𓂃 ִֶָ❤️🔥12
Los besos que se daban parecían no tener final. Ambos están sumergidos en su propio mundo. Al fin Jungkook le dijo a Jimin sobre lo que siente, al fin pudo hacer lo que debía hacer ya hace un tiempo.
Tenerlo y amarlo.
Jimin parecía estar en una nube de algodón. Había soñado con esto durante mucho tiempo, incluso si no se sentía correcto. Ya que sale con Eunwoo. Pero para su mochi, esto es ser besado por alguien que si le gusta y quiere.
Jeon rodeaba la cintura de Jimin con posesión, terminan el beso con un chasquido que ha dejado a Jimin sin aire. Rozan sus narices juntando sus frentes.
—Jungkook...
—Por favor, no me digas que es un error. Porque no voy a permitir que te vayas de mi lado.
Sus palabras, matan a su corazón. Parece un sueño, de verdad que lo es. Jimin coloca sus manos en el pecho de Jungkook. Su respiración es errática, le cuesta respirar.
—No iba a decir eso —responde Jimin en un susurro— Solo estoy sorprendido.
Se miran a los ojos. Han salido del lodo para poder besarse mejor, Jeon tiene a Jimin contra el árbol, sin querer dejarlo ir.
—Lo sé, pero lo que he dicho es verdad. Eres mi omega y yo soy tu alfa. Nuestros lobos se conectaron, aunque para ser sinceros, eso ya lo sabíamos. Desde que éramos unos cachorros.
Jimin sintió un golpe de realidad. Había pensado en todo lo que le pasó, lo de Hanna y su amor. Pero parece que nada eso sirve ahora. Nada de lo que pasó en ese futuro tiene sentido ahora. Ellos están mirándose a los ojos, con sus corazones palpitando y sus lobos vueltos locos.
¿Entonces si Jungkook no se enamora de Hanna y se enamora de él, puede que por fin vivan felices para siempre?
La sola idea le daba emoción. Tal vez por eso la Diosa Luna lo devolvió a este pasado, para que él no fuera el Park Jimin cruel que fue antes.
—Jungkook...
Iba a decirle que sí, que él siente lo mismo. Pero unos llamados los hicieron separarse.
—¡Señor Park! —era Seungmin.
—Me tengo que ir. —le susurra sobre sus labios.
—Por favor, ven a mi casa esta noche.
Lo mira con súplica. Jimin asintió sonriendo.
—Si, está bien. Ahora tengo que irme.
Jungkook sonrió gustoso y le dio un último beso antes de separarse. Lo suelta sin querer hacerlo, lo ve marcharse no sin antes darse una última mirada.
Jimin sale entre los árboles, Seungmin abre los ojos y boca al verlo lleno de lodo.
—Señor Park, ¿qué le pasó?
—Fui a buscar a Jeon, pero me caí y esto resultó.
No le iba a decir lo que realmente pasó. Hasta el enojo del ojo de Eunwoo se le olvidó.
—Vamos, ya todos se están yendo. Tiene ropa en su oficina o quiere ir a su apartamento.
—Mejor mi apartamento. ¿Y Eunwoo?
—Se lo llevaron al médico. No fue grave, pero le dolía mucho. Además creo que tenía sesión de fotos la cual yo creo que va a cancelar.
Ambos suben juntos al auto, Jimin ve al alfa llegar, igual todo lleno de lodo. Una pequeña sonrisa se curvó en sus labios. Se los toca con cariño, pues esto le hace muy feliz.
El alfa va a su auto que lo espera, ve a Hanna llegar con una botella de agua y pañuelos.
—¡Señor Jeon! Por la luna, ¿está bien?
—Si, no es nada. Iré a mi casa a cambiarme.
—¿Déjeme que le ayude?
—No hace falta Hanna.
—Soy su asistente y secretaria. Es mi deber.
Jungkook la mira y por alguna razón siente como si ya la hubiera visto antes. Solo que no recuerda de donde.
—Gracias, Hanna. Te debo una cena esta noche. Vamos que se hace tarde y tengo cosas que terminar.
Jeon entra al auto mientras Hanna sonríe contenta por lo que él alfa le ha dicho. ¿Una cena? ¿Esta noche? No le cabe la alegría.
Sube y arranca. Tenía que ponerse muy bonita esta noche para su cena con su jefe.
....
En la noche Jimin se arregló lo más elegante que pudo. Sentía nervios y quería gritar de la emoción que le estaba dando al imaginar sus besos compartidos con Jungkook.
No ha podido sacarse eso de la cabeza. Es que le parecía irreal, todo lo que pasó en el campo de golf le parecía un sueño. Nunca imaginó que Jungkook se le iba a declarar, que le diría que le molesta que esté con Eunwoo, que es su omega.
Las mariposas en su estómago revolotean como si alguien las espantara. A pesar de lo que pasó entre ellos en ese futuro, no quería dejar pasar esta oportunidad de estar con él. A pesar que dijo que se haría a un lado para dejar que su amor con Hanna se hiciera realidad, al final resultó que Jungkook ni sentimiento tiene por ella.
Lo cual lo lleva a pensar el ¿qué cambió? Tal vez el ignorarlo, hacerse a un lado resultó en su atención. Aunque como él lo dijo, él ya lo quería desde que eran cachorros. ¿Entonces no entiende cómo se enamoró de ella?
De repente, un recuerdo vago y borroso comenzó a surgir en su mente. Era un collar, uno que siempre colgaba del cuello de... de alguien.
Jimin se detuvo, con la toalla en la mano, y cerró los ojos. El recuerdo se volvió más claro, y pudo ver el collar con más detalle. Era un collar de cuero negro, con una pequeña placa de plata en el centro. La placa tenía una inscripción, pero Jimin no podía leerla.
Jimin sintió que le dolía la cabeza. Se mareó con el recuerdo, y se sostuvo del lavabo para no caerse. Su corazón latía con fuerza, y su respiración se volvió agitada.
Pero de pronto, se recuperó. El recuerdo se desvaneció, y Jimin se quedó allí, jadeando. El collar era difuso, pero extraño. No sabía qué significaba, ni por qué lo recordaba.
Jimin se miró en el espejo, y se preguntó qué estaba pasando. ¿Por qué recordaba cosas que no sabía que recordaba? ¿Y qué significaba ese collar?
Taehyung toca la puerta de su baño, y Jimin se pone de pie abriendo.
—Jimin, ¿estás bien? —pregunta su hermano quien tenía entre sus brazos a Bam.
—Estoy bien, solo un poco cansado es todo.
—Pero igual irás a esa junta ¿no?
Jimin arquea una ceja mirando curioso a su hermanito.
—Si ¿por qué?
Taehyung sonrió travieso, ya sabe por donde va la cosa.
—Es que es él cumpleaños de mi amiga Joy, nos invitó a un karaoke y quería saber si me dejas.
—¿Has terminado tus trabajos?
—Si, de hecho hobi... digo Hoseok me dijo que he mejorado mucho y los termine antes de tiempo. Te prometo que le estoy echando ganas hermanito, por favor déjame ir, prometo llegar temprano. Plis....
Le hizo ojitos a medio morir a lo que Jimin terminó accediendo. Taehyung salto de felicidad.
—¡Gracias, gracias! —lo abraza incluido al pequeño Bam.
—Pero deja a Bam con alguien, no estaré y él se quedará sólito. —le acaricia la cabeza con ternura a Bam.
—No te preocupes, lo dejaré en una guardería canina.
—Por favor no tomes cosas raras Park Taehyung.
—Jamás, solo tomaré un poco de alcohol.
Jimin asiente, confía en su hermanito.
—Bien, me iré porque ya es tarde.
Entonces Taehyung recuerda.
—Lo siento, olvide decirte que Eunwoo está ahí en la sala.
Jimin se gira viendo a su hermano incrédulo.
—¿Eunwoo?
—Aja... trae un ojo morado ¿que le pasó?
Se sorprendió de saber que está aquí, se supone que no debería venir hoy. Jimin salió y lo ve en la sala, trae algo de comida y sonríe cuando lo ve.
—Jimin, lamento venir sin avisar, pero quería verte.
Taehyung salió mirando todo sospechoso.
—Eunwoo, no me espere tu visita.
—Eso note. ¿Vas a salir? —pregunta pues al verlo tan hermoso.
—Si... tengo que reunirme con alguien importante, ya sabes, negocios. —mintió.
Eunwoo asiente y comprende. Taehyung se gira saliendo de ahí para ir a cambiarse, no quería saber qué onda con su hermano, al menos no con ese alfa.
—¿Una cena? Supongo que es una cena.
—Si, de hecho lo es.
—¿Puedo saber con quien? —su voz sonó hostil.
—Con un inversor de Canadá. Vino especialmente hasta aquí y me invitó a cenar. —Joder no sabe cómo le salen las mentiras, puede decirle la verdad, decirle que necesitan hablar porque él quiere terminar lo que tienen.
Su mochi lo gruñó. Tenía un mal presentimiento.
Eunwoo se acercó a Jimin con una expresión seria y tensa. Jimin, sintiendo una oleada de nerviosismo, tragó saliva con dificultad. Eunwoo se detuvo frente a él, con los ojos fijos en los suyos.
—¿Cómo se llama tu inversionista? —preguntó Eunwoo, su voz baja y firme.
Jimin se sintió confundido.
—¿Por qué lo preguntas? —respondió, intentando mantener la calma.
Pero Eunwoo no estaba dispuesto a esperar. Su rostro se enrojeció de ira, y su voz se elevó.
—¿Cómo se llama ese inversionista? —gritó, su tono exaltado y acusatorio.
Jimin se sintió abrumado por la intensidad de Eunwoo. No sabía qué decirle, ni qué quería saber. Se sintió acorralado y asustado.
—¡¿Cómo se llama?! —gritó Eunwoo de nuevo, su voz resonando en el apartamento.
Jimin se asustó, pero algo dentro de él se rompió. Se sintió harto de la actitud de Eunwoo, y de la forma en que lo estaba tratando. Con un movimiento rápido y firme, le dio una fuerte bofetada a Eunwoo.
—¡No tienes ni un maldito derecho de gritarme y pedirme explicaciones! —dijo Jimin, su voz firme y resuelta.
Eunwoo se detuvo, sorprendido por la reacción de Jimin. Se llevó la mano a la mejilla, donde la bofetada había dejado una marca roja. Luego, miró a Jimin con una expresión de arrepentimiento y disculpa.
—Lo siento, Jimin —dijo Eunwoo, su voz suave y respetuosa— No tenía derecho de hablarte de esa manera, lo siento.
Pero Jimin no estaba dispuesto a escuchar.
—Lárgate de mi apartamento —dijo, su voz firme y resuelta— No permitiré que me alces la voz.
Eunwoo intentó explicarse, pero Jimin no le dio la oportunidad. Lo sacó del apartamento, cerrando la puerta en su cara. La discusión había terminado, y Jimin se sintió aliviado de haberse defendido.
Joder que demonios le paso. Jamás esperaba eso de él, era como si hubiera tenido un Deja vu. Esperó unos minutos para tranquilizarse, se despidió de Tae y de Bam y se fue a ver a Jungkook.
Espera que ese mal rato pase, ya después hablaría con él sobre lo que pasó.
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Jungkook estaba en su cocina, afanado en preparar la mesa para la llegada de Jimin. Estaba emocionado, muy emocionado. Quería verlo, quería hablar con él, quería decirle algo que había estado guardando en su corazón durante mucho tiempo.
Parecía un adolescente en su primera cita.
Mientras colocaba las copas y los platos, no podía evitar pensar en cómo iba a reaccionar Jimin cuando le dijera lo que sentía. Quería pedirle que dejara a Eunwoo y que salieran juntos como pareja. Estaba decidido a hacer lo que su corazón le pedía, y no iba a dejar que Eunwoo se interpusiera en su camino.
Está decidido a robarle el corazón que sabe que me pertenece. Tal vez su intención era dejarlo ser feliz, que no lo merece por todo lo que le hizo. Pero si de algo está seguro es que el destino solo él lo puede cambiar, y lo hará.
Terminó de decorar la mesa y se dirigió al espejo para asegurarse de que estaba presentable. Se arregló el cabello y se sonrió a sí mismo, nervioso.
Justo en ese momento, el timbre de la puerta sonó. Jungkook se sintió un poco mareado, pero se recuperó rápidamente. Sostuvo el picaporte de la puerta con nerviosismo y la abrió.
Y ahí estaba Jimin, sonriendo y con un sonrojo en sus mejillas. Jungkook se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago, pero de una manera buena. Se sonrió y se sintió aliviado de que Jimin estuviera allí, frente a él.
—Hola —dijo Jimin, con una voz suave y tímida.
Jungkook se sintió como si hubiera sido transportado a un mundo diferente. No podía hablar, solo podía sonreír y mirar a Jimin con adoración.
—Estás precioso. —le susurra— Pasa.
Jimin entra, una sonrisa en su rostro.
—Por favor, toma asiento. Tenemos mucho de qué hablar.
Jeon le sirvo una copa de vino lo que Jimin la toma. Ve cómo todo está decorado, la mesa tenía hermosas rosas rojas, sus favoritas. Esto en vez de encuentro parecía más una cita.
—Todo se ve hermoso, realmente te esforzaste en ello.
—Claro que lo iba hacer. Quería que todo fuera perfecto.
—¿Tan solo para mí? —le pregunta Jimin.
—Solo para ti.
Jimin y Jungkook se miraron a los ojos, y el tiempo pareció detenerse. Sus corazones latían con fuerza en sus pechos, y se podía escuchar el sonido de sus latidos en el silencio de la habitación.
Ambos se sonrieron como enamorados, y por un momento, nada más importó. Solo estaban ellos dos, y la conexión que compartían.
Pero de repente, el timbre de la puerta sonó, rompiendo el hechizo. Jimin se apartó un poco de Jungkook.
—¿Esperas a alguien?
Jungkook negó con la cabeza.
—No, no espero a nadie. Déjame ver quien es.
Se dirigió a la puerta y la abrió. Jimin se acercó un poco, curioso por saber quién podría ser.
Y entonces, vio a Hanna. Pero no era la Hanna que conocía. Estaba vestida con un elegante vestido negro, y su cabello semi rubio estaba peinado de manera impecable. Parecía otra persona.
Jimin sintió un golpe de enojo en su pecho. ¿Qué hacía ella aquí? ¿Por qué había venido a la casa de Jungkook? Se sintió celoso y confundido, y no sabía qué hacer.
—¿Hanna? ¿Qué haces aquí? —pregunta Jungkook desconcertado.
Ella le sonrió emocionada.
—Lamento llegar aquí, es que terminé la documentación que me pidió con urgencia y dije, porque no voy en la noche y nos vamos a la cena que me prometió. Quedamos a las nueve.
Dice ella. Jimin no lo podía creer ¿él la invitó a cenar? Joder, debió saberlo, no todo era como el penso, así de fácil todo saldría bien. Estaba a punto de irse cuando Jungkook habló.
—Gracias por los documentos, pero creo que hay un malentendido. Hanna, yo dije que te debía una cena hoy, pero no conmigo. —ella lo miró confundida, Jimin se quedó— Te reservé una mesa en un restaurante para ti y tu acompañante, te dije que sería para dos por si querías llevar a alguien más, no que iría yo en su lugar.
—Pero... creí que. —entonces ella vio a Jimin quién bebía de su copa con una sonrisa triunfante— Ya veo... Lo siento mucho señor Jeon.
Se traga su enojo.
—Me voy, me siento algo estúpida.
—¿Algo? —comenta Jimin y se marcha a la sala.
Hanna quería gritar, pero se aguantó.
—Lamento este mal entendido Hanna. Por favor...
Le pide que se retire lo que ella asiente. Jeon cierra la puerta mientras Hanna camina deprisa a la salida y grita con todas sus fuerzas ante el enojo.
—¡Maldito Park! —grita azotando su bolso en el asfalto.
Mientras tanto Jimin tenía una sonrisa triunfante, aunque se le borró cuando Jungkook volvió con él.
—Lamento eso, yo jamás le dije que saliéramos a una cita.
—Tranquilo, está bien. Creo que ella malentendido todo, no pasa nada. —le dice tranquilo, pero Jeon se sienta junto a él y toma sus manos con cariño.
Jimin se puso nervioso, aunque cálido.
—Jimin, te hice venir aquí porque quiero que sepas que lo dije en el campo de golf es verdad. Tú eres mi omega. Quiero que entiendas que te bese porque no podía aguantarme mas, el solo verte con Eunwoo me jodia, pensaba que podría dejarte ser feliz, pero, lo que ha pasado entre los dos no es más que conciencia, ambos sentimos lo mismo, nuestros lobos lo saben Tú lo sabes.
Le dice mirándolo a los ojos. Jimin siente que vive en un sueño hecho realidad, es que no se podía creer que Jungkook le esté declarando su amor.
—No quiero verte solo como mi socio en jefe. Quiero que me veas como lo que soy.
—¿Y qué eres para mí? —le susurra lentamente.
Jeon se acerca a él.
—Tú alfa.
Jimin le regaló una sonrisa asintió.
—También me siento igual, Jungkook. Si eres mi alfa y quiero que lo seas. Aunque tengo miedo.
Jeon lo acercó a su cuerpo y Jimin colocó sus manos en el pecho del alfa.
—No lo tengas, yo solo quiero hacerte feliz. Lamento todos los malentendidos que tuvimos, pero déjame quererte, déjame cortejarte como es.
Jimin asintió, está enamorado qué más podría hacer.
—Claro que sí.
Jungkook y Jimin se miraron a los ojos, y sin decir una palabra, se acercaron el uno al otro. Sus labios se encontraron en un beso tierno y suave, como si estuvieran confirmar los sentimientos que habían estado creciendo entre ellos durante tanto tiempo.
El beso fue breve, pero intenso. Ambos se sintieron conectados de una manera profunda y emocional. Cuando se separaron, se miraron a los ojos, y sonrieron.
—¿Quieres cenar? —preguntó Jungkook, su voz suave y tierna.
—Sí —respondió Jimin, sonriendo— Me encantan tus pastas. Siempre te quedan muy buenas.
—Pues comencemos esta velada de la mejor manera.
Jungkook se rio y se dirigió a la cocina, con Jimin siguiéndolo de cerca. Mientras caminaban, se sonreían y se tocaban, viviendo el momento y disfrutando de la compañía del otro.
La cocina estaba llena del aroma de las pastas recién cocidas, y Jungkook se puso a trabajar para preparar los postres. Jimin se sentó en un taburete, observando a Jungkook mientras trabajaba, y sonriendo de vez en cuando.
La atmósfera era relajada y romántica, y ambos se sentían cómodos y felices en la compañía del otro. La cena prometía ser una noche especial, llena de risas, conversaciones y momentos tiernos entre ellos.
Nadie podría arruinarles su hermoso comienzo. ¿Verdad?
¡Aaaaa! Viva el amor, el amor homosexual 💜🫰🏻
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