━Capítulo Tres
❝𝐌𝐈 𝐏𝐀𝐃𝐑𝐄 𝐄𝐒 𝐏𝐎𝐒𝐄𝐈𝐃𝐎𝐍❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎3 ☼︎༄.✰ 〙
-- campamento --
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DESPUÉS DE AQUEL GRITO POR PARTE DE GROVER TODO SE FUE A LA MIERDA. Y Diane no sabia que estaba pasando hasta que notó lo que habia asustado de alguna manera a su amigo.
Entonces fueron dos locos gritando.
-¡Sally, al frente!
Pero para cuando ambos chicos le advirtieron a la mujer fue muy tarde.
Lo que pareció ser una vaca cayó del cielo y Sally a toda velocidad giró el volante, perdiendo el control del automovil hasta que este rodó y dió la vuelta.
-Percy...
-Mámá, ¿estás bien? -preguntó
el pelinegro asustado en busca de su madre en el asiento a su lado a lo que ella musitó un suave sí -. ¿Diane?
-Auch, creo que me rompí algo -musitó en respuesta intentando no pisar los vidrios
-Grover, ¿cómo estás?
-¿Vi mal o están lloviendo vacas?
Justamente después de que su amigo dijo eso, Percy notó apesar de estar en una dolorosa posición de cabeza que estaban cerca de una terreno con vacas y algo se acercaba lentamente al auto volteado.
-¿Qué es eso? -preguntó Percy con lentitud algo asustado al ver lo que se acercaba a ellos.
-¡Salgan! -exclamó Sally asustada para después golpear el vidrio repetidas veces -. ¡Rápido! ¡Rápido!
Entonces de la nada Grover comenzó a quitarse los pántalones. Diane a su lado comenzó a asustarse por sus acciones y lo miraba con horror.
-¿Por qué te quitas los pantalones? -preguntó la asustada chica mirando aterrorizada a su amigo -. ¿Qué haces?
-Mi trabajo -respondió él con obviedad terminando de quitarse la prenda.
Posiblemente Diane habría gritado del horror al ver a su amigo en ropa interior pero no fue así. Su boca se abrió de la sorpresa al ver que donde deberían ir sus piernas habían dos patas peludas con pezuñas. ¿Pero que estaba pasando?
-¡Whoa! -exclamó Percy viendo con susto las piernas peludas del chico -.
¿Eres mitad asno?
-Tecnicamente es un sátiro -
respondió Diane antes de que Grover pudiera hacerlo.
-¿Un qué?
-Un hombre mitad humano mitad cabra -explicó la pelirroja antes de darse cuenta que su cuerpo estaba donde debía estar el techo -. ¡Grover, sacanos de aquí!
El chico cabra no dudó en obedecer
y con ayuda de sus fuertes piernas con pezuñas le dió una patada al vidrio
de la parte trasera del automóvil dando acceso a una salida.
-¡Muévete, Grover!
-Cuidado, hay vidrio -advirtió
Grover cuando sus manos tocaron el asfalto después se apresuró a sacar sus cosas -. ¡Rápido, salgan del auto! ¡Se está acercando!
-¿No necesitas esto? -cuestionó
Percy mirando las muletas tiradas, mientras ayudaba a Diane a salir del auto con rápidez.
Segundos después Sally támbien salió del interior del auto, cuidando que no se cortará con los vidrios rotos.
-No, era puro teatro -contestó rápidamente mirando a la cosa acercarse al auto -. Síganme.
Entonces Grover no dudó a la hora
de correr directo a un cercado siendo seguido por el resto.
-¡Rápido! ¡Por aquí!
-Esto cada vez se pone más raro -
soltó Percy, saltando la cerca.
-¡Rápido! -exclamaba Grover guiandolos por entre algunos pocos arbustos -. ¡Ya muévanse!
No sabían exactamente a donde iban pero Grover los guíaba. Cada vez se estaban adentrando al bosque cercano.
Sin saber exactamente porqué Diane giró la cabeza y vió que lo que parecía ser un hombre con apariencia de toro que agarraba el automóvil de Sally como si fuera un juguete.
