𝖤𝗉𝗂́𝗅𝗈𝗀𝗈
🌿✨ 𓄴 SEMPITERNO presents to you
▬ ▬▬ epilogue
❝Just when things were going well... has to disappear❞
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—No lo entiendo, ¿Cómo es que el Olimpo está cerrado? —soltó Daphne la pregunta que todo los presentes en aquella sala se estaba haciendo—. No puede estar cerrado, ¿Acaso eso es posible?.
—Pues lo está Goldberg —contestó Annabeth sentada junto a ella—. Fui para entregar los últimos planos de la reconstrucción del patio de las musas cuando el de seguridad del edificio me dijo que no podía subir. Que el ascensor llevaba días sin funcionar y que sus puertas no se abrían desde hace seis días.
—Exactamente el mismo número de días desde que el señor D se fue —comentó Victoire de la mano de su novio, quien al igual que todos, lucía igual de desconcertando al saber que no había acceso al Olimpo.
Ese mismo día Percy había visitado junto con Annabeth el campamento con la noticia de que la entrada al Olimpo estaba bloqueada. Noticia que preocupó a Quirón, quién hizo llamar a todos los líderes de las cabañas para una reunión.
En cuanto ambos chicos soltaron la noticia de que la entrada al Olimpo en el Empire State no funcionaba, el ambiente se llenó de una tensión que ni Annabeth ni Percy lograron entender.
Y es que ninguno de ellos dos sabía que el director del campamento, y dios olímpico, Dionisio, había abandonado el lugar también.
Así que Victoire se apresuró a explicarles.
—Estabamos en el pabellón, cenando como de costumbre, cuando Hermes apareció y le dijo a Dionisio que debía presentarse en el Olimpo de inmediato por mandato de Zeus. Estaba sumamente serio, y preocupado. No dio tiempo de hacer preguntas cuando ambos desaparecieron sin más —dijo ella—. Desde entonces no hemos recibido ningún mensaje o señal de él. Intente hablar con mi madre, para ver si ella sabía algo, pero tampoco me responde.
—Ni nuestro padre —agregó Will solace, líder de la cabaña siete—. Hace seis días que deje de recibir visitas de Apolo en sueños. Normalmente viene a verme para ver que sus hijos recién llegados estén bien y ver que sepan retratarlo como se debe —dijo el rubio rodando los ojos. Victoire bufó y se llevó la mano a la frente—. Pero sus visitas se detuvieron de un momento a otro. Justo después de que el señor D se fuera.
—Es cierto —habló entre bostezos el líder de la cabaña quince. Clovis, hijo del dios Hipnos, razón por la cuál el chico estaba más dormido que despierto en esa reunión. Sin embargo, a pesar de su estado somnoliento y que su cabeza se encontraba cabeceando todo el tiempo, era capaz de seguir el hilo de la situación—. Usualmente... Puedo hablar con mi padre o visitar el Olimpo entre sueños, pero ... ya no puedo. Hay algo interfiriendo.
—¿Cómo que hay algo interfiriendo? —le preguntó Jake Mason, líder de la cabaña de Hefesto, pero Clovis se había dormido en su silla. De nuevo. Jake resopló—. No entiendo cómo es que se queda dormido tan rápido.
Nadie le respondió. Para ese punto, ya nadie se sorprendía.
—¿Los recién llegados siguen siendo reconocidos? —le preguntó Percy a Quirón.
Éste asintió.
—Hace tres días dos chicos fueron reconocidos por Hermes y Deméter. Y ayer en la noche Lou Ellen fue reconocida por su madre, Hecate —dijo Quirón señalando a la nueva chica que Percy no había visto por estar preocupado en el problema que tenían; está tenía el cabello oscuro y ojos verdes oscuros como su madre—. Como Lou es mayor que Emma, todos estuvimos de acuerdo de que ella tomé el mando de la cabaña hasta que su hermana tenga la edad adecuada.
Lou Ellen asintió.
—Emma estuvo de acuerdo, así que... —Se encogió de hombros.
—Bueno, pues bienvenida —le dijo Percy a lo que la chica le sonrió y asintió—. Entonces los dioses siguen manteniendo su promesa y reconocen a sus hijos.
—Asi es, pero es la única señal que hemos tenido de ellos, más nada —señaló Clarisse.
—Entonces algo está ocurriendo en el Olimpo y los dioses no quieren que sepamos —llego a la conclusión Percy.
Todos guardaron silencio y miraron de hito a hito al chico. Sin embargo, Victoire vio como muchos lo miraban con confianza, como si estuvieran seguros que lo que Percy estaba diciendo era cierto.
Cosa que tampoco le sorprendió a Tori. Desde la batalla de Manhattan, hace ya tres meses, todo el campamento consideraba al hijo de Poseidon como un líder. Incluso Victoire, Annabeth y Daphne eran consideradas como tal. Las tres habían peleado junto a Percy. Los cuatro, y Grover, se habían enfrentado al Titán del tiempo en persona, y habían vencido.
Todos los admiraban.
—¿Creen que esté pasando algo grave? —Inquirió Butch Walker, líder y único hijo de la diosa Iris.
Ninguno de los cuatro supo que responder; ni Tori ni Percy podían estar seguros de eso. Normalmente todo lo relacionado con los dioses era algo preocupante o inquietante, por no decir alarmante y grave. Pero decir eso en voz alta sin saber si quiera que estaba pasando en realidad, y con un montón de líderes nuevos que estaban esperando una respuesta positiva de su parte... Bueno, no era lo más relajante del mundo.
Por lo que Quirón se vio en la obligación de intervenir.
—Que el Olimpo esté cerrado no presagia nada bueno, pero no podemos precipitarnos o tomar cartas en el asunto sin saber que está pasando. Además, si las puertas no funcionan, no hay mucho que podamos hacer. Por el momento, esperaremos que algún dios nos de alguna señal. Tal vez el señor D vuelva y nos pueda explicar todo. Por ahora, continúen con sus actividades, sí hay noticias del Olimpo, o de cualquier ser divino, se los haremos saber.
Y tras eso, Quirón dio por finalizada la reunión.
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En cuanto Victoire y Percy abandonaron la Casa Grande, juntos se dirigieron a la playa para tener un momento a solas antes de que la tarde cayera y él tuviera que volver a casa. En el camino, varios campistas detuvieron a Percy para saludarlo, cosa que hacía que el chico se sonrojara hasta las orejas, mas no evitaba que les sonriera y les devolviera el gesto.
—Admítelo, te gusta ser Don popular —Le dijo Tori en cuando ambos llegaron al muelle el cual, para el alivio de ambos, estaba vacío.
—No es que me guste exactamente, tener todas las miradas sobre mi es algo abrumador e incómodo —confesó él—. Siento que no puedo rascarme la nariz sin tener por lo menos cinco pares de ojos observándome
Ambos rieron.
—Pero por otro lado se siente bien saber que los demás te admiran, me hacen ver que estoy haciendo las cosas bien.
—Entiendo la sensación —respondió ella—. Emma me ve como una figura a seguir. A veces temo hacer algo incorrecto y decepcionarla.
—Hey, no pienses así —le dijo Percy acariciando su mejilla—. No creo que haya algo que puedas hacer, que haga que la pequeña Emma deje de quererte como lo hace.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Yo no lo he hecho, y eso que conozco tu pasado. Sé lo que tuviste que hacer para sobrevivir, y no por eso mi forma de verte ha cambiado. Para mí, sigues siendo la misma Vi que conocí hace dos inviernos; Fuerte, valiente, determinada, leal y sobretodo, amable. Ah si, y mi novia.
Victoire soltó una carcajada con lo último y se lanzó sobre él para besarlo. Amaba la forma en la que Percy era con ella. Siempre haciéndola sentir de una forma que solo él sabía.
Única.
Esos tres meses juntos habían sido los más felices de su vida. Y si bien no se llegaban a ver por varias dias, ya sea porque los continuos trabajos en el campamento de ella o los deberes escolares de él, siempre hallaban un momento en su semana ajetreada para escaparse de sus responsabilidades y pasar el día como pareja. Durante esos tres meses habían tenido incontables citas: idas al cine o noches de películas en casa de Percy. Horas de diversión en el Arcade de Chelsea Piers (lugar donde por poco vetan a Tori por golpear una máquina al no recibir un premio que era obvio que había ganado) o recorridos por la ciudad donde terminaban comiendo un helado y platicando de sus dias. Los picnics tampoco faltaban, pero desde la primera vez que tuvieran uno, justo cuando recién cumplían un mes de noviazgo, digamos que, se vieron envueltos en una travesía por los desagües de Manhattan para ayudar a Hermes y desde entonces evitan ir seguido al central park a comer al aire libre.
Si bien esa fue una aventura que por poco les cuesta la vida, vaya la redundancia, al final ambos terminaron disfrutando su aniversario de un mes al otro lado del mundo.
Pero esa es otra historia aparte.
En fin, Victoire era feliz al lado de Percy, y no había día donde no recordara a sus amigos caidos. Sin embargo los campistas, sus amigos y su novio lograban hacer llevadero su perdida. Y eso, en parte, la asustaba, porque temía que esa felicidad se volviera efímera.
—¿Estás preocupada por lo del Olimpo, no es cierto? —le preguntó Percy acariciando sus dedos con suavidad.
Victoire suspiró profundamente antes de responder.
—Si te soy honesta, si. No hemos tenido noticias del señor D en casi una semana. No es normal. Y ya has oído a Will y a Clovis, tampoco pueden comunicarse con sus padres.
—Ya, lo sé —dijo él—. Pero Quirón tiene razón Vi. No podemos hacer nada si las puertas no funcionan.
Ella suspiró.
—Lo sé. Créeme que lo sé, pero también he pensando que... ¿Y si esto tiene que ver con...
—No —la cortó él—. acordamos no pensar en eso. ¿Recuerdas?
—Es difícil no hacerlo, Percy.
—Y créeme que lo entiendo Vi. Pero... no podemos pensar que cada profecía que haga Rachel, hablara de nosotros. ¿O es que acaso pretendes hacerte responsable del mundo entero?
Al oir aquello último, Victoire entornó los ojos.
—Hey no uses mis palabras para señalarme un punto.
Percy río.
—Hablo enserio Vi. Seguramente todo esto es algo que planean los dioses. Quién sabe, tal vez se acerca el aniversario número, vete a saber cuanto, de que el Olimpo está en América. Igual y están planeando un festejo a lo grande.
Victoire amaba eso de Percy. Como siempre lograba hacerla sacar una sonrisa en los momentos más serios.
—Puede que tengas razón.
Y Victoire le creyó en ese momento.
Sin embargo, mediante los días fueron pasando, la creencia en las palabras del chico fueron disminuyendo.
Un mes había trascurrido.
Un mes donde ningún campista, sátiro, náyade o centauro tuvo señal alguna del Olimpo.
Era como si esté hubiera cortado cualquier tipo de relación con el mundo exterior: No mensajes. No visitas. No señales de que los dioses escucharan siquiera.
Nada.
Era como si el Olimpo se hubiera desvanecido. Cosa que estaban seguros que no era posible porque los campistas nuevos seguían siendo reconocidos por sus padres.
Los líderes veteranos no sabían que acciones tomar ante el silencio. Quirón, quien poseía mayor conocimiento del Olimpo después del Señor D, tampoco sabía explicar el motivo por el cual los dioses estuvieran callados.
El ambiente en el campamento comenzaba a flanquear. Todos tenían sus dudas y sus sospechas sobre el porque los dioses les habían dado la espalda tan repentinamente.
Y la verdad no parecía ni remotamente cerca de llegar; Victoire comenzaba a preocuparse enserio, y el único capaz de mantenerla tranquila era Percy.
Porque Percy le transmitía paz en sus momentos de inquietud.
Porque Percy la hacía olvidar las cosas malas que había vivido y afrontado para estar ahora en el presente, con vida.
Percy era su ancla a la realidad. Una donde ella volvia a ser feliz en el campamento con la gente que ella consideraba familia.
Una donde ella y sus amigos volvían a respirar tranquilos tras unos años llenos de tensión por la guerra.
Una donde el campamento que ella amaba estaba a salvo.
Una realidad donde su relación con Percy era tan inefable.
Una donde todo parecía estar normal.
Pero como siempre, la vida de un semidiós no puede ser traquila, y mucho menos normal.
Y Victoire lo supo en el mismo momento en el que un vacío junto a ella le advirtió de que Percy no estaba más junto ella.
Ese día, cuando despertó sola en la cabaña número tres sin rastros de su novio, Victoire maldijo al chico por lo bajo al creer que esté se había ido a desayunar sin ella. No obstante, cuando llegó al pabellón y visualizó su mesa completamente vacía, frunció el ceño.
—¿Alguno ha visto a Percy? —preguntó en voz alta. Todos los campistas ubicados en sus diferentes mesas voltearon a verla, intrigados, y negaron.
Eran raras las veces que Tori no sabía donde estaba su novio. La mayor parte del tiempo se les veía juntos en el campamento.
Victoire abandonó el pabellón y corrió hasta la cabaña tres con el presentimiento de que tal vez estuviera ahí y se hubiera escondido cuando ella despertó.
Sin embargo, la cabaña estaba sola.
—¿Percy? —lo llamo repetidas veces.
Pero el chico nunca respondió.
Su corazón comenzó a acelerarse y rápidamente salió corriendo para ir a buscarlo a la arena. Varios campistas voltearon a verla confundidos, pero Percy no estaba ahí.
Recorrió el lago de las canoas, el muro de escalada, la playa, los establos... pero no encontró ningún rastro del chico.
Se detuvo en el campo de tiro, donde los chicos de Apolo y Hermes estaban entrenando. Travis y Connor Stoll, al verla hiperventilando, se acercaron a ella.
—¿Alguno a visto a Percy?
Tanto los hermanos como los demás campistas negaron.
—¿Ya lo buscaste en su cabaña? —pregunto Connor.
—No está ahí —dijo Tori, comenzando a impacientarse—. Tampoco está en la arena, ni en la playa, ni el pabellón, ni en los establos ¡No lo encuentro por ningún lado!
—Tranquila Tori, seguro está por ahí. Te ayudaremos a buscarlo.
Con dos cabañas buscando a Percy por todos lados, pronto todo la mitad del campamento se enteró de que el hijo de Poseidon no aparecía. Y con cada minuto que pasaba, Victoire comenzaba a sentir como su corazón saldría de su pecho en cualquier momento.
¿Dónde diablos estaba? ¿A dónde demonios había ido Percy? La última vez que él se había ido repentinamente del campamento había sido cuando....
Nico.
La chica corrió velozmente hacia la cabaña número trece con su último atisbo de esperanza.
Aporreó la puerta varias veces hasta que Nico Di Angelo finalmente le abrió. Más no le dio tiempo al chico de protestar nada cuando Victoire entró a su cabaña y comenzó a revisarla de arriba a abajo.
—¿Dónde está?
Nico frunció el ceño.
—¿Quién?
—Percy —dijo ella—. Les juro que si esté es otro de sus planes descabellados para viajar al inframundo a darse un baño en algún otro río, yo misma los mandaré allá de una estocada y podrás estar con tu padre todo el tiempo que quier..
—Percy no está aquí —espetó Nico ceñudo—. No lo he visto desde anoche en el cena.
—No me mientas Nico —pidio ella—. Sí él te pidió que no me dijeras na...
—No te miento Tori. No he visto a Percy desde anoche. Lo juro.
Victoire empalidecio y pronto Nico percibió su angustia. Percy no tenía planes de dejar el campamento pronto. Por lo menos no hasta Navidad.
Victoire, completamente conmocionada, caminó torpemente hasta la salida de su cabaña. Nico la siguió y pronto reparo en la cantidad de campistas que buscaban y gritaban el nombre de Percy.
Nico no había oído nada porque anoche había viajado entre sombras. Y estos viajes consumían mucha de su energía. Sin embargo, en cuanto vio todo el movimiento del campamento, y el estado de la castaña junto a él, supo que algo no estaba bien.
Y sus sospechas se confirmaron justo cuando Annabeth se acercó corriendo hacia el par con el rostro palido.
—¿Lo encontraron? —le preguntó Tori, esperanzada.
Pero Annabeth negó, y la miró de forma preocupante.
—Debemos decirle a Quirón, dos campistas no están.
—Espera, ¿Cómo que dos campistas? —inquirió Nico.
Victoire vio el miedo reflejado en la mirada de su amiga.
—Fui a buscarla para ver si ella sabía dónde estaba Percy, pero su hermano me dijo que no la vio al despertar y que no lograba encontrarla por ningún lado. Su cama estaba deshecha y sus cosas seguían ahí, pero ella... Ella no...
Victoire se estremeció y se acercó a Annabeth para tomarla de los hombros. Con la voz temblorosa le preguntó:
—¿Quién annabeth? ¿Quién más desapareció?
Annabeth tragó saliva.
—Tori.... Daphne, al igual que Percy, desaparecio de su cabaña anoche.
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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐 ✔️
Bueno bueno, hemos llegado al final del primer libro de The Fateful series. Se que muchas tienen preguntas e intentaré responder las que pueda evitando decir spoilers.
Solo me queda decir, gracias. Gracias a todos por el apoyo que le han dado a mi primera historia de pjo. Llevaba años deseando hacer algo así y no me había animado hasta hace poco. Gracias a esas personitas que, luego luego de que actualizaba, ya estaban votando y comentado el nuevo capítulo (ustedes saben quiénes son ❤️)
También quiero agradecer a mi Babe -munsoncult, quien me ha apoyado incondicionalmente en la escritura y realización de este fic. Recuerden que el segundo libro, METANOIA, está en su perfil y cuenta la historia de Daphne, personaje que todos llegamos a amar ✨🖤
El tercer libro de la serie todavía no tiene fecha para ver la luz, está en proceso y no quiero adelantarme ahora que estoy ocupada con otra de mis historias (si les gusta stranger things deberian pasar a echarle un ojo gg) y los capítulos extras no saldrán hasta que los wattys hayan terminado, pues no quiero que eso efecte mi participación gg
En fin, gracias por todo ✨🖤 los amo.
BARBS JACKSON
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