━Capítulo Cuatro
❝𝐍𝐀𝐃𝐈𝐄 𝐌𝐀𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐘𝐎 𝐋𝐄 𝐇𝐀𝐂𝐄 𝐃𝐀Ñ𝐎 𝐀 𝐄𝐒𝐄 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎, ¿𝐐𝐔𝐄𝐃𝐎 𝐂𝐋𝐀𝐑𝐎?❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟒☼︎༄.✰ 〙
–— bandera —–
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—SIEMPRE ES DIVERTIDO VER ESTE JUEGO.
—¿Cómo pueden usar esto? —
se quejaba Percy siguiendo a un estusiasmado Grover por entre
los campos de entrenamiento —.
Pesa más que yo.
—Créeme, evitará que alguien te mate.
Seguido de eso Percy vió como su amigo entre risas se alejaba cada vez más de él dejandolo totalmente confundido.
No paso mucho antes de que resonará por todo el campamento un potente grito.
—¡Héroes! ¡Guerreros! ¡Acerquense!
De la nada estaban rodeados de chicos y chicas de alrrdedor de diesciseis años tal vez, todos con extrañas armaduras y sus cascos ya fueran rojos o azules. Aquello solo hizó que Percy se confundiera algo.
El pelinegro solo observaba a todos lados como un cachorro perdido en la multitud, buscando a Diane. De cierto modo esperaba que se sintiera perdida como él pero sorpresivamente la chica estaba encantada con el lugar así que probablemente estaba por allí.
—Percy, ven aquí —pidió Quiron al joven sacandolo de sus pensamientos y obligandolo a pasar al frente —. Él es Percy Jackson y necesitará un equipo.
Los murmuros entre los chicos no se hicieron esperar, además de los gestos de desagrado. Ninguno parecía contento con la reciente llegada del pelinegro al campamento ni con la de la pelirroja.
—Que venga con nosotros.
Tanto Grover como el resto se giraron alarmados o más bien sorprendidos por aquello. Un joven rubio de ojos azules que portaba armadura y un casco azul se acercaba al frente junto a otros.
—Soy Luke, hijo de Hermes y capitán. Aunque no en ese orden —anunció el rubio saliendo de entre toda la multitud, robandose la atención del chico —. ¿Y tu casco?
—No me dieron ninguno.
—Quiron, ¿tienes tu silla de ruedas? —cuestionó Luke con sorna mirando al hombre mitad centauro y luego a Percy —. La necesitará. Estás perdido.
Instantaneamente el rostro de Percy
se endureció, en parte por el tono tan humillante y amenazador del rubio y
támbien por la manera tan sútil en que estaba diciendo que fallaría en esto.
—Estoy bromeando contigo —comentó Luke con una sonrisa no tan creible antes de darle un ligero empujón al de ojos azulados —. Sonríe un poco, no te hara daño. ¡Si alguien tiene un casto extra por favor paselo!
Nadie hizó un minímo gesto de amabilidad así que Luke no tuvó otra opción que suspirar con cansancio y se quitó el suyo para darselo a Percy.
—Usa este —anunció el rubio con su sonrisa, viendo al joven examinar el casco en sus manos después de dieron un apretón de manos amistoso —. Te protegera como a todos los demás. Bienvenido a los soldados azules.
—Atención, todos en posición para capturar la bandera —exclamó Quiron llamando la atención de todos los chicos a los alrededores —. Gana el primer equipo en tomar la bandera del enemigo. ¡Empiezen!
Genial, pensó Percy burlandose de su reciente desgracia. Siempre tienen que ocurrirme estas cosas a mí. Dios, ya no quiero ser su mejor guerrero.
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—¿Tú donde rayos te habías metido? —refutó Percy viendo a su pelirroja favorita llegar al lugar donde de llevaría a cabo la captura de la bandera como si nada —. Desapareciste sin decirnos.
—Relaja un poco esas aletas, Perceus —pidió Diane sonriendo al ver la mueca de molestia de su amigo —. Solo estaba entre las personas, perdida por allí.
—¿Y ese casco?
—Para tu mala suerte seré del equipo contrario —informó la pelirroja a la vez que se acomodaba su arco y el carcaj —. Asi que veremos quien es mejor en esto de capturar banderas.
—¿Estás con los rojos?
—Exactamente —respondió Diane
antes de darle un ligero beso en la mejilla y darse la vuelta —. Buena suerte, pecesito. Preocura no morir
en el intento.
El pelinegro de quedó estatico en su sitio mirando a la chica irse junto a el equipo rojo, sus enemigos. Seguía tan ido por la muestra de cariño de su amiga que no le pasó por la mente que él no sabía nada de batalla ni como salir ileso de una.
—La verdad el equipo rojo hizo una buena elección, tener a Annabeth y Diane ya es ganancia —comentó Grover poniendo una mano en el hombro de su amigo, viendo a la joven de melena roja irse —. Nos ganaran o tal vez Luke sabra como organizar al equipo.
—Alto, ¿que dijiste?
—Hm, ¿qué Luke es un buen líder? —repitió Grover algo confuso mirando a su amigo —. ¿Eso?
—No, mencionaste a Diane y a otra chica.
—Oh, sí. Annabeth Chase.
—¿Quién es ella?
Grover no lo dudó tanto he hizo que su amigo se girara en dirección al sitio en el que estaban los rojos. Justo a lo lejos con su dedo señaló a una chica rubia de ojos azulados brillantes que llevaba un casco rojo y entrenaba con una espada junto a uno de los otros chicos de su equipo.
—Dejame decirte mi amigo que Annabeth es una de las chicas más fuertes del campamento —empezó a decirle Grover, mirando a la rubia entrenar a lo lejos embelesados —.
Es una buena estratega, aunque en parte es un rasgo común entre los hijos de Atenea. No dudo que nos ganen.
—¿Hija de Atena, diosa de la sabiduria
y la guerra? Ahora entiendo porque me miraba como si quisiera matarme.
—Solo mantente con vida, amigo.
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—Paciencia. ¡Ahora!
Los gritos de batalla no se hicieron esperar demasido. En cuanto dieron la orden comenzó el desastre. Todos ya se encontraban en sus posiciones, teniendo todo calculado. El bosque pronto estaba divido en dos bandos; rojos y azules.
Los soldados rojos fueron los primeros en soltar golpes y espadazos a los azules, desatando la furia digna de los hijos de Ares. De alguna u otra forma los hijos del dios de la guerra de las arreglaron para que los hijos de Atenea, poseedores de grandes estrategias, quisiera ser de su equipo y a su vez se aliaron de varias cabañas como lo eran la cabaña de Hefesto, Deméter y Dionisio.
Cada cabaña daba lo mejor de sí; los hijos de Deméter ayudaban bloqueando en paso a los azules a la vez que creaban trampas y demás con sus dotes para la herbología. Los hijos e hijas de la diosa de la belleza brindaban su ayuda para amarrar armaduras sueltas o pequeños detalles fáciles de reparar.
Tanto los hijos de Ares como los de Hefesto daban todo lo que podían en batalla, después de todo ambos eran expertos en armas y batallas.
Por otro lado los hijos de Apolo se encargaban de pelear desde la lejanía o escondidos en los árboles y arbustos, Diane era uno de esos. La única hija de Artemisa ayudaba a los rojos lanzando flechas con el mismo arco encantado con el que ayudó a derrotar al Minotauro.
Las flechas de aquel arco resultaban estar envenenadas con belladona, una planta tóxica que paralizaba o hacia que de desmayará por algunos minutos la persona que fuera atacada por estas.
Tal cual solía decirle su padre tenía un talento extraordinario para la arquería, la manera tan delicada pero feroz con la que disparaba las flechas y se movía en los arbustos camuflajeandose. Aquello le daba ese toque digno de Artemisa.
—¡Diane, cuidado!
La pelirroja no tuvó oportunidad de reaccionar a tiempo pero, una rubia de brillantes ojos azules intervinó antes de que recibiera un potente corte por atras.
