^᪲᪲᪲038
Jimin se sentía tan bendecido al ver a su bebita entre sus brazos. Dios se parece mucho a él. Tiene sus mejillas y su boquita, aunque también se parece a su alfa.
Habían pasado ya dos semanas, donde su recuperación fue estupenda. Se sentía maravilloso, completo al ser ya una familia los tres.
Pero como todo, también hay cosas malas. Como lo de Joan, quien fue arrestado en camino a Kioto. Se resistió y repetía que él no hizo nada malo. Claro que su alfa se encargó de hundirlo, de casi matarlo cuando lo vio, y dijo que Jimin se lo merecía.
Por suerte su alfa se calma y ahora Joan va tener que enfrentar la consecuencias por su delito. Además, la madre de Joan y también de Mike, voló a Japón totalmente avergonzada por lo que su hijo le hizo. Ella también en su momento le culpó mucho por lo de Mike, todos ellos fueron culpables de que Jimin cayera en esas malditas drogas de mierda y que su estabilidad mental se jodiera.
Pero claro, pasó mucho tiempo y cambió mucho sus pensamientos. Ella fue al hospital a pedirle perdón mientras lloraba, claro que Jimin le disculpo porque el rencor en su corazón no existe más. Sin embargo la decisión sobre Joan sigue en pie porque casi le hace perder la vida a su bebé.
Ella lo entendió y le dijo que está feliz por él. Por hacer su familia y tener todo en orden en su vida. Después se marchó y ahora quedan a lo que la policía japonesa le hará a Joan. Mientras tanto él está muy ocupado con su hermosa hija.
Por el momento todo es paz y tranquilidad. Aunque bueno, ya se veía venir todo lo que Kinju tenía para ofrecer. Hablo demasiadas pestes sobre lo que Jungkook hizo en esos años, que él hará una nueva empresa que hará revolucionar el mundo.
Dijo tantas cosas que parecía más un tema de Jungkook que lo que él quería hacer. No fue una sorpresa cuando anunció que pronto sería padre de un niño. Y no fue sorpresa cuando Jimin y Jungkook vieron que la esposa de Kinju era Huh Yunjin.
Joder, esa mujer si quiera tan ambiciosa que tomó al hermano menor y se fue con él rompiendo con su compromiso con el otro alfa. Aunque sentía alivio por él, pues se libró de tenerla en su vida.
De todos modos Jungkook estaba tranquilo. Poco le importaba con quien estuviera Huh Yunjin. Ella desde un principio iba por mal camino y vaya que no se equivocó.
Jimin le daba de comer a su pequeña. Le daba pecho y siente que cada vez le sale más leche, era un poco doloroso, pero era tan lindo a la vez. Veía una serie mientras su esposo llegaba de su reunión. Aún hay cosas que no le ha dicho con respecto a su trabajo, pero Jimin sabe que cuando todo se sepa, cuando den ese boom, sabrán que con Jeon Jungkook jamás debieron meterse, más por lo que su alfa le contó en esos meses pasados.
Jimin como su omega tenía curiosidad de saber cómo es que llegó a aceptar el trabajo y hacer todo lo que él abuelo Jeon le pidió sin quejarse. Su alfa se sentó en la cama y le confesó todo.
Unos meses atrás.
Jimin se sentó en el sofá, escuchando atentamente mientras Jungkook comenzaba a contar su historia. Afuera llovía un poco mientras ellos se mantenían calientes y mirando un poco de televisión, aunque está quedó en segundo plano.
-Mi padre, Jeon Gong Yoo, me dejó una carta oculta de mi abuelo. Me la hizo llegar su mejor amigo cuando mi padre partió. Me contó todo sobre mi pasado -empezó Jungkook- Me dijo que mi madre, Hong Yoona, fue la única mujer que verdaderamente amó. Me la describió con tanto amor que me prometí que algún día amaría a mi omega como lo hizo con mi madre. Creo que lo cumpli -le dice mirando a su omega- Pero mi padre estaba casado con Jeon Taeyeon, y era un matrimonio de conveniencia por supuesto.
Jimin asintió, intrigado.
—Mi padre me dijo que tuvo una aventura con mi madre, pero que la amaba de verdad —continuó Jungkook— En esas hojas de papel me contó que estar casado con una omega que no amas, con la que no es compatible contigo es lo peor que podría pasarte. Él sufrió mucho en ese matrimonio. Pero cuando conoció a mi madre, el cual, era su destino, supo que encontró la vida. Una mujer simple, una mujer que vendía pasteles de manzanas.
Sonrió ante el hermoso recuerdo que fue leer lo que era su madre. Porque lo poco que él la recordaba era vago y siente que le faltan cosas a su memoria.
—Y cuando mi madre quedó embarazada, mi padre estaba feliz. Me dijo que estaba maravillado porque iba a tener un cachorro con la mujer de su vida y que quería cuidarme como lo sería justamente. Pero él sabía que no podría. Aunque mi madre sabía que esa relación era prohibida, el amor entre ellos era tan fuerte que no le importo, siguió su corazón.
—Eso es tan hermoso. Ellos se amaban tanto que hasta envidia me dio. —dice Jimin— ¿Y qué pasó con tu abuelo? —preguntó.
Jungkook se enfureció.
—Mi abuelo, nunca supo sobre mi existencia hasta que yo tuve 5 años. Mi padre había mantenido el secreto, pero cuando Jeon Taeyeon se quedó embarazada, mi padre no pudo ocultarlo más.
Jimin se sintió intranquilo.
—¿Y qué pasó entonces? —preguntó.
Jungkook tragó saliva.
—Mi abuelo se enteró de que mi padre había tenido un hijo con una amante, y se enfureció. Por lo que leí, fue... no fue agradable para el abuelo saberlo y mucho menos para Taeyeon quien casi tiene un aborto cuando todo explotó en los medios. Había fotos de los tres juntos en lugares donde la gente reconoció a mi padre, aunque esa era su intención desde luego. Mi abuelo no quería a mi madre, la odiaba por meterse en la familia. Además la despreciaba por ser una omega sin educación. Ya me entiendes.
—Papá me contó cómo fue difícil, pero él quería a mi madre tanto que abandonó la empresa Jeon y le pidió el divorcio a Taeyeon. Todo era un caos, pero lo único que le importaba a mi padre era su familia. -le cuenta a Jimin quién le dio la valentía para que le contará lo que venía.
—Yo no recuerdo mucho pero éramos muy felices los tres. Hasta que ellos fueron llamados por mi abuelo. Recuerdo que me quedé en casa con mi tía, ella cuido de mí esa noche. Ellos tenían el presentimiento de que sí me llevaban, no acabaría bien. Y tenían razón.
—Mi abuelo mandó hacer algo horrible a mi madre... la mandó matar, junto con mi padre. Provocaron un accidente, y ellos murieron.
Jimin se quedó atónito.
—¿Cómo sabes todo esto? —preguntó atónito y aterrado.
Jungkook sacó un papel de su bolsillo.
—Mi padre me dejó pruebas antes de morir. Mi abuelo fue tan descuidado que dejó rastros de su crimen. Y no solo eso, también difamaron a mi madre después de su muerte. La llamaron de todo, solo porque había sido la amante de mi padre.
Jimin se sintió enfermo. —Lo siento, Jungkook. No sabía. Debió ser muy duro para ti..
Jungkook se encogió de hombros.
—No importa. Ya no puedo cambiar el pasado. Pero quiero que sepas que mi abuelo es un hombre peligroso, y que no puedo confiar en él y jamás lo pude hacer. Por eso tengo un plan, vengar la muerte de mi madre y padre.
—¿Y qué pasó con Taeyeon?
—Enfermo cuando Kinju nació y murió poco después. Fue una tormenta de muchas cosas oscuras.
Jimin asintió.
—Entiendo. Y gracias por contarme la verdad.
Jungkook sonrió débilmente.
—Gracias por escucharme, Jimin. Significa mucho para mí.
Los dos se sentaron en silencio por un momento, procesando la información. Luego, Jimin se levantó y abrazó a Jungkook.
—Estoy aquí para ti, Jungkook. No importa lo que pase —dijo.
En el presente.
Jimin sabía de lo que eran capaces de hacer. Por eso confía en su alfa, todo lo que hará para vengar a su madre y como dijo Edagar Allan Poe: Ahora se dice Teamo, pero hace casi 200 años: Dime todas las cosas terribles que has hecho y déjame amarte de todos modos.
Jimin estaba seguro de su amor por ese hombre que hará de su cómplice en todo los sentidos.
Terminó de darle de comer a su hija y le hizo eructar. Eran tan pequeñita y tan hermosa. Ahora que lo piensa, no le ha puesto un nombre, es que aún quería esperar a que su alfa pudiera contribuir con ello. Solo que ahora está ocupado y lo entiende, llegara el momento.
—Bueno mi pequeña, es hora de que tomes una siesta en lo que papá se baña y tu tío Taehyung llega.
La pequeña cachorra de olor a limón dulce empieza a encerrar sus ojitos. Jimin la lleva a su cuna donde la deja. El se marcha a ducharse mientras espera para cenar a su alfa.
Jungkook salió del restaurante japonés, satisfecho con los resultados de la reunión. Habían establecido alianzas con socios importantes y eso beneficiaría mucho a sus empresas. Mientras caminaba hacia su coche, escuchó una voz familiar.
—Jungkook, hermano.
Se detuvo y se volvió hacia la voz. Era su hermanastro, Kinju, quien venía hacia él con un traje impecable y un maletín en la mano. Su rostro estaba iluminado por una sonrisa triunfante.
—Kinju, qué sorpresa —dijo Jungkook, sin poder evitar una nota de sarcasmo en su voz.
Kinju se rió y se acercó a él.
—Tengo noticias emocionantes, hermano. Ian J. me ha dado una cita para hablar de negocios hoy. —presume.
Jungkook arqueó una ceja.
—¿Y qué esperas lograr con eso? ¿Sabes lo que ella cobra?
Kinju se restregó la sonrisa en la cara de Jungkook.
—Haré posible lo que tú nunca pudiste. Ella está dispuesta a invertir en mis proyectos y llevar las empresas Jeon a la cima. No importa lo que cueste, el abuelo estará orgulloso de mí.
Jungkook se rió.
—Felicidades, Kinju. No tendrías el valor de llevar a las empresas que yo fundé a la bancarrota en tan poco tiempo. Vas a llevarte de corbata a las empresas Jeon.
Kinju se enfureció, su rostro enrojeció.
—Lo hice por una empresa mejor, Jungkook. No me importa tirar abajo lo que tú mantuviste. Haré que las empresas Jeon triunfen en todos los países. Lo único que haré a la empresa de mi padre y abuelo será llevarlos a la cima donde tu jamas pudiste llevar.
Jungkook sacudió la cabeza.
—No entiendes, Kinju. Las empresas Jeon fueron construidas sobre la base de la integridad y la innovación. No sobre la ambición y la codicia.
Kinju se burló.
—Integridad e innovación no pagan las facturas, Jungkook. La ambición y la codicia sí.
Jungkook se encogió de hombros. Era imposible hablar con su hermano de algo que jamás tuvo que trabajar para ganárselo.
—Buena suerte, Kinju. La vas a necesitar.
Kinju se rió.
—No la necesitaré, hermano. Ya tengo todo lo que necesito. Ian J. está de mi lado y pronto seré el dueño de todo.
Jungkook se volvió hacia su coche, dispuesto a irse.
—Suerte.
Kinju lo llamó de nuevo.
—Jungkook, no te olvides de mí cuando esté en la cima.
Jungkook se detuvo y se volvió hacia él.
—No te preocupes, Kinju. No te olvidaré.
