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La lluvia caía suavemente fuera de la ventana, creando un ambiente tranquilo y acogedor. Jimin abrazó a Jungkook, sintiendo el calor de su cuerpo y la seguridad de su presencia.

Ambos sostenían tazas de chocolate caliente, saboreando el dulce aroma mientras miraban la lluvia. Después de la conferencia todos en redes sociales comenzaron a cuestionar a la empresa y a su abuelo sobre su decisión.

Las respuestas de defensa de su alfa fueron tomadas por la policía y los abogados de Jungkook. Todo estaba en orden, él jamás había hecho tal cosa, por lo que Kinju quedó avergonzado frente a todos. Aún así el abuelo Jeon no quiso dejar que Jungkook volviera. A él le daba igual volver a la empresa, él tenía sus planes y tenía a Jimin que era lo más importante para él.

Pasaron unos días y todo se relajo un poco. Ambos ya tienen sus cosas empacadas listas para irse en dos días.

—¿Estás nervioso por la mudanza a Japón? — preguntó Jimin, con voz suave.

Jungkook asintió.

—Un poco. Pero estoy emocionado por empezar de nuevo. Siempre dicen que llegar a otro lado es de buena suerte.

—También me gusta la idea de irnos juntos, cada día estoy más convencido de que lo hiciste bien. Pero... ¿Qué pasará con tu trabajo? Aún no me has dicho de qué trabajarás en Japón. —Jimin se preocupó.

Jungkook sonrió, su rostro iluminado por la confianza.

–No te preocupes, Jimin. Tengo un plan.

Jimin curioseó.

—¿Cuál es?

Jungkook se rió y se acercó a Jimin.

—Todavía no te lo diré. Cuando lleguemos a nuestro nuevo hogar, te contaré todo. Por ahora solo disfruta de esto, ahorita estuviera en esa oficina y no aquí relajado con mi omega. —le roba un beso que se vuelve más íntimo.

—Te amo Jungkook. Me gusta estar así con mi robotin.

—También te amo Jimin. Todo lo que planeo te lo diré y vas a entender que esto no me afecta tanto como crees. Por algo me esforcé en mi trabajo.

—Mi alfa es muy listo —Jimin le besa— Mi dulce Robotin.

Jimin confió en su alfa y no insistió. Se quedó en silencio, disfrutando de la calidez del momento.

La lluvia continuaba cayendo, creando un ritmo relajante. Jungkook y Jimin se miraron, sus ojos conectados en un momento de intimidad.

—Confío en ti, Jungkook —dijo Jimin, su voz apenas audible.

Jungkook sonrió y abrazó a Jimin más fuerte.

—Siempre estaré contigo, Jimin. Juntos enfrentaremos lo que venga.

La lluvia siguió cayendo, y ellos se quedaron así, abrazados y en paz, listos para enfrentar su nuevo futuro juntos.

La cafetería estaba llena de vida, con el aroma de café recién hecho y risas de los clientes. Jimin y Taehyung se sentaron en una mesa acogedora, disfrutando de su tiempo juntos.

—El pastel de crema está delicioso ¿no crees? —le pregunta Taehyung a Jimin.

—Si está rico. Aunque prefiero que tenga frambuesa. —le da una mordida—. Últimamente mis antojos varían mucho.

—Como no si viene encaminó tu cachorrito.

—Me hace comer cosas que jamás pensé que me comería, como por ejemplo el mango. Odio el mango, pero por mi cachorro lo que sea.

—Espero que algún día pueda formar mi familia. —dice Taehyung soltando un suspiro.

—Lo harás, no te apresures. Yo en mi vida espere estar así, enamorado y esperando un bebé. Mis planes si que cambiaron mucho.

—¿Cuáles eran esos planes? —pregunta curioso.

Jimin se encogió de hombros.

—Pues cuando Namjoon, mi hermano me dijo que tenía que quedarme con su amigo en lo que él estaba  afuera por negocios. Decidí aceptar, quería irme lejos de él para hacer mi vida. Era mi meta al principio.

—Pues ahora es otra querido amigo.

Ambos se ríen.

—La vida da sus giros. La diosa luna sabe como unir a las personas. —contesta Jimin— Me unió a Jungkook por algo, yo soy espíritu rebelde y él era un robot.

—Vaya que las cosas cambian. Por ejemplo conmigo y Hoseok. Creí que seríamos esposo y resultó todo lo contrario.

—Es porque ya tenías a James, solo que en mal tiempo. Pero él está ahí. Solo date el tiempo necesario y sana ese corazón, porque en el futuro serás muy feliz y con un amor que de verdad te corresponde.

—Gracias por tu consejo. Se que eso va a pasar.

Comieron sus panecillos y Jimin quería contarle que se marcha.

—Taehyung, tengo algo que decirte. —comenzó Jimin, su voz emotiva.

Taehyung se inclinó, intrigado.

—¿Qué pasa?

Jimin sonrió tristemente.

—Me voy a Japón pronto. Jungkook y yo lo decidimos antes de la conferencia y... Me extrañarás, ¿verdad?

Taehyung asintió, su rostro reflejando nostalgia.

—Claro que sí. Eres uno de mis mejores amigos, Jimin. Si no el mejor amigo de mi vida.

Jimin se sintió conmovido por las palabras de Taehyung.

—Lo mismo digo, Taehyung. Siempre estarás en mi corazón. Espero verte ahí antes del nacimiento de mi cachorro.

Taehyung sonrió misteriosamente.

—Claro que me tendrás ahí antes de que nazca mi sobrino, jamás lo dudes. Y no te preocupes, Jimin. Yo también me voy lejos pronto.

Jimin se sorprendió.

—¿Dónde?

Taehyung se emocionó.

—Edimburgo, Escocia. Estudiaré allí durante dos años. También abriré una galería de arte después, es un hermoso lugar para vivir.

Jimin se alegró por su amigo.

—¡Felicidades! Es una oportunidad increíble.

Taehyung se puso serio por un momento.

—Sí... y también es una oportunidad para reflexionar sobre mi vida personal. Desde que me mude con Hoseok, todo mi mundo giro sobre el, jamás pude tomar mis estudios y sueños por un amor tonto que al final no funcionó.

Jimin entendió.

—No fue un amor tonto, el fue el tonto. Pero me alegro que retomes tu vida y estudies. Verás que tendrás un gran éxito. —le dice Jimin con cariño.

—Gracias, Jimin.

—Pero y ¿James? ¿Qué pasará con él? Se nota que muere por ti.

Taehyung asintió.

—Le pedí espacio. Pero cuando esté listo, comenzaremos algo maravilloso. Es un alfa increíble y siento esa conexión con él. No puedo explicarlo, pero sabes a qué me refiero.

Jimin sonrió, deseando lo mejor para su amigo.

—Te deseo todo lo bueno, Taehyung. James es afortunado de tenerte. Espero que tu vida y corazón sanen como debe de ser.

—Lo mismo para ti. Mira que de ser un rebelde a lo que eres ahora, vaya diferencia.

Jimin bebe de su café.

—Ni yo me creo ese hombre que me prohibió ir al baño porque se podría oír afuera, ahora me tiene enamorado y con un bebé en el vientre. Es que, no lo puedo creer.

Taehyung se rio.

—Si, Jungkook era demasiado robótico. Muy frío y distante, no salía con nadie y rechazaba a todas las omegas porque para él solo era importante su trabajo. Pero por algo pasan las cosas, llegaste y lo cambiaste, ya no queda casi rastro de ese Jungkook.

—Es mi robotin. También le agradezco mucho, mis planes flaquearon con él, y no puedo estar más que contento.

—Te lo vuelvo a repetir. Por algo pasan las cosas. Voy a extrañarte, por favor llama y me dices que será mi sobrino o sobrina. —dice Taehyung.

—Claro que sí, te llamaré y contaré todo. Te quiero Taehyung.

—También yo mi alma gemela

La conversación fluyó naturalmente hacia sus metas y sueños. Jimin habló sobre su deseo de explorar Japón y descubrir nuevas pasiones, mientras Taehyung compartió sus aspiraciones académicas y artísticas. La hora pasó rápidamente, y pronto fue hora de despedirse. Jimin y Taehyung se abrazaron fuerte, sabiendo que su amistad trascendía la distancia.

—Cuídate en Japón. —dijo Taehyung.

—Y tú en Edimburgo. —respondió Jimin.

Se separaron, pero su conexión permaneció intacta, lista para resistir el tiempo y la distancia. Se volvieron a abrazar porque de verdad se querían y su amistad era genuina.

Se dieron el último adiós antes de que James pasará por Taehyung. Jimin esperó a su alfa el cual no tardó en llegar, lo ve bajar y lo abraza.

—¿Estás listo para irnos?

—Si, estoy listo para comenzar de nuevo.

Jungkook le besa.

—Vamos, amor. Nos espera una nueva aventura en Japón.

Jimin asintió y subió al auto. Ambos partieron al aeropuerto donde los espera una vida más tranquila antes de que se desate el infierno.

Durante el vuelo, Jimin se quedó dormido. Jungkook le tomó fotos por lo tierno que se veía. Pasó una hora de vuelo cuando llegaron.

Jimim fue al baño a vomitar porque se mareó un poco, Jungkook le compró un agua para que bebieron.

—¿Estás bien? —le pregunta Jungkook.

—Si, lo estoy. Solo es el cachorro que me hizo comer de más y ahora pago las consecuencias.

Jungkook sonrió enamorado.

—Bueno pues aun tienes que comer sano, buscaremos otro médico para que vea tu embarazo.

—Ok, igual no dejaré de comer cosas ricas. Ahora quiero un ramen, se me antojo.

—Amor acabas de vomitar. —le dice Jungkook.

Su omega hizo un tierno puchero.

—Pero vomité todo por lo cual me dio mas hambre. Así que me comprás un ramen.

Jungkook no podía negarse, era su omega.

—Lo que tú digas cariño.

Jimin le beso la mejillas en recompensa. Jungkook negó por lo tierno que era. Más tarde después de un rico ramen, la pareja al fin va a conocer su nuevo hogar.

El auto se deslizó suavemente por las calles de Tokio, mientras Jimin miraba embelesado por la ventana. La ciudad vibraba con energía y color, sus rascacielos y templos antiguos mezclándose en armonía.

—Es increíble. —susurró Jimin, su rostro iluminado por la emoción.

Jungkook sonrió, su mano acariciando la de Jimin.

—Lo sé. Nuestro nuevo hogar es especial.

El auto giró hacia una privada exclusiva, donde pocas casas lujosas se escondían detrás de altos muros y jardines exuberantes. La seguridad los dejó entrar, y Jimin se emocionó al ver las impresionantes villas.

—¿Cuál es nuestra casa? —preguntó Jimin, su curiosidad picada.

Jungkook se rió.

—Tienes que verla para creerla.

El auto se detuvo frente a una mansión impresionante, con fachada de piedra y cristal, rodeada de un jardín japonés sereno. Jimin se quedó sin palabras.

—¿Es... nuestra casa? —tartamudeó.

Jungkook asintió, sonriendo.

—Sí, Jimin. Nuestro nuevo hogar.

Jimin y Jungkook bajaron del auto, abrazándose mientras contemplaban la belleza de su futura vida. La emoción los invadió, sabiendo que allí crecería su hijo.

—Es perfecta —susurró Jimin, lágrimas de felicidad en sus ojos.

Jungkook lo besó, su amor y compromiso palpables.

—Nuestro hogar, nuestro futuro, nuestro hijo... Todo comenzará aquí. Se que es algo nuevo, pero aquí nacerá nuestro imperio, ya lo veras amor.

Ambos se besaron apasionadamente, sellando su nuevo capítulo en Japón, rodeados de belleza y promesas.

—Te amo, Jungkook. —dijo Jimin.

—Te amo, Jimin —respondió Jungkook.

La mansión se alzaba detrás de ellos, un símbolo de su amor y su futuro juntos. Un comienzo nuevo y una guerra por combatir pronto.


Ya le falta poco para terminarlo. Así que subiré más seguido la historia. Mañana subo otro. Las quiero y gracias por esperar, se que no estoy bien del todo pero ustedes me motivan ❤️

La casita.

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