
❝ Epílogo² ❞
🕰️🎧 ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬▬▬ act two: epilogue
❝ this is not over yet ❞
Cuando abrió los ojos, lo primero que notó es que estaba sola en aquella habitación gris; Lo segundo fue que estaba en el laboratorio Nacional de Hawkins, el cual se suponía que estaba clausurado y por ende deshabitado, más tampoco le sorprendía que la CIA lo usará como base.
Por un segundo la duda de "¿Qué estoy haciendo aqui?" nubló su mente, más los recuerdos de lo sucedido tanto en el Upside Down como en la casa Creel volvieron de golpe a su cabeza e hicieron que se incorporará de la camilla en donde estaba recostada con inquietud y temor.
-Max -musitó el nombre de su amiga y se dirigió a la puerta con todas las intenciones de abandonar aquel cuarto e ir a buscar a la pelirroja.
Más se encontro con que la puerta estaba con el seguro puesto desde el otro lado.
-No.... No, no , no -repitió golpeando la puerta con su puño-. ¡Déjenme salir! ¡Debo ver a Max! ¡Debo ver qué esté bien!
Pero por más que suplico y rogó que la dejaran salir, nadie respondió a sus llamados.
Los segundos se volvieron minutos y los minutos se volvieron horas. Tessa no sabía cuánto tiempo llevaba ahí dentro y pronto se resigno a qué nadie vendría por ella hasta que ellos lo consideran adecuado.
Resignada a qué tendría que permanecer ahí, suspiro profundamente y se dejó caer contra la pared, con la espalda recargada en está y su rostro escondido entre sus rodillas.
Ella sabía que sus actos traerían consecuencias, no era algo que pudiera evitarse. Lo que hizo. Lo que provocó.... No sería algo que la agencia pudiera ignorar o pasar desapercibido; Había abierto la boca por temor a lo que el Coronel Sullivan pudiera hacerle a su tía y a sus seres queridos; Había traicionado a Eleven de la peor forma y no había nada que pudiera reparar su error.
Nada.
El recuerdo de esa noche, cuando Steve la dejo en Forest Hills tras haber dejado a todos en sus respectivas casas tras una noche larga donde hablaron con Eddie respecto a lo que realmente había sucedido en su tráiler la noche anterior, regreso a su mente, haciéndola sentir aún más culpable de lo que ya se encontraba mientras esperaba que alguien viniera a buscarla.
-Ambos sabemos que está viva, Jones -recordó las palabras exactas del Coronel Sullivan sentando en la pequeña mesa que tenían ella y Leila en el remolque-. Si no quieres que mis hombres vayan detrás de tu tía y tus amigos, lo mejor será que me digas lo que quiero saber... ¿Dónde está Eleven?
Tessa enserio fingió no saber de lo que hablaba. Se suponía que para el ejército del país, Eleven estaba muerta. Así lo habían acordado la CIA con el doctor Owens. No había más nada que decir.
Sin embargo, en cuanto el hombre saco a relucir a su tía Jules y a sus amigos en Hawkins, las cosas se tornaron en su contra.
-Ya se lo dije. Eleven murió. Esta muerta.
Pero por más que lo dijo con convicción y ocultando a la perfección el ligero temblor en su voz, él no le creyó.
-En este momento el teniente Harper está fuera de la casa de tu tía, Jules -informo él-. Solo hace falta una llamada por la radio y él entrara en accion; arrestara a Morrison por la falsificación de un documento en tu archivo psicológico. Archivo que válida tu ingreso a la Agencia Central de Inteligencia. No creo que quieras eso, ¿Verdad?
-No sé de qué me está hablando -objetó Tessa sin comprender-. Ella nunca haría algo como...
-Oh pero lo hizo -afirmó Sullivan-. Lo hizo para que su sobrina mentalmente inestable tuviera un propósito en su vida tras la fatídica noche en la que perdió a su familia. Y, si mis sospechas son ciertas, y rara vez me equivoco, tanto ella como todos tus amigos aquí en Hawkins son cómplices de ocultar un arma en potencia.
-Eleven no era un arma -masculló Tessa molesta-. Era una niña.
-Una niña que puede matar a miles con un solo movimiento -objetó él con el sembrante serio. A continuación saco su radio y lo puso sobre la mesa-. Usted decide Jones.
Tessa se debatió lo siguiente; delatar el escondite de Eleven y al mismo tiempo poner a los Byers, su segundo familia, en la mira del ejército. O dejar que Jules, su único familiar sanguíneo que le quedaba, fuera puesta tras las rejas sin posibilidad de volver a verla nunca; sin contar que todos sus amigos ahí en el pueblo serían separados de sus familias y llevados por el ejercito para sufrir vaya a saber que; Por qué si de algo estaba segura Tessa, es que el Coronel no se conformaría con ponerlos tras las rejas.
Él hablaba en serio. Muy enserio. Estaba amenazando con golpearla en su punto más débil. Y ella no iba permitirlo.
Así que la respuesta estuvo clara en su cabeza. No le gustaba, por supuesto que no. Pero tampoco podía permitir que Jules fuera encarcelada y que sus amigos sufrieran por algo que bien podía evitar.
-California... Eleven está en California.
Y si bien no le aclaró al Coronel Sullivan el lugar exacto donde Eleven y los Byers estaban ubicados, ya que fingió no tener la información completa, la culpa y el remordimiento la golpearon en el pecho en el mismo instante en el que esas cinco palabras salieron de sus labios.
El coronel asintió con una ligera sonrisa victoriosa en el rostro y a continuación saco un pequeño papel de su bolsillo y lo deslizó por la mesa hasta llegar frente a ella. Se trataba de una tarjeta.
Su tarjeta.
-Si llegas a recordar más información relevante sobre Eleven... Llámame. Hasta pronto, Jones.
Y se marchó dejando Tessa con una mal sabor en la boca.
Un mal sabor que pronto reemplazó con el alcohol, y posteriormente con la hierba que DJ y Leila trajeron consigo cuando regresaron del trabajo esa misma noche. Y aún cuando su mente estaba nublada por el efecto de la droga y el alcohol en su sistema, la culpa permaneció con ella todo el tiempo. Y estuvo presente en su corazón todos los días siguientes hasta esa noche, donde volvió a ver a Eleven en la mente de Vecna; verla ahí, surgiendo de la penumbra y confrontando a Vecna con sus poderes de vuelta hizo que su respiración se paralizará por un segundo y posteriormente el alivio la embargara.
Sí ella estaba ahí, ayudando a Max desde vete a saber donde, significaba que estaba viva y a salvo, ¿No?
Quería decir que Sullivan no la había atrapado... ¿No?
Tessa enserio deseaba con todo su corazón que no fuera así.
En eso la puerta de la habitación en donde estaba se abrió y entró el jefe de seguridad de la CIA en California, Mark Hartley.
-Veo que estás más tranquila -dijo él, más Tessa no le respondió, sino que lo miro con una ceja alzada y un claro gesto de molestia-. Tenemos mucho de que hablar, Jone...
-No tengo tiempo para esto -irrumpió ella levantándose del suelo frio-. No ahora. No cuando Max está....
-Mayfield está internada en el hospital conmemorativo-le corto él-. Al igual que cientos de personas del pueblo debido al terremoto de anoche.
Y si bien la primera reacción de Tessa fue suspirar de alivio al saber que Max había llegado a tiempo al hospital, no pudo evitar reírse ligeramente cuando el jefe de seguridad dijo lo último. Él la miró incrédulo.
-¿He dicho algo gracioso, Jones?
-Si -afirmó ella y lo miro con el mismo gesto burlón-, el hecho de que la Agencia piense que lo que provocó la mitad de la destrucción del pueblo fue un terremoto es gracioso; se supone que saben todo lo que pasa en el país.
