🔞 ღ ¡𝗕𝘂𝗲𝗻𝗼𝘀 𝗱𝗜́𝗮𝘀, 𝗠𝗲𝘄! 🝮︎︎︎︎︎︎︎ 🔞
• [Escena improvisada, quiere decir que no se habla de ella o, no hay ningún indicio de ella en el libro.] •
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La fresca brisa que ingresó por la ventana dió la sensación de que ese día contaría con un buen clima en realidad. Lastimosamente ese día era el mismo que marcaba el final de las vacaciones para el detective Suppasit, efectivamente Mew debía volver a Cuántico en tan solo unas horas.
El primero en despertar por supuesto que había sido Mew, o al menos eso fue lo que él creyó, pero al abrir los ojos de inmediato se percató de la ausencia del cuerpo contrario en su espacio de la cama. Ese mismo que había marcado como suyo en los días anteriores, ese mismo espacio que ahora incluso reflejaba su dulce aroma en las sábanas y en la almohada. El reloj marcaba las cuatro y treinta de la madrugada, luego de tallar sus ojos Mew se levantó de la cama, le parecía extraño que todo se encontrara en un completo silencio.
De manera sigilosa comenzó a caminar hacia la cocina, la tenue luz blanca del lugar iluminaba el pequeño espacio del cual provenía un delicioso aroma a café recién hecho y deliciosos trozos de tocino siendo freidos a fuego bajo. Una delgada y fina cintura rodeada por los listones blancos de su delantal con estampados de girasoles, captó su campo de visión, las delgadas y largas piernas se movían de un lado a otro para colocar los trastos utilizados en el lavabo y así mismo cuidar de que el tocino no excediera el punto de cocción y terminara por volverse carbón, al mismo tiempo en que se envolvían en un silencioso baile que daba a mostrar el deleite por la música escuchada.
Mew sonrió con ternura y calidez en su corazón al enfocar a su lindo chico. Por supuesto que sin perder ni un solo segundo caminó hacia él y rodeó con ambas manos la delgada cintura del pelinegro. Gulf suspiró entrecortado debido a la sorpresa, pero al mismo tiempo se giró hacia Mew y sonriendo retiró los auriculares vía Bluetooth que estaba utilizando para escuchar música sin despertar a su lindo detective.
—¡Buenos días, Mew! —Rozó su nariz con la de su pareja, ambos cerrando sus ojitos y sonriendo labial. —Perdona, no quería despertarte. —Hizo un puchero.
—No lo hiciste. —Acarició su mejilla. —¿Por qué estás despierto tan temprano? —cuestionó, pues el detective conocía perfectamente que Gulf dormía hasta las nueve de la mañana, incluso una ocasión luego de haber excedido en sus íntimas rondas durante toda la noche, Gulf terminó por levantarse a la una de la tarde. —Odias levantarte temprano, aunque debas hacerlo por tu trabajo. —Presionó sus dedos en la cintura ajena. Gulf sonrió.
—Lo sé, pero hoy es una excepción. —Se soltó de Mew para poder dar la vuelta a los tocinos que tenía en la sartén —Mi apuesto y fenomenal novio, quien por cierto es el mejor detective de toda Virginia, debe volver a sus labores detectivescas hoy — Mew no evitó sonreír ante las palabras del risueño chico.
—Tú también eres el mejor, Gulf.
—¡Mm! No lo dudo, pero no soy detective. Y si un día lo soy, prepárate para tener competencia, Mew. — El aludido volvió a sonreír enternecido y asintió tiernamente. —Bien, normalmente te despiertas a las cinco, ¿cierto? Y vas a tu oficina a las seis, ¿no?
—Correcto, tienes muy buena memoria.
—Solamente cuando algo o... alguien me interesa lo suficiente. — Besó fugazmente los labios ajenos. —Estaba pensando que en esa hora no tienes tiempo para desayunar, así que yo, como un buen novio decidí preparar el desayuno para tí, Mew, mientras tú tomas una ducha para despertar por completo.
—Ya estoy despierto. —Mew sonrió.
—Sí, pero no completamente. —Dió un leve golpe con su índice en la punta de la nariz del detective.
—Cuando me dí cuenta de que no estabas en la cama conmigo desperté completamente. — Esas palabras fueron suficientes para causar un leve sonrojo en las mejillas del menor.
—E-ejem... bueno, bueno, ve a tomar un baño mientras yo termino de preparar el desayuno. — Mew sonrió al contemplar el nerviosismo del contrario, soltó la cintura de Gulf y en cambio, sujetó ambas mejillas y besó suavemente su frente.
—De acuerdo, como tú digas. — Los canelas orbes de Gulf se expandieron para observarlo con devoción, ambos transmitiendo el universo de emociones que escondían en sus pechos. No pudo evitar sonreír felíz y pleno al momento en que Mew giró sobre sus pies y se retiró de regreso a la habitación, con su ancha espalda perdiéndose detrás de la puerta.
Gulf apretó la pequeña manta entre sus manos temblorosas, llevó una de ellas a la altura de su pecho y sintió sus propios latidos, acelerados y eufóricos. Volvió a sonreír. Tan solo Mew podía causar eso, tan solo Mew podía ser dueño del sonrojo en sus mejillas y del temblor en sus manos. Mordió su labio superior al recordar la inmensa tentación que sintió de devorar su boca ahí mismo en la cocina y pedirle que arrancara todas sus prendas sin piedad alguna pues ese sería el último día en que podría tener a Mew su total disposición, sabía perfectamente que luego de que Mew regresara al trabajo ya no tendría tanto tiempo libre como hoy. Por eso era la ocasión perfecta para pedirle al mayor que lo marcara de todas las formas posibles y que impregnara su aroma en cada uno de los rincones de su piel, de tan solo pensarlo la temperatura en su cuerpo ya había incrementado.
Sintió como el aroma del tocino se intensificó gradualmente y de golpe recordó que él estaba haciendo algo, supuestamente "cocinando" antes de caer en el húmedo mundo de la lujuria, gracias a su detective favorito. Apagó la estufa y movió el sartén, con sus manos aún temblando levemente sacó los tocinos y los transportó al plato, colocando ahí mismo los huevos revueltos con jamón, que había preparado anteriormente, los llevó a la mesa seguido de la humeante taza de café. En la mesa de cristal ya se encontraba el salero y el azucarero.
No sabía si era por la necesidad matutina que recién había despertado en la cocina, o porque se debía a que el destino se estaba burlando de él en este momento, pero fue capaz de escuchar como la ducha fue encendida y el agua empezó a caer suavemente. Volvió a atacar su labio en una mordida y simplemente fue por algo para tapar la comida ya servida y sin importarle absolutamente nada más que no fuera su novio, caminó hacia la habitación de Mew. En el transcurso a esta se fue deshaciendo de su vestimenta prenda por prenda, al llegar a la puerta del baño suspiró de forma entrecortada.
Retiró la última prenda de ropa que conservaba: sus bóxers. Sacó una pierna y luego otra, suspirando por última vez para armarse de valor giró la manecilla de la puerta e ingresó. Mew estaba de espaldas y gracias a los vidrios que rodeaban la ducha, no podía ver por completo su ancha espalda, más bien toda su figura se veía empañada. Gulf sabía que no pasaría mucho tiempo hasta que Mew lo notara, pues no en vano es un detective, y así fue, segundos bastaron para que Mew moviera su espalda hacia la pared de los azulejos que se asemejaban a una pared compuesta de ladrillos azules.
—¿Gulf?... — Su tono interrogativo causó placer en él, lentamente deslizó la puerta de cristal y expuso su desnudez ante su pareja. No pasó desapercibida la forma en que Mew tragó grueso y un leve carmín se instaló en sus mejillas, Gulf caminó de manera sensual hasta llegar hacia él, colocó ambas manos en el desnudo y húmedo pecho ajeno, sonrió ladino y acercando su boca al oído ajeno, susurró:
—¿Puedo tomar un baño contigo? —Mordió el lóbulo de la oreja de Mew, con una sensualidad bastante mortal para el detective, al llevar su rostro a estar frente al de Mew, mordió su labio inferior con evidente provocación, la cual por supuesto no fue un secreto para el detective.
Mew sin perder ni un solo segundo lo tomó de ambos glúteos y lo alzó, Gulf inmediatamente rodeó su cintura con sus largas piernas y se sujetó con fuerza de ambos hombros tonificados. El detective comenzó a depositar hambrientos y necesitados besos en su cuello al mismo tiempo que amasaba ambos glúteos, la regadera no había detenido su caída de agua pues ninguno la había apagado.
Gulf acarició la espalda de Mew, sintiendo pequeñas elevaciones en ciertas partes de la suave y húmeda piel del detective, de inmediato recordó la forma en que Mew reaccionó hace unos días cuando tuvieron su primera vez y él quiso retirar su camisa para tocar su espalda, sin querer incomodar al detective y hacer que se detuviera como en aquella ocasión, decidió mover sus manos a los anchos brazos ajenos y acariciar con pasión y necesidad.
Mew lo bajó con cuidado y lo apoyó en la pared de azulejos, debajo de la regadera, sin lentitud comenzó a devorar sus pezones mientras buscaba su entrada e ingresaba un dedo en ella.
—¡Ah sí! ¡Mng!
Gulf sentía como poco a poco se derretía ante el toque de Mew, era como si fuese una gota de agua cayendo en un inmenso desierto, no podría durar ni un solo segundo sin evaporarse.
—¿Te gusta? —dijo, con voz grave, mordió su pezón izquierdo haciendo que las piernas de Gulf flaquearan de inmediato. Pero a pesar de la dificultad por todas las sensaciones que lo poseían, Gulf logró asentir.
—O-otro... ¡ah!... — Mew sonrió aún con el pezón ajeno en su boca y asintió ante lo que le fue pedido, ingresó otro dedo más a la húmeda entrada que lo recibía palpitante y con un visitante dentro.
Comenzó a embestir con un poco más de rapidez al mismo tiempo en que marcaba con mordidas el pecho de Gulf y se deleitaba con cada respiración entre cortada del menor y con cada espasmo que sufría el cuerpo ajeno. De pronto, una idea cruzó por su cabeza, retiró ambos dedos de la entrada ajena y así mismo su boca de los pezones, aquello tomó a Gulf por sorpresa y de inmediato la mirada ajena fue a parar a sus orbes caramelo, exigiendo de forma silenciosa una explicación.
Mew retrocedió unos pasos, dejando su erecto pene a la altura del rostro de Gulf, con tan solo esa acción el agente entendió lo que quería, colocándose de rodillas en el resbaloso piso avanzó hasta Mew y tomó el grueso y palpitante pene entre sus manos, acariciando con tacto y pequeños temblores, llevando su mano hasta la base y luego hasta la punta. Aunque la idea de Mew fue solamente obtener una masturbación por parte de su travieso novio, no esperó que este llevara su pene a su boca y comenzara a succionarlo con tanta devoción como si toda su vida se hubiese preparado para ese momento.
Gulf supo controlar las arcadas e incluso las pequeñas lágrimas que se acumularon en sus ojos, succionaba con habilidad aunque esta fuese su primera vez haciendo sexo oral a alguien, pero tan solo recordaba las sensaciones que Mew causó en él cuando le hizo lo mismo, él quería volver loco a Mew, volverlo loco al punto en que Mew no pudiera aceptar o desear esto de alguien más que no fuera él, quería marcarlo como suyo y guardarlo únicamente para él.
Concentrado en darle a su novio el mejor oral de su vida, continuó succionado y esta vez lamiendo la punta húmeda, ganándose un grueso gemido, recibiendo como su exquisita recompensa el observar como el pene de Mew palpitaba y su cuerpo se tensaba, su cabeza fue echada hacia atrás y su cuello elevado como reacción a la labor realizada en su intimidad, dejando a la vista del agente como la manzana de Adán del detective se marcaba deliciosamente bajo su piel.
—Mng —gimió Gulf, sin poder evitarlo. Llevó su mano libre a acariciar los testículos de Mew.
—No debes hablar mientras comes —Le reprendió el castaño, tomándolo de su cabeza embistió con fuerza dentro de la boca ajena, haciendo que su pene llegara hasta la garganta de Gulf.
Al moreno fuera de molestarle, le encantó. Acomodó mejor sus rodillas en el piso y llevando sus manos a juntarlas obedientemente en su espalda, miró a Mew desde el piso.
—Deberías de ser ilegal, Gulf —masculló, perforando cada una de su palabras al observar al agente con su boca entreabierta y sus pupilas dilatadas.
—Castigame, Mew. Castigame por ser ilegal y por hablar con la boca llena, castigame por ser un desvergonzado y provocarte siempre, castigame... por ser tu perdición.
Mew no pudo más y lo levantó de inmediato, reclamando los labios de Gulf con los suyos, sintiendo incluso el sabor de su propio liquido preseminal. Ágilmente giró a Gulf para apoyarlo en la pared de azulejos y de inmediato volvió a levantarlo, el menor rodeó la cintura del detective para cuidar de no caerse.
—Voy a enseñarte lo que es bueno —exclamó, Gulf asintió complacido, era lo que él quería.
Mew comenzó a morder su cuello al mismo tiempo en que alineaba su miembro en la estrecha entrada de Gulf. El agente echó hacia atrás su cabeza y Mew aprovechó para morder esa protuberante y deliciosa manzana de Adán, arrebatando un gutural gemido por parte de Gulf. No perdió más tiempo y se introdujo en él de una sola estocada, lanzando un fuerte espasmo en el cuerpo ajeno.
—¡AHNG! —gimió en su oído.
—Así me gusta —dijo Mew, comenzando a embestirlo, Gulf se sujetaba con fuerza del cuello de Mew —quiero ser el único que te haga gemir así, ¿entendiste? — Con sus ojos cerrados y su labio siendo apresado por sus propios dientes, Gulf asintió. Pero para Mew no fue suficiente, dió una embestida más profunda, tocando su próstata con ella.
—¡AH, MIERDA, MIERDA!
—Dije, ¿entendiste? —Mordió su oreja, provocando que la respiración de Gulf se volviera errática.
—¡S-sí, sí, solo tú, solo tú... lo juro, no quiero a nadie más que no seas tú! ¡Más rápido, Mew! Más, por favor, más.
Mew volvió a reclamar sus labios y a devorarlos con pasión, Gulf sintió que poco a poco perdía las fuerzas, así que se sujetó de la pared de cristal a zu derecha, empañando el vidrio templado de ésta, continuó empujando su trasero al mismo tiempo en que Mew lo embestia.
—¡Oh, sí, rayos! M-Meew ¡Justo así! ¡Ah, ah, ah! — El nombre del detective era desgastado en sus labios y eso no podía provocar más que felicidad en Mew, incitándolo a moverse aún más y calar más profundo en aquella estrecha entrada que devoraba cada centímetro de su masculinidad. —¡Carajo! ¡Carajo! ¡Sí!
Bajó a Gulf y luego lo giró para que con ambas manos se apoyara de la pared, el chico obedeció al mismo tiempo en que alzaba su trasero y recibía gustosamente a Mew. El detective continuó con los vaivenes fuertes y certeros, llevando a Gulf al cielo y trayendolo de nuevo. El menor tan solo podía gemir sin ningún tapujo y apoyarse con fuerza de la resbalosa pared mientras su trasero era destrozado y su cintura era sujetada por ambas manos del detective.
—Tan delicioso y apretado, tan suave y cálido... —Mew llevó una de sus manos a tomar el pene de Gulf y comenzar a masturbarlo al mismo ritmo de las embestidas —tan mío. — Aquello hizo que el cuerpo de Gulf se estremeciera por completo y su piel se erizara ante las posesivas palabras del mayor, sin siquiera ser conciente comenzó a asentir eufórico, con la desesperación de hacerle saber a Mew que no se equivocaba y que era completamente suyo, le pertenecía de pues a cabeza, no quería ser de nadie más, no quería someterse ante nadie más. Siempre fue Mew, siempre fue él, desde el primer momento.
—¡S-sí, sí! Tuyo, Mew, soy tuyo. Únicamente tuyo... ¡ah! Sí, Mew, reclámame y márcame, ¡ah! — Mew sentía como cada vez se volvía loco con cada una de las palabras ajenas, así que, aumentó las estocadas al mismo tiempo que aumentó los movimientos en el miembro de Gulf.
—G-Gulf...
—¡Ah, Mew, por favor! ¡M-más, más! ¡Más rápido, más fuerte! ¡AH!
Ambos no pudieron soportarlo más y terminaron por correrse, Mew dentro de Gulf porque esta vez olvidaron el condón, y Gulf en la mano de Mew y alcanzando a manchar el piso. El menor apoyó su frente en la pared, mientras que el detective apoyó su frente en la cabeza del agente, ambos respiraban de forma acelerada en busca de recuperar todo el aire que escapó de sus pulmones.
—Gulf, y-yo... —Mew salió de él con cuidado y observó como su propio semen empezaba a escurrir del canal ajeno, aunque aquello solo regresó su excitación, no evitó sentir que había actuado inconsciente al no usar protección.
—No pasa nada, —respondió, cansado y con su pecho aún subiendo y bajando —no voy a molestarme porque me llenaste de tí, Mew. — En ocasiones lo desvergonzado de Gulf tomaba por sorpresa al detective, haciéndolo sonrojar en sobremanera —Para ser sinceros... —Rodeó el cuello de Mew y lo besó suavemente —quería saber cómo se sentía ser llenado por tí, Mew. Y déjame decirte que se siente sensacional.
—Gulf...
—¿Qué? ¿Tímido otra vez? —Sonrió bromista —Quién lo diría, ¿verdad? No actúas tímido cuando me destrozas el trasero, o cuando tengo tu pene en mi boca o cuando me marcas o--
Gulf sonrió al sentir los labios ajenos apresar los suyos, no existía cliché más lindo que el ser callado por un beso de la persona que más amas en el mundo, de la persona que más deseas y por quien tú corazón palpita con locura.
Mew volvió a alzarlo haciendo que Gulf sonriera de nueva cuenta y tan solo pensara en que tendrá que calentar nuevamente el café.
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¡¡SURPRISE!!
Porque el MewGulf en la ducha es religión, sí que sí.🤭😌
¿Les gustó? A mí personalmente me encantó tanto 😍, es que de tan solo imaginar que mis bebés tuvieron buenos días antes de verse obligados a ir a Japón y desencadenar todo lo que tenía que pasar, me pone soft🥺💜.
Espero que les haya gustado y que lo disfruten, Feeniks. Estaré leyendo sus comentarios. 🤭
Besitos púrpuras para ustedes ✨💜
Bye 💐
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