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𝐅𝐨𝐮𝐫𝐭𝐡 𝐝𝐚𝐲

Sábado por la mañana, otro día de descanso para dejar de ver a esos vagos de mal vivir a los cuáles llamaba "compañeros de clase" no es que los odiara, por supuesto que no, sin embargo, su sola presencia era irritable para Little Man.

Quizás podría hacer ... no, es mala idea, ¿y si? tampoco, sonaba aburrido.

Definitivamente otro fin de semana que iba a pasar vagando en el colchón de aquella cama demasiado grande para él, otra vez los pensamientos negativos invadieron su mente como solía pasarle ya frecuentemente.

Tomó su teléfono y empezó a ver qué podría hacer para divertirse. Tal vez algún videojuego, las redes sociales no eran mala idea, pero no disfrutaba del contenido (que a pesar de haberlo bloqueado) Twitter le ofrecía.

Terminó descargando un juego de disparos con mala calidad, no duró mucho, no le llamó la atención y lo desinstaló. Al final se vició con un juego con temática de mascota virtual. Simple- pensó.

Se había viciado tanto con aquella mascota que olvidó que en menos de un día, tendría que presentar el proyecto final con Ron; el cual ni se ha inmutado en completar el trabajo.

¡Pero claro!

Era sábado, día libre, a pocas horas de entregar aquel proyecto que probablemente le haya generado un problema más por la pareja que le tocó tener. ¿Qué mejor que joder a Ron en un día tan tranquilo?

Salió del juego y marcó el número que Ron le había dado en una nota hace pocas semanas, curiosamente, tenía un olor a tabaco y canela. Una rarísima combinación si se lo preguntan. Le restó importancia y esperó a que el chico carpeta contestara.

Para sorpresa del menor, contestó casi de inmediato -¿Éste no tiene nada qué hacer?- pensó. Juzgando como si él hiciera algo más productivo que jugar un videojuego de un alien de dudosa procedencia tirado en la cama.

-¿Aló?- escuchó la voz del mayor por el teléfono e (inconscientemente) se sonrojó casi al instante. Mierda, ese chico lo traía ya demasiado mal y sigue sin creer el sentirse atraído por alguien al cual no soporta.

-¿Habrás terminado tu parte del trabajo, verdad?- puso firmeza en su voz lo más que pudo, aunque por más que lo intentara, el nerviosismo seguía ahí ¿qué le estaba pasando?

-Oye oye, buenos días primero que nada- la indignación en Ron era presente y notoria por su tono de voz, no lo culpes, estaba comiendo y de la nada recibe una llamada que sólo le pregunta por un estúpido proyecto.

-¿No quieres una imagen de Piolín y la bendición de Dios de paso?- bromeó. El nerviosismo se estaba esfumando poco a poco.

-No estaría mal ahora que lo mencionas- soltó una risa no inaudible al oído de Little Man. Qué le faltaba, amaba su sonrisa, su voz y ahora su risa. Tal vez el suicidio pueda considerarse una opción.

-Deja de actuar como idiota- el nerviosismo había vuelto seguido de una risa proveniente de la misma causa.

Ron nunca había escuchado reír al más bajo, pero admitía que su voz se escuchaba más tranquila cuando reía, más...hermosa.

-¿Terminaste tu parte del trabajo o no?- prosiguió con lo que quería en realidad. Joderlo obviamente, necesitaba la parte del trabajo de Ron pero también amaba molestarlo a pesar de que es alguien con más paciencia que él.

-Oops, lo olvidé - confesó, lo recordaba perfectamente pero no quería hacerlo, al menos no solo. Entonces se le ocurrió una excusa para visitar a aquel de la risa hermosa.

-¿Te parece si voy a tu casa y lo termino allí?- preguntó.

-¿Duermes en un cartón, o se te fue la luz?- no le molestaba que Ron viniera a su casa, le molestaba que probablemente harían de todo menos el trabajo, ya saben, como pelear por cosas absurdas o cortarle la cabeza a alguien. Cosas de adolescentes.

-Bien, a las 3:00pm estaré allí - colgó sin más y siguió comiendo su cereal mientras veía Looney Tunes.

-¿Qué?-pensó Little Man antes de darse cuenta de que Ron había colgado, sólo quería joderlo y ahora tendría que limpiar toda su casa, fantástico.

Pero no era tan malo, al fin de todo, Ron iba a pasar la tarde con él

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Ya eran 2:55 p.m. Ron estaba en camino a casa de Little Man con una bolsa de mandarinas. Era alguien que comía cada cinco minutos así que era mejor llevar algo de merienda, quizás le invite un poco a su enojón amigo.

Cuando llegó tocó la puerta y esperó unos minutos, juraría que escuchaba algunas cosas cayéndose o incluso sonido de vidrios rotos. Pero lo ignoró.

La puerta se abrió dejando a simple vista a un Little Man algo cansado, seguía respirando agitado y visiblemente agotado.

- Sí llegaste- le dijo a Ron. El cuál estaba perdido en sus pensamientos en ese momento, era un enigma, pero solía pasarle el mirar a un punto fijony luego volver al mundo real de la nada.

- ¿Eh?- sacudió su cabeza. -No, fíjate que sigo en mi casa- respondió automáticamente con intenciones de joderlo y luego echó una ojeada al interior de la casa.

-Que gracioso, ¿amaneciste chistosito o te la metió un payaso?- contestó de mala manera.

- ¿Puedo pasar?- había ignorado a Little Man y se concentró en ver lo limpia que estaba el interior de su casa desde una vista afuera. "¿Siempre tendrá su casa así se ordenada?" pensó.

- Claro, no viniste hasta acá para sólo ver mi cara- soltó una risa ante lo dicho y Ron lo acompañó con algo de nerviosismo, porque sí, Ron había ido por esa misma razón.

Seguidamente entró a la casa y la apreció desde adentro, tenía un televisor relativamente grande, el piso brillaba de lo limpio que estaba y el olor a lavanda era agradable.

-Bien, empecemos esto que tengo cosas que hacer- Ron se sentó en el sofá de un salto arrugando algunos cojines en el proceso.

-No es tu casa animal, sé cuidadoso que yo no pago ésto- acomodó el cojín y abrió su laptop con la presentación en pantalla. Ron no tardó en darse cuenta lo horrible que lucia aquel archivo.

-En serio que no tienes creatividad amigo- habló con preocupación viendo como a su acompañante le sobresalía una vena de la frente "A la mierda, maldito gruñón tenía que ser" dijo para si mismo.

-Ya no se te puede decir nada porque te enojas- tomó el mouse y comenzó a añadirle algunas cosas.

- Sólo son explicaciones de ejercicios algebraicos y leyes de las matemáticas, no necesitan decoración - exclamó.

-Pero mejor te ayudo a decorar para que no le digas al Prof. Dave que no hice nada- Ron siguió con su "parte del trabajo" con normalidad.

- ¡Pero no estás haciendo nada!-

- ¿Cómo qué no? estoy decorando, inculto - con tan sólo un clic, toda la presentación tomó color y se veía más ordenada; con algunas animaciones en los títulos y pequeños dibujitos que los detallaban.

-¿C-cómo hiciste eso?- exclamó asombrado por el repentino cambio de una simple pantalla.

-No jodas, ¿no sabes usar plantillas?- contestó al borde de estallar puesto a que se supone que Little Man era más inteligente que él. Se sintió superior en un momento.

-No, pero ahora ya sé - le sonrió y terminó de escribir algunas notas. Ron sólo lo miraba atentamente.

- Sólo le falta el agradecimiento final, encárgate de eso- le ordenó mientras se bajaba del sofá camino a la cocina.

- ¿Por qué yo?- se quejó el cabeza de carpeta.

- Porque sino pondré que yo hice todo el trabajo y no tendrás con que defenderte - entró a la cocina ignorando las quejas por algo tan simple e inútil como un agradecimiento final, sólo Ron se frustra por tonterías.

- Porqué debería agradecer si seguro esos simios ni prestaron atención a lo que dije- comenzó a escribir de mala manera halagando indirectamente al maestro para jugar con su mente y que le suban los puntos.

Little Man volvió de la cocina con unos muffins de chocolate, olían deliciosos y se veían esponjosos. Ron no tardó en tener hambre, otra vez.

- ¿Me das uno?- preguntó.

-¿Ya terminaste?- dijo el de baja estatura levantando una ceja; Ron asintió con la cabeza. -Bien- le contestó y seguido compartió algunos muffins con él.

- Están deliciosos, ¿dónde los compraste?- preguntó con la boca llena.

- Los hice yo- el de baja estatura nunca había oído algún halago hacía su comida. Bob solía decirle "es muy dulce" "le falta sal" "demasiada agua". Pero nunca escuchó que algo le saliera rico.

-¡¿En serio?!, bro, están buenísimos- se llevó un último muffin a la boca y prosiguió. -Si tú y Opheebop pusieran una pastelería, sería la más exitosa, fueron los muffins más ricos que comí -.

- No creo que sean tan buenos Ron, sólo son muffins - le negó el halago como siempre, bien optimista él.

- Pues a mí me gustaron, y yo no soy de comer lo que sea eh- insistía a pesar de ser algo demasiado simple. Little Man no pudo evitar sonrojarse de la vergüenza y pena, quizás también de la emoción de que alguien le dijera que cocina bien.

Las emociones encontradas con Ron eran nuevas, eran... lindas. No podía quedarse callado en incomodidad porque Ron decía una estupidez y estallaba de la risa. No podía verlo finamente sin sentir mariposas en el estómago. No podía, enamorarse de él.

La voz de quien invadía sus pensamientos los hizo salir de éstos mismos.

-¿Estás bien?- preguntó algo preocupado.

-¿Eh? oh sí, sí por supuesto - le contestó y luego ambos quedaron en un silencio; silencio incómodo que duró minutos.

Ron sudaba, ¿habrá dicho algo malo?
Y Little Man era todo un manojo de nervios porque creía que había quedado como idiota al dejar que sus pensamientos lo distraigan de la dura realidad.

Lo cierto es que ambos estaban poseídos por los nervios del momento. Y eso que Ron sólo había ido a completar un trabajo y Little Man sólo le quería joder.

- ¿Nos besamos para cortar la tensión?- Little Man miró a Ron juzgandole hasta el respirar después de esa pregunta. Sí quería, no lo iba a negar, pero conservaría la poca dignidad que le queda.

- Cállate gay- le respondió riéndose otra vez, había reído demasiado hoy.

- Tienes una hermosa sonrisa- dijo Ron.

Su compañero quedó analizando las palabras de aquella carpeta. Ron creía que su risa era hermosa; y él la odiaba.

Y hablando de la carpeta, éste se dió cuenta de sus palabras.

-¿LO DIJE O LO PENSÉ?- exclamó alterado y con las mejillas color carmesí.

- Lo dijiste...- contestó viéndolo a los ojos, sonrojándose inconscientemente otra vez. -¿De verdad crees eso?-.

- Eh, ¡claro! tu risa es bonita obviamente, la mía también pero no tanto como la tuya no quiero decir que tu risa sea fea digo yo parezco tetera al reír en cambio tú...- era un manojo de nervios total, si en ese momento no salía corriendo probablemente explotaría de la pena, ni siquiera podía verlo sin trabarse cuando hablaba. - ...Tú ríes muy bonito-. terminó la poca entendible oración.

-¿Gracias?- ya no sabía que decir, realmente sentía tanta vergüenza que deseaba que la tierra lo tragara y expulsara en un lugar donde Ron no esté.

- ¿Quieres una mandarina?- le dijo Ron ya por último para cambiar un poco el ambiente tenso en el que se encontraba.

- Amo las mandarinas, claro que quiero- tomó una y comenzaron a charlar más tranquilos.

El resto de la tarde para ambos fue más divertido, vieron algunas películas con la cuenta de Netflix de Bob sólo para que tenga que pagar más y molestaron a algunos niños en Roblox.

Las horas pasaron tan rápido para ellos que sin querer ya estaba anocheciendo. Si Ron se iba ahora probablemente le roben la moto y lo dejen más golpeado que fresas en un mercado.

- Tengo un colchón extra- le dijo Little Man antes de que Ron saliera por aquella puerta.

-¿Quieres que me quede a dormir acá?- podría llamar a Opheebop y decirle por supuesto, de hecho ansiaba quedarse más tiempo.

- Necesito a alguien que exponga el Lunes ¿No?- contestó, sonreía aún por lo que se notaba que era broma.

Ron decidió quedarse esa noche aprovechando que Bob se iría a quién sabe dónde y nadie lo podría regañar, ni a él, ni al enano que lo acompañaba.

- 2070 palabras

Peguenme un tiro este Lunes regreso a clases y si antes no actualizaba ahora peor 😹😹😹 (es llanto).

Si hay faltas ortográfica es por mi teclado y me da re fiaca corregir.

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