Pero Hartley no se inmutó ante su tono burlón, sino que respondió:
-Si bueno, estuvimos ocupados intentando evitar que el ejército diera con Eleven gracias a ti, Jones; sin contar que tus amigos de California, los Byers y Wheeler, recorrieron gran parte del país en carretera huyendo de los hombres de Sullivan, y de los míos, solo para encontrar a Eleven, quien por cierto había sido arrestada por agredir físicamente a una compañera de Lenora Hills y tuvimos que mover algunos hilos para retirar los cargos en su contra-agregó él-. A eso añádele que Joyce Byers y Murray Bauman salieron del país misteriosamente con 40,000 mil dólares sacados del banco y no hemos sabido nada de ellos, aún. Así que no, Tessa, no sabemos todo.
Pero el tono sarcástico que había empleado solo irritó a Tessa. Más se abstuvo de comentar algo al respecto y en su lugar preguntó lo que más quería saber.
-¿Ella está bien?
-Lo último que supimos es que los Byers, Wheeler, un amigo de ellos y Eleven se dirigían hacia aquí, a Hawkins; mis hombres están vigilando su viaje para que no haya... Ningún inconveniente.
Tessa suspiró y asintió; por lo menos había algo bueno en todo eso. Eleven estaba viva al igual que los demás chicos en California.
Sin embargo....
-Quiero ver a Max -exigió ella.
-Creo que eso no será posible -objetó él-. En estos momentos el jefe de la Sede en California está analizando que hacer contigo, Jones; Él y Jules están hablando en unas de las salas del pasillo.
-¿El jefe está aquí? -inquirió ella sorprendida.
Hartley asintió.
-Esto es grave, Jones. No solo revelaste tu identidad el año pasado en Starcourt, sino que revelaste la ubicación del único objetivo del Coronel Sullivan y...
-Amenazó a Jules -irrumpio ella-. Amenazó a mi familia y amigos aquí en Hawkins.
-¿Y tus amigos en California qué? ¿Ellos no importaban o....?
-Por supuesto que sí -objetó ella ceñuda-. Y fue por eso que no le dije la ubicación exacta de dónde estaban; California es muy grande. Era improbable que los encontrará tan rápido. Quise advertirles, a Eleven y a ustedes, pero ninguno respondió mis llamadas.
-Eso se debe a que el Coronel desvío todas tus llamadas.
-Ese maldito -masculló ella apretando los puños-. Por eso no pude comunicarme para pedir ayuda, necesitamos ayudar a Eddie.
-¿Munson? ¿El chico bajo los cargos de asesinatos en el pueblo?
-¡Él no es un asesino! -exclamó Tessa exasperada-. Eddie no mato a ninguno de esos chicos.
Y al oir eso, Hartley enarcó una ceja y la miró con interés.
-Si no fue él, ¿Entonces quien Tessa?
Pero está vez fue el turno de ella de enarcar una ceja y mirar al hombre escéptica.
-Vamos Hartley, enserio no crearás que todos estos asesinatos no están relacionados con los portales que están abiertos por todo el pueblo, ¿Verdad? Porque no es ninguna coincidencia... Todo lo planeó él. Esté siempre fue su plan.
-¿Él?...¿Quién es él Tessa?
Y ella respondió con la verdad.
-Henry Creel... O mejor dicho, número uno en el proyecto del Doctor Brenner.
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Cuando la puerta volvió abrirse, Tessa alzo la mirada y observó al hombre de traje negro que ahora acompañaba Hartley; se trataba de Frank Cavanogh, el jefe de la CIA en California, y por ende su jefe.
Tessa solo lo había visto una vez en persona, y fue cuando le asignaron la misión de volver a Hawkins para recuperar información que los rusos habían robado. Cavanogh se había presentado a las oficinas ese mismo día y se había tomado el tiempo de hablar con ella sobre la importante que era recuperar aquella información de las manos del enemigo antes de que pudieran usarla en contra del país.
-No lo decepcionaré señor -le había dicho ella, y aunque había logrado recuperar el dispositivo que en un principio era su objetivo, terminó revelando su identidad a los rusos y siempre sintió que le había fallado al hombre que la había aceptado a tan temprana edad en la Agencia. Una total decepción.
Sin embargo, él nunca le reclamó nada. Ni siquiera fue él quien le dijo que estaría fuera de servicio en esos meses. Sino Hartley.
Así que no, no había vuelto hablar con él desde hace un año en California, y por supuesto, tampoco lo había visto de nuevo hasta ese momento.
-Jones -la saludo Cavanogh, a lo que ella movió la cabeza en un gesto antes de responder el saludo. Cavanogh tomó asiento en la única mesa que había en la habitación y con un ademán la invitó a sentarse con él. Tessa camino hasta la única silla sobrante y se sentó frente a él mientras Hartley abandonaba el cuarto, dejándolos solos-. El agente Hartley me ha contado todo lo que le dijiste, y debo admitir que la información es valiosa; teníamos sospechas de que algo grande estaba pasando aqui en Hawkins, algo malo, pero los agentes que mandamos no lograron descubrir nada.... Cinco agentes que no fueron capaces de encontrar la conexión con el Upside Down, ¿Increíble cierto? Admito que estoy sorprendido contigo, Tessa. Muy sorprendido.
Y si bien su comentario la halago, pronto aquel sentimiento se esfumó.
-Pero también estoy decepcionado -añadio, y fue ese comentario que hizo que el sentimiento de halago desapareciera-. Vi tus resultados en las pruebas de ingreso a la Agencia, fueron excepcionales. Y que la agente Morrison fuera de tu sangre me dio altas espectativas respecto a ti, Tessa; Creí... Que llegarías a ser una gran agente de la CIA.
Al oir aquello sintió un hueco en el estómago.
-¿Llegaría?
-Si, Tessa, llegarías -afirmó él y la miró sin expresión-. No puedo pasar en alto lo que hiciste; el coronel Sullivan atacó el búnker en el desierto de Nevada. Muchos oficiales murieron por su culpa -Tessa miró sus manos con un nudo en la garganta debido a la culpa que sentía y pestañeo varias veces para evitar que su vista se cristalizara. Cavanogh continúo-. Sin embargo, y como dije, la información que nos diste es valiosa. Sin duda nuestros científicos hallarán una forma de cerrar los portales que Uno abrió desde el Upside Down. A partir de ahora el gobierno se harán cargo del asunto.
-¿Y qué pasará conmigo? -cuestionó ella, a lo que él suspiró y junto ambas manos sobre la mesa antes de responderle.
-Volveras a tu vida de antes, a como eras antes de entrar en la Agencia Central de Inteligencia; a partir de hoy serás unas chica normal y corriente de 20 años que vive en Hawkins. Ya no formarás parte de esto. Estarás oficialmente fuera de la CIA y Jules no podrá contarte absolutamente nada de lo que pase dentro del trabajo -dicho eso, suspiró y se inclino sobre la mesa para acercarse más a ella-. Aprecio mucho a Jules, de todos los que trabajan para mí, a ella le tengo más confianza que a nadie, y es por eso que te estoy dando la oportunidad de volver con tus amigos. A una vida normal.
-Una... vida normal -musitó ella, más un sabor agrio apareció en su boca al ser consciente de que nunca más tendría una vida normal; no cuando su pasado estaba tan conectado con todo lo sobrenatural que sucedía en el pueblo.
Más no le diría eso a Cavanogh. No ahora.
-¿Que dices, Tessa? ¿Aceptas?
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Cavanogh la acompaño hasta la puerta del laboratorio, donde una vez en el exterior Tessa notó que comenzaba a amanecer. ¿Cuánto tiempo había estado ahí adentro? La luz del alba le indicaba que había pasado toda la noche, pero algo dentro de ella le decía que había pasado más tiempo. Estaba a punto de preguntar respecto a eso, cuando su mirada se poso en el BMW granate estacionado al pie de la escalera de la entrada. Su corazón dio un vuelco cuando vio a Steve bajar del auto.
-Le avisé que saldrías hoy -dijo una voz detrás de ellos, y tanto Tessa como Cavanogh se dieron la vuelta y vieron a Jules dirigiéndose a ellos-. Estaba muy preocupado por ti.
Tessa regreso su mirada a Steve y vio como este se apoyaba sobre el capo de su auto mientras la miraba con un gesto que la confundió. Parecía como si quisiera sonreírle, más algo no le permitía hacerlo del todo. Desconcertada, Tessa se giro hacia Jules para preguntarle si sabía que le pasaba, cuando observó el aspecto de su tía; para tener más de cuarenta, se conversaba bastante bien. Su cabellera castaño claro estaba sujeto en un moño a la altura de la nuca. Vestía unos pantalones negros y rectos junto con una blusa blanca y su saco negro. La ropa de trabajo que normalmente usaba.
Sin embargo, Jules lucía cansada. Y las bolsas grises debajo de sus ojos azules le confirmaron el estado de su tía a Tessa. Pronto olvidó la idea de preguntarle sobre Steve.
-Dejaré que hablen tranquilas -comentó Cavanogh al notar la forma en que se miraban y se giró hacia Jules-. Te veré dentro agente Morrison, tenemos trabajo que hacer.
-Si señor -respondió ella. Cavanogh se despidió de Tessa con un gesto de cabeza, el cual ella correspondió, y pronto volvió a entrar al laboratorio, dejándolas solas en la entrada-. Tessa -comenzó Jules-, yo... Lo lamento tanto, pero debes saber...
-¿Exactamente que lamentas, Jules? -inquirió ella apoyándose en la barda de la entrada-.¿ El haber falsificado un documento para mí entrada a la Agencia o... haberme ocultado que mis padres no son realmente mis padres?
Y como si le hubieran dado una cubetazo de agua fría, Jules se quedó helada y perpleja ante ella.
-Tu... ¿Cómo lo...? ¿Cómo supiste que...?
-El coronel Sullivan -respondió Tessa-. Me dijo lo que hiciste y amenazó con encerrarte si no le decía donde estaba El.
Jules, nerviosa, miró sobre su hombro hacia la entrada del laboratorio, como si quisiera asegurarse de que no hubiera nadie ahí viéndolas, y se acerco más a ella.
-¿Le dijiste a Hartley sobre...?
-No -cortó Tessa-. No lo mencioné. Cómo tampoco mencione que Henry Creel y Emily Morrison, tu otra hermana, son mis verdaderos padres.
Y si bien Tessa sintió una punzada al ver el rostro afligido de su tía ante la mención de Emily, necesitaba saber la verdad por boca de ella.
-¿Me lo ibas a decir? ¿Alguna vez pensaste realmente en decirme la verdad?
Jules inspiró profundo antes de responder.
-Si, si quería decírtelo. Pero.... -trago saliva y prosiguió-. Cuando nuestros padres dejaron a Emily en el laboratorio, tu madre, Karen, fue la que más sufrió con la separación. Ambas eran muy unidas. Eran muy parecidas, casi como... gemelas; por muchos años intento hacer cambiar de parecer a nuestros padres, pero ellos.... Nunca ceptaron. Nunca aceptaron que lo que hicieron estuvo mal, así que, al ver lo negados que estaban intentamos ir por nuestros propios medios por ella, pero el Dr. Brenner nunca dejo que nos acercaramos al laboratorio. Así que, un par de años después, Karen fue a buscarme a la universidad y me dijo que había encontrado una manera de ver a Emily; ella habia encontrado un ducto en el bosque que daba a las calderas del laboratorio, un ducto que no tenía vigilancia y parecía olvidado, así que nos metimos por ahí y nos encontramos a Emily esperándonos al otro lado. Ella sabía que iríamos -contó Jules con una pequeña sonrisa dibujada en el rostro por el recuerdo. No obstante, está titubeó-. Nos dijo... Nos dijo muchas cosas esa noche, Tessa. Muchas cosas que tardamos en procesar tu madre.... Karen... Ella y yo; nos hapblo de alguien especial, de como este perdería la cabeza y haría cosas terribles cuando ella se fuera. Nos habló de un bebé, de una niña, y de monstruos. Lo cual ahora tiene sentido -señaló-. Ella sabía cosas, y sabía lo que pasaría con ella, así que nos hizo prometer que no te contaríamos nada hasta llegado el momento adecuado.
-¿Y cuando era eso? ¿El momento adecuado? -preguntó ella.
Sin embargo Jules se encogió de hombros con una ligera mueca en los labios.
-No lo sé, no nos lo dijo -respondió-. Pero antes de irnos, me detuvo y me dijo que yo sabría cuando seria el momento adecuado; supongo que... Emily sabía que Karen no estaría presente para decírtelo ella misma. Y conociéndola, no te lo hubiera dicho si eso te causaba algún dolor en el futuro; Ella te amaba, Tessa. Karen y Harry te amaron como si hubieras sido su auténtica hija.
Para este punto los ojos de Tessa ya estaban lagrimeando. No podia culparlos. Ni a Jules, ni a su madre, ni a su padre. Ellos habían hecho lo mejor que creian para ella y a la vez habían cumplido su palabra hacia Emily. Tessa lo entendía. Como también entendía el porque Jules había guardado el secreto aún cuando sus hermanas menores habían muerto. Aunque, si lo pensaba bien, tampoco hubiera sido fácil decirle que su verdadera madre era en realidad su otra hermana, la cual fue separada y borrada de su familia solo por ser diferente al resto y vivió siendo parte de un experimento en un laboratorio hasta su muerte.
No hubiera sido fácil contarle aquello. Así que Tessa lo comprendió y no tardó en envolver a Jules en un cálido abrazo.
-Por favor, Tessa. Perdoname -murmuró Jules junto a su oído.
-No hay nada que perdonar, Jules -dijo ella-. Eres mi familia, y nada cambiará eso -aseguró. Y de este modo ambas mantuvieron el contacto por unos minutos más para luego separarse con una pequeña sonrisa en el rostro. Tessa se limpio las lágrimas que se habían escapado y dio un paso atrás para luego mirar hacia el chico que la esperaba.
-Él realmente te ama -comentó Jules junto a ella-. Golpeo a Marco en el rostro para intentar seguirte.
-¿Que hizo que? -inquirió Tessa volteando a verla sorprendida, más Jules solo se rió ligeramente y miró a su sobrina con una sonrisa. Sin embargo Tessa no pudo devolverle el gesto al recaer en algo-. Él... ¿Sabe lo que hice? -preguntó nerviosa.
Jules la miró con comprensión.
- Lo sabe -afirmó ella, haciendo que Tessa sintiera un vuelco en el estómago.
-Seguramente me odia.
-No estoy segura de eso -dijo Jules-. Más bien, cuando se enteró, parecía desconcertado y preocupado; de hecho, fue él el que nos dijo que algo debió haber pasado para que tú dijeras la ubicación de Eleven. Algo grave o fuerte. Porque de lo contrario, jamás lo hubieras hecho.
-¿Él... Dijo eso? -preguntó asombrada. Jules asintió.
-Como dije... Él realmente te ama, Tessa.
Y está vez, ella no pudo evitar sonreír.
-Y yo a él, Jules. Y yo a él -entonces se volvió hacia su tía y le dio un corto abrazo para luego separarse y dar unos pasos hacia las escaleras-. Te llamaré después, quiero ir a ver Max al hospital y a los demás, seguramente estan preocupados o molestos conmigo por no haberles dicho sobre esto.
-Tessa, espera -pidio Jules cuando Tessa comenzó a bajar los primeros escalones. Ella se giró a verla-. Hay algo que debes saber sobre tus amigos... Sobretodo de Max.
-¿Qué sucede con ella? -preguntó intranquila al ver el gesto contrariado de su tía.
-Tessa... Cuando Max llegó al hospital estaba... ella... -pero a Jules le estaba costado encontrar las palabras correctas para continuar, y eso solo la alarmó.
-Jules... ¿Qué pasó con Max? -preguntó Tessa sintiendo como su corazón comenzaba a latir con más velocidad.
Y ella debió haber visto la súplica en su mirada, porque terminó inspirando profundamente antes de soltar.
-Cuando llegó al hospital estaba grave, los médicos hicieron todo lo que estaba en sus manos para salvarla-reveló Jules-. Pero... no saben si llegará a despertar algún día.
-¿Qué? -musitó ella sintiendo una opresión dolorosa en el pecho-. No, no es verdad -negó.
Pero Jules la miró con profunda pena y negó con la cabeza.
