Desire
No creía durar mucho y eso estaba bien debido a que sería la primera vez de Dongbaek, lo que significaba que ella tampoco tardaría mucho en volver a alcanzar un orgasmo, buscó entre sus cajones algún condón, comenzando a preguntarse si tenía alguno porque no recordaba haber comprado nuevos y sintiendo el alivio apenas encontró tres todavía útiles.
Si hubiese sabido que aquello pasaría, los tendría a la mano para no tardarse tanto. Culpaba a su ansiedad y llevar tanto tiempo sin sexo el no darle un respiro a su novia, pero ella no podía llegar a él con lencería blanca y pretender que no enloquezca por ella, tampoco era un bestia, ese orgasmo fue suficiente preparación para recibirlo y no sentir gran dolor.
Bajó el bóxer, colocó el preservativo bajo la atenta mirada de Dongbaek, regresó a la cama tocándose un poco y ahora ella por cuenta propia abrió las piernas para él. Jadeó.
—Mi chica tan bonita— murmuró, se cernió sobre ella, picoteó sus labios, nariz y mejillas— este regalo le ganó a todos los anteriores.
Soltó una risilla, ya no estaba ni un poco nerviosa o asustada, lo miraba con ojos llenos de amor.
Comenzó a besarla con la intención de distraerla de la sensación nueva e invasiva que comenzaba a sentir, se alineó a su entrada, muy despacio, guiandose por los apretones a su espalda, de esa manera sabía si podía continuar con el mismo ritmo o ir todavía más lento.
Se dejó llevar mucho por lo bien que se sentía y empujó el resto de una sola vez, maldijo pensando en que ya lo había arruinado, sin embargo, Dongbaek no le reclamó nada, no le pellizcó o se impresionó, así que, se mantuvo quieto en esa posición durante minutos.
Ambos procesando que sí había sucedido.
—Espera— se odió, el tono de voz denotaba que sentía dolor y su intención era lograr todo lo contrario— dame un minuto más.
—¿Te lastimé?—niega— Dongbaek...
—Solo duele un poco, nada que alarmarse.
Suspiró.
—Lo siento.
Vuelve a negar, Jungkook aparta los mechones de cabello que se han adherido a su frente por el sudor, ella sonríe ante el gesto sin saber que el hombre está soportando de todo en ese momento para no moverse hasta que ella lo permita.
Pasa más de un minuto, continúan así, viéndose a los ojos y murmurandose palabras bonitas, Dongbaek cierra los ojos cuando ya no siente el escosor molesto y se remueve un poco, Jungkook jadea por el roce, acaricia una de sus piernas esperando que aquello la ayude a relajarse.
—Puedes moverte.
Hay un coro de ángeles manifestándose apenas Dongbaek dijo aquello. Jungkook estaba sudando como nunca después de esperar tanto.
Volvió a ubicarse, de forma más cómoda para no cansarse antes de tiempo y comenzó un vaivén muy suave y pausado, dando órdenes a sus caderas de no enloquecer todavía, Dongbaek se sostuvo de su espalda, enterrando las uñas apenas empezó a sentirse demasiado bien y viendo su expresión, Jungkook se animó a ir más intenso, golpeando con fuerza y precisión, también alentado por los jadeos recurrentes y las peticiones de besos que cumplió sin chistar.
—Amor, amor...— murmura, cuando las uñas dejan su espalda, sus manos se mueven, una sostiene la cintura de Dongbaek y la otra se queda en su seno izquierdo, apretando con suavidad mientras siente su organismo entero doparse por el deseo y la excitación— es... cálido.
Se refiere a que lo aprieta bien, le recibe muy bien y a que ese cuerpo fantástico está hecho para él. La mano que apretaba su seno sube hasta rodear el cuello de la pelinegra, no aplica fuerza, solo se mantiene allí aumentando el morbo de ambos. Jungkook va más rápido, ya quiere llegar, es insistente, su índice busca los labios de Dongbaek y ella lo recibe, lamiendo el dedo y mordiendo la punta de este mientras trata de mirarlo fijamente, no lo consigue pues alcanza el climax primero y cierra los ojos mientras la sensibilidad la sobre estimula.
Enreda una pierna en la cintura de Jungkook, empujándolo más profundo en ella, él gime fuerte y sonoro, sus embestidas impactando sin piedad cuando ya siente estar a punto y sin poder soportarlo mucho más, obtiene su orgasmo solo un minuto o dos después de Dongbaek, colapsando sobre ella al verse sin aliento.
Siempre valía cada segundo cuando se trataba de Dongbaek.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro