5. 𝘊𝘰𝘯𝘧𝘰𝘳𝘵
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05
Confort
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—No juegues...—Knuckles casi se atraganta con el jugo de naranja que bebía hace un momento—¿De verdad?—Seguía sin creer en lo dicho por su mejor amigo, es que por donde lo viera resultaba casi imposible hacer una conexión así.
—Sí...—a él también le costaba trabajo creerlo, pero era real.
Amy era la hermana menor de ese sociópata de Shadow y no había más que decir al respecto.
Bueno, tal vez sí...
Ese lunático le había pedido —amenazado— amablemente que se alejara de su hermana y que por ningún motivo se atreviese siquiera a pensar en lastimarla o terminaría castrado y con una prenda nueva en el cuello.
De acuerdo, muy bien...
No tenía nada de qué preocuparse; él y Amy solo eran amigos así que dé resto solo sería cuestión de no comportarse como un idiota, ¿verdad?
—Tú sí que tienes mala suerte, bro—Knuckles de nuevo bebió de su jugo—Piénsalo...—cuando se decidía a hablar siempre terminaba diciendo incoherencias con un toque de verdad—La primera chica que te gusta en años y resulta ser la hermana menor del tipo que más te odia en todo el mundo—se burló circunspecto.
Sonic dejó escapar un suspiro reconociendo la absurda verdad en las palabras de su amigo.
—Sí, es como si el universo tuviera un retorcido sentido del humor—admitió, rascándose la cabeza en obvia señal de su nerviosismo.
Knuckles lo miró con una mezcla de burla y un deje de preocupación; no era un secreto para nadie que le conociera que Sonic no era un santo de la devoción de ese sujeto llamado Shadow.
Francamente nunca nadie pudo explicarse a que se debía ese desagrado casi infinito que el moreno sentía por él, era como si el mero hecho de existir ya le molestara de sobremanera. Y, fuese lo que fuese, eso ya era suficiente para complicar su existencia.
Como ejemplo, ponerle entrenamientos triples y no aceptarle oficialmente en el equipo hasta mediados de la temporada. Lo que sea que Sonic hubiese hecho para ganarse ese desprecio era un completo misterio.
Por otra parte, siendo el amigo bien intencionado que se jactaba de ser, Knuckles sabía que debía darle ánimos en momentos como ese.
La chica que le gustaba estaba fuera de su alcance y eso producía que a cualquiera se le fuese la sangre a los pies.
Sin embargo, lo primero era lo primero y esto era el equipo.
Blue era fuerte, alguien que no se tomaba la vida muy en serio y que siempre tenía una sonrisa en el rostro, así que era cuestión de tiempo para que las cosas volviesen a su rumbo natural.
O eso es lo que quería pensar...
—Bueno, si alguien puede manejarlo, ese eres tú Sonic—dijo finalmente dándole una palmada en la espalda—Pero yo que tú me aseguro de correr rápido si las cosas se ponen feas con el edgy asesino—de nuevo se burló.
Ante la broma evidente, el cobalto asintió agradecido por el apoyo de su amigo.
—Gracias, Knuckles... Lo tendré en cuenta...—agradecía sus intenciones, aunque honestamente eso no le hacía sentir mucho mejor.
El timbre de la escuela sonó, señalando el fin del almuerzo y el regreso a las clases. De camino al aula la conversación con Knuckles seguía rondando por su mente. ¿Qué debía hacer ahora?
Amy le agradaba —mucho— pero apreciaba lo suficiente a su integridad como para no querer —en medida de lo posible— tentar a la suerte.
Algo raro, si lo pensaba a profundidad.
¿Desde cuándo le daba tantas vueltas a las cosas? Eso era tan atípico, tan antinatural como la pizza de piña y el hecho de que por primera vez en años —ocho, para ser más específico— que ponía interés en una chica.
Quizá era una jugarreta sucia del destino, tal vez solo exageraba. Fuese lo que fuese no ayudaba mucho a darle claridad.
—Hey, Sonic—a media clase uno de sus compañeros le habló, bajito—Toma—entregándole un trozo de papel se giró de nuevo a su posición inicial.
Curioso como era su naturaleza; abrió disimuladamente aquel trozo de papel y leyó el contenido escueto que estaba escrito en él.
Era una nota de Knuckles que le "recordaba" del entrenamiento de esa tarde y que no se le ocurriera faltar. Arrugó el papel y continuó con sus propios asuntos; martirizarse pensando en que haría con Amy y que haría con él.
¿Por qué le pasaban estas cosas a él? Ah claro, porque era un adolescente idiota y hormonal, se reprendió.
El día le dio paso a la tarde con rapidez; de pronto llegó la hora del entrenamiento y al llegar al campo una decena de sus compañeros ya se encontraban en medio de sus calentamientos.
Sonic se unió a ellos, tratando de dejar a un lado sus preocupaciones y concentración en el entrenamiento. Knuckles, que estaba liderando la sesión, lo vio llegar y asintió con aprobación.
—¡Vamos, Sonic!—gritó—Necesitamos que des lo mejor de ti hoy—Le alentó.
Tomó aire profundamente y comenzó sus propios ejercicios de calentamiento; desde donde se encontraba podía escuchar los cuchicheos de algunos de sus compañeros. Se rumoreaba que habría un reclutador encubierto que juzgaría los talentos para ofrecer becas universitarias a los mejores prospectos.
Algo que de ser real, no le vendría nada mal; de hecho, si eso era real tendría una gran oportunidad en puerta.
A medida que el entrenamiento avanzaba, se sumergió en las rutinas y técnicas dejando que la intensidad del ejercicio despejara su mente —y dicho sea de paso, lucirse de ser el caso—.
Inmerso en su propio calentamiento Knuckles se acercó hasta él.
—Bro—Le lanzó una botella de agua que fue fácilmente atrapada—¿Sigues pensando en Amy?—
Sonic suspiró, secándose el sudor de la frente con una toalla; pensaba en Amy, también pensaba en la posibilidad de ganar la beca. Y en menor medida, también le rondaba por la mente el hecho de que Shadow le pateara el trasero
Aunque eso no iba a decírselo a Knuckles...
—Solo estoy un poco cansado—Admitió a medias y el rojo asintió no muy convencido de lo que estaba diciéndole.
—Tienes que mantener la cabeza en el juego—dijo—No puedes dejar que nada te distraiga, especialmente ahora—.
Sabía que tenía razón; aunque no por ello significaba que pudiera admitirlo a viva voz —al menos la parte que involucraba a Amy— así que debía hacer el esfuerzo de sacarla de su mente hasta que estos últimos juegos se concretaran.
Y ante esto sabía que debía tomar una decisión.
Terminar de tajo esa relación —que al final no era una relación porque ella solo era su amiga, pero todos al parecer tenían la creencia de que no era el caso, por tanto el también estaba comenzando a creerlo—.
—Tienes razón, Knuckles...—dijo, tratando de sonar más decidido—Me concentraré...—Era mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero lo haría, por su bien.
Knuckles le dio una palmada en la espalda en un gesto de camaradería y finalmente agregó.
—Eso es lo que quería escuchar—le alentó—Ahora, vamos a mostrarle a Shadow quién es el verdadero campeón aquí—
Con esas palabras de aliento, Sonic se sintió renovado y se lanzó de nuevo al entrenamiento con una nueva determinación. Sabía que tenía que dar lo mejor de sí, no solo por el equipo, sino también por él mismo.
Superar las estadísticas de Shadow simbolizaría que era el mejor jugador que tendría el equipo y esto lo inmortalizaría por años y años en el record de la escuela y se volvería una verdadera leyenda.
Algo que aumentaba su ego, además.
Al final del entrenamiento, Sonic se sintió agotado pero satisfecho. Mientras recogía sus cosas se dio cuenta de que Amy se acercaba.
—Hola, Sonic—Le saludó haciendo caso omiso a las burlas de quienes aún quedaban presentes en el campo—Estaba buscándote...—
—¿Ah sí?—Genuinamente se sintió sorprendido por el hecho de que estuviera buscándole, pero fiel a su deseo de ignorarla, su tono cambió a un tono serio.—¿Necesitabas algo?—.
Sacando un pequeño sobre de su bolso le extendió un trozo de papel que él tomó dudoso.
—No podía esperar a mañana para mostrarte los flyers para el baile de los 90's—su semblante emocionado era contagioso, no podía evitar sentirse feliz cuando ella brincoteaba de un lado a otro, pero debía disimular—Estoy tan emocionada, ¿Puedes acompañarme a repartirlos?—
Sintió una mezcla de emoción y nerviosismo mientras leía el volante lleno de color e imágenes alusivas a lo que pretendían realizar.
Sin embargo, no podía hacer algo como eso si quería salvar su trasero.
—Eh, lo siento Amy... pero no podrá ser—
Un poco decepcionada, Amy asintió. Podía entender que Sonic estuviese ocupado.
—Está bien, no te preocupes...—sonrió de igual forma—Te veré mañana, ten una linda tarde—Y se alejó con un gesto de mano que a Sonic le pareció en extremo tierno pero que no externó.
Sería difícil, pero tenía que hacerlo; alejarse de ella por el bien del equipo... —y de su trasero—.
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Dos días completos habían transcurrido desde que vio a Amy directamente a los ojos y aunque ella hizo el intento de acercarse a él en más de una oportunidad se las ingenio para pasar olímpicamente de ella, casi con una asombrosa y poco natural facilidad.
¿Qué si Amy quería verlo después de clases? Él tenía entrenamiento —obviamente— ¿Qué sí podían comer juntos a la hora del almuerzo? Él tenía que discutir algunas jugadas con su equipo —evidentemente— ¿Qué si solo podían encontrarse casualmente en los pasillos de la escuela? Él debía estudiar las jugadas —claro que sí—.
Tangle le había enviado un par de mensajes —70, para ser precisos— donde le cuestionaba porque no estaba acudiendo al comité y el hecho de que Amy estaba preguntando por él, sin embargo a ella también le dio excusas escuetas y aunque la chica enérgica no pareció creerlas del todo, no le quedaba más remedio que creerlo.
Después de todo no era mentira cuando decía que estaba esforzándose demasiado en sus entrenamientos para poder ganar una beca completa, pero lo demás probablemente podía considerarse como una pequeña —pequeñísima— exageración de su parte.
Fuere lo que fuere ahora debía concentrar todas sus energías en completar su objetivo y dejar que su talento y esfuerzo hablaran por él.
Al final de cuentas él tenía en claro sus objetivos y las chicas no eran uno de ellos —por ahora—.
Por qué; eso era lo correcto, ¿no? De algún modo debía convencerse de que era lo mejor. Después de todo el solo estaba en el comité por obligación y su amistad con esa chica solo era un efecto colateral y nada más...
¿Verdad?
Ojalá todo fuese tan simple como sonaba, pero no...
En el fondo sabía que no era así, pero no haría nada más al respecto.
—Luces inquieto...—Knuckles no había dejado de comer la hamburguesa con triple queso que tenía en su bandeja de comida—¿Qué traes?—Era evidente que tenía algo, incluso un despistado como Knuckles podía notarlo.
Lamentablemente, los chicos necios como Sonic no suelen admitir lo que les molesta —sobre todo si esto incluye sentimientos— así que automáticamente negó con la cabeza a modo de restarle toda clase de importancia a lo sucedido.
—No sucede nada—respondió mientras su mirada se centraba en una mesa alejada donde Amy conversaba animadamente con ese sujeto de peinado extraño completamente ajena a que él la observaba.
Qué bien, ¿No? Al menos ella tenía un nuevo amigo —novio— con quien conversar.
Genial, simplemente genial, perfecto, maravilloso, sublime.
—Blue...—Knuckles llamó de nuevo su atención—¡BLUE!—el grito le provocó un sobresalto, pero finalmente volvió en sí.
—¿Qué quieres?— preguntó fastidiado.
—Tu comida...—sus dedos enormes señalaron hasta la bandeja de su amigo—La hiciste puré—.
Entre sus dedos los restos de pan, queso y mostaza indicaban que se quedaría sin almorzar.
Genial....
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Al quinto día se sorprendió a sí mismo siendo él quien estaba buscándola con la mirada.
Después del tercer día Amy dejó de intentar entablar una conversación y pese a sentirse genuinamente aliviado ante esto, la sensación no duró mucho desde que la observó conversando con ese idiota de peinado raro y tonalidad plateada.
¿Sería ese su novio?
Bah, que mas daba. No era relevante, al contrario. Ese chico parecía perfecto para ella.
No muy alto, no muy delgado y con apariencia de ser fácil de manipular.
Perfecto para que ese sociópata de Shadow le dé el visto bueno.
Sería un novio, sin duda. Incluso si no le constaba si es que lo eran.
Era una posibilidad al fin y al cabo; parecían cercanos y ese chico se acercaba mucho más de la cuenta a su espacio personal sin provocar alguna clase de molestia en la joven. Así que sí, seguramente era su novio.
Qué bien, ¿no? al menos ella estaba bien según parecía.
Incluso si ese tipo de cuernas chuecas y mirada atontada no hiciera buenos chistes.
Porque sí, se había descubierto a sí mismo —oh sorpresa— prestando especial atención a lo que salía de su boca.
Rayos, rayos, rayos...
¿Por qué le importaba tanto de todas formas?
—Oye, Sonic—Tangle se le acercó de repente y esto lo asustó—Lo siento, parece que viste un fantasma—.
No respondió, no estaba de humor para soportarla.
Solo se alejo en dirección contraria dejando a la chica con más preguntas que respuestas.
Al quinto día se sorprendió a sí mismo siendo él quien estaba buscándola con la mirada.
Después del tercer día Amy dejó de intentar entablar una conversación y pese a sentirse genuinamente aliviado ante esto, la sensación no duró mucho desde que la observó conversando con ese idiota de peinado raro y tonalidad plateada.
¿Sería ese su novio?
Bah, que mas daba. No era relevante, al contrario. Ese chico parecía perfecto para ella.
No muy alto, no muy delgado y con apariencia de ser fácil de manipular.
Perfecto para que ese sociópata de Shadow le dé el visto bueno.
Sería un novio, sin duda. Incluso si no le constaba si es que lo eran.
Era una posibilidad al fin y al cabo; parecían cercanos y ese chico se acercaba mucho más de la cuenta a su espacio personal sin provocar alguna clase de molestia en la joven. Así que sí, seguramente era su novio.
Qué bien, ¿no? al menos ella estaba bien según parecía.
Incluso si ese tipo de cuernas chuecas y mirada atontada no hiciera buenos chistes.
Porque sí, se había descubierto a sí mismo —oh sorpresa— prestando especial atención a lo que salía de su boca.
Rayos, rayos, rayos...
¿Por qué le importaba tanto de todas formas?
—Oye, Sonic—Tangle se le acercó de repente y esto lo asustó—Lo siento, parece que viste un fantasma—.
No respondió, no estaba de humor para soportarla.
Solo se alejó en dirección contraria dejando a la chica con más preguntas que respuestas.
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Cuando el entrenamiento comenzó la sangre le hervía y el mal humor que cargaba era tal, que incluso había roto un bat por la mitad debido al impacto de sus bateos.
Algunos le miraban nerviosos, en especial los pobres desdichados que tuvieron la mala fortuna de ser impactados por algunos pelotazos que el lanzó.
Estaba de pésimo humor y no se molestaba en disimular ni un poco.
Hasta Knuckles fue una víctima del humor de los mil diablos que cargaba a cuestas cuando uno de sus lanzamientos casi le rompe la muñeca debido al impacto.
—Necesitas calmarte—se quejó—Vas a matar a alguien si sigues así—.
Era una exageración a medias, sin embargo optó por alejarse del resto y mejor dedicarse a correr.
Eso siempre le ayudaba con los malos pensamientos así que solo corrió.
Con cada vuelta que daba a la cancha un poco de su mal humor se disipaba y la sensación de claridad llegaba a su mente.
Estaba actuando mal, lo sabía de sobra y no podía evitarlo.
Pensaba en Amy, pensaba en su beca y también pensaba en ese sujeto raro.
¿Por qué tenía que pasarle esto a él?
Después de la sexta vuelta su cuerpo reclamó por un poco así que se detuvo y caminó hasta los vestidores.
La gran mayoría de sus compañeros ya se habían ido, otros solo hablaban entre ellos ajenos a todo su drama.
Y el...
Bueno, el estaba lo suficientemente cansado como para reparar en otra cosa que no fuese su botella de agua en ese momento.
Bebió de forma lenta y pausada, dejando que el líquido le diera fuerzas renovadas para acabar con las vueltas que aún tenía pendientes cuando una mano pequeña tomó su hombro, haciendo que del susto soltara la botella.
—Lamento haberte asustado, Sonic—Amy estaba ahí frente a él con una mirada preocupada en el rostro—¿Te encuentras bien?—.
Después del susto inicial le tomó más de cinco segundos ser capaz de responder.
—¿Qué haces aquí?—respondió con otra pregunta.
Verla lo ponía nervioso y al mismo tiempo un poco molesto de solo pensar en ella hablar con ese idiota.
Amy por su lado no pareció notarlo.
—He notado que has estado muy ocupado—inició su explicación apenada—Al principio pensé que estabas molesto conmigo por alguna razón...—una punzada de culpabilidad lo invadió por hacerla sentir de esa manera—Después Tangle me habló de tu enteramiento y entendí que debes estar muy estresado...—
Podía escucharla hablar de terminología y anécdotas que no venían al caso en ese momento, parecía genuinamente preocupada por lo que sea que le estuviese sucediendo.
No obstante, los chicos como Sonic son difíciles de convencer.
—Estoy bien—mintió—Gracias por preocuparte, estoy bien—quería que ella se fuese de una vez.
—Bueno...—su mirada de clavó en la suya y el tenue rosado en sus mejillas ablandó un poco su pose de chico rudo malhumorado—Solo... Solo quería decirte que espero que obtengas esa beca—sonrió—También quería darte esto, lo hice para ti—al extenderle un recipiente Sonic lo tomó casi mecánicamente.
No pudo responder, solo la observo despedirse mientras se alejaba tal y como había llegado.
A solas nuevamente el sonrojo en sus mejillas le valió las burlas de sus compañeros. No se atrevió a abrir el recipiente, sabía que lo que sea que hubiese dentro sería devorado por esa manada de idiotas solo por fastidiarlo así que lo mejor sería esperar a llegar a casa.
Terminó de juntar sus cosas y se despidió de Knuckles en el proceso; el buen rojo aún tenía ánimos de socializar con algunas de las chicas que llegaban a observar el entrenamiento así que él se quedó.
Mientras caminaba de regreso a casa la curiosidad de saber qué era lo que había dentro del recipiente le tentaba a abrirlo; ¿qué podría ser?.
Recordó entonces que en algunas de sus pláticas Amy le había comentado sobre lo mucho que le gustaba la repostería, que disfrutaba hornear todo tipo de postres y pasteles para "reconfortar" a los demás cuando estaban tristes.
Básicamente llenar a quienes le importaban con grandes cantidades de azúcar era una de sus muchas formas de demostrar cariño, según ella.
Algo que lo hizo sentir culpable, después de haber sido tan desagradable con ella, la pobre chica seguía siendo amable con él.
Era un idiota, no cabía duda alguna.
Al llegar a casa, se encontró con sus padres en la sala de estar. Aleena levantó la vista de su libro y le dio la bienvenida.
—¿Cómo estuvo el entrenamiento?—preguntó, notando la expresión de curiosidad en el rostro de su hijo.
Después de la no-cita del sábado aprendió de mala manera que por mucho que insistiera el joven no iba a darle detalles que saciaran su curiosidad. Tampoco ayudó mucho el hecho de que su marido no estuvo dispuesto a apoyarla con su curiosidad.
—Fue bien—respondió Sonic—Me siento listo para la competencia...—.
Jules asintió con aprobación; era genial que el chico se esforzara lo suficiente por algo que le gustaba tanto.
Los juegos finales llevaban meses poniéndole de nervios y ahora verlo tan centrado y confiado era una de esas cosas que le daba paz.
—Eso es lo que me gusta escuchar—.
—Gracias... má, pá...—
Aleena le devolvió la sonrisa.
—Ve y descansa un rato, te llamaré para la cen...—la mujer centró su atención el recipiente rosado que descansaba entre sus manos y lo observó—¿Qué llevas ahí?—.
El recipiente en sus manos era todo lo que ocupaba la atención de ambos padres y él había olvidado que lo tenía ahí.
—Un regalo—respondió por inercia y subió a su habitación antes de darles oportunidad de fastidiar.
Cerró con seguro la puerta y se lanzó a la cama, presa del remordimiento de haber actuado como un idiota toda la semana.
Era un idiota, se dijo.
Suspiró; al final de todo, no merecía que una chica como Amy tratara de reconfortarlo aún después de lo grosero que fue con ella.
Tomó aquel recipiente y lo observó; olía bien, demasiado bien a decir verdad.
Lo abrió con cuidado y la sensación indescriptible que vino después era abrumadora.
El par de chilidogs perfectamente preparados en el recipiente le dio un vuelco en el estómago que no pudo definir.
¿Cómo? ¿Cómo es que ella...?
Dentro de la tapa, un pequeño posting color rosado relataba lo siguiente:
"Espero que no te moleste, le pregunté a Tangle cual era tu comida favorita, has estado estresado y quería hacerte sentir mejor...
Cariñitos, Amy"
Amy...
Era un idiota con suerte, pensó...
Uno con mucha suerte de que alguien tan buena como ella se preocupara por él..
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Nos vemos mañana...
Cariños, Gri✨
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