El chico con casco azul salió disparado en otra dirección luego de que aquella rubia respondiera al ataque con ayuda de su espada.
Diane soló seguía en shock mientras sostenía con fuerza la correa del carcaj que llevaba sujeto a su espalda viendo a su compañera acercarse tranquila.
—Estuvo cerca, asegurate de estar más alerta cuando estés en tierra firme —aconsejó Annabeth dandole una ligera sonrisa de boca cerrada antes de darse la vuelta y seguir al resto de los rojos.
—Vaya, ¿quien lo diría? Una hija de Atenea salvandome el pellejo —soltó la pelirroja para si misma incredula para luego correr hacia los demás —. Desde que llegué aquí no paran de ocurrirme cosas que era imposibles antes.
Mientras tanto en otra parte del bosque se encontraba el capitan del equipo azul siendo seguido algunos pasos más atrás por Percy, quien solo se movía por que debía y no porque quisiera hacerlo.
—¡Percy, se donde está la bandera! —exclamó el rubio a su acompañante abriendose paso por el bosque a la vez que atacaba a quienes se interpusieran en su camino —. Abre bien los ojos, que no te maten.
Aunque lograr llegar a su objetivo
no era nada fácil si a cada tres segundos aparecía algún rojo e intentaba de alguna forma bloquearles el paso.
Ambos corrían con sus espadas en mano y sus escudos para protegerse hasta que luego de que Luke le aconsejará al de ojos azules mantenerse con vida de la nada apareció un enemigo decidido a acabar con Percy.
Sin embargo el pelinegro fue más rápido y antes que este pudiera tocarlo se agachó y el chico solamente cortó parte de la cresta azul del casco de bronce.
Luke fue quien tomó la decisión de enfrentarse al enemigo, quien no vinó solo si no que pronto uno más llegó como refuerzos.
Percy solo salió corriendo sin detenerse para ayudar a su compañero cuando de la nada salió otro chico del equipo rojo que de algún modo logró derribarlo y si no actuaba rápido lo hubiera herido con su espada.
Casi por impulso Percy alejó al enemigo de encima suyo gracias a una patada sin saber como lo logró.
—¡Ya voy, amigo! —gritó Luke
corriendo en su ayuda sin casco ni escudo que pudiera protegerlo.
Ambos hacían lo que podían para mantenerse en el juego pero, cuando intentaron huír o al menos correr para seguir buscando la bandera roja uno más apareció bloqueando su paso.
—Hijos de Ares —informó el rubio
al ver como pronto varios de ellos los rodeaban, apuntandoles con sus espadas —. ¡Whoa, cuidado una espada!
No fue sorpresa que aparecieran más de sus enemigos, algunos incluso desde los árboles armados hasta los dientes y con ansias de luchar dispuestos a acabar con ambos. Pronto ya los tenían rodeados.
—Se toman esto demasido en serio —comentó Percy alzando su espada a la vez que cubría su espalda junto a la de su compañero.
—¡Ahora! —gritó Luke dando una
señal para que entre ambos lucharan
y así librarse de aquel grupito.
Tal cual tenía pensando el hijo de Hermes ambos comenzaron a dar su mejor pelea junto a los chicos del equipo contrario, quienes eran expertos en la lucha. Luke támpoco tenía problemas para manejar una espada y pelear, de hecho era considerado uno de los mejores espadachines del campamento.
Percy por otra parte intentaba seguirle el paso al rubio, cosa que no era tan fácil considerando que en su vida había echo algo parecido o agarrado una espada.
De cualquier forma Luke parecía tener todo bajo control aunque algo de ayuda no le venía tan mal. El pelinegro logró derrotar a unos cuantos pero, los hijos de Ares no se daban por vencidos como si fuera tan fácil.
—¡Percy, vete de aquí y busca la bandera! —exclamó Luke con algo
de esfuerzo reteniendo a su oponente con ayuda de su espada.
—Y dime como hago eso —pidió Percy desesperado antes de darse la vuelta y correr, haciendo caso omiso no sin antes propezar entre los arbustos.
