable sonreír al ver como lo esperaba mientras revisaba algo en su celular, Max y Fleur habían coincidido desde que eran unos recién nacidos, la gran amistad entre Jos el padre de Max y Duncan el padre de Fleur, fue lo que los llevo a congeniar tan pronto.

Ambos comenzaron a compartir fiestas familiares, cumpleaños y hasta eventos escolares, además, los dos tenían una gran herida en su interior, tanto Max como Fleur, fueron creados con la idea de que tenían que ser los mejores, para ellos no importaba el compañerismo, no importaban los demás, solo tenían que enfocarse en ganar para destacar de entre el resto.

Para Max, esto lo había llevado a tener una infancia agonizaste, impidiéndole desarrollarse como un niño normal al verse sometido a los malos tratos de su padre Jos, aun así, el logro salir adelante, adaptarse a su entorno y esforzarse al máximo para evitar malos resultados y lograr evitar los regaños (palizas) que su padre hasta la fecha podría proporcionarle.

Por parte de Fleur, simplemente se adecuó a los que sus padres le exigían, al ser hija única, tanto Duncan como Ciara volcaron todas sus expectativas y seños frustradas en la niña, dando como resultado que el ser la numero uno solo formara parte de la personalidad de Fleur, logrando que la rubia siempre se enfocara en destacar y conseguir lo que quiere sin importarle el resto.

Esto lograba que de vez en cuando los amigos tuvieran sus roces personales, mientras Max se enfocaba en tratar de olvidar el pasado y de a poco sanar, Fleur continuaba alimentando esa mentalidad de depredador con la que habían crecido, pero aun así, el cariño que tenían entre ambos, terminaba por ganar.

—¡Flo! —exclamo Max el peculiar apodo.

—¡Maxie! —expreso con ese tono chillón que la caracterizaba.

Alice que estaba a su lado se sobresaltó al escucharla, con prisa se hizo a un lado, la rubia no era santo su devoción y prefería mil veces los días en que ella no iba a las carreras, los amigos se abrazaron con cariño, no habían tenido la oportunidad de saludarse previo a la carrera gracias al poco tiempo libre de Max, pero ahora se pondrían al día.

—Excelente trabajo schatje, te quedaste cerca del primer lugar, pero ya vendrán más carreras —la chica sonrió.

—Espero que así sea, ¿Qué tal el ambiente en el box? —pregunto el piloto separándose de ella.

—Todo tranquilo, ya sabes, gritos por aquí, indicaciones por allá, cada quién en su tema —comento ella mientras Max tomaba su termo de las manos de Alice para hidratarse—. Pero, te tengo una noticia —Max la miró con atención—. Logré retrasar un poco el vuelo que mi padre había mandado, lograremos cenar juntos antes de que me vaya —el rubio sonrió con emoción.

—Me parece magnífico, tenemos mucho con lo que ponernos al día —ambos sonrieron con emoción.

—Es momento de que subas al podio —Alice le indico.

Los menores se pusieron de acuerdo para cenar en el restaurante del hotel donde Max se hospedaba luego de la junta post carrera antes de que el ojiazul se viera arrastrado por su relacionista hacia el famoso Cool room.

Una vez dentro Max solo le brindo un asentimiento de cabeza como forma de saludo a Valtteri, quién ya se encontraba ahí para terminar por tomar asiento en una de las sillas altas que les proporcionaban, poco después Lewis ingreso a la habitación, Max pudo sentir como su cuerpo se tensaba, todas las pésimas ideas y mala imagen de Hamilton que su padre se había encargado de implantar en su cabeza antes de que la temporada comenzara, amenazaban con salir a flote.

—Buena carrera, ¿Cierto? —Lewis menciono mirando a Max.

Este último lo tomo como una burla total hacia su persona, estaba dispuesto a atacar y tirar alguna que otra palabra hiriente sin motivo, pero un silbido capto su atención, Max llevó su vista hacia la entrada, era Checo, en cuanto sus miradas se encontraron, el mexicano hizo un gesto con su índice, indicándole al menor que se acercara, este último se puso de pie más rápido que un resorte, cuando estuvo cerca del de pecas sintió como el aire abandono sus pulmones en cuanto lo abrazo.

