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Capítulo veintiuno

"En un instante, desde mis ojos la lluvia empieza a brotar" - Let me know, BTS.

YoonGi llegó en taxi a la casa, en la madrugada. Las horas con el alfa se habían pasado sin darse cuenta, era así cuando estaban juntos,  solo habían estado pasando el rato abrazados y besándose. El omega había extrañado eso.

Tratando de ser lo más silencioso posible, YoonGi entró a la vivienda y subió las escaleras en puntas de pie, la ama de llaves debía encontrarse durmiendo por lo que no hubo ningún problema. Hasta que puso un pie en el pasillo y sintió el aroma de la alfa a solo un metro suyo.

Estaba molesta, eso lo sabía de sobra.

—¿Jisoo?—murmuró, confundido por qué ella continuará despierta. Por lo general se dormía temprano, o al menos se encerraba en su habitación.

La alfa encendió la tenue luz del pasillo con el interruptor, que dejaba a penas ver las expresiones en el rostro de ambos.

—¿Dónde estabas?—demandó saber, con el ceño fruncido—, es la una de la madrugada, YoonGi.

Al menor no le pareció justo que le estuviera reclamando, él nunca lo había hecho con ella, y no tenía ningún derecho si se había pasado las últimas semanas fingiendo que él no existía. Sin embargo, YoonGi no quería pelear. No era el horario adecuado, y realmente quería meterse a la cama.

—Déjame pasar, quiero ir a mi cuarto.

—¡Deja de decir eso, no es tu cuarto, maldita sea!—gruñó, avanzando un paso hacia el peli-negro mientras que abria los brazos para no dejarle pasar—.
Dime dónde diablos estabas, ¡ahora! , ¡dime dónde estuviste!

—¿Y ahora sí te importa que hago?—se rió con sarcasmo, pero se alertó en cuanto la mujer le tomó con fuerza del antebrazo—. ¿Queé haces? ¡Jisoo, suéltame!

Ella no hizo caso por más quejas del omega, que se retorcía intentando forcejear.

—Escucha, YoonGi—suspiró ruidosamente—, sigues siendo mi esposo. ¿Con quién estabas?

El enojo del peli-negro aumentaba cada que ella presionaba más su agarre

—¡Suéltame, me haces daño!

La alfa lo empujó, haciendo que la cabeza del peli-negro chocara fuertemente contra la pared. Lo soltó al oír el quejido alto de dolor. YoonGi pasó sus dedos en la zona afectada, sintiendo que un líquido caliente. YoonGi se quejó, comenzando a llorar de manera nerviosa.

—Oh, no, no, mierda—se agarró el cabello, tirando de él. ¿Qué estupidez había hecho? Santo cielo—. L-lo siento yo...

El omega la miró, con lágrimas cayendo por sus mejillas. Su corazón latía muy rápido, sentía como si retumbada entre sus costillas.

—Estás loca, ¡te volviste loca!—soltó una carcajada, preso del ataque de nervios—, eres una... Una...

Se quedó callado, abrazándose a sí mismo para dar media vuelta sobre su propio cuerpo y bajar las escaleras otra vez.

—¿A dónde irás?—intentó tomarlo por la ropa, pero el omega asustado fue más rápido y saltó dos escalones hacia abajo— N-no, omega, vuelve, yo no quería...

—¿No querías golpearme?—volvió a reírse, olvidando el hecho de que su cabeza sangraba más cada vez que ejercía algún tipo de fuerza—. ¡Déjame en paz!

Lo bueno, es que la alfa no fue tras de el. Aunque... ¿no importarle, era tan bueno?




Sin importar si la herida continuaba sangrando, gracias a la adrenalina que era liberada por su cuerpo, YoonGi corrió fuera de casa para terminar llamando a la misma taxi que hace unos minutos lo acababa de dejar en la puerta de la casa. Ni siquiera le avisó al menor que estaba de camino nuevamente a la cabaña, pero lo más probable es que ni siquiera estuviera dormido todavía. El chico le había comentado que pasaría la noche y posiblemente el día siguiente en el mismo lugar puesto que Dahyun estaba con sus amigas en un casamiento en Incheon.

En cuanto el auto llegó el omega se subió en los asientos traseros y le dió la dirección al taxista. El hombre lo miró por el retrovisor, frunciendo el entrecejo.

—Discúlpeme el atrevimiento, muchacho, ¿pero no lo acabo de dejar en esta casa?

YoonGi por algún motivo, sintió que solo era curiosidad por parte del conductor, parecía amable.

—Oh, a-así essorbió su nariz. Intentaba disimular que había llorado, sin embargo, sus feromonas seguramente lo estaban delatando—, es que olvidé algo en la otra dirección.

El hombre asintió con la cabeza, no tan convencido pero sonriendo levemente, no era su asunto después de todo. Subió un poco el volumen del estéreo. Heavenly de cigarettes after sex sonaba por todos los parlantes del auto, y de alguna manera, llevaron a YoonGi a sentir al alfa sin tocarlo, sin que estuviera ahí con él.

Luego de pagar y agradecerle al taxista repitió el procedimiento de más temprano: abrir la reja de entrada, caminar hasta la puerta y tocar el timbre. Solo que, esta vez, tocó unas cinco veces seguidas hasta escuchar las maderas de la escalera crujir, en señal de que el rubio se acercaba.

El alfa abrió la puerta.

—¿Quien jodidos...?—se quedó pasmado al sentir el aroma del mayor—, mierda, YoonGi, ¿qué pasó?

—¿P-puedo quedarme aquí está no-noche?

Jimin asintió, avanzando un paso hacia el menor para lentamente poner las manos sobre sus hombre y atraerlo hacia sí mismo en un abrazo que terminó por quebrar al omega en un llanto desesperado.

—Shh, no llores, ya pasó, ¿Si?—susurró suave, acariciando la espalda del peli-negro—. Todo va a estar bien, Yoonie.

YoonGi no lo creía posible, pero asintió con la cabeza, abrazando lo más que podía al rubio. Cuando Jimin quiso tocar su cabello y sintió la humedad espesa, el omega quizo alejarse del menor.

—N-no toques.

—¿Qué es lo que tienes?—preguntó bajito, notando que el mayor seguía buscando alejarse. Lo tomo rápidamente de la cintura, obligándolo a no apartarse más—, omega, ¿qué fue lo que sucedió?

El mayor prefirió que primero entrarán a la cabaña, el aire estaba fresco, por lo que el alfa aceptó y subieron a la habitación que le correspondía al rubio. El omega explicó todo lo que había ocurrido, y con cada palabra el odio por aquella mujer que lo había engendrado creció cada vez más.

—Es una maldita, ¿cómo pudo...?

Pero el sabía cómo pudo, ella solo estaba repitiendo el patrón, como había hecho ya varias veces. Se levantó de la cama y se acercó al interruptor para encender la luz, dejó al omega en su habitación por unos minutos y salió hacia el baño. Cuando regresó, momentos después, pateó con fuerza la puerta provocando que se cerrara y volvió a sentarse junto a YoonGi en la cama, con una caja blanca de plástico sobre su propio regazo.

—Tengo sueño, Jimin—suspiró, formando inconscientemente un puchero con los labios. Las marcas por todo el llanto que había rodado por sus blancas mejillas aún estaba ahí, el chico no se había tomado el tiempo para limpiarlas por que en verdad estaba agotado.

—Lo sé, bonito, pero debo curarte primero. Mañana iremos al médico.

YoonGi asintió y se dejó hacer por el menor, sabía que los golpes en la cabeza eran malos y más si estaba en la espera de un cachorro. Jimin revisó la zona afectada, tuvo que cortar algunos cabellos para poder trabajar bien, la herida no era demasiado profunda pero se trataba de un tajo de unos seis centímetros de largo. El omega trató de no quejarse, pero dolía como el infierno; sin embargo, no supo cuánto tiempo había pasado y ya se encontraba recostado en la pequeña cama de una plaza bebiendo un vaso de leche caliente.

—Jiminie—susurró acariciando sus cabellos, el alfa estaba sentado junto a la cama, apoyando su cabeza cerca del pecho contrario y con una mano sobre el abdomen de YoonGi—, ¿estás bien?

Oh, qué ironía. La pregunta debía haberla formulado el rubio, sin embargo, YoonGi sentía que algo pasaba por la mente del chico.

—Si, yo solo... Estaba pensado que podría haber hecho las cosas diferentes y todo lo malo que ocurre ahora no pasaría.

—¿Estás diciendo que preferirías no conocerme?—soltó una pequeña risa.

—No, tonto. Conocerte es lo mejor que me ha pasado, me refiero a... No lo sé, si nos hubiéramos escapado solo nosotros.

Si, YoonGi también lo había considerado en algún momento. ¿Pero qué podían hacer? Él estaba preñado, Jimin no tenía ningún título universitario, y ninguno tenía trabajo por que prácticamente vivían del dinero de Jisoo.

—Yo también pienso en eso—susurró, dejando el vaso vacío sobre la mesita de luz—, pero no lo veo posible.

El alfa se enderezó para observarlo unos segundos, cayendo en cuenta de algo. Por más que el omega lo amara tanto como para venir a él y refugiarse, Jisoo siempre estaría por encima. O su dinero, en todo caso. Y saber eso dolió en su pecho, por que él también solo era un pobre alma que vagaba por el mundo gracias al dinero de su madre.




Muchas gracias por los 2K de lecturas, me hace muy feliz 😭💗

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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