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❛ La máscara del
príncipe de hielo ❜

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LONDRES, PALACIO DE BUCKINGHAM
12 DE DICIEMBRE DE 1814
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Permítanme compartir mi emoción ante la próxima Mascarada del Solsticio de Invierno. Como una ávida aficionada del anonimato, está autora no se perdería este evento por nada del mundo. La emoción de ver la creatividad y el ingenio con el que todos se presentarán en esta noche mágica solo va en aumento a medida que la fecha se acerca. Aunque, permítanme ser sincera, espero que ninguna señorita tenga la osadía de disfrazarse nuevamente de Afrodita o de cualquier otra diosa mitológica de Grecia, como ya pudimos atestiguar el año anterior muchas tuvieron la misma idea, ¡seguramente podemos esperar mucho más de su imaginación!

Y las novedades solo se suman: he escuchado un rumor encantador de que el Duque y la Duquesa de Hastings han confirmado su asistencia. Se dice que podrían presentarse como «un poeta y su musa» ¡Oh, qué romántico! Pero, lo que realmente tiene en vilo a toda nuestra sociedad, es la posibilidad de ver al Príncipe Friedrich de Prusia, sobrino de la reina, esa noche entre los invitados de la velada. Después de todo, ante lo ocurrió con Lady Peony, uno pensaría que nunca volvería a poner un pie nuevamente en ese lugar, pero ¿quién sabe? Lo único que es seguro, es que la noche promete estar llena de sorpresas que está autora está ansiosa por descubrir.

CRÓNICAS DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN
10 DE DICIEMBRE DE 1814

EL PRÍNCIPE FRIEDRICH Nikolai Ludwig de Prusia examinó sus dedos manchados de tinte y arrugó la frente con preocupación. Sin embargo, su ayuda de cámara, Reece, percibió rápidamente la mirada del príncipe y se apresuró a tranquilizarlo. ━━No se preocupe, su alteza. Nos encargaremos de que su piel quedé lo más limpia posible. Además, para su tranquilidad, durante el baile podrá usar unos guantes que combinarán perfectamente con su atuendo, garantizando que nadie notará algún detalle mínimo sobre el color en sus dedos.

━━Espero que no ━━Él levantó la vista para estudiar su reflejo en el alto espejo que había al final de su camerino. Era extraño ver su pelo normalmente dorado convertido en negro azabache. Sus ojos azul claro parecían muy intensos en contraste━━. ¿Estás seguro de que esto engañará a la gente?

━━Por supuesto que sí. Con la adición de su máscara, y si se anima a adoptar un acento foráneo, nadie sospechará que es usted el Príncipe Friedrich. Como ha dispuesto su excelencia, los criados ya están divulgando la noticia de su supuesta enfermedad, lo que reafirmará la imposibilidad de asistir a la celebración de la Mascarada del Solsticio de Invierno.

━━Para alivio de ciertas damas, no me cabe duda ━━Entrecerró los ojos y su reflejo le devolvió la mirada.

El año anterior había sido una verdadera debacle para él, y aún cargaba con el peso del desafortunado apodo que la sociedad le había endilgado. Le llamaban el Príncipe de Hielo, y no era difícil entender por qué. Se decía que su corazón estaba hecho de hielo, que carecía de empatía y que su comportamiento era frío como el propio elemento. Sin embargo, esto no se acercaba en lo absoluto a la complejidad de su personalidad ni a la verdadera profundidad de sus sentimientos.

━━Permítame sugerirle una táctica ingeniosa ━━sugirió Reece, como si leyera su mente━━. Reírse frecuentemente no solo es beneficioso para su bienestar mental, sino que también puede resultar útil para distraer a aquellos que puedan tener sospechas.

━━Tengo muy poco de qué reírme.

