❪ iii ❫⠀━━━━ jorge quiere poner su canción favorita
﹙⚠︎ᵎ ─────── CAPITULO 3.
┃jorge wants to play his favorite song
• • • • • ꗃ skinny fox. 🦊🧡
—¿De qué iba ese tipo? —pregunta Brenda, a mi espalda, mientras acaricia mis hombros.
Ambas seguimos en el mismo sofá de antes, pero ahora yo estoy ocupándolo sola y ella está de pie por detrás. Sus manos se sienten cálidas y algo toscas por nuestro continuo trabajo duro, pero resulta relajante.
De Jorge no hay rastro; se ha ido a hablar con los jóvenes atrapados. Una pérdida de tiempo, seguramente, porque de solo recordar la clara negativa del de ojos dulces, sabía que no iría a ninguna parte. No iba a soltar nada.
Yo conozco muy bien a las personas que deciden comerse la lengua.
—No lo sé, pero... Estaba claro que sólo intentaba tener un rollo conmigo, o algo —comento, en voz baja, todavía desconcertada por la forma que tuvo de hablar ese chico rubio conmigo—. Es decir, ¿lo escuchaste, no?
Brenda salta por encima del sofá algo desvaído y sonriéndome coqueta, me dice:
—¿Pero te gusta, no? Es tu tipo. —Y ambas permanecemos en un grave silencio, hasta que estallan las carcajadas por todos lados.
Estoy limpiándome la comisura de mis lágrimas, mientras respondo un «Tú estás loca»; luego ambas intentamos mantener la calma, relajarnos en ese sofá, pero hay algo en el aire que nos mantiene inquietas. La llegada de esos chicos de CRUEL sólo parece haber empeorado nuestro ambiente.
Incluso por debajo de nosotras, la gente parece estar hablando más que de costumbre.
—¿Vamos a estar bien, verdad, Bren? —No puedo evitar que la voz me salga algo rasposa, mientras dejo que ella cubra mis hombros con su brazo que me aprieta con fuerza.
—Anda, todo va a seguir siendo como de costumbre. Deja de pensar en tonterías y bajemos a buscar algo de comer, me muero de hambre, ¿sabes?
Sé que solo lo dice para mantener mi mente ocupada, pero ambas salimos de la cueva oficina de Jorge y en mi mente, solo se pasea aquel rostro angelical que claramente tenía otras intenciones conmigo.
Pero, no dejo de buscar una mentira en sus ojos claros, y algo me sigue diciendo que todo lo que decía era con sinceridad. Lo cual, bueno, no ayudaba con el agujero de mi estómago.
Un rato más tarde, ambas regresamos a la oficina de Jorge en una charla entretenida y con los estómagos llenos de papas fritas (aunque más bien eran unas bolsas medio vacías) y un refresco compartido.
—¿Te gusta ese chico de pecas, no? —Brenda me mira con ojos abiertos, expectante—. Oye, no me mires así. Sé cuando alguien te cae y créeme, se te caía la baba mirándole.
Ella me codea el torso, algo roja.
—No voy a negar que tiene lo suyo, ¿pero viste cómo lo miraba esa tipa de ojos azules? —Recuerdo a la única chica del grupo y asiento—. Esa era una zorra celosa.
Yo me río por lo bajo, mientras subimos las escaleras metálicas y alcanzamos la entrada de la oficina de nuestro protector. La conversación muere cuando vemos que el hombre parece apresurado y arranca algunos cables de su querida radio. Brenda me mira con desconcierto y adelantándose a mí, aparece al frente de Jorge.
Yo por detrás.
—¿Vas a alguna parte? —cuestiona mi hermana, de brazos cruzados.
Jorge nos mira a las dos, y sonríe con esa calidez que varias veces he visto en él.
—Nos vamos los tres de aquí, así que coged lo imprescindible para vosotras. De forma discreta. —La noticia me cae fría, inesperada.
Mis manos tiemblan apoyadas en mi caderas.
—¿De qué hablas? ¿Así de repente?
Brenda me secunda mientras seguimos con los ojos al hombre, que ahora se agacha a meterlo todo en una pequeña maleta.
—¿Y adónde vamos exactamente?
Yo pareceré un poco histérica, pero es que este estilo de vida ha sido el único que he conocido tras la muerte de mi madre. Alcanzo a Brenda, tomándola por uno de los hombros.
—No hay nada allá afuera, Jorge. Es una completa locura —digo, intentando que entre en razón, pero no parece escucharme.
—Chicas, por favor, esto va en serio. Esos chicos, los de Cruel, son nuestra garantía —mantiene una jovial sonrisa—, con ellos el Brazo Derecho no podrá rechazarnos.
Todo de pronto parece sacado de una mala película. Y claramente el final no parece tener buena pinta.
—Vamos, recoged, daos prisa.
Brenda y yo seguimos mirándonos sin poder creer lo que dice. Deshago la forma tensa de mis brazos, tratando de alcanzar al hombre que no deja de moverse por todos lados.
—¿Jorge, te estás oyendo? Esto suena a una de tus locuras.
—Pues no es una de ellas, querida Ophelia.
Brenda me secunda, apareciendo a mi lado y deteniendo al adulto que descansa sobre una repisa. Nos mira con esos ojos grandes, esperanzados, y la imagen me resulta destructiva.
Pero mi hermana parece esquiva, señala todo el complejo que nos rodea.
—¿Vas a dejarlo todo así, sin más? ¿Todo lo que has construido? —Jorge de pronto alza sus hombros, claramente enfadado.
—Aquí no hay futuro, chicas. —Nos señala a las dos—. ¿Qué pasará cuándo otra banda encuentre este sitio y yo pierda el control y ya no pueda protegeros? —Brenda es la que salta de inmediato, mientras yo aprieto mis manos, tratando de no perderme en malos recuerdos.
Escucho sus gritos, azorada, porque entiendo el punto de Jorge, pero no me atrevo a desafiarle como Brenda; quien, por supuesto, no tiene problema con eso.
—¡No necesitamos que nos protejas, Jorge! —Parece que también pierde los estribos.
Intento que todo se calme, pero aunque se los pido, mi voz se acalla en esa marea de sentimientos y fluctuaciones que llevan formándose mucho antes de que yo apareciera en su vida. Resulta doloroso, de pronto, ver que ellos tienen un lazo tan profundo y que jamás yo podré alcanzar.
—¿Y qué pasará si coges el Destello, Brenda? ¿O si lo coge Ophelia? ¿Qué se supone que haré yo, eh? —pregunta, entre que se coloca una chaqueta de cuero encima. Nunca lo había visto de esa manera—. ¿Encadenaros, ver vuestra transformación?
—Jorge, eso no... —Ahora me mira a mí, con demasiadas emociones desbordantes en sus ojos oscuros.
—¿Tendré que volaros la cabeza? ¿Eso es lo que esperáis de mí? —Sus palabras suenan crudas para mí, porque solo soy capaz de pensar en que a lo mejor eso es lo que se hizo mi madre.
Brenda atrae su atención con una sola frase: —Yo haría lo mismo por ti.
Sin embargo, antes de que nadie pueda añadir algo más, unas luces alumbran desde el exterior y yo corro hacia las ventanas, viendo a varios helicópteros sobrevolar cerca.
Luego una voz habla, que dice ser de "La Unidad de Experimentos Letales" y que anuncia que viene a por los chicos y que si no hacemos nada, considerarán dejarnos con vida.
—No van a dejarnos salir de aquí con vida. Ni de broma —anuncio y al compartir miradas con Brenda y Jorge, sé que ambos piensan lo mismo.
Se aproxima a nuestro encuentro y sosteniéndonos de los hombros, nos dice:
—Id en busca de los chicos.
—¿Y tú que vas a hacer? —Entonces el hombre nos detalla con esa sonrisa ladina, esa que indica problemas y sus palabras solo lo confirman.
Siento que me tiemblan todas las partes del cuerpo cuando lo escucho.
—Voy a ponerle mi canción favorita.
Brenda y yo al momento ponemos una expresión de horror.
—No fastidies —dice ella.
—¿Es en serio? —Intento saber, pero su cara lo dice todo.
Nos da un empujón con un rostro severo y comanda: —Recoged lo imprescindible ya y marchaos a por ellos, ¡vamos, chicas!
Eso nos pone en movimiento. Brenda y yo tardamos de hacer la menor pérdida de tiempo mientras cogemos nuestras mochilas de viaje y tratamos de meter todo lo que consideramos importante en ellas. Por supuesto, no me olvido de meter dentro de mi mochila el único peluche que me queda de recuerdo de mi madre, y que acaricio brevemente con la comisura de mis dedos.
Está bastante sucio y algo descosido, pero su forma y apariencia de peluche con aspecto de zorro sigue siendo visible. Sus ojos dorados me observan con dulzura y es lo único que meto dentro de la mochila, antes de correr detrás de Brenda, que se detiene a agarrar una pistola de un estante bajo.
La recarga y me observa, temblando débilmente.
—Vamos a por esos chicos, Ophelia.
—Toca, ¿no?
Y después, siendo brevemente detalladas por Jorge, ambas salimos disparadas hacia la zona en la que están atrapados. Mi corazón late a mil por hora, claramente incapaz de digerir que voy a volver a ver a ese chico molesto y de cabello dorado en cuestión de segundos.
🍂 ----- ELSYY AL HABLA (!)
muchas gracias por esperar esta historia y por darme todo su apoyo.
un nuevo capítulo que estaba deseando sacar desde hace bastante; lamento haberme tardado tanto pero espero que les haya gustado, omggg, sé que es algo corto, pero es para que la continuación no quede tanto en suspense.
los ama, su wondergirl. 🧡
🪸🦊
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