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❝ Capitulo cinco²❞

🕰️🎧 ࣪˖ 𓄴 SECRETS presents to you
▬ ▬▬ act two: chapter five

the first body

22 DE MARZO DEL 86'

—Tessa, despierta... ¡Despierta!

—Cinco minutos más Lei —pidio ella adormilada. Apenas había logrado pegar un ojo tras el susto de anoche, que el cansancio era sumamente agotador.

No obstante Leila la zarandeo del hombro y añadió:

—Venga, levántate. Hay policías afuera.

Nada más oir eso, Tessa abrió los ojos de golpe y se sentó en su cama. Miró a su amiga, que vestía una camiseta dos tallas más grande que ella y un short corto. Sin embargo, lo que llamo verdaderamente su atención fue el gesto consternado en su rostro.

—¿Dijiste policías?

Leila asintió y miró hacia la ventana con gesto preocupante.

—Estan en el trailer de Eddie. Vamos.

No hizo falta que dijera más. Tessa se incorporó y siguió a Leila al exterior, donde efectivamente había tres patrullas de policía y uno de ellos estaba acordonando la zona con una cinta amarilla.

Eso sin duda la inquietó. Los policías solo hacían eso cuando debían aislar una escena del crimen.

—Ahi está Wayne, veré si puedo hablar con él —dijo Leila mirando al tío de Eddie, que hablaba con unos policías a un costado de la entrada.

Leila se acercó a ellos pero Tessa comenzó a rodear el tráiler por enfrente. Por alguna razón tenia una muy mala sensación en el estómago, como si algo realmente malo hubiera pasado ahí dentro. Y sus sospechas no pudieron ser más acertadas; la puerta del trailer estaba abierta, lo que le permitió ver por una fracción de segundos lo que había en el interior.

Su respiración se detuvo de golpe y retrocedió un paso sintiendo un vuelco en la boca estómago.

—¡Hey! No puedes estar aquí. Vuelve adentro.

Tessa volteo a su izquierda y vio a un policía deteniendo a Max, quien al igual que ella se había acercado a para ver que había pasado. No obstante, la actitud del hombre hacia la menor no le gustó nada a Tessa, por lo que se apresuró acercarse a ellos.

—Hey, tampoco tiene que tratarla así —protesto ella poniéndose frente a Max como escudo, quien había volteado de nuevo hacia la entrada del trailer con un gesto asustado.

El policía miró seriamente a Tessa y repitió.

—No pueden estar aquí. Vuelvan a su trailer.

—Hay formas más amables para pedirlo —espetó ella y tomo a Max del hombro con suavidad—. Cretino —masculló por lo bajo y caminó con Max hacia su trailer, donde Susan, la madre de ella, la esperaba—. ¿La viste? —le preguntó por lo bajo.

Max tragó saliva y asintió. Volteo a verla consternada.

—Era...

—Lo sé —la cortó ella, sintiendo un nudo en la garganta.

—¿Crees que Eddie...?

—No lo sé. No lo creo. Pero por ahora no podemos decir que los vimos juntos. No hasta saber si eso está relacionado con... —pero tan pronto como se dio cuenta de lo que iba a decir, se callo.

Max volteo a verla, intrigada.

—¿Relacionado con...?

—No importa —espetó ella—. Vuelve con Susan y no te acerques a ese lugar. La policía no tardará en ir y hacerles preguntas.

—Pero...

—Nada de peros. Necesito ir con Leila antes de que se entere que...

—¡AAAAH!

Pero había sido demasiado tarde. Leila, al intentar hablar con Wayne, se había acercado demasiado a la puerta y había visto el cuerpo destrozado en el interior. Tessa volteo sobresaltada y observó como un policía alcanzaba a sujetar a Leila antes de que cayera al suelo entre llantos y lamentos.

Tessa dejó a Max y se apresuró a ir con ella pero otro policía la detuvo.

—¡Déjeme! ¡Mi amiga me necesita!

