Chan se sentía desorientado, asustado y confundido, lo habían llamado diciendo que Felix estaba en el hospital y él siquiera entendía que se suponía estaba sucediendo. Habían pasado unos meses desde que todo parecía mejorar en la vida de Chan, pero ahora simplemente parecía que había sido todo una ilusión. Intentó ir lo más rápido que pudo al hospital y en cuanto llegó pudo visualizar a ChenLe sentado en una de las sillas de la sala de espera, se acercó a este.

— ¿Qué pasó? —Soltó mientras miraba al más joven.

— ¿Sabía que es el único contacto en el celular de Felix? —Extendió el aparato hacia este, haciendo que Chan frunciera el ceño— Aún no me dicen nada certero, sólo que tuvo un accidente, no quisieron decirme nada más y no sé qué está pasando realmente.

— Entonces... Felix-

— No lo sé hyung, no sé si está vivo o no, no sé qué va a pasar ahora. —Suspiró.

Las horas se hacían eternas y el dolor en el pecho de Chan iba en aumento sobre todo luego de estar solo en la sala del hospital ya que ChenLe se había ido. Él no deseaba pensar que el menor moriría, no quería pensar que algo malo podría pasarle y mucho menos porque se sentía culpable de quizás no haber estado allí con él. Necesitaba que la única razón para seguir con vida estuviera viva, por muy extraño que eso sonara, él necesitaba a Lee Felix junto a él.

Doctores pasaban por todos lados y nadie le podía decir nada, nadie sabía nada del estado de Felix y nadie se dignaba a siquiera mirarlo para responder luego de decir el nombre del pecoso. Las lágrimas amenazaban en salir y él ya no sabía qué hacer para detenerlo, nuevamente esa tristeza parecía acercarse y tomar todo lo bueno que había logrado tener. A Chan no le gustaba para nada que la vida jugará de ese modo con él.

Los minutos pasaban, al igual que las horas y nadie decía nada, el cielo se había tornado oscuro y el silencio se volvía parte de la sala de espera.

— Familiares de Lee Felix. —Chan se levantó de su lugar y se acercó al hombre, haciendo que éste lo mirará— De acuerdo, él está realmente delicado en este momento, pudimos estabilizarlo en cierto modo, pero no responde cómo sería adecuado, no podemos asegurar que él esté fuera de peligro pero... hay una pequeña probabilidad de que viva.

— ¿Puedo verlo? —El hombre negó.

— Quizás mañana será más factible que puedas verlo. —Chan asintió.

El camino de regreso al departamento fue realmente horrible para Chan, en cuanto entró las lágrimas no tardaron en salir, haciendo que estuviera a un lado de la puerta sentado en el suelo mientras cubría su rostro con sus manos. La vida lo odiaba, no entendía que se suponía había hecho mal para que quisieran quitarle lo único bueno que había tenido. Quizás era egoísta de su parte pensar que la vida le quitaba a Felix, pero simplemente él no podía pensar en tener una vida sin el menor. Quizás se había enamorado, quizás sólo se había aferrado al menor, pero fuera lo que fuera él no quería pensar en eso.

La mañana siguiente fue gris, la lluvia caía con intensidad sobre la ciudad y las personas se apresuraban en la calle. Chan se había dedicado a escribir algo para Felix en la noche, deseaba leerle esa pequeña carta por muy triste que se volviera para él. En cuanto llegó al hospital lo guiaron hacia la habitación donde estaba el menor, el corazón de Chan se rompió en mil pedazos. Apretó sus labios para intentar no llorar, pero se le hacía imposible al ver el estado del menor, esos moretones, los cables alrededor de este y lo oscura que de pronto se veía la habitación no ayudaba a que Chan sintiera que el menor saldría de allí.

Se acercó a la cama y se sentó en la silla junto está, haciendo que tomara aire.

— Yo sé que quizás no me escuches, y son consciente de eso, pero necesito leerte esto porque juro que si no lo hago no podré perdonarmelo —Tomó aire, e intento que las lágrimas no salieran.

"Tu vida no fue fácil Felix, y lo descubrí luego de ver esa radiante sonrisa. Sé que nada fue fácil para tí, me contaste del dolor que tenías y quisiste que yo me sintiera mejor conmigo mismo por muy tonto que eso fuera. Te dedicaste a intentar sanarme cuando quizás todo estaba mal en tí y eso es algo que no todos pueden hacer, te agradezco con mi vida lo hermoso que fueron estos meses juntos porque antes de esto yo siquiera sabía de que se trataba ser feliz. Quisiste tener una mejor vida intentando superar lo que te sucedía e ignorando el pasado, eso es algo que realmente admiro de tí.

Es de noche, estoy solo en el lindo departamento que te esmeraste en decorar para que se viera como un hogar para ambos, todo se siente realmente triste ahora, nunca pensé que extrañaría a alguien tanto como te extraño ahora. Yo sé que debería tener esperanzas de que vuelvas, pero es duro para mí porque tú siempre eras el que tenía pensamientos positivos..."

Chan secó las lágrimas que resbalaban por sus mejillas mientras intentaba no mojar el papel que sostenía en sus manos.

"...Quizás debería ser más fuerte, o quizás tú lo eras por ambos, pero sé que te extraño y que no podré seguir así. El dolor que te dedicaste a alejar de mi está de regreso, nunca pensé llorar por alguien y aquí estoy deseando poder pensar claramente mientras mis ojos arden.

No sé si me enamoré de tí, no sé si realmente tú pudiste sentir algo por mi, pero yo sé que te dí mi corazón y te dedicaste a cuidarlo. Quizás soy egoísta, pero si no te tengo ¿qué sentido tiene vivir? ¿qué sentido tiene mi vida ahora?"

Chan dobló el papel en dos y lo guardó en su chaqueta, para luego acercar su mano a la del menor.

— Soy demasiado débil sin ti Lix, y lo siento. —Sonrió débilmente mientras sentía como su pecho dolía aún más.— Lamento no saber ser fuerte. —Apoyó su cabeza en un pequeño espacio que había en la almohada del menor, para luego acariciar su rostro— Perdón Lixie.

Chan cerró sus ojos sintiendo como luego todo se volvía oscuro.