Jungkook estaba a punto de subir a su auto cuando Kinju lo detuvo, sonriendo de manera burlona.
—Felicidades, Jungkook —dijo Kinju, con una voz llena de sarcasmo— Me enteré de que ya eres padre.
Jungkook se detuvo, sorprendido.
—¿Cómo lo supiste? —preguntó, su voz comenzando a enfurecerse.
Kinju se encogió de hombros.
—Las noticias viajan rápido, hermano. Y me enteré de que es una niña.
Kinju se rió, burlándose de Jungkook.
—Desde que elegiste a ese omega, no has hecho más que darle desgracias. Un hijo que no es ni siquiera un varón. ¿Qué tipo de futuro tendrá esa niña?
Jungkook estaba enfureciendo. Su rostro se puso rojo de rabia y sus ojos brillaban con furia.
—¿Cómo te atreves a hablar de mi familia? —gritó— ¿Cómo te atreves a meterse con ellos?
Kinju se burló de nuevo.
—Tuviste la oportunidad de tener un heredero digno, un varón que pudiera llevar el nombre de los Jeon. Pero en lugar de eso, tuviste una niña. ¿Qué vas a hacer con ella? ¿Vas a dejar que se case con algún alfa y dé a luz a más bastardos?
Jungkook había tenido suficiente. Salió de su auto y se acercó a Kinju, su puño cerrado. Lo golpeó tan fuerte que Kinju se sorprendió al verlo en fase más tenebrosa.
—¡No te metas con mi familia! —gritó, antes de golpear a Kinju en la cara.
Kinju se tambaleó hacia atrás, su labio roto y sangrando. Pero no dijo nada. Solo se tocó el labio y miró a Jungkook con una mezcla de miedo y respeto.
Jungkook se acercó a él, su voz baja y amenazante.
—No te metas con mi familia, Kinju. No te atreves a hablar de ellos. Porque si lo haces, te haré rogar. Te haré pedir perdón por haber nacido.
Kinju no respondió. Solo se quedó allí, mirando a Jungkook con miedo.
Jungkook subió a su auto y arrancó el motor.
Kinju se quedó allí, solo y sangrando, sabiendo que había cruzado una línea que no debía haber cruzado. Pero él mismo se lo buscó, aunque para ser sinceros, jamás había visto esa fase de su hermano, le dio escalofríos verlo de esa manera.
Se limpió la sangre y acomodó su traje para irse a su junta con Ian J. Cuando llegó la ve en uno de los salones comedor privados. Ella lo miró con una ceja arqueada por el tremendo golpe que tenía en el labio. Kinju pasó de hacer una reverencia ante ella. Todo un maldito arrogante y grosero.
Kinju se sentó en la mesa de Ian J, nervioso pero confiado.
—Gracias por aceptar la cita, señorita J —dijo, sonriendo— Lamento el percance es que tuve un problema.
—Vaya golpe. ¿Qué le paso?
—Un accidente, no se preocupe.
Ian J lo miró con impaciencia.
—Vamos al grano, señor Kinju. Estoy muy ocupada.
Kinju asintió.
—Entiendo. Quiero hablar sobre una oportunidad de negocio. Me gustaría que su empresa de construcción se encargue de construir mi nueva empresa la cual abriré dentro de un año más o menos.
Ian J sacudió la cabeza.
—Lo siento, señor Kinju. Ya tengo proyectos en curso y no puedo aceptar más trabajo.
Kinju insistió.
—Estoy dispuesto a pagar una buena cantidad de dinero. Más de lo que cualquier otro cliente podría ofrecer. —insistió desesperado.
Ian J se mostró interesada, su expresión cambió de impaciencia a curiosidad.
—¿Cuánto estás dispuesto a dar?
Kinju sonrió.
—Más de 50 millones.
Ian J se sorprendió.
—Eso es mucho dinero.
Kinju asintió.
—Lo sé, pero estoy dispuesto a hacer lo que sea para tenerla a usted a bordo. Las empresas Jeon necesitan su experiencia y su reputación.