—No puede pasar, es zona restringida.

—¡Suelteme!

Pero no hizo falta que protestará más, porque el mismo policía que había sujetado a Leila la ayudaba a caminar hasta donde Tessa estaba. Nada más llegó junto a ella, la atrajo hacia su cuerpo y la rodeo con ambos brazos. Leila sollozaba y temblaba contra ella, haciendo que su corazón se estrujera aún más.

No obstante, Tessa no pudo evitar pensar que tal vez, y solo tal vez, la muerte de Chrissy estaba relacionado con lo sucedido de anoche.

Tal vez no estaba perdiendo la cabeza como ella pensaba.

Tal vez...

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—Y luego Vickie se rió, pero no fue una risa falsa. Fue una risa real y genuina —le explicó Robin a Steve mientras ambos ordenaban unas películas en la tienda.

—Obvio. Es mi chiste genial de los Muppets —dijo él y caminó hasta el siguiente estante.

—Mi punto es, que Vickie se rió y todo fue perfecto —repusó Robin, siguiéndolo.

—¿Pero?

—Pero tengo un problema: no sé cuándo parar de hablar. Dije todo lo que tenía que decir. Pero me pongo nerviosa, y las palabras siguen saliendo. Es como sí mi cerebro se moviera más rápido que mi boca, o mi boca se moviera más rápido que mi cerebro —corrigió ella—. Me cavo mi propia tumba. Quiero parar, trato, pero no puedo. Y lo estoy haciendo ahora, ¿No?

—Si, así es —respondió Steve, que había terminado de ordenar las películas que llevaba con él y miraba a Robin compadeciente.

La chica soltó un suspiro exasperante y terminó apoyándose sobre un anuncio en la pared.

—Soy un caso perdido —dijo Robin. Steve se acercó a ella y se cruzó de brazos.

—Somos dos —rectifico él.

Robin se giró a verlo y comentó:

—Si tan solo pudiéramos combinarnos.

—¿Combinarnos? —inquirió él sin entender su punto.

—Piénsalo —dijo ella—. Yo sé bien lo que quiero y encontre a la chica ideal, pero no me animó a invitarla a salir. En cambio, tu tienes un millón de citas y no sabes lo que quieres desde que Tessa y tú terminaron.

Steve apretó los labios y terminó dándole la razón.

—Si nos combinaramos, todos nuestros problemas se resolverían. Porque solos, la verdad que...

—Somos lo peor —concluyó Steve por ella.

—Totalmente —afirmó Robin—. Ya se que podemos ver ahora —señaló ella y corrió hacia el estante de películas al otro lado de la tienda—. Doctor Zhivago.

Steve soltó un quejido de protesta.

—No me gustan los VHS dobles.

—Pero es sobre un amor condenado —repuso Robin.

—Me identifico —replicó Steve por lo bajo tomando un cochecito de la tienda lleno de películas.

—Exactamente —respondió Robin y se giró para tomar la segunda parte—. Además, Julie Christie está increíblemente buena en esta. Enserio, la criatura más hermosa que vi en mi vida.

Y prendió la televisión de la tienda, la cual emitía una noticia que la hizo detenerse.

Estamos en los tráileres al Este de Roane Country —dijo la reportera. Steve, al oir aquella dirección, se acercó hasta Robin para ver lo mismo que ella—. Aún no tenemos detalles, pero podemos confirmar que se encontró el cuerpo de una estudiante de Hawkins está mañana. La policía no dijo el nombre...

—Carajo —musitó Steve, preocupado—. Es donde vive Tessa.

Y se apresuro a tomar el teléfono de la tienda para marcar el número de la casa de ella. Robin se acercó a él y lo miro expectante.

—No constes...

—¿Bueno?

Entonces recayó en lo que había hecho y le pasó rápidamente el teléfono a Robin, quien protestó en silencio.

—Habla tu —rogó Steve en murmullos. Robin negó pero Steve le volvió insistir pasándole el teléfono. Ella bufó y lo tomo.

—¿Tessa?

—¿Robin?

—Si, soy yo —respondió ella mirando a Steve con reprendo—. Acabamos... Acabo de ver las noticias y recorde que tu vives en Forest Hills, así que me preocupe por lo que paso. ¿Tu estás bien?

Pero hubo silencio al otro lado de la línea.

—¿Qué dice? —le preguntó Steve, pero Robin negó y se encogió de hombros.

—¿Tessa? —la llamo Robin con extrañeza debido al silencio.

Entonces escuchó a la chica carraspear al otro lado.

Si, estoy bien. No te preocupes —le dijo.

Robin suspiró aliviada y le hizo una seña positiva a Steve, que suspiró.

—Que alivio, por un momento temí que...

No puedo hablar ahora, Robin. La policía está aquí y quiere hablar conmigo y Leila.

—Oh, si, si. No hay problema, solo quería ver que estuvieras bien.

Lo estoy. Adiós Robin.

—Adios —y colgó.

—¿Que te dijo? —le preguntó Steve.

—Dijo que estaba bien pero que no podía hablar ahora, la policía estaba en su trailer.

—¿En el suyo?

—Eso creo, dijo que querían hablar con ella y su amiga, lo cual es totalmente normal ya que viven ahí. Querrán saber si escucharon o vieron algo extraño anoche.

—¿Crees que lo hicieron? —preguntó él.

—¿Qué mataron a alguien? —inquirió Robin, incrédula.

—¿Qué? ¡No! Me refiero a que si escucharon o vieron algo.

Pero Robin se encogió de hombros.

—¿Cómo esperas que sepa eso? No vivo con ellas.

Y se volteo a para seguir viendo el noticiero. Steve, un tanto preocupado, la siguió. Y aunque no lo dijo en voz alta, había sentido un profundo alivio al escuchar la voz de Tessa cuando respondió.

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—¿Estás segura de que quieres ir a trabajar? Puedes tomarte el día libre, Lei —le dijo Tessa cerrando la puerta detrás de ella.

Pero Leila negó con la cabeza y caminó hasta el auto, evitando mirar todo el jaleo que se había formado al otro lado de la calle. Los reporteros y varios vecinos se habían aglomerado entorno al remolque de los Munson.

—No puedo seguir aquí. Necesito alejarme —dijo Leila.

Fue entonces que Tessa comprendió que lo que menos quería su amiga era permacener en la misma zona donde Chrissy había sido brutalmente asesinada; Suspiró decaída y le quitó los seguros a su auto, dejando que Leila subiera en el.

Tessa la siguió y rodeo el capo para abrir la puerta del conductor, pero justo cuando iba montar en el vio que otro auto llegaba a la zona y se estacionaba muy cerca de donde ellas estaban. Frunció el ceño extrañada al ver que Nancy wheeler bajaba de éste junto con un chico de lentes que ella nunca había visto.

Nancy reparo en ella y la saludó con un gesto de mano, el cual Tessa correspondió levemente para luego subir al auto y prender el motor.

No tardó en dejar Forest Hills atrás.

La verdad era que ya iban bastante tarde para el trabajo. DJ seguramente estaría esperándolas afuera de Records debido a que Tessa tenía las llaves para abrir la tienda. No habían podido irse antes porque la policía había insistido en hablar con ellas debido a que eran vecinas y amigas de Eddie, quien para desconcierto de ambas, era el principal sospechoso de la policía aunque no lo habían declarado oficialmente, aún.

—Eddie nunca haría algo así —les dijo Leila con la voz quebrada momentos atrás, cuando la policía pidió hablar con ellas.

—Él sería incapaz de dañar a alguien, oficial —les aseguró Tessa, sentada junto a ella en el sofá doble de su tráiler.

Pero estaba bastante segura que la policía no parecía creer del todo en sus palabras.

—¿Saben si Eddie Munson tenía problemas con Chrissy Cunningham?

—¡¿Es que no me escuchan?! —inquirió Leila exasperada—. Eddie jamás lastimaría a nadie, mucho menos a Chrissy. Esto debe ser un error.

Tessa comenzaba a perder la paciencia con el padre de DJ, el nuevo sheriff de Hawkins tras la muerte de Hooper. Lo único que estaban logrando él y su compañero era alterar a Leila, quien ya de por si se encontraba bastante perturbada tras a ver visto el cadáver de su amiga.

El teléfono de la casa comenzó a sonar en ese momento. Tessa se volvió hacia el sheriff y este le indicó que podía ir a responder. Se levantó del sofá y se acercó al pasillo para responder el teléfono.

—¿Bueno?

Se extraño al escuchar cuchicheos al otro lado de la línea, como si alguien estuviera discutiendo silenciosamente con otra persona. Frunció el ceño y estaba apunto de colgar, cuando finalmente hablaron al otro lado.

—¿Tessa?

—¿Robin? —inquirió ella desconcertada.

—Si, soy yo —respondió Robin al otro lado de linea —. Acabamos... Acabo de ver las noticias y recorde que tu vives en Forest Hills, así que me preocupe por lo que paso. ¿Tu estás bien?

Pero Tessa se quedó muda. Nunca se imaginó que Robin la llamaría para saber si estaba bien tras haberla dejado con la palabra en la boca el día anterior. Estaba sorprendida y a la vez avergonzada.

Pero entonces escuchó murmullos al otro lado de la línea y supo que Robin no estaba sola. Es más, estaba ahora segura de que ella no había marcado desde un principio.

—¿Tessa?

La mencionada carraspeó incómoda al deducir que había sido Steve quien le había marcado.

—Si, estoy bien —le dijo—. No te preocupes.

Escuchó a Robin suspirar.

Que alivio, por un momento temí que...

—No puedo hablar ahora, Robin —le cortó Tessa al ver que Leila comenzaba a llorar de nuevo—. La policía está aquí y quiere hablar conmigo y Leila.

Oh, si, si. No hay problema, solo quería ver que estuvieras bien.

—Lo estoy. Adiós Robin.

Adios —y la chica colgó.

—Ya le dijimos todo lo que sabemos, oficial —aseguró Tessa regresando a la sala—. No hemos visto a Eddie desde el partido de anoche, y tampoco oímos o vimos nada extraño. Tal vez podrían hablar con Jason Carver —añadio—. Es el novio de Chrissy, igual y sabe porque ella estaba aquí anoche.

—¿Saben dónde podemos encontrar a Jason? —preguntó el padre de DJ.

Leila se sorbió la nariz y asintió.

—En Benny's, anoche el equipo de basketball hizo su fiesta ahí. Tengo entendido que usan el lugar para reunirse continuamente.

El sheriff Powell asintió y le hizo un gesto a su compañero para irse.

—Gracias por su tiempo. Sí recuerdan algo de anoche, porfavor avísenos.

Y ambos oficiales se marcharon, dejándolas finalmente tranquilas. Leila no tardó en levantarse e irse a encerrar a su cuarto, dejando a Tessa preocupada. No obstante, no le insisto en salir y hablar, era muy consciente de que Leila estaba pasando por momento difíciles: el año pasado había perdido a sus padres por culpa del desuellamentes, y ahora había perdido a su mejor amiga.

Si Leila quisiese hablar sobre eso, hubiera dejado la puerta abierta para que ella entrará.

Pero no lo había hecho. La había cerrado con seguro y Tessa no iba a presionarla. Ella sabía muy bien lo que una perdida afectaba a alguien.

Suspiró profundamente y entró a su cuarto para cambiarse de ropa. Una vez lista salió con su mochila sobre el hombro y se detuvo frente a la puerta de Leila.

—Lei, me voy al trabajo. Volveré antes para traerte la comida.

Pero no obtuvo una respuesta al otro lado, por lo que se dirigió a la puerta y se dispuso a irse cuando Leila salió de su habitación cambiada y con el chaleco de Records.

