🍨⚓ ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ Chapter three

❝ Steve vs robin ❞

Existe una palabra para describir a Steve Harrington. Y esa palabra tiene seis letras.

I-D-I-O-T-A.

Steve era un idiota la mayoría de las veces, pero no vayan a pensar mal, el chico podía ser un gran amigo cuando no metía la pata, y eso no pasaba muy seguido.

Jonathan siempre me replicó sobre mi amistad con él. No podía entender cómo yo, alguien amable y para nada creída por la popularidad que tenía, podia tener de amigo al famoso Rey de la escuela, Harrington. De hecho, si me hubieran dicho hace cinco años que llegaría a ser gran amiga de Steve, seguramente me habría reído muy fuerte en su cara.

Y es que Steve no era fácil de tratar, se creía el puto ombligo del mundo y se burlaba de los demás solo por el simple hecho de que sus padres eran ricos y era el chico mas deseable del instituto con aquella cabellera larga y sonrisa de encantadora.

Ok, si. Era muy guapo. Ni yo era incapaz de negarlo.

Pero su guapura no le quitaba lo idiota de arriba.

Siempre había evitado relacionarme con él y sus amigos, Tommy y Carol, los cuales eran peor que él.

Nunca me metí con él y él nunca se metió conmigo.

Ambos éramos populares pero de grupos sociales muy diferentes.

No obstante, durante un castigo que injustamente me pusieron por su culpa, descubrí que Steve realmente no era tan malo. Era amigable sin todos esos amigos suyos rondando cerca.

¿Qué como me castigaron? Bueno, primero debo decir que me molestaba mucho como Steve y sus amigos se burlaban de los demás que creían que no estaban a su nivel. Era insoportable de ver.

Pero, sobretodo, me molestaba que lo hiciera solo para llamar la atención. A ver, había muchas formas de llamar la atención de la gente, ¿Por qué molestar a los demás?

No lo soportaba.

Así que un día durante la clase de historia, cuando  Tommy y Steve estaban lanzando bolas de papel a un chico considerado nerd llamado Kevin -bastante agradable ahora que lo recuerdo- no aguante mis impulsos. La maestra, como siempre, no se daba cuenta del acoso que se estaba formando en su clase, y Kevin lo único que podía hacer era encogerse cada vez mas asiento por miedo a enfrentarlos.

¿Saben quién fue la que salto a su defensa?

Si, yo.

Arranque una hoja de mi cuaderno y se la lancé al idiota directo a la cara.

La maestra justo en ese momento decidió darse cuenta de lo que pasaba en clase

«¡Jones! ¡Harrington!» nos llamó la atención.

Terminé castigada por lanzar esa bola.

Maldita vieja.

Pero gracias a ella, y a ese castigo, Steve y yo nos volvimos amigos. Y a partir de ese día se acercaba más a mí y conversábamos sin pelear.

Se volvió un gran amigo.

— ¿Y que te hizo regresar Tess?

Steve y yo nos encontrábamos en la parte trasera de la tienda. Me había dado mi uniforme y ahora lo estaba ayudando a mover unas cajas de la bodega.

—Supongo que una parte de mi quería regresar y.... despedirse.

No le conté la verdad; No podía decirle a todas las personas el verdadero motivo por el que había regresado. Pero tampoco mentí del todo.

Nunca me despedí de mi familia.

No había asistido al funeral ni tampoco visite las tumbas de mis padres y hermano. No había tenido la fuerza para hacerlo, y tampoco en esos dos años que pasaron. Ahora estaba ahí, en Hawkins, decidida a averiguar lo que realmente había pasado esa noche

Pero tampoco le diría eso a Steve.

El cuarto se llenó de un incómodo silencio. Supongo que Steve estaba pensando en que decir sin meter la pata. Debió suponer que el tema del accidente era todavía muy doloroso para mí por mi forma de titubear al decir despedirse. No podía evitarlo. Ni aunque pasarán diez años podría superar el dolor de lo que perder a tu familia significaba.

—Puedo acompañarte cuando quieras.

Su respuesta me sorprendió. Bastante

Lo había dicho tan sincero y sin lástima alguna. Mi corazón brincó, pero intente ocultar aquello.

—Me vendría bien ir acompañada. Gracias.

El sonrió. Bajo una de las cajas más altas y me la paso.

Steve había cambiado, para bien.

Y ese cambio me gustaba.

Estaba a punto de preguntarte a que se debía aquel cambio en el cuando la campana del mostrador empezó a sonar repetidas veces; Steve bufó y dejó las cajas en el suelo. Volteé a verlo con una ceja alzada.

—¿Qué suce...

Pero entonces Robin gritó desde la recepción.

—¡Hey tonto! Llegaron tus niños.

Frunci el ceño. ¿Tus niños? Desde cuándo los mocosos eran sus niños. ¿Desde cuándo los niños iban a buscarlo ahí?

Steve se acercó a las puertas de la ventana que daban al mostrador y las abrió de golpe.

—¿Otra vez? ¿Enserio? —dijo.

Solo escuché el "tin" de la campana y luego los niños entraron al cuarto trasero. Se quedaron helados al verme.

—¿Tessa?

—¡Mike!

—¡Tessa!

— ¡Lucas!

—¡Max! —Todos volteamos a ver a la niña pelirroja con una ceja alzada. Está se encogió de hombros con gesto indiferente—. Creí que estábamos diciendo nuestros nombres.

Me reí y me acerque a ella para abrazarla.

—Hola de nuevo Max. No creí encontrarte con ellos —señale a los mocosos.

—Son raros, pero me caen bien —me respondio con un gesto sin importancia.

—¡Hey! —protestaron ellos.

Note que Steve intercalaba su mirada entre Max y yo.

— ¿Se conocen? - preguntó Steve señalandome a mí y a Max. Asentí.

—Fuimos vecinas en California, a veces cuidaba de ella cuando sus padres salían —respondí.

—Si, aparte Tess salió con Billy durante un tiempo.

—¿Qué? —dijo Steve, incrédulo. Lo ignore y mire a Max.

—No me recuerdes ese error —le pedí, aunque por dentro mi corazón se estrujó ante el recuerdo de su hermano—. ¿El imbécil sabe que estoy aquí? — le pregunté intentando que no se notará mi nerviosismo ante la espera de su respuesta.

Max negó.

—No lo sabe —Suspiré con alivió—. Pero se enterará tarde que temprano y vendrá a verte.

—Genial —nótese el sarcasmo. Max solo me miró con una mueca.

—Sabes que si le importabas, ¿No?

Bufé.

—Claro, por eso terminó conmigo —respondí con irónia.

Los demás me miraron como si fuera extraña criatura de otro universo.

—¿Qué? —musite.

Steve se adelantó a los mocosos.

—¿Saliste con Hargrove?

Lo mire con una ceja alzada.

—Si, ¿Por qué suenas tan sorprendido?

Sin embargo Steve no tuvo tiempo de responder cuando Will exclamó:

—¡Se hace tarde!

Me gire hacia ellos.

—¿Tarde para qué?

Pero en eso Steve bufó y abrió la puerta trasera del depósito que conectaba con todos los almacenes del centro comercial.

—Dense prisa —les dijo Steve a los niños y estos se apresuraron a cruzarla—.  Si alguien se entera de esto...

— ¡Nos matas! —escuche que le gritaron ellos como respuesta al chico.

Steve hizo un gesto de resignación y cerró la puerta detrás de él. Me cruce de brazos y entorne los ojos.

—¿Qué fue eso? —le pregunté.

—Soy su entrada al cine gratuito —me dijo.

—Y... ¿Cuantas veces has hecho eso por ellos?

Steve meneó la cabeza.

— La última vez fue hace 2 días.

No pude evitar sonreír con gracia.

—Realmente los quieres.

Steve solo se encogió de hombros.

—Esos mocosos se volvieron especiales.

—Hey —proteste—. solo yo puedo decirles así.

Él me miró burlón.

—Perdiste ese derecho hace tiempo —respondió y me guiñó un ojo.

Rodé los ojos, ignorando el constante latido de mi corazón, y le dije.

—Sigo sin entender cómo es que tú y los mocosos se volvieron tan unidos. Quiero decir, no creo que los Wheeler, los Sinclair o la señora Henderson te hayan contratado de forma oficial, ¿O si?

Nada más lanzar aquello, note como Steve se ponía nervioso.

—Bueno, no exactamente... Pero, pasaron algunas cosas que... Nos unieron.

—¿Cosas? ¿Cómo que?

Pero Steve evadió mi mirada y se encogió de hombros.

—Cosas.

Resople, pero antes de que pudiera replicar, Robin entro en el cuarto.

—Tessa, te toca atender la caja.

—Genial —musite y me dirigí al mostrador cuando la voz de Steve me detuvo.

—Te falta tu gorro — volteé a verlo con una ceja alzada. Esté sostenía un gorro de marinero en la mano. Hice un puchero—. Es parte del uniforme, Jones. Si yo tengo que usarlo, tu también.

Bufé con irritación, tomé el ridículo gorro y me lo coloque.

— A trabajar marinera —me dijo con burla.

Entorne los ojos y salí del cuarto para dirigirme a la caja. Me veía ridícula.
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— Una bola de chocolate es un dólar veinticinco —escuche a Steve decir mientras le entregaba su helado a una chica con un afro— ¿Algo más?.

La chica negó y le dio el dinero.

—Vas a Purdue —comentó él recibiendo el dinero—. Que nivel.

Tuve que aguantar una carcajada enorme. Oh, vamos, esto era tan divertido de ver y escuchar.

—Estoy contenta —le respondió la chica.

Steve rió levemente.

— Si, yo pensé en ir a Purdue pero luego decidí que quiero experiencia en la vida real antes de la universidad, ver cómo es... No sé... Ver como se gana la vida el trabajador. Aguanta perdón —la caja se había trabado.

Me gire a ver a Robin, totalmente atonita por lo que estaba viendo al otro lado de la ventana

—¿Enserio está pasando esto?

Robin asintió.

—No sabes cuánto disfruto esto —me dijo y no pude estar más de acuerdo con ella.

Era divertido ver cómo Steve Harrington estaba fracasando en el arte del coqueteo.

— Es mi primer día aquí —escuchamos que dijo pero cuando me asome nuevamente por la ventana, la chica ya se alejaba con su amiga.

—Y otro estrepitoso fracaso — dijo Robin asomándose junto a mi con un pizarrón en manos, me moví un poco al costado para ver la cara de Steve—. Vas seis a cero Popeye.

—Si se contar —Refutó él apoyándose en el mostrador.

—Significa que eres un fracasado —dijo Robin.

— Si, también sé leer —dijo Steve con irritación.

—¿Desde cuándo? —inquirió Robin.

Me metí antes de que Steve saltará sobre ella par ahorcarla.

—Jamás creí veria eso —le dije. Steve bufó.

— Es esté estúpido gorro —replicó acercándose a la ventana—. me tapa lo mejor que tengo.

—Si, lo del uniforme es molesto —concordó Robin.

—No, es ridículo —añadí yo.

Sin embargo Steve lucía deprimido.

—Te parecerá una idea ridícula, pero ¿no se te ocurrió decirles la verdad? —le dijo Robin, a lo que me volteé a verlos extrañada.

¿De que me estaba perdiendo?

—¿Qué no logré entrar al instituto técnico y que el idiota de mi papá desea darme una lección? ¿Qué ganó tres dólares la hora y no tengo futuro? ¿Esa verdad?

—Ya te lo había dicho —tanto Steve como Robin voltearon a verme—. Ya te había dicho que tu papá era un idiota.

Steve meneó la cabeza y resopló, resignado.

—A las doce en punto —dijo de pronto Robin señalando la entrada de la heladería. Steve volteó y vio a un grupo de chicas que había entrado al local.

—Mierda —volvió a girarse hacia nosotras ahora con un gesto de nerviosismo—. Está bien... Ahí voy, ¿Y saben que? A la mierda el uniforme —Tiro el gorro de marinero dentro del cuarto.

—Oh por dios, eres otro —refutó Robin.

Me reí. ¿Ya había dicho que me caía bien está chica? Pues lo repito, me cae bien.

— Si ¿no? —se volteo y saludo a las chicas con una energía entusiasta—. ¡Ahoy señoritas! No las había visto por aquí. Desean navegar conmigo por este mar de sabores... Seré su capitán, Steve Harrington.

Suspiré y me volví hacia Robin.

—¿Puedo?— señalé el marcador que sostenía en manos. Esta me lo entregó y dibuje otra línea en el lado de "Fracasado"

Iba siete a cero.

—¿No te molesta ver cómo coquetea con otras? —me preguntó Robin, a lo que me gire a verla con el rostro desencajado.

—¿Por qué debería?

Robin me miró con incredulidad.

— ¿No te gusta?

Me reí fuerte. Intentando ocultar mi nerviosismo.

—Steve y yo somos amigos Robin, solo amigos.

—Así se empieza Tessa... Así se empieza —y salió del cuarto para limpiar unas mesas libres.

Yo me quedé estática en mi lugar.

¿Steve y yo? ¿Juntos? Pfff, porfavor. Mi crush con Steve Harrington estaba en el pasado.

PASADO.

Yo ya no sentía nada por él. Y él nunca llegaría a sentir nada por mi.

Y estaba de acuerdo con eso. Ok.

Muy de acuerdo.

Bueno, eso cre... ¡No! Definitivamente estaba de acuerdo.

Si, así debían ser las cosas entre ambos...¿No? Siempre habían sido así.

¿Por qué deberían cambiar?

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟏𝟗

Meme del capítulo:

Jajajjaa morí con el 🤣 (meme hecho por tinta-oculta)