
₄ F̷̔̓̽o̸̓͋̉͝r̸̂͛͊̚ȇ̴̫̈͐̍͠s̸͉͍͕͠T̸́̈̃͋̇̋͠
Ansan, 4̴͖̳̖͙͎̣̦͇̿ de m̶̧͉͙̖͗̔̓̐̏̇ą̴̪̩̫̝̰̈̿̊͂ͅr̶͇̟̝̠̲͗͗z̶͈̭̰̗̮̖͛̿̇̀̕ö̷͕͇̠̠̔̀͛̂̀͐́͝ͅ de 2̵̟̲͙̺̆̄͘0̶̨̨̳͈͙̫̑͑̒́̈́̈́̆̑1̷̗̳̗̩́9̴̰͈̣͋̔͝
YJ, 19 años. SB, 18 años.
Yeonjun seguía cayendo.
Pero más que asustarse o sentir la adrenalina típica de un momento tan intenso y peligroso como ese, se encontraba completamente tranquilo, dejando que la gravedad lo hiciera descender sin cuidado.
No estaba preocupado por la situación, más bien se encontraba pensando en que quería estar con Soobin y tomar su manita, asimilando extrañamente rápido el dolor que sufriría nada más tocar el suelo. Pero una vez llegó a este, por alguna razón lo había traspasado sin daño alguno, como si fuera una especie de fantasma.
Seguía y seguía descendiendo, ahora estando en un lugar completamente negro. Sus párpados pesaban y solo podía preguntarse: ¿Cuándo dejaría de caer?
La verdad, llevaba demasiado tiempo descendiendo, aunque intentaba vivir fingiendo que no, pero eran en momentos como este que no podía seguir actuando como siempre. Sin embargo, lo aguantaba porque sabía que no estaba ni un poquito cerca de alcanzar su límite. Después de todo, no era la primera vez que esto ocurría.
Por eso, cerró los ojos con pura tranquilidad para dejarse llevar y aún si seguía cayendo. La sensación de vértigo no le causaba absolutamente nada.
De un momento a otro, se percató de que realmente no estaba cayendo, sino que se encontraba acostado en algo muy suave.
Al mover sus brazos, el sonido de la hierba chocando entre sí se hizo presente, obligándole a abrir los ojos para comprobar que, efectivamente, estaba en el césped.
Se sentó y dio un rápido vistazo alrededor para intentar averiguar dónde se encontraba. Pero solo veía oscuridad absoluta, a excepción de donde él se encontraba sentado, que era la única zona iluminada por la luna.
¿La luna? No, al mirar al oscuro cielo notó que la leve iluminación provenía de un gran y latiente corazón realista cuyas venas desaparecían en la oscuridad, como si estuviera conectado a ese extraño lugar. Y a juzgar por el aumento de pulsaciones, Yeonjun pudo averiguar rápidamente que estaba sincronizado con su propio corazón.
Tenía miedo y se sentía observado, pero no podía ver más lejos de ese pequeño círculo iluminado en el que se encuentra.
Sus ojos completamente abiertos analizaron sin parar todo a su alrededor. Estaba muy alerta por si acaso algo le atacaba, que aún si no parecía haber nada más que él, todos sus instintos se habían activado por completo.
De repente, el fuerte sonido de árboles rompiéndose hizo eco en donde sea que estuviera, y cuando se quiso dar cuenta, había todo un frondoso camino delante suya, siendo lo único visible entre tanta oscuridad.
Al principio no hizo nada. Algo le decía que no fuera por ese camino, le causaba muchos escalofríos de tan solo imaginarse caminando por allí. Digo, las plantas parecían estar podridas y las ramas que sobresalen de todos lados lucían muy tétricas.
Pero al notar algo desgarrando la mano que tenía apoyada en el césped, vió que la dañina oscuridad empezaba a eliminar la poca iluminación, haciendo que Yeonjun se levantara de golpe al notar que estaría en peligro si se quedaba.
Medio aturdido y sin darse cuenta de que tenía una profunda herida en su mano sangrando de manera preocupante, empezó a correr por el mismo camino que hace unos segundos juró no pisar, pero todo sea con tal de huir de lo que sea que estaba ahí.
No lograba verlo, de hecho duda que siquiera tuviera forma, lo cual le aterraba aún más, pero no tenía tiempo para pensar bien en ello. Él simplemente corrió movido por el miedo sin siquiera mirar atrás, por lo que no notaba como ramas estaban rasgando todo su cuerpo a medida que avanzaba.
Pero el temor y la fuerte necesidad de huir eran lo suficientemente fuertes como para que Yeonjun no sintiera dolor a pesar de que las heridas se veían muy mal.
En algún punto, empezó a escuchar pasos igual de rápidos que los suyos, y lágrimas comenzaron a desparramarse por sus mejillas.
Necesitaba buscar a Soobin, es el único capaz de hacerle sentir seguro.
¿Habrá bajado? Seguramente sí, se preocupaba mucho por él, y sabe a la perfección que Soo no se atrevería a dejarlo a su suerte en una situación peligrosa. Eso nunca.
Al haberse desconcentrado pensando en su amado pelinegro, no vió la raíz que sobresalía en medio del camino y tropezó, cayendo tan fuerte al suelo que lastimó aún más sus rodillas. Muy probablemente necesitaría atención médica, pero eso no importaba ahora, no cuando la oscuridad se acercaba cada vez más, y como consecuencia, varias mariposas negras salieron de entre los árboles para aletear cruelmente a su alrededor, intentando hacerle daño con sus fuertes alas, por lo que Yeonjun se hizo bolita y puso los brazos alrededor de su cabeza para intentar protegerse.
Cuando estaba a punto de lamentar y rendirse por el dolor que recién ahora notaba en todo su cuerpo, percibir una pequeña luz al final del camino le dió la suficiente esperanza y fuerza de voluntad que necesitaba para levantarse y seguir corriendo, lo cuál hizo.
Su expresión de felicidad aumentaba cada vez que se acercaba más y más a la salida, y la satisfacción y sensación de alivio recorrieron su cuerpo al ya estar fuera del bosque.
Aunque la tranquilidad que sintió en ese momento duró muy poco, pues al escuchar música de disco bastante lejana, sus músculos se tensaron y volvió a sentir un temor aún mayor que el que sintió en el tenebroso bosque.
Alzó la mirada, encontrándose con el cielo completamente negro y ese gran corazón que había divisado con anterioridad, pero esta vez se veía distorsionado.
Era como si estuviera bajo el agua, pero no se sentía como tal.
En primer lugar, la gravedad era normal. En segundo lugar, en el agua no había bosques, ¿verdad?
Volteó a mirar hacia atrás.
La oscuridad había desaparecido, por lo que ahora los árboles no se veían tan aterradores y las mariposas habían desaparecido por completo. Aún así, seguía sintiéndose observado, así que al fijarse un poco se percató de que habían varios ojos completamente abiertos en los troncos, mirándolo única y exclusivamente a él.
En el momento en el que Yeonjun tuvo un escalofrío por ello, el viento se hizo presente y comenzó a azotar a los árboles, haciendo que estos parecieran estar vivos por los movimientos.
Si siguiera dentro del bosque pensaría que en cualquier momento algún árbol lo atraparía, y es ese pensamiento el que le hacía sentir aliviado de estar fuera incluso con la tensión y confusión dominando su cuerpo.
Ignoró por completo el bosque cuando escuchó un leve crujido detrás de él, volteando para encontrarse con un infinito suelo de piscina.
━¿Soo... Bin? ━preguntó al aire. Nada garantizaba que el pelinegro estuviera ahí, pero la gran necesidad de verlo en ese preciso momento hablaba por él.
Dispuesto a buscarlo, empezó a caminar.
La verdad es que no había absolutamente nada además del bosque y el corazón en el cielo. El resto era puro suelo de azulejos azules justo debajo del infinito cielo completamente negro. Y aún así, no había tanta oscuridad como para pensar que es de noche, pero tampoco estaba tan iluminado como para decir que es de día.
Era extraño.
Seguía avanzando a pasos lentos, alejándose poco a poco del tenebroso bosque.
Tenía sus ensangrentadas manitas pegadas al pecho, manteniéndose completamente alerta. Cada paso que daba aumentaba ligeramente sus pulsaciones, que aún con la música de fondo, sonaban bastante fuerte.
Estaba demasiado nervioso, y no sabía por qué.
━¿Soobin? ━volvió a llamar sin recibir respuesta o algún indicio de la presencia del pelinegro.
De repente, el estruendoso sonido del agua le hizo alzar la mirada, y lo que vió lo dejó sin palabras.
Era otro chico igual a él. O más bien, era literalmente otro Yeonjun flotando en el cielo, rodeado de pequeñas burbujas que iban desapareciendo poco a poco.
No podía apartar la mirada de este aún cuando su instinto le gritaba que saliera de ahí, pero sus pies no querían reaccionar, así que se mantuvo parado en todo momento.
El otro Yeonjun descendía lentamente ante la atenta y miedosa mirada del temeroso rubio. En algún punto, el que flotaba volteó a verle con los ojos completamente oscuros y sin rastro de vida en ellos.
Una sádica sonrisa de oreja a oreja se formó en el rostro del otro Yeonjun al notar el miedo del contrario, haciendo que el Yeonjun real se estremeciera completamente intimidado y asustado.
Sus pies empezaron a temblar, y se hubiera tirado al suelo de no ser porque el Yeonjun que seguía descendiendo habló.
━¿Por qué sigues vivo? ━interrogó con burla. Su voz sonaba muy profunda, e hizo eco en todo el lugar━. Eres un monstruo, Choi Yeonjun.
Tras esas palabras, un líquido rojo empezó a caer de los ojos y boca del extraño Yeonjun a la vez que comenzaba a llover.
El Yeonjun real quería gritar y llorar, pero en vez de eso, volvió por donde había llegado, corriendo rápidamente hacia los árboles para resguardarse de la lluvia ━también roja━, deseando con todo su ser que no fuera sangre.
Tampoco tenía intenciones de parar a averiguarlo.
En los azulejos azules del suelo se empezaban a formar varios charcos que Yeonjun no podía esquivar, y al pisarlos notó cuán espeso era ese rojizo líquido, haciendo que sus latidos aumentaran al imaginarse lo peor.
Entre el bosque y ese lugar, definitivamente prefería el bosque, al cuál entró sin dudar ni ganas de retroceder.
Sin embargo, esta vez el viento daba más fuerte, y cada árbol se agitaba más de lo normal. Tanto así que algunos empezaron a caer.
El bosque se estaba desmoronando a medida que Yeonjun corría, los árboles caían tanto detrás como delante suyo. El chico usó la poca fuerza que le quedaba para saltar y esquivar todo lo que se interponía en su camino con tal de seguir huyendo por si acaso el otro Yeonjun lo seguía.
Le tenía mucho miedo, y no dudaba en que este sería capaz de matarlo si lo encontraba.
━Yeonjunnie, ¿dónde estás? ━se escuchó a lo lejos la indudable voz de su querido Soobin, haciendo que se detuviera para ver de donde estaba.
━¡Soobin! ━chilló para que el pelinegro también lo buscara.
Se sentía aliviado, finalmente estaría con Soobin.
Finalmente estaría con su hada de los sueños.
Finalmente estaría a salvo…
Pero, ya era demasiado tarde para él.
Un árbol había caído demasiado cerca, atrapando su pie izquierdo e imposibilitando que pudiera avanzar.
Desesperado y adolorido, intentó liberarse sin percatarse de aquel gran tronco que iba a caer justo encima suyo.
━¡¡¡¡Yeonjun!!!! ━exclamó un preocupado Soobin, quien por fin hizo acto de presencia.
━¿Soobinnie? ━cuestionó confundido por la desgarradora y asustadiza expresión que tenía el menor.
Antes de poder averiguar qué pasaba, Yeonjun fue fuertemente aplastado por el tronco.
Contador de muertes de Yeonjun: 1092.
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