Si no fuera porqué se detuvieron
a tiempo probablemente el auto los hubiera aplastado ya que cayó a unos pocos metros, delante de ellos.
-¡De pie! ¡Vámonos!
Pronto todos estaban corriendo como
si su vida dependiera de ello, porque así era. Aunque la oscuridad del bosque y la poca iluminación del bosque les impedía ver con exactitud a donde se dirigían.
-Llegamos -informó Grover deteniendose frente a lo que parecía ser el dichoso lugar.
Se trataba de una entrada construida
de madera y ramas que estaba rodeada de antorchas. Al acercarse más notaron que tenía unas letras talladas en la madera que podrían ser griego.
"Campamento media sangre"
Rápidamente cruzaron la entrada
pero Sally no pudó ya que algo le impidió seguir. Percy se detuvó y miró
a su madre con detenimiento.
-¿Qué haces? -preguntó asustado al ver que no continuó corriendo tras de ellos.
-Hasta aquí llegué yo.
-¡Ven! -exclamó Percy tomando a
su madre de la mano pero ella no podía transpasar aquella barrera invisible.
-No puedo seguir. No soy como ustedes.
Pero las palabras de Sally no importaban. Percy no estaba dispuesto
a dejar a su madre a la deriva.
-Si no vienes yo no me voy de aquí -respondió con firmeza mirando los ojos llorosos de su madre.
-Tienes que hacerlo, debe ser así -respondió la mujer antes de que el minotauro la elevará por los aires como si se tratará de una muñeca.
-¡Baja a mi madre, ahora! -
rugió Percy atravesando la entrada apuntandole con furia.
-Percy, corre -advirtió Sally siendo aprisionada por la criatura -. Estarás seguro ahí dentro.
-¿Qué hago? -cuestionó Percy a sus amigos sin saber que hacer.
-Usa el bolígrafo -sugirió Diane.
-¿Qué?
-¡Usa el bolígrafo de Bruner! -ordenó Grover al ver la conmoción en la que se hallaba el pelinegro.
Percy se deshizo de su mochila y sacó
de su chaqueta el bolígrafo, en cuanto lo presionó una reluciente espada quedó a la vista de los chicos.
De pronto Sally, quien era presa del minotauro se convirtió en fuego que de la nada se esfumó.
Entonces la criatura comenzó a acercarse a los mestizos y no hubo otra opción más que pelear.
Percy sin dudarlo tomó con fuerza su espada y se acercó al monstruo para así empezar a atacarlo en un vago intentó de acabar con él. Sin embargo la bestia sabía como protegerse y a la vez atacar.
Cuando por fin Percy acertó y le dió un corte el minotauro embistió contra él y lo aventó contra el tronco de un árbol.
Si no fuera porqué Percy fue rápido
y se apartado a tiempo del árbol ahora probablemente ya sería puré de Percy.
-¡Aquí, Percy!
Los chicos estaban asustados. No sabían que hacer solamente veían horrorizados como la bestia forcejeaba por liberarse del árbol. Cuando por fin se liberó uno de sus cuernos se quedó atascado en el árbol.
Fue entonces que Percy vió la oportunidad perfecta para continuar con el improvisado plan en mente.
Pero Diane en un vago intentó de proteger a sus amigos tomó su mochila y sacó de esta el arma que mejor sabía usar desde que era una pequeña niña junto a varias flechas en un carcaj.
-Punteria no me falles ahora -pidió
ella apuntando con presición a la bestia que intentaba ponerse de pie.
Sin dudarlo soltó la primera flecha
que al parecer no le hizó ningún daño pero si lo hizo soltar un alarido.
Percy corrió directo al árbol y buscó sacar el cuerno incrustado en el tronco lo más rápido que podía.
-¡Percy, cuidado atrás! -gritó asustado Grover al ver al minotauro acercarse cada vez más.
Pero para cuando el minotauro
estaba por atacar al joven, este ya
había logrado sacar el cuerno y
no dudó a la hora de apuñalarlo
con esté mismo haciendolo soltar
un alarido antes de caer al suelo.
Rápidamente Diane y Grover corrieron junto a su amigo para auxiliarlo en caso de que la criatura se levantará.
-Percy, ¿estás bien? -preguntó Diane acercandose al ver que el pelinegro se tambaleaba ligeramente.
-No me siento...
-¡Percy! -exclamó asustada al verlo desvanecerse en sus brazos hasta que se hallaba en el suelo junto a él -. ¡Percy, responde! ¡Grover, ayudame!
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Cuando Percy despertó lo primero que sintió fue la luz calandole horrible en los ojos y se tapó con la mano en un vago intentó de procesar que ocurría.
-Percy, me alegra que estés bien -comentó Grover al ver a su amigo ya despierto.
-¿Grover? -soltó viendo confundido
a su amigo antes de incorporarse de la camilla soltando un par de quejidos por el dolor -. Pero qué...
El pelinegro miró confuso a todos
lados, intentando reconocer el lugar.
Sin embargo lo único que veía era a personas vendadas, unos con paños en sus cabezas que estaban en camillas o que parecían serlo.
-¿Dondé estoy? ¿Qué está pasando?
-Es la enfermeria -respondió el
sátiro viendo Percy fruncía el ceño aún más confundido -. Estuviste tres días inconsciente.
-¿Tres días?
-Oye, Percy -empezó a decirle acercandose un poco a la cama para tomar asiento -. Dime, ¿recuerdas
qué pasó?
-Tuve un sueño rarísimo -comenzó
a relatar, tallandose los ojos con pesadez -. Ahí había un monstruo. Mi mamá estaba ahí, y támbien tú y Diane. Pero
tú eras una especie de híbrido, entre hombre y cabra. Algo loco...
Pero Percy se calló cuando vió que Grover definitivamente si tenía aspecto de híbrido, pues sus piernas peludas lo delataban.
-Sí, la palabra correcta es sátiro.
Entonces fue cuando el ojiazul cayó en cuenta que todo lo que había pasado no fue producto de su imaginación y que estaba en grandes problemas.
-No, no, todo fue real -empezó a
decir lamentandose a lo que su amigo se acercó a consolarlo -. Mamá se ha ido.
-Lo siento, Percy. Hice lo que pude,
en serio -se apresuró a decirle Grover -. Pero soy un protector de nivel uno. Aún no tengo mis cuernos. Fue mi culpa. Mi trabajo era protegerlos, a los tres.
Percy solamente pusó su mano en el hombro del chico mitad hombre mitad cabra en un intento de reconfortarlo para que no sintiera que toda la culpa era suya.
-Tranquilo, Grover. No es culpa tuya ni de nadie -musitó cabizbajo jugando con sus manos -. La verdad es que esperaba que Diane estuviera aquí conmigo.
-Amigo, esa chica ha estado cuidando de tí día y noche desde hace tres días -comentó Grover haciendo movimientos algo locos con sus manos -. Ella enserio debe apreciarte mucho para hacerlo.
El rostro de Percy pasó de la melancolia a la sorpresa total. ¿Diane había estado cuidandolo desde aquella noche? El solo pensar que se preocupaba por él hacia que su estomágo se revolviera. Era una sensación de emoción y nervios juntos.
-¿Y dondé está ahora?
-Diane fue mucho más rápida adaptandose, no me sorprendería que estuviera practicando -comentó el sátiro antes de ponerse de pie y tenderle una mano -. Anda vamos, amigo. Iremos a verla y de pasó te enseñaré el campamento.
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-Y bien. Este es el campamento media sangre -decía Grover saliendo de la enfermería, siendo seguido por Percy.
-¿Media sangre? ¿Por qué?
-Seguro lo sabes. Mitad y mitad.
Mitad dios, mitad mortal -comenzó a explicarle con obviedad.
Percy solamente veía embelesado el lugar siguiendo al chico sátiro, quien iba enfrente escoltandolo.
-¡Disparen!
-¡Ey, oigan! -exclamó su protector al ver como los hijos de Apolo disparaban sus flechas por donde ellos pasaban -. Cuidado con esas flechas. Tenemos a un nuevo aquí, no ven.
Los chicos simplemente asintieron y bajaron sus arcos esperando que ambos terminaran de pasar para continuar con sus arduo entrenamiento cotidiano.
-Mira, Percy. ¿Recuerdas los mitos sobre las diosas y los dioses griegos? -preguntó Grover, alejandose de uno de los arqueros -. ¿Pues que crees? No son mitos.
-¡Disparen!
-¿Recuerdas lo que dijo el señor Bruner? ¿Qué a veces bajan a la tierra y se enamoran de mortales y luego tienen hijos? -continuó diciendo el chico, antes de señalarlo con obviedad.
Entonces eso bastó para que Percy se diera cuenta lo que estaba intentando decirle. Lo que claramente sonaba a una total locura.
-No es cierto -soltó incredulo.
-Sí lo es. Eres un semidios -exclamó Grover euforico para luego dar un ligero salto y reír -. ¡Dos puntos para Percy Jackson! Pero descuida, no estás solo. Hay cientos en el mundo. Algunos llevan vidas normales, y otros cuyos nombres no mencionaré son muy famosos. Estoy hablando de la casa blanca.
Mientras Grover hablaba sin parar,
el ojiazul observaba a todos lados asombrado. Había chicos con espadas luchando contra otros, unos más con lanzas y escudos por todos lados.
-Verás en este campamento
aprenderás a dominar tus poderes -continuó explicando, atrayendo a su lado para que viera a los chicos luchando -. Entrenan para ser lideres, guerreros y heroés.
-Tienes a la persona equivocada, ¿okey? -sea apresuró a decirle el pelinegro deteniendo un segundo -.
No soy un heróe. Soy un perdedor.
Tengo dislexia y déficit de atención.
-Pues esos son tus mayores dones. Cuando intentas leer las palabras flotan sobre la página, ¿no? -siguiendo diciendole poniendo una mano en su hombro -. Porque tu cerebro está echo para leer griego antiguo no castellano.
-Sí, en el museo podía leer.
-Y tu déficit de atención. Eres impulsivo, Percy -exclamó Grover antes de rodearlo y darle una palmada en la espalda -. No puedes estarte quieto. Son tus reflejos naturales de batalla. Eso te ha mantenido con vida. Escucha, ningún perdedor vence a un minotauro. Tu sangre es especial. Eres mitad dios.
-Tengo mucho que procesar -
expresó el chico soltando un suspiro antes de seguir caminando.
-Sí, lo sé.
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-Aquí harás casi todo tu entrenamiento.
Después de andar un par de minutos
por el campamento acompañado de su fiel amigo y protector, Percy llegó al lugar en el que entrenarían.
El lugar era basicamente un pequeño prado despejado de hierbas, rodeado de árboles con vista a un inmenso lago que tenía el campamento acceso y asi mismo a unas lejanas montañas enormes.
A lo lejos, a varios metros del lago se encontraba la chica de cabellera rojiza cual sol brillante luchando contra varios chicos. Su habilidad de espada llamó la atención inmediata de Percy, quien no dudó en reconocerla al instante.
-¿Esa es Diane? -cuestionó con sorpresa señalando a la distancia a la joven.
-Sí, resulta que solo era cuestión de darle su espacio para que soltará sus habilidades -comentó el sátiro viendo igual de embobado a la joven -. No cabe duda que nos aplastaría como a una hormiga. Es muy buena he de aceptarlo. Y no la has visto con el arco es una de las mejores arqueras del campamento.
-¿Acaso Diane támbien es una semidiosa o algo así?
-Amigo esa chica que ves allí es
nada mas y nada menos que la hija de
la diosa de la caza, Artemisa -soltó Grover en un susurró haciendo que su amigo abriera la boca sorprendido.
-¿Pero que Artemisa no es la diosa de la virginidad?
Grover se encogió de hombros antes de decir hablando sobre la madre divina de su amiga.
-Supongo que no todos los dioses cumplen sus promesas.
-¿Ella sabe que Artemisa es su madre?
-Digamos que cuando se enteró de quien erá no lo tomó del todo bien, cree que haber nacido fue un error.
Percy sintió la compasión apoderarse
de todo su ser. Si él estaba confundido por todo esto no podía imaginarse lo mal que debió de haberse sentido Diane al enterarse de que su madre posiblemente la consideraba un error.
En cuanto la pelirroja notó la mirada
de su amigo sibre ella dió por terminada la pelea contra su adversarió y corrió en dirección a ambos jovenes.
-¡Percy, estás bien! -exclamó
euforica y agitada por el entrenamiento abalanzandose sobre sus brazos -.
Me alegra verte de nuevo, chico pez.
-Se te da muy bien usar la espada -comentó Percy sin saber que decir con exactitud, señalando la espada.
-¿Esta cosa? -preguntó ella con
gracia, dandole varias vueltas en sus manos -. Me gusta, pero no tanto como usar un arco. Es mucho más sencillo. ¿Qué los trae por aquí? ¿Entrenaran?
-De echo le enseñaba a Percy el campamento -comentó Grover antes
de señalar el lugar con los brazos -. Y en parte vinimos aquí porque Percy no dejaba de preguntar donde estabas.
Despues de decir eso, Percy le dió un ligero codazo al moreno que lo hizo soltar un quejido.
-Bueno Diane, tenemos que irnos. Alguien quiere hablar con Percy -informó Grover, palmando la espalda del pelinegro a lado suyo.
-Nos vemos al rato, chicos.
Diane se dió la vuelta y comenzó a caminar en dirección al campo, donde los mestizos seguían entrenando. El pelinegro la siguió con la mirada.
-¡Ey, deja de verla! -exclamó su
amigo, sacandolo de sus pensamientos -. Vámonos, Percy. Camina, rápido.
El pelinegro simplemente siguió al chico cabra por un camino que los llevaba a lo que parecía ser una colina.
-Hay algo que quiero mostrarte. Mira esto.
Grover se adelantó unos pasos más y espero al chico arriba en una colina. El semblante de Percy se iluminó al ver la hermosa vista frente a ellos. Entonces entre los matorrales aparecieron varias carituras cabalgando a la orilla.
-¿Qué son esas cosas?
-Centauros.
-¡Un momento! -exclamó el chico reconociendo a uno de ellos una vez estuvo más cerca -. Es el señor Bruner.
-¡Vámos!
Una vez bajaron la colina el pelinegro se llevó una sorpresa enorme al percatarse de que efectivamente el centauro frente a ellos era su profesor, el señor Bruner.
-¿Señor Bruner?
-En mi mundo me conocen como Quirón -respondió el centauro, a la
vez que extendia los brazos señalando
el lugar -. ¿Ya te recuperaste?
-¿Qué si me recupere? -exclamó
Percy como si fuese algo absurdo, después señaló al hombre centauro
-. Usted no... no está en una silla de ruedas. Tiene...
-Trasero de caballo -completó, soltando una sueve risa varónil -. Disculpa por ocultar mi verdadera
forma, pero tenía que vigilarte. Espero
que me perdones.
Ambos jovenes se miraron entre sí. Grover no podía estar más emocionado de estar con el centauro, Percy por otro lado estaba a nada de sufrir un colapso.
Anduvieron de vuelta al campamento hasta que se detuvieron abruptamente frente a una cabaña de madera que se encontraba enfrente del lago del lugar.
Grover no tardó en oír un par de gritos desesperados a lo lejos de unas chicas que tomaban el sol a unos pocos metros en bikini.
-Uy, las chicas de Afrodita -soltó con emoción, llamando la atención de Percy -. Bueno, me retiro. Ustedes dos tienen mucho de que hablar. Su madre es la diosa del amor. ¿Sabes que es eso?
Y después de darle un par de palmadas amistosas en el hombro al chico, el sátiro salió corriendo en dirección a las jovenes que pedían su presencia a gritos.
-Sátiros -musitó Quirón mirando al moreno corren a ellas con emoción.
-¿Qué es este lugar?
-Bienvenido a casa -fue todo lo que dijo el centauro mirandolo con seriedad -. Tu padre construyó esto para tí.
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Percy recorría la cabaña de su padre emocionado. Viendo todas las cosas que tenía esta. Desde cofres y sillas hasta algunas balsas y un par de cosas para la pesca.
-Wow, realmente todo es mío -
susurró el ojiazul aún mas emocionado al ver un telescopio en una mesas.
Quirón no podía estar más contento de que el hijo de Poseidón le gustara lo que su padre había construido para él.
Aún vagando entre la cabaña
encontró algo que realmente llamó
su atención. Era nada más y nada
menos que un tridente. Nada raro viniendo del dios de los mares.
No tardó mucho al tomarlo entre sus manos, pasandolo de una mano a otra mientras lo observaba maravillado.
-Tiene buen peso.
Aún con el tridente entre sus manos y con la vista puesta en el lago frente a él estuvó más que seguro de una cosa.
-Mi padre es Poseidón.
-Dios de los mares.
-¿Por qué nadie me lo mencionó? -cuestionó dandose la vuelta junto al tridente en las manos.
-Fue por tu seguridad. Es muy raro
que nazca un niño de alguno de los tres grandes -empezó a decirle Quirón, viendolo juguetear con las cosas en la habitación -. Eres muy poderoso.
Una amenaza.
-¿Una amenaza? ¿A quien amenazo?
-A los hermanos de Poseidón. Zeus
y Hades. Por eso tu madre se casó con
tu padrastro -le explicó el centauro acercandose a la barda, seguido por
el chico -. Su repugnante olor tapaba
el aroma de tu sangre y te ocultaba de todo y de todos los que enviaban para asesinarte.
-¿Soportó a ese animal para protegerme?
Quirón solamente asintió.
-¿Por qué no lo supe? Ella sacrificó mucho por mí y ya no está -musitó antes de darse la vuelta e irse.
Quirón no tardó mucho antes de aparecer a un lado de Percy, quien se encontraba tan confuso después de escuchar todo eso y veía el lago.
-¿Qué estoy haciendo aquí?
-Estás aquí porque corres mucho peligro. Todos creen que tú robaste el rayo.
-Yo no robe nada.
-Ese rayo es el ama más poderosa jamás creada -informó Quirón con seriedad, encarando al pelinegro -.
Si no es devuelto antes del solsticio de verano. En diez días habrá guerra.
-Ese es su problema, ¿okey? No el mío-exclamó Percy algo furioso, moviendo las manos -. Esta en peligro su mundo, no el mío.
-Todos los mundos están en peligro.
El ojiazul solamente le dió una vaga mirada al centauro para ddspués darse la vuelta probablemente fastidiado de oír tantas cosas que sonaba a locura.
-En el Olimpo se eligirán bandos.
La tierra será un campo de batalla -continuó diciendole, pero él parecía
no querer escuchar -. Erupciones de volcanes, terremotos, incendios, el
fin de la vida como la conoces.
-¿Qué se puede hacer? -preguntó finalmente sabiendo que no había alguna escapatoria.
-Quiero llevarte al Olimpo. Convencé
a Zeus de tu inocencia. Alguien te está usando para causar una guerra.
-¿Qué haces aquí? Vamos ahora.
-Tu valor es admirable, Percy -reconoció con una sonrisa el mayor, para después señalar a lo lejos un punto especifico -. Pero pasando esa entrada estarás en peligro en todo momento. La furia y el minotauro solo fueron el comienzo. Primero debes entrenar.
Eso fue todo lo que dijo Quirón antes
de darle una palamada y dejarlo solo frente al lago con tantas dudas como problemas por resolver.
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TERCER CAPÍTULO PUBLICADO
La verdad es q sigo sin creer que en un día termine de escribir un capítulo completo. Es un nuevo récord y eso me emociona. Oh, si señor.
Me quedo un poco más largo que
los anteriores y eso de alguna manera de gusta. Se que aquí no vimos tan presente a nuestra protagonista pero en el siguiente ya la verá por aquí.
He visto bastantes edits de la nueva serie de pj y tengo que admitir que quisiera verla pero no tengo Disney+
F por mí </3 Pero se ve muy buena.
Eso es todo por hoy. Recuerden
que les dejó de tarea votar, comentar y agregar el fic a sus listas de lectura para que no se pierdan las actualizaciones.
Aqui les dejo mis redes sociales por si gustan seguirme en ellas y de paso en Wattpad <33
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