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—La educación ya perdió el sentido y los estudiantes también.

Los jóvenes asintieron ante lo que su amigo dijo, pensaban lo mismo y lo harían saber, estaban cansados de la escuela y sus malditas reglas sin sentido.

¿Que era eso de no pintarse el cabello? ¿Quien fue quien hizo regla?

Ahí sentados, los cinco chicos con diferentes personalidades estaban de acuerdo en algo quemar la escuela.

¿Que pierden?

Los padres de los tres choi's ni siquiera se preocupaban por ellos, no eran buenos padres en absoluto pero a ellos no les importaba, no los necesitaban.

—tienes razón, pero de que nos sirve saber eso sí estamos encerrados en un salón de cuatro paredes sin permiso a salir —preguntó, chupo la paleta que tiempo antes había comprado.

—es que eso es lo importante —se puso de pie— necesitamos salir de aquí y no volver

Los jóvenes se miraron atentos por lo que el castaño decía, soobin el más introvertido estaba incitando a sus compañeros a irse de la escuela.

Eso jamás lo hubieran esperando de él, quizás de otro de ellos como Yeonjun o Beomgyu hasta de Taehyun, el hijo de papi y mami que no necesitaba estar ahí en ese salón castigado.

¿Pero de soobin? Jamás.

Aún así les parecía gracioso que el castaño lo dijera y en parte estaban de acuerdo, no era la primera vez que se iban de la escuela y eran castigados.

Pero si la primera vez que el dicho de Ansan lo proponía, de todos modos era bueno que tomara esas decisiones, después de casi un año siendo amigos tenía que aprender algo ¿No?

Narrador:

Los jóvenes se habían conocido desde hace un año para ser específicos un jueves 8 del 2019, cuando sus padres los fueron a dejar a la escuela-internado mejor pagado Corea —pero como a ellos les gustaba llamarlo cárcel de muerte para menores de edad.

El primero en entrar a la escuela fue Yeonjun, sus padres lo llevaron a la universidad por qué su único hijo les daba demasiados problemas para tenerlo junto ellos así que ¿Que mejor que alejarlo a kilómetros? Si, eso fue una buena idea para ellos.

Los padres de Choi le dijeron a los dirección que no lo dejarán salir porque lo más probable era que se fuera y no volviera, también dijeron que su hijo era un adicto a las sustancias y alcohólico.

Mentira.

Bueno, quizás lo era pero no del todo.
Los señores Choi encontraron en varias ocasiones a su hijo con pequeñas bolsas blancas, las cuales vendía a otros estudiantes y amigos para ganar dinero, su padre el Señor JinSeol no le quería dar dinero, tenía que buscar como, Eso no lo hace un adicto ¿No?

De todas formas, ni siquiera había entrado a la escuela y ya habían denigrado su nombre tachandolo de mal viviente.

Los profesores no lo dejaban en paz jamás, revisando su cama y su mochila como un delincuente ¿Como tendría droga si no salía?

El rubio cansado por lo que vivía paso de ser un estudiante callado y sereno a un estudiante problema sin importarle si hacía algo malo y riéndose de sus maestros.

Gracias Beomgyu, buen ejemplo.

El segundo en entrar fue Choi Beomgyu, sus padres lo querían pero les daba un poco de pena que su hijo con una edad adulta no madurará y siempre dejara sus problemas a los demás, con miedo de que su hijo se matara en alguna depresión decidieron internarlo, digo, inscribirlo a la escuela más famosa de Corea.

El joven de cabello largo y mechas blancas llego a su primer día de clases con ropa holgada, algo que para los profesores estrictos estaba completamente mal y era de extremo desagradó.

Con una sonrisa tonta tomo asiento en las sillas de estar esperando y mirando a sus papás desde lejos, sus padres apenados estaban hablando con el director de la escuela diciéndole que querían que lo educarán, que le enseñarán modales y le dieran un poco de ganas de vivir.

Difícil.

El director y su ayudante lo miraron atentos, si era un caso difícil iniciando porque su apariencia física parecía de un joven rebelde y sin remedio.

Aún así no era el primero en llegar así y sabían que lo compondrían porque su escuela de eso se encargaba.

Quién diría que todo se iría a la mierda, Beomgyu no se compuso y eso que había pasado un año, seguía metiéndose en problemas, se vestía como quería —aunque tuviera uniforme— y había metido a un nuevo joven en recuperación a su secta.

El tercero en entrar a la escuela fue Taehyun, un chico de buen estatus, buena familia y buenas calificaciones.

Sus padres confiaban plenamente en él y entre sus hermanos Taehyun era el Mejor.

¿Porqué quiso entrar ahí?

Bueno, había leído que era una de las mejores escuelas universidades de Corea y no quería perder la oportunidad de ir, sus padres como siempre le daban lo que su hijo quera no se pudieron negar.

Cuando entro sus padres le dijeron a el director que su hijo era bueno en clases que era un niño que no se metía en problemas y que amaba el deporte, que sería un orgullo tenerlo con ellos.

Así accedieron a tenerlo en su prestigioso colegio sin ningún problema.
Pero ya sabiendo que era bueno lo cuidarían como su alma, lo tenían alejado de los demás compañeros problema, aunque eso le causaba curiosidad al pelinegro.

¿Tan malos eran?

Desde su salón de clases, varias veces por no decir siempre; veía como la maestra regañaba a Beomgyu haciéndolo salir de su clase avergonzado lo enfrente de todos, aquel chico solo hacia una mueca juguetona y salía sin problema.

La curiosidad mató a el gato.

Taehyun es el gato.

Sonó la chicharra y salió de su clase, cuando camino por el pasillo luminoso que daba al frente de los grandes árboles se percató que el chico de cabello largo estaba sentado en las escaleras de salida a la terraza.

Estaban frente a frente pero Beomgyu no lo miraba, estaba atento a su pequeño papel mojado posiblemente de saliva que intentaba hacer bola, Taehyun camino hasta las escaleras y se sentó alado del chico de mechitas.

Beomgyu tardo un rato en notar su presencia pero cuando lo hizo giro lento su cabeza con el ceño fruncido.

—¿Qué haces aquí? —acerco su cara a la pelinegro— te pueden ver conmigo, con el chico p.r.o.b.l.e.m.a —dijo lento la palabra recalcando el título que sus profesores le habían puesto.

—¿Lo eres? —lo miro atento.

—¿Lo parezco? —dijo exagerando su expresión— ya que todos aquí juzgan por tu físico.

—no pareces alguien problemático, más bien pareces alguien idiota —el chico de mechas frunció el su ceño y abrió los ojos como platos haciendo que su cara parezca más rara de lo que era, el menor rio.

—deberia decir ¿Gracias? —el menor asintió— ¿Bueno ya te vas?

—si eso quieres

El chico de pelo negro se paró y subió las escaleras, abrió la puerta de la terraza y cuando estaba apunto de salir voltea atrás.

—me llamo Kang Taehyun —Gyu volteó— si necesitas ayuda con alguna tarea me puedes decir —termino de abrir la puerta y salió.

Beomgyu sonrió con cara tonta, no es que no estuviera acostumbrado hablar con gente, no, no era eso. Más bien no estaba acostumbrado a que le dijeran ese tipo de cosas, desde niño siempre hizo las cosas por si mismo y nunca pidió ayuda, su corazón se apretujo y sus mejillas se sintieron calientes.

Linda historia pero el que termino siendo cercano a el otro fue Taehyun que por accidentalmente mojó la enciclopedia del profesor de historia y Beomgyu se hecho la culpa para que no lo castigarán.

¿Debería contar esa historia? Lo creo razonable ya que de ahí inicio su amistad.

Taehyun entro apresurado a el salón de historia, se había quedado dormido y no le dio tiempo de bañarse, odiaba eso.

Comenzó a correr con todas sus fuerzas hasta que entró a el salón y tomo asiento, sentía su corazón salirse por todo lo agitado que estaba intento tranquilizarse pero aún no podía parar, saco su cuaderno de historia y algunos papeles importantes que eran para la tarea, se paró y fue hasta el escritorio del profesor que ya había llegado pero salió por su café matutino que tomaba todas las mañanas.

Taehyun se acercó a él escritorio y al momento de ponerlos arriba de este empujó la botella de agua del profesor que 'mágicamente' no estaba bien cerrada.

No solo Rego sus apuntes con agua si no tambien los del profesor, aquel hombre viejo con humor de mil demonios estaba por llegar y Kang no sabía que hacer, su cuerpo se enfrió y sus ojos olvidaron parpadear, la clase lo miro y soltaron un sonido al unísono, un sonido peculiar '¡ih!'

El señor Min llegó a el salón y miro a taehyun atento, se paro en el marco de metal de la puerta viendo todo con detalle.

—y-yo —un nudo en su garganta se hizo y sus ojos se pusieron rojos por la falta de lubricante.

—¿Quien hizo eso? —alzo sus manos buscando alguna explicación justa, su valiosa enciclopedia que tenía desde los años 90' que quizás ni siquiera servía ya se había mojado.

—yo —el profesor y Kang voltearon hacia atrás, los compañeros lo miraron atentos— yo fui quién tiró el agua, lo siento tanto —tomo papel y seco la mesa— venía corriendo y no vi a Taehyun, y-yo lo empuje —fingio tartamudear— lo siento.

El Señor Min paso sus manos por su cara frustrando, otravez Choi Beomgyu había cometido un error ¿Alguna vez haría algo bien?

El anciano intento tomar aire y calmarse antes de tomar de los pelos a su Alumno y matarlo, solo lo tomo del brazo con un agarre duro que capaz dejaría una marca después y lo saco del salón.

Beomgyu miro por la ventana a Taehyun con una sonrisa y giño su ojo.

Taehyun aún asustado suspiro un poco, su sangre volvió a circular y sus ojos volvieron a parpadear.

En la cabeza de Taehyun comenzó a sonar un instrumental de alguna canción que había escuchado horas antes, quizás ¿'TT'? nada especial, no no, solo era que la había escuchado antes, si era eso.

(°°°)

—¿Porqué hiciste eso? —dijo deteniendo a Beomgyu en el portón de la escuela.

Giro su cuerpo y miro atento a Taehyun. —¿Que?

—defenderme.

—de todas formas iría castigado por no entregar ninguna tarea, no es nada Kang.

Comenzó a caminar hacia el portón de la escuela que dividía el enorme instituto de los departamentos de los alumnos.

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