Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❝ Capítulo Diecisiete ❞

🍨⚓ ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ chapter Seventeen

the whole group

Narrador omnisciente

El centro comercial estaba apunto de cerrar sus puertas y las últimas personas que habían en el cine salían de las salas para dirigirse a sus hogares. Todo parecía tranquilo para los ojos de alguien que no sabía lo que realmente había debajo de ellos.

Nadie se percató de un grupo conformado por dos jóvenes mayores, el cual uno tenía el rostro golpeado y el uniforme lleno de sangre y vómito, y de dos niños que salían de los baños.

Steve, Robin, Erica y Dustin se mezclaron entre la multitud para salir del lugar del centro comercial.

—Mierda. Funcionó —comentó Érica hacia Dustin, quien había tenido la idea.

— Claro que si —respondió orgulloso de su idea—. Ahora subimos al autobús con estos mortales. Hogar dulce Hogar.

—Eh Dustin — llamo Steve quien iba detrás de los dos menores, había recordado algo muy importante.

—¿Qué?

—No deberíamos ir a tu casa.

—¿Por qué?

— Quizá les haya dicho tu nombre completo.

Y es que después de que Tessa confesará ser un agente encubierto y volvieran a llevarsela, los Rusos los interrogarlos y Steve terminó mencionado a su pequeño hermano de corazón, asegurando que traería refuerzos. Luego de eso las alarmas se activaron, el viejo abandonó la habitación para ver qué ocurría y Dustin entró por la otra puerta con un gritó de guerra y electrocutó al doctor, logrando salvarlos.

Ahora Dustin estaba consternado.

—¿Cómo pudiste? —le reclamó.

— Viejo, me drogaron —respondió Steve.

—¿Y que?

—¿Y que? —inquirió Steve incrédulo.

— Lo resistes. Lo soportas —respondió Dustin—. Lo soportas como un hombre.

—Para ti es fácil decirlo —se defendió Steve.

—Tessa pudo hacerlo —agregó Érica, sin notar el gesto de culpabilidad en el rostro de Steve al escuchar el nombre de la chica.

—eh ¿Chicos? —los llamo Robin deteniéndo del hombro a Dustin y Steve; los cuatro miraron hacia la dirección que la chica miraba, hacia las puertas principales.

Ahí estaban los dos guardias de seguridad que los había estado persiguiendo, checando a cada una de las personas que salían.

—Aborten —musitó Dustin y los cuatro salieron corriendo al instante en el que uno de los hombres los vio.

Corrieron entre las pocas personas que quedaban en el mall, pero al llegar a las escaleras eléctricas se detuvieron por el paso cerrado, por lo que Robin se lanzó por la estrecha separación de ambas escaleras como si fuera un tobogán y los demás la siguieron.

Debían esconderse y rápido.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ

●●●

Tessa

Escapar no fue fácil.

Demonios, enserio que no lo fue. No sé cómo es que logré salir viva de ahí abajo. Les juro que pensé que sucumbiria en aquella base rusa y nunca recuperarían mi cuerpo.

Pero no; había logrado escabullirme a tiempo y era en estos momentos donde le agradecía mentalmente a Jules por tantos meses de entrenamiento.

Cuando volviera a verla sin duda le agradecería.

Si bien el brazo me escocia por la culpa de un roce de bala, me encontraba viva y eso es lo que importaba. El ascensor todavía no llegaba a la superficie, por lo que tome asiento en el frío piso y apreté los dientes por el ardor. La sangre escurría por mi brazo izquierdo y manchaba tanto el piso como mi uniforme. Miré el borde de mi blusa de marinero la cual estaba rajada por la pelea contra uno de esos rusos. Tire de ella y corte un buen trozo de está para enrollar mi brazo y hacer presión. Esto detendría el sangrado por el momento.

Una vez hecho eso, apoye mi cabeza en la pared y suspiré profundo, recordando como había logrado salir de ahí abajo.

En el momento en que comencé a disparar y vieron mis capacidades de puntería, retrocedieron para cubrirse. Yo aproveche aquel momento para utilizarlo a mí favor y subí al coche rojo para arremeter contra ellos.

Estuve dando vueltas por todas las instalaciones, golpeando, esquivando y disparando a los malos.

Me salve varias veces de los disparos por los pelos, pero uno de ellos me alcanzó a rozar en el brazo izquierdo. No me detuve.

No me detuve aún cuando mi cuerpo comenzaba a exigirmelo. Los rusos estaban tan concentrados en mi que les llevaría tiempo en recordar que los demás habían escapado.

Mi orientación no era pésima, por lo que logré regresar al túnel principal por el que habíamos llegado y al pasar por ahi aproveché a robar más armas, una radio y la tarjeta de acceso de los soldados caídos.

Llegué al ascensor y lo active para que esté bajara sin despegar mis mirada del pasillo.

No respire tranquila hasta que la puerta estuvo totalmente cerrada y el sonido de los engranajes en movimiento me advirtieron que me encontraba ascendiendo al exterior.

Ahora lo único que debía hacer era llegar al estacionamiento y tratar de encontrar algún auto que pudiera tomar prestado para huir. Seguramente los demás ya se habrían ido también y esperaba que llamarán a Joyce y Hopper para pedir refuerzos del gobierno.

Ellos se encargarían de aquella base.

Oh, pero que equivocada estuve, pues al salir de la bodega y respirar el aire fresco de la noche, la radio que traía conmigo y que había robado empezó a emitir un mensaje.

Encontramos a los niños. Siguen en el centro comercial, en la planta baja. Sellen todas las entradas, repito, sellen todas las entradas.

«Oh no» fue mi único pensamiento.

Y olvidado el dolor que sentía en todo mi cuerpo y especialmente en mi brazo, corrí hacia la puerta que daba a las bodegas de las tiendas.

Debía llegar a ellos antes que aquellos rusos los mataran.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤㅤ

●●●

Narrador omnisciente

Los cuatro soldados rusos caminaban cuidando sus pasos mientras regristaban la planta baja del centro comercial. Tienda tras tienda revisaron sin éxito alguno.

La zona de comida era su ultima parada.

El tiempo empezó a ir en cámara lenta, cada paso que daba el hombre era un paso cada vez más cerca de donde Steve, Dustin, Robin y Érica se encontraban ocultados.

La respiración de los cuatro estaba al tope. Sus corazones latían frenéticamente debido al miedo que sentían. Casi casi intentaban aguantar la respiración, como si de este modo pudieran volverse invisibles.

No obstante uno de los soldados percibió un ligero sonido de respiración en uno de los puestos de comida y comenzó a caminar hacia allí con suma precaución.

Vengan todos aquí —murmuro por la radio en su lengua natal—. Los encontre.

En menos de un minuto, sus otros tres compañeros  llegaron su lado y los cuatro, con armas arriba, se fueron acercando más al puesto.

Y ellos cuatro se tensaron al oir sus pisadas cerca.

Era su fin, los tenían acorralados.

Steve se maldecía mentalmente por no haber sido capaz de sacar a los demás de ahí.

Se maldecía mentalmente por haber dejado que Tessa se sacrificara en vano por ellos.

Joder, como se arrepentía de no haberle correspondido aquel beso en el ascensor.

Cerró los ojos fuertemente, esperando su fin, pero de repente tanto él, como los demás y los rusos saltaron en su lugar del susto. La alarma de un coche que había en exhibición empezó a sonar, sus luces se prendían y se apagaban como si el coche estuviera embrujado. El claxon no dejaba de sonar como loco y el mismo auto temblaba sin parar.

Extrañados ante el suceso, los rusos percibieron movimento en la planta alta, y al mirar vieron como una niña, de blusa amarilla con un diseño negro y pantalones del mismo color, los miraba con rudeza mientras tenía un brazo extendido en su dirección y le sangraba la nariz.

Detrás de ella había otro grupo de niños acompañados por dos jóvenes mayores.

Los hombres no tuvieron tiempo de reaccionar. Eleven impulsó su mano con fuerza hacia ellos, arrojando con sus poderes el auto rojo, que terminó arrollándolos y matandolos casi al instante.

Cuatro pares de ojos se asomaron por el mostrador para ver lo que había pasado y estupefactos vieron a los soldados muertos. Un poco más allá, en otros puestos de comida, se encontraba el auto volcado de lado.

Atónitos miraron hacia arriba y Dustin sonrió abiertamente al ver a sus amigos ahí.

Los cuatro salieron corriendo para encontrarse con los recién llegados, los cuales bajaron por las escaleras eléctricas para alcanzarlos.

Dustin no pudo evitar soltar un grito de emoción y exclamó:

—¡Lo lanzaste como si fuera un hot wheels!

Y abalanzó sobre Mike y la castaña, la cual se apoyaba en el chico para poder caminar bien.

—¿Lucas? —inquirió Érica incrédula al ver a su hermano mayor ahí.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó Lucas estupefacto al verla.

—Pregúntales a ellos. Es su culpa —respondió rlla señalando a los otros tres.

—Cierto —dijo Steve mientras los demás lo miraban sorprendidos—. Es totalmente culpa nuestra.

—No entiendo que pasó con el auto —comentó Robin sin poder salir de la impresión.

El tiene superpoderes —le respondió Dustin señalando a la castaña de cabello corto.

—¿Disculpa? —inquirió Robin.

—Lo tiro con la mente —le explicó Steve.

—¿Ella es El? —preguntó Érica recordado la historia que le contó Dustin en las ventilaciones de la base.

—¿Quién es El? —preguntó Robin sin entender nada.

—Perdon, ¿Quién eres tú? —le pregunto Nancy.

—Soy Robin —se presentó ella—. Trabajo con Steve y Tessa.

—¿Dónde está Tessa? —preguntó Jonathan preocupado al no verla con ellos, pues la chica no había regresado a su casa la noche anterior

Los cuatro intercambiaron miradas de complicidad y tristeza. Steve inspiró profundamente y se giró hacia Jonathan para darle la noticia.

—Ella no...

Pero entonces alguien gritó:

—¡Cuidado!

Y sonido un disparo les atravesó los oídos.

Asustados por el sonido de la bala, todos voltearon hacia un costado y vieron como un soldado caía muerto al suelo.

—¿Qué diablos...?

Pero Steve no termino de hablar cuando al otro lado del pasillo divisó a Tessa, quien bajaba el arma y los miraba con sumo terror en el rostro. De no haber llegado a tiempo, cualquiera de ellos hubiera muerto.

—¿Tessa? —preguntó Nancy, incrédula al verla.

—¡Tessa! —grito Dustin con emoción al verla.

Pero ella no los miro, no miró a nadie más que a él. Por alguna razón no podía apartar la mirada de aquellos ojos avellana que la observaban al otro lado de las jardineras como si se tratará un fantasma. Y es que el aspecto de ella tampoco era el más genial que digamos; estaba igual de pálida que la última vez que la vio, tenía bolsas rojas debajos de los ojos y un par de moretones en las piernas. Su brazo izquierdo estaba ensangrentado y tenía todo el cabello revuelto.

Steve no podía creer que fuera ella. Dio un paso hacia adelante, totalmente atónito. Pero cuando vio que ella repetía su gesto y le sonría al otro lado de la jardinera,  echó a correr en su dirección.

Y ella no se quedó atrás. Con las piernas entumecidas y el ardor de su brazo, echo a correr en dirección al chico y ni siquiera espero un segundo para lanzarse sobre él en un gran abrazo.

Suspiró aliviada de verlo con vida.

Suspiró aliviada al estar entre sus brazos.

Suspiró aliviada al ver que Steve se acercaba más a ella, enterrando su rostro en el hueco de su cuello, como sí él también estuviera aliviado de verla.

Pero entonces sus sentidos se alertaron cuando escuchó a Steve sollozar contra ella. Intento separarse para verle el rostro, pero el chico se resistió.

—Steve, mírame... Mírame, ¿Qué sucede? —preguntó ella, pero Steve se negó a mirarla.

—Temo que sí te miró todo esto se desvanezca... que no estés realmente aquí y esté perdiendo la cabeza.

El corazón de ella se encogió.

—Steve... —lo llamó Tessa tomando el rostro del chico entre sus manos y obligándolo a subir el rostro—. Estoy aquí —le dijo—. Estoy bien y estoy aquí contigo.

Entonces sus ojos chocaron con los de ella y supo que era real.

Estaba bien.

Estaba viva.

Y sin perder un segundo más, la beso.

La beso con tanta ternura y a la vez con tanta intensidad, transmitiendo la necesidad y el anhelo que sentía por hacerlo; El corazón de Tessa brinco en su pecho al sentir los labios de Steve sobre los suyos. Las muy conocidas mariposas revolotearon en la boca de su estómago. Todo a su alrededor se esfumó, de modo que solo importaban ellos dos. Tessa paso sus brazos por el cuello de Steve y esté la apretó más hacia su cuerpo.

Solo eran ellos dos en ese momento, demostrando sus sentimientos con aquel beso.

Demostrando la felicidad que sentían al estar juntos de nuevo, y con vida.

Lentamente ambos se separaron y pegaron sus frentes para luego sonreír como idiotas.

—Lo siento tanto, Tess —le dijo Steve acariciando su mejilla—. Fui un idiota al haber actuado como lo hice al enterarme de la verdad cuando tú solo querías proteger...

—Shh... —lo calló ella colocando un dedo sobre sus labios—. Lo hecho, hecho está. Lo único que importa es el presente. Que estoy aquí, y contigo —le respondió ella.

— Y no volveré a dejar que te alejes de mí lado nunca más —le dijo él.

Y ambos volvieron a fundirse en un beso.

No obstante, si bien el encuentro era lo más conmovedor que hubieran visto entre todo aquel desastre que estaban viviendo, tenían asuntos más importantes que resolver.

—Lamento interrumpir, pero tenemos problemas aquí — dijo Érica haciendo que ambos regresarán a la realidad.

Los dos, sonrojados, se acercaron a los demás con las manos entrelazadas. Todos menos Robin, Dustin y Erica los miraban sorprendidos por aquella demostración de afecto entre ambos. El trío que los acompaño en aquella aventura subterránea recibieron a Tessa con un abrazo de alivió.

—Gracias por salvarnos la vida —le dijo Robin tras abrazarla.

—Era lo mínimo que podía hacer tras mentirles.

Pero los demás seguían sin entender que demonios estaban pasando ahí.

—Esperen, ¿de qué estan hablando? —preguntó Nancy.

—Robin tradujo un código ruso y yo logré descifrarlo —le dijo Tessa.

—De ese modo nos enteramos de los rusos —añadió Steve.

—¿Rusos? ¿Qué rusos? —cuestionó Jonathan.

—¡Los rusos! — exclamó Steve señalando a los hombres de hace unos momentos.

—¿Esos eran Rusos? —inquirió Max sorprendida.

—Algunos —dijo Érica

—¿De qué hablan? —preguntó Lucas sin entender nada.

—¿Oíste el código rojo? —preguntó Dustin a Mike.

—Si, me perdí la mitad —respondió él.

—Maldita batería baja —mascullo Dustin siendo oídos por todos.

—¿Cuantas veces te advertí sobre eso? —protestó Steve hacia el ruloso.

—Todo salió bien ¿No? —inquirió Dustin como quien no quiera la cosa.

—¿bien? Casi morimos —protestó Érica.

—Si pero no morimos.

—Gracias a tessa —señaló Érica haciendo que todos mirarán a la chica.

— ¿De qué hablan? —preguntó Max.

—Yo... —pero Érica la interrumpió.

—Tessa se quedó atrás para darnos tiempo — respondió Érica en su lugar—. Y al parecer logró escapar de la base.

—¿Cómo? —preguntó Will mirándola, pero fue Dustin quien respondió.

—Tessa es un agente encubierto de la CIA.

— ¡¿Qué?! —exclamaron todos perplejos. Tessa abrió la boca, buscando que decir, cuando en eso Eleven cayó al suelo.

—¡El! —exclamó Mike y fue el primero en correr hacia ella.

Todos los demás lo siguieron pero fueron Nancy, Jonathan, Steve y Tessa los que se arrodillaron a su lado para revisarla, pues al ser los mayores eran los responsables de cuidarlos.

—¿Qué pasa?—le pregunto Mike, pero la niña solo se quejó de su pierna.

Fue entonces que Steve y Tessa repararon en el sangrado de su pantalón. Jonathan y Nancy le quitaron la venda que tenía en el pierna y dejaron ver una herida grande y viscosa. Varios soltaron un gesto de asco, pero todos jadearon cuando algo empezó a moverse en el interior de la herida, haciendo que Eleven se retorciera de dolor.

—¿El? —preguntó Mike, pero ella solo respondía con gemidos de dolor—. ¡El!

Y entonces la chica soltó un grito desgarrador que erizo a todos los presentes. Eleven comenzó a retorcerse nuevamente en el suelo del dolor.

—¿Qué es eso? —preguntó Érica señalando la pierna.

—No lo sé, pero está adentro de su piel —le respondió Tessa y tomó la mano de Eleven—. Aguanta, haremos algo para detener... Eso.

—Santo cielo —musitó Dustin al ver la herida moverse.

—Que siga hablando, no dejen que se duerma — indicó Jonathan y salió corriendo.

— Todo estará bien, resiste un poco - le dijo Tessa a la niña, quien asintió mirándola con dolor. En eso cerró los ojos—. No te duermas —le pidió.

—Pongamosla de lado —indicó Mike. Y entre él, Steve y ella la movieron.

—No es tan grave en realidad —comentó Robin acelerada—. A la arquera de mi equipo de fútbol, Beth Wildfire, se le salió el hueso de la rodilla, como 15 centrimetros. Horrible.

Todos la miraron perplejos.

— Robin... —le dijo Tessa.

—¿Si?

—Eso no ayuda —le advirtió Steve.

Robin abrió la boca.

—Lo siento.

En eso Jonathan regresó con un enorme cuchillo en mano, unos guantes de plástico para servir la comida y servilletas.

— De acuerdo, ¿El? Esto te va a doler muchísimo, ¿Está bien?

Tessa lo volteó a ver ceñuda. Menos mal que no sería médico porque su falta de tacto le afectaría en el trabajo.

—Está bien —sollozo la chica en el regazo de Mike.

Tessa volvió a tomar su mano para darle apoyo y observó a Jonathan colocarse los guantes de plástico. Una vez hecho tomó una cuchara de madera.

—Toma, puedes morder esto —le dijo a la niña y se la dio a Mike, quién se la puso en la boca.

Jonathan tomo el cuchillo y colocó cerca de la herida, la cual no había dejado de moverse. Tessa vio la duda en su mirada. Sabía que Jonathan no estaba seguro de seguir con aquel plan. No obstante Mike le dijo que lo hiciera, y sin más corto la piel.

Eleven soltó un alarido y un sollozo, el cual quedó ahogado por la cuchara en su boca. Jonathan inspiró profundo y luego introdujo la mano en la herida abierta, tratando de sacar lo que sea que había dentro pero eso solo provocó que Eleven volviera a gritar.

Tessa se estremeció y dibujo una mueca en su rostro al ver la escena. La herida no tenía un imagen muy bonita que digamos, y ahora ver la mano de su mejor amigo dentro de está pues... Sería una imagen difícil de olvidar.

Detrás de ella los otros mocosos exclamaban asqueados e impactados con aquello.

Tessa miró con impaciencia al chico, quien movía sus dedos dentro de la herida intentando agarrar esa cosa.

—¡Jonathan! —reclamó Nancy pero él la mando a callar.

La cosa se volvió a mover y Jonathan intento agarrarla.

—¡Maldita sea! —exclamó al no poder.

—¡No! ¡Basta! —chilló Eleven tirando la cuchara de su boca—. ¡Basta! —pidio.

Al oir su súplica, Jonathan paro y saco la mano de la herida.

—Puedo hacerlo yo —dijo Eleven llorando. Entre Tessa y Mike la ayudaron a incorporarse, de modo que su espada quedó recta.

Eleven alzó su mano a la altura de su herida y empezó a gruñir debido al dolor; la cosa que estaba adentro empezo a removerse, como si estuviera peleando por aferrarse a ella.

Todos veian como Eleven hacia esfuerzo para lograr sacarla, pero también notaron como le costaba.

Justo cuando Tessa creía que no podría seguir así, Eleven soltó un alarido tan fuerte que rompió el cristal de aparador que había detrás ellos. Todos se agacharon y se cubrieron el rostro para protegerse de los cristales rotos. Cuando volvieron a alzar la mirada vieron como Eleven sacaba una extraña criatura viscosa de la herida y la mandaba a volar al otro lado del pasillo.

Está empezó a arrastrarse por el suelo soltando un ligero chillido cuando una bota la aplastó como una larva.

El corazón de Tessa suspiró de alivio al ver a Hopper, Joyce y Murray al otro lado del pasillo.





▊▋▊▌▊▍▎▊▊▋▊
𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟏𝟗

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro