⿻ 𝕮𝒉𝒆𝒂𝒕𝒊𝒏𝒈 𝕴𝒔 𝕷𝒂𝒘 !¡
Cantidad de palabras: 5125.
Fandom: Tokyo revengers.
Usuario: @magic-alien
Tema: halloween.
⌲◟ 𝓑AJI 𝓚EISUKE
"𝚅𝙰𝙼𝙿𝙸𝚁𝙴"
❝ ── Quédate conmigo para toda la eternidad.
⌲◟ 𝓗ANEMIYA 𝓚AZUTORA
"𝙳𝙴𝙼𝙾𝙽 𝙱𝙾𝚈"
❝ ── Evidentemente tú estupidez es tu encanto.
Eran las 6:30 de la tarde de un 31 de octubre, específicamente hoy era Halloween, una divertida festividad donde los niños se disfrazaban y salían a pedir dulces en puerta en puerta o donde también van a tirar huevos depende de lo que quisieran.
Igualmente estaban los adolescentes y adultos que celebran Halloween haciendo una fiesta para divertirse, alcoholizarse y probar suerte con alguien.
En el caso de Kazutora, él se encontraba acostado en su cama viendo películas de terror o cualquier cosa que tuviera que ver con dicha festividad, pero sin ganas de hacer nada o celebrar algo, tal vez si se le da la regalada gana le de dulces a los niños, dependía de su estado de ánimo.
Aunque ahora lo único que quería hacer es llorar y comer, así que puede que termine comiéndose los dulces.
¿Como era posible que nuestro alocado tigre, amante de las fiestas se encontrara deprimido? La respuesta es fácil, ya hace tres semanas es que no ha sabido nada sobre Baji, es más parece que lo ha estado evitando, Kazutora pudo notar antes que desapareciera el de cabello largo se comportaba distinto, se veía más alejado de él, cuando lo invitaba a salir siempre le colocaba excusas y para rematar cuando Hanemiya se acercaba al contrario este colocaba un rostro como si estuviera asqueado, como si no soportará estar a su lado.
Kazutora no pudo evitar que sus ojos se pusieran llorosos otra vez ¿Acaso Baji lo odiaba? ¿Ya no lo quería cerca?
Aparte de todo esto, Mikey y Sanzu parecían que si sabían algo ya que actuaban un poco raro cuando se mencionaba a Baji, de todos modos ellos lo conocían desde más tiempo que el tatuado, no por nada eran sus amigos de la infancia, pero cuando intentaban preguntarles estos evadían la pregunta o simplemente le cubrían sus excusas y terminaban diciéndole que no se preocupara.
Sin embargo ¿Como no preocuparte cuando la persona más importante para ti y a la que amas, desparece sin más?
Así como lo leen, Kazutora Hanemiya estaba profundamente enamorado de Baji keisuke, pero es tan cobarde que decidió callarse sus sentimientos, por miedo a perder su amistad y perder al azabache para siempre.
Aunque al parecer ya lo perdió.
—¡Kazutora, abre la puerta!- el mencionado reconocería ese tono de voz ese tono de voz donde fuera, era Senju sin ninguna duda. Kazutora intento hacerse el loco, fingiendo que no estaba y lo dejen de molestar.- ¡Kazutora, ábreme! Se que estás ahí dentro, si no nos abres...¡Takemichi y yo tiraremos la puerta!
—S-Senju no haremos eso.- se escuchó ahora la suave voz del rubio.- Kazutora-kun por favor ábrenos, Senju y yo estamos muy preocupados por ti.
Esta vez, el de mechas rubias acato la petición de su amigo. Cuando Baji había desaparecido solo se centró en sí mismo, sin ganas de salir de la cama y descuidándose. Recuerda que llego hacer insoportable con sus amigos, exigiéndoles que lo dejaran tranquilo, a pesar que tanto Takemichi y Senji solo querían consolarlo y darle apoyo.
Se sentía tan culpable, por ser así con ellos, cuando estos no tenían la culpa de nada.
Abrió lentamente la puerta, dejando ver ambas siluetas cargando unas bolsas en sus manos, se preguntaba ¿Para qué son? pero no es lo más importante en ese momento.
Antes de que pudiera decir algo, tanto Senju como Takemichi se lanzaron a abrazarlo. Kazutora soltó unas lágrimas, sus amigos de más confianza y quien más aprecia siempre estarían para él, a pesar de como los trato.
—Chicos, yo enserio lo siento, no debí haberlos tratado así cuando no tienen la culpa de nada. Por favor perdónenme.- sollozo el tatuado, aferrándose más a los otros dos.
—Shhh... tranquilo todo está bien Kazutora-kun, lo entendemos.- Takemichi como siempre tan compresivo y una mirada que desbordaba amabilidad, acaricio sus cabellos calmando al chico.
—Aunque te mereces un buen golpe por ser un imbécil, Takemichi tiene razón ya todo está bien, si quieres para que te sientas mejor podemos ir a golpear a Baji o dejarlo calvo, nadie hará llorar a mi mejor amigo mientras yo esté aquí.- La de cabello blanco a pesar de ser alocada, es complemente leal y valiente, no dejaba que nadie se metiera con sus amigos. Era una gran amiga.
El de orbes ámbar se separó de sus amigos y se secó sus lágrimas. El trio se quedó un rato hablando, como Senju diciendo que a pesar de conocer al azabache desde infantes, no sabía nada de su repentino alejamiento y desaparición, y le parecía extraño las excusas que ponía, aun así exclamo con fuerza de que si lo veía no dudaría en golpear al de colmillos en conjunto con el rubio.
Mientras que Takemichi siendo la voz de la razón en el grupo, intentaba tranquilizar a la chica y de que no iban a golpear a nadie, llevándose varios golpes e insultos de parte de esta, después de un rato logro calmar a la de orbes esmeralda, takemichi, hablo.
—¿Qué te parece si vamos a la fiesta de Halloween de Pahchin-kun? será en su mansión y así te distraes un rato.
—No estoy de ánimo para ir a ninguna fiesta.- Kazutora se levantó de su sofá para ir a recoger los vasos sucios que los chicos y el ocuparon.- Además ustedes solo quieren ir para ver a Chifuyu y a Yuzuha o ¿Me equivoco?
Los dos chicos sintieron como sus mejillas se calentaban, no era para nada secreto que Takemichi babeaba por su compañero y Senju por la hermana del medio de los Shiba. Querían estar más cerca de sus crush respectivamente.
—P-Puede que tengas razón, pero por una parte también es para que te distraigas y te diviertas, iremos a bailar, comer dulces hasta explotar, emborracharnos para olvidar las penas...
—¡Y ligarte a alguien!- interrumpió la más baja- con todos los pretendientes que tienes sé que te la pasaras bastante bien.
El de mechas rubias siempre ha sido muy popular tanto con las chicas y los chicos, por su burbujeante y atrayente personalidad, además de que era jodidamente hermoso, con unos bellos ojos color ámbar, un adorable lunar y con una sonrisa encantadora que lograba atraer a cualquiera.
Es obvio de que Kazutora solo tenía ojos para Baji, pero ahora de que este no estaba, tenían una oportunidad para ir detrás del chico con apariencia de tigre.
—Pero no tengo disfraz y a esta hora esta todo cerrado.- intento argumentar.
—Teníamos previsto que dirías eso, por eso te compramos uno.- el rubio agito la bolsa dpnde estaba el traje de Kazutora.- Estoy seguro de que te gustara.
Se notaba que Senju y Takemichi tenían todo planeado para que el tatuado aceptara.
Hanemiya lo pensó le haría bien distraerse un rato de todo el tema de Keisuke y tal vez divertirse con otra persona, de todos modos el de colmillos y el no eran nada.
A la mierda, Kazutora iría con sus amigos a esa fiesta y no estaría llorando como un bebé por un hombre, no es algo propio de él.
—Está bien. Vamos.
—¡Si!- ambos chicos chocaron los cinco.
—Bien, tenemos dos horas.- el de ojos azules reviso la hora en su celular.- toma tu traje y vístete Kazutora-kun nosotros también debemos cambiarnos.
—¡Yo pido el baño!- grito la chica y se fue corriendo a este antes de que cualquiera pudiera replicar.
El tatuado suspiro con cansancio.- Tu ve a mi habitación Takemichi, yo me cambiare en el cuarto de mi madre.
—Gracias Kazutora-kun.- el rubio le tendió la bolsa a su amigo con una sonrisa y se dirigió hasta la habitación del de mechas rubias.
—Solo espero que no me hayan dado un disfraz raro o ridículo.
Después de un rato en el que los tres adolescentes se estuvieron colocando sus disfraces y poniéndose un poco de maquillaje y dando algunos retoques a sus trajes, al fin estuvieron listos y había que admitir que los tres se veían encantadores.
Senju estaba disfrazada de un fantasma, se veía bastante adorable con su traje blanco que cubría todo su cuerpo excepto sus manos y con su capucha, tenía puesta una sobra negra en sus ojos que hacían resaltar sus bellos ojos verde esmeralda.
En cambio el rubio llorón usaba una capa negra larga con un cuello de color rojo terciopelo, debajo llevaba una camisa blanca con volados y un chaleco oscuro. Como complemento llevaba unos colmillos falsos y sus uñas estaban pintadas con un esmalte negro. Estaba claro que se disfrazó de un vampiro.
Mientras que Kazutora era un lindo demonio. Su traje consistía en unos pantalones formales y una camisa ancha de color blanca con volados en las mangas y encima una chaqueta negra larga desde la parte trasera y como accesorio usaba unos cuernos y unas alas moradas, también tenía un delineado en los ojos.
—Wow de verdad se ven increíbles chicos.- Senju exclamo con admiración.- por ustedes me hago bisexual.
Takemichi y Kazutora solo rieron avergonzados.
—Tú también te vez muy bonita Senju.- Kazutora dijo a la vez que arreglo sus alas.- me gusto el disfraz que eligieron, no me lo esperaba.
—Sabía que te gustaría, no por nada lo elegí yo.- orgullosa la chica, levanto su pulgar.
—Es momento que nos vayamos, ya es la hora y la casa de Pahchin- kun queda lejos
Ambos hicieron caso al rubio, el tatuado agarro las llaves de su casa tal vez llegue muy tarde a su hogar, y no quería despertar a su madre para que le abriera la puerta.
—Bien, vamos.
Una vez llegaron a la mansión, fueron recibidos por Mori Yumi, la novia de Pah que vestía un disfraz de princesa, ¿De cuál? no lo sé, no es importante.
El trio se deleitó con los distintos disfraces de muchas personas que había en la fiesta, donde algunos se encontraban charlando o moviéndose en la pista de baile.
El lugar estaba bien decorado con telarañas, calaveras, pequeños murciélagos y luces neón dispersas en el techo y por el resto de la sala. Kazutora felicito a Pah mentalmente , será bien idiota pero sí que sabia organizar buenas fiestas.
Se acercaron a sus amigos cuando los vieron sentados hablando de cualquier tontería, el primero en notarlos fue Mitsuya que los saludo.
—Hola chicos, estábamos esperándolos.- Mitsuya les sonrío, por un momento pensó que tal vez no llegaban.- hace tiempo que no te veía, Kazutora.
—Si, estaba un poco ocupado...- llorando, quería decir pero todavía tenía orgullo y decencia frente al de cabello lila.- Me alegra verte, Mitsuya por cierto me gusta tu traje.
—Gracias, me tarde un buen rato en confeccionarlo.
-dijo mirando su traje de científico loco.
El de orbes lavanda, les apunto unos asientos para que se sentaran cerca de ellos a la vez que saludaban a sus amigos con una sonrisa.
Empezaron a hablar de cualquier trivialidad, con eso se hizo la reunión más amena y divertida para todos donde había bromas, risas y pequeñas burlas inofensivas. El tatuado escuchaba todo sin decir nada, le gustaba ver a sus amigos reír, aunque se encontraba un tanto nervioso al sentir una mirada taladrando en su nuca.
—Entonces, Kazutora.- Mikey rodeo con su brazo los hombros del mencionado.- ¿Como has estado?
—Hey Mikey.- observo de reojo al más bajo intentando no reírse por su traje de caperucita roja.- he estado mejor y lo siento por hostigarte tanto con el tema de Baji. Debo haberme visto patético.
—Nah descuida puedo entenderte, si se tratara de la persona que...- se detuvo, casi la caga.- por mi amigo también estaría inquieto, en fin no te preocupes te prometo que hoy todas las cosas se arreglaran.
—¿Ah? ¿A qué te refieres con...?
—¡Compañero, vamos a bailar!- Chifuyu tomo de la mano del rubio para arrástralo a la pista de baile.
El contrario no se pudo negar, aunque tampoco es que quisiera y solo se dejó llevar, ignorando los silbidos y risas de los chicos.
Kazutora suspiro, estaba feliz por Takemichi de que este pasando un momento con el chico que ama, pero si los seguía viendo se iba a deprimir y no quería arruinar el ambiente. Se levanto de su asiento avisando a Senju que estaba muy entretenida hablando con la Shiba que iría por un trago.
Llego a la barra y pidió un mojito, también necesitaba distraerse un rato de la sensación de que alguien lo vigilaba, de igual forma él tenía una buena resistencia al alcohol. Cuando su trago fue servido comenzó a tomarle en pequeños sorbos, hasta que sintió una presencia al lado suyo, giro su cabeza y vio a Rindou Haitani.
—Buenas noches, lindo demonio.- saludo el Haitani viendo de arriba a abajo como lucia el disfraz en el cuerpo del de mechas rubias.- te queda muy bien ese disfraz, Kazutora.
—Hola Rindou, podría decir lo mismo de ti.- el de ojos orquídea estaba disfrazado de un hombre lobo, en opinión de Kazutora se veía bastante ardiente y no podía dejar de mirarlo.- ¿Y Ran? siempre andan pegados.
—Ni me hables de ese idiota.- bufo con molestia y luego apunto a una dirección.- apenas llegamos se fue a buscar a una chica y a comenzar a bailar con ella.
Kazutora observó con dirección hacia donde estaba apuntando Rindou y contemplo como el Haitani mayor bailaba pegado con una chica, se podía notar también que en su cuello tenía marcas de besos de lo que sospechaba de diferentes mujeres. Definitivamente Ran Haitani era un imán de las mujeres y el repartía su amor sin discriminación.
—Vaya, aunque ya me lo esperaba.- ahora dirigió su mirada al chico a su lado con una sonrisa burlona.- pareces un perro abandonado.
—No necesito a ese idiota para divertirme, aparte.- Rindou apoyo su mano contra su mejilla.- ya no estoy solo.
El tatuado sonrió coqueto.—¿Ah, sí?
—Si.- se acercó al contrario y arreglo unos cabellos que cubrían sus ojos.- ¿Quieres bailar?
Kazutora lo medito por un instante si esto estaba bien, ya que lamentablemente aún tenía muy presente a cierto azabache de sonrisa salvaje en su mente pero luego de unos segundos se dio cuenta de que no estaba haciendo nada malo, ya que el vino a divertirse y no es como si fuera algo de Baji.
Por mucho que doliera.
—Ya estaba esperando a que me lo dijeras.- tomo la mano del rubio con mechas verdes para guiarlo a la pista de baile, sintiendo los cuerpos calurosos de las otras personas.
Nuestro tigre comenzó a mover su cuerpo al son de la canción, sacudiendo su cabeza y empezando a mover sus caderas sabiendo que el de orbes orquídea lo estaba observando y quería provocarlo un poquito.
Rindou embelesado por Hanemiya termina por acercarse hasta el sintiendo su dulce aroma a plátanos que transmitía el cuerpo ajeno. Kazutora se voltea cuando siente aquellas grades manos rodeando sus caderas, le da una mirada al rubio solo para apegarse más a él y mover sus caderas contra la pelvis del contrario.
Al sentir como el cuerpo ajeno se acercaba más hasta bailar más apegados de lo que la física les permitía, el de orbes ámbar hace suaves movimientos con su trasero contra la entrepierna del chico y disfruta como Rindou pasa sus manos por su cuerpo.
Kazutora es girado con brusquedad, su pecho se golpea con el del contrario, una mano rodeaba su cintura y la otra fue a parar a su mejilla. Se siente perdido al ver los ojos del Haitani menor y cada vez más sus respiraciones se iban mezclando.
Estaban a punto de besarse hasta que el tatuado vuelve a sentir esa mirada encima de él y como se intensificaba y no sabía como pero pudo escuchar perfectamente un gruñido que de alguna forma sentía que era para él e inconscientemente se separó del chico-lobo.
—¿Uh? ¿Hice algo mal?.- pregunto Rindou confuso.
—¡A-Ah no! ¡No, hiciste nada malo! es solo que yo...- esa sensación de ser vigilado no se iba, necesitaba salir de ahí.- tengo que ir al baño.
—¿Estas bien? ¿Necesitas que te acompañe?
—No está bien, vuelvo enseguida.
Y así es como el lindo demonio escapo del lobo para dirigirse al segundo piso la casa de Pah. Necesitaba aire fresco y sacarse esa maldita percepción de que alguien lo vigilaba, lo detestaba por culpa de eso no pudo besarse con Rindou.
Llego al balcón donde se podía ver las demás luces de las otras casas y se relajó un poco al sentir el aire que hacía que se movieran sus cabellos.
—Demonios, porque me siento así...?
Kazutora saco de su bolsillo el amuleto de color morado que le había regalado Baji, aún recuerda cuando este le dijo que ese amuleto era su preciado tesoro y por eso quería que él lo tuviera, porque si se encontraba triste y él no estaba para apoyarlo, que lo tenga y así sentiría que no estaba solo y que se hallaría a su lado en cualquier momento.
Observaba dicho objeto con melancolía y le daba pequeños toques con delicadeza. Con miedo de que también se fuera de sus manos.
Se produjo una corriente de viento, mucho más fuerte que el anterior, provocando que el de mechas rubias cerrara los ojos y se moviera un poco y tropezando haciendo que se aferrar a las barandales del balcón.
—¡No!
Antes de que el objeto se alejara más lejos, una mano desconocida la atrapo a tiempo. Hanemiya sintió su cuerpo paralizarse al sentir la otra persona detrás de él, con su espalda pegada al pecho del otro, también lograba percibir el aliento caliente sobre su cuello, si debe ser sincero, lo tiene tan estremecido la presencia de esta persona que coloca sus emociones a flor de piel.
El de apariencia de tigre, sabía que este desconocido era la que lo estuvo espiando durante toda la fiesta, sin embargo algo le decía ahora que lo tenía más cerca, que esta persona, no es tan desconocida para el cómo creía.
De forma pausada, se empezó a girar su cuerpo con nervios e intranquilidad y un tanto de nervios que sentía que su corazón se podría salir de cuerpo sin previo aviso.
Cuando volteo su cuerpo por completo y dirigir su mirada al frente, provoco que su tez se torneara pálida por el asombro.
Era como si el mundo se detuviera justo en ese instante.
No sabía si reír o llorar, de hecho no sabía que emoción debía expresar, por la persona que estaba en frente de él.
Baji Keisuke se encontraba delante de él, ese chico que había buscado con tanto desespero, después de mucho tiempo, estaba delante de sus ojos dándole una de esas sonrisas con colmillos que tanto adoraba y le hacía temblar de emoción.
—Hola, Tora.
La primera reacción que tuvo Kazutora fue darle un puñetazo directo al rostro de Baji.
Si creen que iba a saltar a sus brazos después no verlo por semanas, estaba muy equivocado. Él no se arrastra por nadie.
—¡Oye Tora! ¡¿Qué demonios te pasa?!.
-se quejó el greñudo mientras se sobaba la cara.
—Eres un maldito idiota Baji, eso es lo que me pasa.- dice furioso el mayor a lo que el mencionado se sintió intimidado.- me ignoraste por muchos días y luego desapareces por tres semanas sin dejar rastro, teniéndome todo preocupado, seguidamente llegas como si nada y ¡¿esperas que te salude con una sonrisa?!
—Un abrazo también podría ser.
—Vete a la mierda, Keisuke.
El de orbes ámbar estaba dispuesto a irse, pero el más alto le agarro la muñeca deteniendo su paso, cuando este se volteo observo como el más alto tenía una mueca triste y una mirada triste y apenada. Pudo observar y sentir como sus manos se encontraban temblando, al verse cara a cara por uno segundos el contrario bajo la mirada.
—¿Baji?- pregunto confuso el de lunar por su reacción.
—Perdón.- dijo todavía sin poder levantar su mirada y enfrentarlo, Kazutora sintió como su estómago se revolvía por aquellas palabras.- sé que soy un maldito imbécil Tora, y también sé que no te merezco por haberte ignorado y seguro debí haber roto tu confianza, me siento tan avergonzado pero yo de verdad me moría por estar contigo, yo tengo razón por todo esto y es que yo...yo.
Al ver que el menor le costaba continuar y contemplo también que se encontraba en un estado ansioso, Kazutora tomo su barbilla y lo hizo mirarlo.
—Tranquilo.- le dijo de forma suave.- la razón que sea que tengas, la escuchare atentamente.
—Pero cuando la escuches...te alejaras de mí.
—Eso dependerá de tus palabras.
-arrugo su ceño con seriedad.
Baji suspiro, de verdad tenía miedo de la forma en la que Kazutora podía reaccionar al enterarse de su mayor secreto, pero si quería estar al lado del de mechas, debía mostrarle cada parte de él.
Sin embargo debía ser sutil, o podría asustarlo y abrumarlo.
—Yo soy un vampiro.- suelta de la nada.
Hay que recordar que la sutileza no es una palabra que defina a Baji.
Kazutora tenía una cara de póker, al escuchar lo que salió de la boca del más alto y realmente se preguntó si le estaba tomado el pelo.
—¿Crees que soy imbécil o qué?- replica molesto.- de acuerdo no me digas tus razones, tampoco quiero escucharlas.
El de cabello largo, tomo por los hombros al mayor antes de que este intentara irse de nuevo.
—¡Lo digo en serio Tora! ¡Soy un vampiro!- hablo con fuerza y determinación.- bueno hace poco me transforme en uno.
—¡No me mientas con algo tan estúpido! ¡¿O acaso también brillas en sol como los de crepúsculo?!- intento zafarse del agarre, pero no podía ya que el otro era considerablemente más fuerte.- solo lo dices porque estamos en Halloween y te falta tu ca...
El lindo demonio cayo en un silencio abrupto al ver lo que sus ojos contemplaban, como si fuera una película de terror. Los pequeños colmillos cambiaron de forma exponencial, ahora estaban más grandes y afilados, listos para devorar, los ojos de su amado habían cambiado de imprevisto, antes estaban pintados de un cobre salvaje para pasar a una mirada carmín misteriosa pero tan brillante que Kazutora estaba cautivada por ella.
Entonces, puede que Keisuke si este diciendo la verdad.
—¿Ahora me crees?- la mirada del azabache cambio a la de siempre.- ¿Kazutora? ¡Oye reacciona!
El mayor había quedado en trance y procesando todo lo que vio, no todos los días vez a tu mejor amigo y chico que amas, siendo un vampiro como el que sale en las películas.
—Tu...vampiro...¿Como?
-intento formular Kazutora, pero el contrario entendió que le pedía una explicación.
Baji suspiro.
—Todos en mi familia han sido vampiros, la diferencia de todas esas películas y cuentos sin sentido es que nos convertimos cuando cumplimos la mayoría de edad, antes de eso somos humanos aunque con los sentidos más desarrollados.
Kazutora ya estaba entendiendo un poco mejor la situación, no obstante aún tenía sus dudas.
—¿Alguien más sabe de esto?-el menor asintió- ¿Quién?
—Mikey y Sanzu.- revelo, kazutora no se le hizo extraño de todos modos ellos son amigos de infancia.
—Ya veo...pero todavía no es tu cumpleaños, ¿Entonces cómo es que te convertiste antes?
—A veces algunos vampiros llegan a transformarse algunas semanas antes, ya que.- tosió un poco y desvió la mirada con vergüenza.- hay casos excepcionales que provoca que a veces la sangre de alguna persona cercana, se vuelva extremadamente tentadora para un vampiro prematuro como si fuera el manjar más exquisito, esto provoca que nuestros instintos vampiros lleguen antes de lo anticipado.
El de mechas rubias ya estaba entendiendo hacia dónde va todo esto y lo logro comprender más al ver como su manos estaban hechas en puños como si estuviera apretándolas para contenerse, y sin contar con su mirada intranquila al verlo.
—Baji...acaso ¿Mi sangre te atrae?
-pregunta consternado.
—Todo de ti me atrae.- aclaro, Hanemiya se ruborizo y el menor no podía estar más avergonzado.- Eres tú, tu aroma es como una droga para mí, tu belleza, tu forma de ser, todo tu hace que se multiplique mi sed de sangre y que te quiera solo para mí.
El silencio que hubo por unos minutos fue suficiente para que el mayor comenzara a reír con fuerza, esto impacto en los oídos del azabache que en vez de estar molesto, se sintió maravillado por escuchar aquel sonido.
—¿De qué te ríes?.
—Esa es la forma más rara y cursi de decirle alguien que lo amas.- limpio sus lágrimas que salieron por la risa.- ¿Así que yo te gusto?
—No, es mucho más que eso, estoy completamente enamorado de ti.
Kazutora está maravillado, conmocionado muchas emociones juntas por que el chico que amaba sentía lo mismo que el, era como un sueño hecho realidad. Se dio cuenta recién lo guapo que estaba Keisuke con un esmoquin rojo con detalles, dentro de esta portaba una chaqueta azul con bordes blancos y debajo una camiseta negra, su cabello que siempre estaba lisa ahora, portaba ligeros rulos en las puntas y una parte de su pelo estaba descubierta mostrando su oreja mientras que la otra mitad la cubría. Se veía demasiado guapo.
Aunque también, se veía más delgado, con unas ojeras más marcadas de lo normal, y también estaba pálido pero eso debe ser a que es un vampiro.
—Kei, te vez tan lindo...pero también te vez como la mierda.- lo señalo con una mueca y el otro bufo.
—Dime algo que no sepa, eso es porque no me ha alimentado, solo sobrevivo con una que otra bolsa de sangre.
Nuestro lo tigre lo pensó un poco, ahora se siente culpable por no estar ahí para Baji, y él ha tenido que aguantar esto solo, además odia verlo tan mal, por eso se ofrecería hacer algo para ayudarlo a que se sienta mejor.
—Baji...- le hablo de forma decidida.- bebe de mi sangre.
—¿Eh? ¿EHHHHH? ¿Acaso perdiste la cabeza? ¡No lo voy hacer Tora! ¡Es por esa misma razón que me aleje de ti! - se negó a la vez que se alejaba, pero el contrario lo agarro de la mano- ¿P-Porque demonios quieres que te muerda? T-Te puedo hacer daño y nunca me lo perdonaría...
—Tu no vas a lastimarte, te conozco y confió en ti.- se desabotono los primeros botones de su camisa para dejar expuesto su cuello- además quiero ayudarte y tu dijiste que mi sangre olía deliciosa.
—Y-Yo...
—Kei.- acaricio la mejilla del menor con ternura y le regalo una hermosa sonrisa.- yo te amo, siempre lo he hecho es por eso que te permito que bebas de mí, anda sé que quieres.
Al ver la bella sonrisa de Kazutora y la mirada de confianza que brotaba en sus ojos, acerco su rostro lentamente hasta poder estar lo más cerca del cuello del contrario, dio una calada de aire y el aroma de sangre que transitaba en sus venas lo invadió como si fuera un dulce néctar. Soltó un jadeo cuando su estómago rugió por comida, sus ojos cambiaron de nuevo a un rojo carmín dejándose llevar por sus instintos.
Los colmillos de Baji fueron notorios para Hanemiya y fueron clavados con brusquedad en su cuello, un quejido suave, casi como si fuera un suspiro, escapo de su garganta y una oleada de placer ataco su cuerpo más cuando, Keisuke agarro su cabello tirando hacia atrás y con su otra mano atrapando su cintura.
Estaba a su completa disposición a la vez que sentía como su sangre era drenada de su cuerpo.
—Ah~Keisuke.- gimió el mayor, entre tanto colocaba una mano en la cabellera de su amado para acariciarlo con suavidad, logro también escuchar un gruñido de parte de este.
El azabache tampoco se quedaba atrás, bebía con tanto afán a la vez que se sumergía en el exquisito sabor de aquel extracto carmesí, que provocaba una extraña corriente eléctrica en todo su cuerpo.
Baji se dio cuenta como Kazutora aflojaba su agarre en él, por eso decidió dejar de beber su sangre porque o si no lo dejaría igual que una pasa.
Sujeto al de mechas al ver como este se tambaleaba.
—Tora.- llamo su atención y el contrario lo miro.
El azabache, llevo su mano a una de las mejillas del mayor y unió sus labios, al principio era un beso suave y tierno que tanto habían soñado, luego el vampiro ingreso su lengua en la cavidad bucal del de lunar, ambas lenguas se entrelazaban y jugaban entre sí, Kazutora podía sentir el sabor metálico de lo que era su propia sangre, pero no le importo.
Keisuke había hecho tan profundo el beso que le robaba el aliento al tigre, casi como si quisiera robar su corazón y llevárselo todo. Sus labios hacían una danza que ansiaban bailar desde hace bastante tiempo.
Kazutora solo rodeo con sus brazos el cuello del contrario, apenas podía seguirle el paso al más alto que lo devoraba a su antojo, su mente estaba nublada, sus labios estaban hinchados y su temperatura corporal estaba por las nubes. Cada vez que abría sus un poco sus ojos veía el rostro sonrojado de Baji que lo hacía ver tan encantador y la forma en la que ahora con sus manos lo tenía sujetado con sus caderas y apretándolas, lo hacía sentir protegido.
Se separaron una vez que el de mechas le dio unos pequeños golpecitos en el pecho al azabache, ya que lamentablemente necesitaba oxígeno para respirar.
—Kazutora.- lo llamo el contrario y lo miraba con tanto amor y deseo, que hasta se sintió avergonzado.- quédate conmigo para toda la eternidad. No te prometo días perfectos, te voy hacer enojar hasta el punto de que querrás matarme, pero te prometo que siempre buscare la manera de solucionar todo y te voy a querer siempre y enamorar cada día, con mis cursilerías y mis locuras momentáneas.
El lindo demonio no podía evitar sentirse abochornado, definitivamente este tonto chico debía ser el amor de su vida.
—Evidentemente, tu estupidez es tu encanto.- sonrió, viendo a su amado con los brillantes y llenos de dulzura.- te prometo que no voy a fallarte y te hare feliz, hasta que mis pulmones ardan y yo deje de existir. Te amo con todas mis fuerzas.
Ambos volvieron a besarse con una sonrisa bajo la luz de la luna. Lo que está sucediendo aquí podria ser descrito con una palabra "sempiterno" ya que sus corazones y almas prometieron que su amor durara para siempre, que habiendo tenido principio, nunca tendrá fin.
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