—Excelente carrera cabrón —Checo lo felicito, se separó de él sin darle tiempo a corresponder su gesto—. Tuviste un gran rendimiento y aseguraste buenos puntos, felicidades —una sonrisa se extendió en los labios de ambos.

Sergio había acudido a felicitar a su compañero obligado por Jocana, el preparador físico se había dado cuenta de como el de Guadalajara había evitado cualquier contacto con el rubio desde que cenaron juntos, al parecer de Jo, no habría por qué alejarse, según Checo la cena habría transcurrido sin problemas, pero era mejor amigo de Sergio, y sabía que algo le ocultaba, así que si no planeaba decírselo, lo obligaría acercarse a Verstappen para hacerlo pagar su silencio, además, le gustaba ver el mundo arder, y a sabiendas de que algo más sucedía entre ese par, claro que se encargaría de hacerlos interactuar.

—Gracias por tus palabras Sergio —Max suspiro—. Siendo sincero me siento un poco decepcionado de mi rendimiento por —se vio interrumpido.

—¿De qué hablas? Fue un performance espectacular, simplemente la parada en pits no fungió a tu favor —Checo tomo su hombro—. Además, es solo la primera carrera, nos estamos adaptando al auto, una vez que lo domines serás imparable —habló con sinceridad.

Estas palabras lograron mejorar el humor de Max y subir sus ánimos a pesar del resultado.

—Max, es hora de salir al podio —uno de los encargados de la ceremonia de celebración hablo a sus espaldas.

—Iras a la fiesta post carrera ¿Cierto? —cuestiono Sergio con rapidez.

—No creo —Max titubeo pero termino por negarse.

—Entonces nos veremos luego, disfruta el podio —sin darle oportunidad de réplica, Sergio salió corriendo de ahí.

Se sentía bastante incómodo interactuando con Verstappen, luego de que en se ultima charla, el menor logro sembrarle extraños pensamientos y hacerlo cuestionarse situaciones que nunca pensó remover, decidió tomar su distancia.

Todo iba bien, hasta que Jocana abrió la boca y le hizo razonar que no podía ser indiferente con el otro piloto de la escudería, recordándole que tanto Max como su padre estaban en contra de su llegada, y si notaban alguna extraña actitud hacia ellos podrían mover sus influencias logrando que lo sacaran del equipo.

Cosa que Checo veía improbable, pero no estaba de más hacerle caso a su mejor amigo, por si las dudas, sus hombros se relajaron al salir de esa situación tan tensa, camino con calma hacia su room para recoger sus pertenencias antes de salir del circuito, gracias a que para su buena fortuna, Horner había decidido cancelar la junta post carrera y posponerla para el día de mañana a medio día aprovechando que el equipo estaría en la ciudad hasta el miércoles, ahora solo se dedicaría a llegar a su hotel, darse un baño rápido y disfrutar la fiesta organizada por Ricciardo, dándole la corazonada de que le esperaba una gran noche.

Mas tarde, ya en el hotel, Sergio estaba listo para enfrentar la noche y la rumba que esta le concediera, tomó sus pertenencias, miró la pantalla de su celular al sentir como este vibraba en su mano.

"¿A qué hora llegan tortuga? Jo y tú son los únicos que faltan."

Estaba por responder cuando un par de golpes llamaron a su puerta, seguramente era Jo, regreso al espejo y se dio una mirada rápida logrando sonreír, "Benditos sean Don Toño y Doña Marilu por hacerme tan guapo" pensó.

La camisa de vestir blanca se ajustaba abrazaba su torso resaltando sus músculos, esta era acompañada por un pantalón de mezclilla oscura logrando darle un look elegante pero despreocupado, finalizando por los tenis puma blancos, edición especial brindada por la marca al ser patrocinadores de la escudería.

—Me hicieron con tanto amor, que se acabó el suyo —Sergio, carcajeo ante la situación de sus padres, llevaban varios años ya divorciados, pero sabía que esto había sido una decisión mutua, convirtiendo esto en una anécdota así como broma local de la familia.

Acomodo de nuevo su cabello y se dirigió a la puerta, que de nuevo era tocada con insistencia, al abrir, por supuesto, que el de Puebla estaba ahí.

—Cuando tú quieras rey, no hay pedo, aquí está tu pendejo para esperarte, vamos a llegar muy tarde por tu culpa —hablo el preparador físico.

—Ay, ya güey bájale, fueron unos minutos extra —Checo cerro la puerta tras de él y tomo el hombro de Jo para comenzar a caminar por el pasillo—. La fiesta es en la terraza del hotel, no es como que tengas que irte a China.

Entra pláticas, ambos ingresaron al elevador, Jo se aseguró de mostrarle a Sergio el contenido que había encontrado en Instagram en una de las tantas fanpages que existían sobre el de pecas, ambos reían y compartían sus ideas al leer los comentarios, fue así como comenzaron su camino hacia la terraza, preparados para lo que la noche presentara.


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Las mejillas de Max dolían, pero no podía dejar de reír, a pesar de que la cena con su mejor amiga había terminado, ambos habían pasado una velada excelente, poniéndose al día, logrando comentar todos los aspectos relevantes que habían acontecido en sus vidas mientras estaban separados.

— Fue así, como Tom, fue relegado de mi guardaespaldas personal, al guardia de seguridad de la casa — finalizo Fleur.

Los amigos iban saliendo del restaurante del hotel, encaminados al lobby, donde Callum, el guardaespaldas de la rubia la esperaba para encaminarse hacia el aeropuerto, la menor de los Hoffman tenía que partir hacia Italia, sus padres tenían un par de compromisos familiares el día de mañana a los cuales estaba forzada a asistir.

— Creo que fue una exageración que lo hicieras quedar mal frente a tus padres solo porque no te permitió salir a escondidas de la cena de negocios de Duncan — Flo frunció el ceño.

— Maxie solo fue una lección, tenía que mantener claro que solo es un empleado y tiene que hacer lo que yo le diga, para eso le pagan — Verstappen rodó los ojos.

Sin algún otro comentario de por medio, llegaron hacia el punto acordado, Fleur se posicionó frente a Max.

— Gracias por invitarme este fin de semana — la chica abrazo a su amigo, Max al instante correspondió su gesto.

— Al contrario, gracias por venir a apoyarme, sé que tienes tus compromisos y es todo un honor que la gran Fleur Hoffman tenga espacio en su agenda para mí — ambos rieron para luego separarse.

— Te prometo que haré o posible por estar aquí más seguido — agrego la rubia con sinceridad.

Finalizada la conversación, se fundieron en otro abrazo, prometieron mantenerse en contacto a través de mensajes de texto, Fleur dejo un beso en la mejilla de Max y se retiró en compañía de Callum quién solo le dio un asentimiento de cabeza al menor como despedida.

Max observó a su amiga salir el hotel, pasados unos segundos dio media vuelta con rumbo al ascensor, mientras esperaba su llegada tomo su celular, ingreso a Instagram, deslizando su timeline sin interés, solo quería irse a la cama, había sido un día bastante agotador.

Ingreso al elevador y presiono el botón de su piso, las puertas cerraron y volvió su vista a la pantalla del aparato, apareció ante sus ojos el pequeño círculo con la foto que fungía como icono de Daniel rodeada de un margen verde, indicándole que el moreno había compartido una storie en close friends, presiono sobre el mismo.

Se sobresaltó gracias al alto volumen de su celular, Daniel estaba en la fiesta post carrera de esta edición, el primer video corto se trataba de Ricciardo saltando como un loco en compañía de Lando, ambos abrazados cantando mientras mantenían su trago intacto, el segundo video era Carlos compitiendo contra Fernando en lo que parecía beer pong.

Max bufo, no entendía como les gustaba perder el tiempo de esta forma, en lugar de descansar para lograr levantarse temprano el día siguiente y seguir con su preparación para la próxima carrera, preferían desaprovechar el tiempo de fiesta y bebiendo alcohol, en la última storie la cámara se movía de forma caótica, risas, luces parpadeantes, cuerpos apretados, y entre todo ese show, un segundo —solo uno— donde vio a Checo, sonriendo, con una botella de champaña en la mano.

Por inercia las palabras de su compañero llegaron a su cabeza «Iras a la fiesta post carrera ¿Cierto?», tuvo que negarse al tener un compromiso de cenar con su mejor amiga, además, no era fan de esos eventos, pero ahora que se había desocupado, podría ¿Intentarlo?

