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𝟏𝟔. ♡︎ ❦

—Quiero que contestes cada pregunta que te haré — desacelera un poco y me permite respirar.

Me penetraba con lentitud, sus manos acariciando mis pezones y yo jadeando, ahora si que había ganado el juego.

Se preguntarán como llegue aquí y si no lo hacen aún así se los diré.

Luego del baño en el que solo nos rozamos, más nada, llegamos a la habitación, él parecía de lo más tranquilo y yo sentía que me derretía con las ondas de calor que su cuerpo emanaba en mi dirección.

No le presté mucha atención a esa situación ignorando de la mejor forma posible lo caliente que me pone verlo de esa forma, se vistió y acostó en la cama como si fuera suya, como si la compartimos a menudo, sus brazos fuertes subieron a su cabeza siendo el soporte, apretandolos, haciendo que se marcarán y mis ojos no podían despegarse de su cuerpo.

Me acerqué a él sin vestirme y me acomode a su lado, apoyando mi cabeza en su pecho escuchando como su corazón se aceleraba, sus manos acariciaban mis brazos mandando descargas eléctricas que me consumían entero y no me dejaban respirar con tranquilidad.

Cuando logre calmarme se quitó el short con una excusa de que tenía calor y que necesitaba refrescarse, después se quitó la camiseta holgada que le había prestado porque su otra ropa se arruinó, nunca quise saber con que.

Los dos terminamos desnudos, sonriendonos con inocencia y sus mejillas se sonrojaron al momento que mi mano hizo contacto con su miembro, lo agarré con mi mano derecha y empecé a estimularlo, quería que hiciera algo.

Ahora estoy aquí, solo me tomo tres horas llegar a mi orgasmo. Solo porque él me lo permitió y ahora estoy reteniendo todo lo que quiero hacer con sus tontas preguntas, que no le está haciendo, no se si espera torturarme o porque de verdad las está buscando o se le olvido, cualquiera de esas razones me tienen así.

Rogando que vaya rápido, que me haga llegar una y otra vez al orgasmo hasta que nuestros cuerpos no puedan más.

El movimiento circular que yace dentro de mi no me permite articular palabra, muerde su labio inferior y se detiene abruptamente, dejándome indefenso ante su tacto, deleitándome con su miembro, sabiendo que es lo que en realidad me gusta, tenerlo dentro de mi pase lo que pase.

Y no es tanto por el morbo o por la forma en como mis paredes lo aprietan con tanta fuerza que me hacen delirar, no, no es eso, si no que lo tengo más cerca, como si de verdad se convirtiera en una parte de mi, en algo muy importante que hace mi corazón latir con fuerza.

—Comienza con las preguntas — inmovilizandome con sus dientes clavandose en mi piel me hace gemir y no tengo un tapón, no puedo evitar arquear la espalda y mover mis caderas, sintiendo como sale y entra con facilidad.

—¿Qué es lo que más te gusta? — me quedo quieto, pensando en lo que me gusta hacer, la verdad es que todo me gusta, pero si tuviera que elegir algo seria pasar también con él pero obviamente no caeré tan bajo, no le diré lo que en realidad estoy pensando, debo optar por algo que lo haga entender que soy tierno, interesante, una embestida fuerte, concisa, placentera me hace gemir con fuerza —Tienes que contestar — lo miro con reproche y suspiro.

—Estar con mis amigos — eso también seria una de las cosas que más me gusta hacer así que no estoy mintiendo solo ocultando que él entro en el círculo.

—¿Cómo te gustaría que te penetrará? — el curso de las cosas se esta desviando, abro la boca y luego la cierro, no es esa clase de pregunta que uno hace cuando quiere conocer a alguien, siempre se comienza con la típica pregunta con voz chillona, por los nervios, ¡¿Cuál es tu color favorito!?, luego miradas complices y chillidos al darnos cuenta que son los mismos, eso aumentaría puntos en nuestra compatibilidad.

Creo que es así o solo me estoy dejando llevar por las películas y series que me amarran en mis días libres, también puede ser que me estoy comportando como un adolescente, porque así me siento últimamente y eso es lo que hacen los chicos de esa etapa.

Supongo que estoy viviendo la vida que nunca viví ahora y es lindo pero a la vez estúpido, no lo se, estoy mayor como para pensar en estas cosas.

—Me gustaría rápido — digo entre gemidos, aumenta la velocidad lo que me hace rodar los ojos hacia atrás y rasguñar su espalda, no entiendo porque la tortura hacia mi persona.

No soy tan mala persona, siempre lo he tratado bien, mentira, no tan bien.

—Me parece que si lo hago así terminarás más rápido y no queremos eso — mis ojos cristalinos por el placer o por el simple hecho de que no me deja terminar se dirigen a su rostro —Bueno tu si...yo no, porque me gusta sentirte — gruñe y me penetra con más fuerza, aprieto los ojos y suelto el aire.

—Si-siguiente pregunta — no logro hablar bien.

—Una posición favorita — mis ojos se ensanchan y me detengo, porque antes lo intentaba animar a que se moviera pero después de esto solo quiero correr y enterrar la cabeza en la tierra.

—No tengo, aunque me gusta ir... — dejo de hablar por sus labios que se rehúsan a alejarse de mi pezón —A...a...arriba — termino de decir y sonríe, como un cínico, no se que me está intentando decir, tampoco quiero saber.

—Está bien — salé y no entiendo, hasta que se sienta con la espalda pegada a la pared y toca su regazo —Ven — murmura y gateo a donde está, intento hacerlo de la forma más seductora posible, para no parecer un bebé con problemas.

Mi mano derecha descansa en su hombro mientras que la otra acaricia su miembro, con la yema de mis dedos haciendo el contacto perfecto para volverlo loco —Me encanta cuando te desesperas — me acerco y beso sus labios de una forma inexplicable, él me corresponde esto es como sentir miles de emociones en un segundo.

Me arrodillo y bajo la mirada a su rostro, esta un poco rojo, sacudo un par de veces a su amigo y me siento de golpe, sintiendo como entra rápidamente a mi interior, suelto un fuerte gemido y él igual, la calidez que arropa a mi cuerpo cada que sus fuertes brazos me atrapan, hace que me de cuenta que son estos los que quiero para mi.

—¿En qué pensaste cuando te tocaste pri-primera v-ve-vez? — amo ver sus expresiones y más si debe echar la cabeza hacia atrás, exponiendo su cuello, estirándolo, haciéndolo tan apetecible que me hace querer marcarlo, que sea solo mío y eso hago, lo muerdo y chupo como si fuera la cosa más deliciosa que he probado, cosa que es cierta.

—En ti — doy pequeños pero certeros saltos que me llevan a la gloria, a la cima más hermosa de todas —Y...teníamos sexo por todas partes — señalo cada parte con rapidez y vuelvo a seguir con lo mío, quitarle un poco de la cordura que tiene, de las ganas de reír que tiene, si él supiera que no puedo dejar de pensar en él como algo más que un amigo.

O como un amante.

—Yo también hice lo mismo — me detengo y él sonríe, frunzo el ceño —No puedo evitar pensar en ti desde que tocaste la puerta, que entraste, tu voz, tu cuerpo — intento hablar pero las palabras no salen —¿Estás cansado? — sigo en el limbo.

Entonces siempre ha pensado en mi, lo que significa que cuando estuvo con aquel chico pensó en mi, no se si sentirme bien o asqueado —So-solo un po-poco — me voltea, otra vez quedo a bajo.

—Mi lindo Hyunjin — su mano izquierda se clava en mi cintura y la derecha aprieta las sábanas al lado de mi cabeza.

—No soy tuyo — me quejo y retuerzo cuando empieza a moverse a una rapidez constante, arrolladora, soy incapaz de abrir los ojos, me esta llevando a un nuevo mundo.

Recuerdo la vez que me dijo que si yo se lo pedía rompía la cama, suelto una risilla y luego un largo gemido, estoy cerca, me hace tocar el cielo, sus labios se acercan a los míos y es cuando reacciono.

—Claro que eres mío — susurra en mi oído y vuelve a unir nuestros labios, no lo puedo soportar, gemir esta siendo la única forma de liberar todo lo que siento y él me está reprimiendo con sus dulces labios.

Clavo mis uñas en su abdomen y se separa solo un poco —Minho — su nombre sale como un gemido ahogado que lo enciende, se mueve con más rapidez y mi cuerpo entra en delirio —Minho — mueve la cabeza de un lado a otro, mis sentidos se apagan, ahora lo que me importa es que se siga moviendo dentro de mi de esa forma, implacable.

—Hyun-Hyunjin — mi nombre se escucha perfecto en sus labios, lo acerco y muerdo su hombro en busca de una liberación —No sabes cu-cuanto me gus-gustas — gime tan suave en mi oído, eso me calienta aún más y siento el apretón en mi vientre que me obliga a bajar las manos a su trasero y moverlo con más rapidez.

—¡Minho-ah! — grito desesperado por una extraña razón desacelera y mueve sus caderas en círculos, logró abrir los ojos después de mucho tiempo de oscuridad y lo miro, con los brazos marcados, la vena de su cuello apunto de estallar, mordiendo su labio inferior con fuerza y sus ojos entre cerrados.

—Tan apretado — abro los ojos en grande y llego a la realidad —Voy a... — a la realidad de que todo me da vergüenza y eso me dio mucha vergüenza —Correrme.

—Haz-hazlo — elevo un poco la pelvis y me agarra la cintura con las dos manos, siendo muy delicado conmigo, me embiste con rapidez llega a zonas que hacen que me retuerza y grito de placer.

No me da tiempo de avisarme que voy a terminar porque lo hago en cuanto cae exhausto arriba de mi.

Mi mano titubea pero la subo a cabello húmedo por el sudor de nuestros cuerpos y lo acaricio, tendré que abrirme a él, dejarlo entrar a mi vida pero ¿de verdad estoy preparado para eso?.

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