01. PARKER VS FLASH.

HACIA CALOR. Demasiado calor para ser simplemente otro día soleado en la ciudad de Nueva York. Grace tosió, agitó la mano frente a su cara y movió la cabeza hacia atrás solo para observar el caos que se estaba formando frente a ella. El apartamento volvió a arder.

Barnes se dio cuenta de que era solo una pesadilla nuevamente, pero no podía despertar y eso la desesperó como siempre. Sabía que el sudor le corría por la cara y que le faltaba el aire como en el sueño, y lo único que quería era abrir los ojos y encontrarse acostada en la cama de la habitación del medio.

Así que finalmente logró hacerlo. El cofre se elevó automáticamente tan pronto como se abrieron los ojos, la visión recorrió todo el lugar. Evaluando la habitación y dándose cuenta de que ningún fuego se propagaba y ni siquiera los gritos de su madre sonaban a través de ella. Sólo después de unos segundos Grace se dio cuenta de que sonaba el despertador junto a su cama.

La chica parpadeó y lo apagó. Nuevo día, nuevo apartamento, nueva vida, nueva ciudad, nueva escuela y sola de nuevo. Levantarse de la cama ya era un sacrificio por el que todos deberían aplaudir a la chica.

Grace se dirigió al baño y se echó agua en la cara tan pronto como llegó al lavabo. Luego de terminar su higiene, salió nuevamente y se detuvo en medio de la habitación, mirando el retrato que contenía la foto de ella cuando era niña y su madre, se acercó al tocador y dejó la foto, luego fue a la cocina.

LA CHICA NO ESPERABA QUE SU primer día de escuela fuera maravilloso, pero tampoco esperaba que se perdiera por los pasillos como una cucaracha mareada. Grace estaba segura de haber pasado por ese lugar varias veces, se había detenido en el camino y preguntó a varias personas dónde estaba el maldito salón donde se daría la clase de química, pero todos la ignoraron y el único que le prestó atención fue un chico al que Sabía que se vio obligada a abofetearlo en la cara después de que él la llamara sexy. Se pasó la mano por el cabello negro y suspiró, deteniéndose en medio del pasillo.

—Parker, ¿Quieres seguir patinando?—una voz mayor sonó más fuerte que las demás y luego una más joven.

—Lo hago, lo hago.

—Entonces ruedas fuera—Grace se giró pensando que la voz mayor podría ser la del director.

—De acuerdo—pudo ver a un chico de su edad caminando en la misma dirección que ella, levantando una patineta en sus manos hacia arriba.

—Eso mismo—Barnes incluso intentó llegar al hombre y lo habría logrado si los adolescentes no se hubieran interpuesto en su camino. Lo perdió de vista.

Finalmente, Grace se dio por vencida y fue al otro pasillo, buscando en su teléfono celular el número de casillero que le habían enviado por correo electrónico. Después de encontrarlo, tuvo que aguantar a otro par de adolescentes. Una pareja se estaba besando en el armario de al lado. Con la paciencia agotada, la chica golpeó el metal con su mano después de casi ser golpeada por las manos de la chica.

La pareja la soltó y la miró con los ojos muy abiertos, y sólo entonces Grace se dio cuenta de que el mismo chico que andaba en patineta estaba tratando de sacar los materiales de su casillero, y así era.

—¿Quieren comerse unos a otros? Genial, sean felices. Pero háganlo lejos de mi casillero—podía insultarlos pero quería evitar tantos problemas como fuera posible el primer día.

Observó a la pareja irse, susurrando algo que ella no había notado. Grace abrió su propio casillero y colocó libros y cuadernos innecesarios para ese día. Aprovechó y pegó una foto con su madre—la última que se habían tomado—con un post-it dentro del metal. Sintiéndose observada, Grace sacó la cabeza del armario y observó al chico a su lado parpadear mucho.

—Perdón, ¿Necesitas algo? —abrió la boca y luego negó con la cabeza.

—No, yo solo... —volvió a negar con la cabeza y cerró el casillero, colocando la patineta en el suelo, para luego alejarse.

Grace se encogió de hombros y salió al patio. El vestido que llevaba se balanceaba mínimamente con el ligero viento del lunes por la mañana y la chaqueta era más tranquila. A mitad del camino se arregló el cabello hacia atrás hasta que más adelante comenzaron a sonar gritos y murmullos.

Jones levantó la cabeza y caminó hacia el círculo de estudiantes que se había formado allí. Grace se aplastó entre los cuerpos y observó a un estudiante alto, el mismo al que había golpeado, sosteniendo a otro chico por las piernas, forzando su rostro contra el plato de comida que reposaba sobre la mesa. La chica frunció el ceño.

—¿Qué carajo estás haciendo? Suéltalo. 

El chico la miró y acercó su mano al rostro del otro como si la desafiara, Grace habría seguido adelante si no hubiera comenzado a hablar con alguien más.

—Entonces, Parker, hazle una foto—los gritos aumentaron.

—No voy a tomar una foto, bájalo. Suéltalo, hombre—Jones reconoció la voz y el rostro de Parker y lo miró.

—Toma una foto, Parker—Ordenó el otro.

—Suéltalo, Flash.

—Toma la foto.

—¿Puedes dejar al pobre chico? —gritó Grace abriendo los brazos, los murmullos cesaron y Flash la miró con las cejas levantadas.

Flash dejó caer al otro al suelo con brusquedad y se dirigió hacia ella. Jones levantó la cabeza, desafiándolo a continuar, pero el cuerpo se colocó entre los dos y Peter empujó a Flash hacia atrás, quien luego lo golpeó, haciendo que Parker cayera al suelo. Los ojos de Grace se abrieron, la culpa la consumía. Flash pateó a Peter dos veces en la espalda y el estómago.

—¡Ahora quédate ahí en el suelo! ¿Quieres que golpee más? ¿Le pego más?—los gritos continuaron y Grace aún permanecía en su estado de trance con los recuerdos golpeando constantemente su mente.

—¡Flash! ¡Flash!

Jones escuchó una nueva voz femenina aparecer en el medio y salió de su cabeza. Observó a la chica rubia decirle algo al chico y la rueda se rompió. Peter se arrodilló en el suelo recogiendo la cámara rota y Grace se acercó recogiendo los pedazos del suelo.

—Mira, lo siento—habló en voz baja y él levantó la cabeza mirándola.

—No es tu culpa que sea un imbécil y ya estoy acostumbrado—Jones le entregó las piezas y ambos se levantaron.

—Podría haber hecho algo.

—Si lo hubiera hecho, habría terminado para ti también. Está bien, de verdad—sonrió un poco y pasó su dedo por su labio cortado y luego su mano, sobándose el ojo que comenzaba a ponerse rojo.

—Deberías ir a la enfermería y ver que te chequen, puede que se te haya roto algo—el negó con la cabeza—¿Cuál es tu nombre?

—¿No sabes mi nombre?—Grace ladeó la cabeza hacia un lado—Soy nueva en la escuela, mi primer día. Entonces no, no sé tu nombre. ¿Y tu? ¿Sabes tu nombre?

—Peter—ella frunció los labios—Parker.

—Está bien... Está bien, está bien—Jones dio un paso atrás—Yo tengo clase y probablemente tú también, no llegues tarde—Sonrió alejándose pero se dio vuelta cuando escuchó a Peter gritar.

—¿Cuál es el tuyo?

—Grace, Grace Barnes.—la sonrisa permaneció—Hasta luego, Parker.

Es posible que Peter nunca lo sepa, ni dentro de un día ni de una semana. Pero hace que el día de Barnes sea completamente mejor.