En su cumpleaños nunca esperaba la gran cosa, tal vez una felicitación, un abrazo, algún detalle o un pastel, eso era a lo que estaba acostumbrado junto a una pequeña comida con sus amigos, para así el fin de semana viajar y tener otra comida con su familia, era todo, no recibía la gran cosa pero lo acepta con amabilidad.

Pero ese día, en su cumpleaños número veinticuatro, fue distinto.

Si día empezó normal, al despertar lo primero que hizo fue tomar su teléfono porque sabía de antemano que su familia le había mandado felicitaciones y él amablemente agradeció y le dijo a su madre que el sábado iría a Gwangju, su mañana no fue diferente se levantó de la cama y fue a desayunar cereal porque no quería hacer otra cosa, ese día por suerte no trabajaba así que no tenía que hacer la gran cosa, se puso a limpiar un poco porque  no sabía que otra cosa hacer, en la tarde se puso a ver una serie y finalmente recibió un mensaje de sus amigos diciéndole que iban a su casa con comida.

No sé preocupó por cambiarse de ropa, sólo espero a que sus amigos llegarán, casi quince minutos después de ese mensaje sus amigos llegaron con comida, todos excepto Mingi.

—¿Y Mingi?— Le preguntó a Seonghwa.

—Hongjoong lo envío a comprar algún postre— Respondió mientras ayudaba a Wooyoung y Yeosang a acomodar las cosas que trajeron— Por cierto feliz cumpleaños.

—Gracias— Murmuró— Saben me alegra que vinieran ya tenía hambre.

—Tú ya nos estabas esperando— Yunho asintió.

—Hongjoong ¿A qué hora llega tu novio?— El pelinaranja se encogió de hombros mientras buscaba algunos cubiertos.

Escucharon como la puerta fue cerrada y poco después la voz de Mingi avisando que había llegado, al entrar a la cocina donde estaban todos, estos vieron que no sólo tenía un postre sino que también había un bulto color canela.

—Mingi— Hablo Hongjoong acercándose a él— ¿Que es eso?— El mencionado le mostró el postre— En tu otro brazo— Mingi miró.

—¡Oh cierto!— Dejo el postre sobre la mesa y tomo con ambas manos al bulto— Es un conejito, feliz cumpleaños— Estiró sus brazos dejando ver al pequeño animalito.

—¡¿Compraste un conejo?!— Mingi negó.

—Ya venía para acá cuando una señora me detuvo y me dijo que ya no podía cuidar de este conejito y yo pensaba decirle que yo tampoco podría cuidar del conejo porque pues...— Señaló sus orejas, pues Mingi era un híbrido de lobo.

—¡¿Piensas comerte un conejo?!— Soltó horrorizado Wooyoung, haciendo que Mingi lo mirara igual.

—¡No!¡Dios! En mi vida me he comido un animal— Hongjoong alzo una de sus cejas— No cuenta, ese no es el punto, la señora parecía muy desesperada por deshacerse de este conejo, luego me lo dió y se fue corriendo, así que pensé, no le compré nada para su cumpleaños así que le daremos un conejito bonito— Se acercó al alto y se lo entrego— Antes de irse dijo que se llamaba Jongho, no sé quién le pondría ese nombre a un conejo pero es su nombre.

—Si sabes que no estaba interesado en una mascota, no puedo tenerlo— El castaño se encogió de hombros.

—Entonces mañana busca un hogar para él o dáselo a Wooyoung que parece que le gustó— El pelinegro lo miró y negó.

—Es que esta temblando— Murmuró— Creo que está asustado, Yunho  haz algo.

—¿Y yo por qué?

—Eres su dueño hasta mañana, hazte responsable— El cumpleañero miro a sus demás amigos y estoys asintieron— Saben un abrazo me hubiera gustado más que este conejo.

—Desconsiderado hieres los sentimientos del conejito— Seonghwa tomo al pequeño animalito para buscarle algo que comer.

—Me acaban de cambiar por un conejo— Yeosang se cruzó de brazos abultando sus labios.

—El conejo te puede oír— Hablo el mayor.

—No entiende— Bufó.

Después de aquel suceso todos decidieron empezar a comer dejando de lado al pequeño animalito.