Durante los últimos catorce meses, la estadía en Londres había sido un verdadero desafío para Friedrich. Su madre insistía en que debía encontrar una esposa inglesa adecuada, pero paradójicamente ella misma no había sido considerada un buen prospecto para su estricto padre prusiano. A pesar de esta presión constante, Friedrich se encontraba bastante solo (aunque éso desde que tuvo edad suficiente para ser enviado a un internado) anhelando el consuelo y la compañía de su familia en el castillo de Klein. Lamentablemente, este sueño se vio truncado cuando su madre decidió abandonar Prusia y llevarse a su hermana con ella para mudarse de regreso a Inglaterra con su familia materna. La situación era aún más desalentadora ya que era evidente que su madre parecía estar viviendo su propia vida y deseaba que Friedrich siguiera sus pasos, al margen de su propia felicidad.

Desgraciadamente, el padre de Friedrich estaba de acuerdo, y así se decidió (sin que él participara en la decisión) que se casaría con una primogénita inglesa. Por desgracia, los deseos de su madre no eran un secreto para la nobleza de Londres. En cada reunión social tenía que enfrentarse a un sinfín de jóvenes candidatas y a sus parientes codiciosos de títulos. Cada novia potencial lo miraba con la esperanza de poder llamarse a si misma princesa, pero ninguna se molestaba en mirar más allá de eso. No obstante, hubo un momento en el que creyó haber encontrado a una dama idónea, pero al final, Lady Peony Talbot había demostrado ser tan superficial como el resto.

Friedrich involuntariamente dejó escapar un suspiro que no denotaba ningún rastro de desánimo. Por supuesto que no, como miembro de la realeza, era una obligación para él contener sus emociones en público. Pese a ello, Reece logró interpretar su gesto y le devolvió una sonrisa irónica.

━━Su alteza, no hay razón para inquietarse. Puede confiar en que abundarán las jóvenes ansiosas por compartir la pista de baile con usted.

━━Lo harían, incluso si no estuviera disfrazado. Todas las damas elegibles de Londres creen que serán las que derretirán el corazón del Príncipe de Hielo ━━El labio de Friedrich se curvó al decir las palabras. Demonios, ¿se libraría alguna vez de ese apodo?

━━No todas las damas ━━Reece tosió y se ocupó de cepillar el abrigo de Friedrich.

Era tan negro como su pelo recién teñido, y le ayudaría a pasar desapercibido mejor que su característico azul cobalto.

━━Es cierto ━━admitió él━━. A Lady Peony ciertamente no le gusto. Ni a su querida amiga, la señorita Eliana Bridgerton.

━━Entonces considero oportuno sugerirle que intente mostrarse particularmente amable con la señorita Bridgerton. Si bien ella nunca ha buscado su compañía, este comportamiento le dará mayor seguridad en su disfraz y evitará que sospeche de sus verdaderas intenciones.

━━Mientras no esté en estrecha compañía con Lady Peony, admito que encuentro esa idea refrescante ━━Y bastante irónica.

La señorita Bridgerton había estado, brevemente, bajo su consideración como posible prospecto a esposa, pero su evasiva personalidad, su afán de llamar la atención y su evidente complacencia por ser una mera florecilla en el sol de sus muchos admiradores, la descartaban automáticamente. En todo caso, ella era demasiado bonita. A pesar de su innegable encanto, él buscaba una mujer con convicciones sólidas y una fortaleza que sospechaba la señorita Bridgerton no poseía.

Reece le dirigió una mirada especulativa. ━━Si hay alguna señorita a la que esté planeando cortejar, esta sería su oportunidad de averiguar lo que ella realmente piensa de usted. Y sobre todo quién es cuando no se da aires para el príncipe.

━━Pienso que no. Una revelación al año es más que suficiente.

El año anterior, nuestro protagonista había divisado en Lady Peony la posibilidad de encontrar a su futura esposa. Con una reputación intachable y procedente de una familia noble, ella tenía un exelente pedigrí, y más importante aún, no se había puesto en ridículo a sí misma con los típicos manierismo femeninos para conquistar a un caballero. No había duda de que era una excelente candidata para él, como resultado: bajó la guardia. Así comenzó un cuidadoso cortejo por su parte, en el que creía haber ganado terreno poco a poco, hasta que llegó el fatídico día de la Mascarada del Solsticio de Invierno.

Al entrar en el salón de baile, se dio cuenta de que todos los ojos estaban puestos en él y la expectación era palpable. Bailó por primera vez con Lady Peony, quien se mostraba más mansa de lo habitual, pero pronto escuchó los rumores que le atribuían la intención de pedir su mano esa misma noche. Él suponía que fue en ese momento que se había ganado su apodo, pues una furia glacial se apoderó de él.

Sabiendo que su reputación estaba en juego, abandonó el baile sin hacer un espectáculo que pudiera agravar aún más la situación, llevándose consigo una pequeña parte de su dignidad, y decidió cortar toda relación con Lady Peony. Con una nota despectiva y fría, dejó en claro su absoluto desprecio y opinión hacia los que rumores malintencionados y las mujeres que lo consideraban tan fácil de manipular. Además, informó sin rodeos que su breve cortejo había llegado a su fin. El tono de la nota reflejaba una profunda decepción y una clara determinación de no tolerar la falta de respeto hacia su persona y su integridad.

El ambiente se vio impregnado de rumores y murmullos, los cuales fungieron como fuelle para que la crítica se agitara en torno al príncipe en cuestión. No obstante, un príncipe nunca cae en desgracia pues su prestigio y honor son impenetrables. Solamente unos cuantos allegados sabían que Friedrich no tenía en mente proponer matrimonio a Lady Peony en aquél momento, y mucho menos durante la Mascarada del Solsticio de Invierno. A pesar de ello, era consciente de que su imagen podía resistir mejor aquel golpe, en contraposición a la reputación de ella, quien sería vista como una calculadora mentirosa y ambiciosa actriz. Por ello, mantuvo una prudente distancia y evitó hacer comentarios al respecto.

━━¿Qué nombre adoptará? ━━preguntó Reece, sacando a Friedrich de sus desagradables recuerdos.

━━Tengo que elegir algo a lo que pueda responder ━━Él inclinó la barbilla hacia arriba para que su ayuda de cámara pudiera atar su sedoso paño blanco para el cuello.

━━¿Su segundo nombre, a lo mejor? ━━sugirió Reece.

━━En efecto ━━Friedrich pensó un momento━━. Seré el Conde Nikolai, un Lord menor de Rusia.

Sería capaz de manejar el acento; uno de sus compañeros en el internado había sido el hijo de un gran duque ruso.

━━Bueno, entonces, Lord Nikolai, creo que está listo para asistir a la Mascarada del Solsticio de Invierno... No se olvide de divertirse.

Reece extendió su abrigo hacia Friedrich, quien aceptó el gesto y se envolvió en él. Acto seguido, tomó su máscara de lobo situada en el tocador y cubrió su semblante con ella. La tarea de siempre interpretar el papel del Príncipe Friedrich de Prusia resultaba extenuante, lo cual explicaba por qué había accedido al ridículo plan de Reece: asistir a la Mascarada del Solsticio de Invierno bajo una nueva identidad. Pero no solo se trataba de escapar de su rutina habitual, sino también de probarse a sí mismo que podía enfrentarse nuevamente a la escena del crimen, por así decirlo, aunque fuese de incógnito. Con cierta esperanza, Friedrich se iba a adentrar en aquella noche de disfraces sin imaginar los desafíos que le aguardaban.

La imagen reflejada que le devolvía el espejo no se asemejaba en nada al distante y frío Príncipe de Hielo. En cambio, lo que se revelaba frente a sus ojos era un enigmático desconocido dispuesto a despojarse de la máscara aristocrática y ser libre, listo para embarcarse en una noche única en la que podría dejarse llevar sin tener que seguir las expectativas impuestas por su nobleza. Al menos por esta noche, por fin podría mostrar su verdadero yo.

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