-Lo lamento tanto.
Sin embargo Tessa no se derrumbó ahi. Sino que se mantuvo fuerte y se negó aceptar que aquello fuera
verdad. No hasta que lo viera ella con sus propios ojos.
-Debo ir... Debo verla -comentó más para si misma y comenzó a bajar los escalones, más nuevamente Jules la detuve.
-Espera, Tessa. Eso no es todo-aclaró ella-. Hay algo más que debes saber, sobre tus amigos Munson y Powell.
Y nada más oir sus nombres, las visiones de aquella noche volvieron a su memoria e hicieron que trastabillara en el escalón donde estaba parada. Volvió a negar hacia Jules
-No -objetó ella-. No, ellos están bien...¿Verdad? Están a salvo.
Sin embargo el gesto de Jules le decía todo lo contrario. Un nudo se instaló en su pecho.
-Ellos están bien -repitió Tessa con la voz afligida-. Ellos no.... -pero entonces escuchó pasos acercándose por detrás. Al volverse se encontró con Steve subiendo los escalones hacia ella-. Steve... ¿Eddie y DJ.... están bien, verdad? Están con los demás, ¿Cierto?
Pero Steve no tuvo la fuerza suficiente para mentirle.
-No, Tessa. No lo están -confesó-. Lo siento.
Y de no ser por los brazos de Steve que alcanzaron a sujetarla a tiempo, Tessa se hubiera estrellado desconsoladamente sobre las escaleras de cemento gris.
Tanto Steve como Jules vieron con tristeza como Tessa volvía quebrarse por dentro ante la perdida de dos ser queridos para ella.
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La última vez que Tessa piso el hospital conmemorativo de Hawkins, fue el día que despertó tras el accidente. Ahora, tres años después, volvía a caminar por aquellos pasillos fríos y luminosos con una sensación devastadora en el estómago. La cantidad de pacientes que tenía el hospital era inmensa, todos luchando por sus vidas las cuales fueron afectadas de forma precipitada e injusta, y todo gracias a los portales que su progenitor había abierto aquella noche.
Tessa se odiaba a si misma por no haberlo detenido a tiempo.
-¿Segura que no quieres que me quede? Nancy puede llevar a los demás a...
-No, descuida -irrumpió ella a Steve cuando ambos se detuvieron frente a la habitación 124. La habitación de Max-. Prometiste llevar las donaciones con ellos. El pueblo lo necesita.
Y aunque Steve estaba indeciso en dejarla en aquel lugar y con el corazón destrozado tras la noticia de la muerte de sus amigos, terminó aceptando porque no quería presionarla.
-Volveré una vez que dejemos las cosas en la secundaria -le dijo antes de dejar un pequeño beso sobre su frente-. Te amo.
-Y yo a ti -respondió ella antes de que él se diera la vuelta y comenzará a regresar sobre sus pasos hacia la salida.
Una vez sola, Tessa inspiró profundo antes de tomar con cierta inseguridad el pomo de la puerta. Los latidos de su corazón quebrado retumbaban en sus oídos cuando abrió la puerta y atravesó el umbral, siendo los hermanos Sinclair lo primero que sus ojos captaron al entrar al cuarto. Nada más verla, el mayor de los hermanos se levantó de un salto y corrió a abrazarla, logrando que su corazón herido latiera brincara con fuerza dentro de ella.
-Por un momento creí que no volvería a verte -jadeó Lucas una vez que se separó de ella-. La forma en que te llevaron... ¡Maldición! Estaba preocupado.
-Lamentó haberlos hecho pasar por eso -se disculpó ella. Y como si de un imán se tratase, sus ojos viajaron en automático hacia el cuerpo de Max.
Una terrible punzada de culpa la golpeó en el estómago al ver a su pelirroja en aquel estado desastroso. Tanto sus piernas como sus brazos quebrados estaban enyesados. Alrededor de su cuello tenía un collarín que mantenía su cabeza recta mientras que tenía varios cables conectados a la máquina que literalmente la mantenía con vida. Y sus ojos, sus bellos ojos antes azules como el cielo se encontraban cerrados y amoratados, sin una pizca de intención de volver abrirse.
Tessa tragó el sollozó que quería soltar desde que supo el diagnóstico de Max y en su lugar se volvió hacia la joven que no había abierto la boca desde que llegó; Erica Sinclair parecía evitar su mirada, se encontraba parada junto a la ventana y miraba sus zapatos con cierta incomodes. Como si la presencia de Tessa en la habitación la hiciera sentir incómoda o... Culpable.
-Erica -la llamo Tessa, pero la menor se removió en su lugar mientras se mordía el labio inferior derecho. Tessa se acercó a ella-. Erica mírame -pidio suavemente.
Y cuando Erica levantó la mirada, rompió a llorar. Y Tessa no tardó en envolverla entre sus brazos.
-Lo lamento tanto -sollozó la menor contra su pecho-. Fue mi culpa... Él... Él quiso protegerme de Andy y él...
Pero al oir lo que la menor de los Sinclair decía, Tessa se alejo lo suficiente para tomar su rostro entre sus manos y hacer que la mirara a los ojos. Se tragó el nudo que tenía antes de hablar.
-Escuchame bien, Erica -pidió Tessa sintiendo como sus ojos comenzaban a empañarse-. Nunca, pero nunca, vuelvas a decir eso. ¿Me oíste? No fue tu culpa. Nada de lo que paso fue tu culpa. ¿Esta bien?
-Pero...
-Pero nada. Estabas en peligro y DJ... -su voz flanqueo al pronunciar el nombre de su amigo, más se mantuvo firme por la menor frente a ella-. Él fue un héroe al protegerte. Y siempre será recordado como tal. Pero tú no tienes la culpa ¿De acuerdo? Solo Andrew; y créeme cuando te digo que pagará por lo que hizo, no solo por lo de DJ, sino por lo que pudo haberte hecho a ti. Nadie toca a mis mocosos, y tú Erica Sinclair eres una de ellos ¿Me oíste? Eres una de mis mocosas -y volvió atraer a la menor para abrazarla, quien poco a poco dejo de sollozar y se separó de Tessa cuando estuvo más calmada.
Erica se limpio el rastro de lágrimas del rostro y se volvió hacia su hermano-: Ni una palabra de que lloré.
Lucas arqueo una ceja burlon y soltó una pequeña carcajada antes de negar con la cabeza y mirar a su hermana.
-No prometo nada -respondió, y tanto Lucas como Tessa y Erica guardaron silencio y desviaron su atención hacia Max. Aquel pequeño subidón de ánimo que habían tenido se vino a abajo al verla así.
Tan frágil.
Tan rota.
Tessa carraspeó antes de desviar la mirada hacia Lucas, quien lucía cansado tras haber pasado dos días completos en aquel hospital sin querer moverse siquiera.
-¿Has dormido algo, Luc?
-Si - mintió el menor, sin embargo Tessa lo conocía perfectamente bien para saber que mentia. Enarcó una ceja en su dirección a la vez que se cruzaba de brazos con gesto escéptico. Lucas suspiró derrotado -. De acuerdo, no lo he hecho. Pero tampoco podría hacerlo aunque quisiera -confesó él.
Y Tessa lo comprendía; Cuando fue llevada por la CIA, ella no dejo de poner resistencia con tal de poder ir con Max. Era tanta su desesperación por ver que ella estuviera bien, que pataleo, gritó y araño a sus compañeros para poder salir de ahí. Los agentes no tuvieron más remedio que dormirla, de modo que Tessa despertó desorientada en aquella habitación del laboratorio y terminó saliendo de ahí con la trágica noticia de que Eddie y DJ habían muerto. Sin contar que se enteró del diagnóstico de Max.
Durante todo el camino al hospital, no pudo sacarse de la mente las imágenes de las visiones que tuvo en el Upside Down; Eddie en brazos de Leila y Dustin. DJ tumbado en el pasto y con Erica pidiendo ayuda. Lucas suplicándole a Max que despertará. Todas esas visiones se repetían en su mente como una cinta de películas descompuesta, atormentandola cada vez más. Era como vivir una pesadilla constante y sin final alguno.
-¿Por lo menos han comido algo? -preguntó intercalando su mirada entre ambos hermanos; Erica negó ligeramente desde su lugar, mientras que Lucas no parecía dispuesto a responder su pregunta. Tessa bufó y busco dinero en su bolsillo para luego entregárselo al mayoe-. Vayan a desayunar algo, yo me quedaré con Max.
Lucas iba a protestar diciendo que no tenía hambre cuando su estómago, en un acto de traición, rugió como un león. Avergonzado miró a la chica frente suyo y terminó aceptando el dinero.
-¿Quieres que te traigamos algo? -le preguntó volviéndose hacia ella justo cuando él y su hermana llegaban a la puerta.
-Un café no estaría mal -respondio Tessa, sin embargo ambos hermanos alzaron una ceja y se cruzaron de brazos en su dirección. Era irónico que ella los mandara a desayunar algo cuando era claro que ella tampoco lo había hecho. Y lo sabían perfectamente bien porque habían alcanzado a oír su estómago rugir al llegar a la puerta-. Y una dona -agregó ella esbozando una pequeña sonrisa al ver que ninguno se iría si no les pedía aunque sea algo para comer.
Los hermanos Sinclair, no tan convenidos de llevarle únicamente eso, terminaron asintiendo y ambos abandonaron la habitación para dirigirse a la pequeña cafetería del hospital. Tessa, en cambio, regreso su mirada a Max y dejo que sus gestos faciales finalmente decayeran. El pequeño atisbo de sonrisa que les habia mostrado a los hermanos se esfumó en el acto, dejando ver todo aquel dolor y tristeza que sentían al ver a Max así.
Camino hasta el borde de la cama y se sentó en la orilla de está para luego tomar la mano de Max entre la suya. Tessa se estremeció al sentirla fría, y pronto el nudo en su garganta regreso con más potencia.
-Lo siento tanto Max -le habló con la esperanza de que la pelirroja pudiera oirla en aquel estado-. Siento no haber estado ahí para salvarte. Siento no haber llegado a tiempo; Prometí cuidar de ti. Prometí que no te pasaría nada mientras estuviera yo con vida... Y falle. Te falle, Maxie -Gimio con la voz entrecortada por las lágrimas que comenzaban a deslizarse por sus mejillas-. No debí dejar que lo hicieras. Debí haber sido yo quien distrayera a Vecna en tu lugar. Debí ser yo quien se quedará en la casa Creel como carnada. Debí... ¡Maldición! Debí ser yo -aseguró con el pecho oprimido-. Y aún cuando él me mostró lo que pasaría, contigo, con Eddie, con DJ, confíe en que llegaríamos a tiempo. Que lograríamos vencerlo antes de que pudiera hacerles daño a alguno de ustedes. Que regresariamos y nos reuniríamos todos juntos en mi tráiler para celebrar nuestra victoria... Pero no fue así. Me equivoqué, me confíe de más y dejé que tú y ellos pagaron las consecuencias.... Y no puedo dejar de sentirme culpable por eso.
Sus sollozos y el constante pitido de la máquina que marcaba y detectaba los signos vitales de Max eran el único ruido en aquella habitación tan fría y carente de alegría. Tessa se sorbió la nariz antes de continuar.
- Espero puedas perdóname, Maxie. Perdóname por no haber estado para ti -balbuceó entre lágrimas-. Y sí... Y si decides ya no volver, lo entenderé. Juro que lo haré. Aunque eso me duela con el alma, te dejaré ir, te dejaré descansar, porque al menos sabré que estarás en un lugar mejor; Porque de algo estoy segura, Max, y es que no merecer vivir sufriendo. No soy tan egoísta para pedirte eso; Ya no. Así que lo que decidas, estará bien para mí. Para todos.... Estaremos bien. Nos dolerá, no voy a mentirte, pero lo superaremos como una familia. Seguiremos adelante por ti -aseguró ella. Y tras soltar un último suspiro entrecortado, continúo-. Te amo Maxie, sin importar lo que eligas -y dicho eso, se inclino con cuidado sobre el cuerpo de la pelirroja y depósito un suave beso sobre su frente pálida-. Hasta que nos volvamos a ver, Maxie.
Tal y como había prometido, Tessa se quedó con Max hasta que Lucas y Erica regresaron de desayunar. Le trajeron un café lo bastante bueno como para ser de un hospital, junto con un croissant de jamón y queso acompañado de un jugo de cartón que sin duda no había pedido. Sin embargo, Tessa se encontraba tan cansada tras aquella plática con Max, que no renegó y se sentó en una sillas de la habitación junto con Erica para tomar su café mientras que Lucas tomaba asiento en la silla más cercana a la cama de Max y sacaba un libro de Stephen King de su mochila.
Tanto Erica como Tessa permanecieron en silencio mientras Lucas leía en voz para Max.
-«Se olvidó de su madre, del tío Morgan, de su padre y de casi todo lo demás. Speedy se había ido -leyó-. Los arcos de la montaña rusa habían desaparecido. Sentía el pelo moverse en su nuca, sentía una sonrisa tonta en la comisura de sus labios. ¡Speedy, estoy aquí! ¡Estoy en los territorios!» -exclamó a la vez que levantaba su mirada de las páginas para ver si había alguna reacción por parte de Max.
Más está permaneció totalmente inmóvil, como días atrás. Lucas soltó un suspiro decaído que hizo sentir terrible a Tessa, más no había nada que pudiera hacer ella para hacerlo sentir mejor. No cuando ni ella podía hacerlo consigo misma.
Lucas se disponía a continuar con su lectura, cuando la puerta se abrió repentinamente y tanto Mike como Will e Eleven entraron de sopetón a la habitación seguidos de cerca por Jonathan y Nancy. Al verlos, tanto Lucas como Tessa se levantaron de un salto, más fue el primero quien se apresuró a rodear la cama con rapidez para envolver a sus amigos en un cálido abrazo. Un abrazo que tanto necesitaba tras haber pasado unos difíciles días. La segunda, por otro lado, se debatia mentalmente en acercarse a los chicos. Pues al final de cuentas, toda la persecución que tuvieron que atravesar fue culpa suya.
No obstante Jonathan se acercó a ella apresuradamente y la abrazo tomándola por sorpresa.
-Dios... Te extrañe tanto -murmuró él cerca de su oído. Y al ver que su mejor amigo no la había ignorado o replicado nada, correspondió el gesto ocultando su rostro en el hueco de su hombro y cuello.
-Y yo a ti, Jon -respondió Tessa. Y en cuanto el castaño se separó, tres cuerpos más se abalazaron sobre ella y la rodearon al mismo tiempo-. También a ustedes mocosos.
-Ya no puedes decirnos mocosos -replicó Mike separandose-. Ya no somos niños.
Sin embargo Tessa lo miró con un atisbo de sonrisa burlona y le pellizco la mejilla con suavidad.
-No importa que edad tengan, ustedes siempre serán mis mocosos -aseguró.
Y pese a que Mike queria discutir aquello, se guardo sus palabras para otro momento y se giró junto con sus amigos para observar a Max; Lucas y Tessa mantuvieron su distancia para que los tres pudieran acercarse a ella.
-¿Saben... Cuándo se despertará? -preguntó Eleven volteando a verlos.
-No -respondió Tessa con un nudo en el estómago-. Dicen que quizá no despierte.
-Su corazón se detuvo. Por más de un minuto -explicó Lucas sin poder despegar su mirada de la chica que amaba-. Ella murió. Me refiero a clínicamente. Pero luego regresó; los médicos no saben cómo. Dicen que es un milagro.
Pero tanto Tessa como los recién llegados de California sabían que no había sido ningún milagro; El la había traído de vuelta de alguna forma. Una forma que ni ella sabía cómo explicar.
-Estoy aquí, Max -habló Eleven tras sentarse en la orilla de la cama y sujetar su mano. Todos guardaron silencio y esperaron alguna reacción por parte de la pelirroja, más está se mantuvo inerte y no reaccionó de ninguna forma, ni aún cuando Eleven la intento rastrear mediante sus poderes.
Tras soltar un suspiro decaído, Eleven soltó la mano de Max y se volvió hacia los demás.
-No la veo... No puedo encontrarla.
-¿A qué te refieres con eso? -pregunto Will confundido.
Pero Eleven parecía igual de confundida que ellos.
-Ella... No está.
La declaración de la menor dejo atonitos a todos. Ninguno sabía que decir o hacer para aligerar la tensión que se había formado entorno a la habitación; En eso la puerta volvió abrirse y el médico en guardia se detuvo en seco al ver la cantidad de personas ahí dentro.
-Lo lamento, pero no puede haber tanta gente al mismo tiempo en una habitación -aclaró-. Voy a pedirles amablemente que se retiren y solo se quede uno con ella.
Al inicio la decisión de quien se quedarían con Max fue entre Lucas o Tessa, pues Eleven no podía ser una opción debido a que debían ocultarla antes de que alguien no deseado o el ejercito pudiera verla.
-Quedate tu -dijo Tessa mirando al moreno.
-¿Segura?
-Si, muy segura -afirmó ella y se volvió hacia el médico-. ¿Puede quedarse con él su hermana menor? -y señaló a Erica. El médico en guardia suspiro y asintió. Tessa se volvió hacia los hermanos-. Díganle a Susan que vendré mañana temprano para sustituirla. Si algo sucede, usen la radio. Steve y yo tenemos una para comunicarnos con ustedes, ¿De acuerdo?
-De acuerdo -aceptó Lucas.
Tessa se acercó una última vez a Max y dejó otro beso sobre su frente para luego salir de la habitación con los demás. En silencio, todos se dirigieron a la salida del hospital, donde una vez en el exterior los demás se encaminaron hacia una camioneta repartidora de pizzas. Tessa, intrigada, los siguió de cerca, encontrandose en el asiento del copiloto a un chico de cabellera super larga y oscura.
-Hola, soy Argyle -la saludó él con una sonrisa amable desde la ventana. Tessa, algo sorprendida por su energía optimista, le regreso el saludo.
-Un gusto, soy Tessa.
-Ah, con que tú eres la famosa Tessa de la que estos chicos hablan tanto -reveló él señalando al trio de jóvenes y a Jonathan-. Cool.
Tessa no supo como reaccionar a su comentario, pero terminó sonriéndole a Argyle y se giró hacia Jonathan.
-¿Quieres que te llevemos a tu casa? -se ofreció él, pero Tessa negó ligeramente con la cabeza.
-Gracias, pero no. Steve no debe tardar en llegar por mi, iremos a buscar a una amiga.
-¿A Leila? ¿Dónde está ella? -preguntó Nancy haciendo que Tessa volteara a verla por primera vez desde que llegaron y se alivió al no ver ni una pizca de enojo en ella.
-Steve comentó que ella, Dustin y él le hicieron una pequeña tumba en el bosque a Eddie, cerca de la vieja cabaña de Hopper. Nadie se acerca por ahí, así que su tumba estaría segura de las personas que aún buscan su cabeza.
Tanto Jonathan como Will, Eleven y Argyle se miraron sin comprender de lo que hablarán ambas chicas. Más ninguno se atrevió a preguntar al respecto al ver sus gestos decaídos. Mike por otro lado...
-Esperen -intervino él menor con gesto conmocionado-. ¿Eddie... Murió?
Y fue entonces que ambas chicas recayeron en que Eddie también había sido amigo y compañero del chico; Al ver lo contrariado que estaba su hermano, Nancy terminó llevándolo a un costado de la camioneta para poder explicarle lo que había pasado.
Mientras ambos hermanos platicaban, los demás permanecieron en silencio, esperando.
-Nosotros también vamos para allá -habló Will tras un par de minutos en silencio-. ayudaremos a Eleven a limpiar la cabaña para que pueda quedarse ahí mientras buscamos otro lugar seguro donde no puedan encontrarla -dijo-. Si Steve no llega por ti, puedes irte con nosotros.
Pero antes de que ella pudiera siquiera pensar en una respuesta para Will, el claxon de un auto sonó a sus espaldas. Steve acababa de aparcar a unos metros de la camioneta de pizza y estaba bajando del auto.
-Lamento tardarme -se disculpó con Tessa al llegar a su lado para luego plantarle un corto beso en los labios.
-En realidad, llegaste justo a tiempo -respondió ella-. Ellos también van a lo de Hopper, ¿te parece si buscamos a Leila y los ayudamos a acondicionar la cabaña para El?
-Si, claro. Sin problema alguno -aceptó Steve y se volvió hacia Jonathan-. Te sigo en el auto, Byers.
En cuanto Nancy y Mike terminaron de hablar, el grupo entero partió con dirección al Oeste. Hacia el bosque donde la cabaña de Hopper estaba ubicada.
-¿Y Robin y Dustin? -preguntó Tessa mientras seguían la camioneta amarilla por las únicas calles que podían ser transitadas del pueblo.
-Se quedaron ayudando en la secundaria -respondió Steve-. Es... Todo un caos allá. Hay demasiada gente que perdió su hogar o a su familia. Mucha gente desaparecida.
Y a pesar de que oir aquello no le sentaba nada bien a Tessa, prefería ser consciente de lo que pasaba en el pueblo a no saber nada.
-¿Cómo están ellos? ¿Cómo está Dustin? -preguntó, a lo que en automático la mirada de Steve decayó e inspiró profundamente antes de responderle.
-Aunque intenta ser fuerte, está devastado. Eddie era... Importante para él-señaló con tristeza al saber que el mocoso que más queria estaba sufriendo por la perdida de un amigo-. Antes de venir por ti lo vi hablando con el tío de Eddie, supongo que le dirá lo que paso, más o menos-y de solo imaginar la expresión devastadora en el rostro de Wayne Munson, se le encogió el corazón a Tessa. Steve carraspeo antes de seguir hablando-. Robin por otro lado se quedó haciendo emparedados de Mani y mermelada con Vicky, una chica de la banda escolar que le gusta. Y.por lo que vi, parece que a ella también le atrae Robin.
Al oir aquello, Tessa sonrió. Finalmente había salido algo bueno de todo ese desastre.
-Robin merece ser feliz, espero que Vicky sepa hacerlo.
-Seguro que si -respondio él-. No paraban de sonreírse una a la otra. O de reírse.
-¿Y tus padres? ¿Ellos están bien? -le preguntó tras unos segundos de silencio, a lo que Steve asintió.
-No estaban en Hawkins cuando los portales se abrieron, así que no tuvieron que pasar por eso; llamaron en la mañana y me dijeron que consiguieron un vuelo de regreso para esta noche. Se enteraron por las noticias.
-La destrucción de casi un pueblo entero, tanto militar, policía y bombero cubriendo las calles por tierra y aire... era obvio que la prensa iba a informar sobre esto -señaló Tessa mirando por la ventana el desastre que había en el pueblo. Un helicóptero paso por encima de ellos y se alejó con dirección al centro, donde algunos bomberos aún intentaban apagar las llamas de un edificio. Apartó la mirada y se giró hacia Steve-. Pero me alegro que tus padres estén bien.
-Si, yo también.
Tal vez Steve no tenia una grandiosa relación con sus padres, pero eso no signicaba que no estuviera aliviado de que nada malo les hubiera pasado.
Tras unos cuantos kilómetros más, finalmente comenzaron a adentrarse por el bosque, tomando un camino de tierra lo bastante oculto para que alguien que no supiera de su ubicación lo encontrará. Steve aparco el auto justo detrás de la camioneta y ambos descendieron de este para seguir a los demás hacia la cabaña. No obstante, y en cuanto Tessa diviso la figura de Leila levantándose de los escalones de la entrada, adelanto a todos y echo a correr hacia su amiga, quien no tardó en imitar su acción.
Ambas chicas se abrazaron con fuerza cuando la distancia que las separaba se redujo a nada, una manteniéndose más fuerte por la otra, que se encontraba igual de destrozada. Ningúna dijo nada. Y tampoco hizo falta que lo hicieran. Con aquel abrazo se estaban diciendo todo lo que sentian. Compartían los mismos sentimientos: la tristeza, el dolor, la perdida, pero sobretodo, el apoyo mutuo.
Pues no solo Tessa había perdido a dos grandes amigos, sino que Leila había perdido a su mejor amigo y al chico que amaba.
Una vez que ambas se separaron, Tessa le comento a la azabache el motivo por el cual los demás estaban ahí y ella no puso ninguna objeción con ayudar a limpiar la cabaña para Eleven, a quien le presentaron junto con los demás chicos, a excepción de Mike, claro; Ella ya conocía de la escuela al hermano menor de Nancy.
-¿Dónde está? -le preguntó Tessa a la azabache mirando el frondoso bosque a su alrededor.
Leila supo de que hablaba al instante.
-A unos metros por esa dirección, verás la cruz de madera que hicimos Dustin y yo en un claro abierto -señaló Leila el camino con una mirada que demostraba pura tristeza, carraspeó-. No pudimos traerlo de vuelta, la policía llegó a Forest Hills cuando los tres intentamos regresar por él. Lo que me recuerda, tenemos hasta mañana para ir por nuestras cosas, van a cerrar el parque de caravanas debido al portal que se encuentra ahí. Por "seguridad".
-Genial -repusó Tessa poniendo los ojos en blanco-. Tendremos que buscar un nuevo lugar donde vivir.
-En realidad -intervino Nancy dando un paso hacia ellas-, eso no hará falta; Hablé con mis padres y accedieron a que te quedarás con nosotros, Leila. No acepto un no como respuesta -se apresuró a agregar al notar como la azabache abría la boca con gesto indeciso.
-No quiero molestarlos, Nancy.
-No es ninguna molestia -aseguró la rizada.
-Pero... ¿Y Tessa? -inquirió Leila preocupada por dejarla.
No obstante, Steve se acercó a ella y rodeo su cintura con su brazo.
-Ella se quedará conmigo -indicó para sorpresa de Tessa-. Y sin protestas.
-¿Y tus padres? -cuestionó ella mirando a su novio con curiosidad.
-Se los comenté está mañana. No tienen problema con eso -respondió él.
Tras compartir una mirada entre ambas, Tessa y Leila terminaron aceptando quedarse con ellos.
-Bueno, tenemos trabajo que hacer -indicó Nancy a los demás, quienes asintieron y comenzaron a dirigirse a la entrada de la cabaña.
Steve y Tessa, por otro lado, comentaron que volverían enseguida y se alejaron por el camino que anteriormente Leila les había indicado. Caminaron en silencio hasta el pequeño claro donde la tumba de Eddie se encontraba ubicada, y una vez que estuvieron enfrente de la cruz de madera, Tessa se hincó sobre la hierba y sintió una punzada en el pecho al ver el nombre del chico escrito con rotulador negro
-Vecna pagará por esto -musito con la voz afligida-. Te juro que pagará por todo, Edds; Por Chrissy. Por Fred. Por Patrick. Por DJ y Max... Y por ti -prometió ella-. Eres un maldito héroe, Munson. No importa lo que los demás digan sobre ti. Fuiste demasiado para este pueblo, y yo me encargaré de que lo sepan. No sé cómo, pero lo haré. Te lo prometo.
»Te extrañare, Eddie -agregó tras unos segundos en silencio-. Por favor saluda a DJ y a mi familia de mi parte.
Se incorporó lentamente y volteo a ver Steve, quien le había dado algo de espacio para hablar con su amigo en paz mientras la esperaba para regresar. Tessa miró una última vez la cruz de madera con un nudo en el pecho para luego caminar hacia el chico que amaba. No obstante, y en cuanto estuvo cerca de él, notó como esté intentaba contener las lágrimas en sus hermosos ojos avellanas.
Fue entonces que Tessa recayó en lo egoísta que estaba siendo; no solo ella estaba sufriendo las consecuencias de aquella noche, sus amigos y el chico que ama también lo hacian; No tenía que ser una adivina para saber que él se sentía tan culpable como ella. Al fin y al cabo, él también era el adulto responsable de Max y le había fallado dejándola sola a merced de un monstruo que quería matarla.
Al igual que ella, Steve estaba sufriendo por haberle fallado a uno de sus mocosos.
Tessa acortó la distancia entre ambos con un abrazo, permitiendo que Steve ocultará su rostro en el hueco de su cuello y soltará los sollozos que estaba conteniendo. Ella subio una de sus manos hasta su cabeza, y acarició suavemente su sedoso cabello castaño mientras escuchaba como Steve se rompía junto a ella, soltando aquellos sentimientos que había retenido dentro de si para ser fuerte por los demás.
Con un nudo en el pecho, Tessa murmuró en su oído.
-Esta bien -y él sollozó más contra ella-. Esta bien. Estoy contigo.
Ambos permanecieron abrazados hasta que Steve se tranquilizó y paro de llorar. Cuando él se separó de ella, Tessa se encargo de limpiar el rastro de lágrimas en su rostro y depósito un suave beso en sus labios con la promesa de que ella estaría ahí para él, siempre.
Cogidos de la mano, ambos regresaron con los demás, quienes claramente notaron los ojos enrojecidos de Steve, más ninguno hizo comentario o gesto alguno sobre eso. Sino que continuaron limpiaron y arreglando la cabaña.
-Venga, tapemos ese hueco de ahí -señaló Tessa uno de los enormes huecos de la pared antes de voltear a verlo-. ¿Tienes las herramientas en la cajuela? -le preguntó al chico, quien asintió y salió al exterior para luego regresar con la mochila que habían usado para ir a la Casa Creel. Ambos comenzaron a recoger tablas de madera del suelo y las llevaron al exterior de la cabaña, donde con ayuda de un par de martillos y clavos, comenzaron a cubrir el hueco de la pared.
Estaban terminaron de martillar la segunda tabla cuando escucharon el sonido de un vehículo estacionandose al otro lado. Ambos rápidamente rodearon la cabaña con gesto alarmante y se detuvieron estupefactos al ver como Joyce Byers bajaba de un auto negro junto con una mujer del gobierno.
Tanto Will como Mike habían salido de la cabaña, por lo que el primero no tardó nada en bajar corriendo las escaleras del porche y correr abrazar a su madre junto con Jonathan; Y Joyce, quien lo único que deseaba era ver a sus hijos sanos y a salvo, los envolvió entre sus brazos con los ojos empañados en lágrimas de felicidad. No obstante, y en cuanto alzo la mirada por encima del hombro de su hijo mayor, vio a Tessa acercándose a ellos junto a Steve, quien observaba el emotivo encuentro entre madre e hijos con una pequeña sonrisa pintada en los labios, sin embargo, y en cuanto la puerta del auto detrás de ella volvió abrirse, Tessa se detuvo de golpe y miró perpleja a la persona que venía con ella.
-Hola Tessa -saludó Jim Hopper a la joven que no dejaba de observarlo cómo si se tratase de un fantasma, cosa que era totalmente entendible.
Tessa soltó un jadeo con la mirada empañada por las lágrimas que comenzaban a aglomerarse en sus ojos al ver a Hopper ahí; su corazón, el cual seguía doliendo, comenzó a latir de una manera desenfrenada al ver que el hombre que consideraba como un segundo padre estaba enfrente de ella. Vacilante, dio un paso hacia él, como si la simple accion fuera hacer que él desapareciera al instante. Pero en cuanto Hopper le sonrió y extendió ambos brazos hacia ella con la clara invitación de acercarse y abrazarlo, Tessa terminó soltando un sollozó más grande antes de envolver a Hopper en un gran abrazo.
-Estas vivo -musitó ella, a lo que él asintió.
-Lo estoy -afirmó.
-Pero... ¿Cómo? -inquirió ella a la vez que se separa de él y se limpiaba las lágrimas-. La maquina... La explosión. ¿Cómo es que...?
-Te lo contaré todo, lo prometo -dijo él-. Pero primero me gustaría saludar a alguien más.
Tessa sonrió abiertamente al comprender de quién hablaba
-Esta dentro -indicó señalando la cabaña detrás de ellos, y Hopper, sin perder un segundo más, se dirigió a esta y desapareció de la visto de todos en cuanto cruzó el umbral.
Tessa volteo a ver Joyce con una sonrisa.
-Por eso saliste del país, ¿Cierto? -preguntó ella caminando hacia Joyce, quien asintió con una pequeña sonrisa antes de abrir los brazos para que ella la abrazara. Tessa rodeo a la mujer con fuerza y musito en su oido-. Gracias.
-De nada -respondió ella antes de separarse y rodear el rostro de la chica con sus manos-. Lo haría por cualquiera de ustedes.
Tessa, sintiendo una pequeña felicidad dentro de si, le sonrió a Joyce y disfruto de las pequeñas caricias maternales en su rostro.
Ambas se separaron cuando escucharon pasos acercándose y voltearon a ver a Eleven, quien al ver a su madre adoptiva, salió corriendo para saludarla. Tessa se apartó para dejarlas hablar en privado y se acercó a Steve, quien se encontraba saludando a Hopper.
Al verla acercarse, rodeo sus hombros con un brazo antes de dejar un pequeño beso sobre su cien.
-Asi que... ¿Están juntos? -cuestionó Hopper con gesto serio. Tessa sonrió abiertamente al sentir como Steve se tensaba junto a ella y observaba a Jim con gesto nervioso; sabía perfectamente que el hombre era como un padre de la chica que amaba y ahora no pudo evitar pensar en que debería conseguir su aprobación para estar con ella. Steve tragó saliva y asintió. Hopper terminó sonriendo-. Bien. Siempre y cuando la cuides, Harrington.
Steve miró a la chica a su lado con una sonrisa.
-Siempre -aseguró él.
Tessa miró enternecida como Hopper palmeaba la espalda de Steve, complacido con su respuesta, para luego proseguir a explicarles cómo había sobrevivido a la explosión en Starcourt; les estaba contando como los soviéticos lo habían llevado a un campo de prisioneros en Kamchatka, cuando súbitamente Tessa sintió un cambio en el ambiente. Su cuerpo se tenso y sus alarmas se activaron.
-Hey, ¿Estás bien? -le preguntó Steve al sentir su cuerpo tenso.
Tessa negó y miró a su alrededor con intranquilidad.
-Algo... No está bien.
-¿Tu también lo sientes? -preguntó Will inquieto con una mano sobre su nuca.
-Si -afirmó ella-. Algo se acerca.
Y como si sus palabras hubieran dictado una sentencia, el cielo azul sobre sus cabezas comenzó a rugir debido a unas enormes nubes grises y relámpagos. Todos alzaron la mirada desconcertados cuando unas pequeñas motas blancas comenzaron a descender del cielo.
-¿Está... nevando? -preguntó incrédulo Argyle, quien había salido de la cabaña junto con Leila al ver el cambio repentino del cielo.
La azabache volteo a verla esperando una respuesta positiva, más el gesto de Tessa demostraba todo lo contrario; No, aquello no era nieve. Hubiera sido menos inquietante si se tratara simplemente de eso.
Pero lo que caía del cielo era nada más y nada menos que esporas; Las mismas esporas que flotaban por todo el Upside Down.
Aquello no era nada bueno. Definitivamente algo malo estaba pasando. Y Tessa lo confirmo en cuanto las visiones comenzaron a reproducirse en su cabeza de forma atropellada: Una nube oscura expandiéndose sobre todo Hawkins. El centro del pueblo envuelto en unas feroces y descontoladas llamas. Cientos de soldados muertos por las calles. Y una gigantesca criatura rugiendo al aire con la promesa de destruir todo a su paso junto a su ejército de monstruos.
Tessa trastabillo hacia atrás en cuanto las visiones pararon, y sin detenerse a pensar o comentar algo, salió corriendo en dirección a las nubes obscuras que entornaban el cielo, ignorando los llamados de Steve y los demás detrás suyo; Las esporas caían más pesadas a su alrededor, aferrándose tanto en su cabello como a su ropa, más eso no fue impedimento para que continuará corriendo con el corazón en la boca. Una vez llegado al límite del bosque, Tessa se detuvo y observó el gran valle que se abría frente a sus ojos. A pasos lentos, comenzó adentrarse en el valle, observando a lo lejos la gran columna de oscuridad que se elevaba hacia el cielo desde el centro del pueblo, ahí donde los cuatro portales se encontraban.
Steve y los demás la alcanzaron, deteniendose de golpe al ver la escalofriante imagen frente a ellos. A pasos vacilantes, se acercaron a dónde estaba Tessa parada y vieron con mayor claridad como desde la abertura más ancha del portal, una oscura nube en forma de hongo se elevaba, arrojando oscuridad y esporas por todo el cielo de Hawkins.
Tessa sintió un vuelco en el estómago cuando, a lo lejos, divisó los helicópteros militares rodeando la nube oscura, mostrándole a escala masiva lo grande que era aquella cosa.
Sin pensarlo, Tessa busco la mano de Steve, como queriendo asegurarse de que el chico estaba viendo lo mismo que ella. Esté sujeto su mano con gesto firme y le hizo saber que ahí estaba. Viendo lo mismo que ella.
Viendo como el mal se estaba extendiendo frente a ellos desde el cielo y el suelo, pues ahí donde las flores y la hierba verde deberían estar coloridas, se estaban pudriendo debido a la maldad que comenzaba a consumir el pueblo.
Tessa vislumbro a Eleven adentrarse valle abajo, donde terminó arrondillanse y arrancando una flor que segundos atrás era amarilla. Un escalofríos la recorrió de pies a cabeza, y de pronto la voz áspera y ronca de Vecna sonó en su cabeza.
-Esto no ha terminado todavia, Tessa... Iré por ti -aseguró él-. Esto apenas y es el comienzo
Y fue ahí, escuchandolo de nuevo, restregandole que seguía con vida, que una inmensa irá la golpeo en el pecho. Tessa levantó el rostro con determinación y miró a cada uno de los presentes alrededor del valle, quienes, de alguna forma, sabían que debían prepararse para una última pelea.
«Te estaremos esperando imbécil»
Porque está vez sería diferente.
Esta vez enfrentarían a Vecna y lo derrotarian todos juntos. Como una familia.
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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐
Les juro que en mi mente el Epílogo no era tan largo, pero mientras iba escribiéndolo solo podía ver cómo este se hacía más y más largo hasta superar las 10,000... ¡Diez miel gente! ni yo me lo creo JAJAJAJA Pero bueno, siento que fue un gran cierre a la historia, por lo menos hasta que la S5 salga y vea como terminará todo para nuestros guerreros en Hawkins.
¿Qué si estoy lista para eso? Absolutamente no. No lo estoy.
Anyways, tengo sentimientos encontrados, por un lado me duele haber terminando el segundo acto pero por el otro me emociona continuar con la historia de Eddie y Leila... Aún con lo que se reveló aquí. Y seguramente sabiendo el destino de Eddie, much@s de ustedes no querrán leer Eletric Love sabiendo que van a llorar, más sin embargo les pido que le den una oportunidad.
Para los que me conocen, saben que me gusta dar giros inesperados, y Eletric Love no será la excepción ggg
En fin, solo me queda agradecerles por todo el apoyo que le han brindado a Secrets; todavía recuerdo por allá del 2019 que comencé a escribir está historia:') jamás me imaginé el apoyo que tendría en la actualidad; nunca, ni por asomó, imaginé que cautivaria a tantas personas con mi historia. Una historia que surgió y evolucionó de una forma que puedo decir que me enorgullece. Si leyeron la primera edición, cuando el fic solía llamarse "Stranger girl", entenderán a lo que me refiero. Mi escritura y mi narrativa son tan diferentes ahora, y todavía me falta mucho por mejorar.
En fin, gracias. Sobretodo a -munsoncult, mi ancla, mi Eddie de mi Steve. Mi Annabeth de mi Percy. Mi persona especial y por la cual siempre estaré agradecida por conocer. Te amo babe, gracias por todo el apoyo ✨❤️
Nos vemos en Eletric Love ❤️🔥
BARBS HARRINGTON
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