Mientras todos comían, el conejito se apartó de ahí para buscar algún lugar donde podría estar solo, dió un par de brinquitos hasta entrar a una habitación donde se transformó en un chico con los ojos llorosos y vestido de una forma algo peculiar, pues vestía un suéter con rayas blancas y negras, una falda color negro y unas medias del mismo color que le llegaban algunos centímetros arriba de sus rodillas, no le gustaba como se miraba pero apenas tuvo tiempo de quitarse el maquillaje antes de que su mamá le pidiera que se transformará y así poder salir de su casa.

Escuchó como lo llamaban así que tuvo que volver a transformarse.

—Aquí estás— Notó que era el mismo que lo había alimentado— No puedes estar aquí— Lo tomo entre sus manos y lo saco cerrando la puerta— El dueño de esta habitación es un gruñón— Yunho lo miro con el ceño fruncido.

—Ahora habla con un conejo— Yeosang lloriqueo— ¿Que más falta?

—Que te deje aquí y se lleve al conejo— Comento con burla Wooyoung.

—Tampoco quiero a Yeosang— El rubio se indignó— Sabes me gustaría tanto ofrecerte al conejo.

—En el edificio donde vivo no permiten animales— Yunho asintió.

—Mañana voy a buscar a alguien que quiera un conejo, porque no puedo cuidar de él.

—Yo que te lo di con tanto amor— Mingi colocó una de sus manos sobre su pecho— Está bien, no importa, pero olvídate que vuelvo a regalarte algo.

Se quedaron un rato más platicando mientras comían el postre que Mingi compró, ese tiempo el conejito dejo de mostrarse asustadizo gracias a la atención que Seonghwa le dió e incluso se quedó dormido en su regazo cosa que puso celoso a Yeosang. Hasta que el sol termino por ocultarse y tuvieron que irse, los primeros fueron Seonghwa y Yeosang, después Wooyoung y finalmente Mingi y Hongjoong, dejándolo solo con el conejito que aún se encontraba dormido.

—¿Que haré contigo?— Murmuró mirando al animalito— No puedo tenerte, y no se quién quiera un conejo— Se puso a pensar un poco pero no se le ocurrió nada.

Se cuestionó un poco en si dejarlo ahí en el sofá o llevarlo a un lugar más cómodo, pero el conejito se veía tan cómodo que creyó que si lo tomaba se levantaría, así que ahí lo dejó y ya vería al día siguiente que hacer con él, apago las luces y se fue a su habitación.

Pasaron uno minutos para que Jongho despertará y se asustará al ver que estaba oscuro, no le gustaba estar en lugares oscuro, miró el lugar y al encontrar una lámpara se transformó para encenderla y aprovecho para quitarse las medias, no contaba con que el dueño de la casa saliera de su habitación alarmandolo y haciendo que se transformará de nuevo en un conejo.

Yunho fruncio el ceño al ver que una lámpara estuviera encendida pero más se desconcertó al ver una media a un lado del conejito.

—Estoy completamente seguro de que yo dejé todo apagado y que no utilizo medias— Murmuró— ¿Fuiste tú?— Soltó una risita— ¿No fuiste tú, cierto?

Jongho sólo lo miró y pensó que tal vez podría deshacerse de la ropa que traía puesta sí mostraba que no era un simple conejo, porque ya quiera quitarse esa ropa que le incomodaba, además ese hombre no parecía tener un problema con los híbridos puesto que tres de sus amigos lo eran.

—Ahi quédate iré a ver si alguien está aquí dentro— Jongho simplemente lo miró.

Cuando desapareció de su vista nuevamente dejo verse en su forma humana para quitarse la otra media, estaba nervioso era un lugar desconocido para él y ni siquiera conocía a nadie, obviamente, hasta el momento el único que le había agradado era al que le dió de comer y lo mimo.

—Pues no encot-...— Yunho quedó en silencio al encontrar a un chico sentado en el sillón donde anteriormente estaba un conejo— ¿Tú quién eres?— Notó las orejas del chico y eran idénticas a las del conejito— ¿Tú eres el...?

—Hola— Musitó.

—¿Son tus medias?— Jongho negó y en seguida asintio— ¿Si o no?

—S-si.

Yunho dejo de prestarle atención al tema de las medias y entro en razón, Mingi no le regaló un conejo, sino un híbrido y eso quería decir que había entendido todo lo que hablaron hace rato.

Está historia la planee hace unos meses y bueno decidí publicarla hoy ya que ayer no pude, espero que les guste.