Capítulo veinte
“¿Puedes imaginar enamorarte como lo hice yo?” - Golden hour, Jvke
Era viernes de películas en casa de Wendy, las mujeres habían invitado al omega que tenían como hijo -falsamente- adoptado a pasar la noche con ellas para hacer una mini-pijamada. YoonGi aceptó sin pensarlo demasiado, pues antes de quedarse en casa y estar aburrido en su habitación estaba claro que prefería quedarse con la pareja.
JooHyun preparó palomitas de maíz dulces y las colocó en un tazón, Wendy hizo algunos bocadillos y YoonGi llamó al delivery por un par de pizzas y refrescos sin alcohol.
—¿Mañana quieres acompañarnos al centro comercial a dar un paseo?—preguntó animada la omega, entregándole al menor las bebidas que había dejado junto a la puerta después de recibir las pizzas que compraron al delivery.
—M-me encantaría ir—murmuró, dejando las botellas sobre la mesa ratona junto a los vasos plásticos y los recipientes de palomitas ahora vacíos.
—¡Perfecto!
—Pero no puedo, Irene—se volteó hacia ella, apenado. Wendy les observaba desde el sofá—. Lo siento en verdad, noona, pero tengo algo que hacer con un amigo.
—Oh...—su sonrisa disminuyó bastante, pero ella volvió a agrandarla nuevamente, no quería hacer sentir mal al menor—, entiendo.
—En verdad lo siento, noona.
—No te preocupes, lindo—dijo la alfa—. Salimos otro día
YoonGi asintió con la cabeza y se sentó junto a la alfa, para continuar mirando la película y comer chatarra. Se daría el permitido solo ese día, pues su amigo Jungkook le había recomendado mantener una dieta más sana hasta el día parto. No quería pensar en lo que tenía que hacer al día siguiente, por lo que se obligó a disfrutar la noche con sus amigas.
YoonGi no estaba muy acostumbrado a moverse por la ciudad sin un acompañante, debido a sus miedos por ser agredido, sin embargo, tenía que hacerlo esta vez. No podía contarle a sus amigos a dónde y a qué iba, ya que tener discreción era lo único que le habían pedido.
El peli-negro caminó varias cuadras, tratando de esconderse bajo la capucha de su campera como si de algo sirviera, y al llegar a un parque que nunca había visitado, pero que lo había visto antes, llamó a un taxi. La dirección a donde debía ir estaba en el otro extremo del mapa de la ciudad, y las ganas de caminar entre gente que no conocía para nada se habían disipado en cuanto cruzó la puerta de su propia casa.
El viaje duró al rededor de cincuenta minutos, y aunque el omega había sentido algo de sueño entre medio, no cerró los ojos en ningún momento por precaución. El conductor no podía aroma, por lo cual, se sentía un tanto desprotegido. Cuando el coche frenó, YoonGi pagó y se despidió cortésmente con el hombre, para por fin pisar tierra con los pies.
No sabía exactamente en qué parte de la ciudad se encontraba, pues solo había confiado a ciegas en la persona que le había mandado la dirección, pero se sorprendió al notar que estaba rodeado de árboles. Observó a su alrededor, mientras cruzaba la calle de tierra, y no tardó mucho en reconocer el apellido inscripto en un cártel de madera. El apellido "Park" se leía en unas bonitas letras cursivas, por lo que sin perder más tiempo caminó en dirección a la cerca que limitaba su vista a la casa.
Tenía entendido que solo debía abrir la reja y entrar hasta la puerta a tocar el timbre, por lo que eso hizo. Se dió cuánta mientras esperaba, que no era una casa, sino, una cabaña con las paredes de madera.
Cuando la puerta se abrió, sintió las piernas como gelatina. No podía moverse de su lugar, sus pies no coordinaban, mucho menos cuando sus orbes negros se encontraron con los del rubio.
Dejando de lado las ojeras que adornaban su rostro, el alfa seguía igual. Igual de sexy y seguramente, de tonto.
—Hola, Yoon.
—Hola, idiota—el omega sonrió a penas.
Jimin se hizo a un lado y con un ademán le indicó que podía pasar, el mayor en silencio ingresó, quedando totalmente embobado con la fachada interior de la cabaña. Era una especie de monoambiente, ya que el living, el comedor y la cocina estaban en el mismo lugar, ésta ultima se reducía a una esquina y solo contaba con una heladera pequeña, un anafe y una bacha que no ocupaba demasiado espacio. El sofá estaba ubicado junto a la puerta principal bajo la ventana, y un metro más adelante, había una mesa con sus respectivas sillas.
Todo era muy reluciente y olía delicioso, YoonGi estaba encantado.
» —¿Estás viviendo aquí?—quiso saber, curioso. No había notado ropa que pudiera ser de Dahyun, ni siquiera su aroma dulce.
—No, ésta cabaña es de Rosie, cuando ellas se divorciaron mi madre la mando a construir y fue donde vivimos algún tiempo. Vengo aquí cuando necesito paz, o estar lejos de Dahyun—explicó, dando una mirada a su alrededor antes de posar su vista en el omega—, ¿quieres comer algo?
—Solo quisiera algo de beber, por favor.
Jimin caminó hasta la heladera mientras el omega tomaba asiento en una esquina del sofá después de quitarse la mochila de la espalda, y cuando el rubio caminó de regreso para entregarle una botellita de agua saborizada tomó asiento en el otro extremo del sofá.
—Escucha, YoonGi, sé que me odias justo ahora pero...
—No te odio—suspiró—, yo solo... Necesito saber por qué. ¿Por qué lo hiciste?
El alfa asintió, entrelazando los dedos de sus propias manos unos segundos. Soltó un suspiro y miró al mayor.
—Desde niños, Dahyun y yo hemos sido mejores amigos—comenzó a contar, dejando golpecitos con sus dedos en la mesa—. Yo pasaba mucho rato en su casa hasta que mis madres dejaban de discutir, y nos hicimos la promesa de vivir juntos en cuanto tuviéramos oportunidad. Crecimos, y aunque tuve la oportunidad de largarme con ella, la idea no me gustaba del todo. Acepto que nos hemos besado y alguna que otra vez hecho alguna cosa más allá de la amistad, pero Dahyun confundió las cosas, y yo...—suspiró, ahora mirando al peli-negro —, tampoco pude alejarme de ella aunque lo intente, es mi amiga y la quiero, pero desde que llegaste tú, más bien luego de que te conocí, ella comenzó a ser más posesiva conmigo. A partir de el día que nos escuchó, ya sabes—hizo énfasis en esas dos últimas palabras—, ella dijo que... Si no nos mudabamos juntos y dejaba de verte, iba a contarle todo a Jisoo.
YoonGi lo observaba con firmeza, con la expresión de su rostro neutra, sin embargo, por dentro solo quería llorar. Todo se estaba yendo al demonio, solo por pecar, y ahora, no sabía cómo lidiar con el karma que le estaba acechando.
—Jimin, yo...
—Lo hice para cuidarte a tí, ¿entiendes? No me importaría en realidad que ella lo supiera, pero no podía... No soportaba el pensar en que si ella sabía la verdad, algo te pasaría. Bueno, a ustedes dos.
El omega bajó la cabeza, poniéndose las manos sobre el vientre. Su embarazo no era muy perceptible aún, pero estaba ahí y quién sabía del tema podía notarlo a la perfección. Jimin lentamente arrastró su silla hacia el mayor, actuaba con cuidado pues no quería asustarlo o algo por el estilo, ellos ni siquiera se habían abrazado, y siendo sinceros, el alfa no estaba soportando no poder sentirlo.
—Yoonie... ¿C-cómo va el bebé?—se atrevió a preguntar, sintiéndose nervioso de repente. Aún no terminaba de asimilar que el omega estaba en cinta, y que además, él también era parte de eso.
—Aún no fui a hacerme el primer ultrasonido.
—Me gustaría estar ese día—suspiró—, pe-pero, yo sé que no podemos—se quedó en silencio, y observó al mayor. Se sintió un idiota al decir aquello—. Pe-perdón, no debí decir eso.
—No, está bien. Si quieres... Podríamos ir a otra clínica privada, ¿quieres? Y yo fingiré que la primer visita fue con el médico de tu madre.
El lobo alfa movió la cola, comenzando a estirar su cuerpo para ponerse de pie. Su ánimo había mejorado desde que su parte humana supo que YoonGi había aceptado encontrarse con ellos. Pero aquello... Ir al primer ultrasonido del cachorro, de su bebé, era algo tan especial y el omega no los había apartado de eso. El lobo estaba completamente feliz.
—¿Harías e-eso por mí?
—Tambien lo hago por mí, yo quiero que estés ahí—bajó la cabeza, aún tenía las manos sobre su pancita—, eres su papá, y yo en verdad... Necesito que tú seas el primero.
—Muchas gracias, Yoon—le regaló una pequeña sonrisa, tímido.
—¿Sabes?—murmuró. No quería que el silencio los atrapara, y no sabía qué otra cosa decir, estar otra vez junto al alfa, era... Tenía muchas cosas que procesar todavía—, me gusta este lugar, es acogedor, a comparación de tu casa. No quiero molestar a mis amigos más del tiempo necesario, y para tu madre prácticamente no existo, yo realmente...
—Sé que eso es algo muy importante, entiendo cómo te sientes—se relamió los labios, inclinándose de forma leve hacia el mayor para verificar que, aunque no lo dijera, le estaba dando permiso de actuar. Efectivamente, YoonGi no buscó apartarse—, pero es que siento besarte.
YoonGi se rió bajito, cubriéndose la boca. Apoyó las manos en el sofá y gateó sobre el en cuatro pies para acercarse al alfa. Se sostuvo del borde de su camisa y acarició su nariz con la contraria, cerrando los ojos por inercia, hasta que sintió los labios temblorosos de Jimin sobre los propios. El alfa acarició tiernamente las mejillas pálidas del mayor con los dedos pulgares, mientras que una de las manos de YoonGi se enterraban en los cabellos rubios de Park.
A diferencia de muchos de los encuentros que habían tenido antes, esta vez, el beso era como el de dos pequeños aventurandose por primera vez ese arte para expresar amor.
Tenía que actualizar ayer, pero, mejor tarde que nunca jajaja 😁
*Recordatorio: Irene es el apodo de JooHyun(su verdadero nombre). Por ello se la nombra de ambas formas.
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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