𓂃 ִֶָ❤️🔥05
Jimin se encontraba en un estado de sueño profundo, rodeado de una niebla blanca y suave que parecía envolverlo en un abrazo cálido. De repente, se sintió transportado a un lugar extraño y mágico, donde todo parecía ser posible.
Cuando abrió los ojos, se encontró en un jardín lleno de flores de colores vivos y árboles altos y retorcidos. Un conejo blanco con un reloj de bolsillo en la mano corrió hacia él, gritando "¡Estoy tarde! ¡Estoy tarde!".
Jimin se levantó y miró a su alrededor, sintiendo una sensación de asombro y curiosidad. De repente, se dio cuenta de que estaba vestido con un traje azul y blanco, y que su cabello estaba recogido en una cola de caballo.
—¿Quién soy? —se preguntó Jimin, sintiendo una sensación de confusión.
De repente, una voz suave y melodiosa habló detrás de él.
—Hola, Alicia. Bienvenida al País de las Maravillas.
Jimin se dio la vuelta y vio a una figura femenina con un vestido largo y flotante, y un sombrero de paja en la cabeza. Era la Reina de Corazones.
—¿Alicia? —repitió Jimin, sintiendo una sensación de sorpresa— ¿Soy Alicia?
La Reina de Corazones asintió con la cabeza.
—Sí, eres Alicia. Y estás en el País de las Maravillas, donde todo es posible y nada es como parece.
Jimin se sintió emocionado y curioso. Quería explorar este mundo extraño y mágico, y descubrir todos sus secretos.
La Reina de Corazones sonrió y extendió la mano.
—Ven conmigo, Alicia. Te mostraré el País de las Maravillas.
Jimin tomó la mano de la Reina de Corazones y se dejó llevar por ella, sintiendo una sensación de emoción y aventura. Juntos, recorrieron el País de las Maravillas, encontrándose con criaturas extrañas y maravillosas, como el Gato de Cheshire, el Sombrerero Loco y el Conejo Blanco.
A medida que exploraban el País de las Maravillas, Jimin se sintió cada vez más cómodo en su papel de Alicia. Se sentía libre y emocionado, como si nada fuera imposible.
Pero a medida que avanzaba la aventura, Jimin comenzó a darse cuenta de que algo no estaba bien. La Reina de Corazones parecía estar escondiendo algo, y el País de las Maravillas no era tan maravilloso como parecía.
Jimin se sintió confundido y asustado. ¿Qué estaba pasando en el País de las Maravillas? ¿Y qué papel jugó él en todo esto?
De repente se ve como está ahí de pequeño. Su hermoso cabello rojo y siendo cargado por la reina de corazones. Este sueño no tenía mucho sentido, pero cuando más avanza a esa parte de su infancia, ve como corre por el conejo blanco y como es que llega a que árbol retorcido cayendo en ese agujero.
Pero hay algo más... pues el pequeño Jimin no cayó solo, sino que alguien lo empujó. Una silueta de una mujer vestida de blanco, pero con el alma negra.
Ella lo vio, el mundo de las maravillas se oscureció y Jimin volvió a caer en ese agujero.
Jimin se despertó con un sobresalto, sintiendo una sensación de desorientación. Miró a su alrededor, pero no reconoció el lugar. Estaba en una habitación que no era la suya, con muebles y decoraciones que no le eran familiares.
De repente, escuchó el sonido de la puerta abriéndose y vio a Jungkook entrar con una charola de comida y un vaso de agua. También había un frasco de medicamento en la charola.
Jimin se sintió confundido. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba?
Jungkook sonrió y se acercó a él.
—Bueno que despertaste. Te traje algo de cenar.
Jimin miró la comida y luego a Jungkook.
—¿Dónde estoy? —preguntó.
Jungkook se sentó a su lado en la cama.
—Estás en mi apartamento —explicó— Te desmayaste en el elevador del trabajo. Te traje aquí para que descanses.
Jimin comenzó a recordar. El trabajo, el elevador, el dolor de cabeza... Todo volvió a su mente.
Jungkook continuó hablando.
—El médico dijo que te desmayaste debido a la falta de sueño y la mala alimentación. Eso provocó un gran estrés en tu cuerpo.
Jimin asintió, comprendiendo.
—Gracias por cuidarme. —dijo— No tenías que hacerlo, pudiste llamar a Taehyung.
Jungkook sonrió.
—Come algo y después toma tus medicamentos. Necesitas descansar y recuperarte.
Jimin asintió y comenzó a comer la comida que Jungkook le había traído. Se sentía agradecido por su cuidado y atención. Aunque le parece extraño tanta amabilidad.
Cuando ellos eran cachorros, siempre se la pasaban juntos. El siempre fue un alfa amable con el omega que era catalogado como omega cabezota. Por la reina de corazones y por qué era un omega de raza del dragón. Una raza única que solo los lobos de linaje puro pueden tener. Ya que la mezcla de un rey dragón con un lobo hizo esto posible. Hoy en día su raza está casi extinta, pero él y su familia han hecho que su raza siga en pie.
Claro, era blanco de burlas. Pero Jungkook siempre lo defendía, en especial de una omega de cabello blanco que era insoportable.
Jungkook se sentó al lado de Jimin en la cama, mirándolo con preocupación.
—¿Qué pasó, Jimin?.—preguntó— ¿Por qué estás así desde tu incidente?
Jimin se encogió de hombros.
—No sé —respondió— Simplemente me sentí mareado y... no sé, todo se volvió negro. Creo que solo fue una consecuencia de ese golpe, no hay nada más.
Jungkook frunció el ceño.
—¿Y por qué no has dormido bien? —preguntó— ¿Qué te pasa?
Jimin se ruborizó ligeramente.
—He tenido pesadillas —admitió— Y... el sueño volvió.
Jungkook se inclinó hacia adelante, interesado.
—¿El sueño de Alicia en el País de las Maravillas? —preguntó.
Jimin asintió, sintiendo una sensación de nerviosismo.
—¿Desde cuándo volvieron? —preguntó Jungkook.
Jimin se encogió de hombros de nuevo.
—Desde mi caída en el baño. —respondió.
—Desde pequeños has sido muy raro. —comienza a decir—, pero eso me agrada de ti. Recuerdo cuando me hablaste de un conejo blanco que estaba por el jardín de los Kim ¿te acuerdas? —Jimin asintió— No entendía nada porque no había nada. Pero me dijiste que amabas ese cuento y que tenía sueños extraños con una mujer que te empujaba en el agujero del conejo. Tal vez no le tome mucha importancia porque éramos niños. Pero dijiste que esa caída dolió mucho.
Jimin recuerda bien.
—Pues ha vuelto ese sueño. Solo es algo sin importancia.
Pero Jimin sabe que no. Su caída, Jeon soltandolo, esa mujer, la omega. Nada tiene sentido, solamente sus errores y consecuencias sobre su muerte y el porqué está aquí.
Jungkook se preocupó aún más.
—Jimin, ¿estás bien? —preguntó.
Jimin sonrió débilmente.
—Todo estará bien. No te preocupes por mí.
Pero Jungkook no estaba dispuesto a dejarlo así.
—Te cuidaré —dijo, con determinación— No te preocupes por nada.
Jimin se sintió conmovido por la preocupación de Jungkook, pero recordó que estar cerca de él solo le traería consecuencias. Intentó ponerse indiferente, pero nada le funcionó.
—Llamaré a Taehyung para que venga por mí. Me quiero ir.
Dice mientras aleja esos tontos sentimientos de su pobre corazón.
—Lo llamé, vendrá enseguida. Deberías descansar un poco.
Tanto el alfa como el omega se quedaron mirando. Jeon estaba sintiendo algo extraño y por alguna razón le dolía la cara, como si tratara de recordar algo importante.
Aunque no sabía qué era. Más tarde Taehyung llegó por Jimin, como siempre entrando en pánico y haciendo miles de preguntas a su hermano. Jeon se quedó solo y sintió una soledad inmensa cuando Jimin se fue.
No sabía que le pasaba. Está preocupado por esos sueños de Jimin. Quien es super fan de Alicia en el país de las maravillas. Incluso tiene una colección de cosas de Alicia.
Mañana intentaré hablar con él, ahora somo quiere darse una ducha.
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La sala de empleados estaba llena de omega y betas que chismeaban y hablaban sobre lo que había pasado con Jimin. Una de las omega, una mujer alta y delgada con el cabello oscuro, habló con voz baja y maliciosa.
—¿Sabéis qué pasó con el señor Park? —preguntó.
—Pues escuche por ahí que fingió su desmayo para llamar la atención del señor Jeon.
Las otras omega y betas se pusieron de acuerdo.
—Es verdad —dijo una de ellas— Desde que llegó la omega Kim Hanna, el señor Jeon solo se la pasa con ella. Están claras las cosas.
Todas echaban su veneno y hablaban mal de Jimin, diciendo que era un omega loco y aferrado a un alfa tan apuesto como Jungkook.
De repente, la puerta se abrió y Kim Hanna entró en la sala. Todas las omega y betas se callaron y la miraron con admiración.
Vieron como ella le sonreía y él también.
—Es tan hermosa —susurró una de las omegas— Sería perfecta para el alfa Jeon. El señor Park solo es un engreído.
Justo entonces, el señor Jeon llegó a la sala y saludó a todos. Se acercó a Hanna y le sonrió.
—Buenos días, Hanna. ¿Qué tal estás hoy?
Hanna sonrió y respondió.
—Estoy bien, gracias. ¿Y usted?
—Estoy bien también. Vamos que tenemos mucho que hacer.
Hanna asintió y ambos se fueron juntos. Las omega y betas las miraban y susurraban entre sí.
—Parece que hay química entre ellos —dice una de las omegas.
—Más que eso.
Justo entonces, Jimin llegó a la puerta de la sala y se detuvo. Había llegado temprano y había salido de las oficinas de sus empleados para pasar por el pasillo donde estaban los empleados de Jeon.
Al escuchar las conversaciones de los omega y betas, se detuvo y escuchó. Sus ojos se enfurecieron al escuchar cómo hablaban mal de él.
Las omegas dijeron que el alfa Jeon hacía buena pareja con Kim Hanna, que ella sí se lo merecía, no como él, que era un omega loco y aferrado a un alfa tan apuesto como Jungkook.
Jimin apretó sus puños y se sintió enfurecido. ¿Cómo se atrevían a hablar así de él?
Finalmente, hizo ruido al caminar y las omega y betas se asustaron, pensando que las había escuchado. Jimin les miró mal, dando a entender que sí las había escuchado.
Las omegas y betas se callaron y se miraron entre sí, sintiéndose culpables y avergonzadas. Jimin se fue, dejándolas con una sensación de incomodidad y miedo.
Jimin miró a las omegas y betas con una expresión seria y autoritaria.
—Señor Park, buenos...
Jimin lo interrumpió.
—Me parece que algunas de ustedes han olvidado quién soy yo —dijo con voz firme y clara— Soy el dueño de esta empresa, y no toleraré que se hable mal de mí o de mis relaciones personales en el lugar de trabajo. Si alguno de ustedes tiene un problema conmigo, lo discutiremos en privado y de manera respetuosa.
Jimin hizo una pausa y miró a cada una de las omegas y betas a los ojos.
—Y si alguna de ustedes vuelve a hablar mal de mí o de mis relaciones personales, será despedida inmediatamente. No hay lugar para el chisme y la maledicencia en esta empresa. Las vuelvo a escuchar o decir algo fuera de lugar y quedarán despedidas.
—Lo sentimos. —dijeron con voz temblorosa.
Ya no sabían ni donde meter la cabeza de la vergüenza que les dio.
Las omega y betas se miraron entre sí, asustadas y avergonzadas. Jimin les había recordado quién era él y qué poder tenía en la empresa. Se disculparon y se callaron, sabiendo que no debían volver a hablar mal de Jimin.
Jimin asintió con la cabeza y se fue, dejándolas con una sensación de respeto y temor. Había demostrado que no toleraría el chisme y la maledicencia en su empresa, y que estaba dispuesto a tomar medidas para proteger su reputación y su bienestar.
Jimin se sentó en su oficina, intentando recuperarse del mal trato que había recibido de las omega y betas. Seungmin, su asistente, entró en la oficina con una carpeta en la mano.
—Señor Jimin, tengo algunas cosas que discutir con usted sobre su trabajo —dijo Seungmin.
Jimin asintió con la cabeza y Seungmin comenzó a explicarle sobre algunos proyectos y reuniones que tenían programadas. Jimin escuchó atentamente, tomando notas y haciendo preguntas cuando era necesario.
Además una sorpresa se llevó cuando Jungkook le mandó un mensaje para invitarlo a comer. Ya que quiere asegurarse de que coma a sus horas. Eso le sacó una sonrisa.
Después de un rato, Seungmin miró su reloj y dijo:
—Es hora de comer, señor Jimin. ¿Quiere que le traiga algo?
Jimin negó con la cabeza.
—No, gracias, Seungmin. El alfa Jeon quiere comer conmigo.
Seungmin sonrió.
—Ah, eso es genial, señor Jimin. ¿Quiere que le ayude a prepararse?
Jimin asintió con la cabeza y Seungmin le ayudó a arreglarse un poco. Jimin se sintió emocionado, ya que era la primera vez que Jungkook lo invitaba a comer por su propia voluntad. Siempre había sido Jimin quien lo invitaba.
Cuando Seungmin se marchó, Jimin salió de su oficina y se dirigió a la de Jungkook. Tal vez se estaba precipitando, se suponía que debía ignorarlo, pero su maldito corazón no podía evitarlo. Jeon realmente le afectaba mucho.
Llegó a la puerta de la oficina de Jungkook y tocó. Pero la puerta se abrió al mismo tiempo y Jimin se encontró con una escena que lo hizo sentir como si le hubieran dado un puñetazo en el estómago.
Jungkook estaba abrazando a Hanna, sonriendo y riendo con ella. Jimin se sintió como si su corazón se hubiera roto en ese momento. No se habían dado cuenta de su presencia, pero eso fue suficiente para que Jimin se sintiera totalmente molesto y herido.
Sin decir una palabra, Jimin se dio la vuelta y se marchó, dejando a Jungkook y Hanna en su oficina. No podía creer lo que acababa de ver. Pero ¿qué esperaba? Eso era lo que debería pasar y aunque volvió en el pasado debería dejar todo a su curso.
—Es que como eres estúpido. Ya viste eso y aun así... Aun así me duele.
Jungkook y Hanna estaban en la oficina, hablando sobre un proyecto que estaban trabajando juntos. De repente, Hanna se tropezó con su propio pie y se iba a caer. Jungkook, que estaba cerca de ella, reaccionó rápidamente y la sostuvo por los brazos para evitar que se cayera.
Hanna se rió nerviosamente y Jungkook también se rió, aliviado de que no se hubiera lastimado.
—Gracias —dijo Hanna, sonriendo— Me parece que soy un poco torpe hoy.
Jungkook sonrió y la ayudó a recuperar el equilibrio.
—No te preocupes.
Hanna se dio cuenta de que Jimin los había visto. Sonrió gustosa. Jungkook no se había dado cuenta, pero le gustaba mucho tener la iniciativa para conquistarlo. Su lobo estaba contenta de que un alfa como Jeon Jungkook les diera prioridad.
Ahora lo que quiere es que ambos empiecen a salir un poco de eso de Jefe y empleada.
Pero mientras ella piensa eso, Jeon era otra cosa. Pues su lobo le estaba advirtiendo algo.
Solo diré que las cosas serán muy confusas, pero él sueño y el mundo que Jimin tienen cosas que lo van a ayudar a recordar algo importante. Lo mismo pasará con Jeon, solo digo.
Espero que les haya gustado y nos vemos el viernes y sábado porque mañana actualizo My weird boy.
Bye.
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