Afuera llovía mientras que el alfa estaba roto del corazón. Tras salir del hospital, comenzó a trabajar en casa como si quisiera asimilar lo que ha pasado.

Ese choque le hizo recordar algo, más bien, como si hubiera vuelto a la realidad. No era como un sueño, sino más bien, su futuro. Uno en el que le hizo tanto daño a Jimin, uno donde él lo mató.

No puede sacarse esa imagen de la cabeza. El amaba a Jimin, pero en ese futuro parecía que lo odiaba, que no lo soportaba y todo por culpa de ella. Parecía mentira, parecía una maldita película, pero ha recuperado sus recuerdos, es por algo.

No recuerda quién era la persona por la que Jimin lo celaba, tampoco porque ella lo mató después de que dejó caer a Jimin. No tenía idea de porqué sólo recuerda a Jimin y no a la otra persona. ¿La Diosa Luna no quiere que lo sepa? ¿O por qué no le puso estos recuerdos?

Lo único que sabe es que no quiere hacerle más daño a su pequeña cerecita. Jimin merece ser feliz con el alfa que logre atrapar su corazón. El no puede hacerlo, no es que se quiera rendir, siente que solo lo va a lastimar más de lo que ya lo hizo.

Además, él no parece estar interesado en él. No desde que Eunwoo está saliendo con él. Es verdad, cuando fue a verlo al hospital olía a él. Su lobo presintió la peor de las traiciones porque su omega olía a otro.

¿Pero qué puede hacer? Lo ama y quiere verlo feliz. Amar también significa dejar ir para que la otra persona pueda serlo. Ser feliz.

Todo era una mierda.

Se levanta y va por algo de comer. Hizo unos ricos fideos con queso, una copa de vino y algo de lasaña. Se sentó en la sala y prendió la televisión. Al menos quería distraer su mente de lo que sea que hará el día lunes.

Si ignorar a Jimin o luchar por lo poco que pueda hacer para ganar su amor.

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El día lunes Jungkook entró a la empresa. Le preguntaron por su estado de salud a lo que él dijo que estaba bien. Fue a su oficina y en el pasillo ve a Hanna quién parecía algo preocupada.

—Buenos días señorita Kim. ¿Tengo alguna junta hoy?

—Buenos días Señor Jeon. No tiene nada hasta las cinco, solo una reunión con el señor Park para los artistas que van a contratar para los perfumes.

—Muy bien. Iré a mi oficina, hoy pide mi comida, estaré ocupado.

Pasa de ella, pero Hanna lo llama.

—Señor Jeon.

Jungkook se vuelve hacia ella.

—¿Sí?

Ella muy tímida le entrega un parche para el dolor de cuello, el alfa la mira con intriga.

—Supe que sufrió un accidente, así que le compré estos parches para el dolor. Pará que no se estrés tanto mientras trabaja. Ayudan a calmar cualquier tipo de dolencia.

Jungkook no sabía si tomarlos. Pero al final lo hizo.

—Gracias Hanna. Vuelve al trabajo.

Ella asintió sonriendo. Se fue detrás de él con una alegría que dejó a las omegas que la estiman con murmullos hacia ellos.

Jimin llegaba y ve toda la escena de Jeon con Hanna. Odia a esa tipa, solo porque no quiere meterse más entre ellos, sino la corre. Sus sentimientos hacia Jungkook parece que no cambian y todo porque su lobo está empeñado en querer estar con su alfa de verdad y no con Eunwoo.

Desde el beso su lobo está en un rincón triste, no le habla y eso asusta a Jimin. Ni siquiera lo siente tanto. Si bien no es tan peligroso como en otros casos, puede traer efectos secundarios como tristeza o mal humor.

Su mochi no quiere al alfa Eunwoo. Con quien tengo otra cita el día de hoy. Se marcha a su oficina para terminar su trabajo, espera que esto se le pase pronto.

Jimin salió de su oficina para ir a comer, como siempre. Irá a la cafetería porque sus empleados ya le tenían más confianza, Seungmin se alegró de estar conviviendo con los demás. Mientras caminaba por el pasillo, vio a Hanna, la asistente de Jungkook, con una bolsa de comida comprada en el restaurante favorito de Jungkook. Jimin se sintió un poco curioso, ya que Jungkook no solía comer en su oficina, incluso cuando estaba ocupado.

Pero lo que realmente llamó la atención de Jimin fue que Jungkook parecía estar evitando cualquier contacto visual con él. Se encontraron en el baño, y el alfa lo ignoró por completo. Luego, se encontraron en la sala del café, y de nuevo, el alfa no le dio ni siquiera un saludo.

Jimin se sintió confundido y un poco herido. ¿Qué pasó con Jungkook? Está realmente confundido. Tal vez sea por lo de ¿Eunwoo?. Se había encontrado con él varias veces en el pasillo, pero Jungkook no le había dado ni siquiera un saludo.

Incluso cuando Jimin fue a su oficina para darle algunos documentos para firmar, Jungkook solo los firmó sin siquiera mirarlo a los ojos. Le dijo a Jimin que cerrara la puerta y se fue.

Jimin se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago. Su lobo mochi estaba triste y herido, y Jimin no sabía qué hacer para hacerlo sentir mejor.

Esto parecía joderle más a él que a Jeon. Se supone que lo está ignorando para que se enamore de esa omega, pero incluso él parece no estar interesado. Tal vez el de verdad no le interese.

Seungmin entró en la oficina de Jimin.

—Es hora de la junta, señor Park.

—Voy.

Jimin asintió y tomó las fotografías de los artistas que habían seleccionado como candidatos para la promoción de los perfumes. Salió de la habitación y se dirigió a la sala de juntas.

Al entrar en la sala, vio a Jeon hablar con Hanna. Sus miradas se encontraron con la de Jungkook, quien estaba sentado al final de la mesa. Jungkook desvió su mirada y entró en la sala de juntas.

—Estoy aquí, perdón por cambiar la hora tenía trabajo pendiente.

—No hay problema. —responde Jeon.

Jimin suspiró melancólico, sintiendo un dolor en su corazón. Intentó ser fuerte y se sentó en su silla, preparándose para la junta.

Una vez que todos estuvieron sentados, Jimin comenzó a hablar.

—Tengo aquí las fotografías de los artistas que hemos seleccionado como candidatos para la promoción de los perfumes. Son cantantes muy famosos y creo que serían perfectos para el trabajo.

Jungkook miró las fotografías y asintió de acuerdo.

—Choi Soobin y Choi Yeonjun. Son pareja, así que va a funcionar. También con el grupo del momento Illit, ellas son hermosas y adorables. No tengo problemas con ello. Son perfectos.

Jimin sonrió ligeramente, sintiendo un poco de alivio.

—Entonces, me pondré en contacto con la agencia de ellos y les ofreceremos el trabajo.

Jungkook asintió y se levantó de su silla.

—Muy bien. También encontré un bonito lugar para el videoclip de los fragancias. Te lo enviaré a tu correo, Jimin.

Jimin asintió y Jungkook se dirigió a la puerta.

—Me retiro, aún tengo trabajo por hacer.

Jimin iba a decir algo más, pero Jungkook salió de la sala a toda prisa, sin darle la oportunidad de hablar. Jimin se sintió frustrado y triste, sintiendo que Jungkook lo estaba evitando de verdad en serio.

Bueno debería estar contento, él quería esto de todos modos. El en su mundo y el en el suyo. ¿Entonces por qué es el único que está sufriendo?

Pero en eso se equivoca, no es el único que está sufriendo. Jeon está peor que él, su lobo tampoco le habla, le duele que no luche por el omega, que deje que otro alfa lo tenga. Aunque quiere hacerlo, no puede, odia ese sentimiento que lo atormenta.

Ignorarlo es lo peor, le desgarra el alma. Y aún más porque siente culpa, siente toda la culpa del mundo. Por lo que le hizo, por soltarlo y dejarlo morir.

Está en su oficina es lo mejor. Así puede estar sin verlo y que le duele el alma. La noche llegó. Hanna se fue a casa y él terminó algunos pendientes y tomó su abrigo y su portafolios. Quiere llegar a casa y comer algo rico, ver algunas cosas en tv y tomar mucho alcohol hasta que le sueño.

Su vida es aburrida. Lo sabe.

Jungkook caminaba hacia el estacionamiento, disfrutando del clima lluvioso que parecía reflejar su estado de ánimo. Ama ese clima. Le relaja el alma.

Tal vez no todo sea tan malo.

Sigue su camino y de repente, vio a Eunwoo y Jimin abrazados, besándose. Jungkook se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. Sabía que Jimin y Eunwoo estaban juntos, pero no creyó que le iba a doler tanto.

Su lobo, Nochu, gimoteó de pena y tristeza, pero Jungkook aguantó su dolor y lo tragó. Caminó como si nada, intentando mantener la compostura, pero Eunwoo lo llamó.

—¡Jeon! ¡Espera!.

Jungkook se detuvo y se dio la vuelta. Eunwoo se acercó a él, sonriendo. Por la maldita mierda, porque tuvo que llamarlo.

—¿Te vas?

—Si, tengo cosas que hacer.

—Siempre tan ocupado. Voy a cenar con Jimin, ya que estamos saliendo juntos —dijo Eunwoo—¿Quieres unirte a nosotros?.

Jimin se alejó un poco, mirando a Jungkook con una expresión incómoda. Mira mal a Eunwoo.

—¿Qué demonios haces? —le preguntó Jimin a Eunwoo.

—Solo soy un buen amigo —respondió Eunwoo, sonriendo— Ustedes crecieron juntos, porque no invitarlo a lo que celebramos.

Jungkook miró a Eunwoo y luego a Jimin, su expresión seria y serena.

—No, gracias —dijo Jungkook— Tengo planes solo. Pero disfruten de su noche.

Miró a Jimin y le dijo: —Felicitaciones por su noviazgo. Hacen una buena pareja.

Jimin no supo qué responder, esto parecía una maldita pesadilla.

—Gracias. Espero que para la próxima aceptes, estamos muy felices.

—Me da gusto. Con permiso.

Jimin sonrió como si su alma fuera arrancada y pisada. Tal parece que al final, esto no iba a funcionar.

Jungkook se retiró y subió a su auto. Condujo durante un rato, hasta que se detuvo en un lugar solitario. La lluvia seguía cayendo fuerte, y Jungkook lloró desgarrado en su auto, maldiciendo a la luna y maldiciendo a sí mismo.

Si esto era lo que quería la vida se le hacía demasiado injusto. Ver al amor de su vida con otro le está rompiendo el alma. Si la Diosa Luna quería esto, era realmente cruel.

Pobre Jungkook. Pero pronto pasará algo.