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La bandera roja se encontraba puesta
en la arena cerca de un pequeño arroyo escondido en una parte del bosque. Si eres lo suficientemente distraido ibas a dar directamente con ella gracias a que estaba a la vista de cualquier tonto que anduviera por allí.
Sin embargo no era tan fácil llevarsela como parecía, no si esta era protegida por la hija de la diosa de la caza, quien era una exelente tiradora y tenía un don magistral para camuflarse entre toda la naturaleza y pasar por desapercibida.
Además de que escondida por alguna parte se encontraba Annabeth, quien en conjunto con Clarisse la Rue había dado la idea de proteger la bandera. Teniendo a aquellas tres chicas al mando era un suicidio si intentabas tomar aquella bandera.
Diane no confiaba demasido en Clarisse, había algo en ella que no terminaba en si de convencerla pero al ser quien tenía el mandato no podía cuestionarla y solo se limitaba a hacer su parte en el equipo.
—Estoy cansandome de estar aquí subida —susurró Diane para si misma sosteniendose de una de las ramas del árbol, vigilando desde las alturas.
—Pues te aguantas, princesita de la
caza —comentó Clarisse con burla antes de rodar los ojos —. Aunque se supone que tu mami es la diosa de la caza, ¿no debería gustarte andar subida en los árboles y todo eso? Vaya decepción.
—Guarda silencio, escucho algo —
pidió la pelirroja logrando oír cada vez más cerca pasos —. ¿No lo oyes tú? Son pasos, alguien se acerca.
—De seguro algún idiota que cree que puede llavarse la bandera sin tener que pasar antes por nosotras —soltó la chica de melena castaña preparandose con su espada para atacar —. Pobre tonto, no sabe lo que le espera.
Tal como dijo Diane no pasó mucho para que el pobre idiota como dijo Clarisse se dejará ver. Cual no fue la sorpresa de la pelirroja al ver que se trataba de Percy, quien parecía cansado y al ver el arroyo lo primero que hizó fue arrodillarse a para beber algo de agua.
Una sonrisa enorme se dibujó en su rostro al alzar la mirada y ver que a menos de un metro se encontraba el estandarte de la bandera roja. Si la tomaba terminaba el juego y su equipo sería el ganador.
Rápidamente se pusó de pie y poco le importó mojarse el pantalón solo quería ir por esa bandera. Entre risas fue a ella, todavía incredulo de que había dado con la bandera y del triunfo para el equipo.
—Gane —decía Percy sonriente, tocando la sueve tela del estandarte.
Sin embargo cuando se disponía a reclamarla como suya una chica de cabello castaño y ojos marrones, tal vez más alta que él apareció de entre los arbustos asustandolo por completo.
—¿En serio creíste que sería tan fácil? —comentó la castaña con burla mientras se deshacía de su casco y lo rodeaba —. Mi nombre es Clarisse, hija del dios de la guerra Ares y si en algo soy experta es en batallas. ¿Sabes lo que implica o no, nuevito? Yo siempre gano.
—Y yo siempre pierdo, tal vez nos equivocamos —comentó Percy algo asustado retrocediendo pero con su espada apuntando.
Clarisse rodó los ojos molesta y antes de darle tiempo de reaccionar al chico usó su espada y con ella le dió un corte a su mano y uno a su pómulo izquierdo.
Aquel golpe hizó al muchacho retroceder adolorido sin creer que aquella chica había sido capáz de herirlo de esa forma. Por ello no tuvó más remedio que alzar su espada en un
vago intemto por defenderse.
Rápidamente sin pensarlo tanto dió
su primer golpe que por cierto la chica logró bloquear con su espada sin tanta difícultad y aprovechando toda esa experiencia en combate respondió con un golpe en el estómago y un empujón.
Afortunadamente Percy tenía unos
muy buenos reflejos que le permitieron agacharse antes de que la castaña le cortará la cabeza, cosa que por cierto incumplía las normas del juego.
—Vamos, nuevito. Demuestrame que
no eres solo una basura fracasada —pidió Clarisse entre risas con un aire de altaneria y egocentricismo —. ¿O si lo eres? Ni siquiera pudiste defender a tu mamita de ese minotauro. Upsi.
—No tolerare que me llames de ese modo —jadeó Percy con esfuerzo intentando apuntarle con su espada y parecer intimidante —. Ni mucho menos que hablas de mi madre.
—¿A sí? ¡Entonces ven y pelea!
Así se desató de nueva cuenta la pelea entre Percy y Clarisse, que más que una pelea amistosa parecía que la castaña quería acabar con el chico nuevo.
Justo en ese momento llegaron los compañeros de Clarisse, entre ellos Annabeth y del otro lado del bosque varios miembros de equipo azul que
venían en compañía de Quiron y por supuesto Grover.
—¿No deberíamos intervenir? —aconsejó Grover al hombre mitad centauro algo asustado por lo que veía, mientras señalaba a su amigo herido
—. Ya lo está matando.
—¿Estás bromeando? Esta es la mejor parte.
Grover solo miró al adulto con algo de incredulidad pero no dijo nada, después de todo Quiron era el que mandaba allí.
Percy hacía todo lo que podía para protegerse pero, Clarisse era rápida y muy ágil con esa espada. Sabía donde golpearlo, a que parte apuntar y eso era bastante ventajoso al tener tantos años entrenando en el campamento.
De su solo movimiento terminó por darle tremendo corte en el brazo al pelinegro que lo hizó caer al suelo entre quejidos de dolor.
Pero eso no era ni un poco de lo que la chica quería demostrar. Ningún bobo como Percy Jackson vendría a su hogar jugando a ser famosillo y le quitaría su prestigo y reputación. Nadie.
—Levantate y pelea. Yo no te llamaría ni siquiera un heróe.
Aún con el cansancio y dolor inundando su cuerpo al máximo, Percy hizó un ultimo esfuerzo por atinarle a un golpe que ella estrategicamente esquivó y en su lugar él recibió en la mejilla.
El equipo rojo celebró con gritos la victoria al ver caer al nuevo chico al suelo soltando su espada y cayendo de cara al suelo rocoso sin fuerzas luego de la ligera patada en la espalda por parte de la hija del dios de la guerra.
El rostro de Clarisse no pudó
iluminarse más luego de recibir ovaciones y felicitaciones por parte
de sus compañereros de equipo
luego de derrotar a aquel chico.
Sin embargo cuando todo parecía haber acabado de entre los árboles pasó una flecha plateada a toda velocidad que si no fuera por los reflejos de los chicos le hubiera dado directamente a Clarisse.
De los arbustos salió Diane y no parecía para nada contenta, su mandibula tensa y el ceño fruncido hablaba por si solo.
Solo tomó la espada tirada de Percy y con esa expresión de colera se dirigió a la castaña. Rápidamente al notar las intenciones de la pelirroja varios hijos de Ares se interpusieron en su camino aunque no sabían que al ser hija de la diosa de la caza poseía una infinidad de habilidades en cuanto al combate. Una de ellas era la agilidad y la puntería.
Tanto Quiron como Grover quedaron asombrados de las habilidades de la chica para pelear. Acababa de pelear con al menos diez chico que le doblaban la estatura y peso y ella los derribó sin tanta complicación.
—Dijiste que solo era un juego, no que
lo matarías —soltó Diane atinando el primer espadazo con la colera vibrando en todo su ser —. Mentirosa.
—Ingenua, para mí nada es un juego y para que sepas tú y yo no somos amigas así que no te hagas ilusiones —rebatió Clarisse bloqueando el golpe furiosa —. Mejor regresa a tu casa y llevate a tu estúpido noviecito contigo.
Diane no se contuvó luego de oír tales palabras salir de la boca de aquella chica y sin pensar si llegaría o no a dañarla de verdad tomó con fuerza su espada y gracias a su agilidad logró hacerle un corte en la pierna a Clarisse.
—Nadie más que yo le hace daño a ese chico, ¿quedo claro? —exclamó Diane colerica protegiendose del nuevo golpe de la castaña —. Dejanos tranquilos.
—Creo que aún no has aprendido la la moraleja, zanahoria —comentó Clarisse entre risas absurdas de burla, antes de abalanzarse sobre ella —. Yo siempre sere la ganadora y tú una perdedora.
Después de eso la castaña logró darle un golpe a Diane con la espada heriendola por completo y rasgando la piel de su pierna, haciendola caer al suelo. Pronto al igual que Percy le dió un empujón leve para humillarla aún más.
—No cabe duda que Artemisa no podría estar más decepcionada de la cosa que tiene por hija —argumentó ella con sorna antes de chocar los cinco con uno de sus hermanos —. Ninguno de los dos dió batalla ni supó vencerme, son solo un par de fracasados con dislexia.
Lo que Clarisse había dejado pasar fue
el hecho de que mientras ellas peleaban, Percy se arrastraba directamente al agua bastante herido y curiosamente en cuanto el agua tocó su cuerpo todas sus heridas fueron sanandose y ahora se encontraba de pie y listo para darle su merecido a aquella engreida.
Fue como un chiste para Percy derrotar a los chicos que corrieron hacia él con el objetivo de derrotarlo. Con un par de movimientos rápidos y estrategicos el de ojos azules los derribó de un solo golpe y no tardó en acercarse a Clarisse quien quizó atacarlo pero él fue más rápido y la detuvó apuntado con su espada justo en su cuello.
Clarisse hizó un movimiento rápido y
de ese modo logró liberarse y atacar al chico, que la verdad estaba siendo muy rápido con sus ataques. Ella intentaba seguirle el paso pero él simplemente la esquivaba y contratacaba mejor hasta que la desarmó por completo y apuntó con ambas espadas a su cuello y espalda.
En ese momento la batalla terminó.
Percy la soltó y se dirigió a Diane, que se encontraba tirada en el suelo sin poder moverse del todo con algo de sangre brotando de su pierna herida.
—¿Ganamos?
—Ganamos, zanahoria —musitó él ayudandola a ponerse de pie con algo de esfuerzo —. La victoria es nuestra.
Una sonrisa débil se dibujó en el rostro de Diane, cojeando hasta la bandera que Percy tomó con orgullo y agitó dandole de ese modo el triunfo a los azules.
—Percy Jackson, hijo de Poseidón —exclamó Quiron acercandose y de ese modo llamando la atención de todos los presentes por lo que decía —. Dios de los mares, sacudidor de tierras.
Después de eso todos estallaron en aplausos y ovaciones. Luke apesar de la poca fe que tuvó al principio en aquel pelinegro ahora sonreía contento.
Por otro lado Clarisse se sentía muy humillada. La hija del dios de la guerra había sido derrotada por nada más y nada menos que el hijo del dios de los mares. Mientras tanto Annabeth veía a lo lejos a Percy abrazando a Diane con una esplendida sonrisa, desde que él llegó las cosas se sentían diferentes y ahora sabía el porqué. Tal vez pronto las cosas malas empezarían a ocurrir.
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CUARTO CAPÍTULO PUBLICADO
Hola, hola. ¿Cuanto tiempo,
eh? Bueno me estaban pidiendo actualización y pues aquí me tienen. La verdad se podría decir que solo me costó un día o tres terminarlo este cap. En parte porque no logró en ocasiones concentrarme y con facilidad me desconcentro.
Las actualizaciones no han sido tan rápidas como quisiera pero tal vez para inicios de junio me active mas por mis vacaciones.
Tuve que hacer algunas pocas modificaciones como la batalla de Annabeth y Percy, que en este caso fue Clarisse. ¿Les gusto? En parte fue para incluirla en el libro porque no aparece en si hasta la segunda peli y la considero relevante para el fic.
But, eso sería todo por ahora. Deseenme suerte en mis actividades y pronto en mis globales. Los amo, gracias por leer y no se olviden de votar y comentar.
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