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❛ Un sueño invernal ❜

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LONDRES, MAYFAIR
16 DE DICIEMBRE DE 1814
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En esta ocasión, he decidido adentrarme en el mundo de la familia Bridgerton durante la época invernal. ¿Qué mejor manera de llevarles alegría en estas fechas que desvelar algunas curiosidades sobre sus festividades?

Permítanme comenzar con una tradición particularmente encantadora: los villancicos. Este año, la quinta hija de los antiguos vizcondes Edmund y Violet Bridgerton ha organizado un grupo de amistades y familiares para cantar villancicos por las calles del vecindario. ¡Y no puedo evitar preguntarme si encontrarán un duque y una duquesa esperando en la puerta de alguna de esas casas!

COLUMNA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN

AUNQUE SOLÍA DISFRUTAR de la tradición anual de cantar villancicos con sus amigas, a Eliana le costaba estar a la altura de las circunstancias. El único que pareció darse cuenta de que algo andaba mal fue su hermano, Colin, pero ella lo disuadió diciendo que le dolía el estómago. Después de reunirse todos, habían cantado en Bridgerton House y, por petición especial, en casa de los Plumley, donde el joven Theo parecía haberse recuperado por completo del incidente. Ahora se dirigían a la casa adosada de Daphne, donde la tarde de villancicos terminaría con una pequeña fiesta.

━━¿Te has enterado? ━━dijo Lady Peony, con los ojos brillantes━━ ¡El Príncipe Friedrich se va de Londres! Oh, qué bendito alivio.

El corazón de Eliana se apretó. ━━¿Lo hará? ¿Estás segura?

━━Sí. La doncella de mi madre lo oyó de uno de los sirvientes de la casa de la madre del Príncipe Friedrich. Él mismo lo anunció anoche en la cena, al parecer. Supongo que piensa marcharse con una nota heroica, ya que algunas personas parecen creer que participó en el rescate de un niño que se ahogaba en Hyde Park el otro día.

━━He oído lo mismo ━━mencionó Eliana━━ ¿Crees que fue él?

Peony hizo un gesto con la mano. ━━No, fue un caballero de pelo negro. Pero he oído que también estabas allí. ¿Quién es ese tipo misterioso? Debes decírmelo.

━━Lo haré, más tarde ━━Eliana mantuvo su voz relajada para no levantar sospecha━━. ¿Cuándo partirá el Príncipe Friedrich, lo sabes?

La noticia la hizo sentir como si se hubiera tragado una piedra. Lo cual era una tontería, ya que fue ella la que le había dicho al Príncipe Friedrich que mantuviera las distancias. Pero ante la perspectiva de su inminente partida, se dio cuenta de que, después de todo, no quería que él desapareciera por completo de su vida. Se sentía atraída por él, éso no podía negarlo. Sin embargo, él no era merecedor de su afecto… O, ¿lo era? ¿Podría ella perdonarlo por lo que le había hecho a Peony?

Sí.

La comprensión fue como una campanilla que tintineo dentro de ella. Ella tenía que hacerlo. La respiración de Eliana se aflojó en su pecho y sus pensamientos se desplegaron como alas brillantes, listas para llevar sus sueños a la realidad. El capullo se había abierto y, de repente, ella quiso cantar y bailar en medio de aquella acera cubierta de nieve. Su hermana tenía razón; era mejor perdonar al hombre al que sospechaba que amaba que aferrar la amargura a su corazón y ver cómo se alejaba de ella para siempre.

━━Creo que el Príncipe de Hielo se irá en una semana ━━explicó Peony y luego profirió para sí misma en voz alta━━: Y yá no tendré que vivir con el hecho de que lo... Q-quiero d-decir... de que me trató tan terriblemente.

Sus palabras cayeron sobre Eliana como un balde de agua fría. Las piezas se empezaron a juntar en su cabeza para armar una imagen que se había negado a ver antes. No obstante, debería haberlo adivinado. Ella se detuvo en medio del camino y agarró fuertemente el brazo de Peony. Su amiga la miró con preocupación. ━━Eliana, ¿estás bien?

━━No ━━Eliana soltó una breve risa sin gracia. Toda su perspectiva se había torcido por un par de palabras, y no le gustó nada━━. Debo preguntarte algo, Peony. ¿Prometes responder con sinceridad?

━━Por supuesto ━━Peony puso una mano sobre la suya━━. Somos amigas íntimas. No hay secretos entre nosotras.

Eliana respiró lentamente e inquirió la sospecha con voz calmada pero rígida━━: ¿Dijo realmente el Príncipe Friedrich que iba a pedirte que te casaras con él la noche de la Mascarada del Solsticio de Invierno?

El rostro de Peony palideció y se soltó la mano.

━━¿Cómo puedes preguntarme algo así, después de todo lo que he soportado?

━━Sé que es algo que te incómoda y lo siento, pero debo obtener una respuesta. ¿El príncipe te prometió una propuesta?

Peony lanzó una mirada a sus demás compañeras que se habían detenido en un puesto de castañas. El aroma a nuez flotaba en el aire mezclándose con el olor a humo.

━━Deberíamos ponernos al día ━━evadió Peony━━. ¿No sabría deliciosa ahora una castaña asada?

━━Tienes que responderme primero ━━Eliana clavó sus botas en la nieve fangosa con firmeza.

Las pistas habían estado ahí desde el principio y, abruptamente, se sintió como una tonta por aceptar lo que ahora sospechaba que no eran más que mentiras. La verdad se cernía como una ola, a punto de estrellarse sobre ella.

━━¡Él iba a pedírmelo! ━━espetó Peony, con la voz tensa━━. Sé que lo iba a hacer.

Eliana cerró los ojos brevemente cuando la ola cayó, empapándola con la fría e inevitable comprensión de que todo lo que había creído sobre el Príncipe Friedrich era falso. No necesitaba perdonarlo; de hecho, él debería ser quien la perdonara a ella.

Ella lo había tratado muy injustamente y él no había dicho ni una palabra en su defensa, porque hacerlo habría dañado la reputación de Peony sin remedio. En lugar de eso, él había asumido la culpa soportando chismes mordaces y escuchando que se burlaban de él como el Príncipe de Hielo.

Eliana lo había considerado un hombre de dudoso honor cuando todo esté tiempo él había actuado con nada menos que los más altos valores. Él era un caballero de verdad, y ella lo había rechazado tan despectivamente. El conocimiento se retorció dentro de ella como un cuchillo clavado en su carne.

━━¿Así que mentiste? ━━preguntó ella━━. ¿Qué esperabas ganar con ello?

━━¡Una propuesta de matrimonio! ━━Manchas de color florecieron en las mejillas de Peony━━. Y no mentí, no precisamente... Solo puede que haya dicho que esperaba que el príncipe pidiera pronto mi mano, y que la Mascarada del Solsticio de Invierno no sería un lugar anticlimático para hacerlo.

━━¿Y a quién se lo mencionaste? ━━La paciencia de Eliana con Peony empezaba a agotarse.

━━Philippa Featherington ━━Peony lanzó una mirada a la joven en cuestión, que en ese momento estaba aceptando una castaña asada del vendedor.

━━¡Ella es una chismosa notoria! Oh, Peony, ¿cómo pudiste? Estuvo muy mal intentar forzar la mano del príncipe.

━━Él me hizo creer que estaba planeando proponerme matrimonio ━━La voz de Peony estaba llena de lágrimas no derramadas━━. No estuvo tan mal por mi parte. Él podría haber aprovechado ésa oportunidad en lugar de dejarme como el hazmerreír de todo Londres.

La ira barrió el cuerpo de Eliana.

━━¿Debía él haber aceptado encadenarse a una mujer que acababa de demostrar que no estaba por encima de utilizar tales artimañas como las mentiras y los cotilleos para salirse con la suya? ¡Deberías avergonzarte!

━━El príncipe se comportó de forma deshonrosa ━━replicó Peony.

━━No. Tú lo hiciste ━━Eliana se cruzó de brazos mientras la verdad la sacudía internamente━━ ¡Él podría haber expuesto tus mentiras y arruinar tus perspectivas matrimoniales para siempre! En vez de éso, asumió la culpa por desecharte, mientras se negaba a ceder a tus manipulaciones.

Peony dejó caer su mirada hacia la nieve sucia que cubría la calle.

━━Pensé que funcionaría ━━confesó ella en voz baja━━. Mi madre fue quién me animó a difundir el rumor para poder llamarme princesa más pronto que tarde.

Su pobre y sumisa amiga. La miseria y arrepentimiento en la expresión de Peony era inconfundible, y Eliana sintió que una simpatía involuntaria se filtraba a través de su creciente irritación. Ella sabía perfectamente que la madre de Peony era una verdadera arpía, y Peony, con su dócil carácter, nunca había sido capaz de enfrentarse a ella, incluso cuando claramente debía hacerlo.

Eliana desplegó los brazos y sostuvo entre sus palmas la mano de Peony. ━━Lo entiendo. Entiendo por qué te has comportado así, aunque no puedo aprobarlo... Pero debes dejar de jugar a la pobre víctima. Lo entiendes, ¿verdad?

━━Lo entiendo. Quise hacerlo y confesar hace meses, pero...

━━Te produce demasiado miedo ━━Eliana dejó escapar un suspiro. Estaba profundamente decepcionada de su amiga. Y consigo misma, por creer lo peor del Príncipe Friedrich cuando la verdad había estado frente a ella todo el tiempo.

Tampoco le servía de consuelo que los cotillas no se hubieran molestado en ver más allá de las mentiras de Peony. Les encantaba un buen escándalo y el Príncipe de Hielo había sido un un blanco excelente para fijarse en él. Era una maravilla que él no hubiera abandonado Londres hacía meses.

━━Nos están llamando ━━dijo Peony, mirando hacia la calle donde esperaban sus compañeras━━. Por favor, no digas nada de esto.

━━No lo haré. Pero deberías considerar una buena autoreflexión cuando llegues a casa. Al menos podrías disculparte con el Príncipe Friedrich.

━━No puedo ━━Peony se pasó una mano enguantada por los ojos, enjugando sus incipientes lágrimas━━. Aunque intentaré dejar de hacerme la inocente mártir.

━━Bien ━━Eliana apretó la mano de su amiga━━. Vamos a reunirnos con las demás.

Deseaba con todas sus fuerzas poder renunciar a cantar en su última parada, pero era la casa de su hermana. A pesar de la agitación que la invadía, debía hacer acto de presencia.

━━Lo siento, Eliana ━━Peony le dio una sonrisa tensa━━. Me sentí muy mal por haberte mentido durante tanto tiempo. Y ahora me duele la cabeza, además de todo.

━━¿Deseas ir a casa ya? ━━preguntó Eliana.

Peony negó con la cabeza. ━━Todavía no. Necesitas mi voz para mantener a Philippa en sintonía. Aunque me imagino que dejaré la fiesta antes.

━━Por supuesto.

Mientras se reunían con sus amigas y continuaban por las resbaladizas calles de Mayfair, Eliana no podía dejar de pensar en el Príncipe Friedrich. ¡Él no podía irse de Inglaterra! Al menos, no antes de que ella le dijera que ahora sabía la verdad. Si él quería irse después de eso, no lo culparía, pero al menos él sabría que no todas las señoritas de Londres lo odiaban. Más bien lo contrario, por su parte, aunque ella no le confesaría la verdadera profundidad de sus sentimientos.

Él ya había sido lo suficientemente manipulado por las damas de Londres. No quería que se sintiera como si ella intentara atraparlo para que se quedara en Inglaterra. Le informaría de que, si alguna vez quería volver, sería bienvenido a visitarla. Eso sería suficiente. Y aunque su corazón le pedía mucho más, reprimió el impulso. No iba a desviar a Friedrich de su camino.

Estas reflexiones la mantuvieron ocupada hasta que se acercaron a la casa de su hermana y familia. Como contrapunto a la tarde nublada, las velas del árbol estaban encendidas. El árbol brillaba, mágico y acogedor, desde la ventana del salón delantero. Eliana y sus amigas se dispusieron en semicírculo ante la puerta. Mientras cantaban, ella sintió que su mente se elevaba con la música, pero desentonaba con las demás en espíritu. Definitivamente no podía permanecer nostálgica y melancólica mientras cantaba sobre el amor y la alegría. Pasara lo que pasara ahora con el Príncipe Friedrich, debía confiar en que sería para bien. Y así cantó, de todo corazón, con su voz de soprano elevándose por encima de las armonías en el fresco aire invernal.

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