─Oye, niña, ¿estás bien?

Chikane se da vuelta para averiguar quién le hablaba.

─¿Q-quién eres?

─Yo soy Miwa Saito, de la ciudad de Saitama─ dice la chica peli-púrpura─. También fui secuestrada por ellos hace dos semanas.

─Nosotras también─ habla la chica de cabello verde agua─. Soy Chieko Hakata, de Tokio.

─Y yo soy Eien Hagakure, de Okayama─ dice la castaña.

Miwa tiene dieciocho como Chikane, mientras que Chieko tiene veintiuno, y Eien con veinte años recién cumplidos.

─Mucho gusto, soy Chikane Shinkai, de la ciudad de Nankatsu.

─Eso queda muy lejos de aquí.

─Hablando de eso, ¿dónde estamos? Me refiero en qué ciudad, porque ese tal Soda condujo mucho rato.

─Estamos en Sendai─ responde Miwa.

Chikane queda anonadada.

─¡¿SENDAI?!

─Shh, no hagas mucho ruido, o los violadores podrían estar escuchando─ susurra Eien.

─Lo siento. Pero no puedo creer que esté tan lejos. Eso quiere decir que estoy a más de quinientos kilómetros de mi casa...

─No hay forma de escapar, y si lo intentas, ellos te matarán. Ya lo hicieron con varias chicas─ espeta Miwa─. También las han matado por ser tan gritonas y por desobedecer a lo que ellos decían.

─Eso es horrible. Todavía no puedo creer que secuestren chicas y las violen para luego llevarlas a otras ciudades y que las sigan violando allá...

─Por eso son uno de los cárteles más temidos de Japón─ habla Chieko.

─Están dispersos en todo el país, no es que vayan a una prefectura y después a otra─ añade Eien.

─Mierda, pensé muy mal─ dice Chikane para sus adentros.

─En fin, sufrimos abusos sexuales todos los días, y a veces viene el hijo del señor Wakabayashi, Genzo...

─¿Genzo?

─Es un chico de ojos verdes que se encarga de escoger a las chicas que se irán a otras ciudades. Hyuga, Soda y Wakashimazu, lo único que hacen es "divertirse", como dicen ellos─ aclara Miwa.

─¡Son unos monstruos!

─Sí. Aunque... Según Genzo, ninguna de nosotras tres es tan buena como para ir a su habitación y tener relaciones allá─ añade Eien.

─¿Cómo que tan buena?

─Pues verás, ellos secuestran chicas vírgenes y juegan con ellas, las que son "basura", las matan, las que son "buenas", las dejan con vida y juegan con ellas un rato para luego trasladarlas a otras ciudades, y las que son "excelentes" se quedan más tiempo aquí para gozarlas al máximo y después las llevan a otras ciudades para seguir prostituyéndolas. También reciben chicas de otros lados. Me da mucho asco hablar de todo esto─ le cuenta Chieko.

─¿Ustedes dicen que son buenas?

─Pues por lo visto sí, pero no nos consideran perfectas. El que toma esas decisiones es Genzo.

─¿Nunca les dijo nada?

─No. Ahí supimos que nos van a seguir violando por pura diversión─ Miwa baja la mirada.

Chikane camina hacia la única ventana que hay en la habitación, y ve la luna menguante y las estrellas.

─Bueno... Pues no nos van a tener atrapadas aquí por siempre. Tenemos que pensar en una forma de salir de aquí─ se da la vuelta para mirar a las tres.

─Ya te dijimos que es imposible─ le dice Miwa.

─¿Por qué?

─Porque por más que todos estén dormidos, el señor Wakabayashi siempre está despierto de noche, y si nos ve salir por el portón de la mansión... 

─Nos mata─ termina Eien.

─¿No hay otra salida?

─Sí, pero todas tienen cámaras. Él lo que hace de noche es monitorear si sus secuaces llegan, o si alguna de sus presas se escapa─ explica Chieko.

─Maldita sea. ¡No podemos quedarnos aquí sin hacer nada...!

En ese momento, la puerta se abre, dejando ver al joven Genzo Wakabayashi.

─Ge-genzo...

─Tú─ señala a la rubia─. Vienes conmigo en este momento.

─¡¿Chikane?!

─¡Ustedes se callan!─ las apunta con un revólver que trae detrás de su espalda─. Ya me oíste, rubia, vienes conmigo, ¡YA!

─¡No me llamo Rubia! ¡Soy Chikane!

─¡Me gritas y te vuelo la cabeza de un tiro!─ la agarra de la muñeca y se la lleva de ahí.

─¡Suéltame!

─¡Pórtate bien, puta!─ la mira de reojo con sus iris esmeralda. Siguen caminando hasta llegar a una enorme puerta. Genzo la abre y Chikane ve una habitación con una cama bastante decente─. Tienes suerte de poder dormir en una habitación con cama, en lugar de ese piso duro y frío.

─¿Dormir?

─No creas que no sé lo que estás planeando, quieres ayudar a esas chicas a escapar. Por eso te vas a quedar sola en este lugar. Eres de las chicas más buenas que tenemos, te vamos a tener aquí, donde nadie pueda ayudarte.

─Mira, te agradezco la cama, ¡pero a esas chicas las dejas en paz! ¡No voy a permitir que sigan causándole dolor y desesperación a esas pobres chicas!

─¿Crees que puedes mandarme? Ja, no sabes con quién te metes, niñita. Soy Genzo Wakabayashi, tengo dinero pero por sobre todo, poder. Si haces algo estúpido, no sólo te cogeré tan duro que me pedirás misericordia, sino que te mataré. No nos hagas matar a una chica tan buena como tú.

─¡Déjame ir a casa!

─¡TE CALLAS!─ le da una bofetada que la derriba en el piso, y sale de la habitación, cerrando la puerta.

─¡NO!

─¡Buenas noches!─ dice sarcásticamente y cierra con llave─¡Y no grites de noche, que queremos dormir!

Chikane oye sus pasos alejándose. 

Esta situación no está nada bien. No tiene su celular para escribirle a sus padres y que la vengan a rescatar, no puede pedir ayuda cerca porque tiene que salir de ese lugar tan vigilado, y no hay nadie alrededor, y lo peor de todo, corre riesgos de ser violada por esos desgraciados.

Se arrepiente totalmente de haberse ido sola de la casa de Yukari. Pudo haber evitado ese destino cruel. Tuvo que ser tan confiada e ignorante...