Y ahí estaban ahora. Ambas en silencio, en el auto, camino al centro de Hawkins para otra jornada de trabajo. El cual presentía Tessa no sería del todo tranquilo.

Tal como lo había previsto, DJ las esperaba afuera de la tienda. Tessa se disculpó por la demora, pero el moreno le resto importancia.

—Vi las noticias, supuse que llegarían tarde.

Leila en ningún momento abrió la boca. Simplemente entro a la tienda cuando Tessa la abrió y se dirigió al depósito a dejar su bolso. DJ volteo a verla inquisitivo. Tessa lo miró con una mueca decaída.

—Fue a Chrissy quién encontraron muerta —le dijo en voz baja.

DJ abrió los ojos horrorizado, pero comprendió de inmediato porque Leila estaba como estaba.

—Carajo —musitó. Tessa asintió y ambos se dirigieron al depósito para dejar sus cosas y ponerse a trabajar.

No obstante, como si un nuevo asesinato hubiera espantando a todo el pueblo, y era lo más seguro, la tienda no recibió ningún cliente en esa hora que llevaban ahí. Cosa poco usual un sábado por la mañana.

DJ comenzaba a sentirse inquieto por el ambiente decaído de la tienda; Leila apenas había dicho una palabra en esa hora que llevaba sentada en el mostrador y Tessa parecía estar perdida en sus pensamientos mientras ordenaba los estantes de Rock and Roll.

El moreno entendía la razón por la cual sus dos amigas estaban así, pero no podia evitar intentar hacerlas sentir mejor, aunque sea por un par de minutos. Por lo que tomó uno de las cintas que estaba ordenado y se acercó a una de las radio casetera que estaban en exhibición.

Un minuto después,Tears for years comenzó a sonar por toda la tienda. Ambas chicas voltearon a ver a DJ, quien bailaba al ritmo de la canción.

—¿Qué estás haciendo? —le preguntó Tessa acercándose a él desconcertada.

—Intentando animarla un poco —y señaló a Leila, quien tenía la mirada perdida en la caja registradora.

Tessa suspiro y volteo a ver a DJ, quien comenzó a cantar junto con Curt Smith.

Welcome to your life. There's no turning back. Even while we sleep. We will find you —cantó—. Acting on your best behavior —el chico sonrió cuando Tessa comenzó a cantar con él—. Turn your back on Mother Nature. Everybody wants to rule the world.

No pudo evitarlo, soltó una carcajada al ver el performance que estaba armando con DJ en medio de la tienda. La canción en si no era muy movida, pero tenía un tono que lograba animar a cualquier. Ambos caminaron hasta el mostrador y se pusieron justo enfrente de Leila.

It's my own design —cantó Tessa, animandola a unirse. Leila negó levemente con un atisbo de sonrisa.

t's my own remorse —cantó él insistiendole—. Help me to decide —Leila suspiró y rodeo el mostrador para ir con ellos. Ambos sonrieron—. Help me make the...

Most of freedom and of pleasure. Nothing ever lasts forever —Cantaron los tres. DJ le guiño un ojo a Tessa por su logro—. Everybody wants to rule the world. There's a room where the light won't find you. Holding hands while the walls come tumbling down. When they do I'll be right behind you.

Entonces Tessa se giro hacia Leila y le canto.

So glad we've almost made it. So sad they had to fade it —le cantó—. Everybody wants to rule the world —cantaron lo último juntas y comenzaron a bailar entre las dos.

De pronto DJ salió corriendo hacia al depósito, pero ninguna se detuvo. Continuaron bailando juntas, dando vueltas o haciendo pasos bastante exagerados para el ritmo de la canción. Ambas rieron antes de seguir cantando.

I can't stand this indecision —cantó Tessa.

Married with a lack of vision —cantó Leila.

Everybody wants to rule the world —cantaron.

Say that you'll never, never, never, never need it.

One headline, why believe it?

Everybody wants to rule the world —cantaron ambas.

En eso DJ regresó con unos lentes de sol puestos, una de las escobas del local en mano y comenzó a usarla como si fuera una guitarra.

All for freedom and for pleasure. Nothing ever lasts forever. Everybody wants to rule the world —cantaron los tres y DJ comenzó a interpretar el solo de guitarra con la escoba. Tanto Leila como ella comenzaron a reírse y a seguirle la corriente, de modo que Leila comenzó a hacer como si tocara el bajo y Tessa la batería.

Y entonces, la canción terminó y los tres se dieron un abrazo grupal mientras reirán.

—Gracias chicos —les dijo Leila.

—Para eso están los amigos —respondió DJ, a lo que Tessa suspiró y no pudo evitar mirar hacia la tienda de enfrente, donde dos chicos con los había compartido un momento muy similar en el pasado, en un karaoke para ser más exactos, se encontraban trabajando.

En eso la puerta se abrió y la campana de la tienda sonó. Los primeros clientes del día acaban de entrar, por lo que los tres volvieron a sus deberes, pero ahora con un ambiente mucho más relajado y animado.

—Bienvenidos a Records, ¿Busca algún disco en especial? —preguntó Leila, dirigiéndose a la pareja que acaba de entrar.

Tessa sonrió levemente y volvió a tomar las cintas que estaba ordenando anteriormente.

No obstante, y como todo en la vida de Tessa, aquella tranquilidad no duró mucho. La campana de la puerta volvió a sonar pero está vez se trataba de Dustin y Max, quienes entraron agitadamente a la tienda, asustando a la pareja y a Leila.

Tessa, extrañada, se acercó a ellos mientras Leila guiaba a la pareja a la zona de pop.

—¿Qué diablos están haciendo aquí? —les preguntó en voz queda.

—Necesitamos tu ayuda —le dijo Max, quien lucía bastante inquieta.

—¿Mi ayuda, para qué?

—Creemos que Eddie no mato a Chrissy —dijo Dustin en voz baja, a lo que Tessa se tenso y lo mando a callar.

—Shhh, pueden oírte —le reprendio y volteo a ver a su amiga con temor a que los hubieras escuchado. No obstante, ella seguía atendiendo a la pareja y no parecía dar señales de haberlo oído algo. Se volvió hacia el rizado—. No puedes ir por ahí hablando de eso, Dustin. La policía todavía no dice nada al respecto de Eddie.

—Pero lo harán si no comprobamos su inocencia —replicó Dustin.

—¿Y cómo están están seguros de que no fue él?

—Eso mismo le dije yo —dijo Max señalando a Dustin. Pero este bufó y volteo a verlas exasperado.

—¡Que no fue él!

—Shhh... —y los guío hasta el depósito para poder hablar con tranquilidad.

—Tu, al igual que yo, lo conoce Tessa —le dijo Dustin cuando Tessa cerró la puerta detrás de ella—. Sabes que él sería incapaz de hacer algo así.

—Lo sé, Dustin, lo sé, pero ambos estaban juntos anoche y ...

—Hay algo más —la cortó Dustin, a lo que Tessa los miró escéptica.

—¿Qué cosa?

Ambos niños voltearon a verse, inquietos por lo que iban a revelarle a la mayor.

—Anoche vi a Eddie salir corriendo de su trailer —contó Max—. Estaba asustado, como sí... Como si hubiera visto algo ahí dentro.

—¿Algo... Extraño? —musitó Tessa, comenzó a sentir como el espacio donde estaban comenzaba a reducirse. Empezaba a temer que sus sospechas fueran ciertas.

Max asintió, y entonces Dustin añadió lo que Tessa temia.

—Creo... Creemos que algo más mato a Chrissy y Eddie lo vio.

—Mierda —musitó Tessa, sintiendo como tu mundo se venía abajo.

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𝐁𝐚𝐫𝐛𝐬 © | 𝟐𝟎𝟐𝟐

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