Ian J se rió, una sonrisa astuta en su rostro.
—Está bien, señor Kinju. Acepto su oferta.
Kinju se sintió satisfecho, su plan funcionó según lo previsto.
—Excelente. Dirán esto a la prensa pronto le haré saber todo. -dice emocionado.
Ian J asintió, extendiendo su mano.
—Estoy emocionada de trabajar con usted, señor Jeon Kinju.
Kinju se acercó, sonriendo.
—Lo mismo digo, señorita J.
Después de firmar el contrato, Ian J se marchó con una sonrisa en su rostro, mientras Kinju se quedó en la oficina, satisfecho porque había logrado lo que quería.
—Le gané a mi hermano mayor —se dijo a sí mismo, sonriendo—. Las empresas Jeon serán orgullosamente de mi renombre.
Se levantó de su silla y se acercó a la ventana, mirando hacia afuera con una sensación de triunfo.
—Pronto, Jungkook —se dijo a sí mismo— Pronto te mostraré quién es el verdadero líder de las empresas Jeon.
Jimin estaba en la cocina, cocinando con cuidado mientras cuidaba a su hija, quien estaba en su cunita, mirando con fascinación cómo sus juguetes flotaban en el aire. Estaba haciendo espaguetis con albóndigas y un poco de sopa de algas, queriendo que su alfa comiera bien después de un largo día.
De repente, escuchó la puerta abrirse y se emocionó. Apagó la estufa y corrió a recibir a su alfa, Jungkook. Este entró sonriendo, y Jimin se lanzó a sus brazos, recibiendo un cálido abrazo y un beso.
—¿Cómo te fue? —preguntó Jimin, mirándolo con preocupación.
Jungkook sonrió. -Bien, todo está saliendo como quiero. Ellos están de mi parte y harán buenos negocios en la empresa. Ian está contenta.
—Me alegro mucho amor.
Jimin le tomó las manos y se dio cuenta de que tenía una herida en el puño.
—¿Qué te pasó? —preguntó, preocupado.
Jungkook se encogió de hombros.
—Me encontré con Kinju cuando salía del estacionamiento. Empezó a decir cosas sobre que hará que mi jefa Ian esté con ellos para hacer una nueva empresa Jeon. Le desee buena suerte pero parece que no fue suficiente para sacarlo de mi vista.
—¿Qué te dijo?
—Dijo cosas feas sobre nuestra hija y sobre ti. No pude contenerme y lo golpeé.
Jimin se enfureció, pero se calmó rápidamente.
—Vamos a curarte —dijo, llevándolo a la sala— Ese maldito se está ganando una paliza por mi parte.
Jungkook sonríe.
—Lo sé, nene. Namjoon me comentó que solías pelearte con tus compañeros.
—Dejaría a Kinju sin dientes. —dice seguro Jimin.
Mientras curaba la herida de Jungkook, este tomó a su pequeña hija en brazos y la acunó con cariño. Jimin sonrió al ver la escena.
—Pronto Kinju recibirá su merecido —dijo Jimin— No te preocupes, mantente fuerte ante sus tonterías.
Jungkook miró a Jimin con intensidad.
—No puedo contenerme cuando insultan a nuestra familia. Los amo demasiado. Amo a nuestra hija y te amo a ti, Jimin. Me siento tan afortunado.
Jimin se emocionó y lo besó.
—Te amo también, Jungkook. Somos un equipo.
En ese momento, su pequeña cachorrita estornudó, y Jungkook se rió y le dio mucho cariño.
—No te preocupes, pequeña —dijo Jungkook— Papá está aquí para protegerte.
Jimin sonrió y se sentó junto a Jungkook, abrazándolo y a su hija.
—Estamos juntos —dijo Jimin— Nada puede separarnos.
Jungkook asintió, sonriendo.
—Nada puede separarnos. Somos una familia.
Y si, a esta familia nadie la va a separar. Porque pronto todos los que le quisieron hacer daño lo van a pagar.
Todo se pondrá mejor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro