( 010 ) ⁝ 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐎𝐔𝐆𝐇𝐓𝐒
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❛ Pensamientos de
un segundo ❜
〔 ... 〕
LONDRES, CASA BRIDGERTON
13 DE DICIEMBRE DE 1814
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Queridos lectores,
Hoy me tomo el atrevimiento de compartir con ustedes una historia que, aunque llena de desilusiones y complicaciones, no deja de ser cautivadora e intrigante. En los salones de la alta sociedad, donde las apariencias son primordiales y los corazones se ocultan tras máscaras de elegancia, encuentra lugar esta triste pero familiar circunstancia.
La protagonista de nuestra historia es una joven dama (de nombre que aún no puedo revelar) cuyo fulgor deslumbra a todos los que tienen el privilegio de cruzar su mirada. Rodeada de pretendientes, ella se sumerge en una danza encantadora llena de promesas y esperanzas. Sin embargo, en su corazón persiste la melancolía y una pizca de decepción.
Puede que estén preguntándose cómo alguien puede sentirse decepcionado en medio de tanta atención y admiración. Ah, queridos lectores, eso es precisamente lo que ocurre cuando nuestras decisiones no son guiadas por el dictado del corazón, sino más bien por la sombra perenne del miedo.
Y es así como entra en escena el poder de aquello predestinado, ese hilo invisible que teje susurros en el viento y marca el camino hacia el encuentro o la separación. En el baile de la vida, muchas veces nos enfrentamos a elecciones difíciles que ponen a prueba nuestra determinación y coraje. Es en esos momentos cuando debemos recordar que el poder del destino está siempre presente, obrando en silencio pero dejando huellas indelebles en nuestros corazones.
Amados lectores, les insto a reflexionar sobre estas palabras y a considerar cómo nuestras propias elecciones y temores pueden influir en nuestras vidas. No dejemos que el temor nos domine ni permitamos que la desilusión arruine nuestras posibilidades de encontrar la felicidad verdadera. Dejémonos guiar por el dictado del corazón y confiemos en que el destino sabrá conducirnos hacia nuestro destino final.
Con cariño,
Una observadora atenta.
CRÓNICAS DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN
16 DE DICIEMBRE DE 1814
FRIEDRICH ERA PERFECTAMENTE consciente de la presencia de Eliana a su lado en el banquillo del trineo. Sin embargo, ella permanecía rígida, y él, tontamente, anhelaba poder estrecharla entre sus brazos. Aunque había tenido la esperanza de que se acercara a él después del rescate, esa ilusión se desvaneció rápidamente cuando le reprendió a su hermana por sugerir que Friedrich tuviera intenciones de cortejarla. Los ojos azules de Eliana se volvieron fríos e indiferentes cuando él la escoltó de regreso al trineo.
━━Bueno ━━dijo Hetty mientras se detenían frente al imponente hogar de los Bridgerton. Su voz transmitía un tono forzado de alegría━━. Aquí estamos. ¡Qué tarde tan aventurera!
━━Al menos todo ha terminado bien ━━musitó Eliana en voz baja, como si quisiera apagar cualquier rastro de emoción en sus palabras.
Friedrich discrepó para sus adentros y descendió del trineo con un salto para seguidamente, darse rápidamente la vuelta y ayudar a las damas. Aunque habían logrado rescatar al niño, temía que su apuesta por el afecto de Eliana había fracasado... Resultaba extraño pensar que tan solo hacía unos días la veía como una joven huidiza y superficial. Sin embargo, ahora veía en ella una fuerza y valentía impresionantes, acompañadas quizás por una sombra de soledad en sus ojos que de alguna manera resonaba con los suyos. Y luego estaba el asunto de aquel beso que había dejado a Friedrich perplejo y confundido.
Era una pena que ese encuentro no hubiera afectado a Eliana de la misma manera.
Hetty le dirigió una sonrisa llena de pesar mientras le ofrecía su mano para bajar del trineo. Con un leve inclinación de cabeza en su dirección, Hetty se dirigió sola hacia el enrejado de la entrada, dejando a Friedrich y Eliana a solas, brindándoles un breve momento de intimidad. ━━¿Señorita Eliana? ━━Le tendió la mano.
Ella permaneció inmóvil unos segundos con el sol proyectando su cálida luz sobre los mechones rubios de su cabello y mejillas coloradas debido al frío. Grabó esa vista en su memoria con regocijo porque probablemente era la última vez que estaría tan cerca de ella.
━━Príncipe Friedrich, confío en que será fiel a su palabra ━━pronunció despectivamente━━. Fui en trineo con usted y sucedió más de lo que esperaba, para ser sincera. Ahora debe cumplir su promesa de no volver acercarse a mí.
Él apretó la mandíbula, reprimiendo cualquier palabra de súplica u objeción. Ella ya había tomado su decisión y debía respetarla a pesar de su poca voluntad de hacerlo. Pedirle que lo reconsiderara sólo le haría parecer aún más estúpido.
━━A pesar de lo que piense de mí ━━verbalizó con la voz entrecortada━━, mantendré nuestro trato.
Ella depositó lentamente su mano encima de su palma y bajó del trineo cabizbaja. Por un instante, después de que sus pies encontraron la superficie y ella se vió obligada a enfrentarlo una última vez, permanecieron allí, con las manos juntas y los ojos fijos en el otro. El corazón de Eliana latía ferozmente mientras que las palabras que Friedrich no podía expresar ardían en su pecho. Y acto seguido, ella retrocedió un paso lejos de él con la barbilla en alto.
━━Me despido, ahora, su alteza.
━━Adiós, Mademoiselle Roja.
Sus labios se separaron en un jadeó silencioso, pero no exclamó palabra alguna, sólo se dió la vuelta y entró caminando a toda prisa en la casa sin mirar atrás. La puerta se cerró tras ella con un sólido golpe que retumbó en sus oídos. Friedrich se cruzó de brazos y miró a ciegas los arbustos escarchados junto a la puerta principal con la mirada perdida.
Hasta aquí habían llegado los disfraces, las aventuras y los besos. El día que había comenzado lleno de posibilidades había terminado de forma sombría y tajante. Pero no, se recordó a sí mismo, de forma diferente a todos los demás días del último año. No importaba que hubiera vislumbrado un remanso de luz, calidez y aceptación en los ojos de Eliana Bridgerton. Aquella era una mítica tierra de verano a la que él no pertenecía.
Después de todo, él era el Príncipe de Hielo.
Mientras tanto Eliana se quedó escondida detrás de las cortinas del vestíbulo, observando al Príncipe Friedrich durante todo el tiempo que permaneció inmóvil ante el trineo. La expresión en su apuesto rostro era melancólica, pero ella endureció su corazón. Este era el hombre que había abandonado cruelmente a Lady Peony la misma noche que le había prometido pedirle matrimonio. Y, para el colmo de los males, le había mentido y engañado. No merecía su simpatía, sino su desprecio.
Tenía todo el derecho al insistir en que no volviera a verla, por mucho que sus emociones traicioneras trataran de insistir en lo contrario. No obstante; contempló su imagen hasta que el caballo a su lado sacudió su brida al relinchar, sacando al príncipe de su ensimismamiento. El hombre levantó la cabeza con el aliento escapándose de sus labios como un penacho blanco en el aire, luego dio una palmadita en el hombro del equino y subió al vehículo deslizante. Subiendo el cuello de su gabán prestado para ocultar sus facciones, él tiró de las riendas y se puso en marcha. Ella trató de no hundirse en la miseria al verlo alejarse hasta perderse entre las calles adoquinadas cubiertas de nieve.
━━Oh, querida, ya estás aquí. ¿Cómo te...? ¿Qué ocurre? No tienes muy buena cara.
Eliana se apartó de la ventana para ver a su progenitora de pie en la puerta de la habitación contigua. Lady Bridgerton llevaba su pelo caoba hermosamente recogido en un peinado elegante y enfundada en un vestido para el té de brocado azul con un abrigo de pelaje blanco. Debía de llegar de alguna reunión para damas o visita semanal. Violet Bridgerton, incluso a su edad, conservaba una belleza señorial que deslumbraba a toda la sociedad.
━━He tenido una tarde agotadora ━━informó Eliana.
Su madre fue y se acomodó en el sofá frente a la ventana, acariciando el cojín a su lado. ━━Siéntate y cuéntale a tu madre. ¿Tiene que ver con el caballero que te ha visitado hoy?
Eliana se sentó junto a ella, tratando de decidir cuánto revelar. Lo mejor era empezar por el hecho más evidente del día. ━━Debo informarte de que un tal Lord y Lady Plumley vendrán a verme en algún momento para agradecerme que haya ayudado a rescatar a su hijo ━━anunció ella.
━━¡Cielos! ¿Qué ha pasado?
Eliana relató los acontecimientos de la tarde. Su madre jadeó cuando Eliana describió cómo se arrastró por el hielo exponiéndose a sí misma al peligro. ━━Fue extraordinariamente valiente por tu parte ━━exclamó Lady Bridgerton tomando la mano de Eliana y sujetándola con fuerza━━. Pero no deberías haberte arriesgado tanto.
━━Tuve que hacerlo. Era la persona más ligera de allí y tenía la mejor oportunidad de llegar al niño sin que se rompiera más el hielo.
━━Tu escolta caballero debería haberte alejado de semejante peligro... Conde Nikolai, se llama, ¿no es así?
━━Sí ━━mintió Eliana━━. Pero no volverá a venir.
━━¿No lo hará? ━━Su madre la miró con preocupación━━. Eso debe ser una lastima. Parece que tu corazón se preocupa por él.
━━En absoluto ━━La mirada de Eliana se dirigió a la ventana, a las huellas del trineo que desaparecían por la calle━━. El caballero en cuestión no vale la pena el dolor de un corazón, realmente... Ahora, subiré a descansar, Madre.
Lady Bridgerton le apretó la mano y luego la soltó. ━━Espero que confíes en lo que te dice el corazón en estos asuntos, hija mía. Sabes que sólo quiero tu felicidad.
━━Como yo.
Con una sonrisa apenas esbozada en sus labios, Eliana salió de la estancia con los pasos pesados, cargados de una profunda tristeza. A lo largo de los años, había conocido a muchos hombres que se habían acercado a ella, cada uno llevando consigo promesas vacías. Pero había algo en ella, un destello de esperanza persistente, que creía firmemente que en algún lugar del vasto mundo encontraría al hombre correcto.
No anhelaba un lobo disfrazado bajo el espejismo de un caballero encantador, ni tampoco deseaba encontrarse con un príncipe engañoso que ocultara su verdadera naturaleza tras una máscara de compresión. No, lo que deseaba era hallar a un hombre de honor e integridad, aquel que fuera capaz de ver más allá de las apariencias y conectara con su alma. Quería encontrar a alguien a quien pudiera entregarle todo su corazón y confianza sin temor a ser lastimada.
Si es que tal hombre existía.
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ღ 𝒥enny Lu ღ
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