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❝ Capitulo ocho² ❞

🕰️🎧 ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ act two: chapter eight

symptom  ❞

Tessa en ningún momento dejó de seguir con la mirada a Max. La chica caminaba hacia la puerta de la casa de la Sra. Kelley con paso nervioso y repasando en su mente lo que le diría a la mujer una vez que abriera la puerta; Tessa la vio por la ventana de Steve tocar la puerta, la cual fue abierta momentos después por una mujer de piel oscura y de cabello rizado, quien supuso era su terapeuta. Está la invitó a pasar y Max volteo a verlos antes de seguir a la mujer al interior de su casa.

—Bien, entro —comentó Steve, quien también estaba al pendiente de la pelirroja.

—Me faltan las clavículas, no los ojos —repusó Dustin desde el asiento trasero,pero Steve lo ignoró.

—¿Creen que funcione? —preguntó Tessa en voz alta hacia ambos tras un par de segundos en silencio—. Quiero decir, los terapeuta tienen un código ético que no les permite hablar de otros pacientes a otras personas.

—¿Cómo sabes eso? —le preguntó Steve volteando a verla con intriga.

Tessa rodó los ojos, aunque por dentro se reprendia por haber mencionado aquello.

—Todo el mundo lo sabe.

—Si bueno, yo no lo sabia. Nunca he ido a uno, ¿De acuerdo? —espetó Steve.

—Como sea —bufó Tessa—. ¿Cómo estamos seguros de que Max no se esta arriesgando al intentar averiguar algo con esa mujer?

—No lo sabemos —respondió Dustin—. Solo debemos confiar en que lo lograra.

Pero su respuesta no la dejó traquila, por lo que abrió la puerta del auto y bajo.

—¿A dónde vas? —le preguntó Steve.

—Necesito fumar o perderé la cabeza de los nervios —respondió ella sin voltear a verlo. Se recargo sobre el capo del auto y saco del bolsillo de su rompevientos una cajetilla de cigarrillos y un encendedor.

—Ahi va de nuevo —resopló el mayor por lo bajo pero Dustin lo escucho.

—Entonces...¿Vamos a hablar de eso? —le preguntó a Steve, quien dejó de mirar a Tessa y se volteo a verlo.

—Perdón, ¿Hablar de qué?

—¿Tu locura repentina de cuando por poco te le tiras encima a Tessa cuando se ofreció a ir con Nancy?

—No fue así —objetó Steve.

—Si, estoy seguro de que fue así —afirmó Dustin—. Fue público. Hubo muchos testigos.

—¿Insinúas que aún me gusta Tessa?

—No. No insinuó. Lo digo —dijo él, a lo que Steve resopló—. Y dado a tu firme rechazo de no querer hablar sobre el tema de su rompimiento, es la única explicación lógica.

—No es la única —rectificó él—. Y en cuanto a Tessa, solo intentaba proteger a una amiga.

—¿Así que volvieron a ser amigos? —cuestionó él.

—Si, No... Tal vez, da igual.

—Bueno —respondió Dustin sin creerle una sola palabra.

—No quiero encontrarla con los ojos arrancados por el loco de Vecna, ¿Ok? —se justificó Steve, sin embargo Dustin se rió al verlo.

—Te pusiste todo rojo.

—No. No quiero hablar de eso —protestó él—. Sigue y te dejo sin dientes de nuevo.

Pero Dustin rápidamente dejo de reírse y miró a Steve sin gracia alguna.

—Fue demasiado.

Steve volteo a verlo y reparo en su error.


—Me pase. Perdón.

—Esta bien.

Y cómo buenos amigos que eran, ambos asintieron y terminaron chocando su puño.

Tessa, por otro lado, no escuchó nada de lo que ambos chicos hablaban dentro del auto, más si fue consciente del peso de una mirada sobre su espalda casi todo el tiempo.

Si era honesta, no sabía cómo sentirse al respecto. Nunca, ni por asomó, imagino que estaría otra vez involucrada en todo ese asunto del Upside down. Suficiente había tenido el año pasado y no quería repetir aquellos sucesos trágicos que la habían marcado hoy en día.

Todas las desgracias en su vida eran culpa de ese otro mundo; La muerte de su familia. La muerte de Billy y Hopper. Que los Byers se fueran porque Joyce no podía seguir viviendo ahi debido a los recuerdos del hombre que amo y protegió como un padre a Eleven.

Todo era culpa del Upside down. Todo.

Así que no. Tessa no estaba feliz de estar otra vez envuelta en sus misterios. Sino fuera porque Eddie era amigo suyo, y una especie de novio de Leila, y que tenía aquella extraña sensación de que todo estaba relacionado con aquel reloj y l voz que la atormentaba, lo más seguro es que se hubiera mantenido apartada de todo ese asunto desde un inicio.

O eso quería creer ella.

Mediante el tiempo iba avanzando, Tessa comenzaba a mover su pierna con nerviosismo e impaciencia. Max estaba tardando mucho y comenzaba a preocuparse de que su terapeuta hubiera descubierto sus planes de averiguar algo sobre Chrissy y Fred. Si ese era el caso, y Max había insistido en saber algo, lo más posible que es la Sra. Kelley llamara a la policía o a la madre de Max, y eso sin duda seria un problema para la investigación.

No obstante, justo cuando sus impulsos le gritaban al oído que fuera a buscarla, vio salir a Max por la puerta con paso apresurado.

Tessa de inmediato se incorporó y la miró con preocupación.

—¿Estás bien?

—Si, debemos irnos.

—¿Qué pasó?

—¿Que te dijo? —le preguntó Dustin cuando ambas subieron al auto.

—Nada, arranca.

—¿Nada?

—¡Steve arranca!

—¡Bueno! —y sin esperar un segundo más, puso el auto en marcha de tal forma que las llantas chirriaron.

Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos de la casa de la Sra. Kelley, Tessa se volvió en el asiento y miró a Max.

—¿Qué sucedió?

—No quiso decirme nada de Chrissy, así que tome esto; son las llaves de su oficina en la escuela —dijo mostrándoles un llavero.

—¿Robaste sus llaves? —inquirió Tessa atónita. Max, sin vergüenza alguna, se encogió de hombros y le resto importancia.

—Necesitamos el expediente de Chrissy.

—Por supuesto —asintió Dustin—. Si Chrissy vió algo, debe estar escrito en su expediente.

Max asintió, había pensando lo mismo que él.

—¿Entonces a la escuela? —preguntó Steve con la mirada en el camino.

Ambos menores asintieron.

—Si.

Tessa suspiró y señalo a Max con un dedo.

—Pero no más robos, ¿oíste?

Max rodó los ojos y asintió.

Tessa volvió a sentarse de forma correcta en el asiento y estiró el brazo para prender la radio; el camino hacia la secundaria sería algo largo desde donde estaban y prefería escuchar algo de música a pasar otro momento de silencio con Steve a su lado.

Muy pronto la voz de Brian Johnson envolvió el ambiente y el ritmo de la música influyó en ella, de modo que empezó a mover el pie y la cabeza al ritmo de Highway To Hell.

Don't need reason, don't need rhyme —cantó Tessa en voz baja y con la mirada en la ventana—. Ain't nothin' that I’d rather do...

—No sabía que te gustaba AC/DC —habló Dustin desde atrás.

Tessa miró sobre su hombro, y le sonrió levemente.

—Mis gustos musicales son muy variados, Dus.

Steve, al volante, soltó una pequeña risa y asintió a eso.

—Si que lo son —afirmó él—. Puede estar escuchando a Cyndi Lauper, y de un momento a otro ya está escuchando a Bon Jovi, Metallica, o AC/DC —y señaló la radio del auto.

Tessa, sin poder evitarlo, se rió.

—Tu siempre te quejabas de que pusiera Rock o metal.

—No es cierto —protestó él ceñudo, pero con una sonrisa divertida en los labios.

—¡Claro que sí!

—No —negó él —. No lo hice cuando fuimos al karaoke; incluso cante contigo I Love Rock 'N Roll.

—Oh vamos, Steve. Es Rock Classico, eso no cuenta —repusó ella—. Todo el mundo ha cantando, por lo menos una vez en su vida esa canción. ¿No es cierto? —y volteo a ver a ambos menores.

—Si.

—No —dijo Dustin.

Tessa y Max voltearon a verlo una ceja alzada.

—¿Nunca? —inquirió Tessa.

Dustin negó.

—¿Qué clase de influencia eres para él? —le cuestionó a Steve, quien abrió la boca totalmente ofendido.

—¿Yo?

—Si, tu. El niño no sabe de Rock clásico.

—¡Hey!

—No es mi culpa que él prefiera Never Ending Story a... no sé, Paint It Black —y se encogió de hombros.

—¡Hey! —volvió a quejarse el rizado, pero Tessa volteo a verlo, atónita.

—Dime que has escuchado, por lo menos una vez en tu vida, a The rolling stones —pidió ella con un gesto suplicante.

Dustin, exasperado, asintió.

—Claro que si los he escuchado, tampoco soy un inculto de la música —protestó él.

Tessa suspiró aliviada y volvió a sentarse de forma correcta.

—Menos mal.

—Ahora entiendo porque tú y Eddie se llevan tan bien —habló Dustin tras un par de segundos en silencio—. Ambos se ponen intensos con la música.

Tessa resopló.

—Yo no...

—Claro que si —espetaron los tres, interrumpiendola.

Tessa bufó y se encogió de hombros.

—Tengo buenos gustos, que puedo deci...

Pero no pudo terminar de decir lo que iba a decir cuando sintió una fuerte punzada en la parte posterior de la cabeza. Como si alguien la hubiera atravesado de lado a lado con una espada.

—¿Estás bien? —le preguntó Steve intercalando su mirada entre el camino y ella.

Tessa asintió pero soltó un quejido debido a que el dolor aumentó.

—Argh.

—¿Tessa? Mierda... —masculló Steve viendola—. Tu nariz está sangrando.

—Estoy bien —aseguró ella limpiandose con la manga de su rompevientos—. ¿Alguno trae agua?

—Yo si —respondió Dustin desde atrás. Sacó una botella de agua de su mochila y se la paso a Tessa, quien la tomó y saco de su bolsillo un pequeño frasco amarillo.

—¿Qué es eso? —preguntó Steve, pero ella no le respondió, sino que se tomó dos pastillas y tomo de la botella para pasarlas—.Tessa, ¿qué es...

—Nada, Steve. Estoy bien —espetó ella devolviéndole la botella a Dustin.

—Pero...

Dustin, soy Lucas, ¿Me copias? —sonó la radio del rizado, salvando a Tessa de tener que hablar sobre el tema—. Dustin...

—¿Lucas? —inquirió el rizado tomando la radio de su mochila—. ¿Dónde diablos estabas?

Solo escucha; ¿Están buscando a Eddie?

—Si, lo encontramos, no gracias a ti —le reclamó Dustin.

¿Lo encontraron?

—Si, en un cobertizo en Coal Mill. A salvo.

Mató a Chrissy, ¿Lo saben?

—Eso es mentira —negó Dustin con algo de molestia—. Eddie Intentó salvarla.

—¿Por qué la policía dice que fue él?

Tessa bufó y se estiró para tomar la radio.

—Porque la policía aquí es una mierda que no sabe hacer su trabajo.

—¿Tessa?

—¿Quién más Sinclair?

Pero en eso Max le quito la radio.

—Lucas, estás muy desactualizado —le dijo—. Ve a la escuela y te explicaremos todo.

Tanto Steve como ella asintieron a lo que la pelirroja dijo.

No puedo —dijo él—. Creo que algo terrible va a pasar.

—¿De qué hablas? ¿Algo terrible? —preguntó Max, pero Lucas no respondío—. ¿Lucas?.... ¿Lucas?

Más no obtuvieron respuesta de su parte. La radio se había quedado en silencio.

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A pesar de que en años anteriores Tessa había pasado buenos momentos en la secundaria de Hawkins, ahora solo le quedaban los recuerdos de lo que alguna vez tuvo y perdió.

Aquella felicidad había sido efímera y ahora la melancolía formaba parte de su vida, porque sería una gran mentira decir que ella no extrañaba su antigua vida; una donde ella no sabía nada sobre el Upside Down ni de los monstruos que le habían arrebatado a sus seres queridos; Una donde era feliz y su única preocupación era graduarse con honores para ir a la universidad de sus sueños; Una donde vería a su hermanito crecer y ser él mismo sin temor a lo que la sociedad pueda decir de él.

Pero esa vida ya no estaba. Y nunca podría tenerla de regreso, por lo menos no de esa forma.

Y eso le dolía.

No obstante hizo todo lo posible para no demostrar su dolor y enfoco su atención en seguir a Max, Dustin y Steve por los pasillos oscuros de la secundaria para llegar a la oficina de la Sra. Kelley. Estaban doblando en una esquina cuando Robin hablo por la radio.

Dustin, ¿Me copias?

—Si, te copio —le respondió Dustin tomando la radio.

Nancy es un genio —dijo Robin al otro lado—. Las primeras víctimas de Vecna fueron en 1959. Su tiro dió en el blanco.

—Bueno, eso es una locura, pero no puedo hablar ahora —dijo él con la voz apresurada.

Espera, ¿Qué hacen?

—Nos metimos en la escuela para leer unos archivos confidenciales.

—¿Puedes repetir eso?

—Vengan aquí ya mismo, les explicaremos todo —les dijo él, a lo que ya no obtuvo una respuesta y dedujeron que ambas chicas lo habían oído.

Habían acelerado el paso cuando Tessa se detuvo en mitad del pasillo debido a un escalofrío que había sentido por toda su espalda. Iluminó con su linterna el pasillo detrás de ella, pero no había señal alguna de vida. Sin embargo, podía jurar que había sentido como alguien la miraba.

—Venga Tessa —le apresuró Dustin, a lo que ella reanudó su marcha para alcanzarlos, restandole importancia a esa sensación.

No tardaron ni un minuto en dar con la oficina que buscaban. Max abrió la puerta con la llave que había "tomado prestada" y de esta forma los cuatro entraron e iluminaron con sus linternas la oscura habitación.

—Esto es como Watergate —comentó Dustin viendo a su alrededor—. El Hawkinsgate.

—¿No atraparon a esos tipos? —pregunto Steve.

—Si —le dijo Tessa—. Y si no nos apuramos correremos su misma suerte.

—Santo cielo —exclamó Max, quien se había puesto a buscar el expediente de Chrissy en el archivero.

—¿Lo encontraste? —le preguntó Steve acercándose a ella.

—No solo el expediente de Chrissy —dijo Max tomando un folder del archivero—. Fred también veía a la Sra. Kelley.

—¿Qué? —musitó Tessa mirando de hito a hito a Max, quien lucía igual de desconcertada que todos—. Entonces... Aquí puede estar la conexión entre ambos y el porque Vecna los ataco—señaló ella, a lo que los tres estuvieron de acuerdo.

Max le tendió el archivo de Fred a Tessa mientras ella tomaba el de Chrissy. Los cuatro se acercaron al escritorio para estar más cómodos, de modo que Dustin iluminaba a Max para que pudiera leer y Steve hacia lo mismo con Tessa.

Lo primero que encontró Tessa al abrir el expediente de Fred fue una hoja con toda la información básica del chico junto con una foto adjunta en la esquina; también encontró algunas boletas de calificaciones y comentarios de profesores donde recalcaban que Fred era un gran alumno y brillante. No obstante también encontró un informe sobre un accidente donde el chico había estado involucrado y el cual, al parecer, había marcado su presente.

No se sentía cómoda leyendo lo que la Sra. Kelley escribía respecto a lo que Fred le hablaba en sus secciones, pero entonces su mirada recayó en una lista de síntomas que el chico padecía y sus sentidos se alertaron.

—¿Me das el expediente de Fred? —le pidió Max, haciendo que la atención de Tessa pasará de aquella lista a ella, quien se había puesto pálida de repente.

Tessa asintió, extrañada, y le pasó el expediente a Max sin hacer mención de los síntomas.

No obstante, Max colocó junto al expediente de Chrissy el de Fred, de forma que dejó a la vista ahora dos listas. Tessa sintió un vuelco en el estómago al ver que Chrissy también tenía los mismos síntomas que Fred.

Pero lo que hizo que su sorpresa, y sus nervios, aumentarán al grado de empezar a tener miedo, fue que aquellos síntomas eran igual a los que ella llevaba presentados esas últimas semanas:

Migrañas... habían empezado ese lunes, el mismo día que tuvo su cita con su terapeuta.

Hemorragia nasal...¿Cuántas veces no tuvo que lavar el chaleco de su uniforme por la sangre que le escurría de la nariz en horas de trabajo y por ningúna razón aparente?

Pesadillas constantes...no había mucho que decir en este punto, los malos sueños la perseguían como un sabueso a su caza desde esa noche en Starcourt.

Insomnio... tampoco había mucho que decir al respecto, no queriendo soñar lo mismo una y otra vez, Tessa pasaba noches enteras sin cerrar un ojo por el simple miedo de revivir sus remordimientos.

Traumas del pasado... vamos, no hacia falta mencionarlos.

Pero eso tampoco la hacía sentir mejor.

—¿Tessa, estás bien?

—¿Max? ¿Qué pasa?

Pero cuerpo se había congelado ante la revelación de aquella información, que no fue capaz de voltear a ver a Max. Estaba tan atonita y desconcertada, que las voces de Dustin y Steve parecían distorsionarse en el horizonte. Y es que ella no podía dejar de ver aquella lista.

Los mismos síntomas...

Ambos chicos...

Muertos en menos de 24hrs....

Entonces lo escucho:

Tic, tac, tic, tac, tic, tac....

Tessa...

¡Doing!

Inspiró entrecortadamente y giro despacio hacia la puerta, la cual se encontraba abierta y de donxe se podía escuchar claramente aquel maldito reloj.

Tessa....

Temblorosa, Tessa siguio la voz, de forma que salió de la oficina y comenzó a caminar por los pasillos oscuros, iluminando con su linterna y con el corazón latiendo a mil por hora dentro de su pecho.

Tic, tac, tic, tac... ¡Doing!

Su corazón latía tan velozmente, que amenazaba con salirse del pecho.

Tic, tac...

Tessa paro en seco al doblar por el pasillo y se estremeció de pies a cabeza al ver que el producto de su temor. Justo en la pared del fondo, incrustado de forma antinatural, había un reloj de pie, de esos antiguos que podías encontrar en la casa de tu abuela, y estaba funcionando. El péndulo, que se movía de un lado a otro a un ritmo constante y estremecedor, ahora se escuchaba con mucha más potencia que antes.

Tic, tac, tic, tac.... ¡Doing!

Con los nervios al cien, Tessa reanudó la marcha y comenzó a acercarse al reloj, no obstante volvió a detenerse cuando escucho nuevamente a alguien llamándola.

Tessa....

—¿Quién... Quién está ahi? —la voz le flanqueo, y aunque estaba temblando del miedo, giró sobre su propio eje buscando al dueño de dicha voz, aunque comenzaba a tener sus sospechas sobre quién podría ser.

Y no le gustaba nada lo que pensaba.

Tu hora se acerca... —dijo la voz—. Volverás a mi, Tessa.

La voz era tan áspera y fría, que sus sospechas se confirmaron cuando una imagen apareció en su mente como un flasheado. Unos fríos y antinaturales ojos azules enmarcados en una piel putrefacta y quebradiza. Tessa dio la medio vuelta y echo a correr para regresar a la oficina de la Sra. Kelley con el corazón en la boca; no iba mentir, estaba aterrada.

Finalmente había comprendido cual era la conexión entre Chrissy y Fred; Vecna no elegía a sus víctima al azar. No. Estos tenían que tener señales, o síntomas, que demostrarán cual afectados estaban por sus traumas.

Y para su desgraciada, ella formaba parte de aquel grupo.

¡Doing!

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐

¿Cómo por qué no me dijeron que Secrets había llegado a las 500k lecturas? AHHHH I CAN'T BELIEVED 🥰✨ solo por eso les traigo un capítulo de regalo, muchas gracias por el apoyo, son lo máximo 🖤✨

BARBS HARRINGTON

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