Las puertas del ascensor se abrieron regresándolo a la realidad, había llegado a su piso, podría simplemente ignorar esa voz en su cabeza que lo incitaba a ir hacía la terraza del hotel y simplemente llegar a su habitación a dormir, mordió su pulgar tratando de pensar mejor, su impulso le pedía a gritos ir, pero su razonamiento lo llamaba a descansar, no sabía cuál terminaría por ganar.


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Nunca una puerta se había encargado de atemorizar tanto a una persona, mucho menos una de cristal, pero para Max, esta representaba un gran riesgo, si ingresaba a la terraza no había marcha atrás, se volvería parte de la fiesta, y esto podría tener muchas consecuencias, tanto con su padre si este llegaba a enterarse, como con su desempeño, pero Max no planeaba quedarse mucho.

Una pequeña vocecilla dentro de él lo estaba incitando a avanzar y ser el mismo aunque sea por una noche, apretó sus puños con fuerza, bajo su vista hacia su vestimenta, había decidido pasar rápido a su habitación para refrescarse, cambio la playera de algodón que portaba por una playera azul celeste de lino a botones, aprovechando retoco su peinado y se colocó un poco más de colonia, tenía que ir más presentable.

—Es hora —inhalo profundo y exhalo al tiempo que abría la puerta corrediza de cristal.

La música inundó sus oídos, con prisa ingreso y cerro tras de él, gracias al alto volumen nadie se dio cuenta de su llegada, pudo reconocer la canción, Substitution de Purple Disco Machine, era de sus favoritas, la utilizaba a la hora de sus entrenamientos o incluso cuando solo deseaba escuchar música para pasar el rato.

Las luces parpadeaban al ritmo de la música, y cada beat hacía que su corazón latiera con más fuerza, no sabía si era la adrenalina, la expectativa... o simplemente él.

Been lookin' for a substitution, healin' my heart's confusion —recito entre dientes una vez que comenzó a mezclarse entre todos los presentes.

Varios mecánicos de su equipo lo saludaron en el trayecto, respondía el gesto con cortesía, pero no se detuvo con el grupo, él buscaba a alguno de sus amigos para poder pasar un rato, eso se dijo así mismo para engañarse por dentro sabía que solo buscaba a alguien en específico, siguió moviéndose entre cuerpos sudorosos y el olor a alcohol, su mirada seguía escaneando con ansiedad, un atisbo de desesperación comenzó a envolverlo, se sentía ridículo por estar allí por un simple impulso, hasta que George gritó un nombre por encima de la música.

—¡Checo! —Max giró por instinto, y ahí estaba.

"When I hear your name, I can't be sober, I could use someone to shake it, shake it..."

Sobre una mesa, una botella en alto, echando chorros de champaña sobre un grupo de amigos, entre ellos Carlos, Fernando y George, quienes lo aclamaban como si fuera el rey de la fiesta, su camisa blanca estaba mal abotonada, mostrando parte de su pecho, tenía el cabello húmedo, desordenado, y la risa entrecortada que solo brota con el alcohol, sus mejillas estaban enrojecidas.

La luz lo bañaba por segundos, y en cada uno, Max sentía que el aire le ardía en los pulmones, no era como lo había imaginado, era más, más salvaje, más despreocupado, más... hermoso.

"But I know that I can't get you outta my head, and I know I can't numb you away..."

Las pupilas de Max lograron dilatarse ante tal espectáculo, que por supuesto estaba disfrutando, en medio de toda esa euforia luego de unos segundos, Checo lo vio, sus ojos se cruzaron y, por un segundo eterno, la música desapareció.

Ver a Max ahí era una tremenda sorpresa para Checo este sostuvo la mirada, no se rio, no gritó, solo lo miró, como si acabara de verlo por primera vez. Como si ese Max silencioso, nervioso, que apenas ocupaba espacio... estuviera de repente iluminado por algo que Checo no sabía que le gustaba. La inocencia que el neerlandés emanaba revolvió algo en su interior.

El mexicano relamió sus labios por inercia, sintiendo los nervios a flor de piel, y siendo consiente de que estaba disfrutando que esos ojos azules estuvieran pendientes de sus movimientos, ante este gesto Max tragó saliva, su cuerpo entero temblaba, pero no retrocedía.

Checo bajo de la mesa a trompicones, con una sonrisa ladeada camino hacia Max sin dejar de mirarlo, el menor no aparto la vista, ambos se quedaron así, a pocos centímetros, respirando el mismo aire cargado de electricidad.

—No sabía que vendrías —murmuró Checo, su voz apenas audible entre el eco de la música.

—Yo tampoco —confeso Max, bajó la mirada un segundo, pero volvió a subirla. 

Esta noche no quería esconderse, solo quería ser él, sin pensar demasiado Sergio se inclinó apenas, no hubo contacto entre ellos, pero su boca quedó peligrosamente cerca del oído de Max.

—Me alegra que lo hicieras.

Esas simples palabras bastaron para que cualquier atisbo de duda desapareciera de la mente de Max, había hecho lo correcto al seguir sus instintos, ahora podría compartir con su compañero un par de copas y tratar de aliviar esa tensión que seguía latente luego de la última cena que compartieron.

—¡Emilian! —apareció Daniel a su lado—. Qué milagro que nos acompañes, esto es todo un suceso, tenemos que celebrarlo —el moreno abrazo a Max por los hombros—. Ahorita te lo regreso —exclamo hacia Sergio quién frunció el ceño.

Sin que alguno de los dos compañeros tuviera oportunidad de réplica Ricciardo arrastro a Max hacia la barra donde se terminaron encontrado con Charles quien también saludo a Verstappen con bastante efusividad, a Sergio no le quedo más que regresar a donde se encontraba anteriormente y observar desde las lejanías a Max, con la esperanza de que en algún momento de la noche volvieran a coincidir.


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La fiesta seguía viento en popa como si no tuviera intención de terminar, voces mezcladas con luces, risas desbordadas y cuerpos que se deshacían bajo el ritmo de la música, cuando Ocean Drive de Duke Dumont comenzó a sonar, Checo sintió en su interior como algo cambiaba, la atmosfera bajaba su ritmo, se volvía más lenta, íntima y más pesada, dándole la sensación de que el tiempo se retrasaba como si estuviera dentro de la típica escena de una película que no sabía que él estaba protagonizando.

Hace un rato que estaba solo, Carlos y Fernando se habían retirado con la excusa de que tenían un vuelo que tomar temprano, y Jo, su fiel compañero se había desaparecido con quien sabe quien a quien sabe donde, se encontró a sí mismo apoyado sobre la barra, con una botella medio vacía aún en la mano, y comenzó a buscar entre la multitud al rubio que esta noche protagonizaba sus pensamientos, Max.

No lo había visto tanto como lo pensaba, desde que llego, lo había sentido cerca, como una presencia suave, pero siempre con alguien más, como Daniel, Charles y hasta Yuki, el menor conversaba, reía y de vez en cuando su mirada se cruzaba con la de Checo, como si quisiese acercarse, pero, nunca lo hacía.

Y eso le estaba jodiendo la cabeza.

Checo frunció el ceño, "¿Qué mierda me pasa? ¿Por qué me importa?", pensó.

Max podía hablar y reírse con quién quisiera, pero cada vez que lo veía inclinarse hacía alguien para comentar algo al oído, sentía que la tensión se le enrollaba en el pecho, no estaba acostumbrado a eso. A sentir, y menos por alguien como Max.

Quién ahora estaba ahí, al otro lado de la terraza, con una bebida en la mano y una sonrisa que no era para él, Sergio sintió como la sangre hirvió bajo su piel, se giró hacia la barra y dejó la botella de golpe, llamando la atención de la camarera.

—¿Se encuentra bien? —pregunto ella.

—Si, todo perfecto —respondió, a sabiendas de que no era algo cierto.

Volvió a mirar hacia donde Max se encontraba, estaba bailando.

No con descontrol como todos los presentes, sino con un vaivén torpe, como si la música lograra guiarlo sin preguntarle, Checo lo observo por unos segundos más, algo en su interior llamaba, quería que se acercara, que estuviera con él y dejara de poner esa distancia que antes no estaba.

No sabía como, pero necesitaba llamar su atención, así que hizo algo insignificante, algo tonto, algo que por supuesto no llamaría la atención de nadie más que de su objetivo.

Le escribió, sacó el celular con pulso torpe y sintiendo como su corazón latía rápido.

"¿Te vas a ir sin despedirte?"

Sin titubeos, lo envió.

Inmediatamente, guardo el celular, como si ese mensaje nunca hubiera existido, lo único importante en este momento era ver como reaccionaba Max después.

No pasaron ni diez segundos, cuando Max miró su pantalla, leyó ese par de palabras con cautela, levantó su vista, lo busco, y lo encontró, esa mirada que lo paralizaba, sintiendo de nuevo esa conexión, como en el primer segundo en que se vieron en ese festival de invierno de la fábrica.

Max comenzó a caminar hacia él con cautela, sin prisa, pero con intención de llegar pronto, Checo al verlo acercarse, no pudo evitar sonreír, no entendía lo que estaba sintiendo, pero por ahora, lo quería cerca, el mexicano desvió la mirada justo antes de que él llegara.

No quería parecer que lo estaba esperando, aunque así fuera, fingió un gran interés por la botella vacía que antes había abandonado en la barra, mientras la atmosfera comenzaba a llenarse de tensión.

—¿Así te despides tú? —dijo Max, con su característica voz.

Checo sonrió a duras penas, sin despegar su vista de la botella.

—No sabía si seguías ocupado con tus nuevos amigos —mordió su mejilla por dentro, revelando sin querer, que el ver a Max acompañado por un grupo de amigos que no había visto antes, lo estaba molestando.

—No son nuevos —respondió Max, con un tono de molestia en su voz—. Solo... estaba hablando.

Él silenció apareció, pero no uno incómodo, solo era como si ambos supieran que estaban conversando de algo más que no se atrevían a decirlo directamente, Ocean Drive seguía sonando, Sergio estaba disfrutando esa mezcla de beat pegajoso y melancolía disfrazada de verano que la canción les brindaba.

La pista de baile frente a ellos seguía a reventar a pesar de la avanzada madrugada, gente que se rozaba sin pensar mientras disfrutaban del momento, Max miró al centro, luego devolvió la vista a Checo, quién se había enmudecido y ni siquiera lo miraba.

—¿Sabes bailar? —pregunto el menor sin pena.

El de pecas lo miró por fin, esos ojos café con ligeros destellos verdes tenían ese brillo que dan unas copas de más, y en ellos se reflejaba una emoción que no se puede nombrar.

—Depende con quién.

Max encogió sus hombros, tomando el gesto como un desafío, pero sus mejillas estaban algo sonrojadas, y no por el alcohol, con firmeza dio un paso hacia la pista, no sin mirar de reojo, esperando que Checo lo siguiera.

Y lo hizo.

No fue un baile como tal, no estaban pegados, ni se tomaban de la mano, solo estaban ahí, juntos, moviéndose al mismo compas, cerca, demasiado cerca como para ser «solo compañeros», pero demasiado lejos para parecer una pareja.

Max lo miraba de reojo, como si tuviera miedo que lo pudiera leer con tan solo compartir miradas, y Checo, Checo se esforzaba por mantener una expresión neutra. Pero el cómo se inclinaba hacia Verstappen cada vez más y como su cuerpo se aflojaba cuando Max estaba cerca lo delataban.

El mundo giraba alrededor y el tiempo seguía avanzando, pero para ellos todo se había vuelto más lento, más borroso.

—¿Por qué viniste? —preguntó Checo, como quien lanza una piedra a un lago para ver cuán profundo es.

—¿A la fiesta? —Checo asintió.

Max dudó, se relamió los labios.

—No sé... supongo que quería recordar como era —Checo ladeó la cabeza, acercándose apenas.

—¿Y valió la pena? —Max no respondió al instante.

Sus ojos bajaron hacia el suelo, luego subieron, encontrando los de Sergio por un segundo que parecía alargarse más de lo normal.

—Todavía lo estoy decidiendo.

Checo carcajeó levemente, y no dijo nada más, ambos siguieron bailando, sin palabras de por medio y sin contacto entre ellos, pero algo había cambiado, ellos lo sabían, aunque no podían explicarlo ni quisieran aceptarlo.

Cuando la canción termino, Max se alejó sin despedirse, simplemente se fue a buscar otro trago, y Checo lo dejo ir, porque si lo detenía, tendría que admitir que algo en él también se estaba moviendo.

Y no estaba listo para eso.



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