Los tres omegas, junto a los dos alfas mayores, se encontraban en la sala de prácticas, iniciando el calentamiento para comenzar su práctica de baile. La música suave resonaba en el ambiente, pero a pesar del ritmo animado, había una palpable tensión en el aire. Los tres omegas deseaban saber qué estaba sucediendo y la razón por la cual iban a empezar sin Niki y HeeSeung. Sin embargo, no habían recibido respuestas claras por parte de Jay o SungHoon, lo que aumentaba su preocupación. El omega menor se sentía estresado, y el día apenas comenzaba.

El inicio de la práctica había sido prometedor; sus movimientos eran fluidos y coordinados, pero con el paso de los minutos, todo se tornó torpe y confuso. La falta de comunicación y la preocupación se reflejaron en sus pasos, lo que llevó a detenerse para tomar un descanso, a pesar de haber practicado solamente durante veinte minutos. JungWon se sentó en el suelo, con una botella de agua en las manos, mirando al suelo con frustración, intentando entender su falta de atención y concentración. Sin embargo, fue interrumpido por el manager, quien estaba visiblemente frustrado.

—No es mi intención interrumpir sus prácticas, pero es necesario hablar de algo importante —dijo el beta, cerrando la puerta detrás de él y observando a todos los presentes con una seriedad que hizo que el ambiente se tornara aún más tenso.

—HeeSeung y Niki no están aquí —murmuró JungWon en un tono bajo, frunciendo levemente el ceño mientras su mente intentaba procesar lo que eso podría significar.

—Necesito que me digan si últimamente han sentido en el dormitorio algún aroma extraño, fuera de lugar o que no coincidiera con el que todos tienen allí —habló rápidamente, ignorando lo dicho por el omega.

—Yo no —respondió Jake, negando con la cabeza y mirando a los demás en busca de apoyo.

—Nosotros no hemos sentido nada —añadió Sunghoon, señalándose y luego a Jay, quien mantenía una expresión sería.

—Yo tampoco —suspiró JungWon, bebiendo de su botella de agua.

—Yo sentí un aroma extraño, pero nunca supe de dónde provenía —expresó SuNoo, apretando levemente los labios, recordando la sensación extraña de los últimos días— Y sé que no era de Jay, SungHoon o Niki.

—Bien, claro —el beta miró al suelo unos segundos, como si estuviera pensando que decir— ¿Cuándo comenzaste a sentirlo?

—No lo sé con exactitud, hace unos días —SuNoo se encogió levemente de hombros— Pero pensé que era un problema mío, porque ninguno de los alfas lo había sentido.

—¿Por qué no nos dijiste? —preguntó Jay, mirando al omega con un ceño fruncido, su preocupación ahora enfocada sólo en SuNoo.

—Ustedes siempre se alarman cuando hay un aroma extraño; pensé que, como no lo sentían, no importaba o que era solo yo —respondió, mirando al alfa e intentando explicarse, sintiéndose un poco culpable.

—¿Hay algún problema? —preguntó JungWon al manager, levantándose de su lugar.

—Nada de lo que deban preocuparse. Recibimos una queja de otro grupo sobre un aroma extraño en el edificio y necesitaba preguntar si alguno lo había sentido también. Sigan con su práctica —explicó rápidamente, volteandose y saliendo de allí.

La sala de práctica quedó en silencio, y los omegas intercambiaron miradas, sintiendo que había más en el aire de lo que se decía. La pregunta de qué estaba pasando seguía flotando en sus mentes, y la sensación de que algo no estaba bien pesaba sobre ellos.
 
Luego de la interrupción, que dejó más preguntas que respuestas, no tuvieron más opción que continuar con su práctica. A pesar de su deseo de aclarar la situación, se dieron cuenta de que las respuestas no llegarían fácilmente —o que no llegarían—. Los ensayos resultaron agotadores y agobiantes; cada movimiento se sentía pesado, y cometieron muchos más errores de los que les gustaría admitir, provocando que la frustración comenzara a reflejarse.

La vuelta al departamento fue silenciosa, cada uno sumido en sus pensamientos, como si una nube de preocupación flotara sobre ellos pero sin poder compartirlo con los demás. Al llegar, todos sintieron que había algo fuera de lugar. Quizás era la tensión en el ambiente por lo que les habían dicho esa mañana, o tal vez un presentimiento inquietante del que ninguno se atrevía a hablar.

De repente, un ruido fuerte hizo que la mirada de todos se detuviera en la puerta de la habitación de HeeSeung. Jay se adelantó, casi dispuesto a pelear, seguido por los demás. Al abrir la puerta, todos pudieron ver a HeeSeung, con un gesto que combinaba sorpresa y confusión, mirando hacia ellos con los ojos muy abiertos. A su lado, Niki empujaba la puerta con su mano, como si intentara contener algo que no debiera salir de allí.

Los presentes, llenos de curiosidad y preocupación, voltearon a ver a JungWon en busca de alguna respuesta; después de todo, Niki solía contarle todo a él. Pero, esta vez, JungWon no tenía respuestas y estaba igual o más confundido que los demás.

Jake, sintiendo la presión de la situación, tomó la mano del omega menor ante la mirada insistente de los dos alfas que buscaban respuestas. Sostuvo la mano del menor hasta entrar en su habitación, para luego buscar la mirada del menor.

—Yo tampoco sé qué pasa —declaró JungWon, mirando a Jake mientras se sentaba en el borde de la cama.

—Lo sé, tu rostro está igual de sorprendido que el de nosotros —suspiró el mayor, apretando levemente los labios, intentando mantener la calma por todas las preguntas que quería hacer— Quizás Niki hable contigo esta noche y puedas decirnos qué está pasando.

—Espero que sí, porque no entiendo qué está sucediendo y por qué no nos dicen nada —respondió en voz baja, apretando sus manos con ansiedad, sintiendo cómo el nudo en su estómago crecía.

La habitación quedó en silencio, un silencio agotador para ambos. La puerta de la habitación fue abierta por SungHoon quien quería disculparse con JungWon por la repentina presión que habían puesto sobre él con tal de buscar respuestas. Pero antes de que pudiera hablar, la puerta de la habitación de HeeSeung volvió a ser empujada por Jay y, nuevamente, fue empujada por Niki para cerrarla.