𝟣𝟦. 𝖼𝖾𝗅𝗈𝗌 𝖾𝗇 𝖾𝗅 𝖺𝗂𝗋𝖾
🌿✨ 𓄴 SEMPITERNO presents to you
▬ ▬▬ Chapter fourteen
❝ jealousy in the air❞
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
Lamentablemente para Victoire, no volvió a ver a Percy y a Tyson hasta la hora de la cena. Las inspecciones se prolongaron más de la cuenta por culpa de los hijos de Hermes, quienes habían escondido todo su desastre debajo de sus camas y Silena, como siempre, se dio cuenta de ese detalle.
No abandonaron la cabaña once hasta que está estuvo lo bastante decente para Silena.
Tras terminar con esa tarea, Victoire pensó en ir a buscar a los hijos de Poseídon, más otra promesa que había hecho ese día regresó a su mente y rápidamente se marchó a la enfermería para cuidar de Chris Rodríguez lo que restaba de la dia.
Por la tarde tampoco pudo reunirse con ellos debido a que le había prometido a Katie Gardner unas clases de defensa cuerpo a cuerpo, la chica había apostado con Connor Stoll a qué lograría vencerlo en un combate a finales del mes, y Tori muy amablemente había aceptado ayudarla.
Cuando finalmente la hora de la cena llegó, Victoire abandonó el campo de entrenamiento con Katie y se dirigieron a sus respectivas cabañas, donde todos los campistas se alineaban con sus hermanos y desfilaban hacia el pabellón.
Victoire, como siempre, llegó sola y comió únicamente con su compañia en la mesa de Zeus. Al terminar su cena, se levantó para ir a su cabaña y buscar su armadura para el patrullaje de esa noche cuando alguien la detuvo
—Hey, Vi
Victoire se giró a ver al chico con una sonrisa amigable. Percy acortó la distancia que los separaba mientras metía las manos en sus bolsillos delanteros con una tímida sonrisa en labios. Llegó junto a ella.
—Casi no te he visto en todo el día —dijo él con una ligera mueca.
Victoire apretó los labios y miró al pelinegro con algo de culpa.
—Lo lamento tuve compromisos todo el día, no sabía que estarías hoy aquí, de supone que era hasta mañana, así que ya tenía planes...
Percy se encogió de hombros, restandole importancia.
—¿Tienes algo que hacer ahora? Podríamos ir al muelle un rato antes de que empiece el toque de queda—propuso él.
Victoire dibujo una mueca y negó.
—Ahora no puedo, tengo que patrullar los límites de la barrera con Lee y...
—¿Con Lee Fletcher? —inquirió él con un tono de voz que hizo que Victoire arqueará una ceja en su dirección, extrañada. Percy tragó saliva al percatarse de como había hablado y rápidamente añadió—. No sabía que eran amigos.
La castaña cabeceo con una sonrisa.
—No como con Will, Beck o contigo, pero nos llevamos bien, en general me llevo muy bien con los chicos de Apolo —respondió ella. Una punzada cruzó a Percy—. Hemos entrenado estos meses juntos con el arco, incluso me ha ayudado con mi entrenamiento aéreo. Y eso me recuerda que me debes una carrera.
Al oir su entusiasmo, Percy sonrió mostrando los dientes, más por dentro no podía dejar de sentir una opresión en el estómago. Por alguna razón desconocida para él, no el gustaba la idea de que Victoire se llevará bien con Lee Fletcher.
Había oído a varias hijas de Afrodita decir que el chico era guapísimo pero muy amable, cosa que Percy no entendía ¿cuál era el problema con eso?, Sin embargo también las escuchó decir que valía la pena salir con él, sobretodo si les regalaba una de sus hermosas sonrisas o un beso en la mejilla.
Percy no pudo evitar rodar los ojos con diversión al escucharlas decir eso, más ahora que Victoire lo mencionó, quería poner los ojos en blanco y apretar los dientes por... ¿Molestia?
—No lo he olvidado. ¿Te parece mañana temprano?
—Dalo por hecho, Aquaman —dio media vuelta y se disponía a irse cuando recordó—, por cierto Percy... ¿Sucedió algo en la orientación académica?
Percy asintió con una muecay le contó rápidamente sobre unas porristas que resultaron ser empusas e intentaron matarlo. Victoire abrió los ojos de sorpresa al escuchar que Rachel Elizabeth Dare había estado presente y lo había, de cierta forma, ayudado. Más al final el gimnasio de la escuela termino incendiandose y Percy termino siendo visto por Paul y varios alumnos al intentar matar a Kelli, una de las empusas. Y dijo intentar, porque no termino matándola él, su espada ni siquiera llegó a tocarla cuando está explotó en llamas.
—Algunos monstruos hacen eso —dijo ella recordando lo que su maestro le había contado hace tiempo.
—Eso mismo me dijo Quirón.
—Es una suerte que hayas salido a salvo —dijo ella tras un par de segundos en silencio. Percy sonrió levemente—, y no te preocupes por Paul, seguro Sally habla con él.
Percy asintió y deseo de corazón que su madre pidiera arreglar las cosas con él.
—Solo hay algo malo en todo esto —Percy volteo a verla con curiosidad. Victoire hizo un puchero—. No me trajiste galletas de chocolate.
Esta vez Percy no aguanto una carcajada que terminó contagiando a Victoire también.
▃▃▃▃▃▃▃▃ 🌿🔱 ▃▃▃▃▃▃▃▃
Victoire se dirigió apresuradamente al punto de encuentro con los hijos de Apolo y Ares ya con su armadura puesta, sin embargo al llegar solo se encontró con Lee esperando por ella.
—Lamento la tardanza —se disculpó Tori con una mueca apenada.
El rubio sonrió al verla.
—Por un momento creí que se te había olvidado.
Victoire negó con la cabeza varias veces.
—No, me quedé hablando con Percy después de la cena y no me di cuenta de la hora.
Y es que al final Victoire y Percy si se habían quedado hablando de cosas triviales fuera de la cabaña de está. La paz que le trasmitía el hijo de Poseidon hizo que ella olvidará casi por completo que debía presentarse en los límites de la barrera mágica para el patrullaje de esa noche.
Y al percatarse de que eran los únicos que seguían fuera de sus cabaña, Victoire se despidió alarmada y se apresuró a cambiarse con su armadura.
—Descuida, no has llegado tan tarde. Los demás están patrullando las zonas Este, Oeste y Sur, a nosotros nos tocó está, la Norte.
—Bien, será mejor comenzar.
Ambos sujetaron sus arcos y comenzaron a recorrer los límites del campamento. El bosque al otro lado de la barrera mágica estaba sumamente tranquilo y en silencio, por lo que cualquier mínimo ruido los alertaba, más no se trataba de ningún monstruo, sino de pequeños animales silvestres que rondaban por ahí.
Su turno terminaba a las tres y cuarto de la madrugada, donde otros campistas tomarían su lugar hasta la mañana siguiente. Solo faltaba media hora para que sus reemplazos llegarán, cuando el suelo temblo bajo ellos. Fueron apenas unos segundos, más éste movimiento se repitió nuevamente.
—¿Qué rayos? —masculló Lee y un rugido ensordecedor llegó a ellos desde los árboles al otro lado de la barrera.
Ambos sostuvieron firmemente sus armas en manos, más sus gestos se alarmaron cuando un dragón etíope surgió de entre los árboles y rugió furiosamente. Al verlos, lanzó un zarpazo en su dirección con la intención de lastimarlos, más éste no logró atravesar la barrera y el dragón rugió molesto cuando una descarga eléctrica lo golpeó.
Lee alzo su arco, listo para dispararle, cuando Victoire lo detuvo.
—No gastes flechas, no puede cruzar.
Y era cierto, el dragón comenzó a moverse de un lado a otro, más no se acercaba a ellos. No obstante, sus ojos terroríficos no se despegaban de ellos.
—¡Lee! ¡Tori!
Uno de los hermanos de Lee, Michael Yew, se acerco corriendo hacia ambos.
— ¿Están bien? Escuchamos un... —más al ver al dragón al otro lado de la barrera, abrió la boca impresionado y retrocedió un paso—, ¡Mierda! Es enorme.
—Descuida, no puede cruzar la barrera —le dijo Lee.
—Esa cosa despertó a medio campamento —les informó Michael—, Jordan y Kayla les están diciendo que vuelvan a sus cabañas.
—Mejor, no hay porque alterar a todos cuando está todo controlado —indicó Victoire y los tres voltearon a ver al dragón; este caminaba de un lado a otro, como un león observando a sus presas. No despegaba la mirada de los tres, más no volvió a hacer el intento de acercarse a ellos.
Al cabo de unos minutos, el dragón comenzó a extender su camino y alejarse de donde ellos estaban pero sin despegarse de la barrera. Por sus movimientos deducieron que el dragón estaba buscando puntos débiles en la barrera para entrar, por lo que Victoire, Lee y Michael comenzaron a seguirlo.
—No parece querer irse —comentó Michael veinte minutos después. Los tres continuaban siguiendo al enorme dragón que seguía buscando una forma de entrar al campamento.
—Creo que al final si tendremos que ahuyentarlo —dijo Victoire y ambos chicos estuvieron de acuerdo.
Entre los tres comenzaron a dispararle flechas que se incrustaban entre los huecos de su armadura, haciéndolo retroceder. Más éste no parecía querer dejar las colinas.
Cansada, Victoire regresó su arco a su forma de brazalete y activo su cinturón espada-latigo.
—¡Espera, no podemos cruzar...! —pero ella ignoró la advertencia de Lee y cruzó la barrera. Comenzó a darle latigazos al dragón, quien al ver que uno de ellos había cruzado y estaba ahora a su alcance, intento atacarla con un zarpazo, más unas flechas lo golpearon en el costado y pronto advirtió que los otros dos muchachos también lo habían hecho.
El dragón rugió, tenía casi una docena de flechas en el cuerpo y varios cortes provocados por los latigazos. Los chicos no parecían recios a dejarlo en paz, por lo que dio media vuelta y comenzó a alejarse del campamento.
Lee se acercó a la castaña con el ceño entre fruncido.
—No creo que se haya ido.
—Concuerdo contigo —dijo ella y comenzó avanzar directo al bosque.
Lee la detuvo del brazo.
—No podemos ir tras el —replicó él. Victoire frunció el ceño. Lee suspiró y suavizó su gesto—, está demasiado oscuro ahi dentro y Quirón nos prohibió cruzar la barrera, ya desobedecimos eso, Tori.
Victoire intercalo su mirada entre el bosque y el chico y suspiró profundamente. Lee tenía razón. Regresó su espada a su cintura y asintió hacia el rubio.
Ambos, junto con Michael, cruzaron la barrera de nuevo.
▃▃▃▃▃▃▃▃ 🔱🌿 ▃▃▃▃▃▃▃▃
La intensa mirada que le estaba dando Percy en esos momentos hizo que Victoire sintiera una corriente eléctrica subir desde la punta de sus dedos hasta el último cabello en su cabeza; Ella y Lee se encontraban en medio del pabellón a la hora del desayuno, uno al lado del otro, hombro con hombro, y estaban informando a los demás campistas sobre lo sucedido anoche con el dragón.
—No es seguro que se haya ido del todo, debe seguir ahí fuera rodando por el bosque—les advirtió Tori evitando girar el rostro hacia la mesa de Poseídon.
—Tiene clavadas veinte flechas en el pellejo y lo único que hemos conseguido es enfurecerlo. Es de un color verde intenso y mide nueve metros. Sus ojos... —Lee se estremeció.
—Buen trabajo, Lee y Tori—dijo Quirón, dándoles una palmada en el hombro. Ambos asintieron, agradecidos. Lee le guiño el ojo a Tori y cada uno se marchó a su mesa correspondiente—. Que todo el mundo permanezca alerta, pero sin perder la calma. Esto ya ha sucedido otras veces.
—Así es —intervino Quintus, el nuevo instructor en combate con espadas, desde la mesa principal—. Y volverá a ocurrir. Cada vez con más frecuencia.
Hubo un murmullo general. Todos habían oído los rumores: Luke y su ejército de monstruos planeaban invadir el campamento. Varios de los campistas, incluida victoire, creían que el ataque se produciría aquel verano, más nadie sabía cómo ni cuando.
Y el hecho de que el número de campistas fuera disminuyendo no ayudaba mucho a la moral. Actualmente había unos ochenta mestizos en el campamento, y según Victoire recordaba, antes de abandonar el lugar por cuatro años, había más de cien campistas.
Ahora, en cambio, algunos habían muerto, otros se habían unido a Luke y algunos simplemente habían desaparecido. Cosa que tampoco dejaba tranquilo a nadie.
—Un buen motivo para practicar nuevos ejercicios de guerra —prosiguió Quintus, con un brillo especial en los ojos—. Esta noche veremos qué tal lo hacen.
—Sí —convino Quirón—. Bueno... ya está bien de anuncios. Vamos a bendecir la mesa y a comer. —Alzó su copa—. ¡Por los dioses!
Todos levantaron sus copas y repitieron la bendición.
Victoire se levantó con su plato en mano y se acerco al brasero de bronce, donde arrojó una parte de su desayuno a las llamas en honor a su madre y Zeus.
Dio media vuelta, dispuesta regresar a su mesa para desayunar, cuando se topo con Percy detrás de ella.
—Hey —saludó ella con una pequeña sonrisa la cual se fue esfumando al ver el gesto fruncido del chico.
—¿Por qué no me avisaste? —Victoire arqueó una ceja sin entender de que estaba hablando—, del dragón —añadio él—, ¿Porque no me despertaste? Pude haberte ayudado.
Victoire lo miro con comprensión y le sonrió.
—No hubo necesidad Percy. Michael, Lee y yo lo tuvimos todo bajo control.
—Ya, parece ser que tú y los hijos de Apolo trabajan muy bien juntos —mascullo él.
Victoire se encogió de hombros sin entender porque parecía molestarle eso a Percy.
—En realidad, si. Hemos estado entrenando juntos estos meses.
—Si claro, solo es eso ¿No? —ironizó el.
—¿Qué quieres decir? —cuestionó ella ceñuda, más Percy bufo; de acuerdo, a veces podía parecer despistado. Y lo admitía, lo era.
Pero tampoco era ciego.
Victoire y Apolo eran muy unidos. Solo bastaba con ver la forma en que el dios le lanzaba miradas a la castaña unos meses atrás en el Olimpo. Sin contar aquella vez que cantaron juntos con una completa confianza y complicidad que Percy no había visto en ella.
Solo de recordarlo lo hacía sentir una opresión en el corazón.
—¿No será que te recuerdan a su padre? —reprochó él. Victoire lo miro con los ojos bien abiertos.
—¿Qué estás insinuando Perseus? —cuestionó ella ofendida.
Percy rodó los ojos.
—Olvidalo Victoire. Es lo mejor que sabes hacer ¿No? Digo, desde que regresé es lo único que has hecho, olvidarme.
—No te he olvidado, he estado ocupada —espetó ella. Percy soltó una risa nasal irónica—, no puedes echarme eso en cara cuando anoche llegué tarde a mi patrullaje por quedarme hablando contigo.
—Ah, ¿así que ahora es mi culpa que llegarás tarde?
—No dije eso —negó ella con el ceño fruncido. Percy río desdeñosamente—, ¿Cuál es tu problema? —espetó ella comenzando a enfadarse.
—Yo no tengo ningún problema —aseguró él.
—¿Entonces por qué estás molesto conmigo?
—Yo no estoy molesto contigo.
—Eh, chicos —intervino Tyson detrás de Percy—, todos los estan viendo.
Victoire apartó la mirada de los orbes verdes de Percy y se percató de que Tyson tenia razón. Varios campistas tenían la cabeza volteada hacia ellos y murmullaban por lo bajo.
Victoire gruñó, miró a Percy con una mirada que demostraba lo molesta y dolida que estaba con él, y se dirigió a su mesa con un nudo en el estómago.
¿Qué mierda le había picado a Percy? No podía ir a reclamarle por algo tan tonto como eso.
¿Y que si se llevaba bien con los hijos de Apolo? Lo único que habían hecho desde que regresó al campamento era ser amables y amistosos con ella.
Victoire se encontraba tan sumida en sus pensamientos que no se percató de la figura a su lado hasta que esté hablo.
—¿Estás bien?
La voz de Will junto a ella la sobresalto. Le lanzó una mirada alarmada al verlo sentado junto a ella.
—No puedes estar aquí —replicó ella volteando a ver la mesa de Quirón, más éste no estaba, únicamente estaba Quintus.
Will se encogió de hombros y señaló algo detrás de ella.
—No soy el único rompiendo las reglas.
Victoire giró la cabeza y vio la escena detrás de ella; en la mesa de Poseidon estaban sentados Grover y Annabeth, y esta última junto a Percy. Tyson no estaba. El trio parecía estar hablando de algo importante y Victoire tuvo un ligero presentimiento sobre que se trataba, pues la mirada verde de Percy paso de la mesa de Ares, hacia ella, atrapandola en el acto de que estaba observandolo.
Victoire desvío la mirada con una punzada en el pecho.
—Estoy bien —respondió ella picando con su tenedor un pedazo de fruta para luego llevarselo a la boca. Will, junto a ella, suspiró profundamente.
—No eres buena mintiendo Tori.
Victoire bufó.
—No entiendo cual es su maldito problema —masculló ella inclinando la cabeza hacia la mesa tres. Más la sonrisa y risa de Will no la ayudó mucho—, ¿Por qué te ries?
—Es que es muy obvio, Tori —aseguró él.
—¿Qué es muy obvio? —cuestionó ella. Will la miró con una ceja alzada, como si estuviera diciéndole en silencio "tu sabes la respuesta a eso". Victoire tardo un par de minutos en entender a lo que se refería su amigo y negó con la cabeza repetidas veces—, No. No es eso. No fue eso.
—¿Entonces que fue?
—Si lo supiera no estaría preguntándomelo.
Will negó pero sin borrar su sonrisa ladeada.
—Ambos sabemos que esa pequeña escena fueron celos.
Más Victoire estaba negada a creer eso.
—No. Percy no tendría porque sentir celos más que de Annabeth. Ella le gusta. No yo.
Will soltó un suspiro. Era imposible hablar con ella respecto a ese tema.
—De acuerdo, sigue diciendote eso pero te diré algo Tori, y lo hago solamente porque te quiero... Percy no es Keegan.
Tomó su plato y regresó a su mesa junto con sus hermanos bajo la atenta mirada decaida de Tori. Ella sabía muy bien porque Will le decía aquello; Tori estaba totalmente negada a volver a sentir algo más que una amistad por alguien. No quería volver a sufrir una pérdida como lo había sido con Keegan. Y aunque el misterio de su asesinato -por parte suya- seguía siendo una incógnita para ella, una parte de su subconsciente no estaba lista para saber la verdad.
Y su corazón no estaba listo para volver a querer a alguien de ese modo.
Tenia miedo.
Miedo de perder a alguien más.
Victoire giró el rostro hacia la mesa de Poseidon una última vez y vio que tanto Grover como Annabeth habían dejado a Percy solo. Éste, sintiendo una mirada sobre él, volteo a verla, más Victoire nuevamente desvío su cabeza y continúo desayunando. Ignorandolo.
Percy apretó el puño con cierta molestia en la boca del estómago, se levantó de un golpe y abandonó el pabellón bajo las curiosas miradas de su compañeros, pero sobretodo la de cierta hija de Afrodita que intercalo su mirada entre el chico que se alejaba por el camino del pabellón, hacia la castaña que comía un plato de frutas sin voltear siquiera a verlo.
Silena arqueo una ceja al ver como el aura rosada que rodeaba al par aumentaba de color, más éste solo duró un par de segundos y volvió a un rosa palo apenas visible. Suspiró profundamente, tarde que temprano ambos chicos se darían cuenta de la verdad.
Solo esperaba que Victoire no sufriera en el proceso.
▃▃▃▃▃▃▃ 🌿🔱 ▃▃▃▃▃▃▃
Como era de imaginarse, Victoire no se presentó a los establos como habían acordado la noche anterior. Seguramente seguía enfadada con él y Percy no podía culparla.
Incluso él no entendía porque había reaccionado de ese modo durante el desayuno. Solo sabía que al verla en medio del pabellón junto a Lee Fletcher, desenvolviendose como lo hacia con él en esos seis meses e informándole a todos como el par había trabajado en equipo junto a otro hijo de Apolo para ahuyentar a un dragón etíope, lo hizo sentir de una forma que Percy no lograba descifrar.
El sentimiento que crecio dentro de él había sido tan fuerte como huracán, que a nada estuvo de levantarse y apartar al hijo de Apolo de al lado de la castaña de un empujón. Más hizo uso de todo su razonamiento para evitar aquello y formar una escena que hubiera sido más -o tal vez menos- vergonzosa que la que formó después.
Cuando vio que Victoire se dirigía al brasero, en automático el imitó su acción. El plan original era pregúntale si estaba bien, pues un dragón etíope no era algo pequeño ni fácil de enfrentar, más en lugar de preguntarle eso terminó reprochandole el porque no le había avisado que había problemas.
Y como toque final a su estúpido impulso, terminó reprochandole sobre su amistad con los chicos de la cabaña siete.
Debió callarse ahi, lo sabía, pero Percy era tan impulsivo y cabezota que terminó diciéndole cosas que ni siquiera había pensando. Era como sí sus pensamientos hubieran tomando el control antes que su cerebro. Sin contar que, durante su conversación con Vic vislumbro a Lee Fletcher sobre su hombro. Éste miraba a ambos con mucha atención, más Percy termino descubriendo que no estaba observando a ambos, sino que únicamente veía a Victoire.
Y eso hizo que el huracán que sentía por dentro aumentará.
No terminó su desayuno, abandonó el pabellón con el fin de despejar su mente y su enfado. Y ahora que estaba más relajado se sentía culpable por como había tratado a la castaña.
Sin duda era un tonto.
—Creo que ahora sí metí la pata amigo—dijo Percy hacia Blackjack.
—¿Tú crees que metiste la pata, Jackson? ¿De verdad?
Percy pego un brinco y un pequeño gritó de susto surgió de su garganta al escuchar una voz femenina detrás de él.
—¡Mierda Goldberg! —exclamó al ver a la líder de la cabaña doce—. ¿Desde cuándo estás aquí?—preguntó agitado y mirando con cierto recelo a la morena.
Había creído que estaba solo, pues por ese motivo se había ocultado con Blackjack en los establos. Percy vio como la chica intentaba no reírse de él, pero falló olímpicamente.
—Vaya, no tenía idea que gritabas como niñita —se burló de él al tiempo que se acercaba a uno de los caballos y lo acariciaba con delicadeza—. Menos mal que Clarisse no te ha oído, porque si no...
—No gritó como niñita —repuso Percy con el rostro rojo de vergüenza, más evitó mirar a la rizada a la cara y centro su atención en la crin de Blackjack—, tu... ¿Que haces aquí?
La chica se giró apenas para mirarlo con una ceja en alto.
—Claro, y el señor D adora dirigir el Campamento. —Percy bufó al oir su ironía—. Y estoy aquí porque realmente me diste pena hace un rato —esta vez Percy volteo a verla extrañado—,¿Una escena de celos delante de todos, Jackson? Adivino: nunca tuviste novia, ¿no es asi
Percy se ruborizó hasta las orejas y Blackjack relincho junto a él.
"bueno, jefe, hay que admitir que la señorita tiene un buen punto..."
Percy rodó los ojos e intercalo su mirada entre ambos a la vez que decía:
—¡No la tiene! Quiero decir yo no.... Tori no me.... No fueron celos.
La chica lo observó con escepticismo, logrando que Percy se removiera incómodo; él y Daphne no se llevaban mal, pero tampoco eran exactamente buenos amigos. En años pasados había intercambiado palabras con la única hija de Dionisio, pero estás casi siempre terminaban mal cuando Annabeth salía a relucir.
Percy no entendía porque la chica odiaba tanto a su amiga, y viceversa, pero a pesar de que la chica podía llegar a tener razón sobre ciertos comportamientos de la rubia que resultaban irritantes, Percy nunca traicionaría a un amigo o amiga para hablar mal de él o ella a sus espaldas.
—¿Entonces qué demonios fue eso? ¿Un ataque psicótico?
Percy bufó con exasperacion y miró a la rizada fijamente.
—¡No sé que fue! ¿De acuerdo? No se porque dije lo que dije, solo sé que sentí como todo se removió dentro de mi.
—Ah, pequeño pececito, sigues dándome la razón. —dijo ella mirando a Percy con gracia—. A ver, solo imagínate las cosas que pudo haber hecho con Lee mientras tú no estabas... Y ya que no tienes experiencia, créeme... son muchas. Yo, en tu lugar, estaría a punto de golpear a alguien.
El simple pensamiento estremeció a Percy de pies a cabeza. No, él no tenia experiencia en ese sentido, pero tampoco era estúpido para no entender a que cosas se refería Daphne. De solo imaginarse a Tori y Lee besándose en el bosque mientras hacían sus rondas lo hacían sentir...
Lo hacían sentir con unas tremendas ganas de golpear algo, o más bien alguien.
—¿Acaso estás intentando ayudarme? Porque lamento decirte que tendrás que dedicarte a otra cosa para un futuro —espetó él intentando ignorar el creciente enojo que sentía al pensar en la castaña y al hijo de Apolo juntos.
—Tranquilo, nemo, que yo no soy la que posiblemente haya besado a Tori —dijo encogiendose de hombros antes de dar unos pasos despreocupados hacia la entrada del establo—. Mira, como consejo te diría que dejes de mentir, porque eres malisimo en eso. Ah, y ya que estamos, no vuelvas a gritarle de ese modo a Tori, porque la próxima juro colgarte de la planta más alta.
Percy miro ofendido a la rizada mientras está se marchaba. Soltó un gran suspiró intentando ordenar sus pensamientos. Aquella plática solo había logrado confundirlo aún más.
"Vaya jefe, usted si que necesita ordenar sus sentimientos"
Percy rodó los ojos.
—¿De que lado estas? —cuestionó el mirando al pegaso.
Blackjack relincho.
"No se enojé, ¿Por qué no mejor va a buscarla y habla con ella?"
Percy lo pensó un minuto y terminó cediendo al consejo del pegaso. Durante esos meses, cada que le hablaba a la castaña mediante la niebla, la chica siempre estaba en el campo de tiro, en el anfiteatro o en la casa grande. Por lo que Percy se apresuró a ir a los tres lugares para buscarla.
Más Victoire no estuvo en los primeros dos.
—¿Has visto a Vi? —le preguntó Percy a Charles Beckendorf cuando paso por la forja sabiendo que el moreno y la castaña eran amigos. Más éste se limpio el sudor de la frente y negó con la cabeza.
Percy se apresuró a ir a la casa grande. En el porche de esta no había nadie. Y en el interior solo encontró a Will y a Clarisse en la zona designada como enfermería.
—¿Está Tori aquí? —le preguntó a ambos al entrar.
—No la hemos visto —dijo Will, más Clarisse soltó una risa nasal y lo miro con gracia.
—¿Te sientes culpable gamberro?
Más Percy solo rodó los ojos y se marchó.
Ambos chicos esperaron un par de segundos para ver si volvía, más el pelinegro no lo hizo.
—Ya puedes salir —dijo Will en voz alta y Victoire se deslizó de debajo de la cama.
—Gracias — dijo ella caminando hacia una de las ventanas para azomarse al exterior. Alcanzó a vislumbrar el cabello negro de Percy alejándose. Soltó un suspiro y dio media vuelta para encontrarse con las miradas de Will y Clarisse sobre ella—. ¿Qué?
—Deberias hablar con él —aconsejó Will, más Clarisse lo miro incrédula.
—¿Qué? ¡No! Él fue el que formó una escena en medio del pabellón, que se esfuerce más en buscarla para disculparse.
—Ni siquiera saben si quería disculparse —dijo Victoire sentándose en una de las butacas del cuarto—, no le respondió a Clarisse.
Clarisse se rió con desdén.
—Ese gamberro no lo hubiera admitido frente a nadie que no seas tú —respondió Clarisse—, pero lo vi Tori, y aunque mis ganas de golpearlo sean más grandes que su cerebro, el chico tenía la culpa plasmada en todo su rostro.
—Clarisse tiene razón —concordó Will—, se veía culpable y desesperado por encontrarte.
Victoire suspiró.
—Como sea, no quiero hablar con él ahora.
Ninguno de los dos le insisto siquiera.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ 🔱🌿 ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
Victoire eludió a Percy todo el día y toda la tarde. No fue hasta la hora de la cena que se dejó ver en el pabellón, más ella lo esquivo en el brasero y tomo asiento en su mesa de espaldas a él.
Si, podía llegar a ser muy orgullosa, más Tori tenía otras razones para querer evitar al hijo de poseídon. Sin duda, la más importante para ella, era el remolino de sentimientos que sentía en su interior cada vez que estaba cerca de él.
Una vez la cena terminó, Quintus les indicó que se pusieran todos la armadura, como si fueran a jugar a capturar la bandera, aunque el estado de ánimo general era más bien sombrío.
Percy se acercó a Victoire, más está estaba más empeñada en ponerle atención a las correas de su armadura que en él.
—Dejame ayudarte —dijo él e intento tomar las correas pero Victoire retrocedió. Un escalofríos recorrió a Percy cuando la dura mirada de Victoire se poso en él.
—No, mejor dejaré que un hijo de Apolo me ayude —respondió irónicamente y se alejo de él con dirección a Clarisse y Silena. Percy resopló por lo bajo.
—Dejala por un rato sesos de algas —le dijo Annabeth llegando junto a él—, ya se le pasará.
—Meti la pata con ella.
—Siempre metes la pata.
—Muy bien —dijo Quintus en la mesa principal, al tiempo que se ponía en pie—. Pónganse alrededor.
Iba todo cubierto de bronce y cuero negro. A la luz de las antorchas, su pelo gris le confería un aspecto fantasmal. La Señorita O'Leary, el enorme perro del infierno que era su mascota, saltaba a su lado y daba buena cuenta de las sobras de la cena.
—Se repartirán en grupos de dos —anunció Quintus. En automático todos empezaron a hablar y escoger a sus amigos, cuando gritó—: ¡Grupos que ya han sido elegidos!
La mirada de Percy paso de Annabeth hasta Victoire.
—¡Uuuuuuh! —protestó todo el mundo.
—Su objetivo es sencillo: encontrar los laureles de oro sin perecer en el intento. La corona está envuelta en un paquete de seda, atado a la espalda de uno de los monstruos. Hay diez monstruos. Cada uno lleva un paquete de seda, pero sólo uno contiene los laureles. Deben encontrar la corona de oro antes que nadie. Y naturalmente... Habrán de matar al monstruo para conseguirla. Y salir vivos.
Todo el mundo empezó a murmurar con excitación.
En si, la tarea parecía bastante sencilla. Por favor, Victoire ya había matado muchos monstruos para ese punto de su vida. Por algo era entrenada.
—Ahora anunciaré quiénes serán sus compañeros —prosiguió Quintus—. No se aceptarán cambios, permutas ni quejas.
—¡Arrrífff! —La Señorita O'Leary había hundido todo el morro en un plato de pizza.
Quintus sacó un rollo de papiro y empezó a recitar nombres. A Silena le tocó con Beckendorf, cosa que pareció dejarla más que contenta. La castaña le lanzó una mirada pícara a la pelinegra, quien rodó los ojos con una sonrisa divertida en labios.
Los hermanos Stoll, Travis y Connor, iban juntos. Ninguna sorpresa; siempre lo hacían todo unidos.
A Clarisse le tocó con Daphne. Ambas eran bastantes hábiles en la lucha, por lo que serían un equipo difícil de enfrentar.
Quintus continuó leyendo la lista:
—Victoire Laurent.... —la castaña contuvo el aliento; una parte de ella deseaba formar equipo con Percy, más la otra deseaba evitarlo a toda costa—, con Lee Fletcher.
Victoria soltó un suspiro y volteo a ver al rubio que se posicionó junto a ella. Éste le sonrió y ella le devolvió el gesto.
—¿Lista para ganar los laureles?
—Naci lista —respondió ella y choco los puños con él. Clarisse bufó con desde detras de ellos.
—Lo que ganarán será una patada en el trasero por parte nuestra —ambos voltearon a ver a la rizada y a Clarisse.
—Esto me huele a competencia —dijo Lee a lo que Clarisse arqueo una ceja.
—Muy bien, quien consiga los Laureles de oro primero se salva de tener que limpiar los establos una semana.
—Aceptamos —aseguró Victoire al instante. Era inevitable para ella no aceptar un reto.
—Percy Jackson y Annabeth Chase —anunció Quintus llamando la atención de la castaña. Victoire miro de reojo a la pareja y vio como Annie se acercaba a Percy para arreglarle la armadura.
Victoire apartó la mirada ignorando las punzadas que sentía al ver el brillo en los ojos de Percy, más éste solo los tenía al ver a Annabeth.
▃▃▃▃▃▃▃ 🌿🔱 ▃▃▃▃▃▃▃
Aún había luz cuando Victoire y Lee se internaron en el bosque, pero con las sombras de los árboles casi parecía medianoche. Hacía frío a pesar de estar en verano y Victoire traía puestos unos shorts que solo lograron que el frío se colara por sus piernas.
Casi al instante ambos encontraron huellas y comenzaron a seguir su rastro. Estás eran del tamaño del puño de Lee y por la cantidad que había en la tierra, deducieron que se trataba de un monstruo con muchas patas.
Y no se equivocaron, cinco minutos después ambos mestizos se enfrentaron a un escorpión gigante, el cual vencieron trabajando en equipo; Victoire rodeo su aguijón con su látigo y tiro de él hacia el lado opuesto de su ataque, de modo que le dio tiempo a Lee de dispararle casi una docena de flechas que terminaron con su vida.
El escorpión gigante se desintegró y la bolsa de seda roja cayó al suelo, más ambos chicos bufaron al encontrar laureles normales en su interior.
—Andando, debemos ganar está apuesta —dijo Victoire amarrando la bolsa a su cadera y ambos volvieron a adentrarse entre los árboles buscando monstruos.
Casi se cumplía una hora desde que la partida comenzó y ambos chicos se encontraban al borde del cansancio; o bien Quintus había metido más de diez monstruos al bosque, o ambos tenían la peor de las suertes para encontrarse uno cada diez minutos. Más ninguno tenía los laureles dorados.
Victoire lanzó un tajo directo al pecho del último monstruo con el que combatian cuando una caracola sonó por todo el bosque. Victoire masculló por lo bajo.
Alguien había encontrado los laureles.
—Solo espero que no hayan sido Clarisse y Daphne—suplicó Lee.
Más al llegar punto de encuentro ambos resoplaron por lo bajo al ver a ambas chicas alzando en alto los laureles dorados.
—Maldición —mascullo Victoire.
—Me parece, Daphne, que no tendremos que limpiar estiércol de pegaso por una semana.
Ambas rieron.
—Por lo menos nosotros vencimos más monstruos que ustedes —alegó Lee y entre ambos alzaron las cinco bolsas de seda roja. Clarisse y Daphne solo tenían dos.
—Nosotros pudimos haber ganado pero un cíclope se me sentó arriba —dijo Grover mirando receloso a Tyson.
—Fue un accidente —repuso el cíclope y soltó un gran estornudo.
—Todos los equipo lo han hecho bien —hablo Quintus junto a Quirón. Más Victoire le echó un vistazo a las demás parejas y vio que apenas y algunos tenían un par de rasguños—, el entrenamiento de hoy a terminando, cada uno regrese a...
—¿Dónde están Annabeth y Percy? —preguntó Tyson.
Fue entonces que Victoire reparo en que ambos mestizos eran los únicos que faltaban.
—Apuesto a que se están besando en algún lugar —escuchó murmurar a un par de hijas de Afrodita. El corazón de Victoire se encogió. Silena miro con seriedad a sus hermanas.
Sin embargo, pasaron diez minutos y ninguno volvia.
Sus alarmas se activaron al instante y volteo a ver al bosque con la esperanza de que solo se hayan retrasado. Más en su interior algo le decía que no era así.
— Beckendorf, Anthony, necesitamos antorchas —indicó Quirón y ambos chicos hijos de Hefesto corrieron a la forja por unas—, Will, trae néctar o ambrosía, podrían estar heridos y por eso no han vuelto.
—Enseguida Quirón —y salió corriendo a la casa grande.
Quirón se giró hacia ellos:— los demás se dividirán en grupos para empezar a buscarlos. En cuanto alguno encuentre algún indicio de ellos, grite alto para que podamos acudir a dónde están. Todavía hay monstruos afuera, por lo que no se quiten sus armaduras. Tori, ni se te ocurra dar un paso más.
Victoire se detuvo en seco con el corazón agitado y volteo a ver Quirón. Se encontraba en la orilla del bosque.
—Sé que estás preocupada, pero no ganas nada yendo tu sola, está demasiado oscuro ya.
—Pero puedo...
—Volar tampoco te ayudará con eso.
Victoire bufó.
Para suerte, Charles y Anthony no tardaron mucho. Pronto repartieron a cada campista una antorcha. Cuando terminaron, Will llegó corriendo con un bolso cruzado en el pecho. Quirón, al ver qué estaba todo, asintió.
Victoire junto con Tyson, Grover, Clarisse, Daphne y otro puñado de campistas más se adentraron nuevamente al bosque.
—¡Percy! ¡Annabeth!
Los gritos de sus compañeros pronto se hicieron oir por entre los árboles. Más no recibían respuesta alguna por parte de ambos. Continuaron caminando, adentrandose más en el bosque cuando el primer monstruo atacó. Al ser una gran cantidad de mestizos juntos, el monstruo apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando esté se desintegró en polvo.
—¡Percy! —gritó Victoire llegando al arroyo—, ¡Annabeth!
Pero no obtenían respuesta. Victoire comenzaba a hiperventilar; si algo les había pasado....
No podría con culpa. La última vez que le dirigió la palabra a Percy había sido tajante y fría. Y con Annabeth ni siquiera le había deseado suerte como en otras ocasiones lo hacia.
Había dejado que su enfado tomará el control y ahora podría no volver a verlos. Una hora paso y no había rastro de ellos. Victoire estuvo a punto de echarse a llorar cuando alguien gritó.
—¡Ahí! ¡En el puño de Zeus!
Victoire no tardó nada en correr hacia allá con su habilidad, tanto así que terminó chocando con el pelinegro, quien la tomó de los hombros para evitar que cayera.
—¿Dónde diablos estaban? —espetó Victoire dándole un golpe en el pecho a Percy. Este la miró atónito—, los hemos estado buscando como locos.
—Más bien ella los ha estado buscando como loca —rectificó Clarisse—, pero enserio, hace una burrada de tiempo que los estamos buscando.
—Pero si sólo han sido unos minutos —replicó él. Victoire lo miro como si un tercer ojo le hubiera salido.
Quirón se acercó al trote, seguido de Tyson y Grover.
—¡Percy! —exclamó Tyson—. ¿Estás bien?
—Perfectamente —aseguró—. Nos hemos caído en un agujero.
Victoire se estremeció. Todos lo miraron con aire escéptico y luego se volvieron para observar a Annabeth.
—¡En serio! —insistió—. Nos perseguían tres escorpiones, así que echamos a correr y nos escondimos entre las rocas. Pero fue sólo un minuto...
—Han desaparecido durante casi hora y media—declaró Quirón—. El juego ha terminado.
—Sí —masculló Grover—. Habríamos ganado, pero un cíclope se me ha sentado encima.
—¡Ha sido un accidente! —protestó Tyson, y estornudó.
Percy escrutó a la castaña, más ella no llevaba los laureles de oro, sino Daphne y Clarisse, más estás no tenía ningún intención de alardear sino que miraban a Annabeth fijamente.
—¿Un agujero? —dijo Clarisse, suspicaz. Victoire volteo a ver a la rubia con preocupación.
Annabeth respiró hondo. Volteo a ver a Tori, Daphne, Clarisse y luego a los demás campistas.
—Quirón... tal vez tendríamos que hablar en la Casa Grande.
Victoire jadeo, Daphne abrió la boca sorprendida y Clarisse sofocó un grito.
—Lo has encontrado, ¿verdad?
Annabeth se mordió el labio.
—Yo... Sí. Bueno, los dos.
Todos los campistas empezaron a hacer preguntas, tan desconcertados como Percy, quién volteo a ver a Victoire con la esperanza de que está le dijera algo. Tal parece que su enfado se había esfumado con su desaparición, más la mirada atónita con la que veía Annabeth le daba a entender a Percy que sea lo que sea que encontraron, no era nada bueno.
Quirón alzó una mano para imponer silencio.
—Ni esta noche es el momento ni éste el lugar adecuado. —Observó las rocas, como si acabara de descubrir lo peligrosas que eran—. Regresen a las cabañas. Duerman un poco. Han jugado bien, pero ya ha pasado el toque de queda hace rato.
Se alzaron murmullos y quejas, pero todos se fueron retirando poco a poco, hablando entre ellos y lanzándome miradas suspicaces.
—Esto lo explica todo —dijo Clarisse, quien al igual que Victoire permaneció en su lugar—. Explica lo que Luke anda buscando.
—A ver, un momento —intervinó Percy—. ¿A qué te refieres? ¿Qué hemos encontrado?
Victoire se volvió hacia él con una sombra de inquietud en la mirada, muy similar como la de Annabeth, quien observaba las rocas detrás de ellos.
—Una entrada al laberinto, Percy —dijo Tori—, una posible vía de invasión en el corazón mismo del campamento.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
▊▋▊▌▊▍▎▊▊▋▊
𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐 ✔️
H
oy es sábado de S de Sempiterno y la verdad es que no estaba segura de actualizar porque el capítulo anterior no llego a los votos ni comentario que pedí (si hubiera llegado antes, hubieran tenido capitulo hace dias 🤷🏻♀️) pero bueno... Volveré a actualizar los sábados. Solo los sábados, así que tendrán que esperar una semana para un capitulo nuevo ya que si les pido votos no llegan, y eso que los capítulos del primer acto superan los 70 votos cada uno so... I don't get it
En fin, ¿Qué tal esa escenita de celos que monto Percy? 👀 Jajaja la verdad es que amo la amistad de Tori y Lee, lástima que sabemos cómo termina 🙃 jaja lo que no saben es como será Muajajaja
Pd. Estuve editando el primer acto y agregué cositas que se me olvidó aclarar o poner. Cómo ya terminé de escribir Sempiterno y tengo todo claro, ahora puede darles una mejor edición. Si gustan releer los capítulos, genial, sino pues no hay problema hahaha
Bien, estaré leyendo sus comentarios
BARBS JACKSON
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro